La Maravillosa Gracia de Dios


La Maravillosa Gracia de Dios
“La plenitud de Dios”, 31 de octubre Y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. Efesios 3:19. https://ift.tt/9IgcSB5 Dios invita a los que conocen su voluntad a que sean hacedores de su Palabra. La debilidad, la tibieza y la indecisión provocan los asaltos de Satanás; y los que permiten el desarrollo de estos defectos serán arrastrados, impotentes, por las violentas olas de la tentación... Debemos aprovechar diligentemente todo medio de gracia para que el amor de Dios abunde más y más en el alma, “para que discernáis lo mejor; que seáis sinceros y sin ofensa para el día de Cristo; llenos de frutos de justicia”. Filipenses 1:10, 11. Vuestra vida cristiana debe asumir formas vigorosas y robustas. Podéis alcanzar la alta norma que se os presenta en las Escrituras, y debéis hacerlo si queréis ser hijos de Dios. No podéis permanecer quietos; debéis avanzar o retroceder. Debéis tener conocimiento espiritual, a fin de poder comprender “con todos los santos cuál sea la anchura y la longura, y la profundidad y la altura, y conocer el amor de Cristo”, para “que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”... ¿Queréis tener un crecimiento cristiano raquítico, o queréis progresar saludablemente en la vida divina? Donde hay salud espiritual hay crecimiento. El hijo de Dios crece hasta la plena estatura de hombre o mujer en Cristo. No hay límite para su mejoramiento... Tenemos que ganar grandes victorias, o perder el cielo. El corazón carnal debe ser crucificado; porque tiende hacia la corrupción moral, y el fin de ella es la muerte. Nada que no sea la influencia vivificadora del Evangelio puede ayudar al alma. Orad para que las poderosas energías del Espíritu Santo, con todo su poder vivificador, recuperador y transformador, caigan como un choque eléctrico sobre el alma paralizada, haciendo pulsar cada nervio con nueva vida, restaurando todo el hombre, de su condición muerta, terrenal y sensual a una sanidad espiritual. Así llegaréis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo escapado a la corrupción que reina en el mundo por la concupiscencia; y en vuestras almas se reflejará la imagen de Aquel por cuyas heridas somos sanados.—Joyas de los Testimonios 2:96-98, 100.
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La Fe por la Cual Vivo


La Fe por la Cual Vivo
Edificados sobre la roca, 31 de octubre Mas yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Mateo 16:18. https://ift.tt/K3pkj2t “La palabra Pedro significa una piedra, un canto rodado. Pedro no era la roca sobre la cual la iglesia se fundaba. Las puertas del infierno prevalecieron contra él cuando negó a su Señor con imprecaciones y juramentos. La iglesia fue edificada sobre Aquel contra quien las puertas del infierno no podían prevalecer.... La iglesia está edificada sobre Cristo como su fundamento; ha de obedecer a Cristo como su cabeza.... Si Jesús hubiese delegado en uno de los discípulos alguna autoridad especial sobre los demás, no los encontraríamos contendiendo con tanta frecuencia acerca de quién sería el mayor. Se habrían sometido al deseo de su Maestro y habrían honrado a aquel a quien él hubiese elegido. “En vez de nombrar a uno como su cabeza, Cristo dijo de los discípulos: ‘No queráis ser llamados Rabbí’; ‘ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo.’ ... La iglesia está edificada sobre Cristo como su fundador; ha de obedecer a Cristo como a su cabeza.... En la presencia de Dios, y de todos los seres celestiales, en la presencia del invisible ejército del mismo infierno, Cristo fundó su iglesia sobre la Roca viva. Esa Roca es él mismo—su propio cuerpo, quebrantado, herido por nosotros. Contra la iglesia edificada sobre ese fundamento, no prevalecerán las puertas del infierno.... “Durante seis mil años, la fe ha edificado sobre Cristo. Durante seis mil años, las tempestades y los embates de la ira satánica han azotado la Roca de nuestra salvación; pero ella sigue inconmovible.... La Roca de la fe es la presencia viva de Cristo en la iglesia.”—El Deseado de Todas las Gentes, 363, 364, 365.
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Hijos e Hijas de Dios


Hijos e Hijas de Dios
Nos alegramos en el Señor, 31 de octubre Dulce será mi meditación en él; yo me regocijaré en Jehová. Salmos 104:34. https://ift.tt/aLXH1NJ Descanse plenamente en los brazos de Jesús. Contemple su gran amor, y mientras medite en su abnegación, su sacrificio infinito hecho en nuestro favor para que creyésemos en él, su corazón se llenará de gozo santo, paz serena, y amor indescriptible. Mientras hablemos de Jesús y lo busquemos en oración, se fortalecerá nuestra confianza de que él es nuestro Salvador personal y amante, y su carácter aparecerá más y más hermoso... Debemos gozarnos con ricos festines de amor, y mientras más plenamente creamos que somos suyos por adopción, tendremos un goce anticipado del cielo. Esperemos con fe en el Señor. El impulsa al alma a la oración, y nos imparte el sentimiento de su precioso amor. Nos sentimos cerca de él, y podemos mantener una dulce comunión a su lado. Obtenemos un panorama claro de su ternura y compasión, y nuestro corazón se abre y enternece al considerar el amor que se nos concede. Sentimos en verdad morar a Cristo en el alma... Nuestra paz es como un río, ola tras ola de gloria ruedan hacia el interior del corazón, y verdaderamente cenamos con Jesús y él con nosotros. Sentimos que comprendemos el amor de Dios, y descansamos en su amor. Ningún lenguaje puede describirlo; está más allá del entendimiento. Somos uno con Jesús; nuestra vida se esconde con Cristo en Dios. Tenemos la seguridad de que cuando él, que es nuestra vida, aparezca, entonces, también apareceremos con él en gloria. Con toda confianza podemos decir que Dios es nuestro Padre. Ya sea que vivamos o muramos, pertenecemos al Señor. Su Espíritu nos hace semejantes a Cristo Jesús en temperamento y disposición, y representamos a Cristo ante los demás. Cuando él mora en el alma, no es posible ocultar este hecho, porque es como una fuente de aguas que mana vida eterna.—Carta 52, 1894.
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Dios nos Cuida


Dios nos Cuida
Somos objeto del amor infinito, 31 de octubre Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo. Efesios 2:4-5. https://ift.tt/hOxjuDq El corazón que se rinda a la sabia disciplina de Dios, habrá de confiar en cada manifestación de su providencia... La tentación procurará desalentarnos, pero, ¿qué se logra al ceder a la tentación? ¿Obtendrá, acaso, el alma algo mejor murmurando y quejándose de aquello que es la única fuente de poder? ¿Está el ancla echada dentro del velo? ¿Soportaremos la enfermedad? ¿Cuál será nuestro testimonio en los instantes finales de la vida, cuando los labios estén temblorosos por la muerte? ¡El ancla está firme! Yo sé que mi Redentor vive... Oh Jesús precioso, amoroso, longánime, clemente ¡cuánto te adora mi alma! ¡Que un alma pobre, indigna, contaminada por el pecado pueda estar de pie delante del Dios santo, perfecta en justicia, sólo lo debemos a quien es nuestro Sustituto y Garantía! Maravíllense los cielos y asómbrese la tierra, que la raza caída sea objeto de su infinito amor y gozo. El Creador se regocija por ellos con cánticos celestiales, mientras el hombre que fuera contaminado por el pecado, ha venido a ser limpio por la justicia de Cristo, para presentarse ante el Padre libre de mácula pecaminosa; sin “mancha ni arruga ni cosa semejante”. Efesios 5:27. “¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica”. Romanos 8:33. Que toda alma débil y sacudida por la tempestad de las pruebas pueda anclarse en Jesucristo, y no centrarse tanto en sí misma como para pensar sólo en sus pequeños fracasos y en la interrupción de sus planes y esperanzas. ¿Acaso el plan de salvación no lo abarca todo? Si es el Dios infinito que me justifica, “¿quién es el que condenará? Cristo es el que murió”. Romanos 8:34. ¡El es quien, al morir por el hombre, demostró que lo ama tanto como para morir por él! La ley condena al pecador y nos lleva hasta Cristo. Dios es quien justifica y perdona. Satanás nos acusará y pedirá destruirnos, pero es Dios quien abrirá la puerta al refugio. Y es Dios el que justifica a quien traspasa el umbral de esa puerta. Entonces, si Dios es por nosotros, ¿quién podrá estar contra nosotros? ¡Oh, qué verdad gloriosa, brillante! ¿Por qué los hombres no pueden discernirla?... Dios vive y reina. Todos los salvados deben luchar virilmente como soldados de Jesucristo; entonces sus nombres serán registrados en los libros del cielo como fieles y verdaderos.
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Conflicto y Valor


Conflicto y Valor
Pedro miró atrás, 31 de octubre Mateo 14:23-33. https://ift.tt/52yvAI9 ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Mateo 14:31. Mirando a Jesús, Pedro andaba con seguridad; pero cuando con satisfacción propia, miró hacia atrás, a sus compañeros que estaban en el barco, sus ojos se apartaron del Salvador. El viento era borrascoso. Las olas se elevaban a gran altura... Durante un instante, Cristo quedó oculto de su vista, y su fe le abandonó. Empezó a hundirse. Pero mientras las ondas hablaban con la muerte, Pedro elevó sus ojos de las airadas aguas y fijándolos en Jesús, exclamó: “Señor, sálvame”. Inmediatamente Jesús asió la mano extendida, diciéndole: “Oh hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?” Andando lado a lado, y teniendo Pedro su mano en la de su Maestro, entraron juntos en el barco. Pero Pedro estaba ahora subyugado y callado. No tenía motivos para alabarse más que sus compañeros, porque por la incredulidad y el ensalzamiento propio, casi había perdido la vida. Cuando apartó sus ojos de Jesús, perdió pie y se hundía en medio de las ondas. Cuando la dificultad nos sobreviene, con cuánta frecuencia somos como Pedro. Miramos las olas en vez de mantener nuestros ojos fijos en el Salvador. Nuestros pies resbalan, y las orgullosas aguas sumergen nuestras almas. Jesús no le había pedido a Pedro que fuera a él para perecer; él no nos invita a seguirle para luego abandonarnos... En este incidente sobre el mar, deseaba revelar a Pedro su propia debilidad, para mostrarle que su seguridad estaba en depender constantemente del poder divino. En medio de las tormentas de la tentación, podía andar seguramente tan sólo si, desconfiando totalmente de sí mismo, fiaba en el Salvador. En el punto en que Pedro se creía fuerte, era donde era débil; y hasta que pudo discernir su debilidad no pudo darse cuenta de cuánto necesitaba depender de Cristo. Si él hubiese aprendido la lección que Jesús trataba de enseñarle en aquel incidente sobre el mar, no habría fracasado cuando le vino la gran prueba. Día tras día, Dios instruye a sus hijos. Por las circunstancias de la vida diaria, los está preparando para desempeñar su parte en aquel escenario más amplio que su providencia les ha designado. Es el resultado de la prueba diaria lo que determina su victoria o su derrota en la gran crisis de la vida. El Deseado de Todas las Gentes, 344, 345.
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Alza tus Ojos


Alza tus Ojos
Dios no cambia, 31 de octubre Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. Génesis 3:15. https://ift.tt/q5tQ6da Qué difícil resulta para el hombre caminar humildemente con Dios, creer su Palabra y aceptar sus planes. Las proposiciones de Satanás parecen ofrecer grandes ventajas, pero terminan en la perdición. Vez tras vez los hombres han descubierto por experiencia propia el resultado de rehusarse a caminar por la senda de la obediencia. ¿No obtendrán otros sabiduría de su experiencia? Pensemos en lo que sucedió con nuestros primeros padres y temamos cualquier plan que no esté basado en la obediencia a la voluntad de Dios. ¿Cuándo aprenderán los hombres que Dios es Dios, no un hombre, y que no cambia? Cada desgracia, cada muerte, es un testimonio del poder del mal y de la verdad del Dios viviente. La Palabra de Dios es vida y permanecerá para siempre. Por toda la eternidad, perdurará inmutable. ¿Cómo puede el hombre, sabiendo quién es Dios y qué ha hecho, elegir la senda de Satanás en lugar de la senda de Dios? Hay sólo un camino hacia el paraíso restaurado: El camino de la obediencia. El mensaje dado al hombre para ser proclamado en estos últimos días no se amalgamará con opiniones mundanas. En estos días peligrosos nada sino la obediencia guardará al hombre de la apostasía. Dios ha derramado sobre los hombres gran luz y muchas bendiciones. Pero a menos que esta luz y estas bendiciones sean aceptadas, no constituirán ninguna salvaguardia contra la apostasía y la desobediencia. Cuando los que han sido elevados por Dios a posiciones de gran responsabilidad se vuelven de El hacia la sabiduría humana, su luz se convierte en tinieblas y ¡qué densas son esas tinieblas! Los talentos que se les han confiado son una trampa para ellos. Se han transformado en una ofensa para Dios. El no puede ser burlado sin que sobrevengan las consecuencias. Siempre hubo y habrá, hasta que finalice el conflicto, un alejamiento del Señor. Los pecados tienen una estrecha relación entre sí. Un acto de desobediencia, a menos que quien lo ejecute se arrepienta de él, conducirá a otro. El que se justifica a sí mismo en el pecado es llevado paso a paso en el engaño hasta que al fin peca impunemente. A menudo los profesos seguidores de Cristo tienen corazones endurecidos y ojos cegados porque no obedecen a la verdad. Motivos y propósitos egoístas se posesionan de su mente. En su confianza propia suponen que su camino es el camino de la sabiduría. No son escrupulosos al seguir la senda que Dios ha señalado. Manifiestan que las circunstancias alteran los casos, y cuando Satanás los tienta a seguir principios mundanos, ceden y recorriendo caminos sinuosos con sus pies, descarrían a otros. Los inexpertos los siguen por dondequiera que van, suponiendo que el criterio de cristianos tan experimentados debe de ser sabio.—Manuscrito 135, del 31 de octubre de 1902, “Instrucción a la Iglesia”.
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A Fin de Conocerle


A Fin de Conocerle
La condición para ser hijo, 31 de octubre Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso. 2 Corintios 6:17, 18. https://ift.tt/5s0pMGi ¿Queréis convertiros en hijos e hijas del Todopoderoso? Aquí se estipulan las condiciones para gozar de este gran privilegio. Salid, sed diferentes, no toquéis lo inmundo. No podéis conservar la amistad del mundo, participar en sus placeres, indentificaros con sus intereses, y aún ser hijos de Dios. Juan dijo: “El mundo no nos conoce, porque no le conoció a él”. 1 Juan 3:1. ¿Pero permitiremos que el deseo de obtener el favor de los enemigos de Dios nos impida aceptar las condiciones de la salvación? ... Se esperan grandes cosas de los hijos e hijas de Dios. Contemplo a los jóvenes de hoy, y mi corazón se estremece por ellos. ¡Qué posibilidades hay ante ellos! Si procuran sinceramente aprender de Cristo, él les concederá sabiduría, como se la dio a Daniel. ... Que los jóvenes traten de apreciar el privilegio que puede ser suyo, ser dirigidos por la sabiduría infalible de Dios. Se considera un gran honor ser invitado ante la presencia de un rey de este mundo. Pero consideremos el asombroso privilegio que se nos ofrece. Si obedecemos los requisitos de Dios, podemos llegar a ser hijos e hijas del Rey del universo. Mediante un Salvador crucificado y resucitado, podemos tener la plenitud de los frutos de justicia, y ser aptos para brillar en las cortes del Rey de reyes durante siglos sin término. El mundo no conoce la exaltación de los hijos y las hijas del Altísimo. Los que los rodean no ven que el espíritu humilde y abnegado y la paciente mansedumbre de corazón tengan algún valor extraordinario. No conocieron ni apreciaron a Cristo cuando estuvo en el mundo, y el siervo no es mayor que su Señor. No podrían apreciarlo, y cuanto más nos asemejemos a él, tanto más no nos entenderá el mundo.—The Review and Herald, 28 de febrero de 1888.
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¡Maranata: El Senor Viene!


¡Maranata: El Senor Viene!
Su galardón está con él, 31 de octubre He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. Apocalipsis 22:12. https://ift.tt/pF8Whe5 Nuestra tarea aquí está por terminar, y cada cual recibirá su recompensa de acuerdo con su propia labor. Se me mostró la recompensa de los santos, la herencia inmortal, y vi que los que habían padecido más por causa de la verdad no estimarían que habían pasado por tiempos difíciles, sino que considerarían que el cielo les había resultado fácil de alcanzar.82Testimonies for the Church 1:381. Cada día lleva su propia carga de deberes no cumplidos, de descuido, de egoísmo, de engaño, de fraude, de astucia. ¡Cuántas malas obras acumuladas para el juicio final! Cuando Cristo venga, “su recompensa” estará “con él, y delante de él su obra” para dar a cada hombre según sus obras ¡Qué revelación será aquélla! ¡Qué confusión de rostro para algunos cuando los hechos de su vida sean revelados en las páginas de la historia!83Testimonies for the Church 2:160. Todo acto bueno o malo, y su influencia sobre los demás, no pasa inadvertido para el que escudriña los corazones, a quien se revela todo secreto. Y la recompensa estará de acuerdo con los motivos que promovieron la acción.84Testimonies for the Church 2:520. La venida de Cristo se acerca apresuradamente. El tiempo que nos queda para trabajar es corto, y hay hombres y mujeres que perecen... Es necesario que la potencia convertidora de Dios tome posesión de nosotros, para que podamos comprender las necesidades de un mundo que perece. El mensaje que estoy encargada de anunciaros es éste: Preparaos, preparaos para el encuentro con el Señor. Aderezad vuestras lámparas y que la luz de la verdad brille en las encrucijadas y los vallados. Hay un mundo entero que espera le sea anunciada la proximidad del fin de todas las cosas. Procuremos una nueva conversión. Necesitamos de la presencia del Santo Espíritu de Dios para enternecer nuestros corazones y evitar un espíritu duro en nuestro trabajo. Ruego a Dios que su Santo Espíritu tome plena posesión de nuestros corazones. Procedamos como hijos de Dios, que buscan su consejo y están listos para seguir sus planes dondequiera que les sean presentados. Dios será glorificado por un pueblo tal y los testigos de nuestro celo dirán: Amén, amén.85Joyas de los Testimonios 3:339-342.
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Sabbath School


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Thursday, October 31 El testimonio de los samaritanos Comentarios Elena G.W https://ift.tt/AsoxpMU Los fariseos despreciaban la sencillez de Jesús. Desconocían sus milagros, y pedían una señal de que era el Hijo de Dios. Pero los samaritanos no pidieron señal, y Jesús no hizo milagros entre ellos, fuera del que consistió en revelar los secretos de su vida a la mujer que estaba al lado del pozo. Sin embargo, muchos le recibieron. En su nuevo gozo, decían a la mujer: “Ya no creemos por tu dicho; porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente este es el Salvador del mundo, el Cristo”. Los samaritanos creían que el Mesías había de venir como Redentor, no solo de los judíos, sino del mundo. El Espíritu Santo, por medio de Moisés, lo había anunciado como profeta enviado de Dios. Por medio de Jacob, se había declarado que todas las gentes se congregarían alrededor suyo; y por medio de Abraham, que todas las naciones de la tierra serían benditas en él. En estos pasajes basaba su fe en el Mesías la gente de Samaria. El hecho de que los judíos habían interpretado erróneamente a los profetas ulteriores, atribuyendo al primer advenimiento la gloria de la segunda venida de Cristo, había inducido a los samaritanos a descartar todos los escritos sagrados excepto aquellos que habían sido dados por medio de Moisés. Pero como el Salvador desechaba estas falsas interpretaciones, muchos aceptaron las profecías ulteriores y las palabras de Cristo mismo acerca del reino de Dios (El Deseado de todas las gentes, pp. 163, 164). El Salvador continúa realizando hoy la misma obra que cuando ofreció el agua de vida a la mujer samaritana. Los que se llaman sus discípulos pueden despreciar y rehuir a los parias; pero el amor de él hacia los hombres no se deja desviar por ninguna circunstancia de nacimiento, nacionalidad, o condición de vida. A toda alma, por pecaminosa que sea, Jesús dice: Si me pidieras, yo te daría el agua de la vida. No debemos estrechar la invitación del evangelio y presentarla solamente a unos pocos elegidos, que, suponemos nosotros, nos honrarán aceptándola. El mensaje ha de proclamarse a todos. Doquiera haya corazones abiertos para recibir la verdad, Cristo está listo para instruirlos. Él les revela al Padre y la adoración que es aceptable para Aquel que lee el corazón. Para los tales no usa parábolas. A ellos, como a la mujer samaritana al lado del pozo, dice: “Yo soy, que hablo contigo” (El Deseado de todas las gentes, p. 165). Cuando Jesús se sentó para descansar junto al pozo de Jacob, venía de Judea, donde su ministerio había producido poco fruto. Había sido rechazado por los sacerdotes y rabinos, y aun los que profesaban ser discípulos suyos no habían percibido su carácter divino. Se sentía débil y cansado, pero no descuidó la oportunidad de hablar a una mujer sola, aunque era una extraña, enemiga de Israel y vivía en pecado. El Salvador no aguardaba a que se reuniesen congregaciones. Muchas veces, empezaba sus lecciones con unos pocos reunidos en derredor suyo. Pero uno a uno los transeúntes se detenían para escuchar, hasta que una multitud oía con asombro y reverencia las palabras de Dios pronunciadas por el Maestro enviado del cielo. El que trabaja para Cristo no debe pensar que no puede hablar con el mismo fervor a unos pocos oyentes que a una gran compañía. Tal vez haya uno solo para oír el mensaje; pero, ¿quién puede decir cuán abarcante será su influencia? Parecía asunto sin importancia, aun para los discípulos, que el Salvador dedicase su tiempo a una mujer de Samaria. Pero él razonó con ella con más fervor y elocuencia que con reyes, consejeros o pontífices. Las lecciones que le dio han sido repetidas hasta los confines más remotos de la tierra (El Deseado de todas las gentes, pp. 165, 166).
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Entrada destacada

¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374