Recibiréis Poder


Recibiréis Poder
Confiemos en sus promesas, 23 de octubre Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Hebreos 4:16. https://ift.tt/RvAh8oj El Señor no permitirá que sus afligidos y probados hijos sean juguete de las tentaciones de Satanás. Es nuestro privilegio confiar en Jesús. Los cielos están llenos de ricas bendiciones, y es nuestro privilegio tener el gozo de Cristo para que nuestro gozo sea completo. No lo tenemos porque no pedimos, o porque no oramos con fe, creyendo que seremos bendecidos con la influencia especial del Espíritu Santo. Mediante la intercesión de Cristo, se le imparte al auténtico investigador la bondadosa influencia del Espíritu Santo para que los que la reciben puedan transmitir a otros el conocimiento de la verdad salvadora. ¿Por qué no creemos el sencillo “Así dice el Señor”? No cesen de orar bajo ninguna circunstancia. El Espíritu puede estar dispuesto, pero la carne enferma. Sin embargo, Jesús lo sabe todo. En su debilidad usted no debe estar ansioso, porque la ansiedad implica dudas y desconfianza. Sencillamente tiene que creer que Cristo es capaz de salvar hasta lo sumo a todos los que vienen a Dios por medio de él, siendo que vive siempre para interceder por nosotros. ¿Qué abarca la intercesión? Es la cadena de oro que une al creyente finito con el trono del Dios infinito. El agente humano, por quien Cristo murió para salvarlo, importuna el trono de Dios, y su petición es asumida por Jesús, quien lo compró con su propia sangre. Nuestro gran Sumo Sacerdote coloca su justicia del lado del que implora con sinceridad, y la oración de Cristo se une con la del suplicante humano. Cristo insta a su pueblo a orar sin cesar. Esto no significa que siempre hemos de estar sobre las rodillas, pero esa oración ha de ser como el aliento vital. Nuestros pedidos silenciosos, dondequiera estemos, han de ascender a Dios, y Jesús nuestro Abogado, implorará en nuestro favor, llevando con el incienso de su justicia nuestras súplicas al Padre. El Señor Jesús ama a su pueblo, y, cuando éste confía y depende completamente de él, lo fortalece. El vivirá en ellos, dándoles la inspiración de su Espíritu santificador, e impartiendo a la existencia una transfusión vital de sí mismo.—Counsels on Sabbath School Work, 1 de febrero de 1896.
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Nuestra Elevada Vocacion


Nuestra Elevada Vocacion
Velad, orad, trabajad, 23 de octubre Conviéneme obrar las obras del que me envió, entre tanto que el día dura: la noche viene, cuando nadie puede obrar. Juan 9:4. https://ift.tt/T2xbwrv Si el libro del cielo pudiera ser abierto delante de nosotros, nos asombraríamos grandemente ante la gran proporción de cristianos profesos, que realmente no contribuyen con nada a la edificación del reino de Dios, que no hacen ningún esfuerzo en pro de la salvación de las almas. Los tales son servidores perezosos. Muchos de los que están satisfechos sin hacer mucho bien, se halagan a sí mismos porque no hacen ningún daño, porque no se oponen a los obreros fervientes y activos. Pero esta clase de gente hace mucho daño debido a su ejemplo. ... El siervo perezoso no fué condenado por lo que había hecho, sino por lo que había dejado de hacer. En la causa de Dios no hay otro enemigo más peligroso que el cristiano indolente. Un profano declarado hace menos daño; porque no engaña a nadie, aparece tal como es, como un abrojo, como una espina. Los que no hacen nada son el tropiezo mayor. Aquellos que no quieren llevar las cargas, que rechazan toda responsabilidad desagradable, son los primeros en caer en las redes de Satanás, los primeros en colocar su influencia en un camino equivocado. Velad, orad, trabajad—éste es el santo y seña del cristiano. Que ninguno se excuse por no trabajar por la salvación de las almas. Que ninguno se engañe a sí mismo creyendo que no se requiere nada de él. Se requiere de él nada menos que lo que se esperaba del hombre a quien se le confió un talento.—The Review and Herald, 1 de mayo de 1883. En nuestra familia hay una obra que debe hacerse por Cristo, lo mismo que en nuestro vecindario y en todas partes. Siendo bondadosos con los pobres, con los enfermos, o con los afligidos, podemos ejercer una influencia sobre ellos, de modo que la verdad divina encuentre acceso a sus corazones. En todas partes hay oportunidades para ser de utilidad. Todos los que están imbuidos por el Espíritu de Cristo demostrarán que son pámpanos que llevan fruto de la Vid viviente. ... A nosotros nos corresponde trazar el registro que quisiéramos encontrar más tarde. ¿Tendremos sus páginas llenas con relatos de trabajo ferviente para Dios y la humanidad? Andemos en las pisadas de Aquel que declaró: “Conviéneme obrar las obras del que me envió, entretanto que el día dura: la noche viene, cuando nadie puede obrar”.—Ibid.
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Cada Día con Dios


Cada Día con Dios
Qué hacer con la depresión, 23 de octubre ¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mi? Espera en Dios. Salmos 43:5. https://ift.tt/WU8oJq1 En visiones de la noche yo estaba conversando con usted. Le estaba diciendo...: “No ceda a la depresión; en cambio, dé la bienvenida en su corazón a la influencia del Espíritu Santo, que le dará consuelo y paz”. Estoy orando para que el Señor se le manifieste como un Consolador personal. Hay que mantener abiertos los ojos del alma para reconocer las grandes misericordias de nuestro Padre celestial. Jesús es una luz que brilla y resplandece. Permita que sus brillantes rayos iluminen su mente y su corazón. No se olvide de dar gracias. “El que sacrifica alabanza me honrará”. Salmos 50:23. Contemplelo y preséntele todas sus necesidades. ¿Hay algo demasiado difícil para el Señor? Es el gran Médico. Puede curar el alma y el cuerpo, y quiere que usted se aferre de él por fe. Comprende plenamente las necesidades que implica su caso. Es un pronto auxilio en las tribulaciones. Y le agrada que le manifestemos gratitud. Cristo es la luz del mundo. “Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación”. Malaquías 4:2. Resplandezca la luz de su paz en su alma. Se preocupa tiernamente por usted, y debiera alabarlo con el corazón, el alma y la voz. Puede agradarlo manifestando un espíritu alegre. No permita que ni una sola nube de desánimo y desagrado oculte la luz de su presencia. Al reconocer su luz usted va a vencer. Puede aumentar su fe al ejercitar su voz en alabanzas a Dios. Al corazón que lo reconoce, le promete: “Yo soy... la estrella resplandeciente de la mañana”. Apocalipsis 22:16. Si quiere obtener preciosas victorias, contemple la luz que difunde el Sol de justicia. Hable de esperanza, fe y gratitud a Dios. Sea alegre; tenga esperanza en Cristo. Edúquese para alabarlo. Este es el gran remedio para las enfermedades del alma y del cuerpo. “Porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío”. Salmos 42:11; 43:5.—Carta 322, del 23 de octubre de 1906, dirigida a la esposa de un obrero de Australia.
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Alza tus Ojos


Alza tus Ojos
No hay un sendero intermedio al paraíso, 23 de octubre Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré. 2 Corintios 6:17. https://ift.tt/j0Fhd4g No hay ningún sendero intermedio al Paraíso restaurado. El mensaje dado al hombre para estos últimos días no debe amalgamarse con los recursos humanos. No debemos confiar en la sagacidad de los abogados mundanos. Debemos ser humildes hombres de oración, no comportándonos como los que están cegados por los agentes de Satanás... La gran luz y bendición que Dios ha otorgado no es un seguro contra la transgresión y la apostasía en estos tiempos finales. Los que han sido honrados por el Señor con altos puestos de confianza pueden volverse de la luz del Cielo a la sabiduría humana. Su luz se transformará entonces en tinieblas; las capacidades que le fueron confiadas por Dios, en una trampa; y su carácter, en una ofensa para Dios. Dios no será burlado. El alejamiento de El ha producido y siempre producirá inexorables resultados. La realización de actos que desagradan a Dios conducirá al impenitente paso a paso al engaño y al pecado abierto, a menos que decididamente se arrepienta y los abandone, en vez de procurar justificarlos. Todos los que quieran poseer un carácter que los haga obreros juntamente con el Altísimo y quieran recibir su encomio, deben separarse de los enemigos de Dios, y sostener la verdad que Cristo mostró a Juan [el Revelador] para que la diera al mundo... La revelación de Jesús a Juan es un mensaje maravilloso, augusto, excelso, solemne. Presentarlo con convicción requiere todos los talentos que el Señor ha concedido a los hombres. Cuando Juan lo recibió, fue preparado por el Espíritu Santo, pues Cristo mismo descendió del cielo y le indicó lo que debía escribir. Los que pretenden ser discípulos de Cristo a menudo manifiestan dureza de corazón y ceguera mental porque no escogen ni ponen en práctica la voluntad de Dios sino la suya propia. Los móviles egoístas se introducen y toman posesión de la mente y el carácter y, en su confianza propia, creen que su camino es sabio. No son cuidadosos en seguir los caminos y las palabras de Dios. Las circunstancias, según dicen, alteran los casos. Las práctican mundanas se introducen y así son tentados y apartados. Se mueven en conformidad con sus propios deseos no santificados, haciendo senderos engañosos para sus propios pies y para los pies de los demás. El cojo y el débil suponen que los tales son guiados por Dios, y por consiguiente piensan que su juicio debe ser correcto. De esa manera muchos siguen sendas falsas que no han sido formadas para que los redimidos del Señor anden por ellas.—Manuscrito 139, del 23 de octubre de 1903, “El mensaje en Apocalipsis”.
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A Fin de Conocerle


A Fin de Conocerle
Llenos de toda plenitud, 23 de octubre Y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. Efesios 3:19. https://ift.tt/lGLJZCD Muchos piensan que es imposible escapar del poder del pecado, pero se nos ha prometido que seremos llenos de toda la plenitud de Dios. Apuntamos demasiado bajo. La meta está mucho más alta. Nuestra mente necesita expandirse para poder comprender el significado de la provisión de Dios. Debemos reflejar los atributos más elevados del carácter de Dios. Deberíamos estar agradecidos porque no se nos ha dejado abandonados a nosotros mismos. La ley de Dios es la norma exaltada que debemos alcanzar. ... No debemos andar según nuestras propias ideas, ... sino debemos seguir en los pasos de Cristo.—The Review and Herald, 12 de julio de 1892. La obra de vencer está en nuestras manos, pero no debemos vencer en nuestro propio nombre o fortaleza, porque no podemos guardar los mandamientos por nuestras propias fuerzas. El Espíritu de Dios debe ayudar nuestras flaquezas. Cristo es nuestro sacrificio y garantía. Se hizo pecado por nosotros, para que nosotros fuéramos hechos justicia de Dios en él. Mediante la fe en su nombre, él nos imputa la justicia y se hace un principio viviente en nuestra vida. ... Cristo nos imputa su carácter sin pecado, y nos presenta delante del Padre en su propia pureza.—Ibid. No podemos proveernos por nuestra cuenta del ropaje de la justicia, porque el profeta dice: “Todas nuestras justicias [son] como trapo de inmundicia”. Isaías 64:6. No hay nada en nosotros con qué cubrir el alma para que no se vea su desnudez. Debemos recibir el ropaje de justicia tejido en el telar del cielo, el ropaje puro de la justicia de Cristo. Debemos decir: El murió por mí. El llevó la desgracia de mi alma para que yo venza en su nombre y sea exaltado hasta su trono.—Ibid. 19 de julio de 1892. Los hijos de Dios tienen el privilegio de estar llenos de toda la plenitud de Dios.—Ibid.
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VITALMENTE | 07. ¿Para Qué Fuimos Creados?


VITALMENTE | 07. ¿Para Qué Fuimos Creados?
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¡Maranata: El Senor Viene!


¡Maranata: El Senor Viene!
La esperanza bienaventurada, 23 de octubre Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. Tito 2:13. https://ift.tt/FaT1Kqj Jesús dijo que iría a preparar mansiones para nosotros, y que podríamos también estar donde él estuviere. Habitaremos siempre con él y gozaremos de la luz de su precioso semblante. Mi corazón salta de gozo ante tan alentadora perspectiva. Estamos casi en el hogar. ¡Cielo, dulce cielo! Es nuestro eterno hogar. Cada instante me regocijo de que Jesús viva, y porque él vive, nosotros también viviremos. Dice mi alma: Alaba al Señor. En Jesús hay plenitud, hay provisión para cada uno, para todos, ¿por qué habríamos de morir por falta de pan?... Tengo hambre y sed de salvación, de una completa armonía con la voluntad de Dios. Tenemos una buena esperanza por medio de Jesús. Es segura y firme y entra hasta dentro del velo. Nos da consuelo en la aflicción y gozo en medio de la angustia; dispersa la lobreguez que nos rodea y nos permite contemplar a través de todo esto la inmortalidad y la vida eterna... Las riquezas terrenales ya no nos atraen, porque tenemos esta esperanza que se eleva por encima de los tesoros de esta tierra y se aferra de la herencia inmortal, los tesoros que son durables, incorruptibles, incontaminados e inmarcesibles... Nuestros cuerpos mortales pueden morir y ser depositados en la tumba. No obstante, la bendita esperanza vive hasta la resurrección, cuando la voz de Jesús llame a los que duermen en el polvo. Gozaremos entonces la plenitud de la bendita y gloriosa esperanza. Sabemos en quién hemos creído. No hemos corrido ni trabajado en vano. Una rica y gloriosa recompensa nos espera; es el premio por el cual corremos, y si perseveramos con valor, ciertamente lo obtendremos... Hay salvación para nosotros, ¿por qué nos quedamos alejados de la fuente? ¿Por qué no vamos y bebemos para que nuestras almas puedan refrescarse, vigorizarse y florecer para Dios? ¿Por qué nos aferramos tanto a la tierra? Hay para nosotros algo mejor que lo terrenal para pensar y hablar. Podemos encontrarnos en un estado de ánimo celestial. ¡Oh, espaciémonos en el carácter amoroso e inmaculado de Jesús, y mediante la contemplación llegaremos a transformarnos a su imagen! Tengamos buen ánimo. Tengamos fe en Dios.64Carta 9, 1856.
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Sabbath School


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Wednesday, October 23 Felipe y Natanael Comentarios Elena G.W https://ift.tt/SwNRL93 “El siguiente día quiso Jesús ir a Galilea, y halla Felipe, al cual dijo: Sígueme”. Felipe obedeció al mandato, y en seguida se puso también a trabajar para Cristo (El Deseado de todas las gentes, p. 113). Felipe llamó a Natanael. Este último había estado entre la muchedumbre cuando el Bautista señaló a Jesús como el Cordero de Dios. Al mirar a Jesús, Natanael quedó desilusionado. ¿Podía ser el Mesías este hombre que llevaba señales de pobreza y de trabajo? Sin embargo, Natanael no podía decidirse a rechazar a Jesús, porque el mensaje de Juan le había convencido en su corazón. Cuando Felipe lo llamó, Natanael se había retirado a un tranquilo huerto para meditar sobre el anunció de Juan y las profecías concernientes al Mesías. Estaba rogando a Dios que si el que había sido anunciado por Juan era el Libertador, se lo diese a conocer, y el Espíritu Santo descendió para impartirle la seguridad de que Dios había visitado a su pueblo y le había suscitado un cuerno de salvación… El mensaje: “Hemos hallado a Aquel de quien escribió Moisés en la ley, y los profetas”, pareció a Natanael una respuesta directa a su oración. Pero la fe de Felipe era aún vacilante. Añadió con cierta duda: “Jesús, el hijo de José, de Nazaret”. Los prejuicios volvieron a levantarse en el corazón de Natanael. Exclamó: “¿De Nazaret puede haber algo de bueno?” Felipe no entró en controversia. Dijo: “Ven y ve. Jesús vio venir a sí a Natanael, y dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en el cual no hay engaño”. Sorprendido, Natanael exclamó: “¿De dónde me conoces? Respondió Jesús, y díjole: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera te vi”. Esto fue suficiente. El Espíritu divino que había dado testimonio a Natanael en su oración solitaria debajo de la higuera, le habló ahora en las palabras de Jesús. Aunque presa de la duda, y cediendo en algo al prejuicio, Natanael había venido a Cristo con un sincero deseo de oír la verdad, y ahora su deseo estaba satisfecho. Su fe superó a la de aquel que le había traído a Jesús. Respondió y dijo: “Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel” (El Deseado de todas las gentes, pp. 113, 114). Si Natanael hubiese confiado en los rabinos para ser dirigido, nunca habría hallado a Jesús. Viendo y juzgando por sí mismo, fue como llegó a ser discípulo. Así sucede hoy día en el caso de muchos a quienes los prejuicios apartan de lo bueno. ¡Cuán diferentes serían los resultados si ellos quisieran venir y ver! Ninguno llegará a un conocimiento salvador de la verdad mientras confíe en la dirección de la autoridad humana. Como Natanael, necesitamos estudiar la Palabra de Dios por nosotros mismos, y pedir la iluminación del Espíritu Santo. Aquel que vio a Natanael debajo de la higuera, nos verá en el lugar secreto de oración. Los ángeles del mundo de luz están cerca de aquellos que con humildad solicitan la dirección divina (El Deseado de todas las gentes, p. 114).
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Entrada destacada

¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374