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Ser Semejante a Jesús


Ser Semejante a Jesús
Es esencial la temperancia en todas las cosas, 26 de octubre Conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte. Filipenses 1:20. https://ift.tt/T1nqRyM Hoy hay muchos bajo la sombra de la muerte que se habían preparado para hacer una obra en favor del Maestro, pero que no sientieron la responsabilidad sagrada de observar las leyes de la salud. Las leyes del organismo físico son en la verdad las leyes de Dios; pero este hecho parece haber sido olvidado. Algunos se limitaron a un régimen que no podía mantenerlos en buena salud. No proveyeron alimentos nutritivos para reemplazar las sustancias perjudiciales; y no consideraron que para preparar satisfactoriamente los alimentos hay que ejercer ingenio. El organismo tiene que ser debidamente nutrido con el fin de poder realizar su obra... Hay muchos en el mundo que complacen hábitos perniciosos. El apetito es la ley que los gobierna. Y debido a sus hábitos erróneos, el sentido moral se oscurece y el poder de discernir cosas sagradas se destruye en gran medida... Es necesario que los cristianos sean estrictamente temperantes. Deben colocar la norma alta. Es esencial la temperancia en el comer, el beber y el vestir. Los principios deben tener la primacía en lugar del apetito o el antojo... Significa mucho ser leal a Dios. Él tiene derechos sobre todos los que están empeñados en su servicio. Él desea que la mente y el cuerpo sean preservados en la mejor condición de salud, y que toda facultad y atributo se hallen bajo el dominio de lo divino, y que sean tan vigorosos como los hábitos de cuidado y estricta temperancia puedan hacerlos. Estamos bajo una obligación ante Dios: la de hacer una consagración sin reserva de nosotros mismos a él, en cuerpo y alma, con todas las facultades apreciadas como dones que él nos confiara, para ser empleados en su servicio. Todas nuestras energías y capacidades han de ser constantemente fortalecidas y mejoradas durante este período de prueba... Si podemos despertar la sensibilidad moral de nuestros hermanos sobre el tema de la temperancia, se ganará una gran victoria. Ha de enseñarse y practicarse la temperancia en todas las cosas de esta vida. La temperancia en el comer, el beber, el dormir y el vestir es uno de los grandes principios de la vida religiosa. La verdad colocada en el santuario del alma guiará en el tratamiento del cuerpo. Nada que concierna a la salud del agente humano ha de considerarse con indiferencia. Nuestro bienestar eterno depende del uso que hagamos durante esta vida de nuestro tiempo, nuestra energía y nuestra influencia.—The Review and Herald, 11 de junio de 1914. Ver también Consejos sobre el Régimen Alimenticio, 250, 185, 186.
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Reflejemos a Jesús


Reflejemos a Jesús
Glorificamos a Dios viviendo el carácter de Cristo, 26 de octubre Procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz. 2 Pedro 3:14. https://ift.tt/25np79L La mayor obra que puede hacerse en nuestro mundo es glorificar a Dios viviendo el carácter de Cristo.—Testimonies for the Church 6:439. En la segunda carta que Pedro escribió a los que habían alcanzado “una fe igualmente preciosa” (2 Pedro 1:1), el apóstol expone el plan divino para el desarrollo del carácter cristiano. Al respecto, escribe lo siguiente: “Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús. Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia; vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo” 2 Pedro 1:2-8. Estas palabras están llenas de instrucción, y dan la nota tónica de la victoria. El apóstol presenta a los creyentes la escalera del progreso cristiano, cada uno de cuyos peldaños implica un avance en el conocimiento de Dios, y en cuya ascensión no debe haber interrupciones. La fe, la virtud, el conocimiento, el dominio propio, la paciencia, la piedad, el afecto fraternal y el amor son los peldaños de la escalera. Somos salvos si subimos peldaño tras peldaño, si ascendemos paso a paso hasta la altura del ideal de Cristo para nosotros. De esta manera El llega a ser para nosotros sabiduría y justificación y santificación y redención. Dios ha llamado a su pueblo a la gloria y la virtud, y éstas se manifestarán en la vida de todos los que estén verdaderamente vinculados con El. Habiendo llegado a participar del don celestial, deben seguir avanzando hacia la perfección, siendo “guardados por el poder de Dios mediante la fe”. 1 Pedro 1:5. La gloria de Dios consiste en otorgar su poder a sus hijos. Desea ver que los hombres alcancen la norma más alta; y cuando se apropien por la fe del poder de Cristo, cuando supliquen que se cumplan sus infalibles promesas, y las reclamen como suyas, cuando con una importunidad que no admita rechazamiento busquen el poder del Espíritu Santo, serán perfectos en El.—Los Hechos de los Apóstoles, 437, 438.
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Recibiréis Poder


Recibiréis Poder
Más predicación, 26 de octubre Lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. 1 Corintios 2:13. https://ift.tt/6G47BWI Precisamente antes que Jesús dejara a sus discípulos para ir a las mansiones celestiales, los animó con la promesa del Espíritu Santo. Esta promesa nos pertenece a nosotros tanto como a ellos y, sin embargo, ¡cuán raramente se presenta ante el pueblo o se habla de su recepción en la iglesia! Como consecuencia del silencio sobre este importantísimo asunto, ¿acerca de qué promesa sabemos menos, por su cumplimiento real, que de esta rica promesa del don del Espíritu Santo, mediante el cual será eficaz toda nuestra labor espiritual? La promesa del Espíritu Santo es mencionada por casualidad en nuestros discursos, es tocada en forma incidental, y eso es todo. Las profecías han sido tratadas detenidamente, las doctrinas han sido expuestas; pero lo que es esencial para la iglesia a fin de que crezca en fortaleza y eficiencia espiritual, para que la predicación sea acompañada por la convicción, y las almas sean convertidas a Dios, ha sido mayormente excluido del esfuerzo ministerial. Este tema ha sido puesto a un lado, como si algún tiempo futuro hubiera sido reservado para su consideración. Otras bendiciones y privilegios han sido presentados ante nuestro pueblo hasta despertar en la iglesia el deseo de conseguir la bendición prometida por Dios; pero ha quedado la impresión de que el don del Espíritu Santo no es para la iglesia ahora, sino que en algún tiempo futuro sería necesario que la iglesia lo recibiera. Esta bendición prometida, reclamada por la fe, traería todas las demás bendiciones en su estela, y ha de ser dada liberalmente al pueblo de Dios. Por medio de los astutos artificios del enemigo las mentes de los hijos de Dios parecen incapaces de comprender las promesas divinas y de apropiarse de ellas... Recogerán una cosecha de gozo los que siembran la santa semilla de la verdad. “Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas”. Salmos 126:6.—Testimonios para los Ministros, 174, 175.
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Hijos e Hijas de Dios


Hijos e Hijas de Dios
Se los llama hijos de Dios, 26 de octubre Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Mateo 5:9. https://ift.tt/snhRzlY Cristo es el “Príncipe de paz”, y su misión es devolver al cielo y a la tierra la paz destruida por el pecado. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. Quien consienta en renunciar al pecado y abra el corazón al amor de Cristo participará de esta paz celestial. No hay otro fundamento para la paz. La gracia de Cristo, aceptada en el corazón, vence la enemistad, apacigua la lucha y llena el alma de amor. El que está en armonía con Dios y con su prójimo no sabrá lo que es la desdicha. No habrá envidia en su corazón ni su imaginación albergará el mal; allí no podrá existir el odio. El corazón que está de acuerdo con Dios participa de la paz del cielo y esparcirá a su alrededor una influencia bendita. El espíritu de paz se asentará como rocío sobre los corazones cansados y turbados por la lucha del mundo... “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios”. El espíritu de paz es prueba de su relación con el cielo. El dulce sabor de Cristo los envuelve. La fragancia de la vida y la belleza del carácter revelan al mundo que son hijos de Dios. Sus semejantes reconocen que han estado con Jesús. “Todo aquel que ama, es nacido de Dios”. “Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él”, pero “todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios”.—El discurso maestro de Jesucristo, 27, 28.
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Exaltad a Jesús


Exaltad a Jesús
El pueblo escogido de Dios, 26 de octubre Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. Colosenses 3:12-13. https://ift.tt/dmeNinU El amor “no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad”. La persona cuyo corazón está inundado de amor se entristece a causa de los errores y de las debilidades de los demás; pero cuando triunfa la verdad, cuando se disipa la nube que ensombrecía el buen nombre de otro, o cuando se confiesan los pecados y se corrigen las equivocaciones, se regocija... El amor no solamente soporta las faltas de los demás, sino que se somete alegremente a cualquier sufrimiento o inconveniente que tal condescendencia pudiera hacer necesario. Tal amor “nunca deja de ser”. Jamás puede perder su valor; es el atributo del cielo. Su poseedor lo introducirá como un precioso tesoro a través de los portales de la ciudad de Dios. El fruto del Espíritu es amor, gozo y paz. La lucha y la discordia no son sino la obra de Satanás y el fruto del pecado. Si como pueblo alguna vez hemos de disfrutar de paz y amor, debemos colocar nuestros pecados a un lado; necesitamos ponernos en armonía con Dios y así también estaremos en armonía unos con otros. Que cada uno se pregunte: ¿Poseo yo la gracia del amor? ¿He aprendido a sufrir con paciencia y a ser bondadoso? Sin este atributo celestial, los talentos, el conocimiento y la elocuencia serán atributos tan desprovistos de significado como un metal que resuena o un címbalo que retiñe. ¡Qué lástima que este precioso tesoro sea considerado con tanta liviandad y tan poco aprecio por muchos de los que profesan la fe!... Dios requiere mucho más de sus seguidores de lo que muchos pueden darse cuenta... Debemos aceptar la Biblia al pie de la letra y creer que cuando el Señor dice algo lo dice en serio. El nunca nos pide nada para cuyo cumplimiento no esté dispuesto a concedernos su gracia. Si fracasamos en alcanzar la norma establecida delante de nosotros en su Palabra, no podremos presentar ni una excusa en el día de Dios. El apóstol nos amonesta: “El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros”. Romanos 12:9-10. Pablo desea que distingamos entre el amor puro y altruista, motivado por el espíritu de Cristo, y aquella pretensión vacía y engañosa que el mundo llama amor y en la cual tanto abunda. Esta falsificación baja ha hecho errar a muchas almas. El estar de acuerdo con el transgresor en lugar de mostrarle fielmente sus errores, tiende a anular la distinción entre el bien y el mal. Tal curso de acción nunca se origina en una amistad real. El espíritu que lo promueve habita únicamente en el corazón carnal. Aunque el cristiano será siempre bondadoso, compasivo y perdonador, nunca sentirá ninguna clase de armonía con el pecado. Aborrecerá el mal y se aferrará a lo bueno al costo de su relación o amistad con los impíos. El espíritu de Cristo nos inducirá a odiar el pecado, en tanto que estaremos dispuestos a realizar cualquier sacrificio para salvar al pecador.—Testimonies for the Church 5:169-170.
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En los Lugares Celestiales


En los Lugares Celestiales
“Para memoria delante de Dios” 26 de octubre Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios. Hechos 10:4. https://ift.tt/PQlB5fx Es un maravilloso favor para cualquier hombre en esta vida el ser alabado por Dios como lo fue Cornelio... Ni la oración ni la limosna tienen ninguna virtud en sí mismas para recomendar a Dios al pecador. Sólo la gracia de Cristo, por medio de su sacrificio expiatorio, puede renovar el corazón y hacer nuestro servicio aceptable a Dios. Esta gracia conmovió el corazón de Cornelio... El Espíritu de Cristo había hablado a su alma. Jesús lo había atraído y se había rendido a esa atracción. Sus oraciones y sus limosnas no le fueron impuestas; no eran un precio que trataba de pagar para conseguir el cielo, sino que fueron el fruto del amor y la gratitud hacia Dios. Una oración tal hecha por un corazón sincero, asciende como incienso delante del Señor; y las ofrendas para su causa y las limosnas para los necesitados y dolientes, son un sacrificio que le complace. Por esa razón las ofrendas de los hermanos de Filipo, que ayudaban a las necesidades del apóstol Pablo, mientras era prisionero en Roma, se dice que eran “olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios”. Filipenses 4:18. La oración y las limosnas están estrechamente vinculadas; son la manifestación de nuestro amor a Dios y a nuestros semejantes. Son la manifestación de los dos grandes fundamentos de la ley divina: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas ... Y ... amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Marcos 12:30, 31. Por lo tanto, aunque nuestras ofrendas no puedan recomendarnos delante de Dios o ganar su favor, son una evidencia de que hemos recibido la gracia de Cristo.—The Review and Herald, 9 de mayo de 1893.
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El Cristo Triunfante


El Cristo Triunfante
En nuestro tiempo el Espíritu Santo vendrá otra vez, 26 de octubre “Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía”. Santiago 5:7. https://ift.tt/dnevTOJ Se nos ha enseñado que debemos esperar a un ángel que descenderá del cielo, y que la tierra será iluminada con su gloria. Entonces contemplaremos la cosecha de creyentes semejante a la que hubo en Pentecostés. Este poderoso ángel no viene con un mensaje delicado, sino con palabras calculadas para agitar lo más profundo de los corazones de los hombres y mujeres... Como agentes humanos, ¿estamos dispuestos a cooperar con los instrumentos divinos designados para proclamar el mensaje de este poderoso ángel que ilumina la tierra con su gloria? Muy grande y extenso será el poder del príncipe del mal que sólo podrá ser dominado por el grandioso poder del Espíritu. La deslealtad a Dios y la transgresión se han diseminado por doquiera en nuestro mundo. Los que habrán de mantenerse obedientes a Dios y activos en su servicio estarán en la mira de todo armamento del infierno. Si aquellos que han tenido gran luz no corresponden con fe y obediencia, pronto se contaminarán con la apostasía que prevalece por todas partes, porque es otro el espíritu que los controla. Si bien han sido exaltados en oportunidades y privilegios, se encuentran en peores condiciones que los más celosos abogados del error... Otros que no han tenido gran luz y que jamás se han identificado con la verdad, bajo la influencia del Espíritu Santo, responderán a la luz que resplandezca sobre ellos. Esa misma verdad que ha perdido su poder para los que la han despreciado por mucho tiempo resultará hermosa y atractiva para quienes estén listos para andar en la luz... En medio de la confusión de las doctrinas engañosas, el Espíritu de Dios será una guía y un escudo para quienes no se han resistido a las evidencias de la verdad...No tenemos tiempo para invertir en carne y sangre. El poder de Satanás, que pareciera estar en ventaja, busca convertir todas las cosas en el mundo a sus propósitos e imbuir con su espíritu y naturaleza a todos los seres humanos. El conflicto será terrible... La confederación de los agentes satánicos, unidos con personas malvadas, serán instrumentos de injusticia que se arrojarán con toda su fuerza al campo de batalla donde el mal confronta al bien... Cuando el Espíritu se derrame de lo alto, la iglesia se inundará de luz y Cristo ha de ser la fuente de esa luz. Su nombre ha de estar en toda lengua y su amor en cada corazón. Así será cuando el ángel que descienda del cielo con gran poder ilumine a toda la tierra con su gloria.—Carta 25b, 1892.
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Dios nos Cuida


Dios nos Cuida
El cielo: el verano del cristiano, 26 de octubre Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. Tito 2:13. https://ift.tt/n7f1Kli Cristo pronto vendrá por segunda vez. De ello deberíamos conversar frecuentemente. Debería ser el pensamiento predominante en nuestras mentes. Vendrá con poder y gran gloria, y todo ojo lo verá. Todos los santos ángeles lo acompañarán. Acerca de esta compañía, Juan escribe: “Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones”. Apocalipsis 5:11. La trompeta aún no ha sonado. Quienes han descendido a la tumba todavía no han exclamado: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” 1 Corintios 15:55. Los justos muertos aún no han sido arrebatados con los santos vivos para encontrarse con su Señor en el aire. Pero se aproxima el tiempo en que las palabras pronunciadas por el apóstol Pablo se cumplirán: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”. 1 Tesalonicenses 4:16-17. Para ser semejantes al Salvador, debemos ser transformados. Véase Filipenses 3:20-21. Ahora es el tiempo de introducir en nuestra vida diaria las virtudes de la vida de Cristo. No hay tiempo que perder... Todos los que deseen pueden ser vencedores. Esforcémonos fervientemente por alcanzar el nivel que se nos indica. Cristo conoce nuestras debilidades, y podemos recurrir a él diariamente en busca de ayuda. No es necesario que obtengamos fortaleza con un mes de anticipación. Hemos de triunfar día a día. Esta tierra es el lugar de preparación para el cielo. El tiempo que pasamos aquí es el invierno del cristiano. Los vientos fríos de la aflicción soplan sobre nosotros, y las olas de los problemas nos arrollan. Pero en un futuro cercano, cuando Cristo venga, las penas y los lamentos habrán desaparecido para siempre. Entonces será el verano del cristiano. Todas las pruebas habrán concluido, y no habrá más enfermedad ni muerte. “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron”. Apocalipsis 21:4.
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Cada Día con Dios


Cada Día con Dios
La batalla final, 26 de octubre He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza. Apocalipsis 16:15. https://ift.tt/qNL7cP2 Un terrible conflicto está delante de nosotros. Nos acercamos a la batalla del gran día del Dios todopoderoso. Lo que está bajo control ahora, entonces quedará suelto. El ángel de la misericordia está plegando sus alas, preparándose para retirarse del trono de oro, para dejar el mundo bajo el dominio de Satanás, el rey que éste se ha escogido, asesino y destructor desde el mismo principio. Los principados y potestades de la tierra están en amarga revuelta contra el Dios del cielo. Están llenos de odio contra todos los que sirven a Dios, y pronto, muy pronto, se librará la última gran batalla entre el bien y el mal. La tierra será el campo del combate: El escenario del final conflicto y de la victoria final. Aquí, donde por tanto tiempo Satanás ha dirigido a los hombres contra Dios, la rebelión será extirpada para siempre. Cristo vino a esta tierra en forma humana para poder ser el Capitán de nuestra salvación, de manera que no fuéramos vencidos por el poder de Satanás. Y cuando parecía que el enemigo estaba ganando victorias señaladas contra la justicia, Dios estaba obrando con misericordia y poder para contrarrestar sus designios. Decidido a borrar la imagen de Dios en el hombre, Satanás trabaja con intenso esfuerzo para ocultar al Señor. No obra abiertamente, sino en secreto, mezclando lo humano con lo divino, lo espurio con lo genuino, para tratar de introducir confusión y calamidades. Pero la misericordia divina se manifiesta con poder proporcional para contrarrestar esa obra impía, y para desenmascarar los ocultos propósitos del enemigo. El pueblo de Dios ha de dar un decidido testimonio en favor de la verdad, por medio de la pluma y la voz, para poner en evidencia los propósitos del Señor. Ha de proclamar de lugar en lugar el mensaje de la Palabra de Dios, para que los hombres y mujeres puedan comprender la verdad... Hay una consistencia innegable en la sana doctrina. No es un vapor que se disipa. La luz debe emanar de la Palabra de Dios. El Señor invita a su pueblo para que se acerque a él. Nadie debe interponerse entre él y su pueblo. Cristo está llamando a la puerta del corazón para solicitar entrada. ¿Lo dejarán entrar ustedes?—Carta 153, del 26 de octubre de 1901, dirigida a los hermanos de Australia.
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Alza tus Ojos


Alza tus Ojos
Cristo habló la verdad, 26 de octubre ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre! Juan 7:46. https://ift.tt/ywHeJZ5 Mientras estuvo en esta tierra, el Hijo de Dios fue el Hijo del hombre; no obstante había momentos en que su divinidad refulgía en la manifestación de un poder superior... La verdad nunca languideció en los labios de Cristo; nunca sufrió en sus manos. Palabras de verdad brotaban de sus labios con sorprendente frescura y poder, como si fueran una nueva revelación. Estén todos seguros de que el Salvador no expresó nada fantástico o sentimental. Vino del Padre para ser la Luz del mundo. Esta luz no fue escondida debajo del almud. Jesús abordó todos los temas con autoridad. Cada verdad que era fundamental para su pueblo, fue revelada en sus enseñanzas con la firme seguridad del conocimiento cierto. No pronunció ninguna sofistería, ninguna mera probabilidad, ninguna opinión humana citada de hombres: sólo verdades. Sus declaraciones eran principios establecidos por su conocimiento personal. Previó las doctrinas falaces que saturarían el mundo, pero no mencionó ninguna de ellas. Ningún cuento inútil, ninguna teoría falsa revestida de hermoso lenguaje salió de los labios del gran Maestro. En todas sus enseñanzas se espació en las inmutables posiciciones de la verdad bíblica. Cristo vino a expresar el ideal de toda verdad. Develó gema tras gema de preciosa verdad... A cada uno de sus agentes designados, el Señor le envía el mensaje: “Ocupa tu lugar en tu puesto del deber, y manténte firme de parte de la rectitud”. Se me ha mandado decir a todos los obreros de Dios: “Encuentren sus lugares, si son los enviados de Dios. No asimilen los sentimientos caprichosos de los seres humanos que no son enseñados por Dios. Cristo está aguardando para brindarles discernimiento en lo que respecta a las cosas celestiales: aguardando para vivificar su pulso espiritual con el aumento de la actividad. No permitan más que ninguna influencia dañina o predisposición, natural o adquirida, los lleve a someter las exigencias del futuro, los intereses eternos, a los asuntos comunes de esta vida. Nadie puede servir a dos señores cuyos intereses no están en armonía. ‘No podéis servir a Dios y a Mammón’”... Cristo no consideró una usurpación ser igual a Dios, y no obstante no se complació a sí mismo. Tomó sobre sí la naturaleza humana con el único propósito de colocar al hombre en terreno ventajoso ante el mundo y ante todo el universo celestial. Lleva consigo la humanidad santificada y allí retenerla como hubiera sido si el hombre nunca hubiera violado la ley de Dios. A los vencedores, que en la tierra fueron partícipes de la naturaleza divina, los hace reyes y sacerdotes para Dios.—Manuscrito 156, del 26 de octubre de 1903, “Cristo, nuestro ejemplo divino-humano”.
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A Fin de Conocerle


A Fin de Conocerle
Una notable distinción, 26 de octubre No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. Juan 17:15. https://ift.tt/NuvgtKp Los cristianos deben distinguirse del mundo como los portaestandartes de Dios, que muestren en sus vldas la influencia de la gracia transformadora de Cristo. Se los ha reunido para que se sienten con Cristo en lugares celestiales, para que puedan revelar al mundo, a los ángeles y a los hombres una representación perdurable del mundo eterno. Deben mantener la palabra de vida, advirtiendo a los hombres acerca de las demandas obligatorias de la ley de Dios. Dios quiere que sus siervos sean superiores. Desea que obedezcan sus preceptos que son más elevados que los del mundo: preceptos que son una copia de su carácter. La obra de Dios es suprema. Exige todas las facultades del intelecto, todas las dotes espirituales. Deben consagrarse a él y al servicio de la humanidad. El pide obreros que participen de la naturaleza divina. Los que realmente creen en Jesús colaborarán con él, mostrando a los mundos no caídos y al mundo caído un carácter logrado a la semejanza divina. Deben demostrar que poseen un gozo más elevado y santo que el del mundo. Dios derramará el poder del Espíritu Santo sobre todos los que quieran colaborar con él en el cultivo de sus dotes y talentos, para que estén en un terreno ventajoso. Los seguidores de Cristo deben procurar mejorar el tono moral del mundo, bajo la influencia del impartimiento del Espíritu de Dios. No deben descender al nivel del mundo, pensando en que haciéndolo lo elevarán. Debe haber una notable distinción entre los cristianos y los mundanos en lo que se refiere a las palabras, el vestido, el espíritu y tantas otras cosas. Esta distinción ejerce una influencia convincente sobre los mundanos. Ven que los hijos y las hijas del Señor se separan del mundo y que el Señor los une a él. ... ¿Quién desea ser elevado hasta el nivel superior?—Carta 199, 1899.
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¡Maranata: El Senor Viene!


¡Maranata: El Senor Viene!
Satanás es atado, 26 de octubre Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años. Apocalipsis 20:1, 2. https://ift.tt/Y4WjvRg El autor del Apocalipsis predice el destierro de Satanás y el estado caótico y de desolación a que será reducida la tierra; y declara que este estado de cosas subsistirá por mil años. Después de descritas las escenas de la segunda venida del Señor y la destrucción de los impíos, la profecía prosigue: “Y vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en su mano. Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo”. Apocalipsis 20:1-3. Según se desprende de otros pasajes bíblicos, es de toda evidencia que la expresión “abismo” se refiere a la tierra en estado de confusión y tinieblas. Respecto a la condición de la tierra “en el principio”, la narración bíblica dice que “estaba desordenada y vacía; y las tinieblas estaban sobre la haz del abismo”. Génesis 1:2. Las profecías enseñan que será reducida, en parte por lo menos, a ese estado. Contemplando a través de los siglos el gran día de Dios, el profeta Jeremías dice: “Miro hacia la tierra, y he aquí que está desolada y vacía; también hacia los cielos miro, mas no hay luz en ellos. Miro las montañas, y he aquí que están temblando, y todas las colinas se conmueven. Miro, y he aquí que no parece hombre alguno, y todas las aves del cielo se han fugado. Miro, y he aquí el campo fructífero convertido en un desierto, y todas las ciudades derribadas”. Jeremías 4:23-26 (VM). Aquí es donde, con sus malos ángeles, Satanás hará su morada durante mil años. Limitado a la tierra, no podrá ir a otros mundos para tentar e incomodar a los que nunca cayeron. En este sentido es cómo está atado: No queda nadie en quien pueda ejercer su poder. Le es del todo imposible seguir en la obra de engaño y ruina que por tantos siglos fue su único deleite.69Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 716, 717.
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Sabbath School


Sabbath School
Saturday, October 26 El testimonio de los samaritanos Comentarios Elena G.W https://ift.tt/N2mUR0f Cristo fue el mayor Maestro que el mundo conoció jamás. Vino a esta tierra para difundir los brillantes rayos de la verdad, a fin de que los hombres pudiesen adquirir idoneidad para el cielo. “Para esto he venido al mundo —declaró—, para dar testimonio a la verdad”. Juan 18:37. Vino para revelar el carácter del Padre, a fin de que los hombres pudiesen ser inducidos a adorarle en espíritu y en verdad. El cielo sabía que el hombre necesitaba un maestro divino. La compasión y simpatía de Dios se despertaron en favor de los seres humanos, caídos y atados al carro de Satanás; y cuando llegó la plenitud del tiempo, él envió a su Hijo. El que había sido señalado en los concilios del cielo, vino a esta tierra como instructor del hombre. La rica benevolencia de Dios lo dio a nuestro mundo; y para satisfacer las necesidades de la naturaleza humana, se revistió de humanidad (Consejos para los maestros, p. 246). En el templo de Jerusalén, una muralla baja separaba el atrio exterior de todas las demás porciones del edificio sagrado. En esta pared, había inscripciones en diferentes idiomas que declaraban que a nadie sino a los judíos se permitía pasar ese límite. Si un gentil hubiese querido entrar en el recinto interior, habría profanado el templo, y habría sufrido la pena de muerte. Pero Jesús, el que diera origen al templo y su ceremonial, atraía a los gentiles a sí por el vínculo de la simpatía humana, mientras que su gracia divina les presentaba la salvación que los judíos rechazaban (El Deseado de todas las gentes, p. 164). Cerca de los israelitas que se habían dedicado a la tarea de reedificar el templo, moraban los samaritanos, raza mixta que provenía de los casamientos entre los colonos paganos oriundos de las provincias de Asiria y el residuo de las diez tribus que había quedado en Samaria y Galilea. En años ulteriores los samaritanos aseveraron que adoraban al verdadero Dios; pero en su corazón y en la práctica eran idólatras… Durante la época de la restauración, estos samaritanos se dieron a conocer como “enemigos de Judá y de Benjamín”. Oyendo “que los venidos de la cautividad edificaban el templo de Jehová Dios de Israel, llegáronse a Zorobabel, y a los cabezas de los padres”, y expresaron el deseo de participar con ellos en esa construcción. Propusieron: “Edificaremos con vosotros…” Pero lo que solicitaban, les fue negado. “No nos conviene edificar con vosotros casa a nuestro Dios —declararon los dirigentes israelitas—, sino que nosotros solos la edificaremos a Jehová Dios de Israel, como nos mandó el rey Ciro, rey de Persia”. Esdras 4:1-3… [S]i los caudillos judíos hubiesen aceptado este ofrecimiento de ayuda, habrían abierto la puerta a la idolatría. Supieron discernir la falta de sinceridad de los samaritanos. Comprendieron que la ayuda obtenida por una alianza con aquellos hombres sería insignificante, comparada con la bendición que podían esperar si seguían las claras órdenes de Jehová (Profetas y reyes, pp. 415, 416).
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Entrada destacada

¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
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“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374