Abigail revela generosidad y sabiduría, 14 de noviembre
Y cuando Abigail vio a David, se bajó prontamente del asno, y postrándose sobre su rostro delante de David, se inclinó a tierra; y se echó a sus pies, y dijo: Señor mío, sobre mí sea el pecado. 1 Samuel 25:23, 24.{RJ 324.1}
David y sus hombres... protegían de los... merodeadores los rebaños y las manadas de un hombre muy rico llamado Nabal, que tenía grandes posesiones en el Carmelo... pero que poseía un carácter rudo y mezquino.{RJ 324.2}
Al estar en este lugar David y sus hombres se encontraron en una penosa necesidad de provisiones, y cuando el hijo de Isaí oyó que Nabal estaba trasquilando sus ovejas envió a diez jóvenes a quienes les dijo: “Subid a Carmel e id a Nabal, y saludadle en mi nombre”. 1 Samuel 25:5.{RJ 324.3}
David y sus hombres habían sido como un muro protector para los pastores de Nabal mientras cuidaban sus rebaños en las montañas. Y ahora, David cortésmente le pedía al rico varón que lo socorriera con algo de sus abundantes provisiones... “Y Nabal respondió a los jóvenes enviados por David, y dijo: ¿Quién es David, y quién es el hijo de Isaí?... ¿He de tomar yo ahora mi pan, mi agua, y la carne que he preparado para mis esquiladores y darla a hombres que no sé de dónde son?” vers. 10, 11.{RJ 324.4}
Cuando los jóvenes regresaron chasqueados, disgustados y con sus manos vacías y le informaron a David lo que había ocurrido, éste se indignó profundamente... David ordenó que sus hombres se ciñeran las espadas y se aprestaran para una batalla.{RJ 324.5}
Uno de los siervos de Nabal se apresuró a comunicar a Abigail, esposa de Nabal... lo que había sucedido.{RJ 324.6}
Sin consultar con su esposo, ni comunicarle su intención, Abigail preparó una abundante cantidad de provisiones y salió para encontrarse con el ejército de David. Los encontró en un oculto camino de la montaña. “Y cuando Abigail vio a David, se bajó prontamente... y postrándose sobre su rostro delante de David, se inclinó a tierra; y se echó a sus pies, y dijo: Señor mío, sobre mí sea el pecado; mas te ruego que permitas que tu sierva hable a tus oídos”. vers. 23, 24. Abigail se dirigió a David con mucha reverencia; como si le hablara a un monarca reinante... Con palabras suaves procuró calmar la irritación de David... Demostrando un espíritu abnegado, ella le pidió que le imputara toda la culpa de lo ocurrido y que no la cargase sobre su pobre y engañado esposo.{RJ 324.7}
¡Qué espíritu notable! Sin ningún resabio de ostentación ni de orgullo, pero llena de la sabiduría y del amor de Dios, Abigail manifestó la fuerza de la devoción que sentía hacia su esposo. Cualquiera que fuera la actitud del esposo, aún era su esposo, y expresó claramente al indignado capitán que el trato descortés de Nabal en ningún modo fue premeditado como una afrenta personal.—The Signs of the Times, 26 de octubre de 1888.{RJ 324.8}
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