¡Abrid el depósito! 1 de enero
A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada
esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables
riquezas de Cristo. Efesios 3:8. {AFC 9.1}
En la Palabra de Dios hay ricas minas de verdad que si las exploráramos
toda nuestra vida, encontraríamos que tan solo hemos comenzado a ver sus
preciosos tesoros... Se necesitará de toda la eternidad para comprender las
riquezas de la gloria de Dios y de Jesucristo... {AFC 9.2}
Cristo ha dicho: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba”. Juan 7:37. ¿Habéis extinguido ya la fuente? No,
porque es inextinguible. Podéis beber tan pronto como sintáis necesidad, y
beber de nuevo. La fuente siempre está llena. Y una vez que hayáis bebido de
esa fuente, no procuraréis apagar vuestra sed en las cisternas rotas de este
mundo... No, porque habéis bebido de la corriente que alegra la ciudad de Dios.
Entonces vuestro gozo será pleno, pues Cristo será en vosotros la esperanza de
gloria.—The
Review and Herald, 15 de marzo de 1892. {AFC 9.3}
Jehová Emanuel, “en el cual están escondidos todos los tesoros de
sabiduría y conocimiento” y en el cual “habita toda la plenitud de la Divinidad
corporalmente”, conocerle, poseerle, mientras el corazón se abre más y más para
recibir sus atributos, saber lo que es su amor y su poder, poseer las riquezas
inescrutables de Cristo, comprender mejor “cuál sea la anchura y la longura y
la profundidad y la altura, y conocer el amor de Cristo, que excede a todo
conocimiento, para que seáis llenos de toda plenitud de Dios, esta es la
herencia de los siervos del Señor, esta es la justicia que deben esperar de mí,
dice el Señor”.—El
Discurso Maestro de Jesucristo, 35. {AFC 9.4}
No hay necesidad de que pasemos hambre ni sed, al paso que el depósito
del cielo está abierto para nosotros y la llave nos es entregada. ¿Cuál es la
llave? La fe, que es el don de Dios. Abrid el depósito, tomad de sus ricos
tesoros.—The
Review and Herald, 15 de marzo de 1892. {AFC 10.1}
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