LA IGLESIA DE LAODICEA

LA IGLESIA DE LAODICEA


El mensaje a la iglesia de Laodicea es una denuncia sorprendente y se aplica al actual pueblo de Dios.


"Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea. He aquí dice el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios: Yo conozco tus obras, que ni eres frío, ni caliente. ¡Ojalá fueses frío, o caliente! Mas porque eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y estoy enriquecido, y no tengo necesidad de ninguna cosa; y no conoces que tú eres un cuitado y miserable y pobre y ciego y desnudo." (Apoc. 3: 14-17.)


El Señor nos muestra aquí que el mensaje que deben dar a su pueblo los ministros que él ha llamado para que amonesten a la gente no es un mensaje de paz y seguridad. No es meramente teórico, sino práctico en todo detalle. En el mensaje a los laodicenses, los hijos de Dios son presentados en una posición de seguridad carnal. Están tranquilos, creyéndose en una exaltada condición de progreso espiritual. "Porque tú dices: Yo soy rico, y estoy enriquecido, y no tengo necesidad de ninguna cosa; y no conoces que tú eres un cuitado y miserable y pobre y ciego y desnudo."


¡Qué mayor engaño puede penetrar en las mentes humanas que la confianza de que en ellos todo está bien cuando todo anda mal! El mensaje del Testigo Fiel encuentra al pueblo de Dios sumido en un triste engaño, aunque crea sincero dicho engaño. No sabe que su condición es deplorable a la vista de Dios. Aunque aquellos a quienes se dirige el mensaje del Testigo Fiel se lisonjean de que se encuentran en una exaltada condición espiritual, dicho mensaje quebranta su seguridad con la sorprendente denuncia de su verdadera condición de ceguera, pobreza y miseria espirituales. Este testimonio tan penetrante y severo no puede ser un error porque es el Testigo Fiel el que habla y su testimonio debe ser correcto.


A los que se sienten seguros por causa de sus progresos y se creen ricos en conocimiento espiritual, les cuesta recibir el mensaje que declara que están engañados y necesitan toda gracia espiritual. El corazón que no ha sido santificado es engañoso "más que todas las cosas, y perverso." (Jer. 17:9.) Se me mostró que muchos se ilusionan creyéndose buenos cristianos, aunque no tienen un solo rayo de la luz de Jesús. No tienen una viva experiencia personal en la vida divina. Necesitan humillarse profunda y cabalmente delante de Dios antes de sentir su verdadera necesidad de realizar esfuerzos fervientes y perseverantes para obtener los preciosos dones del Espíritu.


Dios conduce a su pueblo paso a paso. La vida cristiana es una constante batalla y una marcha. No hay descanso de la lucha. Es mediante esfuerzos constantes e incesantes como nos mantenemos victoriosos sobre las tentaciones de Satanás. Como pueblo, estamos triunfando en la claridad y fuerza de la verdad. Somos plenamente sostenidos en nuestra posición por una abrumadora cantidad de claros testimonios bíblicos. Pero somos muy deficientes en humildad, paciencia, fe, amor, abnegación, vigilancia y espíritu de sacrificio según la Biblia. Necesitamos cultivar la santidad bíblica. El pecado prevalece entre el pueblo de Dios. El claro mensaje de reprensión enviado a los laodicenses no es recibido. Muchos se aferran a sus dudas y pecados predilectos, a la par que están tan engañados que hablan y sienten como si nada necesitasen. Piensan que es innecesario el testimonio de reproche del Espíritu de Dios, o que no se refiere a ellos. Los tales se hallan en la mayor necesidad de la gracia de Dios y de discernimiento espiritual para poder descubrir su falta de conocimiento espiritual. Les falta casi toda cualidad necesaria para perfeccionar un carácter cristiano. No tienen el conocimiento práctico de la verdad bíblica que induce a la humildad en la vida y a conformar la voluntad a la de Cristo. No viven obedeciendo a todos los requerimientos de Dios.


No es suficiente el simple hecho de profesar creer la verdad. Todos los soldados de la cruz de Cristo se obligan virtualmente a entrar en la cruzada contra el adversario de las almas, a condenar lo malo y sostener la justicia. Pero el mensaje del Testigo Fiel revela el hecho de que nuestro pueblo está sumido en un terrible engaño, que impone la necesidad de amonestarlo para que interrumpa su sueño espiritual y se levante a cumplir una acción decidida.




La causa de la ceguera espiritual.-




En mi última visión se me mostró que este mensaje decidido del Testigo Fiel no ha cumplido aún el designio de Dios. La gente duerme en sus pecados. Continúa declarándose rica, y sin necesidad de nada. Muchos preguntan: ¿Por qué se dan todos estos reproches? ¿Por qué los Testimonios nos acusan continuamente de apostasía y graves pecados? Amamos la verdad; estamos prosperando; no necesitamos esos testimonios de amonestación y reproche. Pero miren sus corazones estos murmuradores y comparen su vida con las enseñanzas prácticas de la Biblia; humillen sus almas delante de Dios; ilumine la gracia de Dios las tinieblas; y caerán las escamas de sus ojos y se percatarán de su verdadera pobreza y miseria espirituales. Sentirán la necesidad de comprar oro, que es la fe y el amor puro; ropa blanca, que es el carácter inmaculado, purificado en la sangre de su amado Redentor; y colirio, que es la gracia de Dios, y que les dará un claro discernimiento de las cosas espirituales para descubrir el pecado. Estas cosas son más preciosas que el oro de Ofir.


Se me ha mostrado que la mayor razón por la cual los hijos de Dios se encuentran ahora en este estado de ceguera espiritual, es que no quieren recibir la corrección. Muchos han despreciado los reproches y amonestaciones que se les dirigieron. El Testigo Fiel condena la tibieza de los hijos de Dios, que confiere a Satanás gran poder sobre ellos en este tiempo de espera y vigilancia. Los egoístas, los orgullosos y los amantes del pecado se ven siempre asaltados por dudas. Satanás sabe sugerir dudas e idear objeciones contra el testimonio directo que Dios envía, y muchos piensan que es una virtud, un indicio de inteligencia ser incrédulos, dudar y argüir. Los que desean dudar tendrán bastante oportunidad de hacerlo. Dios no se propone suprimir todo motivo de incredulidad. El da evidencias que deben ser investigadas cuidadosamente con mente humilde y espíritu dispuesto a recibir enseñanza; y todos deben decidir por el peso de las evidencias.


La vida eterna es de valor infinito y nos costará todo lo que poseemos. Se me mostró que no estimamos debidamente las cosas eternas. Todo lo que es digno de posesión, aún en este mundo, debe obtenerse mediante esfuerzo y a veces por el sacrificio más penoso. Y ello es tan sólo para obtener un tesoro perecedero. ¿Estaremos menos dispuestos a soportar conflictos y trabajos y a hacer esfuerzos fervientes y grandes sacrificios, para obtener un tesoro que es de valor incalculable y una vida que se mide con la del Infinito? ¿Puede el cielo costarnos demasiado?


La fe y el amor son tesoros áureos, elementos que faltan en gran manera entre el pueblo de Dios. Se me ha mostrado que la incredulidad en los testimonios de amonestación, estimulo y reproche está apartando la luz del pueblo de Dios. La incredulidad les cierra los ojos para que ignoren su verdadera condición. El Testigo Fiel describe así su ceguera: "Y no conoces que tú eres un cuitado y miserable y pobre y ciego y desnudo." (Apoc. 3 :17.)




La fe en la pronta venida de Cristo se está desvaneciendo. "Mi Señor se tarda en venir" (Mat. 24:48), es no sólo lo que se dice en el corazón, sino que se expresa en palabras y muy definidamente en las obras. En este tiempo de vigilia, el estupor anubla los sentidos del pueblo de Dios con respecto a las señales de los tiempos. La terrible iniquidad que tanto abunda requiere la mayor diligencia y el testimonio vivo para impedir que el pecado penetre en la iglesia. La fe ha estado disminuyendo en grado temible, y únicamente el ejercicio puede hacerla aumentar.


Cuando nació el mensaje del tercer ángel, los que se dedicaban a la obra de Dios tenían algo que arriesgar, tenían que hacer sacrificios. Empezaron esta obra en la pobreza y sufrieron las mayores privaciones y oprobios. Arrostraban una oposición resuelta que los impulsaba hacia Dios en su necesidad y mantenía viva su fe.* Nuestro actual plan de la benevolencia sistemática sostiene ampliamente a nuestros predicadores y no hay necesidad de que ellos ejerzan fe en que serán sostenidos. Los que ahora emprenden la predicación de la verdad no tienen nada que arriesgar. No corren peligros, ni tienen que hacer sacrificios especiales. El sistema de la verdad está listo y a mano, y se provee a los obreros de publicaciones que defienden las verdades que ellos promulgan.


Algunos jóvenes se inician en la obra sin tener un sentimiento real de su exaltado carácter. No tienen que soportar privaciones, penurias ni severos conflictos que requerirían el ejercicio de la fe. No cultivan la abnegación práctica ni albergan un espíritu de sacrificio. Algunos se están poniendo orgullosos y engreídos, y no tienen verdadera preocupación por la obra. El Testigo Fiel dice a estos ministros: "Sé pues celoso, y arrepiéntete." (Apoc. 3:19.) Algunos de ellos se ensoberbecen tanto que son realmente un estorbo y una maldición para la preciosa causa de Dios. No ejercen una influencia salvadora sobre los demás. Estos hombres necesitan convertirse cabalmente a Dios y ser santificados por las verdades que presentan a otros.


Muchos se sienten impacientes e irritados porque son frecuentemente molestados por amonestaciones y reproches que les hacen acordar de sus pecados. Dice el Testigo Fiel: "Yo conozco tus obras." (Apoc. 3: 15.) Los motivos, los propósitos, la incredulidad, las sospechas y los celos, pueden ocultarse de los hombres, pero no de Cristo. El Testigo Fiel viene como consejero: "Yo te amonesto que de mi compres oro afinado en fuego, para que seas hecho rico, y seas vestido de vestiduras blancas, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo: sé pues celoso, y arrepiéntete. He aquí, yo estoy a la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono; así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono." (Apoc. 3: 18-21.)




Testimonios directos en la iglesia.-




Los que son reprendidos por el Espíritu de Dios no deben levantarse contra el humilde instrumento. Es Dios, y no un mortal sujeto a error, quien ha hablado para salvarlos de la ruina. Los que desprecian la amonestación serán dejados en las tinieblas y se engañarán a sí mismos. Pero los que la escuchen y se dediquen celosamente a la obra de apartar sus pecados de sí a fin de tener las gracias necesarias, estarán abriendo la puerta de su corazón para que el amado Salvador pueda entrar y morar con ellos. Esta clase de personas se encontrará siempre en perfecta armonía con el testimonio del Espíritu de Dios.


Los ministros que predican la verdad presente no deben descuidar el solemne mensaje dirigido a los laodicenses. El testimonio del Testigo Fiel no es un mensaje suave. El Señor no nos dice: "Estáis más o menos bien; habéis soportado castigos y reproches que nunca merecisteis; habéis sido innecesariamente desalentados por la severidad; no sois culpables de los males y pecados por los cuales se os reprendió."


El Testigo Fiel declara que cuando uno supone que está en buenas condiciones de prosperidad, realmente lo necesita todo. No es suficiente que los ministros presenten temas teóricos; deben también presentar los temas prácticos. Deben estudiar las lecciones prácticas que Cristo dio a sus discípulos, y hacer una detenida aplicación de las mismas a sus propias almas y a las de la gente. Porque Cristo da este testimonio de reprensión, ¿supondremos que le faltan sentimientos de tierno amor hacia su pueblo? ¡Oh, no! El que murió para redimir al hombre de la muerte, ama con amor divino, y a aquellos a quienes ama los reprende. "Yo reprendo y castigo a todos los que amo." Pero muchos no quieren recibir el mensaje que el cielo les manda gracias a su misericordia, No pueden soportar que se les hable de su negligencia en el cumplimiento del deber, ni de sus malas acciones, de su egoísmo, orgullo y amor al mundo.




Peligros de los postreros días.-




Estamos viviendo en un tiempo muy solemne e importante en la historia de esta tierra. Nos vemos en medio de los peligros de los postreros días. Está por sobrecogernos sucesos importantes y terribles. ¡Cuán necesario es que todos los que temen a Dios y aman su ley, se humillen delante de él y se aflijan y lamenten, confesando los pecados que han separado a Dios de su pueblo! Lo que debe excitar la mayor alarma es que no sentimos ni comprendemos nuestra condición degradada, y que nos contentamos con permanecer como estamos. Debemos acudir a la Palabra Dios y a la oración, buscando individualmente al Señor con fervor, para encontrarlo. Debemos hacer de esto nuestro primer que hacer.




JOYAS DE LOSTESTIMONIOS, TOMO 1, 327-333 DE ELENA G.

ALZA TU VOZ COMO TROMPETA

“No es el plan de Dios enviar mensajeros que agraden o halaguen a los pecadores; no comunica mensajes de paz para arrullar en la seguridad carnal a los que no se santifican.” Profetas y Reyes,. 321

“Los sermones de algunos de nuestros ministros tendrán que ser mucho más poderosos que los que predican ahora, o muchos apóstatas oirán un mensaje tibio e indirecto que arrulla a la gente y la hace dormir.” Testimonios para la Iglesia, T8, 43

“Aquellos cuyo corazón está lleno del amor de Jesús, con las preciosas verdades de su Palabra, podrán sacar de la tesorería de Dios cosas nuevas y viejas. No encontrarán tiempo para relatar anécdotas.” La voz, su educacion y su uso correcto, 237

"Si la predicación es de carácter emocional, apelará a los sentimientos, pero no al corazón ni a la conciencia. Esta manera de predicar no produce ningún bien duradero, pero a menudo conquista el afecto de las personas y suscita sus emociones a favor del hombre que las complace." Testimonios para la Iglesia, T5, 281

“El verdadero ministro del evangelio, no se presentará ante la gente para hablar palabras suaves, para clama paz y seguridad.” La voz, su educacion y su uso correcto, 353

"Los ministros de Dios deben hacer resonar la voz como el sonido de una trompeta, y mostrar al pueblo sus transgresiones. Los sermones halagadores que tan a menudo se predican no producen impresión duradera, y después de oírlos, los hombres no quedan con el corazón contrito, porque no les han sido declaradas las claras y agudas verdades de la Palabra de Dios." Obreros Evangélicos 155.1

Oímos decir a muchos: “Cree, cree; todo lo que tienes que hacer es creer en Jesús”. Pero es nuestro privilegio inquirir: ¿Qué abarca esta creencia? ¿Qué implica? Hay muchos de nosotros que tienen una fe nominal, pero que no llevan esa fe en sus caracteres. Las Escrituras indican que los demonios creen y tiemblan. Mientras estuvo en el cielo, él [Satanás] creía que Cristo era el Hijo de Dios, y en la tierra entabló conflicto con él en este campo de batalla. El creyó en Cristo, pero, ¿puede esto salvarlo? No, pues no entrelazó a Cristo en su vida y en su carácter. Debemos tener esa fe que obra por el amor y purifica el alma, para que esta fe en Cristo nos lleve a abandonar todo lo que es ofensivo a su vista. {CT 222.4}

A menos que tengamos esta fe que obra no tendremos ninguna ventaja. Es posible que usted admita que Cristo es el Salvador del mundo, pero, ¿es su Salvador? ¿Cree Ud. que el Señor puede darle la fuerza y la capacidad para vencer cada defecto de su carácter?... Hemos de crecer hasta alcanzar toda la estatura de hombres y mujeres en Cristo Jesús, y así estaremos levantando un templo precioso para el Señor. Dice él: “Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo”. {CT 222.5}

Hacer atractiva la obediencia, 23 de febrero

Hacer atractiva la obediencia, 23 de febrero
He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: la bendición, si oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, que yo os prescribo hoy, y la maldición, si no oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y os apartareis del camino que yo os ordeno hoy. Deuteronomio 11:26-28{SSJ 60.1}
Los hombres y las mujeres no deben atreverse a poner a un lado la gran norma moral de Dios y erigir una norma de acuerdo con su propio juicio finito. Debido a que se están midiendo entre ellos mismos, y viviendo de acuerdo con su propia norma, es por lo que abunda la iniquidad y se enfría el amor de muchos. Se muestra desprecio por la ley de Dios, y por causa de esto muchos se atreven a transgredirla, y aun quienes han tenido la luz de la verdad están vacilando en su lealtad a la ley de Dios. ¿Los barrerá hacia la perdición la corriente del mal que se está imponiendo tan fuertemente? ¿O, con valor y fidelidad, rechazarán la marea y mantendrán su lealtad a Dios en medio del mal prevaleciente?... {SSJ 60.2}
Los que profesan servir a Dios deben emprender la obra de aliviar a los oprimidos. Deben llevar el fruto del buen árbol. Los que verdaderamente son de Cristo, no serán causa de opresión ni en el hogar ni en la iglesia. Los padres que están siguiendo al Señor enseñarán diligentemente a sus hijos los estatutos y mandamientos de Dios, pero no lo harán de tal manera que el servicio de Dios llegue a ser repulsivo para sus hijos. Cuando los padres amen a Dios con todo su corazón, la verdad tal como está en Jesús será practicada y enseñada en el hogar... {SSJ 60.3}
Debemos examinarnos a nosotros mismos íntimamente... Debemos suplicar a Dios que nos dé colirio espiritual, para poder discernir nuestros errores y entender nuestros defectos de carácter. Si hemos sido críticos y condenatorios, llenos de crítica, hablando de dudas y oscuridad, tenemos que hacer una obra de arrepentimiento y reforma. Debemos caminar en la luz, y hablar palabras que traigan paz y felicidad. Jesús debe morar en el alma. Y donde él está, en vez de lobreguez, murmuración y quejas habrá fragancia de carácter.—The Review and Herald, 12 de junio de 1894{SSJ 60.4}

Descanso en él, 23 de febrero

Descanso en él, 23 de febrero
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.Mateo 11:29{RP 64.1}
Mientras usted anduvo con mansedumbre y humildad de corazón, prosiguió la tarea que sólo Dios podría realizar en su ser. Obró en su espíritu tanto el querer como el hacer por su buena voluntad. El mayor placer reside en permanecer en Cristo y descansar en su amor. No permita que nada le robe la paz interior, la tranquilidad y la certeza de que ahora mismo usted es aceptado. Aférrese de cada promesa, todas le pertenecen si cumple con las condiciones que el Señor estableció. Someter completamente a Jesús todos sus caminos, es muy sabio; seguir la senda del Señor es el secreto del perfecto descanso en su amor. {RP 64.2}
Darle la vida significa mucho más de lo que podemos imaginar. Debemos aprender de su mansedumbre y humildad antes de que podamos darnos cuenta de lo que significa el cumplimiento de la promesa: “Y hallaréis descanso para vuestras almas”. Mateo 11:29. Como resultado de haber aprendido los hábitos de Jesús, su humildad y su docilidad, cuando se toma el yugo, el yo es transformado y nace entonces la deseo de saber más. No existe nadie que no tenga mucho que aprender. Todos deben ser enseñados por el Maestro. Cuando el creyente se entrega en las manos del Señor, cada obstáculo del carácter heredado o cultivado es eliminado. Así es como llega a ser participante de la naturaleza divina. Sólo cuando muere el yo, Cristo puede vivir en el agente humano. El creyente habita en Cristo, y Jesús en él. {RP 64.3}
Cristo desea que todos lleguen a ser estudiantes suyos. Dice: “Acepta mis enseñanzas; rinde a mí todo tu ser. No voy a anularte, sino que quiero desarrollar tu carácter para que estés en condiciones de recibir el pase del nivel primario a una escuela superior. Somete a mí todas tus cosas. Deja que mi vida, mi paciencia, mi resignación, mi clemencia, mi mansedumbre y mi docilidad puedan ser reproducidas en tu carácter como resultado de habitar en mí y yo en ti. Entonces no sólo recibirás las promesas, sino que también ‘hallaréis descanso para vuestras almas’”. Mateo 11:29.—Bible Training School, 1 de agosto de 1903{RP 64.4}

Los obedientes serán longevos, 23 de febrero

Los obedientes serán longevos, 23 de febrero
Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da. Éxodo 20:12{HHD 62.1}
Los que verdaderamente siguen a Cristo deben dejarlo morar en el corazón, y entronizarlo allí en forma suprema. Deben representar su espíritu y carácter en su hogar, y manifestar cortesía y bondad para todos aquellos que se relacionen con ellos. Hay muchos niños que profesan conocer la verdad, que no dan a sus padres el honor y el afecto que les deben, manifiestan poco amor hacia su padre y su madre, y dejan de honrarlos al no cumplir sus deseos y al no tratar de aliviar su ansiedad. Muchos que profesan ser cristianos no saben lo que significan las palabras “honra a tu padre y a tu madre”, y por consiguiente no sabrán tampoco lo que significa “porque tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da”... El escudriñador de los corazones sabe cuál es vuestra actitud hacia vuestros padres; porque está pesando el carácter moral en las balanzas de oro del santuario celestial. ¡Oh, confesad vuestro descuido de vuestros padres, confesad vuestra indiferencia hacia ellos, y vuestro desprecio del santo mandamiento de Dios!—The Youth’s Instructor, 22 de junio de 1893{HHD 62.2}
Se debe a los padres mayor grado de amor y respeto que a ninguna otra persona. Dios mismo, que les impuso la responsabilidad de guiar las almas puestas bajo su cuidado, ordenó que durante los primeros años de la vida, los padres estén en lugar de Dios respecto a sus hijos.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 316{HHD 62.3}

Ángeles acompañantes, 23 de febrero

Ángeles acompañantes, 23 de febrero
¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación? Hebreos 1:14{ATO 66.1}
Los ángeles que siempre contemplan el rostro del Padre en los cielos preferirían permanecer junto a Dios. Pero el Señor da a cada ángel su obra en favor de este mundo caído. Se provee a los hombres ayuda divina. Tienen la oportunidad de cooperar con las inteligencias celestiales, de ser colaboradores con Dios. Ante ellos están las posibilidades de obtener la idoneidad para estar en la presencia de Dios, de ser capacitados para ver su rostro. Los ángeles celestiales están obrando para llevar a la familia humana a una hermandad más estrecha, a una unidad que Cristo describió como semejante a la que existe entre el Padre y el Hijo. ¿Cómo es posible que los hombres tan altamente honrados por Dios dejen de apreciar sus oportunidades y privilegios? ¿Cómo es posible que rehúsen aceptar el ofrecimiento de ayuda divina? ¡Qué posibilidades de logros hay para los seres humanos cuya mira está puesta en la eternidad! {ATO 66.2}
Las fuerzas satánicas están siempre luchando por el dominio de las mentes humanas. Pero los ángeles del Señor obran constantemente para fortalecer las manos débiles y confirmar las rodillas temblorosas de todos los que invocan a Dios en demanda de ayuda. La promesa que se hace a cada hijo de Dios es: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá”. Mateo 7:7. El Señor está más dispuesto a dar el Espíritu Santo a los que se lo piden de lo que los padres están a dar buenas dádivas a sus hijos. Pedid entonces; creed en lo que Dios ha dicho. El seguramente cumplirá su palabra. Decid desde lo profundo del corazón: “Mi carne y mi corazón desfallecen; mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre”. Salmos 73:26. La victoria debe obtenerse día tras día. Como seguidores de Cristo debemos colocarnos en posición ventajosa delante del mundo, como representantes de El. Ocupémonos en la lucha cristiana, venciendo decididamente cada debilidad de carácter... {ATO 66.3}
El Señor ha tenido hombres y mujeres de corazón íntegro que sacrificadamente hicieron un pacto con Dios. No se apartaron de su integridad. Se mantuvieron sin mancha en el mundo. Fueron guiados por la Luz de vida para derrotar los propósitos del astuto enemigo. ¿Estarán dispuestos los seres humanos ahora a desempeñar su parte en resistir al diablo? Si lo hacen así, él huirá seguramente de ellos. Hay ángeles que están esperando que ustedes cooperen, y que harán por ustedes lo que no pueden hacer por ustedes mismos... Si tienen el deseo de resistir al diablo y oran sinceramente: “Líbrame de la tentación”, recibirán fortaleza para cada día. La obra de los ángeles celestiales consiste en aproximarse a los que pasan por pruebas, a los que sufren, a los tentados.—Manuscrito 14, del 23 de febrero de 1899, “A cada hombre su obra”.* {ATO 66.4}

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¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374