La Maravillosa Gracia de Dios


La lealtad, virtud suprema, 29 de enero https://ift.tt/DrgiRlTmF Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. 2 Timoteo 2:3. Somos soldados de Cristo; y se espera que los que se alistan en su ejército realicen tareas difíciles, tareas que consumirán sus energías hasta lo sumo. Debemos comprender que la vida de un soldado es de combate agresivo, de perseverancia y de resistencia. Debemos soportar pruebas por causa de Cristo. No estamos participando de combates simulados.—Testimonies for the Church 6:140. Resolved, no sobre la base de vuestra propia fortaleza, sino sobre la fortaleza y la gracia dadas por Dios, que le consagraréis ahora, justamente ahora toda facultad y toda habilidad. Entonces seguiréis a Jesús porque os lo pide, y no preguntaréis a dónde vais ni qué recompensa se os dará... Cuando muráis al yo, cuando os sometáis a Dios, para hacer su obra, para que la luz que os ha dado resplandezca en buenas obras, no trabajaréis solos. La gracia de Dios está presente para colaborar con todo esfuerzo para iluminar al ignorante y a aquellos que no saben que el fin de todas las cosas está cerca. Pero Dios no hará vuestra obra. La luz puede resplandecer en abundancia, mas la gracia proporcionada convertirá vuestra alma únicamente en la medida que os inste a colaborar con los instrumentos divinos. Sois llamados a revestiros de la armadura cristiana y entrar en el servicio del Señor como soldados activos. El poder divino debe cooperar con el esfuerzo humano para quebrantar el embrujo del mundo que el enemigo ha lanzado sobre vuestras almas.—Testimonies for the Church 8:55, 56. El Señor nos ha honrado escogiéndonos como sus soldados. Combatamos valientemente por él, manteniéndonos de parte de lo recto en cada circunstancia. La rectitud en todas las cosas es esencial para el combate del alma. Mientras lucháis por ganar la victoria sobre vuestras propias inclinaciones, os ayudará por medio de su Santo Espíritu a ser circunspectos en cada acto, de manera que no deis ocasión al enemigo de hablar mal de la verdad.—The S.D.A. Bible Commentary 6:1119. Somos soldados de Cristo. Él es el capitán de nuestra salvación, y nosotros estamos bajo sus órdenes y reglas. Hemos de usar su armadura; hemos de marchar solamente bajo su estandarte.—Testimonios para los Ministros, 301.

Hijos e Hijas de Dios


Innumerables ángeles, 29 de enero https://ift.tt/IdgbEnaDW Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono,... y su número era millones de millones. Apocalipsis 5:11. Cuando Cristo ascendió al Padre, no dejó a sus seguidores sin ayuda, el Espíritu Santo como representante suyo, y los ángeles celestiales como espíritus ministradores, son enviados para ayudar a aquellos que están peleando la buena batalla de la fe con gran desventaja. Recordad siempre que Jesús es vuestro ayudador. Nadie entiende tan bien como él las peculiaridades de vuestro carácter. El vela sobre vosotros y si estáis dispuestos a dejaros guiar por él, os rodeará de influencias para el bien que os capacitarán para cumplir la totalidad de su voluntad respecto de vosotros. Nada es aparentemente más desamparado, y no obstante más invencible, que el alma que siente su insignificancia y se apoya plenamente en los méritos del Salvador. Dios enviaría a todos los ángeles del cielo a ayudar a tal persona, antes de permitir que sea vencida.—Testimonies for the Church 7:17. Los ángeles son los ministros de Dios, que, irradiando la luz que constantemente dimana de la presencia de él y valiéndose de sus rápidas alas, se apresuran a ejecutar la voluntad de Dios.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 12. Hay siempre ángeles presentes donde más se necesitan, con aquellos que tienen que pelear la batalla más dura contra el yo, y cuyo ambiente es más desalentador.—El Deseado de Todas las Gentes, 389. En todas las edades, los ángeles han estado cerca de los fieles que siguieron a Cristo. La vasta confederación del mal está desplegada contra todos aquellos que quisieren vencer; pero Cristo quiere que miremos las cosas que no se ven, los ejércitos del cielo acampados en derredor de los que aman a Dios, para librarlos.—El Deseado de Todas las Gentes, 207.

Dios nos Cuida


Llenad la mente de la verdad, 29 de enero https://ift.tt/AiaC6lrYL Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia. 2 Pedro 1:4. Llenar la mente de la verdad divina es el deber de cada hijo de Dios; y mientras más lo haga, tendrá más fortaleza y claridad de mente para captar las cosas profundas de Dios. Y en la medida que los principios de verdad se desarrollan en su vida diaria, será hecho cada vez más serio y vigoroso. Lo que bendecirá a la humanidad es la vida espiritual. El que está en armonía con Dios, dependerá constantemente de él para obtener fortaleza. “Sed vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”. La obra de nuestra vida debería consistir en avanzar constantemente para alcanzar la perfección del carácter cristiano, esforzándonos siempre por conformarnos a la voluntad de Dios. Los esfuerzos iniciados en la tierra continuarán por toda la eternidad. Los adelantos hechos aquí nos pertenecerán cuando entremos en la vida futura. Los que son participantes de la humildad, la pureza y el amor de Cristo, se gozarán en Dios, y esparcirán luz y alegría a todo su alrededor. El pensamiento de que Cristo murió para conseguirnos el don de la vida eterna, basta para poner de manifiesto en nuestro corazón la gratitud más sincera y ferviente, y obtener de nuestros labios la alabanza más entusiasta. Las promesas de Dios son ricas, plenas y gratuitas. Cualquiera que, en la fortaleza de Cristo, cumpla con los requisitos, podrá reclamar estas promesas con toda su riqueza de bendición como propias. Y al recibir abundante provisión del almacén de Dios, podrá, en el viaje de la vida, “andar como es digno del Señor, agradándole en todo”, bendiciendo a sus semejantes y honrando a Dios con su ejemplo piadoso. Mientras nuestro Salvador previene a sus seguidores con la advertencia: “Sin mí nada podéis hacer”, ha unido a ella para nuestro estímulo la grata seguridad de que “el que está en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto”.

Cada Día con Dios


El descanso del cristiano, 29 de enero https://ift.tt/UYKN05bqn Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Mateo 11:29. [Addie Walling], tú eres para mí como mi propia hija. He desempeñado por mucho tiempo, desde que tenías seis años, el deber de una madre para ti. Te has incorporado a mi vida; eres parte de mí misma, y si estás en dificultades, si tienes necesidad de algo, si te faltan medios económicos, espero que vengas a verme como si fuera tu madre. Confío en que se cumpla mi propósito al adoptarlas [a Addie y May Walling], es a saber, verlas convertidas en mujeres útiles, en hijas de Dios cuyos caracteres sean adecuados para las mansiones que Cristo ha ido a preparar en beneficio de los que lo aman. Mi gran anhelo es que ustedes hagan de esto el principal motivo de sus vidas. La formación del carácter es una obra de suma importancia. Es una tarea que no termina en esta vida, sino que continúa en la futura. Lo que hagan de sí mismas ahora por medio de los méritos y la gracia de Cristo, perdurará por los edades eternas, y me intereso mucho en que no se conformen con una norma baja. “Aprended de mí -dice el gran Maestro-, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”. La paz que Cristo da, nunca nos causará tristeza y dolor. Estoy deseosa de que aprendan diariamente en la escuela de Cristo. Espero mucho de ustedes. Sean sobrias y velen en oración. Examínense rigurosamente y trabajen con diligencia. Sean sinceras... Addie, trata de ser una mujer noble, una cristiana sincera. Toma en serio la verdad. Quiero que conozcas por ti misma cuán precioso es el amor del Salvador. Si Jesús, la esperanza de gloria, se forma en ti, con toda seguridad lo pondrás de manifiesto al hablar acerca de él. Si su paz mora en tu corazón, lo expresarás mediante tus palabras y tus acciones. Sé sincera contigo misma y sé humilde. No te apresures a hablar; sé discreta. Nunca te alabes; por el contrario, piensa cada vez menos en ti, habla menos de ti misma y deposita todas tus cargas en Jesús. Deseo que el Señor te ayude a lograr la vida eterna... Con mucho amor, tu tía Elena. —Carta 92, del 29 de enero de 1886, dirigida a su sobrina Addie Walling, hija adoptiva de Elena G. de White, a quien, con su hermana May, llevó a su hogar para criarlas después de la muerte de su madre.

Alza tus Ojos


Perdón amplio, 29 de enero https://ift.tt/vBe0gy1IL Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete. Mateo 18:21, 22. Si el Señor tratara a la familia humana como los hombres se tratan unos a otros, habríamos sido consumidos; pero El es longánime, de tierna compasión, que perdona nuestras transgresiones y pecados. Cuando lo buscamos de todo corazón, lo hallamos... Cristo carga nuestro pecado, constantemente nos perdona la iniquidad y el pecado. La misericordia, la paciencia, la longanimidad, son la gloria de su carácter. Cuando Moisés oró al Señor diciendo: “Te ruego que me muestres tu gloria”, le contestó: “Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro”. La pregunta que Pedro dirigió a Jesús le fue sugerida por las lecciones que Cristo le había dado previamente acerca de la disciplina eclesiástica. Los preceptos judíos imponían a los hombres el deber de perdonar cinco ofensas, y Pedro pensó que al sugerir siete veces había alcanzado con ello el límite de la paciencia humana. Pero Jesús le hizo comprender que quienes tienen la mente divina y están imbuidos del espíritu divino otorgarán el perdón sin límites. El plan y fundamento de la salvación es el amor, y es el principio que debe gobernar a la familia humana. Si Cristo limitara su misericordia, su compasión y perdón a un cierto número de pecados, ¡cuán pocos se salvarían! Pero la misericordia de Cristo al perdonar las iniquidades de los hombres nos enseña que debe haber un perdón abundante para las ofensas y pecados que nuestros prójimos cometen contra nosotros. Cristo dio esta lección a sus discípulos para corregir los males que enseñaban y practicaban por precepto y ejemplo los que interpretaban las Escrituras en ese tiempo. El principio que impulsó a Cristo al tratar de recuperar a la familia humana mediante el plan de salvación es el mismo que debe impulsar a sus seguidores en su trato mutuo cuando se relacionan en la iglesia. La lección había de impresionar también sus mentes con el hecho de que no podemos alcanzar el cielo por nuestros propios méritos, sino solamente a través de la maravillosa misericordia y paciencia de Dios, que nos son ofrecidas en una forma que no podemos igualar. El hombre puede ser salvo únicamente por medio de la maravillosa paciencia de Dios al perdonarle sus muchos pecados y transgresiones, pero los que son bendecidos por la misericordia de Dios debieran manifestar el mismo espíritu de paciencia y perdón hacia los que constituyen la familia del Señor.—Carta 30, del 29 de enero de 1895, dirigida al “Hermano Hardy”.

A Fin de Conocerle


Nuestro divino redentor, 29 de enero https://ift.tt/z7ExRaf6s El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse. Filipenses 2:6. Debido a que únicamente la Divinidad podía ser eficaz en la restauración del hombre de la ponzoñosa herida de la serpiente, Dios mismo, en su Unigénito, tomó la naturaleza humana, y en la debilidad de la naturaleza humana mantuvo el carácter de Dios, vindicó su santa ley en todo respecto, y aceptó la sentencia de ira y de muerte para los hijos de los hombres. ¡Qué pensamiento es éste! El que había sido uno con el Padre antes de que fuera hecho el mundo, tuvo tal compasión para el mundo perdido y arruinado por la transgresión que dio su vida como rescate por él. El que era el resplandor de la gloria del Padre, la expresa imagen de su persona, llevó nuestros pecados en su cuerpo en el madero, sufriendo el castigo de la transgresión del hombre hasta que se satisfizo la justicia y no se requirió más. ¡Cuán grande es la redención que se ha efectuado para nosotros! Tan grande que el Hijo de Dios murió la cruel muerte de la cruz para darnos vida e inmortalidad por la fe en él. Este admirable problema, cómo podía ser justo Dios y, sin embargo, ser el Justificador del pecador, está más allá de la percepción mental humana. Cuando tratamos de sondearla, se amplia y profundiza más allá de nuestra comprensión... Cuando el hombre pueda medir el excelso carácter del Señor de los ejércitos, y distinguir entre el Dios eterno y el hombre finito, sabrá cuán grande ha sido el sacrificio del Cielo para sacar al hombre de donde estaba caído por la desobediencia para formar parte de la familia de Dios... La divinidad de Cristo es nuestra seguridad de vida eterna... El, quien llevó los pecados del mundo, es nuestro único medio de reconciliación con un Dios santo.—The Youth’s Instructor, 11 de febrero de 1897.

¡Maranata: El Senor Viene!


Dificultades por todas partes, 29 de enero https://ift.tt/xvwhUb8mo Los jóvenes deberían buscar más fervientemente a Dios. La tempestad se avecina y debemos prepararnos para afrontar su furia, mediante el arrepentimiento para con Dios y la fe en nuestro Señcr Jesucristo. El Señor se levantará para sacudir terriblemente la tierra. Veremos desgracias por todas partes. Miles de barcos serán arrojados a las profundidades del mar. Armadas enteras se hundirán, y las vidas humanas serán sacrificadas por millones. Estallarán incendios inesperadamente y no habrá esfuerzo humano capaz de extinguirlos. Los palacios de la tierra serán arrasados por la furia de las llamas. Serán cada vez más frecuentes los desastres ferroviarios; en las grandes vías de tránsito habrá confusión, choques y muerte sin la advertencia de un momento. El fin está cerca, el tiempo de gracia termina. ¡Oh, busquemos a Dios mientras puede ser hallado, llamémosle en tanto que está cercano! El profeta dice: “Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; quizás seréis guardados en el día del enojo de Jehová”.42Mensajes para los Jóvenes, 87, 88. Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; quizás seréis guardados en el día del enojo de Jehová. Sofonías 2:3.¡Cuán terrible es estar junto al ataúd de quien ha rechazado los llamamientos de la misericordia divina! ¡Cuán terrible es decir: He aquí una vida perdida. Aquí está quien pudo haber alcanzado la más elevada norma y obtenido la vida inmortal, pero entregó su vida a Satanás, llegó a enredarse en las vanas filosofías de los hombres y fue juguete del maligno! La esperanza del cristiano es como ancla para el alma, segura y persistente, y entra hasta dentro del velo adonde a entrado por nosotros Cristo, el precursor. Tendremos que hacer una obra individual en preparación para los grandes acontecimientos que nos esperan.

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Comentarios Elena G.W https://ift.tt/6TWdKnqsi Cristo es el Ministro del verdadero tabernáculo, el Sumo Sacerdote de todos los que creen en él como un Salvador personal; y ningún otro puede tomar su oficio. Es el Sumo Sacerdote de la iglesia… Cristo ofreció su cuerpo quebrantado para comprar de nuevo la herencia de Dios, a fin de dar al hombre otra oportunidad. “Por lo cual puede también salvar eternamente a los que por él se allegan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos”. Hebreos 7:25. Cristo intercede por la raza perdida mediante su vida inmaculada, su obediencia y su muerte en la cruz del Calvario. Y ahora, no como un mero suplicante, intercede por nosotros el Capitán de nuestra salvación, sino como un Conquistador que reclama su victoria. Su ofrenda es completa, y como Intercesor nuestro ejecuta la obra que él mismo se señaló, sosteniendo delante de Dios el incensario que contiene sus méritos inmaculados y las oraciones, las confesiones y las ofrendas de agradecimiento de su pueblo. Ellas, perfumadas con la fragancia de la justicia de Cristo, ascienden hasta Dios en olor suave. La ofrenda se hace completamente aceptable, y el perdón cubre toda transgresión (Signs of the Times, 14 de febrero, 1900; parcialmente en A fin de conocerle, p. 75 y Palabras de vida del gran Maestro, p. 121). Cristo es el vínculo entre Dios y el hombre. Ha prometido interceder personalmente por nosotros. Él pone toda la virtud de su justicia del lado del suplicante. Implora en favor del hombre, y el hombre, necesitado de la ayuda divina, implora en favor de sí mismo ante la presencia de Dios, valiéndose de la influencia de Aquel que dio su vida para que el mundo tenga vida. Al reconocer ante Dios nuestro aprecio por los méritos de Cristo, nuestras intercesiones reciben un toque de incienso fragante. Al allegarnos a Dios en virtud de los méritos del Redentor, Cristo nos acerca a su lado, abrazándonos con su brazo humano, mientras que con su brazo divino se ase del trono del Infinito. Vierte sus méritos, cual suave incienso, dentro del incensario que tenemos en nuestras manos, para dar estímulo a nuestras peticiones… Sí, Cristo se ha convertido en el cauce de la oración entre el hombre y Dios (Testimonios para la iglesia, t. 8, p. 190). Quizá tengamos que sufrir, pero los que son participantes con él en sus sufrimientos, participarán con él en su gloria. Él ha comprado el perdón y la inmortalidad para las almas pecadoras de los hombres que perecen, pero depende de nosotros el recibir esos dones por fe. Creyendo en él, tenemos esta esperanza como un ancla del alma, segura y firme. Hemos de comprender que podemos esperar confiadamente el favor de Dios no solo en este mundo, sino en el mundo celestial, puesto que Cristo ha pagado tal precio por nuestra salvación. La fe en la expiación e intercesión de Cristo nos mantendrá firmes e inconmovibles en medio de las tentaciones que [nos] oprimen… No ganamos el cielo por nuestros méritos, sino por los méritos de Cristo… No se centralice vuestra esperanza en vosotros mismos, sino en Aquel que ha entrado dentro del velo (A fin de conocerle, pp. 79, 80).

Entrada destacada

¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374