Cercano está Jehová a todos los que le invocan, a todos los que le
invocan de veras. Salmos 145:18. {DNC 12.1}
Dios se complace cuando mantenemos el rostro orientado hacia el Sol de
justicia... Cuando estamos en dificultades y oprimidos por la ansiedad, el
Señor está cerca de nosotros, y nos insta a que depositemos toda nuestra
solicitud en él, porque él cuida de nosotros... {DNC 12.2}
Se acerca a todos sus hijos en su aflicción. Es su refugio en tiempo de
peligro. Les ofrece su gozo y consuelo cuando están dolientes. ¿Nos apartaremos
del Redentor, la fuente de agua viva, para cavarnos cisternas rotas que no
pueden detener agua? Cuando se aproxime el peligro, ¿buscaremos la ayuda de los
que son tan débiles como nosotros, o acudiremos al que es poderoso para salvar?
Sus brazos están abiertos ampliamente y formula esta invitación llena de gracia:
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré
descansar”... {DNC
12.3}
No es la manifestación de su gracia, terrible majestad y poder
incomparable lo que nos dejará sin excusa si le rehusamos nuestro amor y
nuestra obediencia. Es el amor, la compasión, la paciencia, la longanimidad que
ha manifestado, lo que testificará en contra de aquellos que no han ofrecido el
servicio voluntario de sus vidas. Los que se convierten a Dios con corazón,
alma y mente, encontrarán en él apacible seguridad... {DNC 12.4}
El conoce justamente lo que necesitamos, justamente lo que podemos
soportar, y nos dará gracia para soportar toda prueba que sobrevenga. Mi
oración constante es que nos acerquemos más a Dios. {DNC 12.5}
Se ha hecho toda provisión para satisfacer las necesidades de nuestra
naturaleza espiritual y moral... Luz e inmortalidad son traídas por medio del
Señor Jesucristo. Jesús ha dicho que ha puesto delante de nosotros una puerta
abierta, y nadie puede cerrarla. La puerta abierta está delante de nosotros, y
por la gracia de Cristo, rayos de luz misericordiosa dimanan desde los portones
entreabiertos.* {DNC 12.6}
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