Ser Semejante a Jesús


Los verdaderos cristianos se concentran en Cristo, no en el yo, 2 de diciembre https://ift.tt/31mq55Z Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Marcos 8:34. La Palabra de Dios presenta la descripción de un verdadero cristiano, que corresponde con la obra del Espíritu Santo en el corazón y la vida. Los hijos de Dios saben inmediatamente que tienen en su corazón la evidencia de que han nacido de Dios... Seguir al Cordero dondequiera que vaya significa profundidad y anchura de la experiencia. Siempre se encontrarán la abnegación y el renunciamiento en el sendero que pasa por la puerta estrecha hacia las extensas praderas de los campos de pastoreo del Señor. Para los que creen, Cristo es precioso. El trabajo de su Espíritu en la mente y corazón de los creyentes está en perfecta correspondencia con lo que está escrito en la Palabra. El Espíritu y la Palabra concuerdan perfectamente. De esa manera el Espíritu da testimonio a nuestro espíritu de que hemos nacido de Dios. Los que no encuentran en su corazón parecido alguno con la gran norma moral de justicia, la Palabra de Dios, no tienen Cristo que confesar. Su lenguaje, sus pensamientos, no están en armonía con el Espíritu de Cristo. Su profesión de fe es una falsificación. ¿Alguna vez encontró crema elevándose por sobre el agua? El alma debe tener las influencias vivificadoras del pan de vida de Cristo para revelar en la conversación que Cristo se ha formado adentro, la esperanza de gloria. Uno nunca recoge uvas de los cardos. Las palabras de los cristianos deben estar en conformidad con su gozar de Cristo. Los que siempre están expresando dudas y exigiendo evidencias adicionales para disipar su nube de incredulidad, no edifican sobre la Palabra. Su fe descansa en circunstancias casuales; está fundada en los sentimientos. Pero los sentimientos, aunque sean siempre placenteros, no son la fe. La Palabra de Dios es el fundamento sobre el cual deben construirse nuestras esperanzas del cielo. Es una gran calamidad ser un incrédulo crónico, manteniendo la vista y los pensamientos sobre el yo. Mientras se contempla a sí mismo, mientras este sea el tema de sus pensamientos y su conversación, no puede esperar ser conformado a la imagen de Cristo. El yo no es su salvador. Usted no tiene cualidades redentoras en sí mismo. “Yo” es una barca que hace mucha agua para que su fe se embarque en él. En el momento en que pone su confianza en una barca así, se irá a pique. ¡El bote salvavidas, al bote salvavidas! Esta es su única seguridad, Jesús es el Capitán del bote salvavidas, y él nunca perdió un pasajero.—Manuscript Releases, 23, 24.

Reflejemos a Jesús


Nos regocijamos en la tribulación por causa de Cristo, 2 de diciembre https://ift.tt/3rt25sF Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Hebreos 4:15. Alabado sea el Señor porque tenemos un Sumo Sacerdote misericordioso y tierno que es sensible a nuestras flaquezas. No esperamos descansar aquí. No, no. El camino hacia el cielo es un camino en el que debemos cargar la cruz; es una senda recta y angosta, pero avanzaremos con gozo sabiendo que el Rey de gloria la transitó antes que nosotros. No nos quejaremos de las asperezas del camino, sino que seremos mansos seguidores de Jesús, siguiendo sus huellas. El fue varón de dolores, experimentado en quebranto. Por nuestro bien se hizo pobre para que por su pobreza pudiéramos ser enriquecidos. Nos regocijaremos en la tribulación y recordaremos que la recompensa del galardón “produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria”. 2 Corintios 4:17. No adoptaremos pensamientos de murmuración por causa de las pruebas. Los queridos hijos de Dios siempre las tuvieron, y cada prueba adecuadamente soportada aquí nos hará más ricos en gloria. Anhelo mi cuota de sufrimiento. Aunque pudiera no iría al cielo sin padecer sufrimientos, pues allí vería a Jesús quien sufrió tanto para compramos tan rica herencia; y también vería a los mártires que entregaron sus vidas por causa de la verdad y de Cristo. No, no. Déjeme [ser] perfeccionada mediante los sufrimientos. Anhelo participar con Cristo de sus sufrimientos, pues si lo hago sé que participaré con El en su gloria. Jesús es nuestro modelo. Procuremos que nuestras vidas sean tan semejantes a la de Cristo como sea posible. Mi alma clama por el Dios vivo. Mi ser entero anhela al Señor. ¡Oh, si tan sólo pudiera reflejar más perfectamente su imagen amorosa! ¡Oh, si pudiera consagrarme completamente a El! ¡Oh, cuán difícil le es morir al querido yo! Podemos regocijarnos en un Salvador completo; uno que nos salva de todo pecado. Debiéramos decirle a Dios diariamente: “Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí para obrar tanto el querer como el hacer su buena voluntad”. A Dios sea la gloria. Sé que mi vida está escondida con Cristo en Dios. El velo ha sido levantado. Contemplé el rico galardón reservado para los santos. He probado los gozos del mundo por venir, y me ha llevado a despreciar este mundo. Mis afectos, mis intereses, mis esperanzas, mi todo está en el cielo. Anhelo ver al Rey en su hermosura; a quien ama mi alma. Cielo, dulce cielo. Anhelo allí vivir; y el sólo pensar cuán cerca está, me hace impacientar por ver a Cristo aparecer. Alabado sea el Señor por darnos esperanza de inmortalidad y de vida eterna a través de Cristo.—Carta 9, 1851.

Recibiréis Poder


Soldados para Cristo, 2 de diciembre https://ift.tt/3oockg9 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. Efesios 6:13-17. Los soldados comprometidos en batalla tienen que afrontar dificultades y privaciones. Se les da alimento común, y eso a menudo en cantidad limitada. Día tras día tienen largas marchas sobre caminos ásperos y bajo el sol ardiente, acampando al aire libre por las noches, durmiendo sobre el suelo con sólo el pabellón del cielo por cubierta, y expuestos a las lluvias torrenciales y a las duras heladas, hambrientos, débiles, exhaustos, ya como blanco del enemigo, ya en mortal combate. Así aprenden lo que son las privaciones. Los que se alistan en el ejército de Cristo también deben afrontar un trabajo difícil, y con paciencia soportar dolorosas pruebas por amor de Cristo. Pero los que sufren con él también reinarán con él. Entonces, ¿quién de nosotros ha entrado al servicio esperando las comodidades de la vida, estar de licencia cuando lo desea, dejar a un lado la armadura de soldado para ponerse ropas de civil, dormir en el puesto del deber y exponer así la causa de Dios al vituperio? Los que gustan de la vida fácil no practicarán el renunciamiento propio ni el sufrimiento paciente; y cuando se necesiten hombres que intenten ataques poderosos en favor de Dios, no estarán listos para responder: “Heme aquí, envíame a mí”. Debe hacerse un trabajo duro y penoso, pero benditos son los que están listos para hacerlo cuando los llamen por sus nombres. Dios no recompensará a los hombres ni a las mujeres en el mundo del futuro si en éste buscan la comodidad. Estamos ahora en el campo de batalla. No hay tiempo para descansar, no hay tiempo para la comodidad; deben salir conquistando y para conquistar, y reuniendo fuerzas renovadas para enfrentar nuevas luchas. Cada victoria ganada aumenta el valor, la fe y la determinación. Para sus enemigos, demostrarán ser más que contrincantes mediante la fortaleza divina.—The Signs of the Times, 7 de setiembre de 1891.

Nuestra Elevada Vocacion


¡No una religión de remiendo! 2 de diciembre https://ift.tt/3Ej5wWz Mas el que perseverare hasta el fin, éste será salvo. Mateo 24:13. La religión edificada sobre el yo no tiene valor, porque Dios no transige con los egoístas. ... La religión de Cristo es una tela firme, compuesta de innumerables hilos, tejidos juntos con tacto y habilidad. Podemos tejer esta tela únicamente mediante la sabiduría que Dios da. Cuando confiamos en nosotros mismos, ponemos en ella hilos de egoísmo, y la tela queda arruinada. Hay muchas clases de tela que al principio tienen una hermosa apariencia, pero no soportan la prueba. Los colores no son firmes. Destiñen. Con el calor del verano se decoloran y desaparecen. Esta clase de tela no puede soportar un trato rudo, y tiene muy poco valor. Así sucede con la religión. Cuando la trama y la urdimbre de la religión no soportan la prueba de las dificultades, el material de que está compuesta no tiene valor. Y el esfuerzo por remendar la tela vieja con un trozo nuevo, no mejora las condiciones de las cosas, porque el material gastado se rompe cuando lo unen al nuevo, y deja la abertura más grande que antes. Los remiendos no sirven. El único camino a seguir consiste en desechar el vestido viejo y buscar uno nuevo. La religión del yo, compuesta de hilos que se decoloran y ceden bajo la presión de la tentación, debe ser desechada para ser reemplazada por la religión tejida por Aquel en cuya vida el egoísmo no encontró lugar. El plan de Cristo es el único seguro. El declara: “He aquí, yo hago nuevas todas las cosas”. Apocalipsis 21:5. “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es”. 2 Corintios 5:17. El Señor no anima a nadie a pensar que él aceptará una religión de remiendos. Tal religión no tiene valor ante su vista. Al principio puede parecer que hay algo de yo y algo de Cristo; pero pronto se verá que no hay nada de Cristo. Los remiendos del egoísmo aumentan hasta que todo el vestido queda cubierto de ellos. ... Una religión formada según el modelo divino es la única que perdurará. Únicamente esforzándonos por vivir la vida de Cristo aquí, podremos prepararnos para vivir con él a través de los siglos eternos.—The Signs of the Times, 8 de enero de 1902.

La Maravillosa Gracia de Dios


El hombre creado para gloria de Dios, 2 de diciembre https://ift.tt/3lqeMkk Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. 1 Corintios 10:31. Dios creó al hombre para su propia gloria, para que después de la prueba y la aflicción la familia humana pudiera llegar a ser una con la familia celestial. Era el propósito de Dios repoblar el cielo con la familia humana, si se manifestaban obedientes a cada palabra suya. Adán tenía que ser probado, para ver si sería obediente como los ángeles leales, o si sería desobediente. Si hubiera resistido la prueba, su instrucción para sus hijos hubiera sido como la mente y los pensamientos de Dios.—The S.D.A. Bible Commentary 1:1082. Dios hizo a Adán de acuerdo con su propio carácter, puro y recto. No había principios corruptos en el primer Adán, no había propensiones corruptas o tendencias al mal. Adán era tan intachable como los ángeles que están delante del trono de Dios. Estas cosas son inexplicables, pero muchas cosas que no podemos entender ahora resultarán claras cuando veamos como somos vistos y conozcamos como somos conocidos.—Ibid. 1082, 1083. Se dice de los santos hombres de la antigüedad que Dios no se avergonzaba de ser llamado Dios de ellos. Hebreos 11:16. La razón aducida es que en lugar de codiciar posesiones terrenales o buscar felicidad en planes o aspiraciones mundanos pusieron todo lo que tenían sobre el altar de Dios y lo dedicaron para edificar su reino. Vivieron únicamente para gloria de Dios y declararon sin ambages que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra, que buscaban una patria mejor, a saber, la celestial. Su conducta proclamaba su fe. Dios podía confiarles su verdad y podía dejar que el mundo recibiera de ellos un conocimiento de su voluntad. Pero, ¿cómo está manteniendo el honor de su nombre el profeso pueblo de Dios en la actualidad? ¿Cómo podría el mundo llegar a la conclusión de que constituyen un pueblo peculiar? ¿Qué evidencia dan ellos de su ciudadanía celestial? ... La llaneza puritana y la sencillez debieran distinguir las moradas y la vestimenta de todos los que creen las solemnes verdades para este tiempo... Nuestro vestido, nuestras viviendas, nuestra conversación, debieran dar testimonio de nuestra consagración a Dios.—Testimonies for the Church 5:188, 189.

La Fe por la Cual Vivo


Los clamores de paz, 2 de diciembre https://ift.tt/3rv6SKi Que cuando dirán, paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción de repente, como los dolores a la mujer preñada; y no escaparán. 1 Tesalonicenses 5:3. “El mal siervo dice en su corazón: ‘Mi señor se tarda en venir.’ No dice que Cristo no vendrá. No se burla de la idea de su segunda venida. Pero en su corazón y por sus acciones y palabras, declara que la venida de su Señor tarda. Destierra del ánimo ajeno la convicción de que el Señor va a venir prestamente. Su influencia induce a los hombres a una demora presuntuosa y negligente. Los confirma en su mundanalidad y estupor. Las pasiones terrenales, los pensamientos corruptos, se posesionan de su mente. El mal siervo come y bebe con los borrachos, uniéndose con el mundo en la búsqueda de placeres.... El advenimiento de Cristo sorprenderá a los falsos maestros. Están diciendo: ‘Paz y seguridad.’ Como los sacerdotes y maestros antes de la caída de Jerusalén, esperan que la iglesia disfrute de terrenal prosperidad y gloria. Interpretan las señales de los tiempos como indicios de esto.... Los hombres están postergando la venida del Señor. Se burlan de las amonestaciones. Orgullosamente se jactan diciendo: ‘Todas las cosas permanecen así como desde el principio.’ ... En el mismo tiempo en que el mundo pregunta con desprecio: ‘¿Dónde está la promesa de su advenimiento?’ se están cumpliendo las señales. Mientras claman ‘Paz y seguridad,’ se acerca la destrucción repentina.... Mientras el escarnecedor, el que rechaza la verdad, se ha vuelto presuntuoso; mientras la rutina del trabajo de las diversas formas de ganar dinero se lleva a cabo.... Cristo viene como ladrón.”—El Deseado de Todas las Gentes, 573, 574.

Hijos e Hijas de Dios


Buscad a Jehová, 2 de diciembre https://ift.tt/3lvdPXP Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Isaías 55:6. Vendrá el tiempo cuando será demasiado tarde para buscar a Dios, y he estado pensando cómo nos sentiremos cuando se haya terminado el tiempo de prueba, y hayan finalizado todos los trabajos de nuestra vida. ¿Con qué sentimiento examinaremos el pasado? ¿Desearemos entonces que nuestros esfuerzos para servir a Dios hubiesen sido más fervientes? ¿Desearemos haber vivido más en armonía con sus deseos revelados? ¿Seremos contados en esa oportunidad entre sus siervos fieles? ¿Qué sucedería si en este momento oyéramos la voz de Dios diciendo: “Hecho es”?... En vista de las solemnes responsabilidades que descansan sobre nosotros, contemplemos el futuro para que podamos entender lo que debemos hacer a fin de encontrarnos con él... En la solemne asamblea del último día de este mundo, al alcance del oído del universo, será leída la razón de la condenación del pecador. Por primera vez los padres sabrán cómo ha sido la vida secreta de sus hijos. Los hijos verán cuántas injusticias han cometido contra sus padres. Habrá una revelación general de los secretos y los motivos del corazón; porque lo que es oculto será hecho manifiesto. Aquellos que han considerado livianamente las cosas solemnes relacionadas con el juicio, se pondrán serios al enfrentarse con la terrible realidad... Cuando consideráis estas cosas solemnes, ¿no comprendéis, queridos jóvenes, que debéis abandonar vuestro egoísmo, vuestra conducta pecaminosa, dejar de hacer el mal, y aprender a hacer el bien? Es vuestra propia conducta la que modelará vuestros caracteres para destrucción o para felicidad durante los siglos de la eternidad... ¿Prestaréis atención al mandato: “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano”?—The Youth’s Instructor, 21 de julio de 1892.

Exaltad a Jesús


Enoc y la segunda venida de Cristo, 2 de diciembre https://ift.tt/3ohxGvA De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares. Judas 14. El puro y hermoso jardín del Edén, de donde habían sido expulsados nuestros primeros padres, permaneció en la tierra hasta que Dios decidió destruirla por medio del diluvio. El Señor había plantado ese jardín y lo había bendecido de manera especial, y en su maravillosa providencia lo sacó del mundo, y lo devolverá a éste más gloriosamente adornado que antes que fuera retirado. El Altísimo se propuso preservar una muestra de la perfección de la creación, libre de la imprecación mediante la cual maldijo la tierra. El Señor desplegó más ampliamente ante Enoc el plan de salvación, y por medio del espíritu de profecía lo condujo a lo largo de las generaciones que vivirían después del diluvio, y le mostró los grandes acontecimientos relacionados con la segunda venida de Cristo y el fin del mundo. Judas 14. Enoc estaba preocupado por los muertos. Le parecía que los justos y los impíos irían juntos al polvo y que ése sería su final. No comprendía claramente el tema de la vida de los justos más allá de la tumba. En visión profética se lo instruyó con respecto al Hijo de Dios, que habría de morir como sacrificio en favor del hombre, y se le mostró la venida de Cristo en las nubes de los cielos, acompañado por una hueste de ángeles, para dar vida a los justos muertos y rescatarlos de sus sepulturas. También vio la corrupción que prevalecería en el mundo cuando Cristo apareciera por segunda vez, que habría una generación jactanciosa, presuntuosa y testaruda, en abierta rebelión contra la ley de Jehová, para negar al único Dios soberano y a nuestro Señor Jesucristo, pisotear su sangre y despreciar su expiación. Vio a los justos coronados de gloria y honor mientras se separaba a los impíos de la presencia del Señor para ser consumidos por el fuego... Enoc crecía en espiritualidad a medida que se comunicaba con Dios. Su rostro irradiaba un fulgor santo que perduraba mientras instruía a los que escuchaban sus palabras llenas de sabiduría. Su apariencia digna y celestial llenaba de reverencia a la gente. El Señor amaba a Enoc porque éste lo seguía consecuentemente, aborrecía la iniquidad y buscaba con fervor el conocimiento celestial para cumplir a la perfección la voluntad divina. Anhelaba unirse aun más estrechamente a Dios, a quien temía, reverenciaba y adoraba. El Señor no podía permitir que Enoc muriera como los demás hombres; envió pues a sus ángeles para que se lo llevaran al cielo sin que experimentara la muerte. En presencia de los justos e impíos Enoc fue retirado de entre ellos. Los que lo amaban pensaron que Dios podía haberlo dejado en alguno de los lugares donde solía retirarse, pero después de buscarlo diligentemente, en vista de que no lo pudieron encontrar, informaron que no estaba en ninguna parte, pues el Señor se lo había llevado.—La Historia de la Redención, 60-62.

En los Lugares Celestiales


Mensajes de advertencia, 2 de diciembre https://ift.tt/3Ecc0GB Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. Lucas 17:26, 27. El Señor Dios de Israel es celoso de su honra. ¿Cómo entonces, pregunto, considera él a los habitantes de este mundo, que viven en su casa, y de su liberal tesoro son provistos con alimento y vestido, pero nunca le dicen “gracias”? Se olvidan de sus bondades. Son como los habitantes del mundo antediluviano, que fueron destruidos porque obraban continuamente en oposición a su Creador. De los antediluvianos leemos: “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal... Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra”. Génesis 6:5, 13. Dios advirtió a los habitantes del mundo antiguo de lo que se proponía hacer para limpiar la tierra de su impureza. Pero ellos se rieron con desprecio de lo que consideraron predicciones supersticiosas. Se burlaron del aviso de Noé sobre un diluvio próximo. Cuando Cristo estuvo en la tierra amonestó sobre lo que le sucedería a Jerusalén porque el pueblo había rechazado la verdad, menospreciando los mensajes que Dios había enviado. Pero su advertencia fue desoída. El Señor nos ha enviado, mediante sus embajadores, mensajes de advertencia declarando que el fin de todas las cosas se está acercando. Algunos escucharán esas amonestaciones, pero la gran mayoría no les prestará atención. Así será cuando Cristo venga. Agricultores, comerciantes, abogados, fabricantes, estarán completamente ocupados con sus negocios y el día del Señor vendrá sobre ellos como lazo.—Manuscrito 161, 1897.

El Cristo Triunfante


Dios no autorizó a nadie a fijar la hora del regreso de Cristo, 2 de diciembre https://ift.tt/3EkwNaU “Pero del día y la hora nadie sabe, ni aún los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre”. Mateo 24:36. Algunos han recibido favorablemente sus conceptos; pero esto se debe a que esas personas carecen de discernimiento para comprender el verdadero alcance de los argumentos que Ud. presenta. Han tenido solamente una experiencia limitada en la obra de Dios para este tiempo, y no alcanzan a ver hacia dónde los conducirán sus puntos de vista, y ni Ud. mismo puede ver adónde llevarán. Están listos para aprobar sus declaraciones; no ven nada en ellas a no ser lo que es correcto. Pero son engañados, porque Ud. ha entretejido muchos pasajes bíblicos con sus propias teorías. Sus argumentos parecen concluyentes para ellos. Pero no ocurre lo mismo con los que han tenido un conocimiento experimental de la verdad que se aplica al último período de la historia de este mundo. Si bien éstos ven que Ud. afirma algunas preciosas verdades, también ven que Ud. ha aplicado mal la Biblia, y ha colocado sus pasajes en un marco de error al que no pertenecen, y con esto le ha hecho dar fuerza a aquello que no es la verdad presente... Según la instrucción que Dios me ha dado, los pasajes bíblicos que Ud. ha entretejido, ni Ud. mismo los comprende plenamente... Tuve que hablar claramente con respecto a los que en esta forma alejaban a otros de las sendas correctas. He dado este mensaje mediante la pluma y la palabra: “No vayáis en pos de ellos”. La tarea más difícil que he tenido que realizar en relación con el tema que nos ocupa, fue el trato con una persona que yo sabía que deseaba seguir al Señor. Durante un tiempo pensó que recibía nueva luz. Estaba gravemente enfermo, y no le quedaba mucho tiempo de vida... Aquellos a quienes presentaba sus puntos de vista lo escuchaban ansiosamente, y algunos pensaban que estaba inspirado. Había preparado un diagrama y utilizaba las Escrituras en sus razonamientos para demostrar que el Señor vendría en una fecha determinada, creo que en 1894. Muchas personas consideraban que sus conceptos no tenían ni una falla. Hablaban de sus poderosas exhortaciones presentadas desde su lecho de enfermo. Contempló visiones maravillosas. ¿Pero cuál era la fuente de su inspiración? Era la morfina que le administraban para aliviar sus dolores... Ninguna persona que fije una fecha para la venida de Cristo tiene un mensaje verdadero. Podéis tener la seguridad de que Dios no da a nadie autoridad para decir que Cristo demora su venida cinco, diez o veinte años. “Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del hombre vendrá a la hora que no pensáis...” Y todos los que trabajan junto con Dios contenderán fervorosamente por la fe que una vez fue dada a los santos. No se apartarán del mensaje para este tiempo, que ya está iluminando la tierra con su gloria. Fuera de la gloria de Dios, no vale la pena luchar por ninguna otra cosa. La única roca que permanecerá es la Roca de la Eternidad. La verdad como es en Jesús constituye el único refugio en estos días cuando predomina el error.—Carta 32, 1896.

Dios nos Cuida


Reinará para siempre, 2 de diciembre https://ift.tt/31qJIte El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos. Apocalipsis 11:15. La venida de Cristo, que ha de inaugurar el reino de la justicia, ha inspirado los más sublimes y conmovedores acentos de los escritos sagrados... El salmista cantó el poder y la majestad del Rey de Israel... “Alégrense los cielos, y gócese la tierra... delante de Jehová; porque viene, sí, porque viene a juzgar la tierra. ¡Juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad!” Salmos 96:11-13 (VM)... “Destruirá a la muerte para siempre; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho”. Isaías 25:8... Cuando el Señor estuvo a punto de separarse de sus discípulos, los consoló en su aflicción asegurándoles que volvería: “No se turbe vuestro corazón... En la casa de mi Padre muchas moradas hay;... voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo”. Juan 14:1-3. Los ángeles que estuvieron en el monte de los Olivos después de la ascensión de Cristo, repitieron a los discípulos la promesa de volver que él les hiciera: “Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”. Hechos 1:11. Y el apóstol Pablo, hablando por inspiración, asegura: “El Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo”. 1 Tesalonicenses 4:16. El profeta de Patmos dice: “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá”. Apocalipsis 1:7. En torno de su venida se agrupan las glorias de “la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo”. Hechos 3:21. Entonces será quebrantado el poder del mal que tanto tiempo duró: “los reinos del mundo” vendrán “a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos”. Apocalipsis 11:15.

Conflicto y Valor


El evangelista fabricante de tiendas, 2 de diciembre https://ift.tt/3Dg3R2w Hechos 18:1-3:20. Y en todo me guardé y me guardaré de seros gravoso. 2 Corintios 11:9, úp. Pablo era fabricante de tiendas y se ganaba la vida trabajando en su oficio. Mientras trabajaba en eso hablaba del Evangelio con aquellos con los cuales tenía trato, y trajo a muchas almas del error a la verdad. No perdía oportunidad de hablar del Salvador o de ayudar a los que tenían problemas.—Carta 107, 1904. La historia del apóstol Pablo es un testimonio permanente de que el trabajo manual no puede ser degradante y de que no es incompatible con la verdadera grandeza y elevación del carácter humano o cristiano. Esas manos gastadas por el trabajo, creía él, no disminuían en nada la fuerza de sus exhortaciones patéticas, sensibles, inteligentes y elocuentes... Esas manos gastadas por el trabajo, presentadas ante la gente, daban testimonio de que no era una carga para nadie... A veces también mantenía a sus compañeros de trabajo, sufriendo él mismo hambre a fin de aliviar las necesidades de otros. Compartía sus ganancias con Lucas y ayudó a Timoteo a obtener el equipo necesario para su viaje.—Carta 103, 1900, pp. 8, 9. Pablo dio un ejemplo contra el sentimiento, que estaba entonces adquiriendo influencia en la iglesia, de que el Evangelio podía ser predicado con éxito solamente por quienes quedaran enteramente libres de la necesidad de hacer trabajo físico. Ilustró de una manera práctica lo que pueden hacer los laicos consagrados en muchos lugares donde la gente no está enterada de las verdades del Evangelio. Su costumbre inspiró en muchos humildes trabajadores el deseo de hacer lo que podían para el adelanto de la causa de Dios, mientras se sostenían al mismo tiempo con sus labores cotidianas... Mientras algunos con talentos especiales son escogidos para dedicar todas sus energías a la obra de enseñar y predicar el Evangelio, muchos otros, a quienes nunca fueron impuestas las manos humanas para su ordenación, son llamados a realizar una parte importante en la salvación de las almas... El abnegado siervo de Dios que trabaja incansablemente en palabra y doctrina, lleva en su corazón una pesada carga... Su salario no influye en su labor... Recibió del cielo su comisión, y del cielo espera su recompensa cuando haya terminado el trabajo que se le ha confiado. Los Hechos de los Apóstoles, 286, 287.

Cada Día con Dios


Dones que satisfacen nuestras necesidades, 2 de diciembre https://ift.tt/3lvasA5 Mira, yo he llamado por nombre a Bezaleel, hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá; y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte. Éxodo 31:2, 3. Dios siempre tiene hombres designados para que aparezcan en el escenario justamente donde se necesita llevar a cabo una obra determinada, hombres con quienes y por medio de quienes puede trabajar... Dios ha confiado talentos a cada hombre: Dones que satisfacen las necesidades de un determinado lugar... El Señor dará entendimiento a todos los que se quieran relacionar plenamente con su obra. No tenemos que confiar sólo en la sabiduría humana. En Dios hay sabiduría, y tenemos el privilegio de acudir a él para obtener consejo... Todos somos miembros de la familia del Altísimo, y en mayor o menor medida tenemos talentos que él nos ha confiado, por cuyo empleo nos hace responsables. Ya sea que nuestros talentos sean grandes o pequeños, tenemos que emplearlos en el servicio del Señor, y debemos reconocer el derecho de los demás de emplear los talentos que se les han confiado. Nunca debemos despreciar el más mínimo capital físico o intelectual. Algunos sólo pueden negociar con pesos y centavos y, con la bendición de Dios y gracias a una labor diligente, esos humildes siervos pueden hacer inversiones con buen éxito, y obtener ganancias proporcionadas al capital que se les confió. Nadie debiera despreciar al humilde obrero que está ocupando su lugar, y que está llevando a cabo una obra que alguien debe hacer, por pequeña que ésta parezca. ¡Oh, cómo me duele el corazón cuando veo a hombres que han tenido grandes oportunidades y que tratan de ocupar puestos de menor importancia cuando, con un poco de aliento, podrían haber ocupado un puesto de mayor responsabilidad! El Señor usa los vasos grandes y pequeños. Muchos cuyas vidas están llenas de actividades que cumplen con dedicación, necesitan el consejo y el ánimo que les pueden dar los demás; necesitan palabras de aprobación. Dios contempla con satisfacción los progesos que hacen sus hijos cuando se ayudan y se animan mutuamente. Todos, ya sea que tengan pocos o muchos talentos, deben unirse íntimamente. Necesitamos más del espíritu del Salvador para ayudar a los que se les ha impedido progresar.—Carta 260, del 2 de diciembre de 1903, dirigida al Dr. George A. Hare, a quien se había invitado para que se uniera al personal del sanatorio que se quería fundar en Washington.

Alza tus Ojos


Oración durante la noche, 2 de diciembre https://ift.tt/3rvanR0 Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; me has puesto a prueba, y nada inicuo hallaste; he resuelto que mi boca no haga transgresión. Salmos 17:3. Anoche [1 de diciembre] pasé por una gran experiencia. Me pareció estar en una reunión en la que había numerosas personas; muchos eran creyentes y algunos, incrédulos. En cierto momento los presentes se dividieron en varios grupos pequeños. Yo sentía una carga especial y había dirigido mis comentarios a unos pocos que estaban siendo tentados por el enemigo. Albergaban ideas que no eran correctas, y que los conducirían a negar la verdad. El tiempo en el cual vivimos es un período de gran tentación, en el cual existe el peligro de dar oído a sugerencias y sentimientos erróneos procedentes de espíritus seductores, de vincularnos con ángeles malos, y de presentar tales ideas como la verdad presente. Se manifestaba un profundo interés en el escudriñamiento de las Escrituras. Sentí una necesidad especial de orar; el peligro en que se hallaban estas almas representaba un peso demasiado grande para mí. Derramé la carga de mi alma delante del Señor, intercediendo fervientemente para que Dios quebrantara el poder del enemigo y nos liberara, a fin de que las mentes de los amados que estaban siendo tentados fueran libradas y la verdad preciosa brillara en medio de las tinieblas morales. Presenté mi ruego al Señor para que viniera en ayuda de su pueblo y magnificara la verdad, a fin de que los desaprensivos no fueran engañados durante este período de gran peligro. Presenté delante del Señor nuestra gran necesidad: que fuera otorgada a su pueblo una ayuda especial, en armonía con la estabilidad de sus atributos [de Dios], para que obrara en nuestro favor y contestara nuestras oraciones para gloria de su propio nombre. Me sentía como que me elevaba cada vez a mayores alturas. Intercedí ante Dios para que accediera a nuestras fervientes súplicas y permitiera que su verdad para este tiempo apareciera en toda su dignidad, su belleza y su gracia salvadora; que así como a menudo había dado a conocer su amor y su poder especiales, y había hecho que la verdad apareciera en toda su fuerza y autoridad, hiciera conocer otra vez su verdad clara y sagrada, sin mezcla de paja... Seguí intercediendo, y sentí que el Señor se había comprometido consigo mismo. Se produjo la victoria y desperté pregonando audiblemente, con gozo, que el Señor nos había manifestado su gracia, su verdad y su salvación. Por lo que comentaron los miembros de mi familia supe que mi oración había sido pronunciada en voz alta mientras dormía. La preciosa bondad y el amor de Dios para conmigo me dieron consuelo, fortaleza y gozo. Sentí que se renovaban en mí la esperanza y el ánimo porque llegaría la liberación para las almas. La Palabra de Dios permanecerá eternamente y para siempre.—Manuscrito 177, del 2 de diciembre de 1903, “Diario: diciembre de 1903”.

A Fin de Conocerle


Ahora es el momento de brillar, 2 de diciembre https://ift.tt/3Dl9Z9D Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. Isaías 60:1. Ahora necesitamos levantarnos y brillar, porque ha venido nuestra luz, y la gloria del Señor ha nacido sobre nosotros. No tenemos tiempo para hablar del yo, para ser como la planta mimosa que no puede ser tocada sin contraerse. Nuestra suficiencia está en Jesús. ¿Hablaremos de la fe? ¿Hablaremos de la esperanza gloriosa, de la plena y abundante justicia de Cristo, provista para cada alma?... Todo el universo celestial está interesado, y se ejerce el amor de Dios en beneficio de su pueblo fiel que guarda sus mandamientos. En Dios debemos confiar... Dios tiene al mundo en su mano. Tenemos a Dios de nuestro lado. Todo el cielo espera y anhela nuestra colaboración. El Señor es supremo. ¿Por qué temeremos? El Señor es todopoderoso. ¿Por qué temblaremos? En el pasado, Dios ha librado a su pueblo, y él será nuestro ayudador si nos levantamos en su fortaleza y avanzamos con decisión. La Biblia, y solamente la Biblia debe ser nuestro refugio. Dios está en su Palabra. “Por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos”. Isaías 53:11. Si el grande y amoroso corazón de Dios está satisfecho con el resultado de su misión en términos de almas salvadas, regocijémonos. Trabajemos como nunca antes. Coloquemos el yo a un lado, y aferrémonos de Cristo por fe. Revelémoslo ante el mundo como el que es hermoso y señalado entre diez mil. Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: “La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero”. Apocalipsis 7:9, 10.—Carta 138, 1897.

¡Maranata: El Senor Viene!


Personajes históricos presentes en el juicio, 2 de diciembre https://ift.tt/31dOVoR Por mí mismo hice juramento... que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua. Isaías 45:23. Entre la multitud de los rescatados están los apóstoles de Cristo: el heroico Pablo, el ardiente Pedro, el amado y amoroso Juan y sus hermanos de corazón leal, y con ellos la inmensa hueste de los mártires; mientras que fuera de los muros, con todo lo que es vil y abominable, se encuentran aquellos que los persiguieron, encarcelaron y mataron. Allí está Nerón, monstruo de crueldad y de vicios, y puede ver la alegría y el triunfo de aquellos a quienes torturó, y cuya dolorosa angustia le proporcionara deleite satánico. Su madre está allí para ser testigo de los resultados de su propia obra; para ver cómo los malos rasgos de carácter transmitidos a su hijo y las pasiones fomentadas y desarrolladas por la influencia y el ejemplo de ella, produjeron crímenes que horrorizaron al mundo.2Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 725, 726. Allí [está] el soberbio y ambicioso Napoleón cuya presencia [hizo] temblar reinos.3Primeros Escritos, 293. Allí hay sacerdotes y prelados católicos, que dijeron ser los embajadores de Cristo y que no obstante emplearon instrumentos de suplicio, calabozos y hogueras para dominar las conciencias de su pueblo. Allí están los orgullosos pontífices que se ensalzaron por encima de Dios y que pretendieron alterar la ley del Altísimo. Aquellos así llamados padres de la iglesia tienen que rendir a Dios una cuenta de la que bien quisieran librarse. Demasiado tarde ven que el Omnisciente es celoso de su ley y que no tendrá por inocente al culpable de violarla. Comprenden entonces que Cristo identifica sus intereses con los de su pueblo perseguido, y sienten la fuerza de sus propias palabras: “En cuanto lo hicisteis a uno de los más pequeños de estos mis hermanos, a mí lo hicisteis”. Mateo 25:40 (VM). Todos los impíos del mundo están de pie ante el tribunal de Dios, acusados de alta traición contra el gobierno del cielo. No hay quien sostenga ni defienda la causa de ellos; no tienen disculpa; y se pronuncia contra ellos la sentencia de la muerte eterna.4Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 726.

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¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374