Miremos arriba, 30 de agosto Puestos los ojos en el autor y consumador de la fe, en Jesús; el cual, habiéndole sido propuesto gozo, sufrió la cruz, menospreciando la vergüenza, y sentóse a la diestra del trono de Dios. Hebreos 12:2. https://ift.tt/XuiE1Wb “Hace varios años, mientras viajaba desde Cristianía, Noruega, a Goteborg, Suecia, tuve la oportunidad de contemplar el crepúsculo más maravilloso que me había sido dado presenciar.... Los últimos rayos del sol poniente—oro, plata, púrpura, ámbar y carmesí—esparcían sus resplandores en el cielo adquiriendo cada vez mayor brillo y abarcando más espacio en los cielos hasta que parecía que las puertas de la ciudad de Dios se habían entreabierto y nos llegaban destellos de la gloria interior. Durante dos horas el maravilloso esplendor continuó iluminando el frío cielo boreal como un cuadro pintado por el Artista maestro sobre el lienzo cambiante de los cielos. Parecía la sonrisa de Dios sobre todos los hogares terrenales, sobre las llanur...
El legado de paz de Cristo, 30 de agosto La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. Juan 14:27. https://ift.tt/jRSQvac Antes de que nuestro Señor fuera a la agonía de la cruz, hizo su testamento. No tenía plata u oro o casas que dejar a sus discípulos. Era un hombre pobre en cuanto a posesiones terrenales se refiere. Pocos en Jerusalén eran tan pobres como él. Pero dejó a sus discípulos una dádiva más rica que la que cualquier monarca terrenal podría conceder a sus súbditos. “La paz os dejo, mi paz os doy”, dijo... Les dejó la paz que había sido suya durante su vida en la tierra, la que había estado con él en medio de su pobreza, maltratos y persecuciones, y que debía estar con él durante su agonía en el Getsemaní y en la despiadada cruz. La vida del Salvador en esta tierra, pese a haber sido vivida en medio de conflictos, fue una vida de paz... Ninguna tormenta de la ira satánica pudo alterar la calma de aquella per...