Independencia moral, 8 de febrero
Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no
toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y
vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso. 2 Corintios 6:17, 18. {MSV 48.1}
Muchos hay hoy día que tienen un velo sobre su rostro. Este velo
consiste en la simpatía con las costumbres y prácticas del mundo, que les
ocultan la gloria del Señor. Dios quiere que mantengamos nuestros ojos fijos en
él, para que perdamos de vista las cosas de este mundo. {MSV 48.2}
A medida que se va introduciendo la verdad en la vida práctica, la norma
ha de ser elevada de más en más para ponerse a la altura de las demandas de la
Biblia. Esto hará necesaria la oposición a las modas, costumbres, prácticas y
máximas del mundo. Las influencias mundanales, a semejanza de las olas del mar,
baten contra los seguidores de Cristo para arrancarlos de los verdaderos
principios de su mansedumbre y de su gracia; pero debemos permanecer en los
principios tan firmes como una roca. El hacerlo exigirá valor moral, y aquellos
cuyas almas no estén aseguradas a la Roca eterna, serán arrastrados por la
corriente mundana. Podremos quedar firmes solamente si nuestra vida está
escondida con Cristo en Dios. La independencia moral está en su sitio cuando se
opone al mundo. Poniéndonos en completa armonía con la voluntad de Dios,
estaremos en situación ventajosa y veremos la necesidad de una separación
terminante de las costumbres y prácticas del mundo. {MSV 48.3}
No hemos de elevar nuestra norma tan solo un poquito sobre la norma del
mundo, sino que hemos de hacer la diferencia incontestablemente evidente... {MSV 48.4}
No es cosa fácil obtener el inestimable tesoro de la vida eterna. Nadie
puede hacer esto e ir a la deriva con la corriente del mundo. Ha de salir del
mundo, separarse de él, y no tocar lo inmundo. Nadie puede proceder como un
mundano sin ser arrastrado por la corriente del mundo. Nadie hará progreso
alguno en sentido ascendente sin esfuerzo perseverante. El que quiere vencer
tiene que afirmarse en Cristo. No ha de mirar atrás, sino mantener la vista
siempre en alto, obteniendo una gracia tras otra. La vigilancia individual es
el precio de la seguridad... {MSV 49.1}
El fin de todas las cosas está cerca. Se necesitan ahora hombres y
mujeres armados y equipados para luchar en favor de Dios.—La Educación Cristiana, 107-109. {MSV 49.2}
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