La Fe por la Cual Vivo


La Fe por la Cual Vivo
Justificados por su sangre, 6 de abril Luego mucho más ahora, justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Romanos 5:9. https://ift.tt/12450zs “No es la voluntad de Dios que seáis desconfiados y torturéis vuestras almas con el temor de que Dios no os aceptará porque sois pecadores e indignos.... Podéis decir: ‘Sé que soy pecador y ésta es justamente la razón por la cual necesito un Salvador.... No tengo bondad ni mérito alguno para pretender la salvación, pero presento ante Dios la sangre expiatoria del inmaculado Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Esta es mi única defensa.’”—The Signs of the Times, 4 de julio de 1892. “Dios se acerca al hombre por medio de Jesucristo, el mediador, único medio por el cual perdona los pecados. Dios no puede perdonar los pecados en menoscabo de su justicia, su santidad y su verdad. Pero, perdona los pecados y lo hace plenamente. No hay pecados que no perdonará por medio del Señor Jesucristo. Esta es la única esperanza del pecador, y si descansa en ella con fe sincera, puede estar seguro del perdón pleno y gratuito. Hay sólo un canal y éste es accesible a todos y por medio de este canal el alma penitente y contrita recibe abundante perdón y hasta los pecados más negros son lavados. Estas lecciones fueron enseñadas al pueblo escogido de Dios hace miles de años; se repitieron en diversos símbolos y figuras para que quedara afirmada en cada corazón la verdad de que sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecados.... La justicia exige la pena del hombre, pero Cristo pagó la pena de un Dios. El no necesitaba la expiación del tormento para sí mismo; todos sus méritos y santidad fueron ofrecidos al hombre caído como un don.”—The S.D.A. Bible Commentary 7:912, 913.
¡Visita La Fe por la Cual Vivo!

Hijos e Hijas de Dios


Hijos e Hijas de Dios
El nuevo corazón es puro, 6 de abril Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. Mateo 5:8. https://ift.tt/a3bBNkg La sabiduría que viene “de lo alto es primeramente pura”. En la ciudad de Dios no entrará nada que mancille. Todos los que morarán en ella habrán llegado aquí a ser puros de corazón. En el que vaya aprendiendo de Jesús se manifestará creciente repugnancia por los hábitos descuidados, el lenguaje vulgar y los pensamientos impuros. Cuando Cristo viva en el corazón, habrá limpieza y cultura en el pensamiento y en los modales. Pero las palabras de Cristo: “Bienaventurados los de limpio corazón”, tienen un significado mucho más profundo. No se refieren únicamente a los que son puros según el concepto del mundo, es decir, están exentos de sensualidad y concupiscencia, sino a los que son fieles en los pensamientos y motivos del alma, libres del orgullo y del amor propio; humildes, generosos y como niños... Los de puro corazón ven a Dios en un aspecto nuevo y atractivo, como su Redentor; mientras disciernen la pureza y hermosura de su carácter, anhelan reflejar su imagen. Para ellos es un Padre que anhela abrazar a un hijo arrepentido; y sus corazones rebosan de alegría indecible y de gloria plena. Los de corazón puro perciben al Creador en las obras de su mano poderosa, en las obras de belleza que componen el universo. En su Palabra escrita ven con mayor claridad aún la revelación de su misericordia, su bondad y su gracia. Las verdades escondidas a los sabios y los prudentes se revelan a los niños. La hermosura y el encanto de la verdad... se presentan constantemente a quienes, movidos por un espíritu sencillo como el de un niño, desean conocer y cumplir la voluntad de Dios.—El discurso maestro de Jesucristo, 25-27.
¡Visita Hijos e Hijas de Dios!

Hijos e Hijas de Dios


El nuevo corazón es puro, 6 de abril Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. Mateo 5:8. https://ift.tt/a3bBNkg La sabiduría que viene “de lo alto es primeramente pura”. En la ciudad de Dios no entrará nada que mancille. Todos los que morarán en ella habrán llegado aquí a ser puros de corazón. En el que vaya aprendiendo de Jesús se manifestará creciente repugnancia por los hábitos descuidados, el lenguaje vulgar y los pensamientos impuros. Cuando Cristo viva en el corazón, habrá limpieza y cultura en el pensamiento y en los modales. Pero las palabras de Cristo: “Bienaventurados los de limpio corazón”, tienen un significado mucho más profundo. No se refieren únicamente a los que son puros según el concepto del mundo, es decir, están exentos de sensualidad y concupiscencia, sino a los que son fieles en los pensamientos y motivos del alma, libres del orgullo y del amor propio; humildes, generosos y como niños... Los de puro corazón ven a Dios en un aspecto nuevo y atractivo, como su Redentor; mientras disciernen la pureza y hermosura de su carácter, anhelan reflejar su imagen. Para ellos es un Padre que anhela abrazar a un hijo arrepentido; y sus corazones rebosan de alegría indecible y de gloria plena. Los de corazón puro perciben al Creador en las obras de su mano poderosa, en las obras de belleza que componen el universo. En su Palabra escrita ven con mayor claridad aún la revelación de su misericordia, su bondad y su gracia. Las verdades escondidas a los sabios y los prudentes se revelan a los niños. La hermosura y el encanto de la verdad... se presentan constantemente a quienes, movidos por un espíritu sencillo como el de un niño, desean conocer y cumplir la voluntad de Dios.—El discurso maestro de Jesucristo, 25-27.

Exaltad a Jesús


Exaltad a Jesús
El pan de vida aviva la naturaleza espiritual, 6 de abril Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. Juan 6:50. https://ift.tt/B0758lr Hay una gran necesidad de controlar el yo cuando nos sorprendemos tratando de sacar partido de los deslices de algún hermano, hermana, o amigo. Aunque no reconozcamos que el objeto de difamar a otros sea exaltar el yo, la autoexaltación es responsable por la práctica de hacer ver las faltas ajenas. Que cada persona recuerde que es mejor mantenerse en guardia y trazar sendas rectas para sus propios pies, no sea que el cojo... sea apartado de su camino. Ninguno de nosotros corre el riesgo de ser demasiado piadoso ni de poseer un carácter demasiado semejante al de Cristo. El remedio para la desemejanza a Cristo, por dar ocasión a que se hable mal del bien, consiste en vivir con humildad, en mantenerse mirando a Jesús en oración vigilante, hasta ser transformados a la semejanza de su hermoso carácter. El alma no se puede satisfacer con fórmulas, máximas y tradiciones. El ruego del alma debe ser: Dadme el pan de vida; acercad una copa llena a mi naturaleza espiritual sedienta, para que pueda refrescarme y revivir; pero nadie se inmiscuya ni se interponga entre mi Redentor y yo. Permítaseme verlo como mi ayudador, como el varón de dolores, experimentado en quebrantos. Tú, oh Señor, debes ser mi ayudador. Tú fuiste herido por mis transgresiones, molido por mis pecados, el castigo de mi paz fue sobre ti, y por tu llaga fui curado. Cristo fue crucificado por nuestros pecados, y se levantó del sepulcro abierto para nuestra justificación; y ha proclamado triunfalmente: “Yo soy la resurrección y la vida”. Jesús vive como nuestro intercesorpara suplicar delante del Padre. El ha llevado los pecados de todo el mundo, y no ha hecho de ningún hombre mortal un portador de pecados para otros. Ninguna persona puede soportar el peso de sus propias trangresiones. El Crucificado las soportó todas y ningún alma que en él cree debe perecer, sino tener vida eterna. Por su gracia, el discípulo de Cristo será capacitado para enfrentarse con cada prueba y dificultad mientras lucha por alcanzar la perfección del carácter. Al apartar su vista de Jesús hacia otra persona, o hacia otra cosa, a veces puede cometer errores; pero tan pronto como se le advierte del peligro, nuevamente fija sus ojos en Cristo, en quien se centra su esperanza de vida eterna; coloca sus pies en las huellas de su Señor y continúa viajando con seguridad. Se regocija en decir: “El es mi intercesor viviente delante de Dios. Oró en mi favor. Es mi abogado, y me viste con la perfección de su propia justicia. Eso es todo lo que necesito para soportar la vergüenza y la crítica por causa de su amado nombre. Si me permite sufrir persecución, él me dará la gracia y el consuelo de su presencia, para que resulte en la glorificación de su nombre”.—The Review and Herald, 12 de mayo de 1896.
¡Visita Exaltad a Jesús!

Exaltad a Jesús


El pan de vida aviva la naturaleza espiritual, 6 de abril Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. Juan 6:50. https://ift.tt/B0758lr Hay una gran necesidad de controlar el yo cuando nos sorprendemos tratando de sacar partido de los deslices de algún hermano, hermana, o amigo. Aunque no reconozcamos que el objeto de difamar a otros sea exaltar el yo, la autoexaltación es responsable por la práctica de hacer ver las faltas ajenas. Que cada persona recuerde que es mejor mantenerse en guardia y trazar sendas rectas para sus propios pies, no sea que el cojo... sea apartado de su camino. Ninguno de nosotros corre el riesgo de ser demasiado piadoso ni de poseer un carácter demasiado semejante al de Cristo. El remedio para la desemejanza a Cristo, por dar ocasión a que se hable mal del bien, consiste en vivir con humildad, en mantenerse mirando a Jesús en oración vigilante, hasta ser transformados a la semejanza de su hermoso carácter. El alma no se puede satisfacer con fórmulas, máximas y tradiciones. El ruego del alma debe ser: Dadme el pan de vida; acercad una copa llena a mi naturaleza espiritual sedienta, para que pueda refrescarme y revivir; pero nadie se inmiscuya ni se interponga entre mi Redentor y yo. Permítaseme verlo como mi ayudador, como el varón de dolores, experimentado en quebrantos. Tú, oh Señor, debes ser mi ayudador. Tú fuiste herido por mis transgresiones, molido por mis pecados, el castigo de mi paz fue sobre ti, y por tu llaga fui curado. Cristo fue crucificado por nuestros pecados, y se levantó del sepulcro abierto para nuestra justificación; y ha proclamado triunfalmente: “Yo soy la resurrección y la vida”. Jesús vive como nuestro intercesorpara suplicar delante del Padre. El ha llevado los pecados de todo el mundo, y no ha hecho de ningún hombre mortal un portador de pecados para otros. Ninguna persona puede soportar el peso de sus propias trangresiones. El Crucificado las soportó todas y ningún alma que en él cree debe perecer, sino tener vida eterna. Por su gracia, el discípulo de Cristo será capacitado para enfrentarse con cada prueba y dificultad mientras lucha por alcanzar la perfección del carácter. Al apartar su vista de Jesús hacia otra persona, o hacia otra cosa, a veces puede cometer errores; pero tan pronto como se le advierte del peligro, nuevamente fija sus ojos en Cristo, en quien se centra su esperanza de vida eterna; coloca sus pies en las huellas de su Señor y continúa viajando con seguridad. Se regocija en decir: “El es mi intercesor viviente delante de Dios. Oró en mi favor. Es mi abogado, y me viste con la perfección de su propia justicia. Eso es todo lo que necesito para soportar la vergüenza y la crítica por causa de su amado nombre. Si me permite sufrir persecución, él me dará la gracia y el consuelo de su presencia, para que resulte en la glorificación de su nombre”.—The Review and Herald, 12 de mayo de 1896.

En los Lugares Celestiales


La guía de los ángeles, 6 de abril https://ift.tt/4IULOCW Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto. Hechos 8:26. Dios ha registrado muchos relatos en su inspirada Palabra para enseñarnos que la familia humana es el objeto del especial cuidado de los ángeles celestiales. No se ha dejado al hombre para que sea el juguete de las tentaciones de Satanás. Todo el cielo está activamente empeñado en la obra de comunicar luz a los habitantes del mundo para que no queden sin guía espiritual. El ojo que nunca dormita ni duerme está guardando el campamento de Israel. Miríadas de miríadas y millares de millares de ángeles están ministrando las necesidades de los hijos de los hombres. Voces inspiradas por Dios están clamando: Este es el camino, andad en él. Si los hombres oyeran la voz de advertencia, si confiaran en la dirección de Dios y no en su juicio finito, estarían seguros... Ángeles celestiales están velando sobre los que buscan luz y cooperan con los que tratan de ganar almas para Cristo. Esto se echa de ver por el incidente de Felipe y el etíope. Fue enviado un mensajero celestial para mostrar a Felipe su obra para con el etíope... Los ángeles de Dios estaban tomando nota de este buscador de la luz... Hoy, como entonces, los ángeles están dirigiendo y guiando a los que desean ser guiados y dirigidos. El ángel enviado a Felipe podría haber hecho él la obra por el etíope, pero no era ésta la manera de trabajar de Dios. Como instrumentos de Dios los hombres deben trabajar por los otros... Mediante el ministerio de los ángeles, Dios envía luz a su pueblo, y mediante su pueblo esta luz debe ser dada al mundo... Fieles centinelas están de guardia para guiar a las almas por las sendas rectas.—The Youth’s Instructor, 14 de febrero de 1901.

El Cristo Triunfante


El sello exterior de Dios revela la fe interior, 5 de abril https://ift.tt/J0D3y6K “Y cuando os dijeren vuestros hijos: ¿Qué es este rito vuestro? Vosotros responderéis: Es la víctima de la pascua de Jehová, el cual pasó por encima de las casas de los hijos de Israel en Egipto, cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas”. Éxodo 12:26, 27. Todo agente humano tendrá que decidir si unificar su carácter con el Príncipe de la vida o con el príncipe de la oscuridad... Si servimos al pecado, ante el tribunal de Cristo recibiremos el galardón que corresponde al transgresor de la ley de Jehová. El Señor Jesús ha de juzgar al mundo... Todas las invitaciones extendidas por un Dios lleno de gracia—pero que ha sido despreciado y rechazado—, serán presentadas a cada persona, y la sentencia decidirá el destino del alma, para disfrutar el gozo eterno o ser castigada con el fiero elemento de la ira divina poniendo de este modo fin a la historia de los impíos para siempre. La condición comunicada a los hebreos en Egipto, la noche cuando los primogénitos fueron destruidos, era que cada familia debía manifestar tal fe en el mensaje de Dios que los condujera a actuar en perfecta obediencia con las indicaciones que él les comunicaba. Cada miembro de la familia debía reunirse en cada hogar hebreo. Allí habrían de comer la pascua y, con las pertenencias en sus manos, hacer todos los preparativos para su partida. Dios habría de hacer una obra de juicio que conduciría a Faraón a entender que el Señor era Dios y fuera de él no había otro. El ángel de Dios pasaría por alto las casas de los hebreos que tuvieran la sangre asperjada en los dinteles y en las puertas. Esta señal sería respetada. Pero, ¿qué sucedería con aquellos que fueran descuidados y no reunieran a sus hijos en sus casas? Y, ¿qué de los niños que habían nacido y se habían criado en Egipto, que creyeran que esta invitación era sólo un capricho innecesario, y no obedeciesen las indicaciones de sus padres y ofrecieran alguna excusa como lo hicieron los invitados a la cena de bodas? En estos casos, nada podría retener los juicios de Dios que habrían de derramarse tanto sobre los primogénitos de los hebreos como sobre los de los egipcios. ¿Cuál es la condición de quienes guardan los mandamientos de Dios y tienen la fe de Jesús? Si en la familia hay quienes se niegan a obedecer al Señor y rehúsan observar el sábado, no recibirán el sello del Señor. El sello es una garantía divina de perfecta seguridad sobre los escogidos de Dios. El sello indica que eres un elegido de Dios. Eres propiedad del Señor. Y habiendo recibido el sello de Dios somos una posesión de Cristo y nadie podrá arrebatarnos de sus manos.—Manuscrito 59, 1895.

Dios nos Cuida


El privilegio de la seguridad, 6 de abril https://ift.tt/rk5N4bT Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de él. 1 Juan 3:19. Quisiera impresionar a nuestros jóvenes y señoritas con la necesidad de hacer segura nuestra vocación y elección. Os ruego que no hagáis una obra casual o incierta, cuando vuestros intereses eternos están implicados. Si hacéis así perdéis la felicidad, la paz, el consuelo y la esperanza en esta vida, y perdéis también vuestra herencia inmortal. Jóvenes amigos, estáis destinados al juicio, y mediante la gracia de Cristo debéis rendir obediencia a los mandamientos de Dios, y diariamente obtener fortaleza de carácter, de modo que no falléis o seáis desanimados. Abundante gracia divina ha sido provista para cada alma, para que cada uno pueda entrar en el conflicto, y salir victorioso. No seáis perezosos; no os hagáis la ilusión de que podéis ser salvos andando de acuerdo con los rasgos naturales de vuestro carácter; que podéis dejaros arrastrar por la corriente del mundo, y gratificar y agradar al yo, y todavía ser capaces de soportar las fuerzas del mal en tiempo de crisis, y salir victoriosos cuando la batalla arrecia... Debéis aprender cada día a obedecer las órdenes del Capitán de la hueste celestial. Mis jóvenes amigos, ¿oráis? ¿Os estáis educando para ofrecer peticiones en demanda de pensamientos puros, aspiraciones santas, con un corazón puro y manos limpias? ¿Estáis educando vuestros labios para cantar alabanzas a Dios, y estáis buscando hacer la voluntad divina? Esta es la clase de educación que será de mayor valor para vosotros. Ella os guiará en la formación de un carácter semejante al de Cristo. No os sentéis en la cómoda silla de Satanás, y no digáis que de nada vale que os esforcéis, que no podéis dejar de pecar, y que no hay poder en vosotros para vencer. No hay poder en vosotros cuando estáis alejados de Cristo, pero tenéis el privilegio de tener a Cristo morando en vuestro corazón por fe, y él puede vencer el pecado en vosotros cuando cooperáis con sus esfuerzos... Podéis ser epístolas vivas, conocidas y leídas por todos los hombres. No debéis ser cartas muertas, sino cartas vivas, que testifiquen ante el mundo que Jesús puede salvar.

Alza tus Ojos


La cosecha de la cruz, 6 de abril https://ift.tt/bwe4TAq De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. Juan 12:24. Podemos ver en esta época la necesidad de atraer a los hombres a Cristo. Esto los atraería los unos a los otros en esa confianza, en ese amor y unidad por los cuales Cristo rogó en su última oración con y por sus discípulos. Esta unidad era esencial para su crecimiento espiritual. El mundo es un campo de batalla sobre el cual los poderes del bien y del mal están en guerra incesante. Cuando la obra de Cristo parecía encaminarse a la derrota, cuando a los discípulos les parecía que no había esperanza, algunos griegos se acercaron a ellos, diciéndoles: “Quisiéramos ver a Jesús”. Juan 12:21. Este pedido mostró a Cristo, quien estaba entonces a la sombra de la cruz, que la ofrenda de su sacrificio traería a todos los que creyeran una perfecta armonía con Dios. Por medio de esta propiciación por los pecados del hombre, el reino de Cristo se perfeccionaría y extendería a través del mundo. El actuaría como nuestro Restaurador. Su Espíritu prevalecería por doquier. Ninguno de sus contemporáneos ni aun los discípulos, comprendieron la naturaleza del reino de Cristo. Parecían incapaces de aceptar que Jesús no se sentaría en el trono de David, que no tomaría el cetro para reinar como príncipe temporal en Jerusalén, gloriosamente, delante de los ancianos. Cristo escuchó el clamor ansioso y ávido, “quisiéramos ver a Jesús”. Estos griegos representaban a las naciones, tribus y pueblos que habrían de despertar a su gran necesidad de un poder exterior y superior al poder finito. Por un momento Cristo contempló el futuro y escuchó voces que proclamaban en todos los lugares de la tierra: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. Juan 1:29. Esta anticipación, la consumación de sus esperanzas, se expresó en sus palabras: “Ha llegado la hora para que el Hijo del hombre sea glorificado”. Juan 12:23. Sin embargo, la manera mediante la cual esta glorificación habría de ocurrir nunca estuvo ausente de la mente de Cristo. El mundo podía salvarse solamente por su muerte. Como el grano de trigo, el Hijo del hombre debía ser echado en la tierra, morir y ser sepultado; ¡pero viviría otra vez! En cada cosecha se repite esta lección del grano de trigo. Los que cultivan el suelo tienen siempre delante de sí la ilustración de las palabras de Cristo. La semilla sepultada en el suelo produce mucho fruto, y cuando llega el momento también las semillas de este fruto son plantadas. De esta manera la cosecha se multiplica. La siega de la cruz del Calvario rendirá fruto para vida eterna. Y contemplarlo será la gloria de los que vivirán a través de las edades eternas. Con esta lección, Cristo ejemplifica la abnegación que debemos practicar.—Manuscrito 33, del 6 de abril de 1897, “Quisiéramos ver a Jesús”.

Alza tus Ojos


Alza tus Ojos
La cosecha de la cruz, 6 de abril https://ift.tt/bwe4TAq De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. Juan 12:24. Podemos ver en esta época la necesidad de atraer a los hombres a Cristo. Esto los atraería los unos a los otros en esa confianza, en ese amor y unidad por los cuales Cristo rogó en su última oración con y por sus discípulos. Esta unidad era esencial para su crecimiento espiritual. El mundo es un campo de batalla sobre el cual los poderes del bien y del mal están en guerra incesante. Cuando la obra de Cristo parecía encaminarse a la derrota, cuando a los discípulos les parecía que no había esperanza, algunos griegos se acercaron a ellos, diciéndoles: “Quisiéramos ver a Jesús”. Juan 12:21. Este pedido mostró a Cristo, quien estaba entonces a la sombra de la cruz, que la ofrenda de su sacrificio traería a todos los que creyeran una perfecta armonía con Dios. Por medio de esta propiciación por los pecados del hombre, el reino de Cristo se perfeccionaría y extendería a través del mundo. El actuaría como nuestro Restaurador. Su Espíritu prevalecería por doquier. Ninguno de sus contemporáneos ni aun los discípulos, comprendieron la naturaleza del reino de Cristo. Parecían incapaces de aceptar que Jesús no se sentaría en el trono de David, que no tomaría el cetro para reinar como príncipe temporal en Jerusalén, gloriosamente, delante de los ancianos. Cristo escuchó el clamor ansioso y ávido, “quisiéramos ver a Jesús”. Estos griegos representaban a las naciones, tribus y pueblos que habrían de despertar a su gran necesidad de un poder exterior y superior al poder finito. Por un momento Cristo contempló el futuro y escuchó voces que proclamaban en todos los lugares de la tierra: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. Juan 1:29. Esta anticipación, la consumación de sus esperanzas, se expresó en sus palabras: “Ha llegado la hora para que el Hijo del hombre sea glorificado”. Juan 12:23. Sin embargo, la manera mediante la cual esta glorificación habría de ocurrir nunca estuvo ausente de la mente de Cristo. El mundo podía salvarse solamente por su muerte. Como el grano de trigo, el Hijo del hombre debía ser echado en la tierra, morir y ser sepultado; ¡pero viviría otra vez! En cada cosecha se repite esta lección del grano de trigo. Los que cultivan el suelo tienen siempre delante de sí la ilustración de las palabras de Cristo. La semilla sepultada en el suelo produce mucho fruto, y cuando llega el momento también las semillas de este fruto son plantadas. De esta manera la cosecha se multiplica. La siega de la cruz del Calvario rendirá fruto para vida eterna. Y contemplarlo será la gloria de los que vivirán a través de las edades eternas. Con esta lección, Cristo ejemplifica la abnegación que debemos practicar.—Manuscrito 33, del 6 de abril de 1897, “Quisiéramos ver a Jesús”.
¡Visita Alza tus Ojos!

A Fin de Conocerle


A Dios por intermedio de Cristo, 6 de abril https://ift.tt/2ueMmd9 Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. 2 Corintios 5:19. A través de todas las páginas de la historia sagrada, a donde está registrada la relación de Dios con su pueblo escogido, hay huellas vivas del gran YO SOY... En todas estas revelaciones de la presencia divina, la gloria de Dios se manifestó por medio de Cristo. No solo cuando vino el Salvador, sino a través de todos los siglos después de la caída del hombre y de la promesa de la redención, “Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo a sí”. 2 Corintios 5:19. Cristo era el fundamento y el centro del sistema de sacrificios tanto en la era patriarcal como en la judía. Desde que pecaron nuestros primeros padres, no ha habido comunicación directa entre Dios y el hombre. El padre puso el mundo en manos de Cristo para que por su obra mediadora redimiera al hombre y vindicara la autoridad y santidad de la ley divina. Toda comunicación entre el cielo y la raza caída se ha hecho por medio de Cristo. Fue el Hijo de Dios quien dio a nuestros primeros padres la promesa de la redención. Fue él quien se reveló a los patriarcas. Adán, Noé, Abrahán, Isaac, Jacob y Moisés comprendieron el evangelio. Buscaron la salvación por medio del sustituto y garante del ser humano... El solemne servicio del santuario representaba las grandes verdades que habían de ser reveladas a través de las siguientes generaciones. La nube de incienso que ascendía con las oraciones de Israel representaba su justicia, que es lo único que puede hacer aceptable ante Dios la oración del pecador; la víctima sangrante en el altar del sacrificio daba testimonio del Redentor que había de venir; y el lugar santísimo irradiaba la señal visible de la presencia divina. Así, a través de siglos y siglos de tinieblas y apostasía la fe se mantuvo viva en los corazones humanos.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 381-383.

A Fin de Conocerle


A Fin de Conocerle
A Dios por intermedio de Cristo, 6 de abril https://ift.tt/2ueMmd9 Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. 2 Corintios 5:19. A través de todas las páginas de la historia sagrada, a donde está registrada la relación de Dios con su pueblo escogido, hay huellas vivas del gran YO SOY... En todas estas revelaciones de la presencia divina, la gloria de Dios se manifestó por medio de Cristo. No solo cuando vino el Salvador, sino a través de todos los siglos después de la caída del hombre y de la promesa de la redención, “Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo a sí”. 2 Corintios 5:19. Cristo era el fundamento y el centro del sistema de sacrificios tanto en la era patriarcal como en la judía. Desde que pecaron nuestros primeros padres, no ha habido comunicación directa entre Dios y el hombre. El padre puso el mundo en manos de Cristo para que por su obra mediadora redimiera al hombre y vindicara la autoridad y santidad de la ley divina. Toda comunicación entre el cielo y la raza caída se ha hecho por medio de Cristo. Fue el Hijo de Dios quien dio a nuestros primeros padres la promesa de la redención. Fue él quien se reveló a los patriarcas. Adán, Noé, Abrahán, Isaac, Jacob y Moisés comprendieron el evangelio. Buscaron la salvación por medio del sustituto y garante del ser humano... El solemne servicio del santuario representaba las grandes verdades que habían de ser reveladas a través de las siguientes generaciones. La nube de incienso que ascendía con las oraciones de Israel representaba su justicia, que es lo único que puede hacer aceptable ante Dios la oración del pecador; la víctima sangrante en el altar del sacrificio daba testimonio del Redentor que había de venir; y el lugar santísimo irradiaba la señal visible de la presencia divina. Así, a través de siglos y siglos de tinieblas y apostasía la fe se mantuvo viva en los corazones humanos.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 381-383.
¡Visita A Fin de Conocerle!

¡Maranata: El Senor Viene!


¡Maranata: El Senor Viene!
Enseñando de casa en casa, 6 de abril https://ift.tt/3Rau96g Nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas. Hechos 20:20. Los miembros de nuestras iglesias deben hacer más trabajo de casa en casa, dando estudios bíblicos y repartiendo impresos... Al sembrar junto a todas las aguas, experimentaremos que “el que siembra generosamente, generosamente también segará”. 2 Corintios 9:6. El ejemplo de Cristo debe ser seguido por los que dicen ser sus hijos. Socorred a los desvalidos; su agradecimiento derribará las barreras y os permitirá alcanzar su corazón... Las mujeres, tanto como los hombres, pueden sembrar la verdad... Pueden realizar en las familias una obra que los hombres no pueden hacer, una obra que penetra hasta la vida interior. Pueden acercarse a los corazones de personas a las cuales los hombres no pueden alcanzar. Su cooperación es necesaria. Las mujeres discretas y humildes pueden hacer una obra buena al explicar la verdad en los hogares. Así explicada, la Palabra de Dios obrará como una levadura, y familias enteras serán convertidas... En el círculo de la familia, en el hogar de vuestro vecino, a la cabecera del enfermo, podéis con serenidad leer las Escrituras y decir una palabra en favor de Jesús y de la verdad. Así será sembrada la preciosa semilla que... brotará y dará fruto. Debe hacerse obra misionera en muchos lugares que aparentemente prometen poco resultado. El espíritu misionero debe posesionarse de nuestras almas e impulsarnos a alcanzar cierta clase de personas en las que no habíamos pensado, y a trabajar en lugares y con recursos que no hubiésemos imaginado siquiera. El Señor tiene su plan para esparcir la semilla del Evangelio. Sembrando según su voluntad, multiplicaremos la semilla en tales proporciones que su Palabra podrá alcanzar a millones de personas que aún no han oído la verdad.19Joyas de los Testimonios 3:346-348. Miríadas y miríadas de ángeles están listos para colaborar con los miembros de nuestras iglesias para comunicar la luz que Dios impartió generosamente para preparar a un pueblo para la venida de Jesús.20Joyas de los Testimonios 3:347. Nuestras hermanas, las jóvenes, las de edad madura y las ancianas, pueden desempeñar una parte en la terminación de la obra para este tiempo; y al hacerlo, a medida que tienen oportunidad, obtendrán una experiencia del valor más alto. Al olvidarse del yo crecerán en la gracia.21EE, 342.
¡Visita ¡Maranata: El Senor Viene!!

Entrada destacada

¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374