Israel promete obedecer los
mandamientos de Dios, 7 de febrero
Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo:
Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos.Éxodo 24:7. {SSJ 44.1}
Se hizo entonces la preparación para la ratificación del pacto, de
acuerdo con las instrucciones de Dios se cita. Éxodo 24:4-8... {SSJ 44.2}
Aquí los israelitas recibieron las condiciones del pacto. Hicieron un
pacto solemne con Dios, que representaba el pacto hecho entre Dios y cada
creyente en Jesucristo. Las condiciones fueron claramente presentadas delante
del pueblo. No se los dejó librados a entenderlas mal. Cuando se les requirió
que decidieran si convenían con todas las condiciones dadas, unánimemente
consintieron en obedecer cada obligación. Ya habían consentido en obedecer los
mandamientos de Dios. Fueron especificados entonces los principios de la ley
para que ellos pudieran saber cuánto estaba implicado en comprometerse a
obedecer la ley; y aceptaron los detalles específicamente definidos de la ley. {SSJ 44.3}
Si los israelitas hubiesen obedecido los requisitos de Dios, habrían
sido cristianos prácticos. Habrían sido felices, pues habrían estado siguiendo
por los caminos de Dios y no las inclinaciones de su propio corazón natural.
Moisés no les dejó que interpretaran erróneamente las palabras del Señor o que
aplicaran mal sus requisitos. Escribió todas las palabras del Señor en un libro
para que después se pudiera hacer referencia a ellas. En el monte las había
escrito como las dictó Cristo mismo. {SSJ 44.4}
Valientemente los israelitas pronunciaron las palabras que prometían
obediencia al Señor, después de escuchar el pacto divino leído a oídos del
pueblo. Dijeron: “Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos”.
Entonces el pueblo fue puesto aparte y sellado para Dios. Se ofreció un
sacrificio al Señor. Se asperjó sobre el altar una porción de la sangre del
sacrificio. Esto significaba que el pueblo se había consagrado, cuerpo, mente y
alma, a Dios. Una porción fue asperjada sobre el pueblo. Esto significaba que
mediante la sangre asperjada de Cristo, Dios bondadosamente los aceptaba como
su tesoro especial. Así los israelitas entraron en un pacto solemne con Dios.—Comentario Bíblico Adventista 1:121. {SSJ 44.5}
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