Una norma en la que podéis confiar,


Una norma en la que podéis confiar, 27 de marzo

Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Efesios 6:11. MSV76 92.1
En ocasión de cada avivamiento de la obra de Dios, el príncipe del mal actúa con mayor energía; en la actualidad está haciendo esfuerzos desesperados preparándose para la lucha final contra Cristo y sus discípulos. El último gran engaño se desplegará pronto ante nosotros. El Anticristo va a efectuar ante nuestra vista obras maravillosas. La falsificación se asemejará tanto a la realidad, que será imposible distinguirla sin el auxilio de las Santas Escrituras. Ellas son las que deben atestiguar en favor o en contra de toda declaración, de todo milagro... MSV76 92.2
Sólo los que hayan fortalecido su espíritu con las verdades de la Biblia podrán resistir en el último gran conflicto. Toda alma ha de pasar por la prueba decisiva: ¿Obedeceré a Dios antes que a los hombres? La hora crítica se acerca. ¿Hemos asentado los pies en la roca de la inmutable Palabra de Dios? ¿Estamos preparados para defender firmemente los mandamientos de Dios y la fe de Jesús? ... MSV76 92.3
El primero y más alto deber de toda criatura racional es el de escudriñar la verdad en las Sagradas Escrituras y luego andar en la luz y exhortar a otros a que sigan su ejemplo. Día tras día deberíamos estudiar diligentemente la Biblia, pesando cada pensamiento y comparando texto con texto. Con la ayuda de Dios debemos formarnos nuestras propias opiniones ya que tenemos que responder a Dios por nosotros mismos... MSV76 92.4
Jesús prometió a sus discípulos “el Consolador, es decir, el Espíritu Santo, a quien—dijo—el Padre enviará en mi nombre”, y agregó: “El os enseñará todas las cosas, y os recordará todo cuanto os he dicho”. Juan 14:26 (VM). Pero primero es preciso que las enseñanzas de Cristo hayan sido atesoradas en el entendimiento, si queremos que el Espíritu de Dios nos las recuerde en el momento de peligro... MSV76 92.5
Cuando llegue el tiempo de la prueba, los que hayan seguido la Palabra de Dios como regla de conducta, serán dados a conocer... Que el espíritu de persecución se encienda, y entonces los tibios e hipócritas vacilarán y abandonarán la fe; pero el verdadero cristiano permanecerá firme como una roca, con más fe y esperanza que en días de prosperidad.57Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 651-660. MSV76 92.6

Hablar atractivamente del salvador


Hablar atractivamente del salvador, 27 de marzo

Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Efesios 4:29. SSJ 93.1
Como seguidores de Cristo hemos de hacer que nuestras palabras sean motivos de ayuda y ánimo mutuos en la vida cristiana. Necesitamos hablar mucho más de lo que solemos de los capítulos preciosos de nuestra experiencia. Debiéramos hablar de la misericordia y la amante bondad de Dios, de la incomparable profundidad del amor del Salvador. Nuestras palabras debieran ser palabras de alabanza y agradecimiento. Si la mente y el corazón están llenos del amor de Dios, éste se revelará en la conversación. SSJ 93.2
No será un asunto difícil impartir aquello que forma parte de nuestra vida espiritual. Los grandes pensamientos, las nobles aspiraciones, las claras percepciones de la verdad, los propósitos altruistas, los anhelos de piedad y santidad, llevarán fruto en palabras que revelarán el carácter del tesoro del corazón. Cuando Cristo sea así revelado por nuestras palabras, éstas poseerán poder para ganar almas para él. SSJ 93.3
Hemos de hablar de Cristo a quienes no lo conocen. Hemos de obrar como lo hizo Cristo. Doquiera él estuviera: en la sinagoga, junto al camino, en un bote algo alejado de la tierra, en el banquete del fariseo o en la mesa del publicano, hablaba a la gente de las cosas concernientes a la vida superior. Relacionaba la naturaleza y los acontecimientos de la vida diaria con las palabras de verdad. El corazón de sus oyentes era atraído hacia él; porque él había sanado a sus enfermos, había consolado a los afligidos, y, tomando a sus niños en sus brazos, los había bendecido. Cuando él abría los labios para hablar, la atención se concentraba en él, y cada palabra era sabor de vida para vida para algún alma. SSJ 93.4
Así debe ser con nosotros. Doquiera estemos, hemos de procurar aprovechar las oportunidades que se nos presentan para hablar a otros del Salvador. Si seguimos el ejemplo de Cristo en hacer el bien, los corazones se nos abrirán como se le abrían a él. No bruscamente, sino con tacto impulsado por el amor divino, podremos hablarles de Aquel que es “señalado entre diez mil”, y “todo él codiciable”. Cantares 5:10, 16. Esta es la obra suprema en la cual podemos emplear el talento del habla. Dicho talento nos ha sido dado para que podamos presentar a Cristo como el Salvador que perdona el pecado.—Palabras de Vida del Gran Maestro, 273, 274. SSJ 93.5

Dios usa la multiplicación al conceder dones espirituales


Dios usa la multiplicación al conceder dones espirituales, 27 de marzo

Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús. 2 Pedro 1:2. RJ 92.1
Si queremos desarrollar un carácter que Dios pueda aceptar, debemos formar hábitos correctos en nuestra vida religiosa. La oración diaria es algo esencial para el crecimiento en la gracia, aun para la vida espiritual misma, como lo es el alimento temporal para el bienestar físico. Debemos acostumbrarnos a elevar los pensamientos a menudo a Dios en oración. Si la mente vagabundea, debemos volverla de nuevo; por un esfuerzo perseverante, el hábito por fin se impone como algo fácil. No podemos, por un solo momento, separarnos de Cristo con seguridad. Podemos tener su presencia para asistirnos en cada uno de nuestros pasos, pero únicamente al observar las condiciones que El mismo ha establecido. RJ 92.2
La religión debe convertirse en la gran ocupación de la vida. Cualquier otra cosa debe ser considerada como subordinada. Todas nuestras facultades, nuestra alma, cuerpo y espíritu, deben empeñarse en la guerra cristiana. Debemos mirar a Cristo para obtener fortaleza y gracia, y ganaremos la victoria tan seguramente como lo hizo Jesús por nosotros. RJ 92.3
Debemos acercarnos más a la cruz de Cristo. El arrepentimiento al pie de la cruz es la primera lección de paz que hemos de aprender. El amor de Jesús, ¿quién puede comprenderlo? ¡Es infinitamente más tierno y abnegado que el amor de una madre! Si queremos conocer el valor de un alma humana, debemos mirar con fe viva a la cruz, y así comenzar a estudiar cuál será la ciencia y el canto de los redimidos por toda la eternidad. El valor de nuestro tiempo y nuestros talentos puede ser estimado únicamente por la grandeza del rescate pagado por nuestra redención... RJ 92.4
La santificación es una obra progresiva. Los pasos sucesivos, según se los presenta en las palabras de Pedro, son los siguientes: “Poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo”. 2 Pedro 1:5-8. RJ 92.5
He aquí una conducta en virtud de la cual se nos asegura que nunca caeremos. Los que están así trabajando según el plan de la adición para obtener las gracias de Cristo, tienen la seguridad de que Dios obrará según el plan de la multiplicación al concederles los dones de su Espíritu... Por la gracia divina, todos los que quieren pueden ascender los brillantes escalones que unen la tierra con el cielo, y por fin con alegría y gozo perpetuo entrarán por las puertas en la ciudad de Dios.—La edificación del carácter, 94. RJ 92.6

Piedad


Piedad, 27 de marzo

Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios. Génesis 5:24. RP 97.1
La piedad es el fruto del carácter cristiano. Si permanecemos en la vid, produciremos los frutos del Espíritu. La vida de la vid se manifiesta por intermedio de los sarmientos. Debemos mantener una estrecha e íntima relación con el cielo si deseamos poseer la virtud de la piedad. Si deseamos reflejar su imagen, y queremos demostrar que somos hijos e hijas del Altísimo, en nuestros hogares Jesús debe ser huésped y miembro de la familia. RP 97.2
La religión en el hogar es fundamental. Si el Señor habita entre sus integrantes, sentiremos que somos miembros de la familia celestial. El ser conscientes de que hay ángeles del cielo que nos observan, contribuirá para que seamos amables y pacientes. Necesitamos prepararnos para entrar en las cortes celestiales, y para ello debemos cultivar la cortesía, la piedad, la conversación santa y centrar los pensamientos en temas de origen celestial. RP 97.3
Enoc caminó con Dios. Honró al Señor en cada asunto de su vida. En el trabajo o en el hogar, siempre preguntaba: “¿Agradará esto al Señor?” Al tener en mente a Dios y al aceptar sus consejos, fue produciéndose la transformación del carácter de tal manera que lo convirtió en un hombre piadoso, cuya vida agradó al Señor. Tenemos la exhortación de añadir a la piedad, afecto fraternal. ¡Oh, cuánto necesitamos avanzar en esta dirección para poder sumar dicha virtud al carácter! En muchos hogares predomina un espíritu duro y combativo. Las expresiones de crítica y las acciones desprovistas de bondad son una ofensa a Dios. Las órdenes dictatoriales, arrogantes, y las conductas dominantes no son aceptables en el cielo. La razón por la cual existen tantas diferencias entre los hermanos, es por que se han equivocado al no añadir a su carácter la bondad fraternal. Deberíamos manifestar por los otros el mismo amor que Cristo siente por nosotros. RP 97.4
El Señor del cielo considera al ser humano de gran estima. Pero si una persona no es bondadosa en el seno de su propio familia, no está en condiciones para participar del hogar celestial. Si está contenta con su manera de ser, sin importarle las heridas causadas por su trato, no podrá sentirse feliz en el cielo, a menos que allí pueda gobernar. La paz de Dios permanecerá en el hogar sólo si permitimos que el amor de Cristo tenga el control del corazón.—The Review and Herald, 21 de febrero de 1888.* RP 97.5

La lucha de los poderes invisibles


La lucha de los poderes invisibles, 27 de marzo

Porque no tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra principados, contra potestades, contra señores del mundo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en los aires. Efesios 6:12. NEV 94.1
El Señor quiere que nuestras mentes despierten a las influencias de los ángeles malignos. Cristo no nos habla del peligro que corremos a causa de los ataques del enemigo apóstata, sin proporcionarnos el poder para resistir a cada uno de esos ataques. ... Los instrumentos angelicales, tanto buenos como malos, están luchando por el dominio, y cada influencia que ahora se ejerce debe ser investigada detenidamente.—Manuscrito 78, 1905, pp. 6. NEV 94.2
Satanás siempre está listo para engañar y descarriar. Emplea todo encantamiento para engañar a los hombres, y llevarlos al camino amplio de la desobediencia. Trabaja para confundir los sentidos con impresiones erróneas, y quitar las señales, colocando sus falsas inscripciones en los hitos que Dios ha establecido para señalar el camino correcto. Debido a que estas agencias malignas se están esforzando por eclipsar todo rayo de luz que llega al alma, es que los agentes celestiales han sido designados para realizar su obra de ministerio, para guiar, proteger y controlar a aquellos que serán los herederos de la salvación. Ninguno necesita desesperarse a causa de las tendencias al mal heredadas, pero cuando el Espíritu de Dios convence de pecado, el pecador debe arrepentirse, y confesar, y olvidar el mal. Fieles centinelas están de guardia para dirigir a las almas por el camino correcto.—Manuscrito 8, 1900. NEV 94.3
Los ángeles malignos, o los ángeles de Dios, están controlando las mentes de los hombres. Nuestras mentes son entregadas al control de Dios, o al control de los poderes de las tinieblas; y es conveniente que inquiramos adónde estamos hoy, si estamos bajo la bandera manchada de sangre del Príncipe Emmanuel, o bajo la bandera negra de los poderes de las tinieblas.—Manuscrito 1, 1890. NEV 94.4
Mientras el pueblo de Dios conserve su fidelidad a él, mientras se aferre a Jesús mediante la fe viva, estará bajo la protección de los ángeles celestiales, y a Satanás no le será permitido ejercer sus artes maléficas para destruirlo.—The Review and Herald, 19 de noviembre de 1908. NEV 94.5
Es el mayor gozo de los ángeles celestiales, extender el escudo de su tierno amor sobre las almas que se vuelven a Dios.—Manuscrito 29, 1900. NEV 94.6

Un nombre sagrado


Un nombre sagrado, 27 de marzo

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Mateo 6:9. MGD 94.1
Para santificar el nombre del Señor se requiere que las palabras que empleamos al hablar del Ser Supremo sean pronunciadas con reverencia. “Santo y terrible es su nombre”. Salmos 111:9. Nunca debemos mencionar con liviandad los títulos ni los apelativos de la Deidad. Por la oración entramos en la sala de audiencia del Altísimo y debemos comparecer ante él con pavor sagrado. Los ángeles velan sus rostros en su presencia. Los querubines y los esplendorosos y santos serafines se acercan a su trono con reverencia solemne... MGD 94.2
Pero santificar el nombre del Señor significa mucho más que esto. Podemos manifestar, como los judíos contemporáneos de Cristo, la mayor reverencia externa hacia Dios, y no obstante profanar su nombre continuamente. “El nombre de Jehová” es: “Fuerte, misericordioso, y piadoso; tardo para la ira, y grande en benignidad y verdad... que perdona la iniquidad, la rebelión, y el pecado”. Éxodo 34:6, 7. Se dijo de la iglesia de Cristo: “Esto es lo que la llamarán: Jehová, justicia nuestra”. Jeremías 33:16. Este nombre se da a todo discípulo de Cristo. Es la herencia del hijo de Dios. La familia se conoce por el nombre del Padre. El profeta Jeremías, en tiempo de tribulación y gran dolor oró: “Sobre nosotros es invocado tu nombre; no nos desampares”. Jeremías 14:9. MGD 94.3
Este nombre es santificado por los ángeles del cielo y por los habitantes de los mundos sin pecado. Cuando oráis: “Santificado sea tu nombre”, pedís que sea santificado en este mundo, en vosotros mismos. Dios os ha reconocido delante de hombres y ángeles como sus hijos; rogad que no deshonréis el “buen nombre que fue invocado sobre vosotros”. Santiago 2:7. Dios os envía al mundo como sus representantes. ¡En todo acto de la vida, debéis manifestar el nombre de Dios! Esta petición exige que poseáis su carácter. No podéis santificar su nombre ni representarle ante el mundo, a menos que en vuestra vida y carácter representéis la vida y el carácter de Dios. Lo podéis hacer únicamente cuando aceptáis la gracia y la justicia de Cristo.—El Discurso Maestro de Jesucristo, 88, 89. MGD 94.4

¿Desmentimos nuestra profesión?


¿Desmentimos nuestra profesión? 27 de marzo

¿Tú, que te jactas de la ley, con infracción de la ley deshonras a Dios? Porque el nombre de Dios es blasfemado por causa de vosotros entre los Gentiles, como está escrito. Romanos 2:23, 24. FV 94.1
“Todos los que se unen a la iglesia pero no están unidos al Señor, manifestarán con el tiempo su verdadero carácter. ‘Por sus frutos los conoceréis.’ Los preciosos frutos de bondad, templanza, paciencia, piedad, amor y caridad, no aparecen en sus vidas.... Dios queda deshonrado ante el mundo por los tales.... FV 94.2
“Satanás sabe que éstos son sus mejores agentes, porque sus corazones y vidas no están transformados, y sus obras revelan tan notable contraste con lo que profesan, que son una piedra de tropiezo para los incrédulos y un motivo de prueba para los creyentes.... FV 94.3
“¡Qué cuenta tendrán que rendir en el día del ajuste final los que profesan guardar los mandamientos de Dios, mientras sus vidas desmienten su profesión, porque no llevan buenos frutos!”—Manuscrito 1, 1878. FV 94.4
“Muchos que se estremecerían de horror ante algún gran pecado, consideran el pecado en asuntos pequeños como algo de consecuencias insignificantes. Pero estos pequeños pecados destruyen la santidad del alma. Los pies que entran en la senda que se desvía del camino recto, se dirigen hacia el camino ancho, cuyo fin es la muerte.”—The Review and Herald, 8 de noviembre de 1887. FV 94.5
“Un verdadero discípulo de Cristo, tratará de imitar al Modelo. Su amor lo inducirá a la perfecta obediencia. Tratará de hacer la voluntad de Dios en la tierra como se hace en el cielo. El que tiene su corazón manchado de pecado, no puede ser celoso de buenas obras, ni diligente en apartarse del mal.... No es celoso para dominar su lengua; no es diligente en negarse a sí mismo y llevar la cruz de Cristo.”—Manuscrito 1, 1878. FV 94.6

La fiel recompensa de Eliseo


La fiel recompensa de Eliseo, 27 de marzo

Partiéndose él de allí, halló a Eliseo hijo de Safat, que araba con doce yuntas delante de sí, y él tenía la última. Y pasando Elías por delante de él, echó sobre él su manto. 1 Reyes 19:19. HHD 95.1
El profeta Elías estaba por poner fin a sus labores terrenales. Otro había de ser llamado para impulsar la obra que había de hacerse en ese tiempo. En su viaje, Elías fue orientado hacia el norte... Por donde mirara, la tierra que veía pertenecía a un hombre; un hombre que no había doblado su rodilla ante Baal, cuyo corazón había permanecido indiviso al servicio de Dios. Aun durante el cautiverio había habido almas que no habían apostatado, y esta familia se incluía entre los siete mil que no habían doblado su rodilla ante Baal. El dueño de esa tierra era Safat... HHD 95.2
La atención de Elías se dirigió a Eliseo, el hijo de Safat, quien araba la tierra con los siervos y doce yuntas de bueyes. Era educador, director y trabajador. Eliseo no vivía en las ciudades densamente pobladas. Su padre era un labrador, un agricultor. Eliseo había recibido su educación lejos de la ciudad y de la disipación de la corte. Había sido preparado para que adquiriera hábitos de sencillez y obediencia a sus padres y a Dios... Pero aunque tenía un espíritu humilde y tranquilo, Eliseo no tenía un carácter voluble. Poseía integridad, fidelidad, amor y temor a Dios. Tenía las características de un gobernante, pero junto con ellas poseía la mansedumbre del que está dispuesto a servir. Su mente se había ejercitado en las cosas pequeñas, para ser fiel en lo que hubiera que hacer; de tal manera que si Dios lo llamaba a actuar más directamente en su favor, estuviera preparado para oír su voz.—The Youth’s Instructor, 14 de enero de 1898. HHD 95.3

Exaltemos al salvador resucitado


Exaltemos al salvador resucitado, 27 de marzo

Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. 1 Corintios 15:20. EJ 94.1
Había llegado el tiempo en que Cristo había de ascender al trono de su Padre. Como conquistador divino, había de volver con los trofeos de la victoria a los atrios celestiales. Antes de su muerte, había declarado a su Padre: “He acabado la obra que me diste que hiciese”. Después de su resurrección, se demoró por un tiempo en la tierra, a fin de que sus discípulos pudiesen familiarizarse con él en su cuerpo resucitado y glorioso. Ahora estaba listo para la despedida. Había demostrado el hecho de que era un Salvador vivo. Sus discípulos no necesitaban ya asociarle en sus pensamientos con la tumba. Podían pensar en él como glorificado delante del universo celestial. EJ 94.2
Como lugar de su ascensión, Jesús eligió el sitio con tanta frecuencia santificado por su presencia mientras moraba entre los hombres... Cristo estuvo sobre el monte de las Olivas, contemplando a Jerusalén con corazón anhelante. Los huertos y vallecitos de la montaña habían sido consagrados por sus oraciones y lágrimas. En sus riscos habían repercutido los triunfantes clamores de la multitud que le proclamaba rey. En su ladera había hallado un hogar con Lázaro en Betania. En el huerto de Getsemaní, que estaba al pie, había orado y agonizado solo. Desde esta montaña había de ascender al cielo. En su cumbre, se asentarán sus pies cuando vuelva. No como varón de dolores, sino como glorioso y triunfante rey, estará sobre el monte de las Olivas mientras que los aleluyas hebreos se mezclen con los hosanas gentiles, y las voces de la grande hueste de los redimidos hagan resonar esta aclamación: Coronadle Señor de todos... EJ 94.3
Al llegar al monte de las Olivas, Jesús condujo al grupo a través de la cumbre, hasta llegar cerca de Betania. Allí se detuvo y los discípulos le rodearon. Rayos de luz parecían irradiar de su semblante mientras los miraba con amor. No los reprendió por sus faltas y fracasos; las últimas palabras que oyeron de los labios del Señor fueron palabras de la más profunda ternura. Con las manos extendidas para bendecirlos, como si quisiera asegurarles su cuidado protector, ascendió lentamente de entre ellos, atraído hacia el cielo por un poder más fuerte que cualquier atracción terrenal. Y mientras él subía, los discípulos, llenos de reverente asombro y esforzando la vista, miraban para alcanzar la última vislumbre de su Salvador que ascendía. Una nube de gloria le ocultó de su vista; y llegaron hasta ellos las palabras: “He aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”, mientras la nube formada por un carro de ángeles le recibía. Al mismo tiempo, flotaban hasta ellos los más dulces y gozosos acordes del coro celestial.—El Deseado de Todas las Gentes, 769-771. EJ 94.4

Entrada destacada

¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374