Hijos e Hijas de Dios


Dios nos llena de su amor, 9 de septiembre Mas el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar. Lucas 5:38. https://ift.tt/aYTnqbz Debiéramos tratar fervientemente de conocer y apreciar la verdad, para poder presentarla a otros tal cual es en Jesús. Necesitamos tener una estimación correcta del valor de nuestras propias almas; tampoco debiéramos ser tan descuidados como lo fuimos hasta el presente con respecto a nuestro proceder. Debiéramos tratar más fervorosamente de conocer el camino de Dios;... y nuestra constante oración debiera ser que tengamos el sentir de Cristo de manera que podamos ser moldeados y formados de acuerdo con su semejanza. Al mirar a Jesús y contemplar su amor, teniendo nuestros ojos fijos en él, nos transformamos a su imagen. El otorgará su gracia a todo el que guarda su camino, hace su voluntad y camina en la verdad... ¡El fin está cerca! ¡No tenemos ni un momento que perder! Del pueblo de Dios ha de emanar luz que emita rayos claros, distintos, que presenten a Jesús ante las iglesias y ante el mundo... Los instrumentos que han de usarse son aquellas almas que alegremente reciben la luz de la verdad que Dios les comunica. Estas llegan a ser instrumentos divinos para comunicar el conocimiento de la verdad al mundo. Si mediante la gracia de Cristo su pueblo se transforma en recipientes nuevos, él los llenará con vino nuevo. Dios concederá luz adicional y se recuperarán verdades antiguas, que serán repuestas en el armazón de la verdad, y dondequiera vayan los obreros, triunfarán. Como embajadores de Cristo, han de escudriñar las Escrituras para investigar las verdades que se hallan ocultas bajo los escombros del error. Y han de comunicar a otros cada rayo de luz que reciban. Habrá un solo interés prevaleciente, un solo propósito que absorberá todos los demás: Cristo, justicia nuestra.—The Review and Herald, 23 de diciembre de 1890.

Exaltad a Jesús


Poder espiritual, 9 de septiembre Doblo mis rodillas ante el Padre... a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos. Efesios 3:14, 17-18. https://ift.tt/AXwICRg Tenemos el deber de reflejar el carácter de Jesús. Deberíamos dejar que la hermosa imagen de Jesús aparezca en todas partes, sea que estemos en la iglesia, en nuestros hogares, o en alguna reunión social con nuestros vecinos. Pero no lo podremos hacer a menos que estemos llenos de la plenitud de él. Si llegáramos a conocer mejor a Jesús, lo amaríamos por su bondad y excelencia y desearíamos llegar a participar de tal manera de su carácter divino, que todos supieran que habíamos estado con Jesús y aprendido de él. Honramos y glorificamos a nuestro Padre que está en el cielo cuando ponemos en práctica en nuestras vidas los principios puros del Evangelio de Cristo. Al hacer esto, reflejamos sobre el oscuro mundo que nos rodea, la luz que el cielo nos ha dado. Los pecadores se verán constreñidos a confesar que no somos hijos de las tinieblas, sino hijos de la luz. ¿Cómo lo sabrán? Por los frutos que llevemos. Las personas pueden tener sus nombres registrados en los libros de la iglesia; pero eso no los hace ser hijos de luz. Pueden disfrutar de posiciones honorables y recibir la alabanza de los hombres; pero eso no los transforma en hijos de luz... Debe haber una profunda obra de la gracia, el amor de Dios en el corazón, y este amor se expresa mediante la obediencia. Es el Cristo que mora en el alma quien nos concede poder espiritual y nos transforma en canales de luz. Mientras más luz tenemos, más les podemos impartir a los que nos rodean. Mientras más cerca vivamos de Jesús, más claros serán los conceptos que obtendremos de su hermosura. Al contemplar su pureza, más claramente discernimos nuestras propias faltas de carácter. Anhelamos asemejarnos a él, ser dotados de la plenitud que mora en él y que resplandece en la perfección de su carácter celestial; y por contemplarlo somos transformados a su imagen... Cada día sembramos alguna clase de semilla. Si esparcimos semillas de incredulidad, cosecharemos incredulidad; si sembramos orgullo, cosecharemos orgullo; si sembramos testarudez, cosecharemos testarudez, “porque todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”... Nuestros corazones pueden estar colmados de toda la plenitud de Dios; pero hay algo que debemos hacer. No debemos acariciar nuestras faltas y pecados, sino abandonarlos, y apresurarnos a colocar nuestros corazones en orden. Después de hacer esto, tomemos la llave de la fe y abramos el almacén de las ricas bendiciones de Dios... Hay una plenitud infinita a la cual acudir; y además tenemos la promesa de nuestro divino Señor: “Conforme a vuestra fe os sea hecho”. Mateo 9:29. Permita el cielo que podamos ganar la corona de la vida, un sitio a la diestra de Dios, y que al entrar por las puertas eternas, escuchemos las palabras que sonarán más dulces que cualquier música: “Bien, buen siervo y fiel... entra en el gozo de tu Señor”. Mateo 25:23.—The Signs of the Times, 18 de agosto de 1887.

En los Lugares Celestiales


Armados para el conflicto, 9 de septiembre Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Efesios 6:13. https://ift.tt/cdkr4oa Hay muchos que no comprenden el conflicto que se lleva a cabo entre Cristo y Satanás por las almas de los hombres. No advierten que si quieren permanecer bajo la bandera ensangrentada del Príncipe Emanuel, deben estar dispuestos a ser partícipes de sus conflictos y sostener una guerra resuelta contra los poderes de las tinieblas. Pensando en el conflicto, Pablo escribe a sus hermanos de Efeso exhortándolos a “ser fuertes”, no débiles, no vacilantes, llevados y traídos como las olas del mar. Pero, ¿en qué debían fortalecerse? ¿En su propio poder? No. “Fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza”. Dice Pablo: “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes”. Vers. 10-13. La obtención de la vida eterna siempre será una lucha, un conflicto. Debemos pelear continuamente la buena batalla de la fe. Somos soldados de Cristo y los que se alistan en su ejército deben esperar hacer una obra difícil que exigirá sus energías hasta lo sumo. Debemos comprender que la vida de un soldado es de lucha agresiva, de perseverancia y paciencia. Por causa de Cristo hemos de soportar pruebas. Las victorias no se ganan por ceremonias u ostentación, sino por la sencilla obediencia al General supremo, al Señor Dios de los cielos. Quien confía en ese Guía nunca conocerá la derrota. La obediencia a Dios es libertad de la servidumbre del pecado.—The Review and Herald, 17 de diciembre de 1908.

El Cristo Triunfante


La muerte del salvador puso fin al poder que Satanás ejercía sobre nosotros, 9 de septiembre “No hablaré ya mucho con vosotros, porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí”. Juan 14:30. https://ift.tt/tIA6KGn El Comandante del cielo fue asaltado por el tentador. Su paso por el mundo no estuvo desprovisto de dificultades. No le faltaron obstáculos y dificultades a su campaña de conquistar para su reino, por medio de su gracia y su misericordia, las almas de los seres humanos... Ningún ser humano llegado a este mundo había escapado del poder del engañador. Todas las fuerzas de la confederación del mal fueron lanzadas en su persecución. Satanás sabía que debía vencer o ser derrotado... En el carácter y la persona de Jesucristo, Satanás vio la imagen de Dios. El diablo sabía que si Cristo llevaba a cabo su plan, su autoridad demoníaca llegaría a su fin. Por lo tanto, la vida de Cristo fue una perpetua contienda en contra de los agentes satánicos...El conflicto se incrementó en fiereza y malignidad y vez tras vez la presa fue arrebatada de sus manos [de Satanás]... Poco antes de su crucifixión, el Salvador dijo: “Porque viene el príncipe de este mundo y él no tiene nada en mí”. Aunque era la hora del poder de las tinieblas, sin embargo, en anticipación a su triunfo Cristo pudo decir: “Porque el príncipe de este mundo ha sido juzgado”. “Ahora es el juicio de este mundo. Ahora será echado fuera el príncipe de este mundo”. Al contemplar la obra de la redención como un hecho terminado, él podía, aún ante la muerte, hablar de la grandiosa liberación final y representar las cosas que eran futuras como presentes. El unigénito Hijo del Dios infinito pudo llevar a cabo con éxito el plan que aseguró definitivamente la salvación de la humanidad... La condición del mundo antes de la primera venida de Cristo es un cuadro de la condición del mundo precisamente antes de su segunda venida. Existirá la misma iniquidad. Satanás manifiesta el mismo poder engañoso sobre la mente de los hombres... Dispone su ejército de instrumentos humanos para que participen en el último gran conflicto contra el Príncipe de la vida, para derribar la ley de Dios que es el fundamento de su trono. Satanás hará milagros para afirmar a los hombres en la creencia de que él es lo que pretende ser: el príncipe de este mundo, y que la victoria es suya. Empleará sus fuerzas contra los que son leales a Dios; pero aunque pueda causar dolor, angustia y agonía humana, no puede mancillar el alma... El pueblo de Dios debe esperar en estos últimos días que entrará en lo más recio del conflicto, pues dice la palabra profética: “El dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo”.—Carta 43, 1895.

Dios nos Cuida


Vivamos la nueva vida, 9 de septiembre Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas. Mateo 7:12. https://ift.tt/5gloBqF Cristo vino a enseñarnos no solamente lo que debemos saber y creer, sino también lo que debemos hacer al relacionarnos con Dios y nuestro prójimo. La regla de oro de la justicia requiere que hagamos con los demás lo que quisiéramos que nos hicieran a nosotros: “Han sido adquiridos con la sangre del Salvador; han sido comprados por precio”. En toda nuestra relación con nuestros prójimos, ya sean creyentes o no, debemos tratarlos como Cristo los trataría en nuestro lugar. Si es para nuestro bien presente y eterno obedecer la ley de Dios, será para su bien presente y eterno que lo hagan también. Nuestra meta más alta debe consistir en que seamos para ellos obreros médico-misioneros de acuerdo con la orden de Cristo... Todos los que entren por las puertas de perla en la ciudad de Dios, deberán haber manifestado a Cristo en todas sus actividades. Esto es lo que los convierte en mensajeros de Cristo, en sus testigos. Deben dar un testimonio claro y definido contra todo mal proceder, y señalar al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. El da poder, a todos los que lo reciben, de ser hijos de Dios. La regeneración es la única senda por medio de la cual podemos llegar a la ciudad santa. Es angosta, y estrecha la puerta de entrada, pero por ella debemos guiar a hombres, mujeres y niños, enseñándoles que para ser salvos deben tener un nuevo corazón y un nuevo espíritu. Los antiguos rasgos de carácter hereditarios deben ser vencidos. Los deseos naturales del alma deben cambiar. Se debe renunciar a todo engaño, toda falsificación y toda maledicencia. Hay que vivir una vida nueva, que hace de hombres y mujeres seres semejantes a Cristo. Debemos nadar, por así decirlo, contra la corriente del mal. El camino que conduce al cielo es angosto, cercado por la ley divina de Jehová. Los que lo siguen deben negarse constantemente a sí mismos. Deben obedecer las enseñanzas de Cristo... No confiemos en el hombre, sino en Jesucristo, que murió para que pudiéramos obtener justicia.

Conflicto y Valor


Los obstáculos, prueba de la fe, 9 de septiembre Esdras 4:6-24. https://ift.tt/o1kFPCM Los que menospreciaron el día de las pequeñeces se alegrarán Zacarías 4:10. Mientras reedificaba la casa del Señor, Zorobabel había trabajado frente a múltiples dificultades. Desde el comienzo, los adversarios habían debilitado “las manos del pueblo de Judá y los arredraban de edificar... e hiciéronles cesar con poder y fuerza”. Pero el Señor se había interpuesto en favor de los constructores, y hablaba ahora por su profeta a Zorobabel, diciendo: “¿Quién eres tú, oh gran monte? Delante de Zorobabel serás reducido a llanura...”. Durante toda la historia del pueblo de Dios, los que hayan procurado ejecutar los propósitos del Cielo se han visto frente a montañas de dificultades, aparentemente insuperables. El Señor permite esos obstáculos para probar nuestra fe. Cuando nos vemos rodeados por todos lados, es el momento cuando más debemos confiar en Dios y en el poder de su espíritu. El ejercicio de una fe viva significa un aumento de fuerza espiritual y el desarrollo de una confianza inquebrantable. Así llega a ser el alma una fuerza vencedora. Ante la demanda de la fe, desaparecerán los obstáculos puestos por Satanás en la senda del cristiano; porque las potestades del cielo acudirán en su ayuda. “Nada os será imposible”. Cuando el mundo emprende algo, lo hace con pompa y jactancia. El método de Dios es hacer del día de los pequeños comienzos el principio del glorioso triunfo de la verdad y de la justicia. A veces prepara a sus obreros sometiéndolos a desilusiones y fracasos aparentes. Se propone que aprendan a dominar las dificultades. Con frecuencia los hombres están tentados a vacilar delante de las perplejidades y los obstáculos que los confrontan. Pero si tan sólo sostienen firme hasta el fin el principio de su confianza, Dios les despejará el camino... Frente al espíritu intrépido y la fe inquebrantable de Zorobabel, las grandes montañas de las dificultades se transformarán en una llanura; y las manos que pusieron los fundamentos “acabarán” la casa. La Historia de Profetas y Reyes, 437, 438.

Cada Día con Dios


El convencimiento del perdón de los pecados, 9 de septiembre Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe. Juan 3:30. https://ift.tt/oFnpJtN Me siento triste cuando veo la falta de religión práctica en nuestro mismo seno. El yo es sumamente evidente mientras el Espíritu de Cristo no se nota. Necesitamos iluminación divina. Necesitamos renovar cada día nuestra consagración a Dios. ¿Por qué no somos conscientes de que nuestros pecados han sido perdonados? Porque somos incrédulos. No estamos poniendo en práctica las enseñanzas de Cristo ni estamos incorporando sus virtudes en nuestras vidas. Si se nos concedieran el gozo, la exaltación y la esperanza impartidos por el Señor Jesucristo, muchos de nosotros haríamos de ello objetos de estima propia y de orgullo. Cuando Jesús mora en el corazón por la fe, se ponen en práctica las lecciones que él dio. Tendremos un concepto tan excelso de Jesucristo que el yo será abatido. Nuestros afectos se concentrarán en Jesús y nuestros pensamientos se dirigirán firmemente hacia el cielo. Cristo aumentará y el yo disminuirá. Hay que entrenar la mente para que se espacie en las cosas espirituales. La humildad será el resultado de comprender el carácter amoroso de Jesucristo. Al meditar en las excelencias del carácter de Cristo nos daremos cuenta de cuán ofensivo es el pecado, y nos aferraremos de la justicia de Jesucristo. Cultivaremos las virtudes que residen en Jesús para que podamos reflejar su carácter ante los demás. Si contempláramos la cruz del Calvario no exaltaríamos el yo, sino que mantendríamos constantemente delante de nosotros nuestra propia indignidad, y cuánto le costo al cielo nuestra salvación; percibiríamos el amor inmaculado de Cristo. Muchos permiten que sus mentes se espacien en su propia indignidad como si esto fuera una virtud. Es un impedimento para que acudan a Jesús con plena certidumbre de te. Debieran sentir su indignidad, y a causa de esto, a causa de su carácter pecaminoso, debieran sentir la necesidad de acudir al Salvador, que es su mérito, y que será su justicia si se arrepienten y humillan. Su indignidad es un hecho evidente por si mismo. Pero los méritos de Jesucristo son seguros. Por lo tanto, cada alma dubitativa tenga esperanza y cobre valor porque hay Alguien que es digno y este es su Salvador. Su única esperanza es una salvación de la cual se pueden aferrar por fe en méritos que no son propios, pero que serán suplidos por Jesucristo, nuestra justicia.—Manuscrito 21, del 9 de septiembre de 1899.

Cada Día con Dios


Cada Día con Dios
El convencimiento del perdón de los pecados, 9 de septiembre Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe. Juan 3:30. https://ift.tt/oFnpJtN Me siento triste cuando veo la falta de religión práctica en nuestro mismo seno. El yo es sumamente evidente mientras el Espíritu de Cristo no se nota. Necesitamos iluminación divina. Necesitamos renovar cada día nuestra consagración a Dios. ¿Por qué no somos conscientes de que nuestros pecados han sido perdonados? Porque somos incrédulos. No estamos poniendo en práctica las enseñanzas de Cristo ni estamos incorporando sus virtudes en nuestras vidas. Si se nos concedieran el gozo, la exaltación y la esperanza impartidos por el Señor Jesucristo, muchos de nosotros haríamos de ello objetos de estima propia y de orgullo. Cuando Jesús mora en el corazón por la fe, se ponen en práctica las lecciones que él dio. Tendremos un concepto tan excelso de Jesucristo que el yo será abatido. Nuestros afectos se concentrarán en Jesús y nuestros pensamientos se dirigirán firmemente hacia el cielo. Cristo aumentará y el yo disminuirá. Hay que entrenar la mente para que se espacie en las cosas espirituales. La humildad será el resultado de comprender el carácter amoroso de Jesucristo. Al meditar en las excelencias del carácter de Cristo nos daremos cuenta de cuán ofensivo es el pecado, y nos aferraremos de la justicia de Jesucristo. Cultivaremos las virtudes que residen en Jesús para que podamos reflejar su carácter ante los demás. Si contempláramos la cruz del Calvario no exaltaríamos el yo, sino que mantendríamos constantemente delante de nosotros nuestra propia indignidad, y cuánto le costo al cielo nuestra salvación; percibiríamos el amor inmaculado de Cristo. Muchos permiten que sus mentes se espacien en su propia indignidad como si esto fuera una virtud. Es un impedimento para que acudan a Jesús con plena certidumbre de te. Debieran sentir su indignidad, y a causa de esto, a causa de su carácter pecaminoso, debieran sentir la necesidad de acudir al Salvador, que es su mérito, y que será su justicia si se arrepienten y humillan. Su indignidad es un hecho evidente por si mismo. Pero los méritos de Jesucristo son seguros. Por lo tanto, cada alma dubitativa tenga esperanza y cobre valor porque hay Alguien que es digno y este es su Salvador. Su única esperanza es una salvación de la cual se pueden aferrar por fe en méritos que no son propios, pero que serán suplidos por Jesucristo, nuestra justicia.—Manuscrito 21, del 9 de septiembre de 1899.
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Alza tus Ojos


Alza tus Ojos
Valor en el señor, 9 de septiembre Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. 2 Timoteo 1:7. https://ift.tt/nsrTYuZ Cíñase la armadura del Señor... La oposición vendrá. Los que no estén animados por la fe y la esperanza, manifestarán incredulidad. Cuando no pueda determinar qué camino tomar, deje todo en las manos de Dios. Estimule en su corazón la fe que obra por el amor y purifica el alma... El Señor tiene una tarea para Ud. en algún lugar, pero dondequiera se halle ese campo, no haga una obra incompleta de su consagración. Luche fervientemente para glorificar a Dios, quien dio a su Hijo unigénito para salvarlo. Cuando enseñe la Palabra, manténgase en la afirmativa, permita que la enternecedora misericordia del amor de Dios penetre en su corazón, y en su mente la influencia vivificante de su santo Espíritu. Tenga buen ánimo en el Señor... Ahora es el tiempo de orar, creer y trabajar intensamente en la iglesia, el medio para obtener una educación superior y el instrumento del Espíritu Santo. Ese instrumento es efectivo para su vida. Cristo, el Médico jefe, posee la única sabiduría que puede aplicar el remedio infalible. Fui instruida por el Espíritu Santo para decir: “Todos los que crean la verdad han de ser mensajeros del Señor”. Como discípulos han de aprender continuamente de Cristo cómo elevar sus pensamientos, aumentar sus expectativas y tener los más excelsos conceptos de su excelencia y gracia, que el don de su Santo Espíritu puede compensar por la pérdida de su presencia personal. El Salvador procuró grabar esto en las mentes de sus discípulos. Que haya oraciones más fervientes en busca del Señor. “Todo aquel”, aseveró Cristo, “que pide, recibe; y el que busca, halla”. Lucas 11:10. Se me ordena exhortar a todo maestro del Evangelio acerca de la necesidad de multiplicar y ampliar sus conceptos de lo que Cristo será para los que sobrellevan responsabilidades. Las capacidades se incrementan maravillosamente bajo el poder del Espíritu Santo... ¿Buscará al Señor fervientemente? Ore, ore como humilde investigador. No ponga su inventiva en acción para probar que otros son impíos, sino hábleles con ternura para que ellos escudriñen sus propios corazones pecaminosos, y ore pidiendo que el Señor purifique de pecado el templo del alma. Que cada uno confiese sus propios pecados, entonces puede sobrevenir la noche con plena certeza de fe.—Carta 296, del 9 de septiembre de 1906, dirigida a O. A. Olsen, en ese entonces Secretario del Departamento de Ultramar de la Asociación General.
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¡Maranata: El Senor Viene!


¡Maranata: El Senor Viene!
El clamor por paz y seguridad, 9 de septiembre Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz. Jeremías 6:14. https://ift.tt/3OxpRmU Los católicos, los protestantes y los mundanos... verán en... [la triple] unión un gran movimiento para la conversión del mundo y el comienzo del milenio tan largamente esperado.23Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 646. “El día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella están serán quemadas”. 2 Pedro 3:10. Cuando los razonamientos de la filosofía hayan desterrado el temor a los juicios de Dios; cuando los maestros de la religión nos hablen de largos siglos de paz y prosperidad, y el mundo se dedique por completo a sus negocios y placeres, a plantar y edificar, a fiestas y diversiones, y desechando las amonestaciones de Dios, se burle de sus mensajeros, “entonces vendrá sobre ellos destrucción de repente... y no escaparán”. 1 Tesalonicenses 5:3.24Historia de los Patriarcas y Profetas, 94. Como los habitantes del valle de Sidim, la gente sueña ahora con prosperidad y paz. “Escapa por tu vida”, es la advertencia de los ángeles de Dios; pero se oyen otras voces que dicen: “No os inquietéis, no hay nada que temer”. La multitud vocea: “Paz y seguridad”, mientras el cielo declara que una rápida destrucción está por caer sobre el transgresor. En la noche anterior a su destrucción, las ciudades de la llanura se entregaron desenfrenadamente a los placeres, y se burlaron de los temores y advertencias del mensajero de Dios; pero aquellos burladores perecieron en las llamas; en aquella misma noche la puerta de la gracia fue cerrada para siempre para los impíos y descuidados habitantes de Sodoma. Dios no será siempre objeto de burla; no se jugará mucho tiempo con él. “He aquí el día de Jehová viene, crudo, y de saña y ardor de ira, para tornar la tierra en soledad, y raer de ella sus pecadores”. Isaías 13:9. La inmensa mayoría del mundo desechará la misericordia de Dios, y será sumida en pronta e irremisible ruina. Pero el que presta oídos a la advertencia y “habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente”. “Escudo y adarga es su verdad”. Salmos 91:1, 4.25Historia de los Patriarcas y Profetas, 163, 164.
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El clamor por paz y seguridad, 9 de septiembre Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz. Jeremías 6:14. https://ift.tt/3OxpRmU Los católicos, los protestantes y los mundanos... verán en... [la triple] unión un gran movimiento para la conversión del mundo y el comienzo del milenio tan largamente esperado.23Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 646. “El día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella están serán quemadas”. 2 Pedro 3:10. Cuando los razonamientos de la filosofía hayan desterrado el temor a los juicios de Dios; cuando los maestros de la religión nos hablen de largos siglos de paz y prosperidad, y el mundo se dedique por completo a sus negocios y placeres, a plantar y edificar, a fiestas y diversiones, y desechando las amonestaciones de Dios, se burle de sus mensajeros, “entonces vendrá sobre ellos destrucción de repente... y no escaparán”. 1 Tesalonicenses 5:3.24Historia de los Patriarcas y Profetas, 94. Como los habitantes del valle de Sidim, la gente sueña ahora con prosperidad y paz. “Escapa por tu vida”, es la advertencia de los ángeles de Dios; pero se oyen otras voces que dicen: “No os inquietéis, no hay nada que temer”. La multitud vocea: “Paz y seguridad”, mientras el cielo declara que una rápida destrucción está por caer sobre el transgresor. En la noche anterior a su destrucción, las ciudades de la llanura se entregaron desenfrenadamente a los placeres, y se burlaron de los temores y advertencias del mensajero de Dios; pero aquellos burladores perecieron en las llamas; en aquella misma noche la puerta de la gracia fue cerrada para siempre para los impíos y descuidados habitantes de Sodoma. Dios no será siempre objeto de burla; no se jugará mucho tiempo con él. “He aquí el día de Jehová viene, crudo, y de saña y ardor de ira, para tornar la tierra en soledad, y raer de ella sus pecadores”. Isaías 13:9. La inmensa mayoría del mundo desechará la misericordia de Dios, y será sumida en pronta e irremisible ruina. Pero el que presta oídos a la advertencia y “habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente”. “Escudo y adarga es su verdad”. Salmos 91:1, 4.25Historia de los Patriarcas y Profetas, 163, 164.
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Sabbath School


Sabbath School
Monday, September 09 La última cena Comentarios Elena G.W para las Lecciones de Escuela Sabática https://ift.tt/4SMX0sU También se les ordenó [a los israelitas] que celebrasen la fiesta de la Pascua como una ordenanza, a fin de que cuando sus hijos preguntaran qué significaba dicho servicio, les relataran su maravillosa preservación en Egipto. Que cuando el ángel destructor salió durante la noche para matar a los primogénitos de los hombres y a los primogénitos de los animales, pasó por encima de sus casas, y no murió ni uno solo de los hebreos que tuviera la señal de la sangre en los postes de sus puertas. Y el pueblo se inclinó y adoró, agradecido por este memorial singular dado para preservar en sus hijos el recuerdo del cuidado de Dios por su pueblo… La Pascua señalaba hacia atrás a la liberación de los hijos de Israel, y también era una señal típica hacia adelante, hacia Cristo, el Cordero de Dios, inmolado para la redención del hombre caído. La sangre rociada sobre los dinteles de la puerta prefiguraba la sangre expiatoria de Cristo, y también la continua dependencia del hombre pecador de los méritos de esa sangre para salvarse del poder de Satanás y para la redención final. Cristo cenó la Pascua con sus discípulos justo antes de su crucifixión, y esa misma noche instituyó la ordenanza de la Cena del Señor, que debía celebrarse para conmemorar su muerte (Spiritual Gifts, t. 3, pp. 223, 225). Cuando Cristo, la víspera de ser traicionado, amonestó de antemano a sus discípulos: “Todos seréis escandalizados en mí esta noche”, Pedro le dijo confiadamente: “Aunque todos sean escandalizados, mas no yo”. Marcos 14:27, 29. Pedro no conocía el peligro que corría, y lo descarrió la confianza propia. Se creyó capaz de resistir la tentación; pero pocas horas después le vino la prueba, y con maldiciones y juramentos negó a su Señor. Cuando el canto del gallo le hizo recordar las palabras de Cristo, sorprendido y emocionado por lo que acababa de hacer, se volvió y miró a su Maestro. En ese momento Cristo miró a Pedro, y este se comprendió a sí mismo ante la triste mirada, en la que se mezclaban la compasión y el amor hacia él. Salió y lloró amargamente, pues aquella mirada de Cristo quebrantó su corazón. Pedro había llegado al punto de la conversión, y amargamente se arrepintió de su pecado. Fue semejante al publicano en su contrición y arrepentimiento, y como este, también alcanzó misericordia. La mirada de Cristo le dio la seguridad del perdón (Palabras de vida del gran Maestro, p. 118). Jesús miró con compasión a sus discípulos. No podía salvarlos de la prueba, pero no los dejó sin consuelo. Les aseguró que él estaba por romper las cadenas del sepulcro, y que su amor por ellos no faltaría. “Después que haya resucitado —dijo—, iré delante de vosotros a Galilea”. Mateo 26:32. Antes que le negasen, les aseguró el perdón. Después de su muerte y resurrección, supieron que estaban perdonados y que el corazón de Cristo los amaba (El Deseado de todas las gentes, p. 628).
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¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374