Desarraigad toda semilla de duda


Desarraigad toda semilla de duda, 13 de febrero

No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa... Nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma. Hebreos 10:35-39. MSV76 50.1
Vi que ya estamos en el tiempo del zarandeo. Satanás está trabajando con todo su poder para arrebatar las almas de las manos de Cristo e inducirlas a pisotear al Hijo de Dios... MSV76 50.2
Se está desarrollando el carácter. Los ángeles de Dios están evaluando la dignidad moral. Dios está probando a su pueblo. El ángel me transmitió estas palabras: “Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio”Hebreos 3:12-14. A Dios le desagrada cuando algunos de los miembros de su pueblo, que han conocido el poder de su gracia, comienzan a hablar de sus dudas, y al hacerlo, se transforman en canales de Satanás, por medio de los cuales él puede transmitir sus sugerencias a otras mentes. Cuando se siembra una semilla de incredulidad y maldad, no se arraiga rápidamente. Satanás la nutre a cada instante, hasta que florece y se fortalece. La buena semilla necesita que se la alimente, se la riegue y se la cuide con ternura; porque se arrojan a su alrededor toda clase de influencias ponzoñosas con el propósito de impedirle crecer para causarle la muerte. Los esfuerzos de Satanás son más poderosos que nunca, porque sabe que es corto el tiempo de que dispone para engañar... MSV76 50.3
Se me mostró la recompensa de los santos, la herencia inmortal. Entonces se me mostró cuánto tuvo que soportar el pueblo de Dios por causa de la verdad, y que de todos modos pueden considerar bastante barato el cielo. Reconocieron que los sufrimientos de este tiempo presente no son nada en comparación con la gloria que ha de ser manifestada en ellos. El pueblo de Dios será probado en estos últimos días. Pero pronto vendrá su última prueba, y entonces recibirán el don de la vida eterna.17Testimonies for the Church 1:429-432. MSV76 50.4

Las familias que guardan los mandamientos glorifican a Cristo


Las familias que guardan los mandamientos glorifican a Cristo, 13 de febrero

Instruye al niño en su camino, y aún cuando fuere viejo no se apartará de él. Proverbios 22:6. SSJ 50.1
Debe enseñarse a los hijos que son parte de la firma de la familia. Hay que alimentarlos, vestirlos, amarlos y cuidar de ellos; y ellos deben responder a todas estas mercedes trayendo toda la felicidad posible a la familia de la cual son miembros. De esa manera llegan a ser hijos e hijas de Dios, misioneros en el círculo familiar. SSJ 50.2
Si los padres descuidan la educación de sus hijos, los privan de lo que es necesario para el desarrollo de un carácter simétrico, equilibrado, que les será de la mayor bendición a través de toda su vida. Si se les permite a los hijos que hagan lo que quieran, reciben la idea de que hay que servirlos, cuidarlos, satisfacerlos y divertirlos. Creen que sus deseos y voluntades deben ser complacidos. Educados en esta forma, llevan a través de toda su experiencia religiosa las deficiencias de la instrucción que recibieron en el hogar. SSJ 50.3
Dios quiere que nuestras familias sean símbolos de la familia del cielo. Recuerden esto cada día los padres y los hijos, y relaciónense unos con otros como miembros de la familia de Dios. Entonces su vida será de tal carácter que dará al mundo una lección objetiva de lo que pueden ser las familias que aman a Dios y guardan sus mandamientos. Cristo será glorificado; su paz, su gracia y su amor saturarán el círculo familiar como un perfume precioso. Y cuando los hijos de los misioneros cristianos observen los mandamientos y sean disciplinados, su vida será como una hermosa ofrenda para Dios. SSJ 50.4
Esto alegrará el corazón de Jesús y será considerado por él como la ofrenda más preciosa que pueda recibir. SSJ 50.5
Que el Señor Jesucristo sea un objeto de adoración en cada familia. Si los padres le dan sus hijos una educación apropiada, ellos mismos serán felices al ver el fruto de su cuidadosa instrucción en el carácter semejante al de Cristo que tienen sus hijos. Están haciendo el servicio más elevado a Dios al presentar al mundo familias bien ordenadas, bien disciplinadas, que no sólo temen al Señor, sino que lo honran y lo glorifican por medio de su influencia sobre otras familias, y recibirán su recompensa.—The Review and Herald, 17 de noviembre de 1896. SSJ 50.6

Dios revela su justicia y amor


Dios revela su justicia y amor, 13 de febrero

El cumplimiento de la ley es el amor. Romanos 13:10. RJ 50.1
Después de la caída de nuestros primeros padres, Cristo declaró que a fin de salvar al hombre de la penalidad del pecado, El vendría al mundo para vencer a Satanás en el propio campo de batalla del enemigo. La controversia que comenzó en el cielo habría de continuar en la tierra. RJ 50.2
En este conflicto se iban a decidir muchas cosas. Vastos intereses estaban en juego. Ante los habitantes del universo celestial habrían de responderse las preguntas: “¿Es imperfecta la ley de Dios, necesita arreglos o anulación, o es inmutable? ¿Necesita el gobierno de Dios un cambio, o es estable?” RJ 50.3
Antes de la primera venida de Cristo, el pecado de rehusar ajustarse a la ley de Dios se había extendido ampliamente. Aparentemente el poder de Satanás iba en aumento; su guerra contra el Cielo se estaba haciendo más y más decidida. Se había llegado a una crisis. Con intenso interés, los ángeles celestiales observaban los movimientos de Dios. ¿Descendería de su lugar para castigar a los habitantes del mundo por su iniquidad? ¿Enviaría fuego o un diluvio para destruirlos? Todo el cielo esperaba la orden de su Comandante para derramar las copas de la ira sobre un mundo rebelde. Una palabra de El, una señal, y el mundo habría sido destruido. Los mundos no caídos habrían dicho: “Amén. Tú eres justo, oh Dios, porque exterminaste la rebelión”. Pero “de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eternaJuan 3:16. Dios podría haber enviado a su Hijo a condenar, pero lo envió a salvar. Cristo vino como un Redentor. No hay palabras para describir el efecto de esta decisión sobre los ángeles celestiales. Con asombro y admiración sólo podían exclamar: “¡Esto es amor!” RJ 50.4
Cristo comenzó su misión de misericordia, y desde el pesebre hasta la cruz fue acosado por el enemigo. Satanás disputó cada centímetro de terreno, ejerciendo su máximo poder para vencerlo. Como una tempestad, tentación tras tentación se abatieron sobre El. Pero cuanto más caían sin misericordia sobre El, más firmemente se aferraba el Hijo de Dios de la mano de su Padre, y continuaba en su senda manchada de sangre. RJ 50.5
La seriedad del conflicto por el que Cristo pasó fue proporcional a la dimensión de los intereses involucrados en su éxito o fracaso... Satanás buscaba vencer a Cristo, a fin de que él pudiera continuar reinando en este mundo como el gobernante supremo... El Padre, el Hijo y Lucifer han dejado aclarada su auténtica relación mutua. Dios ha dado evidencias indiscutibles de su justicia y su amor.—The Signs of the Times, 27 de agosto de 1902. RJ 50.6

Transformación del pensamiento


Transformación del pensamiento, 13 de febrero

Por los demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Filipenses 4:8. RP 54.1
Cada creyente tiene que realizar una obra individual. Para ello necesita vigilar sus pensamientos, ser sobrio, y velar en oración. La mente debe ser fuertemente controlada para que se espacie en los temas que fortalecen las facultades morales. La juventud debe comenzar desde la niñez a desarrollar el hábito de pensar correctamente. La mente tiene que ser disciplinada para que piense como corresponde. No se le debe dar lugar para que se espacie en temas pecaminosos. El salmista exclamó: “Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehová, roca mía y redentor mío”. Salmos 19:14. RP 54.2
En la medida en que Dios actúa en el corazón por intermedio de su Santo Espíritu, el hombre debe cooperar con él. Los pensamientos deben ser controlados y refrenados para que no sigan la tendencia a contemplar asuntos que debilitan y corrompen al ser entero. Si deseamos que el cielo acepte las palabras que expresamos, y que al mismo tiempo sean provechosas para quienes las escuchen, la pureza debe caracterizar nuestra manera de pensar. Cristo increpó a los fariseos: “¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro del corazón saca malas cosas. Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado”. Mateo 12:34-37. RP 54.3
En el Sermón del Monte Cristo expuso ante sus discípulos el gran alcance de los principios de la ley de Dios. Enseñó a sus oyentes que, a nivel de la mente, se infringe la ley antes que se realice el deseo pecaminoso. Estamos obligados a mantener los pensamientos bajo control para ponerlos en sujeción a la ley de Dios.—The Review and Herald, 12 de junio de 1888. RP 54.4

El eslabón que relaciona a Dios con el hombre


El eslabón que relaciona a Dios con el hombre, 13 de febrero

Por lo cual puede también salvar eternamente a los que por él se allegan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Hebreos 7:25. NEV 52.1
Cristo es el eslabón que relaciona a Dios con el hombre. Ha prometido su intercesión personal a los que utilizan su nombre. Coloca toda la virtud de su justicia del lado del suplicante. Cristo ruega por el hombre, y el hombre, necesitado de ayuda divina, ruega por sí mismo ante la presencia de Dios, utilizando el poder de la influencia de Aquel que entregó su vida para el mundo. Cuando reconocemos delante de Dios nuestro aprecio de los méritos de Cristo, se añade fragancia a nuestras intercesiones. ¡Oh, quién pudiera valorar esta gran misericordia y amor! Cuando nos acercamos a Dios mediante la virtud de los méritos de Cristo, somos vestidos con las vestiduras sacerdotales. El nos coloca cerca de sí, rodeándonos con su brazo humano, mientras con su brazo divino se ase del trono del Infinito. El pone sus méritos, como suave incienso en un incensario, en nuestras manos, a fin de animar nuestras peticiones. El promete oir y responder nuestras súplicas.—Carta 22, 1898. NEV 52.2
Cualquiera que rompa con la esclavitud y el servicio de Satanás y se coloque bajo la bandera manchada de sangre del Príncipe Emmanuel, será apoyado por las intercesiones de Cristo. Cristo, como nuestro Mediador, a la mano derecha del Padre, siempre nos tiene en cuenta, porque es tan necesario que él nos tome en cuenta en sus intercesiones, como necesario era que nos redimiera con su sangre. Si él nos abandonara por un solo momento, Satanás estaría listo para destruirnos.—Manuscrito 73, 1893. NEV 52.3
Cuando las oraciones de los sinceros y contritos ascienden al cielo, Cristo le dice al Padre: “Yo me haré cargo de sus pecados. Tenlos por inocentes delante de ti”. Cuando toma sus pecados de sobre ellos, llena sus corazones la gloriosa luz de la verdad y el amor.—Manuscrito 28, 1901. NEV 52.4
Tenemos una constante necesidad de la intercesión de Cristo. Día a día, mañana y tarde, el corazón humilde necesita ofrecer oraciones, las que serán contestadas con respuesta de gracia, paz y gozo. “Así que, ofrezcamos por medio de él a Dios siempre sacrificio de alabanza, es a saber, fruto de labios que confiesen a su nombre”. Hebreos 13:15.—Manuscrito 14, 1901. NEV 52.5

Cumplamos las condiciones del reino


Cumplamos las condiciones del reino, 13 de febrero

De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él. Marcos 10:15. MGD 52.1
Cristo no reconoce ninguna casta, ni color, ni grado como necesarios para llegar a ser súbditos de su reino. La admisión en su reino no depende ni de la riqueza ni de una herencia superior. En cambio, los que han nacido del Espíritu son los súbditos de su reino. El carácter espiritual es lo que será reconocido por Cristo. Su reino no es de este mundo. Sus súbditos son los participantes de la naturaleza divina, que habrán escapado de la corrupción que está en el mundo y que se manifiesta por la concupiscencia. Y esta gracia les es dada por Dios. Cristo no encuentra a sus súbditos preparados para su reino, sino que los califica por medio de su divino poder. Los que estaban muertos en delitos y pecados son revividos a la vida espiritual... MGD 52.2
Cristo los atrae hacia él mediante un poder invisible. Él es la luz de la vida y les infunde su propio Espíritu. Al ser introducidos en la atmósfera espiritual, se dan cuenta de que han sido juguete de las tentaciones de Satanás, y que han estado bajo su dominio; pero quebrantan el yugo de los deseos carnales y rehúsan ser siervos de pecado... Comprenden que han cambiado de capitán, y reciben sus órdenes de los labios de Jesús. Como el siervo contempla a su amo y la sierva observa a su patrona, estas almas, atraídas por las cuerdas del amor de Cristo, lo miran constantemente como el Autor y Consumador de su fe. Al contemplar a Jesús, al obedecer sus requisitos, aumentan su conocimiento de Dios y de Jesucristo a quien él ha enviado. De este modo se transforman a su imagen de carácter en carácter hasta que llegan a distinguirse del mundo y se puede escribir acerca de ellos: “Vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia”. 1 Pedro 2:9, 10.—The Review and Herald, 26 de marzo de 1895. MGD 52.3

El murió por nosotros


El murió por nosotros, 13 de febrero

Mas Dios encarece su caridad para con nosotros, porque siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Romanos 5:8. FV 52.1
“Hay una gran verdad central que debe ser tenida siempre en mente al escudriñar las Escrituras: Cristo, y éste crucificado. Todas las demás verdades se hallan investidas con la influencia y el poder correspondientes a su relación con este tema.... El alma paralizada por el pecado, puede ser dotada de vida únicamente por medio de la obra que realizó en la cruz el Autor de nuestra salvación.”—The S.D.A. Bible Commentary 6:1084. FV 52.2
“Cristo se sometió a la crucifixión aunque las huestes angélicas podrían haberlo librado. Los ángeles sufrieron con Cristo. Dios mismo fue crucificado con Cristo, porque Cristo era uno con el Padre. Los que rechazan a Cristo, los que no permiten que él los gobierne, deciden ellos mismos ponerse bajo el gobierno de Satanás, para hacer su obra como esclavos suyos. Sin embargo, por ellos Cristo dio su vida en el Calvario.”—The S.D.A. Bible Commentary 5:1108. FV 52.3
“Él se identificó con nuestros intereses, desnudó su pecho para recibir el golpe de la muerte, asumió la culpa y el castigo del hombre, y ofreció en favor del hombre un sacrificio completo a Dios. En virtud de esta expiación, tiene poder para ofrecer al hombre la justicia perfecta y la plena salvación. Todo el que crea en él como en su Salvador personal, no perecerá sino que tendrá vida eterna.”—The S.D.A. Bible Commentary 7:925. FV 52.4
“El precio de la redención del hombre ha sido pagado, y todo lo que él tiene y lo que es, debiera estar rociado con la sangre de Cristo, dedicado a Dios; porque pertenece a él.”—The Signs of the Times, 1 de agosto de 1900. FV 52.5

La ley escrita en el corazón


La ley escrita en el corazón, 13 de febrero

Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo... porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado. Jeremías 31:33, 34. HHD 52.1
La obra que el cristianismo debe cumplir en el mundo no consiste en despreciar la ley de Dios ni apartarse de su sagrada dignidad en lo más mínimo, sino escribir esa ley en la mente y el corazón. Cuando la ley de Dios se implanta de ese modo en el alma del creyente, éste se acerca a la vida eterna por los méritos de Jesús... HHD 52.2
El propósito del Evangelio se cumple cuando se realiza este gran fin. Su obra, a través de los siglos, consiste en unir los corazones de sus seguidores en un espíritu de fraternidad universal, por medio de la fe en la verdad, para fundar de esta manera el sistema de orden y armonía del cielo en la familia de Dios en la tierra, a fin de que ellos sean considerados dignos de convertirse en miembros de la real familia de lo alto. Dios, en su sabiduría y misericordia, prueba a los hombres y las mujeres aquí, para ver si obedecerán su voz y respetarán su ley, o si se rebelarán como Satanás... HHD 52.3
El propósito de Dios al dar la ley a la raza humana caída fue que el hombre pudiera, por medio de Cristo, elevarse de su baja condición para llegar a ser uno con Dios, para que los mayores cambios morales pudieran manifestarse en su naturaleza y carácter. Esta transformación moral debe efectuarse, o en caso contrario el hombre no sería un súbdito seguro en el reino de Dios, porque produciría una rebelión.—The Review and Herald, 21 de julio de 1891. HHD 52.4

Creados de nuevo, exaltad a Jesús como el creador


Creados de nuevo, exaltad a Jesús como el creador, 13 de febrero

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Romanos 12:2. EJ 52.1
Cristo murió en la cruz para librar al mundo de perecer en el pecado, y en esta obra les solicita su colaboración. Ustedes deben ser sus manos ayudadoras. Con esfuerzos fervorosos e infatigables han de trabajar por la salvación de los perdidos. Recuerden que fueron sus pecados los que hicieron necesaria la cruz. Cuando aceptaron a Cristo como su Salvador ustedes prometieron unirse a él en llevar la cruz. Han echado su suerte con él para vida o muerte, y son parte integrante del gran plan de redención. EJ 52.2
El poder transformador de la gracia de Cristo moldea a quien se entrega al servicio de Dios. Cuando se halla imbuido del Espíritu del Redentor, está dispuesto a negarse a sí mismo, listo para tomar su cruz y presto a realizar cualquier sacrificio por el Maestro. Ya no puede ser indiferente a las almas que perecen alrededor suyo. Se eleva por encima del autoservicio. Cristo lo ha transformado en una nueva criatura y el egoísmo no halla lugar en su vida. Comprende que cada aspecto de su existencia pertenece a Cristo, quien lo ha redimido de la esclavitud del pecado; que cada momento de su vida futura ha sido comprado con la preciosa sangre del unigénito Hijo de Dios. EJ 52.3
¿Comprende usted tan cabalmente el sacrificio hecho en el Calvario, como para estar dispuesto a subordinar todo otro interés a la obra de salvar almas? La misma intensidad que caracterizaba el deseo de salvar a los pecadores en la vida del Salvador, se revelará también en la de sus verdaderos seguidores. Al cristiano no le interesa vivir para sí. Se deleita en consagrar todo lo que tiene y todo lo que es al servicio del Maestro. Lo motiva un deseo inexpresable de ganar almas para Cristo... EJ 52.4
¿Cómo puedo glorificar mejor a Aquel a quien pertenezco por creación y redención? Esta es la pregunta que deberíamos hacernos. La persona verdaderamente convertida tratará de rescatar con ansiosa solicitud a los que se hallan todavía bajo el poder de Satanás; rehusará hacer nada que pudiera estorbarlo en su tarea. Si tiene hijos, se dará cuenta de que su obra debe comenzar en su propia familia. Para él, sus hijos son preciosos en gran manera. Al recordar que son los miembros más jóvenes de la familia del Señor, luchará denodadamente por colocarlos donde se hallen al lado del Señor. Se ha dedicado a servir, honrar y obedecer a Cristo; por lo tanto realizará esfuerzos pacientes e incansables con el fin de educar a sus hijos para que nunca sean hostiles hacia el Salvador. EJ 52.5
Dios ha colocado sobre los padres y madres la tarea de salvar a sus hijos del poder del enemigo. Esa es su obra, y no debieran descuidarla por ninguna razón. Los padres que mantienen una conexión viviente con Cristo no descansarán hasta no ver a sus hijos a salvo en el redil. Considerarán que ésta es la responsabilidad de su vida.—Testimonies for the Church 7:9-11. 

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374