La Fe por la Cual Vivo


La Fe por la Cual Vivo
La fe es victoria, 30 de abril Porque todo aquello que es nacido de Dios vence al mundo; y ésta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe. 1 Juan 5:4. https://ift.tt/cWpio4t “Dios puede y quiere conceder a sus siervos toda la fuerza que ellos necesiten y darles la sabiduría que sus diversas necesidades exijan. El hará más que cumplir las más altas expectaciones de aquellos que ponen su confianza en él. “Jesús no nos llama a seguirle para después abandonarnos. Si entregamos nuestra vida a su servicio, nunca podremos hallarnos en una posición para la cual Dios no haya hecho provisión. Cualquiera que sea nuestra situación, tenemos un Guía para dirigirnos en el camino; cualesquiera que sean nuestras perplejidades, tenemos un Consejero seguro; cualquiera que sea nuestro pesar, aflicción, duelo o soledad, tenemos un Amigo que simpatiza con nosotros. Si, en nuestra ignorancia, damos pasos en falso, Cristo no nos desampara.... ‘El librará al menesteroso que clamare y al afligido que no tuviere quien le socorra.’”—Obreros Evangélicos, 277. “La fe es lo que nos habilita para mirar más allá del presente, con sus cargas y congojas, hacia el gran porvenir de la vida venidera, donde se aclarará todo lo que ahora nos deja perplejos. La fe ve a Jesús de pie como Mediador nuestro a la diestra de Dios. La fe contempla las mansiones que Cristo ha ido a preparar para aquellos que le aman. La fe ve el manto y la corona aparejados para el vencedor, y oye el canto de los redimidos.”—Ibid. 273. “La fuerza de aquellos que, con fe, aman y sirven a Dios, será renovada día tras día.”—Ibid. 276.
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Hijos e Hijas de Dios


Hijos e Hijas de Dios
De pecador a príncipe de Dios, 30 de abril Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. Génesis 32:28. https://ift.tt/rQPUvEh En la crisis suprema de su vida, Jacob se apartó para orar. Lo dominaba un solo propósito: buscar la transformación de su carácter. Pero mientras suplicaba a Dios, un enemigo, según le pareció, puso sobre él su mano, y toda la noche luchó por su vida. Pero ni aun el peligro de perder la vida alteró el propósito de su alma. Cuando estaba casi agotada su fuerza, ejerció el Angel su poder divino, y a su toque supo Jacob con quién había luchado. Herido e impotente, cayó sobre el pecho del Salvador, rogando que lo bendijera. No pudo ser desviado ni interrumpido en su ruego y Cristo concedió el pedido de esta alma débil y penitente, conforme a su promesa: “¿O forzará alguien mi fortaleza? Haga conmigo paz; sí, haga paz conmigo”. Jacob alegó con espíritu determinado: “No te dejaré, si no me bendices”. Este espíritu de persistencia fue inspirado por Aquel con quien luchaba el patriarca. Fue él también quien le dio la victoria y cambió su nombre, Jacob, por el de Israel, diciendo: “Porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido”. Por medio de la entrega del yo y la fe imperturbable, Jacob ganó aquello por lo cual había luchado en vano con sus propias fuerzas.—El discurso maestro de Jesucristo, 121, 122. Esa noche, Jacob, el mimado de su madre, experimentó el nuevo nacimiento y llegó a ser un hijo de Dios. En su desánimo consideró como lo más precioso la luz que recibió, y la dura piedra sobre la cual descansaba su cabeza era la más deseable de todas sobre las que se había reclinado.—Manuscrito 85, 1908.
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La fe es victoria, 30 de abril Porque todo aquello que es nacido de Dios vence al mundo; y ésta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe. 1 Juan 5:4. https://ift.tt/cWpio4t “Dios puede y quiere conceder a sus siervos toda la fuerza que ellos necesiten y darles la sabiduría que sus diversas necesidades exijan. El hará más que cumplir las más altas expectaciones de aquellos que ponen su confianza en él. “Jesús no nos llama a seguirle para después abandonarnos. Si entregamos nuestra vida a su servicio, nunca podremos hallarnos en una posición para la cual Dios no haya hecho provisión. Cualquiera que sea nuestra situación, tenemos un Guía para dirigirnos en el camino; cualesquiera que sean nuestras perplejidades, tenemos un Consejero seguro; cualquiera que sea nuestro pesar, aflicción, duelo o soledad, tenemos un Amigo que simpatiza con nosotros. Si, en nuestra ignorancia, damos pasos en falso, Cristo no nos desampara.... ‘El librará al menesteroso que clamare y al afligido que no tuviere quien le socorra.’”—Obreros Evangélicos, 277. “La fe es lo que nos habilita para mirar más allá del presente, con sus cargas y congojas, hacia el gran porvenir de la vida venidera, donde se aclarará todo lo que ahora nos deja perplejos. La fe ve a Jesús de pie como Mediador nuestro a la diestra de Dios. La fe contempla las mansiones que Cristo ha ido a preparar para aquellos que le aman. La fe ve el manto y la corona aparejados para el vencedor, y oye el canto de los redimidos.”—Ibid. 273. “La fuerza de aquellos que, con fe, aman y sirven a Dios, será renovada día tras día.”—Ibid. 276.

El Cristo Triunfante


El Cristo Triunfante
La incredulidad y la murmuración exaltan a Satanás, 30 de abril “Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá”. Números 21:8. https://ift.tt/UA28el0 La misma lección que Cristo ordenó a Moisés que diera a los hijos de Israel en el desierto es apropiada para todas las almas que padecen bajo la plaga del pecado. Desde la ondulante nube Cristo habló a Moisés y le ordenó que hiciera una serpiente de bronce y la pusiera sobre un poste. Luego, le indicó que se dirigiera a todos los que habían sido mordidos para que la contemplaran y vivieran. Habría sido fatal si en vez de mirar, como Cristo lo ordenó, alguno hubiera dicho: “No creo que me haga ningún bien el hecho de mirarla. Es demasiado el padecimiento que sufro a causa del veneno de estas serpientes”. La obediencia era lo único que se pretendía; una obediencia implícita y ciega, sin detenerse a inquirir cuál era la razón o la ciencia que estaba detrás de este asunto... Fijar la vista en el yo no nos deparará luz, ni esperanza, ni paz. Cuanto más nos espaciemos cavilando en estas cosas, tanto más oscuridad y desánimo sobrevendrán. Complacemos al enemigo de Dios y de la raza humana al mantenernos en la oscuridad donde no nos puede alcanzar el rayo de la Luz de la vida, como hizo Elías cuando Dios le dijo: “Sal afuera y ponte de pie en el monte, delante de Jehová”. Esta orden llega hasta cada uno de nosotros quienes contemplando nuestros desánimos y quejas por causa de nuestra fragilidad damos al mundo un ejemplo de desconfianza en Dios pues nos negamos a mirar y vivir, mostrando, de este modo, que no tenemos fe en el poder de Jesús para salvarnos del veneno del pecado que ha transmitido la mordedura de la serpiente... ¡Si los hombres y las mujeres tan sólo comprendieran hasta qué punto la incredulidad y la murmuración exaltan y honran a Satanás mientras que despojan a Cristo de su gloria por haberlos salvado por completo del pecado!... El rompió las ataduras de la tumba y salió para retomar la vida que había ofrecido por nosotros. Subió a las alturas, llevó cautiva a la cautividad y nos trajo dones. Padeció toda clase de penurias por nosotros... Ha de ser nuestro Ayudador y nuestro refugio en todo momento de necesidad. Se debe revelar en nuestra experiencia cristiana como nuestro completo y suficiente Salvador. Sólo mirar y vivir. Deshonramos a Dios cuando permanecemos encerrados en el oscuro sótano de la duda sin salir al recinto de la esperanza y de la fe. Cuando la Luz brille en todo su esplendor, aferrémonos a Jesús con el poderoso brazo de la fe. No cultivemos más las dudas expresándolas y diseminándolas en la mente de otras personas, actuando como agentes de Satanás, sembrando las semillas de la duda. Hablemos con fe, vivamos por fe, cultivemos el amor a Dios; demos evidencias al mundo de lo que Jesús significa para nosotros. Magnifiquemos su santo nombre. Hablemos de su bondad; de su misericordia y de su poder.—Manuscrito 42, 1890.
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Dios nos Cuida


Dios nos Cuida
¡Casi hemos llegado! 30 de abril Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Juan 14:3. https://ift.tt/troY45s Han pasado más de mil ochocientos años desde que el Salvador dio la promesa de su venida. A través de los siglos sus palabras han llenado de ánimo el corazón de sus fieles. La promesa todavía no se ha cumplido... pero, no por eso es menos segura la palabra que ha sido hablada. Cristo vendrá en su propia gloria, en la gloria del Padre, y en la gloria de los santos ángeles. Millones de millones y millares de millares de ángeles, los hermosos y triunfantes hijos de Dios, que poseen una inconmensurable hermosura y gloria, lo escoltarán en su camino. En lugar de la corona de espinas, él llevará una corona de gloria: una corona dentro de una corona. En lugar de ese antiguo manto de púrpura, estará vestido con un ropaje del blanco más puro, tanto que “ningún lavador en la tierra los puede hacer tan blancos”. Marcos 9:3. Y en su vestido y en su muslo habrá escrito un nombre: “Rey de reyes y Señor de señores”. Apocalipsis 19:16. Cristo ha sido para estos fieles seguidores un compañero de cada día, un amigo familiar. Han vivido en una estrecha y constante comunión con Dios. Sobre ellos ha aparecido la gloria del Señor. En ellos se ha reflejado la luz del conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo. Ahora se gozan en los refulgentes rayos del brillo y la gloria del Rey en su majestad. Están preparados para la comunión del cielo, porque tienen el cielo en sus corazones. Con las cabezas levantadas, con los brillantes rayos del Sol de justicia refulgiendo sobre ellos, regocijándose porque su redención está cerca, salen en busca del Esposo, diciendo: “He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará”... El tiempo de la demora casi ha terminado. Los peregrinos y extranjeros que durante tanto tiempo han buscado un país mejor, ya casi han llegado... “Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz”. 2 Pedro 3:14.
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A Fin de Conocerle


A Fin de Conocerle
A Dios sea la gloria, 30 de abril Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová. Jeremías 9:23, 24. https://ift.tt/ywh3MaH Este es el más precioso reproche y motivo de ánimo, la lección más importante para cada alma que trate de servir a Dios. Con claras palabras se expresa aquí aquello en que se deleita el Señor. Todos los que entienden y conocen a Dios saben que ejerce misericordia, juicio y justicia. Si caminan humildemente con Dios, podrán guardar los caminos del Señor, hacer su voluntad con toda bondad, compasión, misericordia, ternura y amor; pues Dios ha dicho “estas cosas quiero”. Entonces, cuán cuidadosos debemos ser en cuanto al fruto de los labios, de que no deshonremos a Dios tratando sin bondad a aquellos que compró con su sangre... Nuestra prosperidad como pueblo depende enteramente de nuestra dependencia de Dios para nuestra suficiencia, gracia y perfección de carácter en nuestro Salvador y por medio de él que ha pagado el rescate por nosotros con sus propios méritos gloriosos. Si no lo hubiera hecho, habríamos perecido en nuestros pecados.—Carta 150, 1897. Los que conocen a Jesús como a su Salvador personal, tienen el privilegio de ser educados y preparados en una escuela superior a la de los hombres y de ser guiados con sabiduría mayor que la de los hombres finitos. Pueden colocarse bajo la dirección del más grande Maestro que el mundo haya conocido, y pueden participar del mismo conocimiento que dio a Daniel. Los que son humildes de corazón, los que sienten su necesidad de una sabiduría más elevada, y no dependen de su propio juicio limitado, sino que buscan fervientemente conocer la voluntad de Dios, pueden alimentarse de la Fuente de todo conocimiento y obtener gracia, prudencia, discreción y juicio.—The Youth’s Instructor, 19 de septiembre de 1895.
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¡Maranata: El Senor Viene!


El cielo nos está esperando, 30 de abril Como me envió el Padre, así también yo os envío. Juan 20:21. https://ift.tt/Nrv7uDz De los apóstoles está escrito: “Ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían”. Marcos 16:20. Así como Cristo envió a sus discípulos, envía hoy a los miembros de su iglesia. El mismo poder que los apóstoles tuvieron es para ellos. Si desean hacer de Dios su fuerza, él obrará con ellos, y no trabajarán en vano. Comprendan que la obra en la cual están empeñados es una sobre la cual el Señor ha puesto su sello. Dios dijo a Jeremías: “No digas: Soy niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte”. Luego el Señor extendió su mano y tocó la boca de su siervo, diciendo: “He aquí he puesto mis palabras en tu boca”. Jeremías 1:7-9. Y nos envía a seguir anunciando las palabras que nos ha dado, sintiendo su toque santo sobre nuestros labios. Cristo dio a la iglesia un encargo sagrado. Cada miembro debe ser un medio por el cual Dios pueda comunicar al mundo los tesoros de su gracia, las inescrutables riquezas de Cristo. No hay nada que el Salvador desee tanto como la manifestación del amor del Salvador por medio de los seres humanos. Todo el cielo está esperando a los hombres y las mujeres por medio de los cuales pueda Dios revelar el poder del cristianismo. La iglesia es la agencia de Dios para la proclamación de la verdad, facultada por él para hacer una obra especial; y si le es leal y obediente a todos sus mandamientos, habitará en ella la excelencia de la gracia divina. Si manifiesta verdadera fidelidad, si honra al Señor Dios de Israel, no habrá poder capaz de resistirle. El celo por Dios y su causa indujo a los discípulos a ser testigos del Evangelio con gran poder. ¿No debería semejante celo encender en nuestros corazones la determinación de contar la historia del amor redentor, del Cristo crucificado? Es el privilegio de cada cristiano, no sólo esperar, sino apresurar la venida del Salvador.67Los Hechos de los Apóstoles, 479, 480.

¡Maranata: El Senor Viene!


¡Maranata: El Senor Viene!
El cielo nos está esperando, 30 de abril Como me envió el Padre, así también yo os envío. Juan 20:21. https://ift.tt/Nrv7uDz De los apóstoles está escrito: “Ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían”. Marcos 16:20. Así como Cristo envió a sus discípulos, envía hoy a los miembros de su iglesia. El mismo poder que los apóstoles tuvieron es para ellos. Si desean hacer de Dios su fuerza, él obrará con ellos, y no trabajarán en vano. Comprendan que la obra en la cual están empeñados es una sobre la cual el Señor ha puesto su sello. Dios dijo a Jeremías: “No digas: Soy niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte”. Luego el Señor extendió su mano y tocó la boca de su siervo, diciendo: “He aquí he puesto mis palabras en tu boca”. Jeremías 1:7-9. Y nos envía a seguir anunciando las palabras que nos ha dado, sintiendo su toque santo sobre nuestros labios. Cristo dio a la iglesia un encargo sagrado. Cada miembro debe ser un medio por el cual Dios pueda comunicar al mundo los tesoros de su gracia, las inescrutables riquezas de Cristo. No hay nada que el Salvador desee tanto como la manifestación del amor del Salvador por medio de los seres humanos. Todo el cielo está esperando a los hombres y las mujeres por medio de los cuales pueda Dios revelar el poder del cristianismo. La iglesia es la agencia de Dios para la proclamación de la verdad, facultada por él para hacer una obra especial; y si le es leal y obediente a todos sus mandamientos, habitará en ella la excelencia de la gracia divina. Si manifiesta verdadera fidelidad, si honra al Señor Dios de Israel, no habrá poder capaz de resistirle. El celo por Dios y su causa indujo a los discípulos a ser testigos del Evangelio con gran poder. ¿No debería semejante celo encender en nuestros corazones la determinación de contar la historia del amor redentor, del Cristo crucificado? Es el privilegio de cada cristiano, no sólo esperar, sino apresurar la venida del Salvador.67Los Hechos de los Apóstoles, 479, 480.
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Sabbath School


Sabbath School
Comentarios Elena G.W para las Lecciones de Escuela Sabática https://ift.tt/Oi5rqWG @seguidores @destacar Debería enseñarse al estudiante de la Biblia a acercarse a ella con el espíritu del que aprende. Debemos escudriñar sus páginas, no en busca de pruebas que apoyen nuestras opiniones, sino para saber lo que Dios dice. Sólo se puede obtener un verdadero conocimiento de la Biblia mediante la ayuda del Espíritu que dio la Palabra. Y a fin de obtener ese conocimiento debemos vivir de acuerdo con él. Debemos obedecer todo lo que la Palabra de Dios manda. Podemos reclamar todas sus promesas. Mediante su poder, debemos vivir la vida que ella recomienda. Sólo si se la considera de este modo, se la puede estudiar eficazmente (La educación, p. 189). Dios entregó a hombres finitos la preparación de su Palabra divinamente inspirada. Esta Palabra, distribuida en dos libros, el Antiguo y el Nuevo Testamentos, es el libro guía para los habitantes de un mundo caído, libro legado a ellos para que, mediante su estudio y la obediencia a sus instrucciones, ninguna alma pierda su camino al cielo. Los que piensan que pueden simplificar las pretendidas dificultades de las sencillas Escrituras, calibrando con su regla finita lo que es inspirado y lo que no es inspirado, mejor sería que se cubrieran el rostro, como Elías cuando le habló la tenue vocecilla, pues están en la presencia de Dios y de los santos ángeles, que durante siglos han comunicado a los hombres luz y conocimiento, diciéndoles qué hacer y qué no hacer, desplegando delante de ellos escenas de emocionante interés, hito tras hito, en símbolos, representaciones e ilustraciones… [N]o se ocupe ninguna mente ni mano en criticar la Biblia. Esa es una obra que Satanás se deleita en que alguien la haga, pero no es una obra que el Señor nos ha indicado hacer. Los hombres debieran dejar que Dios cuide de su propio Libro, de sus oráculos vivientes, como lo ha hecho durante siglos (Mensajes selectos, t. 1, pp. 18-20). La predicación de la palabra sería inútil sin la continua presencia y ayuda del Espíritu Santo. Este es el único maestro eficaz de la verdad divina. Únicamente cuando la verdad vaya al corazón acompañada por el Espíritu vivificará la conciencia o transformará la vida. Uno podría presentar la letra de la Palabra de Dios, estar familiarizado con todos sus mandamientos y promesas; pero a menos que el Espíritu Santo grabe la verdad, ninguna alma caerá sobre la Roca y será quebrantada. Ningún grado de educación ni ventaja alguna, por grande que sea, puede hacer de uno un conducto de luz sin la cooperación del Espíritu de Dios (El Deseado de todas las gentes, pp. 625, 626).
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Entrada destacada

¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374