Reflejemos a Jesús


El poder divino ha de combinarse con el esfuerzo humano, 9 de octubre https://ift.tt/AZrIu42 Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente. Tito 2:11, 12. Mientras Cristo está purificando el santuario, en la tierra los adoradores deberían revisar cuidadosamente su vida y comparar su carácter con la norma de justicia. Al ver sus defectos, deberían buscar la ayuda del Espíritu de Dios que los capacite para tener fortaleza moral para resistir las tentaciones de Satanás y alcanzar la perfección de la norma. Pueden ser vencedores sobre las mismas tentaciones que parecían demasiado fuertes como para que la humanidad las soportara; porque el poder divino se combinará con el esfuerzo humano, y Satanás no puede vencerlos. Todo el cielo ha estado observando con interés, y listo para hacer cualquier cosa que Dios pueda señalar, a fin de ayudar a hombres y mujeres para que lleguen a ser lo que Dios quiere que sean. Dios obrará en favor de sus hijos, pero no sin su cooperación. Deben tener energía indomable y un deseo constante de ser todo lo que les es posible llegar a ser. Deberían tratar de cultivar sus facultades y desarrollar caracteres que sean idóneos para un cielo santo. Entonces, y sólo entonces, los siervos de Dios serán luces refulgentes y brillantes en el mundo. Entonces tendrán energía en su vida cristiana, porque pondrán todas sus facultades en la tarea y responderán a los esfuerzos que se han hecho para elevarlos, refinarlos y purificarlos, a fin de que puedan brillar en las cortes celestiales. Pondrán todas sus facultades bajo el control del Espíritu de Dios; estudiarán su Palabra y prestarán atención a su voz para dirigirlos, animarlos, fortalecerlos y promoverlos en su experiencia religiosa. No serán pueriles ni se desviarán por las tentaciones de Satanás. Se negarán a sí mismos, no apelando a sus propias simpatías, porque tendrán un espíritu heroico. Atesorarán las grandes y preciosas verdades de la Palabra de Dios; se alimentarán de ellas y crecerán hasta llegar a ser hombres y mujeres fuertes y bien desarrollados en Cristo, hijos e hijas de Dios. La grandeza de la verdad que contemplan expandirá la mente y elevará el carácter. No serán novicios en la comprensión de la Palabra de Dios, ni pigmeos en la experiencia religiosa. El conflicto con los enemigos de la verdad no los sacudirá ni debilitará sus energías; sólo servirá para acercarlos a Aquel que es poderoso para salvar. Recibirán la disciplina que dará eficiencia a todas sus facultades. El Cielo se acercará a ellos con simpatía y cooperación, y serán de veras un espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres; porque serán caracteres señalados a causa de su pureza, su fortaleza de propósito, su firmeza y su utilidad en el mundo.—The Review and Herald, 8 de abril de 1890.

Recibiréis Poder


Abriendo el corazón, 9 de octubre https://ift.tt/EITVBr4 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. Juan 15:5. El Señor desea hacer del hombre el depósito de la influencia divina, y lo único que impide la realización de su designio es la actitud de los creyentes que cierran sus corazones a la Luz de la vida. La apostasía provocó el retiro del Espíritu Santo del ser humano, pero, mediante el plan de redención, esta bendición del cielo será restaurada a los que sinceramente la desean. El Señor ha prometido dar todos los buenos dones a quienes los pidan, y esto se define cuando viene acompañado del Espíritu Santo. Cuanto más descubramos nuestra necesidad real—nuestra verdadera pobreza—, tanto más desearemos el don del Espíritu Santo. Nuestra vida será transformada, no en canales de ambición y presunción, sino de ferviente súplica, pidiendo la iluminación del cielo. Por cuanto no vemos nuestra necesidad ni percibimos nuestra pobreza, no hacemos fervorosos ruegos mirando a Jesús, el Autor y Consumador de nuestra fe, para que nos otorgue la bendición... Jesús dijo: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá”. Mateo 7:7. En proporción a nuestro aprecio de la necesidad y valor de las cosas celestiales, buscaremos alcanzarlas. “Separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5), dijo Jesús. Sin embargo, muchos piensan que el hombre puede realizar mucho con su fuerza y sabiduría finitas. Satanás está listo para ofrecer su consejo a fin de ganar muchas personas en el juego de la vida. Cuando los hombres no sienten la necesidad de pedir consejo a sus hermanos, algo anda mal; confían en su propia sabiduría. Es esencial que los hermanos se aconsejen recíprocamente. He sido impulsada a estimular esto durante los últimos cuarenta y cinco años. Una y otra vez se me ha repetido la instrucción de que los que se ocupan de tareas importantes en la causa de Dios, no deberían seguir sus propias ideas, sino buscar consejo entre los suyos.—Manuscript Releases 2:333.

Nuestra Elevada Vocacion


El cielo es barato a cualquier precio, 9 de octubre https://ift.tt/Uscr9IN Y cualquiera que no trae su cruz, y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. Lucas 14:27. Es demasiado cierto que la gran masa que posee habilidad y talento no elige viajar por el camino cristiano. ¿Son su talento y su habilidad demasiado preciosos para dedicarlos al Dador, al Señor del cielo y la tierra? ... Muchos serían seguidores de Cristo si él descendiera de la cruz y se presentara ante ellos en la forma en que ellos desean. Si viniera con riquezas y placeres, muchos lo recibirían alegremente, y se apresurarían a coronarlo como el Señor de todo. Si sólo pusiera a un lado su humillación y sus sufrimientos y exclamara: “El que quiere venir en pos de mí, agrádese a sí mismo y goce del mundo y será mi discípulo”, multitudes creerían en él. Pero el bendito Jesús no vendrá a nosotros en ninguna otra forma, sino como el manso y humilde crucificado. Debemos participar de su abnegación y sufrimientos aquí, si queremos tomar la corona en el más allá. ... La Palabra de Dios no ha ampliado el camino angosto, y si las multitudes han encontrado un camino donde pueden llevar una forma de piedad y no llevar la cruz o sufrir tribulación, han encontrado un camino por donde nuestro Salvador no anduvo y siguen otro ejemplo que no es el que Cristo nos dejó. ¿No es suficiente que Jesús haya dejado la felicidad y la gloria del cielo, que haya llevado una vida de pobreza y de profunda aflicción, y que haya muerto de una muerte cruel y vergonzosa para proporcionarnos los gozos de la santidad y el cielo? ¿Y podría ser que nosotros, los objetos indignos de una condescendencia y un amor tan grandes, busquemos una parte mejor en esta vida de la que se le dió a nuestro Redentor?—Carta 2, 1861, pp. 2-5. ¡Cuán fácil sería el camino que lleva al cielo si no exigiera la abnegación o la cruz! ¡Cómo se apresurarían los mundanos a correr hacia el camino, y cómo viajarían los hipócritas por él en número incontable! Gracias a Dios por la cruz y por la abnegación. La ignominia y la vergüenza que nuestro Salvador soportó por nosotros no es demasiado humillante para aquellos salvados por la compra de su sangre. Verdaderamente el cielo resulta barato.—Carta 9, 1873, pp. 3.

Exaltad a Jesús


Exaltad a Jesús
La unidad en la iglesia, 9 de octubre https://ift.tt/xV4hndb La multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma. Hechos 4:32. Cuando el Espíritu Santo fue derramado sobre la iglesia temprana, “la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma”. Hechos 4:32. El Espíritu de Cristo los hizo uno. Este es el fruto de permanecer en Cristo... Necesitamos la iluminación divina. Todo individuo está luchando para llegar a ser un centro de influencia, y hasta que Dios no trabaje por su pueblo no verán que la subordinación a él es la única seguridad para toda alma. Su gracia transformadora en los corazones humanos conducirá a la unidad, una unidad que todavía no ha sido lograda, pues todos los que son asimilados por Cristo estarán en armonía los unos con los otros. El Espíritu Santo creará unidad. La oración de Cristo a su Padre, contenida en el capítulo 17 de Juan, ha de ser el credo de nuestra iglesia. Nos muestra que nuestras diferencias y desuniones deshonran a Dios... No se da ningún consejo ni autorización a quienes creen que el mensaje del tercer ángel debe guiarlos para que puedan apartarse. Podéis tener este problema resuelto para siempre en vuestra mente. Es el plan de mentes no santificadas lo que estimula un estado de desunión. Los sofismas de los hombres pueden parecer rectos a sus propios ojos, pero no son verdad y justicia. “Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,... y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo”. Efesios 2:14-16. Cristo es el vínculo de unión en la cadena de oro que une a los creyentes y los mantiene en unidad con Dios. No debe haber separación en este gran tiempo de prueba... Los hijos de Dios constituyen una sola unidad en Cristo, quien presenta su cruz como el centro de atracción. Todos los que creen son uno en él. Sentimientos humanos inducirán a algunos hombres a tomar la obra en sus propias manos, y la edificación se vuelve entonces desproporcionada. El Señor por lo tanto emplea una variedad de dones para hacer que el edificio sea simétrico. Ni un solo rasgo de la verdad ha de ser escondido o disminuido. Dios no puede ser glorificado a menos que el edificio, “bien coordinado, vaya creciendo para ser un templo santo en el Señor”. Esto comprende un tema grandioso, y los que entienden la verdad para este tiempo deben prestar atención a cómo escuchan, y cómo edifican, y cómo educan a otros a practicarla.—Mensajes Selectos 3:21-23. Cuando toda especificación que Cristo ha dado haya sido puesta por obra con el verdadero espíritu cristiano, entonces, y solamente entonces, el cielo ratifica la decisión de la iglesia, porque sus miembros tienen la mente de Cristo y hacen lo que él haría si estuviera en la tierra.—Ibíd.
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En los Lugares Celestiales


En los Lugares Celestiales
Ayudándonos los unos a los otros, 9 de octubre https://ift.tt/zoAQHpB Sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo. Efesios 4:15. Ojalá nos comprometiéramos en nuestros corazones a no pronunciar una sola palabra contra un hermano o una hermana. Recordad que ellos también son tentados, y quizá con más fuerza que vosotros, y si refrenáis vuestra lengua como con un freno, entonces demostraréis que amáis a Dios... Los que están verdaderamente más descarriados, tienen la más grande necesidad de vuestra ayuda. No murmuréis respecto a ellos ni señaléis sus defectos, sino acercaos a ellos en el amor de Jesús y en el amor de la verdad y procurad ayudarlos. Entonces seréis hacedores de la Palabra, representando el espíritu de Cristo. Cuando estéis preocupados con dudas y tinieblas circunden vuestra propia alma, la mejor conducta que podéis seguir para salir de esa oscuridad es ayudar a algún otro que está desanimado. Cuando tratáis de elevar a otros, he aquí que os estáis elevando a vosotros mismos en una estrecha conexión con Dios. Cuando demostráis bondad a otros, os ayudáis a vosotros mismos, pues la misma buena voluntad se volverá a reflejar en vosotros. El hombre que tiene más de Cristo en el alma, manifestará la más tierna simpatía por las almas que necesitan ayuda... Siempre habrá descarriados entre vosotros, y ahí es donde podéis demostrar el carácter de un cristiano. No los apartéis de vosotros, sino que si poseéis la luz, haced que brille sobre ellos, y en esta forma podéis ayudarlos a encaminarse hacia el cielo. Toda alma que posea el espíritu de Cristo realizará las obras de Cristo. Y si alguno ve a otro extraviado lejos de Cristo, sentirá como Cristo sintió en cuanto a la oveja perdida. Había noventa y nueve en el redil, pero él salió en busca de la que se había extraviado. Este es el espíritu que debemos manifestar... “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor”. Colosenses 3:16.—Manuscrito 33, 1885.
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En los Lugares Celestiales


Ayudándonos los unos a los otros, 9 de octubre https://ift.tt/zoAQHpB Sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo. Efesios 4:15. Ojalá nos comprometiéramos en nuestros corazones a no pronunciar una sola palabra contra un hermano o una hermana. Recordad que ellos también son tentados, y quizá con más fuerza que vosotros, y si refrenáis vuestra lengua como con un freno, entonces demostraréis que amáis a Dios... Los que están verdaderamente más descarriados, tienen la más grande necesidad de vuestra ayuda. No murmuréis respecto a ellos ni señaléis sus defectos, sino acercaos a ellos en el amor de Jesús y en el amor de la verdad y procurad ayudarlos. Entonces seréis hacedores de la Palabra, representando el espíritu de Cristo. Cuando estéis preocupados con dudas y tinieblas circunden vuestra propia alma, la mejor conducta que podéis seguir para salir de esa oscuridad es ayudar a algún otro que está desanimado. Cuando tratáis de elevar a otros, he aquí que os estáis elevando a vosotros mismos en una estrecha conexión con Dios. Cuando demostráis bondad a otros, os ayudáis a vosotros mismos, pues la misma buena voluntad se volverá a reflejar en vosotros. El hombre que tiene más de Cristo en el alma, manifestará la más tierna simpatía por las almas que necesitan ayuda... Siempre habrá descarriados entre vosotros, y ahí es donde podéis demostrar el carácter de un cristiano. No los apartéis de vosotros, sino que si poseéis la luz, haced que brille sobre ellos, y en esta forma podéis ayudarlos a encaminarse hacia el cielo. Toda alma que posea el espíritu de Cristo realizará las obras de Cristo. Y si alguno ve a otro extraviado lejos de Cristo, sentirá como Cristo sintió en cuanto a la oveja perdida. Había noventa y nueve en el redil, pero él salió en busca de la que se había extraviado. Este es el espíritu que debemos manifestar... “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor”. Colosenses 3:16.—Manuscrito 33, 1885.

Cada Día con Dios


Imitemos el modelo, 9 de octubre https://ift.tt/1Vgibe6 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús. Efesios 2:4-6. Donde se encuentra el Espíritu de Dios, hallamos humildad, paciencia, bondad y tolerancia; hallamos ternura de alma, y una dulzura que sabe a Cristo. Pero estos frutos no se manifiestan en los inconversos. Mientras más necesitan humillarse delante de Dios, menos comprenden su verdadera situación, y más confianza propia ostentan. Mientras más pretenden ser dirigidos por Dios, más insoportables resultan para los que los rodean, más incapaces de recibir reprensión, más impacientes y discutidores, y menos sensibles a su necesidad de consejo. En lugar de ser humildes y amables, acequibles, llenos de misericordia, amor y buenos frutos, son exigentes y tiranos. En lugar de ser rápidos para oír y lentos para hablar, son lentos para oír y rápidos para hablar. No están dispuestos a aprender de nadie. Su carácter es fogoso y vehemente. Hay una determinación y una fiereza que se echan de ver en su mismo aspecto y su talante. Hablan y actúan como si estuvieran dispuestos a sacarle la obra a Dios de las manos, y a juzgar por sí mismos a todos los que creen que están equivocados. El verdadero discípulo tratará de imitar el Modelo. El amor de Cristo lo conducirá a la perfecta obediencia. Tratará de hacer la voluntad de Dios en la tierra, así como se hace en el cielo. Aquel cuyo corazón todavía está contaminado por el pecado, no puede ser celoso para hacer buenas obras; no es cuidadoso para abstenerse del mal; no ejerce vigilancia sobre sus propios motivos y su conducta, ni dominio sobre su lengua desenfrenada, ni cuidado para someter el yo y llevar la cruz de Cristo. Esas pobres almas engañadas no guardan los cuatro primeros mandamientos del Decálogo, que definen el deber del hombre hacia Dios, ni los últimos seis que señalan su deber hacia su prójimo. Los frutos del Espíritu, que gobiernan el corazón y controlan la vida son: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, entrañas de misericordia y humildad de mente. Los verdaderos creyentes andan de acuerdo con el Espíritu y éste mora en ellos.—Manuscrito 1, del 9 de octubre de 1878, “Dificultades en la Iglesia”.

Cada Día con Dios


Cada Día con Dios
Imitemos el modelo, 9 de octubre https://ift.tt/1Vgibe6 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús. Efesios 2:4-6. Donde se encuentra el Espíritu de Dios, hallamos humildad, paciencia, bondad y tolerancia; hallamos ternura de alma, y una dulzura que sabe a Cristo. Pero estos frutos no se manifiestan en los inconversos. Mientras más necesitan humillarse delante de Dios, menos comprenden su verdadera situación, y más confianza propia ostentan. Mientras más pretenden ser dirigidos por Dios, más insoportables resultan para los que los rodean, más incapaces de recibir reprensión, más impacientes y discutidores, y menos sensibles a su necesidad de consejo. En lugar de ser humildes y amables, acequibles, llenos de misericordia, amor y buenos frutos, son exigentes y tiranos. En lugar de ser rápidos para oír y lentos para hablar, son lentos para oír y rápidos para hablar. No están dispuestos a aprender de nadie. Su carácter es fogoso y vehemente. Hay una determinación y una fiereza que se echan de ver en su mismo aspecto y su talante. Hablan y actúan como si estuvieran dispuestos a sacarle la obra a Dios de las manos, y a juzgar por sí mismos a todos los que creen que están equivocados. El verdadero discípulo tratará de imitar el Modelo. El amor de Cristo lo conducirá a la perfecta obediencia. Tratará de hacer la voluntad de Dios en la tierra, así como se hace en el cielo. Aquel cuyo corazón todavía está contaminado por el pecado, no puede ser celoso para hacer buenas obras; no es cuidadoso para abstenerse del mal; no ejerce vigilancia sobre sus propios motivos y su conducta, ni dominio sobre su lengua desenfrenada, ni cuidado para someter el yo y llevar la cruz de Cristo. Esas pobres almas engañadas no guardan los cuatro primeros mandamientos del Decálogo, que definen el deber del hombre hacia Dios, ni los últimos seis que señalan su deber hacia su prójimo. Los frutos del Espíritu, que gobiernan el corazón y controlan la vida son: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, entrañas de misericordia y humildad de mente. Los verdaderos creyentes andan de acuerdo con el Espíritu y éste mora en ellos.—Manuscrito 1, del 9 de octubre de 1878, “Dificultades en la Iglesia”.
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Alza tus Ojos


Alza tus Ojos
No le rindan gloria al yo, 9 de octubre https://ift.tt/tQFROSL Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová. Jeremías 9:23, 24. En... [nuestra] obra por el Maestro, el yo está oculto. El lenguaje del corazón es: El debe crecer y yo menguar. No existe tal cosa como la inactividad espiritual o la holgazanería. El amor al yo muere, el amor a Jesús arde en el altar del alma. No hay lugar para la ambición mundana, egoísta, común o baja, porque estamos viviendo en su presencia, haciendo su obra, y estamos en contacto con Jesucristo y su vida. Su carácter y su trabajo nos absorben completamente. La vida llega a ser imperceptiblemente una con Cristo, como El lo fue con el Padre. La verdad, la luz y la vida, están entretejidas con la forma de vida y el carácter; y las aspiraciones son elevadas, puras, desinteresadas, conforme al orden del cielo. Los tales crecen diariamente en el conocimiento de Dios y de Jesucristo. Muestran eficiencia moral pero no se alaban a sí mismos... Si alguna vez un pueblo necesitó percepción espiritual, vigor, una fe firme y poder en la oración, es el pueblo que asevera estar guardando los mandamientos de Dios y estar esperando que el Señor Jesucristo venga en las nubes del cielo con poder y gran gloria... El amor por Cristo siempre se verá en los que son obreros juntamente con Dios. Los pensamientos y motivos vulgares, terrenales, son descartados, a medida que el amor por el Redentor crece. Nadie, no importa cuán débil sea en fe, esperanza y valor, necesita desesperarse, pues Cristo ha provisto ayuda divina en combinación con el esfuerzo humano. El trabaja constantemente para atraer el alma a una atmósfera pura y santa. Conoce nuestras debilidades y las perplejidades que encontrarnos doquier en este mundo. Se nos brindará asistencia a cada paso que avancemos. Cuando el alma que lucha y se esfuerza con ahínco es cercada por dolencias y rodeada de enemigos para desanimarla, el Consolador se acerca. El Espíritu Santo ayuda nuestras flaquezas. Debemos, para vencer, usar los medios colocados a nuestro alcance. Debemos vestirnos del Señor Jesucristo por fe, con su justicia y no confiar en nuestros propios méritos. Muchos procuran estar presentes en la cena de bodas del Cordero con sus propias vestiduras corrientes, desechando el manto tejido en el telar del cielo preparado para todos a un precio infinito, como una dádiva gratuita para sus huéspedes que participarán de su cena. Hemos de usar el uniforme del cielo. Debemos estar ataviados con la justicia de Cristo e ir a la guerra a sus expensas y bajo su estandarte ensangrentado, o no somos de El.—Manuscrito 41, del 9 de octubre de 1890, “Diario: Labores en el Centro Adán”.
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No le rindan gloria al yo, 9 de octubre https://ift.tt/tQFROSL Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová. Jeremías 9:23, 24. En... [nuestra] obra por el Maestro, el yo está oculto. El lenguaje del corazón es: El debe crecer y yo menguar. No existe tal cosa como la inactividad espiritual o la holgazanería. El amor al yo muere, el amor a Jesús arde en el altar del alma. No hay lugar para la ambición mundana, egoísta, común o baja, porque estamos viviendo en su presencia, haciendo su obra, y estamos en contacto con Jesucristo y su vida. Su carácter y su trabajo nos absorben completamente. La vida llega a ser imperceptiblemente una con Cristo, como El lo fue con el Padre. La verdad, la luz y la vida, están entretejidas con la forma de vida y el carácter; y las aspiraciones son elevadas, puras, desinteresadas, conforme al orden del cielo. Los tales crecen diariamente en el conocimiento de Dios y de Jesucristo. Muestran eficiencia moral pero no se alaban a sí mismos... Si alguna vez un pueblo necesitó percepción espiritual, vigor, una fe firme y poder en la oración, es el pueblo que asevera estar guardando los mandamientos de Dios y estar esperando que el Señor Jesucristo venga en las nubes del cielo con poder y gran gloria... El amor por Cristo siempre se verá en los que son obreros juntamente con Dios. Los pensamientos y motivos vulgares, terrenales, son descartados, a medida que el amor por el Redentor crece. Nadie, no importa cuán débil sea en fe, esperanza y valor, necesita desesperarse, pues Cristo ha provisto ayuda divina en combinación con el esfuerzo humano. El trabaja constantemente para atraer el alma a una atmósfera pura y santa. Conoce nuestras debilidades y las perplejidades que encontrarnos doquier en este mundo. Se nos brindará asistencia a cada paso que avancemos. Cuando el alma que lucha y se esfuerza con ahínco es cercada por dolencias y rodeada de enemigos para desanimarla, el Consolador se acerca. El Espíritu Santo ayuda nuestras flaquezas. Debemos, para vencer, usar los medios colocados a nuestro alcance. Debemos vestirnos del Señor Jesucristo por fe, con su justicia y no confiar en nuestros propios méritos. Muchos procuran estar presentes en la cena de bodas del Cordero con sus propias vestiduras corrientes, desechando el manto tejido en el telar del cielo preparado para todos a un precio infinito, como una dádiva gratuita para sus huéspedes que participarán de su cena. Hemos de usar el uniforme del cielo. Debemos estar ataviados con la justicia de Cristo e ir a la guerra a sus expensas y bajo su estandarte ensangrentado, o no somos de El.—Manuscrito 41, del 9 de octubre de 1890, “Diario: Labores en el Centro Adán”.

A Fin de Conocerle


La vida dirigida por la ley de Dios, 9 de octubre https://ift.tt/HU41mWG Ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar. Mateo 11:27. Jesús vino para manifestar el carácter de Dios viviendo dirigido por la ley de Jehová. En cada lección dada a sus discípulos y a la gente, procuró definir claramente sus principios. Por su obediencia personal a la ley, dio un santo significado a los deberes comunes de la vida. Vivió como hombre entre los hombres. ... Vivió entre la gente. Compartió su pobreza y sus preocupaciones. Dignificó la vida en todos sus detalles manteniendo delante de los hombres la gloria de Dios y subordinando todas las cosas a la voluntad de su Padre. Su vida se caracterizó por su amor supremo a Dios y su amor ferviente a sus semejantes. Su vida, desde su comienzo hasta su final, estuvo señalada por la abnegación y el sacrificio. En la cruz del Calvario, realizó el gran sacrificio de sí mismo en beneficio de la humanidad, para que todo el mundo tuviera salvación si así lo quería. Cristo estaba oculto en Dios, y Dios fue revelado al mundo en el carácter de su Hijo. Cada día, en cada acto de su vida, se manifestaba su amor por el mundo perdido. Los que están imbuidos de su Espíritu trabajarán en la misma forma como trabajó Cristo. En Cristo, la luz y el amor de Dios se manifestaron en la naturaleza humana. Ningún ser humano ha poseído una naturaleza tan sensible como la del Santo de Dios, que fue el prototipo de lo que la humanidad puede llegar a ser si recibe la naturaleza divina. Cristo imputa sus méritos e imparte su poder a los que creen en él como su Salvador personal. A los que acuden a él cargados con sus aflicciones, chascos y pruebas, les proporciona descanso y paz. El alma ve su necesidad de arrepentimiento iluminada por la gracia de Cristo, ... y es inducida a mirar a Cristo por fe, comprendiendo que su mérito es eficaz para salvar hasta lo último a todos los que acuden a Dios mediante él.—The Youth’s Instructor, 16 de agosto de 1894.

A Fin de Conocerle


A Fin de Conocerle
La vida dirigida por la ley de Dios, 9 de octubre https://ift.tt/HU41mWG Ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar. Mateo 11:27. Jesús vino para manifestar el carácter de Dios viviendo dirigido por la ley de Jehová. En cada lección dada a sus discípulos y a la gente, procuró definir claramente sus principios. Por su obediencia personal a la ley, dio un santo significado a los deberes comunes de la vida. Vivió como hombre entre los hombres. ... Vivió entre la gente. Compartió su pobreza y sus preocupaciones. Dignificó la vida en todos sus detalles manteniendo delante de los hombres la gloria de Dios y subordinando todas las cosas a la voluntad de su Padre. Su vida se caracterizó por su amor supremo a Dios y su amor ferviente a sus semejantes. Su vida, desde su comienzo hasta su final, estuvo señalada por la abnegación y el sacrificio. En la cruz del Calvario, realizó el gran sacrificio de sí mismo en beneficio de la humanidad, para que todo el mundo tuviera salvación si así lo quería. Cristo estaba oculto en Dios, y Dios fue revelado al mundo en el carácter de su Hijo. Cada día, en cada acto de su vida, se manifestaba su amor por el mundo perdido. Los que están imbuidos de su Espíritu trabajarán en la misma forma como trabajó Cristo. En Cristo, la luz y el amor de Dios se manifestaron en la naturaleza humana. Ningún ser humano ha poseído una naturaleza tan sensible como la del Santo de Dios, que fue el prototipo de lo que la humanidad puede llegar a ser si recibe la naturaleza divina. Cristo imputa sus méritos e imparte su poder a los que creen en él como su Salvador personal. A los que acuden a él cargados con sus aflicciones, chascos y pruebas, les proporciona descanso y paz. El alma ve su necesidad de arrepentimiento iluminada por la gracia de Cristo, ... y es inducida a mirar a Cristo por fe, comprendiendo que su mérito es eficaz para salvar hasta lo último a todos los que acuden a Dios mediante él.—The Youth’s Instructor, 16 de agosto de 1894.
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¡Maranata: El Senor Viene!


Las cavernas de la Tierra, 9 de octubre https://ift.tt/AwiIF6z Y se meterán en las cavernas de las peñas y en las aberturas de la tierra, por la presencia temible de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando él se levante para castigar la tierra. Isaías 2:19. Los que estaban ocultos habían sido esparcidos por causa de la enemistad de los hombres hacia la ley de Jehová. Habían sido oprimidos por todos los poderes del mundo. Habían sido esparcidos en las cavernas de la tierra como resultado de la violencia de sus adversarios, por cuanto habían sido leales y obedientes a las leyes de Jehová. Pero llegará la liberación para el pueblo de Dios. El Señor se mostrará a sus enemigos como un Dios que retribuye justamente... De las cavernas de la tierra, que han sido el escondite secreto del pueblo de Dios, serán llamados para ser sus testigos fieles y verdaderos. Las personas que han hecho alarde de su rebelión, cumplirán lo que se nos presenta en Apocalipsis 6:15-17. En esas mismas cavernas encontrarán las declaraciones exactas acerca de la verdad, en cartas y publicaciones, que testifican contra ellos. Los pastores que condujeron sus ovejas por senderos falsos oirán las acusaciones que se les harán entonces: “Fuisteis vosotros los que considerasteis livianamente la verdad. Fuisteis vosotros los que nos dijisteis que la ley de Dios había sido abrogada, que era un yugo de servidumbre. Fuisteis vosotros los que proclamasteis falsas doctrinas cuando estábamos convencidos de que los adventistas tenían la verdad. La sangre de nuestras almas está sobre vuestras vestiduras sacerdotales... ¿Qué haremos los que escuchamos vuestra torcida interpretación de las Escrituras...?” Cuando Cristo venga a vengarse de los que educaron y prepararon a la gente para transgredir el sábado de Dios, derribar su monumento, y hollar con sus pies el alimento de su prado, las lamentaciones serán en vano. Los que confiaron en los falsos pastores tenían la Palabra de Dios para indagar por sí mismos, y descubrirán que Dios juzgará a todo hombre que haya tenido la verdad y se haya apartado de la luz porque exigía abnegación e implicaba llevar una cruz. Las rocas y las montañas no pueden ocultarlos de la indignación del que se sienta en el trono ni de la ira del Cordero.29Carta 86, 1900.

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Comentarios Elena G.W para la Escuela Sabática https://ift.tt/YacKmvH Así dio Cristo su mandato a sus discípulos. Proveyó ampliamente para la prosecución de la obra y tomó sobre sí la responsabilidad de su éxito. Mientras ellos obedeciesen su palabra y trabajasen en relación con él, no podrían fracasar. Id a todas las naciones, les ordenó. Id hasta las partes más lejanas del globo habitable, pero sabed que mi presencia estará allí. Trabajad con fe y confianza, porque nunca llegará el momento en que yo os abandone. El mandato que dio el Salvador a los discípulos incluía a todos los creyentes en Cristo hasta el fin del tiempo. Es un error fatal suponer que la obra de salvar almas solo depende del ministro ordenado. Todos aquellos a quienes llegó la inspiración celestial, reciben el evangelio en cometido. A todos los que reciben la vida de Cristo se les ordena trabajar para la salvación de sus semejantes. La iglesia fue establecida para esta obra, y todos los que toman sus votos sagrados se comprometen por ello a colaborar con Cristo (El Deseado de todas las gentes, p. 761). Una obra grande y solemne se extiende delante del pueblo de Dios. Tiene que acercarse a Cristo mediante la abnegación y el sacrificio, con el solo objeto de dar el mensaje de misericordia a todo el mundo. Algunos trabajarán de una manera y otros de otra, de acuerdo con la dirección de Dios. Pero todos deben luchar juntos, tratando de llevar la obra a su total conclusión. Los siervos de Dios deben trabajar para él por medio de la pluma y la voz. Hay que traducir la palabra impresa, llena de la verdad, a distintos idiomas. Hay que predicar el evangelio a todos los pueblos (Cada día con Dios, p. 219). Tan pronto como uno acude a Cristo nace en el corazón un vivo deseo de hacer saber a otros cuán precioso amigo encontró en el Señor Jesús. La verdad salvadora y santificadora no puede permanecer encerrada en el corazón. Si estamos revestidos de la justicia de Cristo y rebosamos de gozo por la presencia de su Espíritu, no podremos guardar silencio. Si hemos probado y visto que el Señor es bueno, tendremos algo que decir a otros… Anhelaremos seguir en la senda que Jesús recorrió y desearemos que quienes nos rodean puedan ver al “Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. Juan 1:29. Y el esfuerzo por hacer bien a otros se tornará en bendiciones para nosotros mismos. Tal era el designio de Dios al darnos una parte que hacer en el plan de redención. Él concedió a los hombres el privilegio de ser hechos participantes de la naturaleza divina y de difundir a su vez bendiciones para sus hermanos. Este es el honor más alto y el gozo mayor que Dios pueda conferir a los hombres. Los que así participan en trabajos de amor son los que más se acercan a su Creador (El camino a Cristo, pp. 78, 79).

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374