Dios nos Cuida


Fuente de compasión y misericordia, 8 de agosto Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; cetro de justicia es el cetro de tu reino. Salmos 45:6. https://ift.tt/JrlsdVe @seguidores Aunque ascendió a la presencia de Dios y comparte el trono del universo, Jesús no ha perdido nada de su naturaleza compasiva. Hoy el mismo tierno y simpatizante corazón está abierto a todos los pesares de la humanidad. Hoy las manos que fueron horadadas se extienden para bendecir abundantemente a su pueblo que está en el mundo... En todas nuestras pruebas, tenemos un Ayudador que nunca nos falta. El no nos deja solos para que luchemos con la tentación, batallemos contra el mal, y seamos finalmente aplastados por las cargas y tristezas. Aunque ahora esté oculto para los ojos mortales, el oído de la fe puede oír su voz que dice: No temas; yo estoy contigo. Yo soy “el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos”. Apocalipsis 1:18. Los que expulsan la iniquidad de sus corazones y extienden las manos en ferviente súplica a Dios, recibirán la ayuda que sólo Dios puede darles. Se ha pagado un rescate por las almas de los hombres, para que pudieran tener la oportunidad de escapar de la esclavitud del pecado y obtener perdón, pureza y el cielo. Los que frecuentan el trono de la gracia, para ofrecer peticiones sinceras y fervientes en procura de sabiduría y poder divinos, no dejarán de ser siervos de Cristo activos y útiles. Puede ser que no posean grandes talentos, pero con humildad de corazón y firme confianza en Jesús podrán hacer una buena obra al traer almas a Cristo... Miles tienen falsos conceptos de Dios y sus atributos... Dios es un Dios de verdad. Justicia y misericordia son los atributos de su trono. Es un Dios de amor, de piedad y tierna compasión. Así está representado en su Hijo, nuestro Salvador. Es un Dios de paciencia y longanimidad. Si el Ser a quien adoramos y cuyo carácter tratamos de asimilar tiene estas características, estamos adorando al verdadero Dios. Si seguimos a Cristo, sus méritos, que nos son imputados, ascienden ante el Padre como dulce perfume. Y las gracias del carácter de nuestro Salvador, implantadas en nuestros corazones, esparcirán a nuestro alrededor una preciosa fragancia.

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Fuente de compasión y misericordia, 8 de agosto Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; cetro de justicia es el cetro de tu reino. Salmos 45:6. https://ift.tt/JrlsdVe @seguidores Aunque ascendió a la presencia de Dios y comparte el trono del universo, Jesús no ha perdido nada de su naturaleza compasiva. Hoy el mismo tierno y simpatizante corazón está abierto a todos los pesares de la humanidad. Hoy las manos que fueron horadadas se extienden para bendecir abundantemente a su pueblo que está en el mundo... En todas nuestras pruebas, tenemos un Ayudador que nunca nos falta. El no nos deja solos para que luchemos con la tentación, batallemos contra el mal, y seamos finalmente aplastados por las cargas y tristezas. Aunque ahora esté oculto para los ojos mortales, el oído de la fe puede oír su voz que dice: No temas; yo estoy contigo. Yo soy “el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos”. Apocalipsis 1:18. Los que expulsan la iniquidad de sus corazones y extienden las manos en ferviente súplica a Dios, recibirán la ayuda que sólo Dios puede darles. Se ha pagado un rescate por las almas de los hombres, para que pudieran tener la oportunidad de escapar de la esclavitud del pecado y obtener perdón, pureza y el cielo. Los que frecuentan el trono de la gracia, para ofrecer peticiones sinceras y fervientes en procura de sabiduría y poder divinos, no dejarán de ser siervos de Cristo activos y útiles. Puede ser que no posean grandes talentos, pero con humildad de corazón y firme confianza en Jesús podrán hacer una buena obra al traer almas a Cristo... Miles tienen falsos conceptos de Dios y sus atributos... Dios es un Dios de verdad. Justicia y misericordia son los atributos de su trono. Es un Dios de amor, de piedad y tierna compasión. Así está representado en su Hijo, nuestro Salvador. Es un Dios de paciencia y longanimidad. Si el Ser a quien adoramos y cuyo carácter tratamos de asimilar tiene estas características, estamos adorando al verdadero Dios. Si seguimos a Cristo, sus méritos, que nos son imputados, ascienden ante el Padre como dulce perfume. Y las gracias del carácter de nuestro Salvador, implantadas en nuestros corazones, esparcirán a nuestro alrededor una preciosa fragancia.
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Cada Día con Dios


Como las estrellas a perpetua eternidad, 8 de agosto Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad. Daniel 12:3. https://ift.tt/pwJFZ08 @seguidores Descansa sobre nosotros la solemne responsabilidad de presentar la verdad a los incrédulos de la manera más convincente. Deberíamos cuidarnos de no presentarla de tal manera que aparte a los hombres y las mujeres de ella. Los que enseñan religión pueden hacer mucho bien o mucho mal. Si cada cual se diera cuenta ahora de la responsabilidad que descansa sobre sí mismo, y se decidiera a no desempeñar el papel de juez para criticar y condenar a los demás, sino fuera a trabajar para predicar el Evangelio como nunca antes a los que están en tinieblas, muchas almas se apartarían de la iniquidad y se volverían a la justicia. Se necesitan fieles mayordomos. Dios obrará por medio de todo aquel que se deje modelar por él. El Espíritu Santo conducirá muchas almas a Cristo. En su compañía se prepararán para las cortes del cielo. Los colaboradores de Dios llegarán a ser sabics en la ganancia de almas. Aprenderán del gran Maestro, y mientras presentan temas bíblicos a los que están tratando de ayudar, la gracia de Cristo llenará sus corazones y la Palabra de Dios se desplegará ante ellos. Mientras difunden la invitación: “Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente” (Apocalipsis 22:17), calmarán su propia sed. Todos tienen que ser fieles a Dios ahora para reunir los fragmentos de manera que nada se pierda. El requiere un servicio diligente y fiel. No debería haber falta de economía; cada centavo debería ser cuidadosamente administrado. Debemos recordar la lección que Dios dio a sus discípulos después de alimentar a la multitud con cinco panes y dos peces. Cuando todos estuvieron satisfechos Cristo dijo a sus discípulos: “Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada”. Juan 6:12. Debemos recibir la verdad de Cristo e impartirla a la gente. La infidelidad y todo tipo de maldad están aumentando rápidamente, y el celo y el fervor de los siervos de Dios deben crecer en forma proporcional... Si no prestamos a Dios el servicio de amor que él espera, dejaremos a los pecadores sin amonestar.—Carta 177, del 8 de agosto de 1903, dirigida a Edson White.

A Fin de Conocerle


Una fe progresiva, 8 de agosto Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11:6. https://ift.tt/gO6aRcF Ha llegado el tiempo cuando hemos de esperar abundantes bendiciones del Señor. Debemos ascender a una norma más elevada en lo que concierne a la fe. Tenemos demasiado poca fe. La Palabra de Dios es nuestra garantía. Debemos recibirla creyendo con sencillez cada palabra. Con esta seguridad podemos pedir cosas grandes, y se nos concederán según sea nuestra fe. La obra de la fe significa más de lo que nos imaginamos. Significa una confianza genuina en la Palabra de Dios tal como es. Por nuestras acciones debemos mostrar que creemos que Dios hará lo que ha dicho. Las ruedas de la naturaleza y de la providencia no pueden retroceder ni estarse quietas. Debemos tener una fe progresiva y eficaz, una fe que obre por amor y purifique el alma de todo vestigio de egoísmo. No debemos depender de nosotros, sino de Dios. No debemos albergar incredulidad. Debemos tener esa fe que acepta la Palabra de Dios como veraz. La verdadera fe consiste en hacer lo que Dios ha ordenado, y no las cosas que no ha prescripto. Los frutos de la fe son la justicia, la verdad y la misericordia. Necesitamos andar en la luz de la ley de Dios; las buenas obras serán el fruto de nuestra fe, las obras de un corazón renovado diariamente. El árbol debe ser hecho bueno antes de que su fruto pueda ser bueno. Debemos estar enteramente consagrados a Dios. Nuestra voluntad debe corregirse antes de que su fruto pueda ser bueno. No debemos tener una religión antojadiza. “Hacedlo todo para la gloria de Dios”. 1 Corintios 10:31.—Carta 105, 1898.

A Fin de Conocerle


A Fin de Conocerle
Una fe progresiva, 8 de agosto Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11:6. https://ift.tt/gO6aRcF Ha llegado el tiempo cuando hemos de esperar abundantes bendiciones del Señor. Debemos ascender a una norma más elevada en lo que concierne a la fe. Tenemos demasiado poca fe. La Palabra de Dios es nuestra garantía. Debemos recibirla creyendo con sencillez cada palabra. Con esta seguridad podemos pedir cosas grandes, y se nos concederán según sea nuestra fe. La obra de la fe significa más de lo que nos imaginamos. Significa una confianza genuina en la Palabra de Dios tal como es. Por nuestras acciones debemos mostrar que creemos que Dios hará lo que ha dicho. Las ruedas de la naturaleza y de la providencia no pueden retroceder ni estarse quietas. Debemos tener una fe progresiva y eficaz, una fe que obre por amor y purifique el alma de todo vestigio de egoísmo. No debemos depender de nosotros, sino de Dios. No debemos albergar incredulidad. Debemos tener esa fe que acepta la Palabra de Dios como veraz. La verdadera fe consiste en hacer lo que Dios ha ordenado, y no las cosas que no ha prescripto. Los frutos de la fe son la justicia, la verdad y la misericordia. Necesitamos andar en la luz de la ley de Dios; las buenas obras serán el fruto de nuestra fe, las obras de un corazón renovado diariamente. El árbol debe ser hecho bueno antes de que su fruto pueda ser bueno. Debemos estar enteramente consagrados a Dios. Nuestra voluntad debe corregirse antes de que su fruto pueda ser bueno. No debemos tener una religión antojadiza. “Hacedlo todo para la gloria de Dios”. 1 Corintios 10:31.—Carta 105, 1898.
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¡Maranata: El Senor Viene!


Probidad en los motivos y las acciones, 8 de agosto Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. Efesios 4:32. https://ift.tt/T2AxGtP @seguidores Siempre hay que fomentar los principios, la rectitud y la honestidad. Esta última no permanecerá donde se dé albergue a la conveniencia. Jamás podrá haber acuerdo entre ambas. Una proviene de Dios, la otra, de Baal. El Maestro exige que sus siervos sean probos en sus motivos y acciones. Se debe vencer toda forma de codicia y avaricia. Los que elijan como compañía a la honestidad, la incluirán en todos sus actos. Esta clase de hombres no son del agrado de la mayoría, pero son preciosos para Dios. Satanás está trabajando para introducirse en todas partes. Es su intención separar a quienes son verdaderos amigos. Hay hombres que siempre están hablando, chismeando, dando falso testimonio, sembrando semillas de discordia y originando contiendas. El cielo considera a esta clase de personas como los siervos más eficientes de Satanás. Pero el que resulta agraviado se halla en una situación mucho menos peligrosa que cuando se lo adula y ensalza por unas pocas labores que aparentemente ha realizado con buen éxito. La alabanza de los supuestos amigos es más peligrosa que su vituperio. Todo hombre que se alaba a sí mismo empaña el brillo de sus mejores esfuerzos. Un carácter verdaderamente noble no se rebaja hasta sentirse ofendido por las acusaciones de sus enemigos. Toda palabra pronunciada resulta inocua porque no hace más que corroborar lo que no puede abatir. El Señor quiere que su pueblo esté íntimamente unido a él, a su Dios de paciencia y amor. Todos deben manifestar en su vida el amor de Cristo. Que nadie se atreva a menoscabar la reputación o la posición de otro porque esto es egotismo... Nunca habléis desdeñosamente de nadie, porque puede ser valioso a la vista del Señor, en tanto que los que se consideran importantes pueden ser de escasa estima para Dios debido a la perversidad de su corazón. Nuestra única seguridad consiste en que permanezcamos ocultos al pie de la cruz, en que nos veamos insignificantes y confiemos en Dios, pues sólo él tiene poder para hacernos grandes.17Testimonies for the Church 4:607, 608.

Sabbath School


Thursday, August 08 Cuidado con el pan en mal estado Comentarios Elena G.W para las Lecciones de Escuela Sabática https://ift.tt/SDy1X3l @seguidores Los que deseaban obtener una señal de Jesús habían endurecido de tal manera su corazón en la incredulidad que no discernían en el carácter de él la semejanza de Dios. No querían ver que su misión cumplía las Escrituras… Ninguna señal que se pudiese dar en el cielo o en la tierra los habría de beneficiar. Jesús, “gimiendo en su espíritu”, y apartándose del grupo de caviladores, volvió al barco con sus discípulos. En silencio pesaroso, cruzaron de nuevo el lago. No regresaron, sin embargo, al lugar que habían dejado, sino que se dirigieron hacia Betsaida, cerca de donde habían sido alimentados los cinco mil. Al llegar a la orilla más alejada, Jesús dijo: “Mirad, y guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos”… Sin embargo, los discípulos no comprendieron a Jesús. En su repentina partida de Magdalá, se habían olvidado de llevar pan, y tenían solo un pan consigo. Creyeron que Cristo se refería a esta circunstancia y les recomendaba no comprar pan a un fariseo o a un saduceo. Con frecuencia su falta de fe y de percepción espiritual les había hecho comprender así erróneamente sus palabras. En esa ocasión, Jesús los reprendió por pensar que el que había alimentado a miles de personas con algunos peces y panes de cebada, pudiese referirse en esta solemne amonestación simplemente al alimento temporal. Había peligro de que el astuto raciocinio de los fariseos y saduceos sumiese a sus discípulos en la incredulidad y les hiciese considerar livianamente las obras de Cristo (El Deseado de todas las gentes, pp. 374, 375). Los discípulos se inclinaban a pensar que su Maestro debiera haber otorgado una señal en los cielos cuando se la habían pedido. Creían que él era perfectamente capaz de realizarla, y que una señal tal habría acallado a sus enemigos. No discernían la hipocresía de esos caviladores. Meses más tarde… Jesús repitió la misma enseñanza. “Comenzó a decir a sus discípulos, primeramente: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es hipocresía”. Lucas 12:1. La levadura puesta en la harina obra imperceptiblemente y cambia toda la masa de modo que comparta su propia naturaleza. Así también, si se la tolera en el corazón, la hipocresía impregna el carácter y la vida… Los escribas y fariseos insinuaban principios engañosos. Ocultaban la verdadera tendencia de sus doctrinas y aprovechaban toda ocasión de inculcarlas arteramente en el ánimo de sus oyentes. Estos falsos principios, una vez aceptados, obraban como la levadura en la harina, impregnando y transformando el carácter. Esta enseñanza engañosa era lo que hacía tan difícil para la gente recibir las palabras de Cristo (El Deseado de todas las gentes, pp. 375, 376). Cuando seamos capaces de comprender el carácter de Dios como lo hizo Moisés, también nosotros nos adelantaremos a inclinarnos en adoración y alabanza. Jesús contempló nada menos que “que el amor con que me has amado” estuviera en los corazones de sus hijos, a fin de que pudieran impartir el conocimiento de Dios a los demás. ¡Oh qué seguridad es esta, que el amor de Dios pueda morar en los corazones de todos los que creen en él!… Uno que sabe ha dicho: “El Padre mismo os ama”. Uno que tiene un conocimiento experimental de la longitud, anchura, altura y profundidad de ese amor, nos ha declarado este hecho asombroso. Este amor es nuestro mediante la fe en el Hijo de Dios, por lo tanto una conexión con Cristo significa todo para nosotros. Hemos de ser uno con él así como él es uno con el Padre, y entonces somos amados por el Dios infinito como miembros del cuerpo de Cristo, como sarmientos de la Vid viviente (Fundamentals of Christian Education, pp. 177, 178).

Entrada destacada

¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374