Dr. Francois du Plessis - The Reception of Truth - The Great Banquet: Part 2


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Dr. Francois du Plessis - The Reception of Truth - The Great Banquet: Part 1


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Reflejemos a Jesús


Reflejemos a Jesús
Nuestra suficiencia está sólo en Cristo, 3 de septiembre https://ift.tt/Fu5jtGf Pero lejos esté de mi gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. Gálatas 6:14. Por fe, la fe que renuncia a toda confianza propia, el necesitado suplicante ha de aferrarse del poder infinito. Ninguna ceremonia exterior puede reemplazar a la fe sencilla y a la entera renuncia al yo. Pero ningún hombre puede despojarse del yo por sí mismo. Sólo podemos consentir que Cristo haga esta obra. Entonces el lenguaje del alma será: Señor, toma mi corazón; porque yo no puedo dártelo. Es tuyo, manténlo puro, porque yo no puedo mantenerlo por ti. Sálvame a pesar de mi yo, mi yo débil y desemejante a Cristo. Modélame, fórmame, elévame a una atmósfera pura y santa, donde la rica corriente de tu amor pueda fluir por mi alma. No sólo al comienzo de la vida cristiana ha de hacerse esta renuncia al yo. Ha de renovársela a cada paso que se dé hacia el cielo. Todas nuestras buenas obras dependen de un poder que está fuera de nosotros. Por lo tanto, debe haber un continuo anhelo del corazón en pos de Dios, y una continua y ferviente confesión de los pecados que quebrante el corazón y humille el alma delante de El. Únicamente podemos caminar con seguridad mediante una constante renuncia al yo y dependencia de Cristo. Mientras más nos acerquemos a Jesús, y más claramente apreciemos la pureza de su carácter, más claramente discerniremos la excesiva pecaminosidad del pecado, y menos nos sentiremos inclinados a ensalzarnos a nosotros mismos. Aquellos a quienes el cielo reconoce como santos son los últimos en alardear de su bondad. El apóstol Pedro llegó a ser fiel ministro de Cristo, y fue grandemente honrado con la luz y el poder divinos; tuvo una parte activa en la formación de la iglesia de Cristo; pero Pedro nunca olvidó la terrible vicisitud de su humillación; su pecado fue perdonado; y sin embargo, él bien sabía que para la debilidad de carácter que había ocasionado su caída sólo podía valer la gracia de Cristo. No encontraba en sí mismo nada de qué gloriarse. Ninguno de los apóstoles o profetas pretendió jamás estar sin pecado. Los hombres que han vivido más cerca de Dios, que han estado dispuestos a sacrificar la vida misma antes que cometer a sabiendas una acción mala, los hombres a los cuales Dios había honrado con luz y poder divinos, han confesado la pecaminosidad de su propia naturaleza. No han puesto su confianza en la carne, no han pretendido tener ninguna justicia propia, sino que han confiado plenamente en la justicia de Cristo. Así harán todos los que contemplen a Cristo. En cada paso que demos en la vida cristiana, se ahondará nuestro arrepentimiento... Entonces nuestros labios no se abrirán en glorificación propia. Sabremos que únicamente Cristo es nuestra suficiencia.—Palabras de Vida del Gran Maestro, 123-125.
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Nuestra Elevada Vocacion


Nuestra Elevada Vocacion
Una escuela para la mente y la conducta, 3 de septiembre https://ift.tt/jCQIi1X Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. Apocalipsis 15:3. El gran Arquitecto ha formado y preparado las escenas de la naturaleza para que ejerzan una impresión importante sobre el carácter intelectual y moral del hombre. Estas deben ser la escuela de Dios para educar la mente y la conducta. Aquí la mente puede tener un vasto campo de estudio en la manifestación de las obras majestuosas del Infinito. Las rocas se encuentran entre las cosas preciosas de la tierra, porque contienen tesoros de sabiduría y conocimiento. En las rocas y las montañas está registrado el hecho de que Dios destruyó a los malvados de la tierra mediante el diluvio.—Manuscrito 73, 1886, pp. 2, 3. Los hombres pensaron que eran más sabios que Dios, y demasiado sabios para obedecer ... los estatutos y los preceptos de Jehová. Las cosas ricas de la tierra que Dios les había dado, no los condujeron a la obediencia, sino que los alejaron de ella, porque usaron mal los selectos favores del cielo, y las bendiciones que Dios les había concedido fueron hechas objetos que los indujeron a separarse de Dios. Y debido a que se hicieron satánicos en su naturaleza antes que divinos, el Señor envió el diluvio de agua sobre el mundo antiguo.—Manuscrito 62, 1886, pp. 30, 31. Dios es abundante en amor y misericordia; pero de ninguna manera disculpará a aquellos que descuidan la gran salvación que él ha provisto. Los antediluvianos de larga vida fueron borrados de la tierra porque se desentendieron de la ley divina. Dios no volverá a traer aguas de los cielos y de abajo de la tierra como sus armas para ser usadas en la destrucción del mundo, pero cuando dentro de poco su venganza se derrame sobre aquellos que desprecian su autoridad, serán destruidos por el fuego que está oculto en las entrañas de la tierra, puesto en intensa actividad por los fuegos del cielo. Entonces de la tierra purificada surgirá un canto de alabanza: “Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la bendición, y la honra, y la gloria, y el poder, para siempre jamás”. Apocalipsis 5:13. “Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos”. Y todo aquel que haya hecho de los tesoros celestiales su primera consideración, ... se unirá a los acordes gozosos y triunfantes.—The Review and Herald, 24 de febrero de 1885, pp. 114.
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El Evangelismo


¿Cuándo se rechaza el sello de Dios? https://ift.tt/Sm6wEH2 Si se os ha presentado la luz de la verdad que revela el sábado del cuarto mandamiento y que muestra que en la Palabra de Dios no hay fundamento para la observancia del domingo, y sin embargo seguís aferrándoos al falso día de reposo, rehusando observar el santo sábado al que Dios llama “mi día santo”, recibís la marca de la bestia. ¿Cuándo ocurre esto? Cuando obedecéis el decreto que os ordena dejar de trabajar el domingo para adorar a Dios, mientras sabéis que no hay una sola palabra en la Biblia que muestre que el domingo no sea un día como todos los demás, entonces consentís en recibir la marca de la bestia y rechazáis el sello de Dios.—The Review and Herald, 13 de julio de 1897.

Exaltad a Jesús


Salud para el cuerpo y el alma, 3 de septiembre Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. 3 Juan 2. Hay condiciones que deben observar todos los que quieren conservar la salud. Todos deben aprender cuáles son esas condiciones. Al Señor no le agrada que ignoren sus leyes, naturales o espirituales. Hemos de colaborar con Dios para devolver la salud al cuerpo tanto como al alma. Y debemos enseñar a otros a conservar y recobrar la salud. Para los enfermos, debemos usar los remedios que Dios proveyó en la naturaleza, y debemos señalarles a Aquel que es el único que puede sanar. Nuestra obra consiste en presentar los enfermos y dolientes a Cristo en los brazos de nuestra fe. Debemos enseñarles a creer en el gran Médico. Debemos echar mano de su promesa, y orar por la manifestación de su poder. La misma esencia del Evangelio es la restauración, y el Salvador quiere que invitemos a los enfermos, los imposibilitados y los afligidos a echar mano de su fuerza. El poder del amor estaba en todas las obras de curación de Cristo, y únicamente participando de este amor por la fe podemos ser instrumentos apropiados para su obra. Si dejamos de ponernos en relación divina con Cristo, la corriente de energía vivificante no puede fluir en ricos raudales desde nosotros a la gente. Hubo lugares donde el Salvador mismo no pudo hacer muchos prodigios por causa de la incredulidad.—El Deseado de Todas las Gentes, 764-765. El cuerpo debe ser conservado en una condición saludable a fin de que el alma pueda disfrutar de salud. La condición del cuerpo afecta la condición del alma. El que quiere tener fuerza física y espiritual, debe educar su apetito en la dirección debida. Debe ser cuidadoso de no cargar el alma recargando sus facultades físicas o espirituales. La adhesión fiel a los principios correctos en el comer, en el beber y en el vestir, es un deber que Dios ha colocado sobre los seres humanos. El Señor desea que obedezcamos las leyes de la salud y la vida. El tiene a cada uno de nosostros por responsables de cuidar adecuadamente el cuerpo, a fin de que sea conservado con salud.—El Evangelismo, 193. En sus milagros el Salvador reveló ese poder que obra continuamente en favor del hombre para sustentarlo y sanarlo. Mediante los agentes naturales, Dios obra día tras día, hora tras hora, momento tras momento, para mantenernos con vida, para fortalecernos y restaurarnos... El deseo de Dios para cada ser humano se expresa en las palabras: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”... La verdadera religión y las leyes de la salud van mano en mano.—My Life Today, 135.
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En los Lugares Celestiales


Una batalla invisible alrededor de cada alma, 3 de septiembre https://ift.tt/7ztyMJT Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Efesios 6:12. No comprendemos suficientemente el gran conflicto que pone frente a frente los ejércitos invisibles de los ángeles buenos y de los ángeles desleales. Los ángeles buenos y los malos luchan alrededor de cada hombre. No es un conflicto imaginario; no son batallas simuladas aquellas en que estamos empeñados. Tenemos que hacer frente a los adversarios más poderosos y nos incumbe decidir quiénes vencerán.—Testimonies for the Church 7:213. Si los seres humanos conocieran el número de los ángeles malos, sus engaños y actividad, serían mucho menos orgullosos y frívolos. Satanás es el príncipe de los demonios... El instiga todo el mal que existe en nuestro mundo.—The S.D.A. Bible Commentary 6:1119. Si Satanás ve que corre peligro de perder un alma, hace cuánto puede para conservarla. Y cuando la persona llega a darse cuenta del peligro que corre, y con angustia y fervor busca fortaleza en Jesús, Satanás teme perder un cautivo, y llama un refuerzo de sus ángeles para rodear a la pobre alma y formar una muralla de tinieblas en derredor de ella con el propósito de que la luz del cielo no la alcance. Pero si el que está en peligro persevera, y en su impotencia se aferra a los méritos de la sangre de Cristo, nuestro Salvador escucha la ferviente oración de fe, y envía refuerzos de ángeles poderosos en fortaleza para que lo libren. Satanás no puede soportar que se recurra a su poderoso rival, porque teme y tiembla ante su fuerza y majestad. Al sonido de la oración ferviente, toda la hueste de Satanás tiembla.—Testimonies for the Church 1:345, 346.
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El Cristo Triunfante


La entrada triunfal fue vista por muchos a quienes Jesús había sanado, 3 de septiembre https://ift.tt/WzMBalX “Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego hallaréis una asna atada, y un pollino con ella; desatadla y traédmelos. Y si alguien os dijere algo, decid: El Señor los necesita; y luego los enviará”. Mateo 21:2, 3. El tiempo en que se produjo la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén era la estación más hermosa del año. El Monte de los Olivos se alfombraba de una tonalidad verde y las arboledas hermosas desplegaban su diverso follaje. Desde las regiones circundantes a Jerusalén, muchas personas habían venido en ocasión de la fiesta con el sincero deseo de ver a Jesús. El milagro espectacular que hizo el Salvador al resucitar a Lázaro de los muertos había ejercido un efecto maravilloso en las mentes y una multitud grande y entusiasta se acercó al lugar donde se encontraba Jesús. La tarde casi había transcurrido cuando Jesús envió a sus discípulos hasta la aldea de Betfagé... Esta era la primera vez en su ministerio que Cristo consentía en cabalgar y los discípulos interpretaron esto como un indicio de que él estaba por afirmar su autoridad y su poder reales ocupando el lugar que le correspondía en el trono de David. Con alegría ejecutaron la orden recibida. Encontraron al pollino como Jesús lo había dicho... “Y trajeron el asna y el pollino, y pusieron sobre ellos sus mantos, y él se sentó encima”. El momento cuando Jesús montó el animal fue enmarcado por una serie de aclamaciones que llenaron el aire de alabanza y triunfo... El Señor no desplegó ninguna señal externa de realeza. No vestía ningún manto gubernamental, ni era seguido por una procesión de hombres armados. Más bien lo acompañaba un grupo de personas muy entusiasmadas. Ellos no podían evitar que se evidenciara el sentimiento gozoso de anticipación que animaba sus corazones... El eco de los cánticos descendía de la montaña y resonaba en el valle: “¡Hosanna al Hijo de David! ¡Hosanna en las alturas! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!”... Los que antes habían sido ciegos... eran quienes abrían la marcha del maravilloso séquito... Uno que había despertado del sueño de la muerte guiaba el animal que montaba. Los que una vez fueron sordos y mudos, ahora, con sus oídos abiertos y sus corazones agradecidos, arrancan las palmas y las arrojan a su paso homenajeando al poderoso Sanador. El leproso, que había escuchado las terribles palabras del sacerdote: “Inmundo”... estaba allí. La viuda y el huérfano también estaban allí testificando de sus obras maravillosas. Los que habían regresado de la muerte estaban allí. Las lenguas, una vez paralizadas por el poder de Satanás, entonaban cánticos con regocijo... El endemoniado está allí, pero en esta ocasión no para pronunciar las palabras que Satanás hubiera puesto en sus labios... Los infantes se inspiran en la escena... En la cima del Monte la procesión se detiene.—Manuscrito 128, 1899.

Dios nos Cuida

Como causar profunda impresión, 3 de septiembre https://ift.tt/KPG1Cc6 Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús. Hechos 4:13. Cuando Cristo estuvo en la tierra, no aconsejó a los pescadores que dejaran sus redes y barcas y que fueran a los maestros judíos con el fin de obtener una preparación para el ministerio evangélico. “Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron. Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron”. Mateo 4:18-22. Esta rápida obediencia, que no hace preguntas, que no espera un salario, parece extraordinaria. Pero las palabras de Cristo constituían una invitación que implicaba realmente todo lo que él quería dar a entender. Sus palabras tenían una influencia impelente. No contenían largas explicaciones, pero lo que decía tenía una fuerza de atracción... Cristo haría instrumentos de esos humildes pescadores, al relacionarlos consigo mismo, para lograr que los hombres abandonaran el servicio de Satanás y, al hacer de ellos creyentes en Cristo, les enseñaría todo lo concerniente al reino de Dios. Al hacer esta obra llegarían a ser sus ministros, pescadores de hombres... Cristo eligió lo insensato del mundo, a los que éste consideraba indoctos e ignorantes, para confundir a los sabios. Los discípulos no conocían las tradiciones de los rabinos, pero con el ejemplo de Cristo, su Maestro, obtuvieron una educación de primer orden, porque tenían ante sí un Ejemplo divino. Cristo les fue presentando las verdades más elevadas. A los que Dios emplea en su servicio, los prepara a su manera con el fin de que lo sirvan. Los que predican a Cristo deben aprender de él diariamente, para comprender el misterio de salvar y servir a las almas por las cuales él murió... Deben seguir su ejemplo en todo, para compartir con otros su tierna compasión, y su decidida oposición a toda obra mala.
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Conflicto y Valor

Cuatro en el horno, 3 de septiembre Daniel 3. https://ift.tt/P4rU5Qs He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Daniel 3:17. El Señor no olvidó a los suyos. Cuando sus testigos fueron arrojados al horno, el Salvador se les reveló en persona, y juntos anduvieron en medio del fuego. En la presencia del Señor del calor y del frío, las llamas perdieron su poder de consumirlos. Desde su solio real, el rey miraba esperando ver completamente destruidos a los hombres que le habían desafiado. Pero sus sentimientos de triunfo cambiaron repentinamente. Los nobles que estaban cerca vieron que su rostro palidecía mientras se levantaba del trono y miraba intensamente hacia las llamas resplandecientes. Con alarma, el rey, volviéndose hacia sus señores, preguntó: “¿No echaron tres varones atados dentro del fuego? ... He aquí que yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego, y ningún daño hay en ellos: y el parecer del cuarto es semejante a hijo de los dioses”. ¿Cómo sabía el rey qué aspecto tendría el Hijo de Dios? En su vida y carácter, los cautivos hebreos que ocupaban puestos de confianza en Babilonia habían representado la verdad delante de él. Cuando se les pidió una razón de su fe, la habían dado sin vacilación. Con claridad y sencillez habían presentado los principios de la justicia, enseñando así a aquellos que los rodeaban acerca del Dios al cual adoraban. Les habían hablado de Cristo, el Redentor que iba a venir; y en la cuarta persona que andaba en medio del fuego, el rey reconoció al Hijo de Dios... El que anduvo con los notables hebreos en el horno de fuego acompañará a sus seguidores dondequiera que estén. Su presencia constante los consolará y sostendrá. En medio del tiempo de angustia cual nunca hubo desde que fue nación, sus escogidos permanecerán inconmovibles. Satanás, con toda la hueste del mal, no puede destruir al más débil de los santos de Dios. Los protegerán ángeles excelsos en fortaleza, y Jehová se revelará en su favor como “Dios de dioses”, que puede salvar hasta lo sumo a los que ponen su confianza en él. La Historia de Profetas y Reyes, 373, 374, 376.
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Cada Día con Dios

Seremos mayores que los ángeles, 3 de septiembre https://ift.tt/4XJvAYk JAH, si mirares a lo pecados, ¿quién, oh Señor, podrá mantenerse? Pero en ti hay perdón, para que seas reverenciado. Salmos 130:3, 4. Para aquellos que se han desviado del camino el Señor ofrece palabras de ánimo. Aceptará sus oraciones si se arrepienten y convierten. Por medio del infinito sacrificio de Cristo y por fe en su nombre pueden beneficiarse con el cumplimiento de las promesas de Dios. Los hijos de Adán pueden llegar a ser hijos de Dios. ¡Oh, cuán agradecidos debiéramos estar de que al asumir Cristo la naturaleza humana, los hombres caídos puedan recibir una segunda oportunidad! Cristo los ubica en terreno ventajoso. Al relacionarse con él pueden ser colaboradores de Dios. Por medio de la gracia que cada día les da Cristo, pueden ser elevados y ennoblecidos hasta llegar a ser hijos e hijas de Dios. Tal amor no tiene parangón. Jesús pide perfecta obediencia. Debe hacerse una obra cabal y práctica. Cada día debemos crecer en el conocimiento de la voluntad divina. Cristo impartirá su Espíritu a todos los que quieran trabajar unidos... “¿Que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. 1 Corintios 6:19, 20. ¡Qué precio se pagó para redimir a la raza caída! ¿No debiera entrar cada alma en el servicio de Dios tratando de mejorar los talentos que se le han confiado para poder devolvérselos con usura? “Venid a mí -dice Jesús- todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y [al aprender y practicar estas lecciones] hallaréis descanso para vuestras almas”. Mateo 11:28, 29. Si queremos vivir la vida cristiana debemos colaborar constantemente con Dios, de manera que el yo desaparezca al depender de Jesucristo. Cada día debiéramos trabajar como si fuera para la eternidad. El hombre fue hecho un poco menor que los ángeles. No obstante, cuando sea purificado y trasladado a las cortes celestiales, tendrá aún más privilegios que los ángeles. Todo lo que necesitan sus hermanos y hermanas, todo lo que cada uno de nosotros necesita es vivir una humilde vida cristiana para revelar, mediante el carácter, la fortaleza recibida de Jesucristo gracias a nuestra unión con él.—Carta 196, del 3 de septiembre de 1903, dirigida a un hombre de negocios.
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Entrada destacada

¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374