La fe es un escudo para toda alma, 22 de abril
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Efesios 6:16.{RJ 118.1}
La fe significa confiar en Dios, creer que nos ama y sabe mejor qué es lo que nos conviene. Por eso nos induce a escoger su camino en lugar del nuestro. En vez de nuestra ignorancia, acepta su sabiduría; en vez de nuestra debilidad, su fuerza; en vez de nuestra pecaminosidad, su justicia. Nuestra vida, nosotros mismos, ya somos suyos; la fe reconoce su derecho de propiedad, y acepta su bendición. La verdad, la justicia y la pureza han sido señaladas como los secretos del éxito en la vida. Es la fe la que nos pone en posesión de estos principios.{RJ 118.2}
Todo buen impulso o aspiración es un don de Dios; la fe recibe de Dios la única vida que puede producir desarrollo y eficiencia verdaderos.{RJ 118.3}
Se debería explicar claramente cómo se puede ejercer fe. Toda promesa de Dios tiene ciertas condiciones. Si estamos dispuestos a hacer su voluntad, toda su fuerza nos pertenece. Cualquier don que nos prometa se encuentra en la promesa misma. “La semilla es la palabra de Dios”Lucas 8:11. Tan ciertamente como se encuentra la semilla del roble en la bellota, se encuentra el don de Dios en su promesa. Si recibimos la promesa, recibimos el don.{RJ 118.4}
La fe que nos capacita para recibir los dones de Dios es en sí misma un don del cual se imparte una porción a cada ser humano. Aumenta a medida que se la usa para asimilar la Palabra de Dios. A fin de fortalecer la fe debemos ponerla a menudo en contacto con la Palabra.{RJ 118.5}
Al estudiar la Biblia, el estudiante debería ser inducido a ver el poder de la Palabra de Dios. En ocasión de la creación, “él dijo, y fue hecho; él mandó, y existió”. Salmos 33:9.{RJ 118.6}
Considerada en su aspecto humano, la vida es para todos un sendero desconocido. Es un camino por el cual, en lo que a nuestras más íntimas experiencias se refiere, andamos solos. Ningún otro ser humano puede penetrar plenamente en nuestra vida íntima. Al emprender el niño ese viaje en el cual tarde o temprano deberá escoger su curso y decidir las consecuencias de la vida para la eternidad, ¡cuán ferviente debería ser el esfuerzo hecho para dirigir su fe al Guía y Ayudador infalible!{RJ 118.7}
Como escudo contra la tentación e inspiración para ser puros y sinceros, ninguna influencia puede igualar a la de la sensación de la presencia de Dios. “Todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta”. “Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio” Hebreos 4:13; Habacuc 1:13. Este pensamiento fue el escudo de José en medio de la corrupción de Egipto. Su respuesta a los atractivos de la tentación fue firme: “¿Cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?” Génesis 39:9. La fe, si se la cultiva, será un escudo para toda alma.—La Educación, 253-255.{RJ 118.8}
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