El Cristo Triunfante


El Cristo Triunfante
Evitemos las disputas entre nosotros, promovamos la armonía, 19 de noviembre “Ciertamente la soberbia concebirá contienda; mas con los avisados está la sabiduría. Proverbios 13:10. https://ift.tt/OA7SrN1 La Reforma se vio enormemente retrasada por enarbolar prominentes diferencias en algunos puntos de fe, en tanto que cada sector sostenía tenazmente los aspectos en los que diferían. Antes de mucho habrá un acuerdo, pero ponerse firmes y considerar que es vuestra responsabilidad presentar sus puntos de vista en decidida oposición a la fe o a la verdad, como la hemos enseñado, es un error que traerá daño y nada más que daño, como en los días de Lutero. Así comienzan a apartarse y se sienten en libertad de expresar sus ideas sin referencia a los enfoques de sus asociados y así se planteará una condición con la que ni siquiera han soñado. Mi esposo tenía algunas ideas en ciertos aspectos que diferían de los puntos de vista asumidos por sus hermanos. Me fue revelado que por verdaderos que fueran sus puntos de vista, Dios no lo había invitado a exponerlos delante de nuestros hermanos y generar, de este modo, diferencias de ideas... No se debe dirigir la atención hacia conceptos especulativos, porque hay ciertas mentes peculiares a las que les encanta asumir ideas que otros no aceptan, argumentando y atrayendo todo hacia ese aspecto, insistiendo en ese punto y magnificándolo, cuando en realidad es un asunto que no es de vital importancia y se lo entenderá de una forma diferente. En dos ocasiones me fue mostrado que todo aquello que en este tiempo desvíe a nuestros pastores de los aspectos esenciales no debiera presentarse como una cuestión primordial. Cristo no reveló muchas cosas que eran verdad, porque habría creado diferencias de opinión y despertado disputas. Pero los jóvenes que no han pasado por la experiencia que nos tocó vivir podrían no tomar en cuenta ese aspecto. Nada los satisfaría más que iniciar una discusión... Estamos en el gran día de la expiación, un tiempo en que deberíamos afligir nuestras almas, confesar nuestros pecados, humillar nuestros corazones delante del Señor y estar listos para el gran conflicto. Cuando estas contiendas se planteen delante del pueblo, creerán que uno tiene la razón, entonces habrá otro totalmente opuesto que considere tener la razón. La pobre gente quedará confundida y la conferencia no habrá servido de nada. Ahora cuando reina la disensión y la contienda, debiera hacerse un esfuerzo decidido para dominar el problema, para publicar con la pluma y con la voz, aquellas cosas que sólo revelen armonía.—Carta 37, 1887.
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Cada Día con Dios


Cada Día con Dios
La alegría glorifica a Dios, 19 de noviembre Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Colosenses 3:17. https://ift.tt/YFlqaEh Doquiera haya un corazón del cual no irradie la luz del cielo, habrá una soledad en la cual Cristo no puede morar. Al lado de cada alma se encuentra la presencia de un ángel. Se me ha instruido en el sentido de que, con el don de Cristo, se le dieron a este mundo todos los tesoros del cielo. Nada quedó en reserva. Si el hombre no abre la puerta de su corazón a Cristo Jesús para entrar en comunión con él, los agentes satánicos lo harán. Debe haber abundancia de alegría para gloria de Dios. Si está presente la influencia suavizante y subyugadora de la gracia de Cristo, siempre se pronunciarán palabras agradables. Si alguien se equivoca, converse con esa persona a solas. No se exprese con vehemencia; por el contrario, modere su voz. Quien ocupa un cargo de importancia como mayordomo de Dios, debiera ejercer especial cuidado para no irritar a nadie mediante sus palabras y actos. Debiera dirigirse en forma agradable a cada obrero, y no debiera manifestar ni irritabilidad ni amargura. Sean mucho más cuidadosos en sus palabras y actos los que ocupan cargos de confianza, y ello más aún mientras mayor sea la responsabilidad de su cargo en relación con sus colaboradores, porque los que están relacionados con la obra de Dios sólo pueden complacerlo si hablan con amabilidad. Toda palabra pronunciada sin la debida meditación e inadvertidamente, debiera ser retirada de inmediato. Si quien habla se olvida de hacerlo, o no le causa pesar su falta de cuidado, alguien imbuido del espíritu de Cristo debiera recordarle que debe pedir disculpas, porque debemos tener presente que, como cristianos que pretendemos trabajar unidos, no debemos actuar como los pecadores, cuyas palabras y obras pecaminosas los condenarán finalmente, a menos que se arrepientan... Los cristianos deben amarse los unos a los otros así como Cristo los amó. En torno de la manifestación de este amor gira el reconocimiento del mundo de la verdad del Evangelio. Por esto oró Jesús en su última plegaria. Los cristianos no deben actuar como niños mal educados. Los que pretenden ser hijos de Dios deben dar evidencia ante el mundo que han dejado atrás la conducta pueril de su vida de inconversos.—Carta 179, del 19 de noviembre de 1902, dirigida a C. P. Bollman, director del Southern Watchman, publicado en Nashville, Tennessee.
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A Fin de Conocerle


A Fin de Conocerle
Para uso del maestro, 19 de noviembre Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles. Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra. 2 Timoteo 2:20, 21. https://ift.tt/Kyt2mjX El Maestro ha dado a cada uno su obra. A cada uno ha dado conforme a su capacidad. Que ninguno se queje porque no tiene mayores talentos para emplear en el servicio del Maestro. ... Id a trabajar con firme paciencia, y haced lo mejor posible, independientemente de lo que hagan otros. “Cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí”. Romanos 14:22. Que no sean vuestros pensamientos ni vuestras palabras: “¡Ojalá que tuviera una obra más importante! ¡Ojalá que estuviera en ésta o aquella posición!” Cumplid vuestro deber donde estéis. Invertid lo mejor posible los dones que se os ha dado en el lugar donde trabajáis, y así serviréis mejor al Señor. ... No envidiéis las capacidades de otros, porque eso no aumentará vuestra habilidad para hacer una obra mejor o más grande. Emplead vuestro don con humildad, mansedumbre y fe, y esperad hasta el día del ajuste de cuentas, y no tendréis motivo para afligiros o avergonzaros. No aspiréis a realizar algún gran servicio, cuando no habéis hecho fielmente el deber de hoy. Atended las cosas comunes, negociad con el talento humilde teniendo un solemne sentido de responsabilidad por el empleo debido de cada facultad, cada pensamiento que Dios os ha dado. Dios no pide menos del humilde que del encumbrado; cada uno debe realizar su obra designada con contentamiento, según la medida del don de Cristo. La iglesia de Dios está compuesta por personas de diferentes capacidades. Como vasos de distintas dimensiones se nos ha colocado en la casa del Señor; pero no se espera que los vasos más pequeños contengan todo lo que tienen los más grandes. Todo lo que se requiere es que cada vaso esté lleno según su capacidad.—The Review and Herald, 1 de mayo de 1888.
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¡Maranata: El Senor Viene!


¡Maranata: El Senor Viene!
Pensad en las cosas del cielo, 19 de noviembre Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Apocalipsis 7:14. https://ift.tt/b3mAUCr Mientras estaba en visión, Juan vio un grupo de personas vestidas con ropas blancas... Estaban en el templo de Dios. Allí llegarán todos los que recurran a los méritos de Cristo y laven sus ropas en su sangre. Se ha hecho provisión para que podamos sentarnos con Cristo en su trono, pero la condición es que estemos en armonía con la ley de Dios... No podemos permitirnos perder el cielo. Debemos conversar acerca de las cosas celestiales. Allí no habrá muerte ni dolor. ¿Por qué somos tan remisos para hablar de esas cosas? ¿Por qué nos referimos siempre a las cosas terrenales?... Pronto vendrá Cristo a reunir a los que estén preparados para llevarlos a ese glorioso lugar. “Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan”. Hebreos 9:28. ¿Nos agrada pensar en ese acontecimiento o preferimos ignorarlo?... Cuanto más hablemos de Jesús, tanto más reflejaremos su divina imagen. Mediante la contemplación somos transformados.42En Lugares Celestiales, 372. Necesitamos que Cristo forme parte de nuestra experiencia religiosa. Cuando os reunís, sea Cristo y su salvación el motivo de vuestra conversación... Mientras más hablemos de Jesús, más de sus incomparables encantos lograremos contemplar.43In Heavenly Places, 370. Los que no hallan placer en pensar y hablar de Dios en esta vida, no gozarán de la vida venidera, donde Dios estará siempre presente, habitando con su pueblo. Pero los que se deleitan en pensar en Dios, estarán en su elemento respirando la atmósfera del cielo.44En Lugares Celestiales, 372. Los que en esta tierra amen los pensamientos relacionados con el cielo, se sentirán felices con las compañías y los placeres santos... “Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes”. Apocalipsis 22:3, 4.45In Heavenly Places, 370.
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Sabbath School


Sabbath School
Tuesday, November 19 Profecías del Antiguo Testamento acerca de Jesús: Parte I Comentarios Elena G.W https://ift.tt/1Z9PBod Dios se buscó un mensajero en Juan el Bautista para preparar el camino del Señor. Este debía dar al mundo un testimonio resuelto al reprobar y denunciar el pecado. Lucas, cuando anuncia su misión y su trabajo, dice: “E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto”. Lucas 1:17… La voz de Juan resonó como una trompeta. Su comisión era: “Anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado”. Isaías 58:1. No había recibido educación en las escuelas humanas. Dios y la naturaleza habían sido sus maestros. En la tarea de preparar el camino para el advenimiento de Cristo se necesitaba a uno que fuera tan valiente como para hacer oír su voz al igual que los profetas de la antigüedad, y amonestar a la nación degenerada para que se arrepintiera (Mensajes selectos, t. 2, pp. 167, 168). Había sido enviado por Dios un heraldo que proclamase la venida de Cristo para llamar la atención de la nación judía y del mundo a su misión, a fin de que los hombres pudiesen prepararse para recibirle. El admirable personaje a quien Juan había anunciado había estado entre ellos durante más de treinta años y no le habían conocido en realidad como el enviado de Dios. El remordimiento se apoderó de los discípulos porque habían dejado que la incredulidad prevaleciente impregnase sus opiniones y anublase su entendimiento. La Luz de este mundo sombrío había estado resplandeciendo entre su lobreguez, y no habían alcanzado a comprender de dónde provenían sus rayos. Se preguntaban por qué se habían conducido de modo que obligara a Cristo a reprenderlos. Con frecuencia repetían sus conversaciones y decían: ¿Por qué permitimos que las consideraciones terrenales y la oposición de sacerdotes y rabinos confundiesen nuestros sentidos, de manera que no comprendíamos que estaba entre nosotros uno mayor que Moisés, y que uno más sabio que Salomón nos instruía? (El Deseado de todas las gentes, pp. 468, 469). Una luz resplandecía en derredor de la tumba, pero el cuerpo de Jesús no estaba allí. Mientras se demoraban en el lugar, vieron de repente que no estaban solas. Un joven vestido de ropas resplandecientes estaba sentado al lado de la tumba. Era el ángel que había apartado la piedra… Les dijo: “¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, mas ha resucitado: acordaos de lo que os habló, cuando aun estaba en Galilea, diciendo: Es menester que el Hijo del hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día”. ¡Ha resucitado, ha resucitado! Las mujeres repiten las palabras vez tras vez. Ya no necesitan las especias para ungirle. El Salvador está vivo, y no muerto. Recuerdan ahora que cuando hablaba de su muerte, les dijo que resucitaría. ¡Qué día es este para el mundo! Prestamente, las mujeres se apartaron del sepulcro y “con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos” (El Deseado de todas las gentes, pp. 732, 733).
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Entrada destacada

¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374