Dios nos Cuida

Para poseer la riqueza inescrutable de Cristo, 29 de abril Que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu. Efesios 3:16. https://ift.tt/8apG5gn Los temas de la redención son temas importantes, y sólo aquellos que están orientados espiritualmente pueden discernir su profundidad y significado. Encontramos nuestra seguridad y gozo al espaciarnos en las verdades del plan de salvación. La fe y la oración son necesarias para poder contemplar las profundas cosas de Dios. Nuestras mentes están tan atadas por ideas estrechas que apenas tenemos una visión limitada de la experiencia que es nuestro privilegio tener... ¿Por qué es que muchos que profesan tener fe en Cristo no tienen fuerza para resistir a las tentaciones del enemigo? Es porque no son fortalecidos con poder por su Espíritu en el hombre interior. El apóstol ora: “A fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”. Efesios 3:17-19. Si tuviéramos esta experiencia, conoceríamos algo de la cruz del Calvario. Sabríamos qué significa ser participantes con Cristo en sus sufrimientos. El amor de Cristo nos constreñiría, y aunque no fuéramos capaces de explicar cómo el amor de Cristo alienta nuestros corazones, manifestaríamos su amor en una fervorosa devoción a su causa. Pablo abre ante la iglesia de Efeso, con el lenguaje más comprensivo, el maravilloso poder y conocimiento que podían poseer como hijos e hijas del Altísimo. Ellos podían ser “fortalecidos con poder”, podían ser “arraigados y cimentados en amor”, podían “conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento”... Jehová Emanuel, en él están ocultos todos los tesoros de sabiduría y conocimiento. Ser puestos en simpatía con él, poseerlo, a medida que el corazón se abre cada vez más para recibir sus atributos: conocer su amor y poder, poseer la riqueza inescrutable de Cristo... “ésta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová”. Isaías 54:17.
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Conflicto y Valor

“Que yo y mi casa...”, 29 de abril Josué 24. https://ift.tt/mfX7u4k Escogeos hoy a quién sirváis. Josué 24:15. Al percatarse Josué de que los achaques de la vejez le invadían sigilosamente y que pronto su obra terminaría, se llenó de ansiedad por el futuro de su pueblo. Con interés más que paternal se dirigió a ellos cuando estuvieron reunidos una vez más alrededor de su anciano jefe... Por indicación de Josué se había traído el arca de Silo. Era una ocasión muy solemne, y este símbolo de la presencia de Dios iba a profundizar la impresión que él deseaba hacer sobre el pueblo. Después de exponer la bondad de Dios hacia Israel, los invitó en el nombre de Jehová a que decidieran a quién querían servir. El culto de los ídolos seguía practicándose hasta cierto punto, en secreto, y Josué trató ahora de inducirlos a hacer una decisión que desterrara este pecado de Israel... Josué deseaba lograr que sirvieran a Dios, no a la fuerza, sino voluntariamente... “Que yo y mi casa—dijo Josué—serviremos a Jehová”. El mismo santo celo que inspiraba el corazón del jefe se comunicó al pueblo. Sus exhortaciones le arrancaron esta respuesta espontánea: “Nunca tal acontezca, que dejemos a Jehová por servir a otros dioses”... Josué trató de hacer que sus oyentes pesaran muy bien sus palabras, y que desistieran de hacer votos para cuyo cumplimiento no estaban preparados. Con profundo fervor repitieron esta declaración: “No, antes a Jehová serviremos”. Consintiendo solemnemente en atestiguar contra sí mismos que habían escogido a Jehová, una vez más reiteraron su promesa de lealtad: “A Jehová nuestro Dios serviremos, y a su voz obedeceremos”... La obra de Josué en favor de Israel había terminado. Había cumplido “siguiendo a Jehová”, y en el libro de Dios se lo llamó “el siervo de Jehová”. El testimonio más noble que se da acerca de su carácter como caudillo del pueblo es la historia de la generación que disfrutó de sus labores. “Y sirvió Israel a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que vinieron después de Josué”. Historia de los Patriarcas y Profetas, 559, 561-563.
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Cada Día con Dios

Compromiso total, 29 de abril Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Deuteronomio 6:4, 5. https://ift.tt/3SyY7G0 Hubo ángeles que fueron expulsados del cielo porque no quisieron obrar en armonía con Dios. Cayeron de su elevada condición porque querían exaltarse a sí mismos. Habían llegado a esa situación porque se olvidaron de que su hermosura física y de carácter provenían del Señor Jesús. El hecho que los ángeles [caídos] querían ocultar era que Cristo es el unigénito Hijo de Dios, y por eso llegaron a la conclusión de que no tenían por qué consultar a Jesús. Un ángel comenzó el conflicto y lo fomentó hasta que hubo rebelión entre los ángeles en las cortes celestiales. Se exaltaron debido a su belleza. Todos deberían aprender su lección de esto, en el sentido de que son individualmente responsables ante Dios. Si aman a Dios con todo el corazón, serán sabios para la salvación. Harán su voluntad y su luz siempre será su gloria y no se apagará porque reconocen, temen y sirven a su Señor. La solemne obra que recae sobre cada ser consiste en considerar que es siervo de Jesucristo, solemnemente comprometido por sus votos bautismales a vestirse de la justicia de Cristo. ¿Seguiremos el ejemplo viviente del Señor Jesucristo? Se me ha instruido que cada creyente debe velar en oración, para que no fracase en la batalla de la vida cristiana. Cada alma debiera buscar diariamente al Señor con un ferviente propósito de mañana, de tarde y de noche, para que la mente se espacie en la Palabra de Dios, con el fin de comprender sus requerimientos. El asunto más importante consiste en servir al Señor con corazón indiviso, y tratar de ser, con el corazón y la mente, propiedad del Señor. Todos los que acudan al Salvador en procura de consejo recibirán la ayuda que necesitan, si vienen humildemente, y se aferran con firmeza de esta promesa: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá”. Mateo 7:7... Levante las normas, mi hermano, comenzando con una entrega completa, y continuando con la sencilla obediencia a todos los mandamientos del Señor, de acuerdo con sus directivas especiales. No se debe descuidar ninguna de las cosas importantes especificadas en su Palabra.—Carta 42, del 29 de abril de 1910, dirigida al pastor D. A. Parsons, ministro en el sur de California.
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A Fin de Conocerle

Los méritos de la sangre de Jesús, 29 de abril En Jehová se gloriará mi alma; lo oirán los mansos, y se alegraran. Salmos 34:2. https://ift.tt/abnMKXZ El verdadero cristiano... comprende que se ha hecho para él un sacrificio infinito, y que su vida es de valor inestimable por los méritos de la sangre, intercesión y justicia de Jesús. Pero al paso que comprende el excelso privilegio de los hijos de Dios, su alma se llena de humildad. No hay jactancia de santidad en los labios de los que caminan a la sombra de la cruz del Calvario. Sienten que fueron sus pecados los que causaron la agonía que quebrantó el corazón del Hijo de Dios... Los que viven más cerca de Jesús, sienten más profundamente su propia indignidad y su sola esperanza está en los méritos de un Salvador crucificado y resucitado. Como Moisés, han tenido una visión de una pavorosa majestad de santidad, y ven tan solo su propia insuficiencia en contraste con la pureza y la exaltada belleza de Jesús. ¿No hay ocasión para la humildad? ¿No hay necesidad de que sintamos nuestra plena dependencia de Cristo cada día y cada hora?... Él tomó sobre sí nuestra naturaleza, y se hizo pecado por nosotros, para que podamos hallar remisión de “los pecados pasados” (Romanos 3:25), y por su divina gracia y fortaleza podamos cumplir los requerimientos de la ley. Quienquiera que tome la posición de que no significa nada si guardamos o no los mandamientos de Dios, no conoce a Cristo. Jesús dice: “He guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor” (Juan 15:10), y los que siguen a Jesús, harán como él ha hecho... Satanás tratará de atraeros para que entréis en las sendas del pecado, prometiendo que algún bien maravilloso resultará de la transgresión de la ley de Dios; pero es un engañador. Tan solo busca vuestra ruina... Cristo vino para quebrantar el dominio del maligno... y para dar libertad a los cautivos. El hombre se ha debilitado tanto con la transgresión, que no posee suficiente poder moral para apartarse del servicio de Satanás.—The Review and Herald, 6 de marzo de 1888.
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¡Maranata: El Senor Viene!

Un fundamento firme, 29 de abril Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo. 2 Timoteo 2:19. https://ift.tt/LnyF26W El Señor tendrá un pueblo tan leal como el acero y de fe tan firme como el granito. Sus miembros han de ser sus testigos en el mundo, instrumentos que han de realizar una obra especial y gloriosa en el día de su preparación... Los ministros que han predicado la verdad con todo celo y fervor pueden apostatar y unirse a las filas de nuestros enemigos; acaso ¿transforma esto la verdad de Dios en mentira? “Pero—dice el apóstol—el fundamento de Dios está firme”... Pueden cambiar la fe y los sentimientos de los hombres; pero nunca la verdad de Dios... Es tan cierto que tenemos la verdad como que Dios vive; y Satanás, con todas sus artes y todo su poder infernal, no puede cambiar la verdad de Dios en mentira. Aunque el gran adversario procure anular hasta lo sumo la Palabra de Dios, la verdad fulgurará como una lámpara encendida. El Señor nos ha elegido, y nos ha hecho objetos de su misericordia maravillosa. ¿Nos dejaremos hechizar por las charlas de los apóstatas? ¿Nos colocaremos de parte de Satanás y de su hueste? ¿Nos uniremos con los transgresores de la ley de Dios? Sea más bien nuestra oración: “Señor, pon enemistad entre mí y la serpiente”. Si no estamos en enemistad con sus obras tenebrosas, nos circundarán sus poderosos brazos, y su aguijón estará listo para penetrar en cualquier momento hasta nuestro corazón. Debemos tenerle por enemigo mortal. Debemos oponernos a él en nombre de Cristo. Nuestra obra consiste en seguir adelante. Debemos defender cada pulgada de terreno. Todos los que llevan el nombre de Cristo revístanse de la armadura de justicia.65Joyas de los Testimonios 1:590, 591. Ha llegado el tiempo cuando debemos saber por nosotros mismos por qué creemos lo que creemos... Debemos estar revestidos de la justicia de Cristo si queremos permanecer firmes frente a la iniquidad que prevalece. Debemos mostrar nuestra fe por medio de nuestras obras. Pongamos un buen fundamento para el porvenir, a fin de que podamos asirnos de la vida eterna. Debemos trabajar, no con nuestra propia fuerza, sino con la fortaleza de nuestro resucitado Salvador. ¿Qué estamos dispuestos a hacer por Jesús?66Testimonies for the Church 4:596, 597.
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Sabbath School

Tuesday, April 29 Daniel 7 Comentarios Elena G.W https://ift.tt/xLIu0tU Se ha permitido a toda nación que ha ascendido al escenario de la historia que ocupe su lugar en la tierra para ver si va a cumplir o no el propósito del “Vigilante y Santo”. La profecía ha anunciado el levantamiento y la caída de los grandes imperios del mundo: Babilonia, Medo-Persia, Grecia y Roma. La historia se repitió con cada una de ellas, lo mismo que con naciones menos poderosas. Cada una tuvo su período de prueba, fracasó, su gloria se marchitó, perdió su poder, y su lugar fue ocupado por otra. Aunque las naciones rechazaron los principios de Dios y provocaron con ese rechazamiento su propia ruina, es evidente que el propósito divino predominó y se manifestó en todos sus movimientos (La educación, pp. 176, 177). La corona que se le quitó a Israel pasó sucesivamente a los reinos de Babilonia, Medo-Persia, Grecia y Roma. Dios dice: “Esto no será más, hasta que venga aquel cuyo es el derecho, y yo se lo entregaré”. Ese tiempo está cerca. Las señales de los tiempos declaran hoy que estamos en el umbral de sucesos grandes y solemnes. Todo está en agitación en el mundo. Ante nuestra vista se cumple la profecía del Salvador referente a los sucesos que precederán a su venida: “Oiréis de guerras, y rumores de guerras… Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares”. Mateo 24:6, 7. La época actual es de sumo interés para todos los vivientes. Los gobernantes y estadistas, los hombres que ocupan puestos de confianza y autoridad, los hombres y mujeres que piensan, de toda clase social tienen la atención fija en los sucesos que ocurren alrededor de nosotros. Observan las relaciones tirantes que mantienen las naciones. Observan la tensión que se está apoderando de todo elemento terrenal, y reconocen que está por ocurrir algo grande y decisivo, que el mundo está al borde de una crisis estupenda. En este mismo momento los ángeles están sosteniendo los vientos de contienda para que no soplen hasta que el mundo reciba la advertencia de su próxima condenación; pero se está preparando una tormenta; ya está lista para estallar sobre la tierra; y cuando Dios ordene a sus ángeles que suelten los vientos, habrá una escena tal de lucha, que ninguna pluma podría describirla… Para nosotros, que estamos al borde mismo del cumplimiento de estas grandes escenas, qué momento tan profundo, qué interés tan vivo tienen estas descripciones de lo que está por venir, acontecimientos por los que, desde que nuestros primeros padres salieron del Edén, los hijos de Dios han velado y esperado, anhelado y orado (The Review and Herald, 23 de noviembre, 1905, párr. 5-8, 13; parcialmente en La educación, pp. 179, 180).
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Entrada destacada

¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374