El Cristo Triunfante


El Cristo Triunfante
El conflicto entre Cristo y Satanás ha terminado, 31 de diciembre “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor ni dolor; porque las primeras cosas pasaron”. Apocalipsis 21:4. https://ift.tt/RW1nb98 Los impíos reciben su recompensa en la tierra. “Serán estopa; y aquel día que vendrá, los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos”... Habiendo sido cargados sobre Satanás los pecados de los justos, tiene éste que sufrir no sólo por su propia rebelión, sino también por todos los pecados que hizo cometer al pueblo de Dios. La obra de destrucción de Satanás ha terminado para siempre... Mientras Dios es para los impíos un fuego devorador, es para su pueblo un sol y un escudo... El fuego que consume a los impíos purifica la tierra. Desaparece todo rastro de la maldición. Ningún infierno que arda eternamente recordará a los redimidos las terribles consecuencias del pecado. Sólo queda un recuerdo: nuestro Redentor llevará siempre las señales de su crucifixión. En su cabeza herida, en su costado, en sus manos y en sus pies se ven las únicas huellas de la obra cruel efectuada por el pecado... En la Biblia se llama la herencia de los bienaventurados una patria... El árbol de vida da su fruto cada mes, y las hojas del árbol son para el servicio de las naciones. Allí hay corrientes que manan eternamente, claras como el cristal, al lado de las cuales se mecen árboles que echan su sombra sobre los senderos preparados para los redimidos del Señor. En la ciudad de Dios “no habrá ya más noche”. Nadie necesitará ni deseará descanso. No habrá quien se canse haciendo la voluntad de Dios ni ofreciendo alabanzas a su nombre. Sentiremos siempre la frescura de la mañana, que nunca se agostará... Todos los tesoros del universo se ofrecerán al estudio de los redimidos de Dios. Libres de las cadenas de la mortalidad, se lanzan en incansable vuelo hacia los lejanos mundos, mundos a los cuales el espectáculo de las miserias humanas causaba estremecimientos de dolor, y que entonaban cantos de alegría al tener noticia de un alma redimida. El gran conflicto ha terminado. Ya no hay más pecado ni pecadores. Todo el universo está purificado. La misma pulsación de armonía y de gozo late en toda la creación. De Aquel que todo lo creó manan vida, luz y contentamiento por toda la extensión del espacio infinito. Desde el átomo más imperceptible hasta el mundo más vasto, todas las cosas animadas e inanimadas, declaran en su belleza sin mácula y en júbilo perfecto, que Dios es amor.—El Conflicto de los Siglos, 731-738.
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Cada Día con Dios


Cada Día con Dios
No permitamos que nada nos desvíe, 31 de diciembre Pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está adelante, prosigo a la meta. Filipenses 3:13, 14. https://ift.tt/eVMpz6D No permitamos que nada nos desvíe de la senda de la abnegación. De los que en la antigüedad se dedicaban a las justas deportivas leemos: “Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible”. 1 Corintios 9:25. Al emprender la gran lucha, pensemos en lo que perderemos si fracasamos. Perderemos la vida eterna adquirida para nosotros mediante la sangre del Hijo de Dios. ¿Abandonaremos, pues, la tarea de la eterna vigilancia? Si hacemos todo lo posible para resistir el mal y superar los obstáculos, lograremos la victoria. El vigor será la recompensa del esfuerzo hecho para alcanzar el premio de nuestra elevada vocación en Cristo. Se nos presentarán atracciones mundanales para desviar nuestra atención del Señor Jesús; pero al poner a un lado todo el peso del pecado que nos asedia, seguiremos avanzando para mostrar al mundo, a los ángeles y a los hombres que la esperanza de ver el rostro de Dios justifica todos los esfuerzos y sacrificios... “Yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está adelante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”. Filipenses 3:13, 14. “Una cosa hago”. Pablo no permitía que nada lo apartara del gran propósito de su vida... En medio de las numerosas actividades de la vida nunca perdió de vista su gran propósito: Proseguir rumbo a la meta, al premio de su supremo llamamiento... Permitamos que los grandes propósitos que indujeron a Pablo a proseguir rumbo a ia meta frente a los problemas y dificultades, los induzcan a ustedes también a consagrarse plenamente al servicio de Dios. Todo lo que les llegue a la mano para hacer, háganlo según sus fuerzas. Alegren la tarea con himnos de alabanza. Si quieren tener un registro limpio en los libros del cielo, nunca se quejen ni protesten. Sea ésta la oración cotidiana de cada uno de ustedes: “Señor: Ayúdame a hacer todo lo mejor posible. Enséñame a hacer mejor mi tarea. Dame energía y alegría. Ayúdame a introducir en mi servicio el ministerio amante del Salvador”.—Carta 1, del 31 de diciembre de 1903, dirigida a “Mis queridos hermanos y hermanas”.
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Cada Día con Dios


No permitamos que nada nos desvíe, 31 de diciembre Pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está adelante, prosigo a la meta. Filipenses 3:13, 14. https://ift.tt/eVMpz6D No permitamos que nada nos desvíe de la senda de la abnegación. De los que en la antigüedad se dedicaban a las justas deportivas leemos: “Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible”. 1 Corintios 9:25. Al emprender la gran lucha, pensemos en lo que perderemos si fracasamos. Perderemos la vida eterna adquirida para nosotros mediante la sangre del Hijo de Dios. ¿Abandonaremos, pues, la tarea de la eterna vigilancia? Si hacemos todo lo posible para resistir el mal y superar los obstáculos, lograremos la victoria. El vigor será la recompensa del esfuerzo hecho para alcanzar el premio de nuestra elevada vocación en Cristo. Se nos presentarán atracciones mundanales para desviar nuestra atención del Señor Jesús; pero al poner a un lado todo el peso del pecado que nos asedia, seguiremos avanzando para mostrar al mundo, a los ángeles y a los hombres que la esperanza de ver el rostro de Dios justifica todos los esfuerzos y sacrificios... “Yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está adelante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”. Filipenses 3:13, 14. “Una cosa hago”. Pablo no permitía que nada lo apartara del gran propósito de su vida... En medio de las numerosas actividades de la vida nunca perdió de vista su gran propósito: Proseguir rumbo a la meta, al premio de su supremo llamamiento... Permitamos que los grandes propósitos que indujeron a Pablo a proseguir rumbo a ia meta frente a los problemas y dificultades, los induzcan a ustedes también a consagrarse plenamente al servicio de Dios. Todo lo que les llegue a la mano para hacer, háganlo según sus fuerzas. Alegren la tarea con himnos de alabanza. Si quieren tener un registro limpio en los libros del cielo, nunca se quejen ni protesten. Sea ésta la oración cotidiana de cada uno de ustedes: “Señor: Ayúdame a hacer todo lo mejor posible. Enséñame a hacer mejor mi tarea. Dame energía y alegría. Ayúdame a introducir en mi servicio el ministerio amante del Salvador”.—Carta 1, del 31 de diciembre de 1903, dirigida a “Mis queridos hermanos y hermanas”.

A Fin de Conocerle


¡Por fin en el hogar! 31 de diciembre Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo. Juan 17:24. https://ift.tt/NKF53UQ El amor de Dios es inconmensurable e incomparable. Es infinito... Cuando contemplamos la dignidad y la gloria de Cristo, vemos cuán grande fue ese amor que motivó el sacrificio hecho en la cruz del Calvario para la redención del mundo perdido... ¡El misterio de la piedad: Dios manifestado en la carne! Este misterio se ahonda a medida que procuramos comprenderlo. Es incomprensible, y sin embargo los seres humanos permiten que cosas mundanas interfieran con las débiles vislumbres que los mortales pueden tener de Jesús y de su amor incomparable... ¿Cómo podemos sentir entusiasmo por las cosas terrenas comunes, y no quedar conmovidos por el cuadro de la cruz del Calvario, el amor que se manifestó en la muerte del amado Hijo de Dios, para que las almas que perecen no sigan aherrojadas por el pecado, la maldición de la ley? Toda esta humillación y angustia las soportó para atraer a los errabundos, culpables y desagradecidos de vuelta a la casa del Padre. ¡El hogar de los salvados! ¡No podemos perderlo! Si me salvo en el reino de Dios, discerniré constantemente nuevas profundidades en el plan de salvación. Todos los santos redimidos verán y apreciarán como nunca antes el amor del Padre y del Hijo, y las lenguas inmortales expresarán cantos de alabanza. Él nos ama, y dio su vida por nosotros. Cantaremos a las riquezas del amor redentor con nuestros cuerpos glorificados, con nuestras facultades acrecentadas, con nuestros corazones puros y con nuestros labios incontaminados. En el cielo no habrá dolientes, no habrá escépticos que convencer de la realidad de las cosas eternas, no habrá prejuicios para desarraigar, sino que todo será susceptible a ese amor que sobrepasa todo conocimiento. Hay un reposo para el pueblo de Dios, gracias a Dios, donde Jesús conducirá a los redimidos a los verdes prados, junto a las aguas vivas que alegran la ciudad de Dios.—Carta 27, 1890.

¡Maranata: El Senor Viene!


Lo que reserva la eternidad a los redimidos, 31 de diciembre Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación. Salmos 91:16. https://ift.tt/OyrqspN Todos los tesoros del universo se ofrecerán al estudio de los redimidos de Dios. Libres de las cadenas de la mortalidad, se lanzan en incansable vuelo hacia los lejanos mundos; mundos a los cuales el espectáculo de las miserias humanas causaba estremecimientos de dolor, y que entonaban cantos de alegría al tener noticia de un alma redimida. Con indescriptible dicha los hijos de la tierra participan del gozo y la sabiduría de los seres que no cayeron. Comparten los tesoros de conocimientos e inteligencia adquiridos durante siglos y siglos en la contemplación de las obras de Dios. Con visión clara consideran la magnificencia de la creación: soles y estrellas y sistemas planetarios que en el orden asignado circuyen el trono de la Divinidad. El nombre del Creador se encuentra escrito en todas las cosas, desde las más pequeñas hasta las más grandes, y todas ostentan la riqueza de su poder. Y a medida que los años de la eternidad transcurran, traerán consigo revelaciones más ricas y aún más gloriosas respecto de Dios y de Cristo... Así como el conocimiento es progresivo, así también el amor, la reverencia y la dicha irán en aumento. Cuanto más sepan los hombres acerca de Dios, tanto más admirarán su carácter. A medida que Jesús les descubra la riqueza de la redención y los hechos asombrosos del gran conflicto con Satanás, los corazones de los redimidos se estremecerán con gratitud siempre ferviente, y con arrebatadora alegría tocarán sus arpas de oro; y miríadas de miríadas y millares de millares de voces se unirán para engrosar el potente coro de alabanza. “Y a toda cosa creada que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y sobre el mar, y a todas las cosas que hay en ellos, las oí decir: ¡Bendición, y honra y gloria y dominio al que está sentado sobre el trono, y al Cordero, por los siglos de los siglos!” Apocalipsis 5:13 (VM). El gran conflicto ha terminado. Ya no hay más pecado ni pecadores. Todo el universo está purificado. La misma pulsación de armonía y gozo late en toda la creación. De Aquel que todo lo creó manan vida, luz y contentamiento por toda la extensión del espacio infinito. Desde el átomo más imperceptible hasta el mundo más vasto, todas las cosas animadas e inanimadas, declaran en su belleza sin mácula y en júbilo perfecto, que Dios es amor.85Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 736, 737.

Sabbath School


Tuesday, December 31 Amor gratuito Comentarios Elena G.W https://ift.tt/ZBSLqul Las obras creadas por Dios testifican de su amor y poder. Él ha llamado al mundo a la existencia, con todo lo que contiene. Dios ama lo bello; y en el mundo que ha preparado para nosotros, no solo nos ha dado todo lo necesario para nuestra comodidad, sino que ha llenado los cielos y la tierra de belleza. Vemos su amor y cuidado en los ricos campos del otoño, y su sonrisa en la alegre luz del sol. Su mano ha hecho las rocas como castillos y las sublimes montañas. Los altos árboles crecen a su orden; él ha extendido la verde y aterciopelada alfombra de la tierra, y la ha tachonado de arbustos y flores… La misma energía creadora que sacó el mundo a la existencia, sigue manifestándose en el sostenimiento del universo y en la continuación de las operaciones de la naturaleza. La mano de Dios guía los planetas en su marcha ordenada a través de los cielos. No se debe a un poder inherente que la tierra continúe su movimiento en derredor del sol año tras año, y produzca sus bendiciones. La palabra de Dios controla los elementos. Él cubre los cielos de nubes y prepara lluvia para la tierra. Hace fructíferos los valles, y “hace a los montes producir hierba”. Salmo 147:8 (Consejos para los maestros, pp. 177, 178). Desde antes que fueran echados los cimientos de la tierra, el Padre y el Hijo se habían unido en un pacto para redimir al hombre en caso de que fuese vencido por Satanás. Habían unido sus manos en un solemne compromiso de que Cristo sería fiador de la especie humana. Cristo había cumplido este compromiso. Cuando sobre la cruz exclamó: “Consumado es”, se dirigió al Padre. El pacto había sido llevado plenamente a cabo. Ahora declara: Padre, consumado es. He hecho tu voluntad, oh Dios mío. He completado la obra de la redención. Si tu justicia está satisfecha, “aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, ellos estén también conmigo”. Juan 19:30; 17:24. Se oye entonces la voz de Dios proclamando que la justicia está satisfecha. Satanás está vencido. Los hijos de Cristo, que trabajan y luchan en la tierra, son “aceptos en el Amado”. Efesios 1:6. Delante de los ángeles celestiales y los representantes de los mundos que no cayeron, son declarados justificados… Los cantos de triunfo se mezclan con la música de las arpas angelicales, hasta que el cielo parece rebosar de gozo y alabanza. El amor ha vencido. Lo que estaba perdido se ha hallado (Exaltad a Jesús, p. 97). La muerte de Cristo demuestra el gran amor de Dios por el hombre. Es nuestra garantía de salvación. Quitarle al cristiano la cruz sería como borrar del cielo el sol. La cruz nos acerca a Dios, y nos reconcilia con él. Con la perdonadora compasión del amor de un padre, Jehová contempla los sufrimientos que su Hijo soportó con el fin de salvar de la muerte eterna a la familia humana, y nos acepta en el Amado… Mediante la cruz podemos saber que el Padre celestial nos ama con un amor infinito (Los hechos de los apóstoles, pp. 170, 171).

Entrada destacada

¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374