Orientación para el ministerio de las publicaciones, 20 de mayo Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento. Isaías 60:3. https://ift.tt/38qYfPR Nuestras casas editoras fueron establecidas para realizar la obra de Dios: enviar la luz del cielo a todo lugar habitado del planeta para traer vidas preciosas al seno del redil. Que las casas editoras sean industrias misioneras destinadas a convertir a la gente; esta tarea las identificará con la obra del Maestro. Trabajen, velen y oren en favor de los creyentes por los cuales tenemos que dar cuenta. Este año prueben el remedio que nos recetó el Señor contra el mal. Que cada uno haga lo que Dios espera de él, contemplar a Jesús, quien es el dueño de toda criatura. Los obreros que tienen alguna parte en esta empresa, recuerden que Dios los convoca para formar una asociación de trabajadores cristianos que lleguen a ser un espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres. Que haya pequeños grupos que se reúnan para estudiar la Biblia en las tardes, o temprano al comenzar el día. Dispongan tiempo para orar con el fin de ser fortalecidos, iluminados y santificados por el Espíritu Santo. Este es el plan que Cristo desea que se realice en el corazón de todos los que integran los distintos departamentos de la obra de publicaciones. Si lo hacen de este modo, recibirán una gran bendición por parte de Uno que consumió su vida en el servicio, ofrendándola para redimirnos. Deben tener el poder del Espíritu Santo, sin el cual ustedes no podrán llegar a ser vencedores. Como resultado de compartir el tiempo destinado a implorar por las bendiciones de Dios, podrán dar muchos testimonios acerca del establecimiento de relaciones afectuosas entre los compañeros de trabajo. En esas ocasiones, que cada uno tenga la oportunidad de compartir su experiencia con palabras sencillas. Esto alegrará y confortará el corazón más que las ofrendas musicales que puedan presentarse en el Tabernáculo. Permitamos a Cristo que entre al corazón. La obra de cada creyente es agresiva. Diariamente hay una guerra. Cristo dice a los que administran y a los obreros de las casas editoras: “Vosotros sois mis testigos”. Isaías 43:10. Piénsenlo, hablen y procedan de acuerdo a esto. El cielo está justo en la siguiente puerta. Abran la que está en dirección al cielo, y cierren la puerta que está orientada hacia el mundo. Dios convoca a los obreros de todos los departamentos de cada editorial. ¿Prestarán ahora atención a su voz y le abrirán a Jesús la puerta del corazón? ¿Amarán al que dio su vida por ustedes?—Manuscript Releases 12:46, 47.
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"Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar." Habacuc 2:14 "Entonces el dragón...se fue a hacer guerra contra...los que guardan los mandamientos de Dios y tienen...el espíritu de la profecía." Apoc. 12:17; 19:10
Nuestra Elevada Vocacion
La fuente de mi fortaleza, 20 de mayo Yo soy la vid, vosotros los pámpanos: el que está en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque sin mí nada podéis hacer. Juan 15:5. https://ift.tt/QUXib2F Somos finitos, pero se ha tomado una medida maravillosa para que estemos estrechamente relacionados con el Infinito. Los seres finitos, desplegando el máximo de sus esfuerzos, pueden hacer muy poco; pero Cristo, obrando a través de la humanidad, puede alcanzar resultados admirables. Me resulta doloroso percatarme de que puedo hacer muy poco. La esfera limitada de las capacidades humanas me conduce a sentir la realidad de estas palabras de Cristo: “Sin mí nada podéis hacer”. Muchos han sido dotados con talentos superiores y no los usan, porque no tienen una conexión viva con Dios. ... Mis escasos conocimientos y débiles energías me conducen hacia Jesús, y el lenguaje de mi corazón es: “Oh, Dios, no puedo hacer nada. Pongo en ti mi alma desvalida, Jesucristo, Salvador mío. Pon tu gracia en mi corazón. Atrae mi mente de mi debilidad hacia tu fortaleza todopoderosa, de mi ignorancia a tu sabiduría eterna, de mi fragilidad a tu poder perdurable. Hazme comprender correctamente el gran plan de redención. Permite que vea y comprenda lo que Cristo es para mí, y que mi corazón, alma, mente y fuerza han sido comprados por precio. Cristo me ha impartido, para que yo pueda impartir a otros. Eleva mi alma, fortalece y esclarece mi mente, para poder comprender con más claridad el carácter de Dios según está revelado en Jesucristo, para poder saber que es mi privilegio ser una participante de la naturaleza divina”. El grande y eterno poder de Dios llena mi mente de asombro, y algunas veces, aun de terror. ... Ojalá yo pueda contemplar a Jesús, lleno de bondad, de compasión y de amor, y contemplar al Señor Dios, y llamarlo por el cariñoso nombre de Padre. Las grandes luchas de mi propia alma contra las tentaciones, los fervientes anhelos de mi mente y corazón para conocer a Dios y a Jesucristo como mi Salvador personal, y para tener seguridad, paz y descanso en su amor, me inducen a desear cada día estar donde los rayos del Sol de Justicia puedan brillar sobre mí.—Manuscrito 41, 1890, pp. 2, 3.
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Hijos e Hijas de Dios
En amor por los demás, 20 de mayo Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante. Efesios 5:1, 2. https://ift.tt/FX4iEWY Debéis seguir a Dios como hijos amados, ser obedientes a sus requerimientos, caminar en amor como él nos amó y se dio por nosotros, una ofrenda y sacrificio a Dios en olor suave. El amor era el ambiente en el cual Cristo se movía, caminaba y trabajaba. Vino a rodear al mundo con los brazos de su amor... Hemos de seguir el ejemplo presentado por Cristo y hacer de él nuestro modelo, hasta que tengamos el mismo amor por el prójimo que él manifestó por nosotros. Trata de impresionarnos con la profunda lección de su amor... Si vuestro corazón se ha dado al egoísmo, que Cristo lo llene de su amor. Desea que lo amemos plenamente, y nos anima, y aún más, nos manda que nos amemos los unos a los otros de acuerdo con el ejemplo que nos ha dado. Ha hecho del amor la insignia de nuestro discipulado... Esa es la medida que debéis alcanzar: “Que os améis los unos a los otros, como yo os he amado”. ¡Qué amor más alto, más profundo y más ancho! Este amor no debe abarcar solamente a unos cuantos favoritos, sino que debe llegar hasta la más baja y humilde de las criaturas de Dios. Jesús dice: “En cuanto lo hicisteis a uno de éstos mis hermanos pequeñitos, a mí lo hicisteis”... El amor y la simpatía que Jesús quisiera que brindáramos a los demás no tiene sabor a sentimentalismo, que es una trampa para el alma; es un amor de origen celestial, que Jesús practicó por precepto y ejemplo. Pero en lugar de manifestar ese amor, nos sentimos separados y enajenados los unos de los otros... El resultado es una separación de Dios, una experiencia malograda, el menoscabo del crecimiento cristiano.—The Youth’s Instructor, 20 de octubre de 1892.
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Exaltad a Jesús
¿Qué está escrito en la ley? 20 de mayo Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. Lucas 10:27. https://ift.tt/3c6MbF0 Entre los judíos la pregunta: “¿Quién es mi prójimo?” causaba interminables disputas. No tenían dudas con respecto a los paganos y los samaritanos. Estos eran extranjeros y enemigos. ¿Pero dónde debía hacerse la distinción entre el pueblo de su propia nación y entre las diferentes clases de la sociedad? ¿A quién debía, el sacerdote, el rabino, el anciano, considerar como su prójimo?... Cristo contestó esta pregunta en la parábola del buen samaritano. Mostró que nuestro prójimo no significa una persona de la misma iglesia o la misma fe a la cual pertenecemos. No tiene que ver con la raza, el color o la distinción de clase. Nuestro prójimo es toda persona que necesita nuestra ayuda. Nuestro prójimo es toda alma que está herida y magullada por el adversario. Nuestro prójimo es todo el que pertenece a Dios. La parábola del buen samaritano fue motivada por una pregunta que le hizo a Cristo un doctor de la ley. Mientras el Salvador estaba enseñando, “un doctor de la ley se levantó, tentándole y diciendo: Maestro, ¿haciendo qué cosa poseeré la vida eterna?” Los fariseos habían sugerido esta pregunta al doctor de la ley, con la esperanza de que pudieran entrampar a Cristo en sus palabras, y escucharon ávidamente para ver qué respondería. Pero el Salvador no entró en controversias. Le exigió la contestación al mismo que había preguntado. “¿Qué está escrito en la ley?—le interrogó—. ¿Cómo lees?” Los judíos todavía acusaban a Cristo de considerar livianamente la ley dada desde el Sinaí, pero él volvió la pregunta referente a la salvación hacia la observancia de los mandamientos de Dios... El doctor de la ley no estaba satisfecho con la posición y las obras de los fariseos. Había estado estudiando las Escrituras con el deseo de conocer su verdadero significado. Tenía interés vital en el asunto, y preguntó sinceramente: “¿Haciendo qué cosa?” En su contestación referente a los requisitos de la ley, él pasó por alto todo el cúmulo de preceptos ceremoniales y rituales. A éstos no les atribuyó ningún valor, pero presentó los dos grandes principios de los cuales depende toda la ley y los profetas. La alabanza que hizo el Salvador de esta respuesta colocó a Cristo en una situación ventajosa con respecto a los rabinos. No podían condenarlo por sancionar lo que había sido presentado por un expositor de la ley. “Haz esto y vivirás”, dijo Cristo. En su enseñanza, siempre presentaba la ley como una unidad divina, mostrando que es imposible guardar un precepto y violar otro; porque el mismo principio los enlaza a todos. El destino del hombre quedará determinado por su obediencia a toda la ley.—Palabras de Vida del Gran Maestro, 310-311.
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En los Lugares Celestiales
El camino de Dios, no el mío, 20 de mayo Muéstrame, oh Jehová tus caminos; enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad, y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación; en ti he esperado todo el día. Salmos 25:4, 5. https://ift.tt/GvShs2X La indicación dada a Moisés era: “Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte”. Hebreos 8:5. Aunque Moisés estaba lleno de celo en hacer la obra de Dios y podía disponer de los hombres más hábiles y talentosos para poner en obra cualquier indicación que él les diera, no debía hacer ninguna cosa, una campanilla, una granada, una franja, una cortina o cualquiera de los vasos sino según el modelo que le fue mostrado como el ideal de Dios... Un punto en el cual muchos han errado ha sido el no ser cuidadosos en seguir las ideas de Dios sino las propias. Cristo mismo declaró: “No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre”. Juan 5:19. Tan plenamente se despojó de sí mismo, que no hacía de por sí ningún proyecto o plan. Vivía aceptando los planes de Dios para él, y el Padre le revelaba sus planes día tras día. Si Jesús dependió tan plenamente que declaró: “Todo lo que veo hacer al Padre, eso hago”, ¡cuánto más deberían los agentes humanos depender de Dios en cuanto a la instrucción constante para que sus vidas pudieran ser simplemente la realización de los planes de Dios! Oh, si los mortales sujetos a equivocaciones se contentaran de buscar sabiduría de Dios... Debemos vencer nuestro propio camino. El orgullo, la suficiencia propia deben ser crucificados y el vacío debe ser llenado con el Espíritu y el poder de Dios... ¿Siguió Jesucristo, la Majestad de los cielos, su propio camino? Miradlo en tortura de alma en el Getsemaní, orando a su Padre. ¿Qué es lo que arranca esas gotas de agonía de su santa frente? ... Esta debería ser nuestra actitud—No se haga mi voluntad sino la tuya. Esto es verdadera conversión.—Carta 27, 1892.
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Conflicto y Valor
Como todas las naciones, 20 de mayo 1 Samuel 8. https://ift.tt/TliC9AY No, sino que habrá rey sobre nosotros; y nosotros seremos también como todas las naciones. 1 Samuel 8:19, 20. Los hebreos exigieron un rey a Samuel, como lo tenían todas las naciones a su alrededor. Al preferir un monarca despótico al gobierno sabio y benigno del mismo Dios, mediante la jurisdicción de sus profetas, mostraron una gran falta de fe en Dios y de confianza en su providencia para levantarles gobernantes que los dirigieran y gobernaran. Al ser los hijos de Israel el pueblo peculiar de Dios, tenían una forma de gobierno esencialmente diferente del de todas las naciones que los rodeaban. Dios les había dado estatutos y leyes, había elegido a sus gobernantes, y el pueblo debía obedecer en el Señor a esos dirigentes. Se debía consultar al Señor en todos los casos de dificultad o gran perplejidad. Exigir un rey significaba una separación rebelde de Dios, su guía especial. Él sabía que un rey no sería lo mejor para su pueblo escogido... Si tenían un rey de corazón altivo y enemistado con Dios, los alejaría del Señor, haciendo que se rebelaran en contra de él. El Señor sabía que nadie podía, sin exaltarse, ocupar el puesto de rey y recibir los honores generalmente dados a un rey. [Los israelitas] pensaban que sus caminos eran correctos a sus ojos, mientras que al mismo tiempo estaban pecando contra Dios.—Spiritual Gifts 4:65, 66. Dios había separado a los israelitas de todas las demás gentes, para hacer de ellos su propio tesoro. Pero ellos, despreciando este alto honor, desearon ansiosamente imitar el ejemplo de los paganos. Y aún hoy subsiste entre los profesos hijos de Dios el deseo de amoldarse a las prácticas y costumbres mundanas. Cuando se apartan del Señor, se vuelven codiciosos de las ganancias y los honores del mundo. Los cristianos están constantemente tratando de imitar las prácticas de los que adoran al dios de este mundo. Muchos alegan que al unirse con los mundanos y amoldarse a sus costumbres se verán en situación de ejercer una influencia poderosa sobre los impíos. Pero todos los que se conducen así se separan con ello de la Fuente de toda fortaleza. Haciéndose amigos del mundo, son enemigos de Dios. Historia de los Patriarcas y Profetas, 657, 658.
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Cada Día con Dios
No rechacemos la verdad, 20 de mayo Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados. Hebreos 10:26. https://ift.tt/ZKWpFrs La fiesta celebrada en casa de Simón atrajo a muchos judíos porque sabían que Cristo estaba allí. Y vinieron no solamente para ver a Jesús, sino a Lázaro, a quien había resucitado. La resurrección de Lázaro fue el milagro culminante de la vida de Cristo. La nación judía había recibido su última prueba. Lázaro había sido resucitado de entre los muertos para dar testimonio en favor de Cristo. Muchos pensaron que Lázaro tendría un maravilloso incidente que relatar. Estaban sorprendidos de que no les dijera nada. Pero Lázaro no tenía nada que decir. La pluma que movió la inspiración nos ha dado luz acerca de este punto: “Los muertos nada saben... su amor y su odio... fenecieron ya”. Eclesiastés 9:5, 6. Pero Lázaro tenía un maravilloso testimonio que dar con respecto a la obra de Cristo. Era un testimonio viviente del poder divino. Con seguridad y poder declaró que Cristo era Hijo de Dios, e interrogaba a la gente acerca de lo que podría ganar si daban muerte a Cristo. Los sacerdotes recibieron evidencias contundentes de la divinidad de Cristo. Pero estaban decididos íntimamente a resistir toda luz, y cerraron las cámaras de la mente para que la luz no pudiera entrar. El honor atribuido a Jesús exasperaba a los escribas y fariseos. Se consultaron acerca de la posibilidad de dar muerte a Lázaro también, “porque a causa de él muchos de los judíos se apartaban y creían en Jesús”. Juan 12:11. El testimonio de Lázaro era tan claro y convincente que los sacerdotes no podían resistir sus argumentos... Por lo tanto trazaron planes para dar muerte a Lázaro... Resolvieron eliminar a Lázaro en secreto, para que de ese modo la muerte de Cristo tuviera menos publicidad. Argumentaban que el fin justificaría los medios, pero que no invitarían a sus concilios ni a Nicodemo ni a José de Arimatea, para que no se opusieran a sus designios asesinos. No tenían acusación alguna que lanzar contra Lázaro; no obstante, en lugar de admitir evidencias que no se podían negar, complotaron para matarlo. Así harán los hombres cuando se separen de Dios. Cuando la incredulidad toma posesión de la mente, el corazón se endurece y no hay nada que lo pueda ablandar.—Manuscrito 47, del 20 de mayo de 1887, “Judas”.
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Alza tus Ojos
Por sus frutos, 20 de mayo Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. Mateo 7:16, 17. https://ift.tt/HReAEfp La redención eterna nunca pareció tan extraordinariamente preciosa como en este tiempo presente, y nunca antes he sentido más profundamente el anhelo de vencer en cada punto como lo siento ahora. No debe haber defectos en nuestro carácter, ninguno. Cada mancha y arruga debe ser borrada por la sangre del Cordero. Nuestros rasgos peculiares de carácter desaparecerán cuando el poder transformador de la gracia de Dios se sienta en nuestros corazones. Los frutos de paciencia, amabilidad, tolerancia y abnegación que producimos testificarán que hemos aprendido de Jesús. El fruto del árbol testifica si éste es bueno o corrupto. Ningún buen árbol puede producir frutos malos. Ni el árbol malo producir buen fruto. Por sus frutos los conocerán. Hablemos y obremos para que nuestros frutos puedan ser de justicia, y dejemos brillar nuestra luz en buenas obras. La profesión no significa nada. Dios aprobará solamente una vida piadosa... Estoy decidida a obtener la victoria sobre el yo... Estoy decidida a ocultar mi vida con Cristo en Dios. Rogaré al trono de la gracia pidiendo poder y luz a fin de que los pueda reflejar sobre otros, y las almas puedan ser salvadas. El gran deseo que se observa en esta época en el mundo es tener más poder. Yo quiero más gracia, más amor, una experiencia viviente más profunda y fervorosa. El cristiano que se oculta en Jesús tiene a su disposición un poder sin medida que aguarda para ser concedido. Una fe viva abre los almacenes del cielo y trae el poder, la resistencia y el amor que son tan esenciales para el soldado cristiano. Esposo, no perdamos la recompensa eterna. Hemos sufrido demasiado en el campo de batalla para ser derrotados ahora por cualquier enemigo. Debemos salir totalmente victoriosos. Deseamos que nuestros últimos días sean los más triunfantes. Y ello puede ser así. Dios quiere que sea así. Si oramos mucho y usamos diligentemente los medios que están a nuestro alcance, no vacilaremos, no fracasaremos... No deseamos honor mundanal. No tengo interés en ello. Anhelo el “bien hecho” procedente de los labios de mi Redentor, que sonará como música en mis oídos. Por esto trabajaré. Haré lo correcto, porque amo lo correcto. Obedeceré a Dios no importa cuánto me cueste, y me será dada la corona de la vida en el más allá.—Carta 28, del 20 de mayo de 1880, una carta privada a Jaime White.
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A Fin de Conocerle
Evidencias de la grandeza de Dios, 20 de mayo Por cuanto me has alegrado, oh Jehová, con tus obras; en las obras de tus manos me gozo. ¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová! Muy profundos son tus pensamientos. Salmos 92:4, 5. https://ift.tt/pQWSto6 El paisaje por donde pasamos era demasiado majestuoso, demasiado impresionante, para presentar una descripción que pueda compararse con el panorama como era realmente. Las murallas almenadas de rocas, las paredes rocosas desgastadas por el tiempo que han resistido desde el diluvio, erosionadas por los torrentes de las montañas, resaltan lisas como si las hubieran pulido, mientras que otras rocas diferentes de ellas en forma se ven en capas regulares, como si un artista las hubiera dispuesto. Aquí ... contemplamos el panorama más interesante y grandioso que nuestros ojos jamás hayan visto. Las rocas se levantan desde la tierra, más y más altas, y de ellas surgen bellos pinos de colores oscuros entremezclados con el más claro y bellísimo verde viviente de los arces y hayas. ... Tal grandeza natural, tal panorama solemne nos llevan hasta el período cuando las aguas dominaron los puntos más altos de la tierra y los incrédulos antediluvianos perecieron en las aguas del diluvio por su gran impiedad. Al contemplar ... las rocas de toda forma concebible, decimos: “Cuán maravillosas son, oh Señor, tus obras en toda la tierra”. Los suavizantes y subyugantes matices trazados por el lápiz del Artista supremo en la bella disposición de los adornos de oscuro y viviente verde, ¡esa bella combinación de colores que cubren las rugosas rocas seculares! ¡Luego los profundos desfiladeros, los bulliciosos y rápidos arroyuelos y las majestuosas montañas recubiertas con árboles de la foresta en su bello atavío estival! El paisaje es grandioso al extremo, y presenta a los sentidos elevadas, santas, vigorosas y sagradas ideas de Dios nuestro Hacedor. ¡Y luego el pensamiento de que podemos llamarlo Padre!—Manuscrito 56, 1886.
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¡Maranata: El Senor Viene!
Un gran terremoto, 21 de mayo Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto. Apocalipsis 6:12. https://ift.tt/7bsNDjY No sólo predecían las profecías cómo ha de producirse la venida de Cristo y el objeto de ella, sino también las señales que iban a anunciar a los hombres cuándo se acercaría ese acontecimiento... El revelador describe así la primera de las señales que iban a preceder el segundo advenimiento: “Hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre”. Apocalipsis 6:12. Estas señales se vieron antes de principios del siglo XIX. En cumplimiento de esta profecía, en 1755 se sintió el más espantoso terremoto que se haya registrado. Aunque generalmente se lo llama el terremoto de Lisboa, se extendió por la mayor parte de Europa, Africa y América. Se sintió en Groenlandia, en las Antillas, en la isla de Madeira, en Noruega, en Suecia, en Gran Bretaña e Irlanda. Abarcó por lo menos diez millones de kilómetros cuadrados. La conmoción fue casi tan violenta en Africa como en Europa. Gran parte de Argel fue destruida; y a corta distancia de Marruecos, un pueblo de ocho a diez mil habitantes desapareció en el abismo. Una ola formidable barrió las costas de España y Africa, sumergiendo ciudades y causando inmensa desolación. Fue en España y Portugal donde la sacudida alcanzó su mayor violencia. Se dice que en Cádiz, la oleada llegó a sesenta pies de altura [veinte metros]... Se calcula que noventa mil personas perdieron la vida en aquel aciago día.34Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 349-351. ¡Con cuánta frecuencia oímos hablar de terremotos y ciclones, así como de la destrucción producida por incendios e inundaciones, con gran pérdida de vidas y propiedades! Aparentemente estas calamidades son estallidos caprichosos de las fuerzas desorganizadas y desordenadas de la naturaleza, completamente fuera del dominio humano; pero en todas ellas puede leerse el propósito de Dios. Se cuentan entre los instrumentos por medio de los cuales él procura despertar en hombres y mujeres un sentido del peligro que corren.35La Historia de Profetas y Reyes, 207.
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Sabbath School
Tuesday, May 20 La ley en nuestros corazones Comentarios Elena G.W https://ift.tt/TG0rDI9 En este conocimiento de la longanimidad de Jehová y de su amor y misericordia infinitos había basado Moisés su admirable intercesión por la vida de Israel cuando, en los lindes de la tierra prometida, ese pueblo se había negado a avanzar en obediencia a la orden de Dios. En el apogeo de su rebelión, el Señor había declarado: “Yo le heriré de mortandad, y lo destruiré”; y había propuesto hacer de los descendientes de Moisés una “gente grande y más fuerte que ellos”. Números 14:12. Pero el profeta invocó las maravillosas providencias y promesas de Dios en favor de la nación escogida. Y luego, como el argumento más poderoso, insistió en el amor de Dios hacia el hombre caído. Vers. 17-19. Misericordiosamente, el Señor contestó: “Yo lo he perdonado conforme a tu dicho”. Y luego impartió a Moisés, en forma de profecía, un conocimiento de su propósito concerniente al triunfo final de Israel. Declaró: “Mas, ciertamente vivo yo y mi gloria hinche toda la tierra”. Vers. 20, 21. La gloria de Dios, su carácter, su misericordiosa bondad y tierno amor, aquello que Moisés había invocado en favor de Israel, había de revelarse a toda la humanidad. Y la promesa de Jehová fue hecha doblemente segura al ser confirmada por un juramento. Con tanta certidumbre como que Dios vive y reina, su gloria iba a ser declarada “entre las gentes” y “en todos los pueblos sus maravillas”. Salmo 96:3 (Profetas y reyes, p. 232). La gloria de Cristo es su carácter, y su carácter es una expresión de la ley de Dios. Él cumplió la ley en todas sus especificaciones, y mediante su vida proporcionó al mundo un modelo perfecto de lo que la humanidad puede alcanzar mediante la cooperación con la divinidad. En su humanidad, Cristo era dependiente del Padre, del mismo modo que ahora la humanidad depende de Dios para obtener el poder divino que le permita alcanzar la perfección de carácter. La ley de Dios es un exponente de su carácter, una expresión de su santidad; pero, vista por quien ha caído por el pecado, es una voz de condenación, un ministerio de muerte. No corresponde a la ley perdonar al transgresor, porque “por la ley es el conocimiento del pecado”. “Por la ley nadie será justificado”. Ningún rayo de esperanza brilla de la ley para el pecador, y su transgresor no puede encontrar respuesta de la ley a su ansiosa pregunta: “¿Qué haré para ser salvo?”. “¿Cómo seré justo ante Dios?”. Pero a través de Cristo se ha proporcionado una vía de escape. Nuestro Redentor vino en la carne para condenar el pecado en la carne, para asir al alma arrepentida con un abrazo inquebrantable y, al mismo tiempo, para asirse al trono de Dios, convirtiéndose en el vínculo de unión entre la humanidad y la divinidad, entre la tierra y el cielo. Él es el único refugio para el alma culpable. Al buscar conocer a Dios, el hombre se dirige a Cristo, que vivió la ley de Dios y manifestó al mundo los atributos del Padre. En el Hijo de Dios se revela la inefable bondad de Dios, porque en él se encuentran la misericordia y la verdad, se besan la justicia y la paz. “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna”. Cristo en la carne, condenando el pecado en la carne, fue una perfecta revelación de Dios al mundo. Cristo declaró: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (The Signs of the Times, 12 de diciembre, 1895, “Character of the Law Revealed in Christ’s Life”, párr. 2, 3).
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¡Maranata: El Senor Viene!
Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...
Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2¶=175.533“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374
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Conozco la Iglesia Adventista desde mi niñez (7 años) y sé que es la Iglesia Verdadera. Lo he sabido desde que mis papás encontraron en la ...