Ser Semejante a Jesús


El poder de Dios se ejerce constantemente en la naturaleza, 11 de agosto https://ift.tt/6tcvLS3 ¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con tres dedos juntó el polvo de la tierra, y pesó los montes con la balanza y con pesas los collados? Isaías 40:12. Dice el salmista: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz”. Salmos 19:1-3. Algunos quizá supongan que estas grandes cosas del mundo natural son Dios. No son Dios. Todas estas maravillas de los cielos tan sólo están haciendo la obra que les ha sido señalada. Son los instrumentos del Señor. Dios es el que vigila la marcha de todas las cosas, así como fue su Creador. El Ser divino se ocupa en sostener las cosas que ha creado. La misma mano que sostiene y equilibra las montañas en su posición, guía los mundos en su misteriosa marcha alrededor del sol. Apenas si hay alguna función de la naturaleza a la que no encontremos referencia en la Palabra de Dios. La Palabra declara que “hace salir su sol” y “hace llover” (Mateo 5:45), “hace a los montes producir hierba... Da la nieve como lana, y derrama la escarcha como ceniza... Enviará su palabra y los derretirá; soplará su viento y fluirán las aguas” Salmos 147:8, 16-18. “Hace los relámpagos para la lluvia; saca de sus depósitos los vientos”. Salmos 135:7. Estas palabras de las Sagradas Escrituras no dicen nada de la independencia de las leyes de la naturaleza. Dios proporciona la materia y las propiedades con las cuales llevar a cabo sus planes. Emplea sus instrumentos para que pueda florecer la vegetación. Envía el rocío, la lluvia y la luz del sol para que brote el verdor y extienda su tapiz sobre la tierra; para que los arbustos y los frutales puedan retoñar y florecer, y dar frutos. No se ha de suponer que es puesta en movimiento una ley para que la semilla obre por sí misma, para que aparezca la hoja porque así debe hacerlo por sí misma. Dios tiene leyes que ha instituido, pero éstas son sólo los siervos mediante los cuales él obra los resultados. Mediante los agentes inmediatos de Dios, cada semillita se abre paso a través de la tierra y brota a la vida. Crece cada hoja y florece cada flor por el poder de Dios.—Mensajes Selectos 1:345, 346.

Nuestra Elevada Vocacion


Pequeñas grandes cosas, 11 de agosto https://ift.tt/qkpdrQC Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas: pues que nuestras viñas están en cierne. Cantares 2:15. Dios quiere que obremos correctamente en los asuntos de importancia, y también nos dice que la fidelidad en las cosas pequeñas nos capacitará para ocupar posiciones de confianza. ... Las buenas cualidades que muchos poseen están ocultas, y en lugar de atraer las almas a Cristo, las repelen. Si estas personas pudieran ver la influencia de sus modales descorteses y expresiones descomedidas manifestadas ante los incrédulos, y pudieran comprender cuán ofensiva es esta conducta ante la vista de Dios, reformarían sus hábitos, porque la falta de cortesía es una de las piedras de tropiezo más grandes para los pecadores. Los cristianos egoístas, quejosos y amargados entorpecen el camino para que los pecadores no se interesen en acercarse a Cristo. Si pudiéramos ver debajo de la superficie de las cosas veríamos que la mitad de las desgracias de la vida se deben al enojo y a las palabras descomedidas, que podrían haberse evitado. Muchos traen el infierno a la tierra para sí mismos y para quienes deberían confortar y bendecir. Estas personas no son dignas de llevar el nombre de cristianos. ... Algunas personas hablan en una forma dura y descortés, que hiere los sentimientos de los demás, y luego se justifican diciendo: “Ese es mi modo de ser; siempre digo lo que pienso”; y exaltan este mal rasgo de carácter como una virtud. Debiera reprocharse firmemente su comportamiento descortés.—The Review and Herald, 1 de septiembre de 1885. Esa palabra sin bondad debió dejarse sin pronunciar; esa desconsideración egoísta por la felicidad de otros, debería ceder el lugar a la simpatía y a la preocupación. La verdadera cortesía, unida con la verdad y la justicia, harán que la vida sea no sólo útil sino también fragante. ... La integridad, la justicia y la bondad cristianas unidas, constituyen una hermosa combinación. La cortesía es una de las gracias del espíritu. Es un atributo del cielo. Los ángeles del cielo nunca se apasionan. Nunca son envidiosos, egoístas y celosos. Ninguna palabra dura o carente de verdad sale de sus labios. Y si hemos de ser los compañeros de los ángeles, nosotros también debemos ser refinados y corteses.—Ibid.

Cada Día con Dios


Caminemos con el Dios invisible, 11 de agosto https://ift.tt/pWI3RBY En lo secreto de tu presencia los esconderás de la conspiración del hombre; los pondrás en un tabernáculo a cubierto de contención de lenguas. Salmos 31:20. Hay sabiduría eterna en un “Así dice Jehová”. A pesar de que la Palabra de Dios se práctica tan poco, es el único remedio para los males individuales y nacionales. Los hombres no se pueden arrodillar en las calles y en el mercado para ofrecer sus oraciones a Dios, pero nunca olviden, doquiera estén, que hay un Dios a quien pueden pedir sabiduría. El Señor le dijo a Juan: “He aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra y no has negado mi nombre”. Apocalipsis 3:8. Enoc caminó con el Dios invisible. En los lugares más atestados de la tierra él era su compañero. Recuerden esto todos los que guardan su verdad con sencillez y amor. Los hombres más ocupados tienen más necesidad aún de mantener a Dios delante de ellos. Cuando Satanás intente introducir sus insinuaciones en sus mentes, pueden entrar en el secreto pabellón del Altísimo con sólo decir: “Así dice Jehová”. Sus promesas serán su salvaguardia. En medio de la confusión y las presiones de los negocios encontrarán un lugar tranquilo para descansar. Si quieren confiar en Dios, él será su lugar de descanso. Lleven a Dios con ustedes a todas partes. La puerta está abierta para todo hijo e hija de Dios. El Señor no está lejos del alma que lo busca. La razón por la cual muchos quedan abandonados en el terreno de la tentación se debe a que no ponen al Señor siempre delante de ellos. Es necesario llevar la lámpara de la vida precisamente a aquellos lugares en que menos se piensa en Dios. Si perdemos de vista al Señor, si nuestra fe y nuestra comunión con él se quebrantan, el alma estará ciertamente en peligro... El Señor es nuestro ayudador, nuestra defensa. Dios ha resuelto que ninguna alma que confíe en él sea vencida por el enemigo. Cristo está tanto con sus creyentes cuando se ven obligados a relacionarse de cualquier manera con el mundo, como cuando se reúnen en su casa para adorarlo. Meditemos en estas palabras: “Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas. El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles”. Apocalipsis 3:4, 5.—Manuscrito 97, del 11 de agosto de 1898, “La necesidad de caminar junto a Dios”.

Alza tus Ojos


Consagración diaria, 11 de agosto Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Efesios 4:29. https://ift.tt/YsP91NE Siento profundamente que debemos hacer todo lo que nos sea posible para educar a la gente a fin de que sean cristianos de la Biblia. No sólo debemos mostrar en nuestro carácter la mansedumbre y humildad de Cristo, sino instruir a la gente que profesa la verdad presente de modo que no esté satisfecha con el hecho de poseer una fe nominal en la verdad presente, sino introducir esa fe en su carácter como un poder santificador... La consagración es algo muy sencillo. Cuando por la práctica se la introduzca diariamente en nuestra vida individual, conoceremos mucho más por consagración que por confiar en una experiencia. Cada día, cada hora, dejen que el corazón se eleve hacia Dios: “Heme aquí Señor, soy tu propiedad; tómame y úsame hoy. Pongo todos mis planes a tus pies; no haré mi propia voluntad. Mi tiempo y mi vida entera son tuyos”. Esté el corazón constantemente buscando a Dios por fortaleza y gracia. Ni una sola palabra perversa escape de nuestros labios porque ellos y nuestra voz pertenecen al Señor y deben ser consagrados a El y a su servicio, y no deben deshonrarlo. Los ha comprado y yo no debo decir nada que lo ofenda. Mis oídos deben estar cerrados a la maldad. Así, día a día, debemos consagrarnos a Dios. Los oídos no deben corromperse escuchando chismes que los murmuradores querrán hacernos oír. No sólo haría que ellos pequen al permitirles hablar de los defectos de otros, sino que yo también pecaría al escucharlos. Puedo evitar mucha habladuría maliciosa si mis oídos han sido consagrados al Señor. Antes que se haga daño puedo decir: “Oremos”. Entonces pidamos a Dios que ilumine nuestras mentes para comprender, tanto nuestra verdadera relación mutua, como nuestra verdadera relación hacia Dios. Abramos nuestros corazones a Jesús con toda la sencillez con que un niño contaría a sus padres terrenales sus perplejidades y preocupaciones. Consagrémonos a Dios diariamente; entonces nuestra vida de servicio al Señor no correrá peligro. Queremos que la gratitud llene nuestra vida, palabras y obras. Cada palabra, cada pensamiento de queja al que nos entregamos, es un reproche a Dios, una deshonra a su nombre. Queremos que nuestros corazones armonicen con su alabanza, que rebosen de gratitud, que hablen de su amor, que sean enternecidos y subyugados por la gracia de Cristo, y estén pletóricos de dulzura, paz y fragancia. Seremos pacientes, amables, bondadosos, compasivos y corteses aun cuando tratemos con quienes son desagradables. Oh, cuántas bendiciones preciosas perdemos porque tenemos el yo en tan alta estima y valoramos tan poco a los demás... No debemos desmerecernos a nosotros mismos y subestimar las capacidades que Dios nos concede. Tampoco deberíamos sobreestimar nuestra propia importancia y confiar en nuestra capacidad humana.—Carta 7a, del 11 de agosto de 1886, dirigida a un matrimonio que trabajaba en Inglaterra.

A Fin de Conocerle


La fe que acepta Dios, 11 de agosto https://ift.tt/s5uUa4A Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta. Santiago 2:26. En el mundo cristiano hay muchos que pretenden que todo lo que se necesita para la salvación es tener fe; para ellos las obras no significan nada, y la fe es lo único esencial. Pero la Palabra de Dios nos dice que la fe sin obras es muerta. ... La fe y las obras van mano a mano. ... Las obras no nos salvarán nunca; es el mérito de Cristo lo que tendrá valor para nosotros. Mediante la fe en él, Cristo tornará aceptables para Dios todos nuestros esfuerzos. La fe que se nos pide que tengamos no es una fe inútil; la fe que salva es la que obra por amor y purifica el alma. El que levante manos santas hacia Dios, sin ira ni dudas, andará con inteligencia en la senda de los mandamientos de Dios. Si queremos tener perdón por nuestros pecados, primero debemos comprender qué es el pecado, para arrepentirnos y llevar frutos dignos de arrepentimiento. Nuestra fe debe tener un fundamento sólido; debe fundarse en la Palabra de Dios, y sus resultados se verán en términos de obediencia a la voluntad revelada de Dios. Estamos viviendo en un período interesante e importante de la historia terrena. Necesitamos más fe de la que hemos tenido; necesitamos un asidero celestial más firme. Satanás está trabajando con todo su poder para obtener la victoria sobre nosotros, porque sabe que tiene poco tiempo para obrar. No hay excusa para el pecado o la indolencia. Jesús ha dirigido la marcha y quiere que sigamos en sus pasos. Ha sufrido y se ha sacrificado como no podría hacerlo ninguno de nosotros, para poner la salvación a nuestro alcance. No necesitamos desanimarnos. ... El suple toda deficiencia con su propio mérito divino.—The Signs of the Times, 16 de junio de 1890.

¡Maranata: El Senor Viene!


En armonía con su ley, 11 de agosto https://ift.tt/x4vRNgI Dame entendimiento, y guardaré tu ley, y la cumpliré de todo corazón. Salmos 119:34. En el nuevo nacimiento el corazón viene a quedar en armonía con Dios, al estarlo con su ley. Cuando se ha efectuado este gran cambio en el pecador, entonces ha pasado de muerte a vida, del pecado a la santidad, de la transgresión y la rebelión a la obediencia y a la lealtad... Falsas teorías sobre la santificación, debidas a que no se hizo caso de la ley divina, o se la rechazó, desempeñan importante papel en los movimientos religiosos de nuestros días. Esas teorías son falsas en cuanto a la doctrina y peligrosas en sus resultados prácticos, y el hecho de que hallen tan general aceptación hace doblemente necesario que todos tengan una clara comprensión de lo que las Sagradas Escrituras enseñan sobre este punto. La doctrina de la santificación verdadera es bíblica. El apóstol Pablo, en su carta a la iglesia de Tesalónica, declara: “Esta es la voluntad de Dios, es a saber, vuestra santificación”. Y ruega así: “El mismo Dios de paz os santifique del todo”. 1 Tesalonicenses 4:3; 5:23 (VM). La Biblia enseña claramente lo que es la santificación, y cómo se la puede alcanzar. El Salvador oró por sus discípulos: “Santifícalos con la verdad: tu Palabra es la verdad”. Juan 17:17 (VM). Y San Pablo enseña que los creyentes deben ser santificados por el Espíritu Santo. Romanos 15:16. ¿Cuál es la obra del Espíritu Santo? Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando viniere aquél, el Espíritu de verdad, él os guiará al conocimiento de toda verdad”. Juan 16:13 (VM). Y el salmista dice: “Tu ley es la verdad”. Por la Palabra y el Espíritu de Dios quedan de manifiesto ante los hombres los grandes principios de justicia encerrados en la ley divina. Y ya que la ley de Dios es santa, justa y buena, un trasunto de la perfección divina, resulta que el carácter formado por la obediencia a esa ley será santo. Cristo es ejemplo perfecto de semejante carácter... Los discípulos de Cristo han de volverse semejantes a él, es decir, adquirir por la gracia de Dios un carácter conforme a los principios de su santa ley. Esto es lo que la Biblia llama santificación. Esta obra no se puede realizar sino por la fe en Cristo, por el poder del Espíritu de Dios que habite en el corazón.22Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 521-523.

Sabbath School


Comentarios Elena G.W https://ift.tt/PqIdVM7 En esa experiencia de Pablo hay una lección para nosotros; nos revela la manera en que Dios obra. El Señor puede sacar victoria de lo que nos parece desconcierto y derrota. Estamos en peligro de olvidar a Dios, de mirar las cosas que se ven, en vez de contemplar con los ojos de la fe las cosas que no se ven. Cuando viene la desgracia o el infortunio, estamos listos para culpar a Dios de negligencia o crueldad. Si ve conveniente interrumpir nuestro servicio en alguna actividad, nos lamentamos, sin detenernos a reflexionar que así Dios puede estar obrando para nuestro bien. Necesitamos aprender que la corrección es parte de su gran plan y que bajo la vara de la aflicción, el cristiano puede hacer, a veces, más por su Maestro que cuando está ocupado en el servicio activo (Los hechos de los apóstoles, p. 383). Muchos que profesan el nombre de Cristo y dicen que aguardan su pronta venida, no saben lo que es sufrir por Cristo. Sus corazones no están subyugados por la gracia, y no han muerto al yo, como a menudo lo demuestran de diversas maneras. Al mismo tiempo hablan de tener pruebas. Pero la causa principal de sus pruebas se halla en un corazón que no ha sido subyugado, que sensibiliza tanto al yo que se irrita con frecuencia. Si los tales pudiesen comprender lo que es ser un humilde seguidor de Cristo, un verdadero cristiano, comenzarían a trabajar a conciencia y correctamente. Primero morirían al yo, luego serían fervientes en la oración, y dominarían toda pasión del corazón. Renunciad a vuestra confianza propia y a vuestra suficiencia propia, hermanos, y seguid al manso Dechado. Tened siempre a Cristo presente, y recordad que es vuestro ejemplo y que debéis andar en sus pisadas. Mirad a Jesús, autor de nuestra fe, quien por el gozo que le fue propuesto soportó la cruz, despreciando la vergüenza. Sufrió la contradicción de los pecadores. Por causa de nuestros pecados fue una vez el Cordero manso, herido, golpeado e inmolado. Por lo tanto, suframos alegremente algo por amor de Jesús, crucifiquemos diariamente el yo, y participemos aquí de los sufrimientos de Cristo, a fin de que seamos participantes con él de su gloria, y seamos coronados de gloria, honor, inmortalidad y vida eterna (Primeros escritos, pp. 113, 114). Si esperamos llevar la corona, debemos esperar llevar la cruz. Nuestras mayores pruebas vendrán de aquellos que profesan la piedad. Así sucedió con el Redentor del mundo; y así acontecerá con sus seguidores… Aquellos que anhelan ganar la corona de vida eterna no necesitan sorprenderse o desanimarse debido a que a cada paso hacia la Canaán celestial encuentran obstáculos y pruebas… El Salvador sabe qué es lo mejor. La fe crece en la lucha contra la duda, las dificultades y las pruebas. La virtud se fortalece resistiendo a la tentación… Pero Juan en su santa visión contempla a las almas fieles que salen de la tribulación rodeando el trono de Dios, vestidas de vestidos blancos, y coronadas de gloria inmortal… Su fidelidad a Dios y a su Palabra permanece manifiesta, y se les conceden los más altos honores del cielo en la lucha contra el pecado y Satanás (Nuestra elevada vocación, p. 363).

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¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374