Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el
Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí. Juan 15:26. {ATO 17.1}
Es un precioso privilegio que se nos encargue la obra de Dios, y ser así
sus colaboradores. El Espíritu Santo siempre conduce hacia la Palabra escrita y
llama la atención a la gran norma de justicia. Recibir la honra de Dios que
otorga el privilegio de testificar por la verdad es algo maravilloso...{ATO 17.2}
Aquellos en cuyos corazones mora Jesús por la fe, han recibido realmente
el Espíritu Santo. Cada individuo que recibe a Jesús como su Salvador personal,
ciertamente recibe también el Espíritu Santo a fin de ser su Consejero, su
Santificador, su Guía y su Testigo. Cuanto más estrechamente camine el creyente
con Dios, más claro será su testimonio, y como resultado seguro, será más
poderosa la influencia de su testimonio del amor del Salvador sobre otros y más
evidencia dará de que valora la Palabra de Dios. Esta es su comida, lo que
satisface su alma sedienta. Valora el privilegio de conocer la voluntad de Dios
en su Palabra. {ATO
17.3}
Algunas almas que pretenden ser creyentes han descuidado la Palabra de
Dios y se han apartado de ella. Han menospreciado la Biblia, el maravilloso
Libro guiador, el verdadero Escudriñador de todas las ideas, y pretenden tener
el Espíritu para enseñarles, de manera que consideran innecesario escudriñar
las Escrituras. Todos ellos están prestando oído a los sofismas de Satanás,
porque el Espíritu y la Palabra armonizan, tal como lo dicen las Escrituras:
“¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto es porque no les ha
amanecido”... Isaías
8:20. {ATO
17.4}
El Señor los ama y sus ángeles guardianes están a su lado. Si ustedes
son hacedores de la Palabra obedecerán las instrucciones de Jesucristo. En
nuestra propia fortaleza somos completamente débiles, pero cuando ponemos toda
nuestra confianza en Jesús somos guardados por su poder, porque es plenamente
capaz de guardar a toda alma en El. El peligro al cual está expuesta toda alma
es muy grande. {ATO
17.5}
El gran adversario de Dios y enemigo del hombre se mantiene vigilante
para encontrar una oportunidad de sorprendemos con la guardia baja. Jesús nos
amonesta acerca de nuestro peligro y nos advierte contra el astuto enemigo.
Repetidamente coloca delante de nosotros el deber de mantenemos siempre
vigilantes y en oración, a fin de no caer en tentación. Crean en Jesús. Confíen
en Jesús con una fe viviente y constante, y confíen en El para que los guarde y
los salve. Están asidos de Uno que es poderoso para salvarlos, y por tanto
tiempo como se sometan para ser conducidos por El, para aprender de El y
confiar en El, los guardará sin caída. Y si se encarga de protegerlos, es una
defensa segura.—Manuscrito 1, del 5 de enero de 1894, “El Espíritu Santo
armoniza con la Palabra”.* {ATO 17.6}
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