¡Cuán grande es tu bien, que has guardado para los que te temen, que has
obrado para los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres! Salmos 31:19. {NEV 12.1}
Dios derrama sus bendiciones a lo largo de todo nuestro camino, para
alegrar nuestro viaje e inducir a nuestros corazones a amarlo y alabarlo; y él
desea que extraigamos agua de la fuente de la salvación para refrescar nuestros
corazones. Podemos cantar los cánticos de Sión, podemos regocijar nuestros
corazones, y podemos alegrar los corazones de otros; la esperanza debe
fortalecerse, y la oscuridad debe tornarse en luz. Dios no nos ha dejado en un
mundo tenebroso—como peregrinos y extranjeros que buscan un país mejor, el país
celestial—sin darnos preciosas promesas para aliviar toda carga. Los bordes de
nuestro sendero están sembrados con hermosas flores de promesa. Florecen a todo
nuestro alrededor, esparciendo por el ambiente rica fragancia.—Carta 27, 1886. {NEV 12.2}
Cuántas bendiciones perdemos porque pasamos por alto las bendiciones que
recibimos diariamente, mientras nos lamentamos por aquello que no tenemos.
Olvidamos y desestimamos las mercedes corrientes que abundan en nuestro camino.
Podemos aprender lecciones de las cosas humildes que Dios ha puesto en la
naturaleza. La flor que medra en la oscuridad y en los lugares humildes,
responde a todos los rayos de luz que puede obtener, y extiende sus hojas. El
pájaro enjaulado canta en su prisión en el cuarto sin sol, como si estuviera en
una morada asoleada. Dios sabe si nosotros haremos un uso sabio de sus
bendiciones; nunca nos las dará para que abusemos de ellas. Dios ama el corazón
agradecido, que confía implícitamente en sus palabras de promesa, obteniendo
consuelo, esperanza y paz de ellas; y él nos revelará todavía mayores
profundidades de su amor.—The Review and Herald, 12 de abril de 1887. {NEV 12.3}
Si alabáramos el santo nombre de Dios como debiéramos hacerlo, la llama
del amor se encendería en muchos corazones. ... La alabanza de Dios debiera
estar continuamente en nuestros corazones y nuestros labios. Esta es la mejor
manera de resistir a la tentación de seguir una conducta ociosa y frívola.—Carta 42, 1900. {NEV 12.4}
El Señor quiera que elevemos nuestra vida y seamos agradecidos a él
porque hay un cielo, y porque Jesús está preparando mansiones para nosotros.
... Alabemos a Dios, de quien proceden todas las bendiciones. Apropiémonos
mediante una fe viva de las ricas promesas de Dios, y seamos agradecidos desde
la mañana hasta la noche.—The Review and Herald, 12 de abril de 1887. {NEV 12.5}
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