Reflejemos a Jesús


La divina ley de amor perfeccionada en nosotros, 28 de febrero https://ift.tt/y6hJjSF Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros. 1 Juan 4:12. Las condiciones para obtener la vida eterna, bajo la gracia, son exactamente las mismas que existían en Edén: una justicia perfecta, armonía con Dios y completa conformidad con los principios de su ley. La norma de carácter presentada en el Antiguo Testamento es la misma que se presenta en el Nuevo Testamento. No es una medida o norma que no podamos alcanzar. Cada mandato o precepto que Dios da tiene como base la promesa para que podamos llegar a ser semejantes a El, y lo realizará en favor de todos aquellos que no interpongan una voluntad perversa y frustren así su gracia. Dios nos amó con amor indecible, y nuestro amor hacia El aumenta a medida que comprendemos algo de la largura, la anchura, la profundidad y la altura de este amor que excede todo conocimiento. Por la revelación del encanto atractivo de Cristo, por el conocimiento de su amor expresado hacia nosotros cuando aún éramos pecadores, el corazón obstinado se ablanda y se somete, y el pecador se transforma y llega a ser hijo del Cielo. Dios no utiliza medidas coercitivas; el agente que emplea para expulsar el pecado del corazón es el amor. Mediante él, convierte el orgullo en humildad, y la enemistad y la incredulidad, en amor y fe... Nos pide que seamos perfectos como El, es decir, de igual manera. Debemos ser centros de luz y bendición para nuestro reducido círculo así como El lo es para el universo. No poseernos nada por nosotros mismos, pero la luz del amor brilla sobre nosotros y hemos de reflejar su resplandor. Gracias al bien proveniente de Dios, podemos ser perfectos en nuestra esfera, así como El es perfecto en la suya. Dijo Jesús: “Sed perfectos como vuestro Padre... es perfecto”. Si ustedes son hijos de Dios, son participantes de su naturaleza y no pueden menos que asemejarse a El. Todo hijo vive gracias a la vida de su padre. Si son hijos de Dios, engendrados por su Espíritu, viven por la vida de Dios. En Cristo “habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” Colosenses 2:9; y la vida de Jesús se manifiesta “en nuestra carne mortal” 2 Corintios 4:11. Esta vida producirá en nosotros el mismo carácter y manifestará las mismas obras que manifestó en El. Así estaremos en armonía con cada precepto de su ley, porque “la ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma”. Salmos 19:7. Mediante el amor “la justicia de la ley” se cumplirá “en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”. Romanos 8:4.—El Discurso Maestro de Jesucristo, 66-68.

Recibiréis Poder


Crecimiento continuo, 28 de febrero https://ift.tt/pW6fVY1 Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto. Proverbios 4:18. A un costo infinito se hizo provisión para que podamos alcanzar la perfección del carácter cristiano. Los que han tenido el privilegio de escuchar la verdad, y, gracias al Espíritu Santo recibieron la impresión de aceptar las Escrituras como la voz de Dios, no tienen excusas por ser pigmeos en la vida religiosa. Mediante el ejercicio de las facultades que Dios nos ha dado, diariamente debemos aprender a recibir, sin interrupción, el poder y el fervor espirituales provistos para los verdaderos creyentes. Si deseamos ser plantas crecidas en el huerto del Señor, en verdad necesitamos tener una constante provisión de vida espiritual. Entonces, el desarrollo se producirá en la fe y el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. No existen términos medios para desentendernos de nuestra responsabilidad. Con el fin de desarrollar un carácter religioso sólido, debemos mantener nuestro avance rumbo al cielo. La medida que recibamos del Espíritu Santo estará en proporción a la dimensión de nuestros deseos, a la fe ejercida por ellos, y al uso que hagamos de la luz y del conocimiento que se nos dio. El Espíritu Santos será impartido de acuerdo con la capacidad que cada uno desarrolle para recibirlo, y para darlo a conocer a otros. Cristo dijo: “Todo aquel que pide, recibe; y el que busca halla”. Lucas 11:10. El que realmente busca la preciosa gracia de Cristo, estará seguro de no ser defraudado. La promesa la hizo Uno que no nos decepcionará. No es una teoría o una máxima religiosa, sino un hecho, como lo es la ley del gobierno divino. Podemos estar seguros de recibir el Espíritu Santo, si individualmente tratamos de experimentarlo al someter a prueba la Palabra de Dios. El es verdad; su orden es perfecto. “El que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”. Lucas 11:10. La luz y la verdad brillarán de acuerdo con nuestro deseo interior. ¡Oh, que todos seamos hambrientos y sedientos de su justicia, y que podamos ser saciados!—The Review and Herald, 5 de mayo de 1896.

Nuestra Elevada Vocacion


Gozo inefable y glorificado, 28 de febrero https://ift.tt/kltjdrY Al cual, no habiendo visto, le amáis; en el cual creyendo, aunque al presente no le veáis, os alegráis con gozo inefable y glorificado. 1 Pedro 1:8. Cristo ha dicho: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba”. Juan 7:37. ¿Habéis agotado la fuente?—No; porque es inagotable. No bien sintáis vuestra necesidad, podéis beber, y beber otra vez; la fuente siempre está llena. Y cuando hayáis bebido una vez de esa fuente, no andaréis procurando apagar vuestra sed en las cisternas rotas de este mundo; no andaréis averiguando cómo podéis encontrar más placer, diversión y entretenimientos. No; porque habréis estado bebiendo de las corrientes que alegran la ciudad de Dios. Entonces vuestro gozo será pleno, porque Cristo estará en vosotros, la esperanza de gloria.—The Review and Herald, 15 de marzo de 1892. En él se encuentra un gozo que no es incierto ni insatisfactorio. ... ¿Por qué no ha de presentarse la religión de Cristo como realmente es, llena de atractivo y poder? ¿Por qué no hemos de presentar delante del mundo la hermosura de Cristo? ¿Por qué no mostramos que tenemos un Salvador vivo, uno que puede caminar junto a nosotros en las tinieblas como en la luz, y en quien podemos confiar? ... Hemos visto interponerse nubes entre nosotros y el sol, pero no nos lamentamos y vestimos de saco, por temor de no volver a ver el sol. No manifestamos ansiedad por eso, sino que esperamos, tan gozosamente como podemos, que pasen las nubes y vuelva a brillar el sol. Así también acontece con nuestras pruebas y tentaciones. Pareciera que las nubes nos privan de los brillantes rayos del Sol de Justicia; pero sabemos que el rostro de nuestro Redentor no se ocultará para siempre. El nos está contemplando con amor y tierna compasión. No desechemos nuestra confianza, porque tiene grande remuneración, pero cuando las nubes se acumulen sobre el alma, mantengamos nuestros ojos fijos donde podamos ver el Sol de Justicia, y regocijémonos de que tenemos a un Salvador vivo. Pensemos cuán hermosa fué la luz de que hemos disfrutado, mantengamos la mente fija en Jesús, y la luz volverá a brillar sobre nosotros, y los pensamientos de desánimo se irán. Tendremos gozo en Cristo, e iremos cantando en nuestro recorrido hacia el Monte de Sión.—Ibid.

La Maravillosa Gracia de Dios


Participantes del reino de Cristo, 28 de febrero https://ift.tt/gt9nQx4 Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí, para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel. Lucas 22:29, 30. ¡Qué promesa es ésta! Los fieles de Cristo han de compartir con él el reino que ha recibido de su Padre. Es un reino espiritual, en el que los más activos en servir a sus hermanos son los mayores. Los siervos de Cristo, bajo su dirección, administrarán los negocios de su reino. Comerán y beberán en su mesa, es decir, serán admitidos en estrecha comunión con él.—The Review and Herald, 4 de julio de 1907. Los que buscan distinción y gloria mundanas cometen una lamentable equivocación. El que se niega a sí mismo, dándole la preferencia a los demás, será el que se siente más cerca de Cristo en su trono. El que lee el corazón ve el verdadero mérito poseído por sus humildes y sacrificados discípulos, y porque son dignos los ubica en puestos de distinción, aunque no logren percibir su dignidad ni busquen ese honor... Dios no le asigna ningún valor ni a la ostentación ni a la jactancia. Muchos que en esta vida son considerados superiores a los demás, verán un día que Dios evalúa a los hombres de acuerdo con su compasión y abnegación... Los que siguen el ejemplo del que anduvo haciendo bienes, que ayudan y bendicen a sus prójimos, tratando siempre de elevarlos, son infinitamente superiores a la vista de Dios que los egoístas que se exaltan a sí mismos. Dios no acepta a los hombres debido a sus capacidades, sino porque buscan su rostro y desean su ayuda. Dios no ve como el hombre ve. No juzga por las apariencias. Escudriña el corazón y juzga justamente... Acepta a sus humildes y modestos seguidores, y comulga con ellos; porque ve en ellos el más precioso material, que resistirá la tormenta, el calor y la presión. Nuestro propósito al trabajar por el Maestro debiera ser que su nombre sea glorificado en la conversión de los pecadores... Regocijémonos que el Señor no mire a los obreros de su viña por su cultura o por las ventajas educacionales que hayan tenido. Se juzga al árbol por sus frutos. El Señor cooperará con los que colaboren con él.—Ibid.

La Fe por la Cual Vivo


Dios ama a todos los hombres, 28 de febrero https://ift.tt/Yrj7DGb Por esta causa doblo mis rodillas al Padre de nuestro Señor Jesucristo, del cual es nombrada toda la parentela en los cielos y en la tierra. Efesios 3:14, 15. “La percepción del amor de Dios, obra el renunciamiento del egoísmo. Al llamar a Dios nuestro Padre, reconocemos a todos sus hijos como hermanos nuestros. Somos todos parte del gran tejido de la humanidad, todos miembros de una sola familia.”—El Discurso Maestro de Jesucristo, 89. “Dios no reconoce distinción por causa de nacionalidad, raza o casta. Él es el Hacedor de toda la humanidad. Por la creación, todos los hombres pertenecen a una sola familia; y todos constituyen una por la redención. Cristo vino para derribar el muro de separación, para abrir todos los departamentos de los atrios del templo, a fin de que toda alma tuviese libre acceso a Dios. Su amor es tan amplio, tan profundo y completo, que lo compenetra todo. Arrebata de la influencia satánica a aquellos que fueron engañados por sus seducciones, y los coloca al alcance del trono de Dios, al que rodea el arco iris de la promesa. En Cristo no hay judío ni griego, ni esclavo ni hombre libre.”—La Historia de Profetas y Reyes, 274. “Vino para demostrar que su don de misericordia y amor es tan ilimitado como el aire, la luz o las lluvias que refrescan la tierra.”—Obreros Evangélicos, 46. Dios es nuestro Padre y soberano... . Los principios que rigen en el cielo, debieran regir en la tierra; el mismo amor que anima a los ángeles, la misma pureza y santidad que reinan en el cielo, debieran, tanto como fuera posible, reproducirse en la tierra.”—Testimonies for the Church 4:268.

Hijos e Hijas de Dios


No codiciaremos, 28 de febrero https://ift.tt/SLmriIU No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo. Éxodo 20:17. El último mandamiento condena la codicia. Todo deseo egoísta, toda manifestación de desconformidad, todo acto de astucia, toda complacencia egoísta obra para fortalecer y desarrollar el carácter que destruirá la semejanza de Cristo en el instrumento humano, y cerrará los portales de la ciudad de Dios frente a él.—Carta 15, 1895. Cuando... los ángeles vienen para ministrar a los que serán herederos de salvación, y observan la manifestación del egoísmo, la codicia, la astucia, y ven cómo los tales se benefician a sí mismos, produciendo perjuicio a los demás, se apartan entristecidos... De ninguna otra forma puede ser glorificado mejor el Señor, y la verdad honrada en mayor manera, que cuando los incrédulos ven que la verdad ha producido una obra grande y buena en la vida de los hombres naturalmente codiciosos y mezquinos. Si se pudiera ver que la fe de los tales tiene influencia para modelar su carácter, para transformarlos de tacaños, orgullosos, codiciosos, y amantes del dinero, en hombres amantes del bien, que buscan la oportunidad de usar sus medios para bendecir a los que necesitan bendición, que visitan a la viuda y al huérfano en sus aflicciones, y que se guardan sin mancha de este mundo, eso sería una evidencia de que su religión es genuina... Los que profesan estar velando y esperando la aparición de su Señor, no debieran dañar su profesión de fe haciendo trampas en su trato con sus semejantes, ni tratando de quedarse con el último centavo. Tales frutos no crecen en el árbol cristiano.—Testimonies for the Church 2:236-239.

Exaltad a Jesús


Él suple nuestras necesidades, exaltad a Jesús como el creador, 28 de febrero https://ift.tt/wjaTRfI No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mateo 6:25. Quien nos dio la vida sabe que nos hace falta el alimento para conservarla. El que creó el cuerpo no olvida nuestra necesidad de ropa. El que concedió la dádiva mayor ¿no otorgará también lo necesario para hacerla completa? Jesús dirigió la atención de sus oyentes a las aves que modulaban sus alegres cantos, libres de congojas, porque, si bien “no siembran, ni siegan”, el gran Padre las provee de todo lo necesario. Luego preguntó: “¿No valéis vosotros mucho más que ellas?” “Sin que él lo note, ni siquiera cae un gorrión, Ni siquiera un alma se humilla sin que lo sepa Jesús: Porque en todas partes está él, Y observa cada lágrima amarga que rueda, Y sabemos que él nunca, nunca, nunca Se olvidará del alma que siempre confía en él”... La ley de Dios es una ley de amor. El nos rodeó de hermosura para enseñarnos que no estamos en la tierra únicamente para mirar por nosotros mismos, para cavar y construir, para trabajar e hilar sino para hacer la vida esplendorosa, alegre y bella por el amor de Cristo. Así como las flores, hemos de alegrar otras vidas con el ministerio del amor. Padres, dejad a vuestros hijos que aprendan de las flores. Llevadlos al jardín, a la huerta, al campo, bajo los árboles frondosos, y enseñadles a leer en la naturaleza el mensaje del amor de Dios. Vinculad su recuerdo con el espectáculo de los pájaros, las flores y los árboles. Inducidlos a considerar en cada cosa agradable y hermosa una expresión del amor que Dios siente por ellos. Hacedles apreciar vuestra religión por su índole agradable. Rija vuestros labios la ley de la bondad. Enseñad a los niños la lección de que mediante el gran amor de Dios su naturaleza puede transformarse y ponerse en armonía con la suya. Enseñadles que él quiere que sus vidas tengan la hermosura y la gracia de las flores. Mientras recogen las flores fragantes, hacedles saber que quien las creó es más bello que ellas. Así los zarcillos de sus corazones se aferrarán a él. El que es “todo... codiciable” llegará a ser para ellos un compañero constante y un amigo íntimo, y sus vidas se transformarán a la imagen de su pureza.—El Discurso Maestro de Jesucristo, 81, 83. Cristo adornaría nuestros caracteres con la riqueza de sus propios atributos. Desearía que nuestras palabras fueran tan fragantes como las flores del campo.—The Review and Herald, 19 de mayo de 1896.

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Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374