¿Qué es la fe? 21 de abril
Es pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven. Hebreos 11:1.{NEV 119.1}
La fe en Cristo no es una obra de la naturaleza, sino la obra de Dios en las mentes humanas, hecha en el alma mediante el Espíritu Santo, quien revela a Cristo, así como Cristo revela al Padre. La fe es la sustancia de las cosas que se esperan, la evidencia de las cosas que no se ven. Con su poder justificador y santificador está por encima de lo que el hombre llama ciencia. Es la ciencia de las realidades eternas. La ciencia humana a menudo es engañadora y descarriadora, pero esta ciencia celestial nunca descarría. Es tan sencilla que hasta un niño puede comprenderla. Sin embargo, los hombres más eruditos no pueden explicarla. Es inexplicable e inconmensurable, y está más allá de toda expresión humana.—Manuscrito 44, 1904, pp. 2.{NEV 119.2}
La aceptación de la expiación de Cristo, es el fundamento de la verdadera fe. ... Aquellos que miren durante un tiempo suficiente en el espejo divino para ver y despreciar sus pecados, su desemejanza con el manso y humilde Jesús, tendrán fuerza para vencer. Todos los que realmente creen, confesarán y olvidarán sus pecados. Cooperarán con Cristo en la obra de controlar sus tendencias al mal, hereditarias y cultivadas, para que el pecado no tenga dominio sobre ellos. Mirando a Jesús, el autor y consumador de su fe, serán transformados a su semejanza. Crecerán hasta la plena estatura de hombres y mujeres en Jesús. ... Aquellos que realmente creen, que confiesan y olvidan sus pecados, llegarán a ser cada vez más semejantes a Cristo, hasta que en el cielo pueda decirse de ellos: “En él estáis cumplidos”. Colosenses 2:10.—Carta 21, 1901, pp. 15, 16.{NEV 119.3}
“Pedid, y se os dará” (Mateo 7:7), es la promesa. Nuestra parte consiste en confiar en la Palabra con fe inconmovible, creyendo que Dios hará conforme a su promesa. Que la fe se abra camino entre las sombras del enemigo. Cuando surja una duda, id a Cristo y dejad que el alma encuentre ánimo en la comunión con él. La redención que él ha comprado para nosotros es completa. La ofrenda que él hizo fué plena y sin restricción. El cielo tiene un acopio de ayuda que nunca falla para todo aquel que está en necesidad.—Carta 42, 1900, pp. 5, 6.{NEV 119.4}
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