Cuando Jesús nació en Belén... vinieron del oriente a Jerusalén unos
magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido?Mateo 2:1, 2. {MSV 11.2}
El Rey de gloria descendió muchísimo para asumir la humanidad; y los
ángeles, que habían sido testigos de su esplendor en las cortes celestiales,
cuando era adorado por todas las huestes del cielo, se desilusionaron al
descubrir que su divino Comandante ocupaba un puesto que implicaba tan profunda
humillación. {MSV
11.3}
Los judíos se habían separado tanto de Dios por causa de sus malas
obras, que los ángeles no les podían transmitir las nuevas del advenimiento del
niño Redentor. Dios eligió a los sabios de Oriente para que cumplieran su
voluntad... {MSV
11.4}
La aparición desusada de una estrella grande y brillante, que nunca
habían visto antes, y que aparecía como una señal en los cielos, atrajo su
atención. No tuvieron el privilegio de escuchar la proclamación de los ángeles
a los pastores. Pero el Espíritu de Dios los impulsó a buscar al Visitante
celestial que había venido a este mundo caído. Los sabios enderezaron su rumbo
en la dirección en que la estrella parecía conducirlos. Al acercarse a la ciudad
de Jerusalén, la estrella se envolvió en tinieblas, y no los guió más. Llegaron
a la conclusión de que los judíos no podían ignorar el gran acontecimiento
de la llegada del Mesías; de modo que comenzaron a inquirir al respecto en las
proximidades de Jerusalén. {MSV 11.5}
Los sabios se sorprendieron al verificar que no había un interés
especial con respecto al tema de la venida del Mesías... Cuando abandonaron
Jerusalén, ya no abrigaban tanta confianza y esperanza como cuando llegaron. Se
maravillaban de que los judíos no tuvieran interés ni manifestaran gozo frente
a la perspectiva del gran acontecimiento de la venida del Cristo. {MSV 12.1}
Las iglesias de nuestro tiempo están buscando la grandeza mundana y
están tan poco dispuestas a ver la luz de las profecías y a recibir la
evidencia de su cumplimiento, que muestran que Cristo muy pronto vendrá, como
los judíos con respecto a su primer advenimiento. Esperaban el reino temporal y
triunfante del Mesías en Jerusalén. Los profesos cristianos de nuestra época esperan
la prosperidad temporal de la iglesia, manifestada en la conversión del mundo,
y el gozo del milenio temporal.—The Review and Herald, 24 de diciembre
de 1872. {MSV
12.2}
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