Exaltad a Jesús

Los obreros de Dios, 22 de agosto Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria. 2 Corintios 4:17. https://ift.tt/z31ZbB9 Si Pablo, afligido por todos lados, perplejo y perseguido, pudo referirse a sus pruebas como tribulaciones leves, ¿de qué tiene que quejarse el cristiano de hoy? ¡Cuán insignificantes son nuestras pruebas en comparación con las muchas aflicciones de Pablo! No son dignas de compararse con el eterno peso de gloria que espera al vencedor. Las pruebas son los obreros de Dios, ordenadas para el perfeccionamiento del carácter... ¡Cuántas personas hay que contristan al Espíritu de Dios debido a sus quejas continuas! Lo hacen porque han perdido de vista a Cristo. Si contemplamos a Aquel que soportó nuestras tristezas y murió como sacrificio nuestro para que nosotros tuviéramos acceso al excelente peso de gloria, no podremos menos que considerar nuestros sufrimientos y pruebas más pesados como tribulaciones leves. Piensen en el Salvador en la cruz, herido, golpeado, vilipendiado; sin embargo no se quejó ni se resistió, sino que sufrió sin murmurar. Este es el Señor del cielo, cuyo trono existe desde la eternidad. Padeció todo este sufrimiento y vergüenza a cambio del gozo que le había sido ofrecido: el gozo de traer a los seres humanos el regalo de su vida eterna. Cuando se fija la atención sobre la cruz de Cristo, todo el ser se ennoblece. El conocimiento del amor del Salvador subyuga el alma, y eleva la mente por encima de las cosas del tiempo y los sentidos. Aprendamos a valorar todas las cosas temporales a la luz que brilla de la cruz. Esforcémonos por sondear las profundidades de humillación a las cuales descendió nuestro Salvador con el fin de hacer que el hombre poseyera las riquezas eternas. A medida que estudiamos el plan de redención, el corazón sentirá los latidos del amor del Salvador, y quedará cautivado por el encanto de su carácter. Es el amor de Cristo lo que constituye nuestro cielo. Pero el lenguaje nos falla cuando tratamos de describir este amor. Pensamos acerca de su vida en la tierra y de su sacrificio hecho en nuestro favor; pensamos en la obra que lleva a cabo en los cielos como abogado nuestro, de las mansiones que fue a preparar para los que le aman; y tan sólo podemos exclamar: “¡Oh, la altura y la profundidad del amor de Cristo!” Al permanecer un momento al pie de la cruz, obtenemos un débil concepto de lo que es el amor de Dios, y exclamamos: “En esto consiste el amor: No en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados”. 1 Juan 4:10. Pero en nuestra contemplación de Cristo sólo exploramos el borde de un amor que es inmensurable. Su amor es como un vasto océano sin playa ni fondo. En todo discípulo verdadero este amor es como el fuego sagrado, que se enciende sobre el altar del corazón. Fue en esta tierra donde el amor de Dios se reveló por intermedio de Jesús. Y es en esta misma tierra donde sus hijos harán que este mismo amor brille a través de sus vidas intachables. De ese modo los pecadores serán conducidos a la cruz, para contemplar al Cordero de Dios.—The Review and Herald, 6 de mayo de 1902.
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Dios nos Cuida

Refuerzos de ángeles, 22 de agosto He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo. Lucas 10:19. https://ift.tt/Xg4KkY2 El hombre caído es el cautivo legítimo de Satanás. La misión de Cristo consistió en rescatarlo del poder de su gran adversario. El hombre se inclina por naturaleza a seguir las sugestiones de Satanás, y no puede resistir con éxito a un enemigo tan terrible, a menos que Cristo, el poderoso Vencedor, more en él, guíe sus deseos y lo fortalezca. Sólo Dios puede limitar el poder de Satanás... Satanás conoce mejor que los hijos de Dios el poder que ellos pueden tener sobre él cuando su fuerza está en Cristo. Cuando el más débil creyente en la verdad solicita humildemente ayuda al poderoso Vencedor, confiando firmemente en Cristo, puede repeler con éxito a Satanás y toda su hueste. Satanás llamará en su ayuda legiones de sus ángeles para oponerse a los progresos hasta de un alma, y si fuese posible, la arrebataría de las manos de Cristo... Pero si el que está en peligro persevera, y en su impotencia se aferra a los méritos de la sangre de Cristo, nuestro Salvador escucha la ferviente oración de fe, y envía refuerzos de ángeles poderosos en fortaleza para que lo libren. Satanás no puede soportar que se recurra a su poderoso rival, porque teme y tiembla ante su fuerza y majestad. Al sonido de la oración ferviente, toda la hueste de Satanás tiembla. Sólo la amante compasión de Cristo, su divina gracia, su poder omnipotente pueden capacitarnos para desbaratar al implacable enemigo y someter nuestros propios corazones rebeldes. ¿Cuál es nuestra fuerza? El gozo del Señor. Que el amor de Cristo llene nuestros corazones y estaremos preparados para recibir el poder que él tiene para nosotros... Al contemplar a Cristo con el propósito de llegar a ser semejante a él, el buscador de la verdad ve la perfección de los principios de la ley de Dios, y ya no se satisface con nada que no sea la perfección... Debe librar una batalla contra los rasgos que Satanás ha estado fortaleciendo para poder emplearlos... El Salvador lo fortalecerá y lo ayudará cuando se acerque suplicando gracia y eficiencia.
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Conflicto y Valor

Curación divina, 22 de agosto 2 Reyes 20:1-11; Isaías 38:1-8. https://ift.tt/O9z4dPX Te ruego, oh Jehová, te ruego que hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho las cosas que te agradan. Y lloró Ezequías con gran lloro. 2 Reyes 20:3. En medio de su próspero reinado, el rey Ezequías se vio repentinamente aquejado de una enfermedad fatal. Estaba “enfermo para morir”, y no había remedio para su caso en el poder humano. Parecía perdido el último vestigio de esperanza cuando el profeta Isaías se presentó ante él con el mensaje: “Jehová dice así: Ordena tu casa, porque tú morirás, y no vivirás”. La perspectiva parecía sombría en absoluto; y sin embargo podía el rey orar todavía a Aquel que había sido hasta entonces su “amparo y fortaleza”, su “pronto auxilio en las tribulaciones”. Salmos 46:1. Así que “volvió él su rostro a la pared, y oró a Jehová...”. Aquel cuyas “compasiones nunca se acaban” oyó la oración de su siervo. “Y antes que Isaías saliese hasta la mitad del patio, fue palabra de Jehová a Isaías, diciendo: Vuelve, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas: he aquí yo te sano...”. El profeta volvió gozosamente con palabras de promesa y de esperanza. Ordenó que se pusiese una masa de higos sobre la parte enferma, y comunicó al rey el mensaje referente a la misericordia de Dios y su cuidado protector.—La Historia de Profetas y Reyes, 252, 253. Los que buscan la salud por medio de la oración no deben dejar de hacer uso de los remedios puestos a su alcance. Hacer uso de los agentes curativos que Dios ha suministrado para aliviar el dolor y para ayudar a la naturaleza en su obra restauradora no es negar nuestra fe... Dios nos ha facultado para que conozcamos las leyes de la vida. Este conocimiento ha sido puesto a nuestro alcance para que lo usemos. Debemos aprovechar toda facilidad para la restauración de la salud, sacando todas las ventajas posibles y trabajando en armonía con las leyes naturales. Cuando hemos orado por la curación del enfermo, podemos trabajar con energía tanto mayor, dando gracias a Dios por el privilegio de cooperar con él y pidiéndole que bendiga los medios de curación que él mismo dispuso. El Ministerio de Curación, 177.
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Alza tus Ojos

Familiarícense con Dios, 22 de agosto Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; y por ello te vendrá bien. Job 22:21. https://ift.tt/d5VL62F El amor por Dios debería guiamos a encontrar verdadero placer en conocer y hacer su voluntad. Así estaremos diariamente mejor preparados para ser vencedores, para ser ejemplos del poder que tiene la gracia celestial para elevar y ennoblecer a los seres humanos. Cristo fue tentado en todo punto como nosotros, no obstante El venció. Y hoy espera oír y responder los fervientes pedidos de sus hijos en favor de la gracia que los capacitará para triunfar. Sean amables con quienes se relacionen; así lo serán también con Dios. Alábenlo por su bondad; así se constituyen en sus testigos, y se preparan para asociarse con los ángeles. Están aprendiendo en este mundo a cómo conducirse en la familia de Cristo en los cielos. No demoren en familiarizarse con los principios que los hijos de Dios deben seguir. Estamos aquí para imitar el carácter de Cristo y familiarizamos con su bondad, su humildad. Esto nos colocará donde nuestra foja de servicios indique: “Estáis completos en él”. Colosenses 2:10. Por la paciencia, la amabilidad, el dominio propio, hemos de mostrar que no somos del mundo, que día tras día estamos aprendiendo las lecciones que nos harán idóneos para entrar en la escuela superior. Cuando los redimidos de Dios sean llamados al cielo, no dejarán tras ellos el progreso que lograron en esta vida al contemplar a Cristo. Continuarán aprendiendo más y aun más acerca de Dios. Llevará sus logros espirituales a las cortes celestiales, sin dejar en este mundo nada de origen divino. Cuando los libros del cielo sean abiertos, se le asignará a cada vencedor su parte y su lugar allí, según el perfeccionamiento que haya alcanzado en esta vida. Los hijos y las hijas de Dios se sienten impulsados a perseverar en la tarea de vencer cuando cada día comprenden que necesitan aprender del Espíritu Santo la senda del bien y la justicia. Ninguna obra falsa tiene lugar en su servicio. Todos los días se dan cuenta de que deben mantener firme su confianza desde el comienzo hasta el final. Cuando alguien se desvía del sendero recto, el Espíritu Santo, obrando en su mente, lo lleva a confesar su error de modo que pueda servir de advertencia para que otros no hagan lo mismo. Nadie debe creer que su posición es tan exaltada que no necesita reconocer sus faltas, no sea que los demás lo tengan en poca estima... Nunca debería un hombre ser tan orgulloso como para no poder admitir: “Me he equivocado”. Lo menos que puede hacer después de haber pecado es dar evidencias de su tristeza y arrepentimiento. Quienes así procedan serán honrados por Dios, aunque cometan errores.—Manuscrito 31, del 22 de agosto de 1903, “Enseñanzas del tercer capítulo de primera de Juan”.
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A Fin de Conocerle

Una poderosa defensa contra la tentación, 22 de agosto Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados. Hebreos 2:18. https://ift.tt/QrT5dk2 Nuestro Redentor comprendió perfectamente las necesidades de la humanidad. El, que condescendió a tomar la naturaleza humana, conocía las flaquezas del hombre. Cristo vivió como nuestro ejemplo. Fue tentado en todo como nosotros lo somos, para saber cómo socorrer a los que fueran tentados. Recorrió el camino de la vida delante de nosotros, y soportó las pruebas más severas para nuestro bien. Fue un varón de dolores, experimentado en quebrantos. Cristo tomó sobre sí nuestras flaquezas, y con la debilidad de la humanidad, necesitó buscar ayuda de su Padre. A menudo se lo encontraba en ferviente oración, en el huerto, junto al lago y en los montes. Nos ha ordenado velar y orar. ... Sin un profundo sentido de nuestra necesidad de ayuda de Dios, habrá tan sólo muy poca oración ferviente y sincera en demanda de ayuda. Nuestro corazón es engañoso, nuestros enemigos son muchos, y están alerta. Si descuidamos de fortalecer un solo punto débil de nuestro carácter, Satanás nos asaltará en ese punto con sus tentaciones. Está tramando constantemente la ruina del alma, y se aprovechará en cada detalle de nuestro descuido. Cristo vino al mundo para entablar un combate contra el enemigo del hombre, y así libertar a la humanidad de las garras de Satanás. En el cumplimiento de este objetivo, no rehusó ni aun su propia vida. Y ahora, con la fortaleza que Cristo dará, el hombre debe permanecer por sí mismo, como fiel centinela contra el astuto enemigo que siempre urde sus planes. El gran apóstol dijo: Andad “no como necios sino como sabios” (Efesios 5:15), cuidad cada avenida del alma, mirad constantemente a Jesús, el modelo verdadero y perfecto, y procurad imitar su ejemplo, no sólo en una o dos cosas, sino en todo. Entonces estaremos preparados para toda emergencia.—The Review and Herald, 11 de octubre de 1881.
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¡Maranata: El Senor Viene!

El tiempo del sellamiento esta por pasar, 22 de agosto Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. Juan 9:4. https://ift.tt/9gslzkW El tiempo del sellamiento es muy corto y pronto terminará. Ahora, mientras los cuatro ángeles están reteniendo los cuatro vientos, es el momento en que debemos asegurar nuestra vocación y elección... Se me señaló la época en que terminaría el mensaje del tercer ángel. El poder de Dios había asistido a sus hijos, quienes después de cumplir su obra estaban preparados para sobrellevar la hora de prueba que les aguardaba. Habían recibido la lluvia tardía o refrigerio de la presencia del Señor y se había reavivado el viviente testimonio. Por todas partes había cundido la postrera gran amonestación, agitando y enfureciendo a los moradores de la tierra que no habían querido recibir el mensaje. Vi ángeles que iban y venían de uno a otro lado del cielo. Un ángel con tintero de escribano en la cintura regresó de la tierra y comunicó a Jesús que había cumplido su encargo, quedando sellados y numerados los santos. Vi entonces que Jesús, quien había estado oficiando ante el arca de los diez mandamientos, dejó caer el incensario, y alzando las manos exclamó en alta voz: “Consumado es”... Vi que muchos descuidaban la preparación necesaria, esperando que el tiempo del “refrigerio” y la “lluvia tardía” los preparasen para sostenerse en el día del Señor y vivir en su presencia. ¡Oh! ¡y a cuántos vi sin amparo en el tiempo de angustia!... [Cuando Jesús salga del santuario] los santos y justos seguirán siendo santos y justos, porque todos sus pecados habrán quedado borrados, y ellos recibirán el sello del Dios vivo; pero quienes sean injustos e impuros, seguirán siendo también injustos e impuros, porque ya no habrá en el santuario sacerdote que ofrezca ante el trono del Padre las oraciones, los sacrificios y las confesiones de ellos. Por lo tanto, lo que deba hacerse para salvar almas de la inminente tormenta de ira, ha de ser hecho antes de que Jesús salga del lugar santísimo del santuario celestial.40Primeros Escritos, 58, 279, 71, 48.
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Entrada destacada

¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374