Hijos e Hijas de Dios


Hijos e Hijas de Dios
Elegimos lo mejor, decidamos servir a Jesús, 1 de junio Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová. Josué 24:15. https://ift.tt/xvKFB7V Hemos sido comprados con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha. ¡Qué precio es éste, incomparable, infinito! Pero aunque Cristo nos compró y nos invita a venir a él, aún ejerce el mundo su atracción sobre nosotros, y lucha por obtener el dominio. ¿Triunfarán en el conflicto el amor a Dios o el amor al mundo? Satanás y sus ángeles malos están vigilando toda avenida que conduce al corazón humano, tratando de forzar al alma para que acepte sus malignas sugestiones. El enemigo extiende trampas para ganarnos para el mundo, como las presentó en el desierto de la tentación a Jesús. A menos que dependamos de un poder que esté fuera y por encima de nosotros, el enemigo obtendrá éxito al lograr nuestra ruina. Pero al mirar a Jesús, al estudiar su vida y su carácter, al desear ardientemente ser semejantes a él, nuestra mente se orientará en la debida dirección, y podrá vencer el egoísmo y elegir una conducta justa. Al mirar a Jesús oiremos una voz que nos dice: “Este es el camino, andad por él”... Al ganar a Cristo, ganamos todo. Jesús nos dice que él será en nosotros “una fuente de agua que salte para vida eterna”.—The Youth’s Instructor, 27 de octubre de 1892.
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Exaltad a Jesús


Exaltad a Jesús
El gran maestro, 1 de junio Para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Juan 18:37. https://ift.tt/1dE0JrR Cristo fue el mayor Maestro que el mundo conoció jamás. Vino a esta tierra para difundir los brillantes rayos de la verdad, a fin de que los hombres pudiesen adquirir idoneidad para el cielo. “Para esto he venido al mundo—declaró—, para dar testimonio a la verdad”. Juan 18:37. Vino para revelar el carácter del Padre, a fin de que los hombres pudiesen ser inducidos a adorarle en espíritu y en verdad. El cielo sabía que el hombre necesitaba un maestro divino. La compasión y simpatía de Dios se despertaron en favor de los seres humanos, caídos y atados al carro de Satanás; y cuando llegó la plenitud del tiempo, él envió a su Hijo. El que había sido señalado en los concilios del cielo, vino a esta tierra como instructor del hombre. La rica benevolencia de Dios lo dio a nuestro mundo; y para satisfacer las necesidades de la naturaleza humana, se revistió de humanidad. Para asombro de la hueste celestial, el Verbo eterno vino a este mundo como un niño impotente. Plenamente preparado, dejó los atrios celestiales y se alió misteriosamente con los seres humanos caídos. “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros”. Juan 1:14. Cuando Cristo dejó su alto comando, podría haber tomado sobre sí cualquier condición de la vida que hubiese querido. Pero la grandeza y la jerarquía no representaban nada para él, y eligió el modo de vivir más humilde. No había de gozar de lujos, comodidades, ni complacencia propia. La verdad de origen celestial había de ser su tema; tenía que sembrarla en el mundo, y vivió de tal manera que era accesible para todos. El que, durante su infancia, Cristo hubiese de crecer en sabiduría y favor con Dios y los hombres, no era asunto de asombro; porque estaba de acuerdo con las leyes de su promulgación divina que sus talentos se desarrollasen y se fortaleciesen sus facultades. No procuró educarse en las escuelas de los rabinos; porque Dios era su instructor. A medida que adquiría edad, crecía en sabiduría. Se aplicaba diligentemente al estudio de las Escrituras; porque sabía que estaban llenas de instrucción inestimable. Fue fiel en el cumplimiento de sus deberes domésticos; y en vez de pasar en el lecho las primeras horas de la mañana, se le hallaba a menudo en un lugar retraído, escudriñando las Escrituras y orando a su Padre celestial. Le eran familiares todas las profecías concernientes a su obra y mediación, y especialmente las que se referían a su humillación, expiación e intercesión. Tenía siempre presente el objeto de su vida en la tierra, y se regocijaba al pensar que el misericordioso propósito del Señor había de prosperar en sus manos... Sus palabras reconfortaban y bendecían a los que anhelaban la paz que él solo podía dar.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 246-247.
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El Cristo Triunfante


El Cristo Triunfante
A veces la prosperidad trae consigo una caída espiritual, 1 de junio “Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol”. Eclesiastés 2:11. https://ift.tt/B5EZ0UR Salomón escribió el libro de Proverbios, pero después de un tiempo su sabiduría se mezcló con la paja. ¿De dónde surgió esta paja? Después de una etapa prometedora, se produjo un cambio en la vida de Salomón. Ya no continuó siendo fiel en su pureza y lealtad para con Dios. Rompió las barreras que el Señor había erigido destinadas a preservar a su pueblo de la idolatría. El Señor había separado a Israel como nación y la había hecho depositaria de la verdad sagrada que debía dar al mundo. Pero a Salomón lo seducía el poder político. Y favoreció las alianzas con los reinos paganos... En la primera parte de su reinado, Salomón recibió la visita de la reina de Sabá. Esta vino para ver y escuchar su sabiduría y luego de haberlo escuchado afirmó que no se le había dicho ni la mitad. Pero su sabio y justo reinado cambió. El que conocía a Dios y la verdad, hizo una gran inversión de recursos con el fin de satisfacer a sus esposas impías. Se plantaron costosos jardines. El dinero de Dios, que debía considerarse sagrado y cuyo fin, según el plan divino, era asistir a los pobres del pueblo, se despilfarró en los proyectos ambiciosos del monarca. Estos fondos fueron desviados de su propósito original... Los pobres no estaban recibiendo ni casas, ni alimentos, ni vestidos, como el Señor indicó que se debía hacer. A través de su extravagante despilfarro de recursos, Salomón trató de complacer a sus esposas y glorificarse a sí mismo. De este modo, utilizó dichos medios, que eran abundantes, e impuso un pesado tributo sobre los pobres... Su eficacia moral se desvaneció de igual modo como el poder se esfuma en un paralítico. Se esforzó por mezclar la luz con las tinieblas, sirviendo a Dios y a Mammón. Se sintió libre para vivir una vida salvajemente licenciosa. Pero Belial y la pureza no tienen nada en común y el curso tomado por el monarca produjo sus consecuencias. Al separarse de Dios, el conocimiento del Eterno se apartó de él... Las personas que manejan dinero deben aprender una lección de la historia de Salomón. Los que viven en forma desahogada están en continuo peligro de pensar que los recursos financieros y la posición de privilegio les asegurarán el respeto ajeno y que no necesitan ser tan escrupulosos. Pero la exaltación propia es sólo una burbuja. Al usar mal los talentos otorgados, Salomón apostató de Dios. Cuando Dios da prosperidad a los hombres, ellos deben cuidarse de no seguir las imaginaciones de sus propios corazones, no sea que hagan peligrar la sencillez de su fe y malogren su experiencia religiosa.—Manuscrito 40, 1898.
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Dios nos Cuida


Dios nos Cuida
Aprendiendo de Dios mediante sus obras, 1 de junio Bueno es Jehová para con todos, y sus misericordias sobre todas sus obras. Te alaben, oh Jehová, todas tus obras, y tus santos te bendigan. Salmos 145:9-10. https://ift.tt/6Q4SN9x Nos gusta contemplar el carácter y el amor de Dios en sus obras creadas. ¡Qué evidencias ha dado a los hijos de los hombres tanto de su poder como de su amor paternal! Ha adornado los cielos y ha hecho grande y bella la tierra. “¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!... Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?” “Te alaben, oh Jehová, todas tus obras, y tus santos te bendigan”. Salmos 8:1, 3-4; 145:10. Si nuestro mundo hubiese sido formado con una superficie perfectamente nivelada, la monotonía habría fatigado la vista y cansado los sentidos. Dios ha adornado nuestro mundo con grandes montañas, colinas, valles y cadenas de montañas. Las desnudas montañas de áspero granito, también las montañas adornadas con vegetación frondosa y siempre verde, y los valles con su serena hermosura hacen del mundo un espejo de la belleza. Por doquiera se manifiestan la bondad, la sabiduría y el poder de Dios. En montañas, rocas, colinas y valles veo la acción del poder divino. Nunca me siento solitaria mientras contemplo el gran escenario de la naturaleza. Viajando por planicies y montañas he tenido sentimientos de la más profunda reverencia y temor reverente al contemplar el precipicio que sobresalta y las alturas de las montañas revestidas de nieve. Las montañas, colinas y valles debieran ser para nosotros como escuelas en las cuales estudiar el carácter de Dios en sus obras creadas. Las obras de Dios que podemos ver en las escenas siempre variadas: en montañas, colinas y valles, en árboles, arbustos y flores, en cada hoja y cada brizna de hierba, debieran enseñarnos una lección de la habilidad y del amor de Dios, y de su poder infinito. Los que estudian la naturaleza no pueden sentirse solitarios. Aman las horas tranquilas de meditación pues sienten que son colocados en íntima comunión con Dios mientras descubren su poder en sus obras creadas.
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Cada Día con Dios


Cada Día con Dios
El verdadero cristiano, 1 de junio El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. Lucas 16:10. https://ift.tt/8P3DN71 El verdadero cristiano es siervo de Cristo. Su obra en favor de Cristo debe ser perfectamente bien hecha. No debe permitir que nada desvíe su mente de su obra. Puede atender como se debe otros asuntos, pero deben ocupar un segundo lugar, pues el servicio de Cristo requiere todo su ser: el corazón, la mente, el alma y la fuerza. El Señor no aceptará un corazón dividido. Espera que hagamos lo mejor. Y nada que se haga fielmente por él será insignificante a su vista... Cada cual debe hacer la obra que Dios le ha asignado. Deberíamos estar dispuestos a prestar pequeños servicios, llevar a cabo las cosas que se deben hacer, que alguien las debe hacer, aprovechando las pequeñas oportunidades. Si éstas fueran las únicas que se nos presentan, aún así debemos trabajar fielmente. Quien desperdicia horas, días y semanas porque no está dispuesto a hacer el trabajo que tiene a mano, por humilde que sea, tendrá que rendir cuenta a Dios por el tiempo mal empleado. Si cree que se puede dar el lujo de no hacer nada, porque no puede conseguir el sueldo que desea, deténgase a pensar que ese día, precisamente ese día, es del Señor. Es siervo del Señor. No debe perder el tiempo de Dios. Piense más bien: “Voy a dedicar este tiempo a hacer algo, y voy a dar todo lo que gane para el progreso de la obra de Dios. No voy a permitir que se me considere haragán”. Cuando alguien ama a Dios por sobre todas las cosas y a su prójimo como a sí mismo, no se va a detener a averiguar si lo que puede hacer le va a proporcionar mucho o poco. Hará el trabajo, y aceptará el sueldo que se le ofrezca. No va a dar el mal ejemplo de rechazar un empleo porque no puede recibir un sueldo tan bueno como a él le parece que debiera recibir. El Señor juzga el carácter de los hombres por los principios que aplican al tratar con sus semejantes. Si en las transacciones comerciales comunes sus principios son deficientes, lo mismo ocurrirá en su servicio espiritual en favor de Dios. Esas hebras están entretejidas en toda su vida religiosa. Si ustedes tienen demasiada dignidad para trabajar para sí mismos por poca paga, entonces trabajen para el Maestro y den sus ganancias para la tesorería del Señor. Den una ofrenda de gratitud a Dios por conservarles la vida. Pero por ningún motivo deben mantenerse ociosos.—Manuscrito 20, del 1 de junio de 1896.
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Alza tus Ojos


Firmeza en los principios, 1 de junio Yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá. Isaías 56:5. https://ift.tt/YBtdMKE Desde que sé que está siendo dolorosamente tentada siento una profunda simpatía por Ud. El enemigo está tratando de desanimarla y hacerla desfallecer. No es menor la simpatía y el profundo interés que siento por su esposo. Nuestro Salvador será su Salvador si él lo acepta. Nunca, nunca debiéramos considerar que es de poca importancia llegar a ser hijos e hijas de Dios, sino sentir que es el más alto honor. Mi hermana, nunca ceda a la tentación de sacrificar los principios cristianos a fin de armonizar con el criterio del mundo. Sea firme, sea fiel, porque Ud. ha sido comprada por precio. Su deber hacia su Salvador puede conducirla por caminos que no sean los más suaves, porque su Redentor nunca caminó por senderos de complacencia propia y de autogratificación. No vivió para agradarse a sí mismo. Salió fuera del campamento y sufrió el vituperio. Dondequiera la Providencia la haya colocado, Dios le dará fortaleza para permanecer firme en la fe. Que nada se interponga entre su alma y Dios... Cristo no nos dio simplemente las directivas acerca del sendero en el cual debemos andar, sino que vino para ser nuestro Maestro. No sólo nos dijo cómo debemos obedecer, sino que, mediante su propia vida, nos dio un ejemplo práctico de cómo debemos hacerlo. De esta manera es el verdadero Ayudador. Caminando delante de nosotros, derriba los obstáculos y nos dice que sigamos en sus pisadas. Nuestro bendito Salvador nos dice: “Sígueme. Yo te conduciré. Yo soy el camino, la verdad y la vida. El que me sigue no caminará en tinieblas”. Véase Juan 14:6; 8:12. Cristo sirvió como un verdadero Hijo, como un Hijo obediente. Declaró: “He guardado los mandamientos de mi Padre”. La santificación significa obediencia de toda la vida. Podemos ser grandemente honrados al estar en sociedad con Cristo. “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”. Mateo 11:29. La obediencia de la cual Cristo nos dejó ejemplo es perfecta y amplia... Mi hermana, el Señor la ama y desea que Ud. tenga la corona de la vida. “El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles”. Apocalipsis 3:5. Las ropas blancas son las vestiduras de la justicia de Cristo y todos los que tienen esa justicia son partícipes de la naturaleza divina. En ellos está escrito “el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo”. Apocalipsis 3:12.—Carta 48, del 1 de junio de 1898, dirigida a una creyente de Australia.

Alza tus Ojos


Alza tus Ojos
Firmeza en los principios, 1 de junio Yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá. Isaías 56:5. https://ift.tt/YBtdMKE Desde que sé que está siendo dolorosamente tentada siento una profunda simpatía por Ud. El enemigo está tratando de desanimarla y hacerla desfallecer. No es menor la simpatía y el profundo interés que siento por su esposo. Nuestro Salvador será su Salvador si él lo acepta. Nunca, nunca debiéramos considerar que es de poca importancia llegar a ser hijos e hijas de Dios, sino sentir que es el más alto honor. Mi hermana, nunca ceda a la tentación de sacrificar los principios cristianos a fin de armonizar con el criterio del mundo. Sea firme, sea fiel, porque Ud. ha sido comprada por precio. Su deber hacia su Salvador puede conducirla por caminos que no sean los más suaves, porque su Redentor nunca caminó por senderos de complacencia propia y de autogratificación. No vivió para agradarse a sí mismo. Salió fuera del campamento y sufrió el vituperio. Dondequiera la Providencia la haya colocado, Dios le dará fortaleza para permanecer firme en la fe. Que nada se interponga entre su alma y Dios... Cristo no nos dio simplemente las directivas acerca del sendero en el cual debemos andar, sino que vino para ser nuestro Maestro. No sólo nos dijo cómo debemos obedecer, sino que, mediante su propia vida, nos dio un ejemplo práctico de cómo debemos hacerlo. De esta manera es el verdadero Ayudador. Caminando delante de nosotros, derriba los obstáculos y nos dice que sigamos en sus pisadas. Nuestro bendito Salvador nos dice: “Sígueme. Yo te conduciré. Yo soy el camino, la verdad y la vida. El que me sigue no caminará en tinieblas”. Véase Juan 14:6; 8:12. Cristo sirvió como un verdadero Hijo, como un Hijo obediente. Declaró: “He guardado los mandamientos de mi Padre”. La santificación significa obediencia de toda la vida. Podemos ser grandemente honrados al estar en sociedad con Cristo. “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”. Mateo 11:29. La obediencia de la cual Cristo nos dejó ejemplo es perfecta y amplia... Mi hermana, el Señor la ama y desea que Ud. tenga la corona de la vida. “El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles”. Apocalipsis 3:5. Las ropas blancas son las vestiduras de la justicia de Cristo y todos los que tienen esa justicia son partícipes de la naturaleza divina. En ellos está escrito “el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo”. Apocalipsis 3:12.—Carta 48, del 1 de junio de 1898, dirigida a una creyente de Australia.
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A Fin de Conocerle


Un nuevo canto en nuestro corazón, 1 de junio Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová. Salmos 40:3. https://ift.tt/IzM5g6C El que cree en Cristo se hace uno con Cristo para mostrar la gloria de Dios, pues Dios ha puesto un nuevo cántico en su boca, una alabanza al Señor. Diariamente desea conocer más de Cristo para que pueda llegar a ser más como él. Discierne las cosas espirituales y disfruta de la contemplación de Cristo; y al contemplarlo, es transformado imperceptiblemente a la imagen de Cristo. ... No hace depender la aceptación de Dios de lo que el pueda hacer, sino que descansa completamente en los méritos de la justicia de Cristo. Sin embargo, sabe que no puede ser negligente y ser hijo de Dios. Escudriña las Escrituras que testifican de Cristo ante él, que lo presentan como el Modelo perfecto. Ante su mente se despliega una verdad preciosa, y la recibe en el santuario íntimo de su alma. Las atracciones del mundo le resultan insípidas pues la gloria y el valor de la eternidad se abren ante él. Puede decir con el apóstol: “No hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios”. 1 Corintios 2:12. El que tiene una experiencia genuina en las cosas de Dios, no será indiferente para los que están en tinieblas, sino que preguntará: ¿Qué diría Jesús a estas pobres almas necesitadas? Procurará hacer brillar su luz. Orará en procura de sabiduría, gracia y tacto, para saber hablar una palabra en sazón al cansado. En lugar de ocuparse de conversar de cosas baladíes, de chancear y bromear, será un mayordomo fiel de la gracia de Dios, aprovechará al máximo sus oportunidades, y la semilla sembrada brotará y dará frutos para vida eterna. El tesoro de la verdad está en su corazón y puede producir buenas cosas.—The Youth’s Instructor, 22 de diciembre de 1892.

A Fin de Conocerle


A Fin de Conocerle
Un nuevo canto en nuestro corazón, 1 de junio Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová. Salmos 40:3. https://ift.tt/IzM5g6C El que cree en Cristo se hace uno con Cristo para mostrar la gloria de Dios, pues Dios ha puesto un nuevo cántico en su boca, una alabanza al Señor. Diariamente desea conocer más de Cristo para que pueda llegar a ser más como él. Discierne las cosas espirituales y disfruta de la contemplación de Cristo; y al contemplarlo, es transformado imperceptiblemente a la imagen de Cristo. ... No hace depender la aceptación de Dios de lo que el pueda hacer, sino que descansa completamente en los méritos de la justicia de Cristo. Sin embargo, sabe que no puede ser negligente y ser hijo de Dios. Escudriña las Escrituras que testifican de Cristo ante él, que lo presentan como el Modelo perfecto. Ante su mente se despliega una verdad preciosa, y la recibe en el santuario íntimo de su alma. Las atracciones del mundo le resultan insípidas pues la gloria y el valor de la eternidad se abren ante él. Puede decir con el apóstol: “No hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios”. 1 Corintios 2:12. El que tiene una experiencia genuina en las cosas de Dios, no será indiferente para los que están en tinieblas, sino que preguntará: ¿Qué diría Jesús a estas pobres almas necesitadas? Procurará hacer brillar su luz. Orará en procura de sabiduría, gracia y tacto, para saber hablar una palabra en sazón al cansado. En lugar de ocuparse de conversar de cosas baladíes, de chancear y bromear, será un mayordomo fiel de la gracia de Dios, aprovechará al máximo sus oportunidades, y la semilla sembrada brotará y dará frutos para vida eterna. El tesoro de la verdad está en su corazón y puede producir buenas cosas.—The Youth’s Instructor, 22 de diciembre de 1892.
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Sabbath School


Sabbath School
Comentarios Elena G.W para las Lecciones de Escuela Sabática https://ift.tt/FEHTnCI @seguidores @destacar La creencia en la comunión con los muertos prevalece aún hoy día, hasta entre los pueblos que profesan ser cristianos. Bajo el nombre de espiritismo, la práctica de comunicarse con seres que dicen ser los espíritus de los desaparecidos se ha generalizado mucho. Tiende a conquistar la simpatía de quienes perdieron seres queridos. A veces se presentan a ciertas personas seres espirituales en la forma de sus amigos difuntos, y les describen incidentes relacionados con la vida de ellos, o realizan actos que ejecutaban mientras vivían. En esta forma inducen a los hombres a creer que sus amigos difuntos son ángeles, que se ciernen sobre ellos y se comunican con ellos. Los seres que son así considerados como espíritus de los desaparecidos, son mirados con cierta idolatría, y para muchos la palabra de ellos tiene más peso que la palabra de Dios (Historia de los patriarcas y profetas, pp. 739, 740). Es un hecho incontestable que la esperanza de pasar al morir a la felicidad eterna ha llevado a un descuido general de la doctrina bíblica de la resurrección. Esta tendencia ha sido notada por el Dr. Adam Clarke, quien escribió: “¡La doctrina de la resurrección parece haber sido mirada por los cristianos como si tuviera una importancia mucho mayor que la que se le concede hoy! ¿Cómo es eso? Los apóstoles insistían siempre en ella y por medio de ella incitaban a los discípulos de Cristo a que fuesen diligentes, obedientes y de buen ánimo. Pero sus sucesores actuales casi nunca la mencionan. Tal la predicación de los apóstoles, y tal la fe de los primitivos cristianos; tal nuestra predicación y tal la fe de los que nos escuchan. No hay doctrina en la que el evangelio insista más; y no hay doctrina que la predicación de nuestros días trate con mayor descuido” (Commentary on the New Testament, tomo II, comentario general de 1 Corintios 15, p. 3)… [C]uando Jesús estaba a punto de dejar a sus discípulos, no les dijo que irían pronto a reunírsele. “Voy a prepararos el lugar —les dijo—. Y si yo fuere y os preparare el lugar, vendré otra vez, y os recibiré conmigo”. Juan 14:2, 3. Y San Pablo… recuerda a sus hermanos la futura venida del Señor, cuando las losas de las tumbas serán rotas y “los muertos en Cristo” resucitarán para la vida eterna (El conflicto de los siglos, pp. 535, 536). Cristo reclama como suyos a todos los que han creído en su nombre. El poder vitalizador del Espíritu de Cristo que mora en el cuerpo mortal, vincula a cada alma creyente a Jesucristo. Los que creen en Jesús son sagrados para su corazón, porque su vida está oculta con Cristo en Dios. El Dador de la vida pronunciará esta orden: “¡Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos”. Isaías 26:19. El Dador de la vida llamará a su posesión adquirida en la primera resurrección, y hasta esa hora triunfante, cuando resuene la trompeta final y el vasto ejército avance hacia la victoria eterna, cada santo que duerme será mantenido en seguridad y guardado como una joya preciosa, como quien es conocido por Dios por su nombre. Resucitarán por el poder del Salvador que moró en ellos mientras vivieron y porque fueron participantes de la naturaleza divina (Mensajes selectos, t. 2, pp. 309, 310).
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¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374