El estudio de la Biblia fortalece el intelecto

El estudio de la Biblia fortalece el intelecto, 13 de abril
Toda palabra de Dios es limpia; él es escudo a los que en él esperan. No añadas a sus palabras para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso. Proverbios 30:5, 6.{SSJ 110.1}
Nuestra carga ahora es convencer a las almas de la verdad. Eso se puede hacer mejor mediante esfuerzos personales, llevando la verdad a sus casas, orando con ellos y abriendo ante ellos las Escrituras.{SSJ 110.2}
Todos los que se dedican a esta labor personal, como así también el ministro que predica la Palabra, deben tener mucho cuidado de no volverse mecánicos en su manera de obrar. Deben aprender constantemente. Deben tener un celo concienzudo por poseer las calificaciones más elevadas, para llegar a ser capaces en las Escrituras... Deben cultivar hábitos de actividad mental y dedicarse especialmente a la oración y al estudio diligente de las Escrituras. Muchos son culpables de deficiencias en este punto. Las demandas de Dios sobre ellos no son pequeñas. Pero están contentos con el entendimiento limitado que tienen de las Escrituras, y no tratan de mejorar ni la mente ni los hábitos.{SSJ 110.3}
Cada línea de la historia profética, cada lección práctica dada por Cristo, debería estudiarse cuidadosamente para que no sean hallados faltos en alguna cosa. La mente gana en fuerza, anchura y agudeza por medio del ejercicio activo. Tiene que trabajar o se debilitará. Debe acostumbrarse a pensar, a pensar en forma habitual, o en gran medida perderá la facultad de hacerlo. Que la mente luche con los problemas difíciles que hay en la Palabra de Dios, y el intelecto se despertará cabalmente para producir, no discursos inferiores, sino los que serán refrescantes y edificantes, y serán expuestos con el ardor de una mente activa.{SSJ 110.4}
Los siervos de Cristo deben alcanzar la norma más elevada. Son educadores y deben estar completamente versados en las Escrituras... El estudio de la Biblia pone a prueba la mente del obrero, fortalece la memoria, y agudiza el intelecto más que el estudio de todos los asuntos que abarca la filosofía. La Biblia contiene la única verdad que purifica el alma, y es el mejor libro para la cultura intelectual. La sencillez dignificada con la cual trata doctrinas importantes es precisamente lo que necesita cada joven y cada obrero que trabaja para Cristo, para enseñarle cómo debe presentar los misterios de la salvación a los que están en tinieblas.—The Review and Herald, 8 de diciembre de 1885.{SSJ 110.5}
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Con espíritu de oración

Con espíritu de oración, 13 de abril
Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley. Salmos 119:18.{RP 114.1}
Más de una porción de las Sagradas Escrituras que los eruditos declaran ser un misterio o que estiman de poca importancia, está llena de consuelo e instrucción para el que estudió en la escuela de Cristo. Si muchos teólogos no comprenden mejor la Palabra de Dios, es por la sencilla razón de que cierran los ojos con respecto a unas verdades que no desean poner en práctica. La comprensión de las verdades bíblicas no depende tanto de la potencia intelectual aplicada a la investigación como de la sinceridad de propósitos y del ardiente anhelo de justicia que animan al estudiante.{RP 114.2}
Nunca se debería estudiar la Biblia sin oración. Sólo el Espíritu Santo puede hacernos sentir la importancia de lo que es fácil comprender, o impedir que nos apartemos del sentido de las verdades de difícil comprensión. Hay santos ángeles que tienen la misión de influir en los corazones para que comprendan la palabra de Dios, de suerte que la belleza de ésta nos embelese, sus advertencias nos amonesten y sus promesas nos animen y vigoricen. Deberíamos hacer nuestra la petición del salmista: “¡Abre mis ojos, para que yo vea las maravillas de tu ley!” Salmos 119:18 (VM).{RP 114.3}
Muchas veces las tentaciones parecen irresistibles, y es porque se ha descuidado la oración y el estudio de la Biblia, y por ende no se pueden recordar luego las promesas de Dios ni oponerse a Satanás con las armas de las Santas Escrituras. Pero los ángeles rodean a los que tienen deseos de aprender cosas divinas, y en situaciones graves traerán a su memoria las verdades que necesitan. “Porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él”. Isaías 59:19.{RP 114.4}
Jesús prometió a sus discípulos “el Consolador, es decir, el Espíritu Santo, a quien—dijo—el Padre enviará en mi nombre”, y agregó: “El os enseñará todas las cosas, y os recordará todo cuanto os he dicho”. Juan 14:26 (VM). Pero primero es preciso que las enseñanzas de Cristo hayan sido atesoradas en el entendimiento, si queremos que el Espíritu de Dios nos recuerde en el momento de peligro. “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti”. Salmos 119:11.—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 657, 658.{RP 114.5}
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La recompensa de la búsqueda

La recompensa de la búsqueda, 13 de abril
Si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios. Proverbios 2:3-5.{RJ 109.1}
Debe haber fervoroso estudio y diligente investigación. Las percepciones claras y exactas de la verdad no serán nunca la recompensa de la indolencia. Ninguna bendición terrenal puede ser obtenida sin esfuerzo ferviente, paciente y perseverante. Si los hombres quieren tener éxito en los negocios, deben tener la voluntad de obrar, y la fe para esperar los resultados. Y no podemos esperar obtener un conocimiento espiritual sin un trabajo activo. Aquellos que desean encontrar los tesoros de la verdad deben cavar en busca de ellos como el minero cava para hallar el tesoro escondido en la tierra. Ningún trabajo frío e indiferente será provechoso. Es esencial para los viejos y los jóvenes no solamente leer la Palabra de Dios, sino estudiarla con fervor y consagración, orando e investigando para hallar la verdad como tesoro escondido. Los que hagan esto serán recompensados, pues Cristo avivará su inteligencia...{RJ 109.2}
Nadie puede escudriñar las Escrituras con el Espíritu de Cristo y quedar sin recompensa. Cuando el hombre esté dispuesto a ser instruido como un niñito, cuando se someta completamente a Dios, encontrará la verdad en su Palabra. Si los hombres fueran obedientes comprenderían el plan del gobierno de Dios. El mundo celestial abriría sus cámaras de gracia y de gloria a la exploración. Los seres humanos serían totalmente diferentes de lo que son ahora; porque al explorar las minas de la verdad, los hombres quedarían ennoblecidos. El misterio de la redención, la encarnación de Cristo, su sacrificio expiatorio, no serían, como ahora, vagos en nuestra mente. Serían no solamente mejor comprendidos, sino del todo más altamente apreciados.{RJ 109.3}
En la oración que Cristo dirigió al Padre, dio al mundo una lección que debe ser grabada en la mente y el alma. “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”Juan 17:3. Esta es la verdadera educación. Imparte poder. El conocimiento experimental de Dios y de Cristo Jesús, a quien El ha enviado, transforma al hombre a la imagen de Dios. Le da dominio propio, sujetando cada impulso y pasión de la baja naturaleza del gobierno de las facultades superiores de la mente. Convierte a su poseedor en hijo de Dios y heredero del cielo. Lo pone en comunión con la mente del Infinito y le abre los ricos tesoros del universo.{RJ 109.4}
Este es el conocimiento que se obtiene al escudriñar la Palabra de Dios. Y este tesoro puede ser encontrado por toda alma que desea dar todo lo que posee por obtenerlo.—Palabras de Vida del Gran Maestro, 82, 83, 85, 86.{RJ 109.5}
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La influencia de una mente sobre otra

La influencia de una mente sobre otra, 13 de abril
Porque no nos ha dado Dios el espíritu de temor, sino el de fortaleza, y de amor, y de templanza. 2 Timoteo 1:7.{NEV 111.1}
La influencia que ejerce una mente sobre otra y que es un poder tan grande para el bien cuando es santificada, es igualmente fuerte para el mal en las manos de aquellos que se oponen a Dios. Satanás empleó este poder en su obra para instilar el mal en la mente de los ángeles, e hizo ver que andaba buscando el bien del universo. ... Arrojado del universo, Satanás estableció su reino en este mundo, y desde entonces ha trabajado incansablemente para seducir a los seres humanos y alejarlos de su sometimiento a Dios. Emplea el mismo poder que utilizó en el cielo: la influencia de una mente sobre otra. Los hombres se transformaron en los tentadores de sus semejantes. Se comparten los fuertes y corruptores sentimientos de Satanás, y éstos ejercen un poder dominador y compelente.—Carta 114, 1903, pp. 2.{NEV 111.2}
Se necesita un claro discernimiento espiritual para distinguir entre la paja y el trigo, entre la ciencia de Satanás y la ciencia de la Palabra de verdad. Cristo, el gran Médico, vino a nuestro mundo para dar salud, paz y perfección de carácter a todos aquellos que lo recibieran. Su Evangelio no consiste en métodos exteriores y realizaciones, a través de los cuales la ciencia de una obra maligna ha de introducirse como una gran bendición, para que después resulte en una gran maldición. En el segundo capítulo de Filipenses se encuentra una presentación de la verdadera piedad. “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús”. Filipenses 2:5.{NEV 111.3}
Abogar por la ciencia de la cura mental es abrir una puerta a través de la cual Satanás entrará para posesionarse de la mente y el corazón. Satanás controla tanto la mente que se somete para ser controlada por otra, como la mente que ejerce ese control. Quiera Dios ayudarnos a comprender la verdadera ciencia de la edificación en Cristo, nuestro Salvador y Redentor.{NEV 111.4}
Cristo es el más grande de todos los médicos. Es un médico del alma, tanto como del cuerpo. Si no hubiera venido a este mundo para redimirnos del infernal poder de Satanás, no habríamos tenido esperanza de obtener la vida eterna. ... No induzcamos a los seres humanos a contemplar las mentes que yerran. Digámosles: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. Juan 1:29.—Carta 130, 1901.{NEV 111.5}
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Socios de Cristo

Socios de Cristo, 13 de abril
Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. Juan 15:5.{MSV 114.3}
¡El fin está cerca! Dios invita a la iglesia a poner en orden las cosas que quedan. Colaboradores de Dios, estáis facultados por el Señor para llevar a otros al reino. Habéis de ser los agentes vivos de Dios, conductos de luz para el mundo, y en derredor vuestro hay ángeles del cielo, enviados por Cristo para sosteneros y fortaleceros mientras trabajáis por la salvación de las almas...{MSV 114.4}
Destacaos como separados y distintos del mundo, como personas que están en el mundo, pero que no son de él, y reflejad los brillantes rayos del Sol de justicia, siendo puros, santos y sin contaminación, y haciendo brillar con fe la luz en todos los caminos y vallados de la tierra.{MSV 114.5}
Despiértense las iglesias antes que sea eternamente demasiado tarde. Asuma cada miembro su obra individual y vindique el nombre del Señor, que lleva sobre sí. Que la fe sana y la ferviente piedad reemplacen la pereza y la incredulidad. Cuando la fe eche mano de Cristo, la verdad deleitará el alma y los servicios religiosos no serán áridos ni carentes de interés... Diariamente tendréis una rica experiencia mientras practiquéis el cristianismo que profesáis. Se convertirán los pecadores... {MSV 114.6}
¡Ojala que todos se despertaran y manifestasen al mundo que su fe es una fe viva, que aguarda al mundo una crisis vital y que Jesús vendrá pronto! Dejemos ver a los hombres que creemos estar en los límites del mundo eterno.{MSV 115.1}
La edificación del reino de Dios queda rezagada o fomentada de acuerdo con la infidelidad o la fidelidad de los agentes humanos. La obra queda estorbada cuando los agentes humanos no cooperan con los agentes divinos. Los hombres pueden orar: “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Mateo 6:10); pero si en su vida no actúan de acuerdo con su oración, sus peticiones serán infructuosas. Pero aunque seamos débiles, sujetos a error y pecado, el Señor nos ofrece asociarnos con él. Nos invita a colocarnos bajo la instrucción divina. Uniéndonos con Cristo, podemos realizar las obras de Dios. “Separados de mí—dijo Cristo—nada podéis hacer”.—Joyas de los Testimonios 3:69-71.{MSV 115.2}
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Que podamos ser vencedores

Que podamos ser vencedores, 13 de abril
Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos. Apocalipsis 12:11.{MGD 111.1}
Cristo ha hecho posible que cada miembro de la familia humana pueda resistir la tentación. Los que estén dispuestos a vivir vidas piadosas podrán vencer como Cristo venció.—Medical Ministry, 264.{MGD 111.2}
Para hacer nuestra la gracia de Dios, debemos desempeñar nuestra parte. Dios no se propone llevar a cabo en lugar de nosotros el querer ni el hacer. Su gracia es dada para obrar en nosotros el querer y el hacer, pero nunca como sustituto de nuestro esfuerzo. Nuestras almas deben ser despertadas a este trabajo de cooperación. El Espíritu Santo obra en nosotros para que podamos obrar nuestra propia salvación... Las refinadas cualidades mentales y el elevado tono de carácter moral no son frutos de la casualidad. Dios da oportunidades; el éxito depende del uso que se ha hecho de ellas. Es necesario discernir prestamente las puertas que abre la Providencia y entrar ansiosamente por ellas. Hay muchos que podrían llegar a ser hombres poderosos si, como Daniel, dependiesen de Dios para recibir gracia para vencer, y fuerza y eficiencia para hacer su trabajo.—Mensajes para los Jóvenes, 145, 146.{MGD 111.3}
Es necesario mantener una relación viva con el Cielo, tratando de obtener tan a menudo como lo hizo Daniel—tres veces al día—, la gracia divina suficiente para resistir el apetito y la pasión. Luchar con el apetito y la pasión sin la ayuda del poder divino será fútil; pero haced de Cristo vuestra fortaleza y el idioma de vuestra alma será: “En todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”. Romanos 8:37. Decía el apóstol Pablo: “Golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado”. 1 Corintios 9:27.{MGD 111.4}
Que nadie piense que puede vencer sin la ayuda de Dios. Debéis poseer la energía, la fortaleza, el poder de una vida interior desarrollada dentro de vosotros. Entonces daréis fruto para santidad y sentiréis una profunda repugnancia por el vicio.—Medical Ministry, 144.{MGD 111.5}
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De lo artificial a lo natural

De lo artificial a lo natural, 13 de abril
Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites? Salmos 8:3, 4.{HHD 112.1}
Dios nos insta a contemplar sus obras en el mundo natural. Desea que todos apartemos nuestra mente del estudio de lo artificial para dedicarlo a lo natural. Lo comprenderemos mejor al elevar nuestra mirada a las colinas de Dios, y contemplar las obras que él ha hecho con sus propias manos. Su mano ha modelado las colinas, y las ha puesto en equilibrio en su sitio, a fin de que no se muevan sino a su mandato. El viento, el sol, la lluvia, la nieve y el hielo son servidores que cumplen su voluntad.{HHD 112.2}
Para el cristiano, el amor y la benevolencia de Dios pueden verse en cada don de su mano. Las bellezas de la naturaleza son motivo de su contemplación. Al estudiar los encantos naturales que nos rodean, la mente pasa de la naturaleza al Autor de todo lo amable. Todas las obras de Dios hablan a nuestros sentidos, magnificando su poder y exaltando su sabiduría. Cada ser creado tiene en sus encantos aspectos interesantes para el hijo de Dios, y modelan su gusto para contemplar esas preciosas evidencias del amor de Dios por encima de las obras de la pericia humana.{HHD 112.3}
Con palabras saturadas de ardiente fervor, el profeta magnifica a Dios en sus obras creadas: “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?”—The Youth’s Instructor, 24 de marzo de 1898.{HHD 112.4}
De lo artificial a lo natural, 13 de abril
Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites? Salmos 8:3, 4.{HHD 112.1}
Dios nos insta a contemplar sus obras en el mundo natural. Desea que todos apartemos nuestra mente del estudio de lo artificial para dedicarlo a lo natural. Lo comprenderemos mejor al elevar nuestra mirada a las colinas de Dios, y contemplar las obras que él ha hecho con sus propias manos. Su mano ha modelado las colinas, y las ha puesto en equilibrio en su sitio, a fin de que no se muevan sino a su mandato. El viento, el sol, la lluvia, la nieve y el hielo son servidores que cumplen su voluntad.{HHD 112.2}
Para el cristiano, el amor y la benevolencia de Dios pueden verse en cada don de su mano. Las bellezas de la naturaleza son motivo de su contemplación. Al estudiar los encantos naturales que nos rodean, la mente pasa de la naturaleza al Autor de todo lo amable. Todas las obras de Dios hablan a nuestros sentidos, magnificando su poder y exaltando su sabiduría. Cada ser creado tiene en sus encantos aspectos interesantes para el hijo de Dios, y modelan su gusto para contemplar esas preciosas evidencias del amor de Dios por encima de las obras de la pericia humana.{HHD 112.3}
Con palabras saturadas de ardiente fervor, el profeta magnifica a Dios en sus obras creadas: “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?”—The Youth’s Instructor, 24 de marzo de 1898.{HHD 112.4}

Cómo obra la fe

Cómo obra la fe, 13 de abril
Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la circuncisión, sino la fe que obra por el amor. Gálatas 5:6.{ELC 112.1}
Cristo ha mostrado su gran amor por nosotros al dar su vida para que no perezcamos en nuestros pecados, para que pueda revestirnos de su salvación. Si alimentamos este divino amor en nuestros corazones, él cimentará y fortalecerá nuestra unión con los que tienen la misma fe. “Y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él”. 1 Juan 4:16. El fortalecer nuestro amor por nuestros hermanos y hermanas fortalecerá nuestro amor por Cristo. Este principio del amor por Dios y por aquellos por los cuales Cristo murió necesita ser avivado por el Espíritu Santo y cimentado por la bondad fraternal, la ternura; necesita ser fortalecido por actos que testifiquen que Dios es amor. Esta unión, que une corazón con corazón, no es resultado del sentimentalismo, sino la obra de un principio saludable.{ELC 112.2}
La fe obra por el amor y purifica el alma de todo egoísmo. Así el alma es perfeccionada en el amor. Y habiendo hallado gracia y misericordia mediante la sangre preciosa de Cristo, ¿cómo podemos dejar de ser tiernos y misericordiosos? ...{ELC 112.3}
“¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano? Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto: e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia... Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan”. Isaías 58:6-11.—The Review and Herald, 17 de marzo de 1910.{ELC 112.4}
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La Biblia, un todo perfecto

La Biblia, un todo perfecto, 13 de abril
Los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. 2 Pedro 1:21.{EJ 111.1}
Antes que el pecado entrara en el mundo, Adán gozaba de libre trato con su Creador; pero desde que el hombre se separó de Dios por causa del pecado, aquel gran privilegio le ha sido negado a la raza humana. No obstante, el plan de redención abrió el camino para que los habitantes de la tierra volvieran a relacionarse con el cielo. Dios se comunicó con los hombres mediante su Espíritu y, mediante las revelaciones hechas a sus siervos escogidos, la luz divina se esparció por el mundo. “Los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados del Espíritu Santo”. 2 Pedro 1:21.{EJ 111.2}
Durante los veinticinco primeros siglos de la historia humana no hubo revelación escrita. Los que eran enseñados por Dios comunicaban sus conocimientos a otros, y estos conocimientos eran así legados de padres a hijos a través de varias generaciones. La redacción de la palabra escrita empezó en tiempo de Moisés. Los conocimientos inspirados fueron entonces compilados en un libro inspirado. Esa labor continuó durante el largo período de dieciséis siglos, desde Moisés, el historiador de la creación y el legislador, hasta Juan, el narrador de las verdades más sublimes del Evangelio.{EJ 111.3}
La Biblia nos muestra a Dios como autor de ella; y sin embargo fue escrita por manos humanas, y la diversidad de estilo de sus diferentes libros muestra la individualidad de cada uno de sus escritores. Las verdades reveladas son todas inspiradas por Dios (2 Timoteo 3:16); y con todo están expresadas en palabras humanas. Y es que el Ser supremo e infinito iluminó con su Espíritu la inteligencia y el corazón de sus siervos. Les daba sueños y visiones y les mostraba símbolos y figuras; y aquellos a quienes la verdad fuera así revelada, revestían el pensamiento divino con palabras humanas.{EJ 111.4}
Los Diez Mandamientos fueron enunciados por el mismo Dios y escritos con su propia mano. Su redacción es divina y no humana. Pero la Biblia, con sus verdades de origen divino expresadas en el idioma de los hombres, es una unión de lo divino y lo humano. Esta unión existía en la naturaleza de Cristo, quien era Hijo de Dios e Hijo del hombre. Se puede pues decir de la Biblia, lo que fue dicho de Cristo: “Aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros”. Juan 1:14.{EJ 111.5}
Escritos en épocas diferentes y por hombres que diferían notablemente en posición social y económica y en facultades intelectuales y espirituales, los libros de la Biblia presentan contrastes en su estilo, como también diversidad en la naturaleza de los asuntos que desarrollan. Sus diversos escritores se valen de expresiones diferentes; a menudo la misma verdad está presentada por uno de ellos de modo más patente que por otro... Y las verdades así reveladas se unen en perfecto conjunto, adecuado para satisfacer las necesidades de los hombres en todas las circunstancias de la vida.—el Conflicto de los Siglos, 7-9.{EJ 111.6}
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La oración humilde y perseverante

La oración humilde y perseverante, 13 de abril
Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.Santiago 5:17-18.{DNC 112.1}
En la experiencia de Elías se nos presentan importantes lecciones. Cuando en la cumbre del monte Carmelo oró pidiendo lluvia, su fe fue probada, pero él perseveró presentando su pedido delante de Dios.{DNC 112.2}
El siervo observaba mientras Elías oraba. Seis veces volvió de su puesto de observación diciendo: No hay nada, ninguna nube, ninguna señal de lluvia. Pero el profeta no cejó en su intento ni se desanimó. Continuó repasando su vida, para descubrir dónde había dejado de honrar a Dios. A medida que escudriñaba su corazón, cada vez disminuía su valor ante sus ojos y ante la vista de Dios. Le parecía que no era nada, y que Dios lo era todo; y cuando llegó al punto de renunciar al yo mientras se aferraba al Salvador como su única fortaleza y justicia, llegó la respuesta. Apareció el siervo y dijo: “Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar”. 1 Reyes 18:44.{DNC 112.3}
Tenemos un Dios cuyo oído no está cerrado a nuestras peticiones, y si probamos su palabra, él honrará nuestra fe. El quiere que entretejamos todos nuestros intereses con los suyos, y luego podrá bendecirnos sin peligro, porque entonces no nos apoderaremos de la gloria cuando seamos bendecidos, sino que le daremos toda la alabanza a Dios. Dios no siempre contesta nuestras oraciones la primera vez que acudimos a él, porque si lo hiciera así, nosotros daríamos por sentado que tenemos derecho a todas las bendiciones y favores que él derrama sobre nosotros. En lugar de escudriñar nuestros corazones para ver si abrigábamos algún mal, si accedíamos al pecado, nos tornaríamos descuidados y dejaríamos de comprender nuestra dependencia de él...{DNC 112.4}
Elías se humilló a sí mismo, hasta que estuvo en una condición tal que no se atribuiría la gloria a sí mismo. Esta es la condición bajo la cual Dios oye la oración, porque entonces le daremos a él la alabanza... Únicamente Dios es digno de ser glorificado.*{DNC 112.5}
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Entrada destacada

¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
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“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374