El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo. 1 Juan 2:6. {CDCD 8.1}
Muchos están en el territorio encantado del enemigo. Cosas superfluas
como fiestas fatuas, cantos, bromas y chistes ocupan sus mentes, de modo que
sirven a Dios con corazón dividido. Cuando hacen estas cosas un ser invisible
se encuentra entre ustedes. Satanás está presente con regocijo infernal. No se
presta atención a esta declaración de Cristo: “Ninguno puede servir a dos
señores”. Mateo
6:24. {CDCD
8.2}
Después de la ascensión de Cristo, el Espíritu Santo no descendió
inmediatamente. Pasaron diez días antes que el Espíritu Santo fuera derramado.
Los discípulos dedicaron ese tiempo a prepararse con mucho fervor a fin de
recibir tan precioso don. Los ricos tesoros del cielo fueron derramados sobre
ellos después de escudriñar diligentemente sus corazones y sacrificar todo
ídolo. Estaban ante Dios para humillar sus almas, fortalecer su fe y confesar
sus pecados. Sus corazones latían al unísono. “Cuando llegó el día de
Pentecostés, estaban unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo
como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban
sentados”. Hechos
2:1, 2. La iglesia necesita una experiencia similar aquí mismo, en el gran
corazón de la obra.* ¿Estamos
examinando nuestros corazones y preparándonos para recibir la gracia celestial?
El Señor está esperando para poder derramarla. {CDCD 8.3}
Dios se revelará a su pueblo, pero todos debemos estar empeñados en la
obra de buscarlo... La tarea que se debe llevar a cabo en este tiempo es de lo
más importante. Esta es una cuestión de vida o muerte... {CDCD 8.4}
¿Se le permitirá al enemigo, precisamente en este tiempo solemne, que
cree tal ambiente de diversión y placer, que absorba las mentes y las llene de
cosas vanas y pensamientos frívolos que no tienen nada que ver con Dios, ni con
la eternidad ni con el cielo?—Manuscrito 38, 1890,
diario del 2 de enero de 1890. {CDCD 8.5}
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