La Fe por la Cual Vivo


Una unión para toda la vida, 4 de septiembre Así que, no son ya más dos, sino una carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo aparte el hombre. Mateo 19:6. https://ift.tt/aVSi6mK “El voto matrimonial ... une los destinos de dos individuos con vínculos que sólo la mano de la muerte debiera romper.”—Testimonies for the Church 4:507. “En el sermón del monte, Jesús declaró claramente que no podía haber disolución del casamiento, excepto por infidelidad a las promesas solemnes del matrimonio.... Cuando Dios juntó las manos del hombre y la mujer ... diciendo: ‘Dejará el hombre a su padre y a su madre y allegarse ha a su mujer,’ ... dictó la ley de matrimonio para todos los hijos de Adán hasta el fin del tiempo.”—El Discurso Maestro de Jesucristo, 56. “Al comenzar su vida matrimonial los hombres y las mujeres debieran consagrarse de nuevo a Dios.... “Donde reina el Espíritu de Dios no se hablará de incompatibilidad en las relaciones matrimoniales.”—The Adventist Home, 103, 120. “A pesar de las dificultades, las congojas y los desalientos que puedan suscitarse, no abriguen jamás ni el marido ni la mujer el pensamiento de que su unión es un error o una decepción. Resuélvase cada uno de ellos a ser para el otro cuanto le sea posible ser. Sigan teniendo uno para con otro los miramientos que se tenían al principio. Aliéntese uno a otro en las luchas de la vida. Procuren anticipar la felicidad uno de otro. Haya entre ellos amor mutuo, soportándose uno a otro. Entonces el matrimonio, en vez de ser el término del amor, será más bien su verdadero principio.”—El Ministerio de Curación, 338.

La Fe por la Cual Vivo


La Fe por la Cual Vivo
Una unión para toda la vida, 4 de septiembre Así que, no son ya más dos, sino una carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo aparte el hombre. Mateo 19:6. https://ift.tt/aVSi6mK “El voto matrimonial ... une los destinos de dos individuos con vínculos que sólo la mano de la muerte debiera romper.”—Testimonies for the Church 4:507. “En el sermón del monte, Jesús declaró claramente que no podía haber disolución del casamiento, excepto por infidelidad a las promesas solemnes del matrimonio.... Cuando Dios juntó las manos del hombre y la mujer ... diciendo: ‘Dejará el hombre a su padre y a su madre y allegarse ha a su mujer,’ ... dictó la ley de matrimonio para todos los hijos de Adán hasta el fin del tiempo.”—El Discurso Maestro de Jesucristo, 56. “Al comenzar su vida matrimonial los hombres y las mujeres debieran consagrarse de nuevo a Dios.... “Donde reina el Espíritu de Dios no se hablará de incompatibilidad en las relaciones matrimoniales.”—The Adventist Home, 103, 120. “A pesar de las dificultades, las congojas y los desalientos que puedan suscitarse, no abriguen jamás ni el marido ni la mujer el pensamiento de que su unión es un error o una decepción. Resuélvase cada uno de ellos a ser para el otro cuanto le sea posible ser. Sigan teniendo uno para con otro los miramientos que se tenían al principio. Aliéntese uno a otro en las luchas de la vida. Procuren anticipar la felicidad uno de otro. Haya entre ellos amor mutuo, soportándose uno a otro. Entonces el matrimonio, en vez de ser el término del amor, será más bien su verdadero principio.”—El Ministerio de Curación, 338.
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Hijos e Hijas de Dios


El hogar, el mejor campo misionero, 4 de septiembre Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres. Colosenses 3:23. https://ift.tt/3IHFQlU Dios os ha concedido la vida y todas las demás bendiciones que la hacen placentera, y en cambio os pide vuestro servicio como un acto de gratitud, de amor, de obediencia a su ley... Requiere de vosotros que dominéis la pasión, que refrenéis los pensamientos y los actos egoístas, y que no pronunciéis palabras irritadas. ¿Requeriría Jesús ese dominio de vosotros mismos si no redundara en vuestra propia felicidad? No. El quiere que cultivéis los rasgos de carácter que darán paz a vuestros corazones y os capacitarán para iluminar a otros corazones y vidas con la luz del amor, del gozo y del jubiloso contentamiento. Si estáis verdaderamente convertidos, si sois hijos de Jesús, honraréis a vuestros padres; no solamente haréis lo que ellos os piden, sino que procuraréis descubrir las oportunidades para ayudarles. Al hacerlo, estáis trabajando para Jesús. El considera que todas esas responsabilidades que lleváis y esos actos bondadosos, los realizáis para él. Esa es la clase más importante de obra misionera; y los que son fieles en esos pequeños deberes cotidianos, están adquiriendo una experiencia valiosa... Al emplear vuestro tiempo en algún trabajo útil, cerraréis la puerta a las tentaciones de Satanás Recordad que Jesús no vivió para complacerse, y que vosotros debéis asemejaros a él. Haced que esto llegue a ser en vosotros un principio religioso, y pedid a Jesús que os ayude. Al ejercitaros en ese sentido, os prepararéis para llegar a ser personas que saben llevar responsabilidades en la causa de Dios. Ejerceréis buena influencia sobre otros, y podréis ganarlos para el servicio de Cristo.—The Youth’s Instructor, 30 de enero de 1884.

Exaltad a Jesús


Firme en la fuerza de Dios, 4 de septiembre Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Juan 17:3. https://ift.tt/8KnUfdV Hay muy poco beneficio que se pueda obtener de una lectura apresurada de las Escrituras. Se puede leer la Biblia de principio a fin y sin embargo no percibir su hermosura ni comprender su significado profundo y oculto. Un pasaje que se estudia hasta que su significado le resulta claro a la mente, y evidente su relación con el plan de salvación, es de mucho más valor que la lectura superficial de muchos capítulos sin ningún propósito definido y sin que se gane ninguna instrucción positiva. Mantenga su Biblia con usted. Léala a medida que se presenta la oportunidad; grabe los textos en su memoria. Aun mientras transita por las calles puede leer un pasaje y meditar acerca de él, hasta fijarlo en la memoria. En su Palabra está la vida de Cristo, que da vida al mundo. Era mediante ella como Jesús sanaba las enfermedades y echaba fuera demonios; por su Palabra calmó el mar y resucitó muertos; y la gente dio testimonio de que hablaba con poder. Expresó la palabra de Dios, como lo había hecho a través de todos los profetas y maestros del Antiguo Testamento. La Biblia entera es una manifestación de Cristo. Es nuestra fuente de poder. Así como nuestra vida física se sostiene gracias al alimento, también la espiritual es sustentada por la Palabra de Dios. Cada alma necesita recibir personalmente la vida que proviene de la Palabra de Dios. Del mismo modo como cada uno puede comer por sí mismo si ha de recibir alimento, así también debemos recibir la Palabra de Dios personalmente. No la debemos obtener únicamente a través de los pensamientos de otros. Sí, la Palabra de Dios es el pan de vida. Los que la comen y la digieren, haciéndola parte integrante de cada acción y cada atributo de su carácter, crecen robustos en la fuerza de Dios. Esto vigoriza el alma, perfecciona la experiencia y produce un gozo que perdurará eternamente.—The Signs of the Times, 25 de junio de 1902. “En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”. Aquí no se especifica la vida física, sino la vida eterna, la vida que es exclusiva propiedad de Dios. El Verbo, que estaba con Dios y que era Dios, poseía esa vida. La vida física es algo que ha recibido cada individuo. No es eterna ni inmortal, pues la toma de nuevo Dios, el Dador de la vida. El hombre no tiene control sobre su vida. Pero la vida de Cristo no era prestada. Nadie puede arrebatarle esa vida. “Yo de mí mismo la pongo”, dijo. “En él estaba la vida”: original, no prestada, no derivada de otro. Esa vida no es inherente al hombre. Sólo puede poseerla por medio de Cristo. No puede ganarla; le es dada como una dádiva gratuita si quiere creer en Cristo como su Salvador personal. “Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”. Juan 17:3. Esta es la fuente de vida abierta para el mundo.—Comentario Bíblico Adventista 5:1104.

Exaltad a Jesús


Exaltad a Jesús
Firme en la fuerza de Dios, 4 de septiembre Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Juan 17:3. https://ift.tt/8KnUfdV Hay muy poco beneficio que se pueda obtener de una lectura apresurada de las Escrituras. Se puede leer la Biblia de principio a fin y sin embargo no percibir su hermosura ni comprender su significado profundo y oculto. Un pasaje que se estudia hasta que su significado le resulta claro a la mente, y evidente su relación con el plan de salvación, es de mucho más valor que la lectura superficial de muchos capítulos sin ningún propósito definido y sin que se gane ninguna instrucción positiva. Mantenga su Biblia con usted. Léala a medida que se presenta la oportunidad; grabe los textos en su memoria. Aun mientras transita por las calles puede leer un pasaje y meditar acerca de él, hasta fijarlo en la memoria. En su Palabra está la vida de Cristo, que da vida al mundo. Era mediante ella como Jesús sanaba las enfermedades y echaba fuera demonios; por su Palabra calmó el mar y resucitó muertos; y la gente dio testimonio de que hablaba con poder. Expresó la palabra de Dios, como lo había hecho a través de todos los profetas y maestros del Antiguo Testamento. La Biblia entera es una manifestación de Cristo. Es nuestra fuente de poder. Así como nuestra vida física se sostiene gracias al alimento, también la espiritual es sustentada por la Palabra de Dios. Cada alma necesita recibir personalmente la vida que proviene de la Palabra de Dios. Del mismo modo como cada uno puede comer por sí mismo si ha de recibir alimento, así también debemos recibir la Palabra de Dios personalmente. No la debemos obtener únicamente a través de los pensamientos de otros. Sí, la Palabra de Dios es el pan de vida. Los que la comen y la digieren, haciéndola parte integrante de cada acción y cada atributo de su carácter, crecen robustos en la fuerza de Dios. Esto vigoriza el alma, perfecciona la experiencia y produce un gozo que perdurará eternamente.—The Signs of the Times, 25 de junio de 1902. “En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”. Aquí no se especifica la vida física, sino la vida eterna, la vida que es exclusiva propiedad de Dios. El Verbo, que estaba con Dios y que era Dios, poseía esa vida. La vida física es algo que ha recibido cada individuo. No es eterna ni inmortal, pues la toma de nuevo Dios, el Dador de la vida. El hombre no tiene control sobre su vida. Pero la vida de Cristo no era prestada. Nadie puede arrebatarle esa vida. “Yo de mí mismo la pongo”, dijo. “En él estaba la vida”: original, no prestada, no derivada de otro. Esa vida no es inherente al hombre. Sólo puede poseerla por medio de Cristo. No puede ganarla; le es dada como una dádiva gratuita si quiere creer en Cristo como su Salvador personal. “Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”. Juan 17:3. Esta es la fuente de vida abierta para el mundo.—Comentario Bíblico Adventista 5:1104.
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El Cristo Triunfante


El Cristo Triunfante
Cuando se rechaza su amor, el salvador sufre, 4 de septiembre “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron”. Juan 1:11. https://ift.tt/oy1rN7z Ante ellos [la multitud que acompañaba a Jesús en su entrada triunfal] se encontraba la ciudad de Jerusalén, con su templo inmaculado de blanco mármol que a esa hora se recubría de doradas tonalidades por la gloria de los rayos del sol que se hundía en el ocaso. Era una vista de hermosura incomparable y podrían habérsele aplicado las palabras del profeta: “En aquel día Jehová de los ejércitos será por corona de gloria y diadema de hermosura”. Ante la magnífica vista de la entrada, el gentío se unió con fervor renovado en exclamaciones de alabanza.... Suponían que ahora Cristo tomaría el trono de David para reinar como un príncipe temporal. Los ojos del gentío se volvieron hacia él buscando percibir cuánto le impresionaba aquella escena. Pero, sorprendidos, ¡ven el rostro del Hijo de Dios arrasado por las lágrimas!” Cuando Cristo puso sus ojos sobre el templo, que muy pronto sería desolado y su velo rasgado cuando los judíos consumaron su muerte, lloró sobre aquella ciudad desobediente... En pocas horas el Redentor del mundo sería tomado por las manos de los impíos para ser crucificado. No sería la nación romana, ni los gentiles, sino el pueblo por el que tanto había hecho y de quienes había esperado tanto, éstos habrían de ser sus asesinos... Aquella gracia que traía la salvación ya no se escucharía más en la ciudad. Esta era la razón del intenso dolor que padeció el Salvador... Las tiernas lágrimas que derramó sobre Jerusalén fueron las últimas de un amor rechazado... El jubiloso gentío no podía entender la razón de las lágrimas de Cristo. Ellos no sabían que las iniquidades de Israel habrían de acarrear las calamidades finales sobre esta nación. Entonces un misterioso sentimiento embargó a la procesión y aquietó en cierto grado su entusiasmo... Una buena parte de los que allí estaban llevaban la evidencia en sus cuerpos que demostraba que un poder divino estaba en medio de ellos y cada uno tenía una historia que referir con respecto a la labor misericordiosa de Cristo. La relación de estas maravillosas obras incrementó el fervor del sentimiento que los embargaba hasta que éste alcanzó una intensidad indescriptible. Los discípulos y el pueblo se unieron entonces en cánticos de alabanza. Fue entonces cuando vinieron a él los sacerdotes y gobernantes pidiéndole que silenciara estas exclamaciones de alabanza: “Maestro, reprende a tus discípulos” le dijeron. Cristo les respondió: “Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían”. Cristo había venido a esta tierra a fin de dar a conocer los principios del reino de los cielos. Su carácter como dador de la vida se había demostrado fugazmente ante la sepultura de Lázaro, pero en su orgullo los judíos rechazaron a Uno que era poderoso y traía la salvación. Cuán diferente habría sido la actitud de Cristo si aquellos sacerdotes y gobernantes hubieran sido fieles a la confianza que se había depositado en ellos.—Manuscrito 128, 1899.
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Dios nos Cuida


Para los temerosos, desfallecientes y débiles, 4 de septiembre Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Salmos 37:3. https://ift.tt/NEpTvmg ¡Cuán dispuestos estamos a hablar de nuestras dificultades y pruebas! Aparecen tantos problemas innecesarios, nos explayamos en tantos temores, damos a conocer un cúmulo tan grande de ansiedades que se podría suponer que no disponemos de un Salvador amante y piadoso, listo para escuchar nuestras plegarias y para ser nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Algunos están continuamente albergando temores y cargándose de problemas. Cada día están rodeados de las manifestaciones del amor de Dios, cada día gozan de las bondades de su providencia, pero pasan por alto estas bendiciones. Sus mentes se espacian continuamente en algo desagradable que temen pueda sobrevenir; o pueda ser que exista realmente alguna dificultad que, aunque pequeña, no les permite ver las muchas cosas que demandan su gratitud. Las dificultades que encuentran, en lugar de conducirlos a Dios, la única fuente de auxilio, los separarán de él, porque les sugieren inquietud y los inducen a quejarse. Hermanos y hermanas: ¿Hacemos bien en ser tan incrédulos?... Jesús es nuestro amigo. Todo el cielo está interesado en nuestro bienestar; y nuestra ansiedad y nuestro temor entristecen al Santo Espíritu de Dios. No debemos permitir que nos embarguen preocupaciones que sólo nos desgastan y nos cansan, y que no nos ayudan a sobrellevar las dificultades. No debiéramos dar lugar a esta desconfianza en Dios que nos induce a descuidar la preparación necesaria para cumplir en el futuro el principal propósito de la vida, como si nuestra felicidad dependiera de las cosas terrenales, y pudiéramos lograrlas mientras ignoramos el hecho de que Dios controla todo. Los negocios pueden sumirlos en perplejidad; las perspectivas pueden ser cada vez más oscuras e incluso pueden enfrentar la amenaza de alguna pérdida financiera. Pero no se desanimen; depositen en Dios sus preocupaciones y permanezcan tranquilos y alegres. Comiencen cada día con una ferviente oración, sin olvidarse de alabar y dar gracias. Pidan sabiduría para administrar sus asuntos con discreción, para que no experimenten pérdidas ni desastres. Hagan todo lo posible para lograr resultados favorables. Jesús ha prometido ayuda divina, pero no sin el concurso del esfuerzo humano.

Conflicto y Valor


Nabucodonosor humillado, 4 de septiembre Daniel 4. https://ift.tt/6VIU0mo Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces? Daniel 4:35. El último sueño que Dios dio a Nabucodonosor y la experiencia del rey en relación con el mismo contienen lecciones de importancia vital para todos aquellos que están relacionados con la obra de Dios. El rey estaba preocupado por su sueño, porque evidentemente era una predicción de adversidad y ninguno de sus sabios podía intentar interpretarlo. El fiel Daniel permaneció delante del rey, no para adular ni para dar una interpretación errónea a fin de asegurarse el favor real. Sobre él descansaba el solemne deber de decir la verdad al rey de Babilonia. Nabucodonosor hizo caso omiso del mensaje celestial. Un año después de haber sido advertido, mientras caminaba por su palacio se dijo a sí mismo: “¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué...?” El Dios del cielo leyó el corazón del rey y escuchó sus murmullos de autoexaltación... “Vino una voz del cielo... El reino ha sido quitado de ti; y de entre los hombres te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación, y como a los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien él quiere. En la misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor, y fue echado de entre los hombres”.—The Review and Herald, 8 de septiembre de 1896. Durante siete años, Nabucodonosor fue el asombro de todos sus súbditos; durante siete años fue humillado delante de todo el mundo. Al cabo de ese tiempo, la razón le fue devuelta, y mirando con humildad hacia el Dios del cielo, reconoció en su castigo la intervención de la mano divina. En una proclamación pública, confesó su culpa, y la gran misericordia de Dios al devolverle la razón... Estaba ahora cumplido el propósito de Dios, de que el mayor reino del mundo manifestase sus alabanzas. La proclamación pública, en la cual Nabucodonosor reconoció la misericordia, la bondad y la autoridad de Dios, fue el último acto de su vida que registra la historia sagrada. La Historia de Profetas y Reyes, 382, 383.

Dios nos Cuida


Dios nos Cuida
Para los temerosos, desfallecientes y débiles, 4 de septiembre Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Salmos 37:3. https://ift.tt/NEpTvmg ¡Cuán dispuestos estamos a hablar de nuestras dificultades y pruebas! Aparecen tantos problemas innecesarios, nos explayamos en tantos temores, damos a conocer un cúmulo tan grande de ansiedades que se podría suponer que no disponemos de un Salvador amante y piadoso, listo para escuchar nuestras plegarias y para ser nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Algunos están continuamente albergando temores y cargándose de problemas. Cada día están rodeados de las manifestaciones del amor de Dios, cada día gozan de las bondades de su providencia, pero pasan por alto estas bendiciones. Sus mentes se espacian continuamente en algo desagradable que temen pueda sobrevenir; o pueda ser que exista realmente alguna dificultad que, aunque pequeña, no les permite ver las muchas cosas que demandan su gratitud. Las dificultades que encuentran, en lugar de conducirlos a Dios, la única fuente de auxilio, los separarán de él, porque les sugieren inquietud y los inducen a quejarse. Hermanos y hermanas: ¿Hacemos bien en ser tan incrédulos?... Jesús es nuestro amigo. Todo el cielo está interesado en nuestro bienestar; y nuestra ansiedad y nuestro temor entristecen al Santo Espíritu de Dios. No debemos permitir que nos embarguen preocupaciones que sólo nos desgastan y nos cansan, y que no nos ayudan a sobrellevar las dificultades. No debiéramos dar lugar a esta desconfianza en Dios que nos induce a descuidar la preparación necesaria para cumplir en el futuro el principal propósito de la vida, como si nuestra felicidad dependiera de las cosas terrenales, y pudiéramos lograrlas mientras ignoramos el hecho de que Dios controla todo. Los negocios pueden sumirlos en perplejidad; las perspectivas pueden ser cada vez más oscuras e incluso pueden enfrentar la amenaza de alguna pérdida financiera. Pero no se desanimen; depositen en Dios sus preocupaciones y permanezcan tranquilos y alegres. Comiencen cada día con una ferviente oración, sin olvidarse de alabar y dar gracias. Pidan sabiduría para administrar sus asuntos con discreción, para que no experimenten pérdidas ni desastres. Hagan todo lo posible para lograr resultados favorables. Jesús ha prometido ayuda divina, pero no sin el concurso del esfuerzo humano.
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Conflicto y Valor


Conflicto y Valor
Nabucodonosor humillado, 4 de septiembre Daniel 4. https://ift.tt/6VIU0mo Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces? Daniel 4:35. El último sueño que Dios dio a Nabucodonosor y la experiencia del rey en relación con el mismo contienen lecciones de importancia vital para todos aquellos que están relacionados con la obra de Dios. El rey estaba preocupado por su sueño, porque evidentemente era una predicción de adversidad y ninguno de sus sabios podía intentar interpretarlo. El fiel Daniel permaneció delante del rey, no para adular ni para dar una interpretación errónea a fin de asegurarse el favor real. Sobre él descansaba el solemne deber de decir la verdad al rey de Babilonia. Nabucodonosor hizo caso omiso del mensaje celestial. Un año después de haber sido advertido, mientras caminaba por su palacio se dijo a sí mismo: “¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué...?” El Dios del cielo leyó el corazón del rey y escuchó sus murmullos de autoexaltación... “Vino una voz del cielo... El reino ha sido quitado de ti; y de entre los hombres te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación, y como a los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien él quiere. En la misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor, y fue echado de entre los hombres”.—The Review and Herald, 8 de septiembre de 1896. Durante siete años, Nabucodonosor fue el asombro de todos sus súbditos; durante siete años fue humillado delante de todo el mundo. Al cabo de ese tiempo, la razón le fue devuelta, y mirando con humildad hacia el Dios del cielo, reconoció en su castigo la intervención de la mano divina. En una proclamación pública, confesó su culpa, y la gran misericordia de Dios al devolverle la razón... Estaba ahora cumplido el propósito de Dios, de que el mayor reino del mundo manifestase sus alabanzas. La proclamación pública, en la cual Nabucodonosor reconoció la misericordia, la bondad y la autoridad de Dios, fue el último acto de su vida que registra la historia sagrada. La Historia de Profetas y Reyes, 382, 383.
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Cada Día con Dios


Fuerzas invisibles en conflicto, 4 de septiembre El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él... Porque es mentiroso, y padre de mentira. Juan 8:44. https://ift.tt/ZchJVY7 Todos debemos comprender que hay un ángel caído que una vez estuvo ocupando un lugar inmediatamente inferior al de Cristo en honor entre la hueste celestial. Su obra de engaño la hizo con tanta astucia que los ángeles menos exaltados supusieron que él era el gobernante del cielo. Satanás afirmó que todas las insinuaciones erróneas que se manifestaban en el cielo habían tenido su origen entre los ángeles, mientras él mismo había hecho sugerencias que nunca podrían haber sido concebidas por los ángeles si él no los hubiera creado. En forma artera presentaba estas cosas a Dios como provenientes de los ángeles, en circunstancias que todas ellas se originaban en él mismo. Debido a que no era capaz de presentar directamente sus engaños acerca de Cristo, decidió desprestigiarlo mediante declaraciones e informes falsos. Como resultado de ello hubo guerra en el cielo y Satanás fue expulsado. Se convirtió en el enemigo mortal de Cristo. Su esfuerzo constante consistió en contrarrestar de todas las maneras posibles su gran obra de salvar almas. Jesús, en las cortes celestiales, había tratado de convencer a Satanás de su terrible error, hasta que por fin el maligno y sus simpatizantes fueron hallados en abierta rebelión contra Dios mismo. Entonces pretendió ocupar un lugar más exaltado que el de Cristo como querubín cubridor. Cuando fue expulsado del cielo descendió a esta tierra decidido a trabajar contra Cristo... Cuando Cristo vino a este mundo Satanás constantemente le siguió las pisadas para tratar de invalidar su obra. Cuando Jesús sanaba a los enfermos y afligidos Satanás estaba allí para dificultar en la mayor medida posible su obra de salvar almas... Cuando las almas convencidas y conscientes de su peligro comenzaban a preguntar: “¿Qué puedo hacer para obtener la vida eterna?” Satanás estaba allí para excitar las mentes de los sacerdotes y dirigentes a fin de que se opusieran a la obra del Salvador y llenaran de escollos su camino. Pero Cristo siempre fue superior a Satanás. Al reprender a los personeros de Satanás daba libertad a las pobres almas encadenadas por el enemigo, y las dejaba en libertad.—Carta 292, del 4 de septiembre de 1906, dirigida al Dr. D. H. Kress y Sra., del Sanatorio de Sidney, Australia.

Cada Día con Dios


Cada Día con Dios
Fuerzas invisibles en conflicto, 4 de septiembre El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él... Porque es mentiroso, y padre de mentira. Juan 8:44. https://ift.tt/ZchJVY7 Todos debemos comprender que hay un ángel caído que una vez estuvo ocupando un lugar inmediatamente inferior al de Cristo en honor entre la hueste celestial. Su obra de engaño la hizo con tanta astucia que los ángeles menos exaltados supusieron que él era el gobernante del cielo. Satanás afirmó que todas las insinuaciones erróneas que se manifestaban en el cielo habían tenido su origen entre los ángeles, mientras él mismo había hecho sugerencias que nunca podrían haber sido concebidas por los ángeles si él no los hubiera creado. En forma artera presentaba estas cosas a Dios como provenientes de los ángeles, en circunstancias que todas ellas se originaban en él mismo. Debido a que no era capaz de presentar directamente sus engaños acerca de Cristo, decidió desprestigiarlo mediante declaraciones e informes falsos. Como resultado de ello hubo guerra en el cielo y Satanás fue expulsado. Se convirtió en el enemigo mortal de Cristo. Su esfuerzo constante consistió en contrarrestar de todas las maneras posibles su gran obra de salvar almas. Jesús, en las cortes celestiales, había tratado de convencer a Satanás de su terrible error, hasta que por fin el maligno y sus simpatizantes fueron hallados en abierta rebelión contra Dios mismo. Entonces pretendió ocupar un lugar más exaltado que el de Cristo como querubín cubridor. Cuando fue expulsado del cielo descendió a esta tierra decidido a trabajar contra Cristo... Cuando Cristo vino a este mundo Satanás constantemente le siguió las pisadas para tratar de invalidar su obra. Cuando Jesús sanaba a los enfermos y afligidos Satanás estaba allí para dificultar en la mayor medida posible su obra de salvar almas... Cuando las almas convencidas y conscientes de su peligro comenzaban a preguntar: “¿Qué puedo hacer para obtener la vida eterna?” Satanás estaba allí para excitar las mentes de los sacerdotes y dirigentes a fin de que se opusieran a la obra del Salvador y llenaran de escollos su camino. Pero Cristo siempre fue superior a Satanás. Al reprender a los personeros de Satanás daba libertad a las pobres almas encadenadas por el enemigo, y las dejaba en libertad.—Carta 292, del 4 de septiembre de 1906, dirigida al Dr. D. H. Kress y Sra., del Sanatorio de Sidney, Australia.
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Alza tus Ojos


Alza tus Ojos
Escenas del segundo advenimiento, 4 de septiembre Porque fuego se ha encendido en mi ira, y arderá hasta las profundidades del Seol; devorará la tierra y sus frutos, y abrasará los fundamentos de los montes. Deuteronomio 32:22. https://ift.tt/fznM0k1 Cada agente satánico está trabajando ahora con un poder que proviene de las profundidades. En la Palabra, el día de la muerte no se pone ante nosotros como la imperiosa y gran motivación que nos compele a estar despiertos y resueltos a utilizar nuestras oportunidades. ¿Cuál es la motivación que Dios presenta en su Palabra a todos sus obreros?... “Cercano está el día grande de Jehová, cercano y muy próximo”. Sofonías 1:14. Antes que llegue este último gran día hemos de proclamar el último mensaje de misericordia a un mundo caído, para preparar a hombres y mujeres para el segundo advenimiento del Señor. Todo lo que el enemigo pueda inventar para ocupar la mente y distraer la atención de este mensaje, lo hará. Pero hemos de seguir adelante en la proclamación de la Palabra de Dios. El fin de todas las cosas está cercano. La venida del Señor en las nubes del cielo, con poder y gran gloria, está próxima... En el día de su advenimiento se oirá la última gran trompeta, y se producirá un terrible temblor que sacudirá la tierra y el cielo. La tierra entera, desde los montes más encumbrados hasta las minas más profundas, escuchará. El fuego lo penetrará todo. La atmófera viciada será purificada por el fuego. Habiendo cumplido el fuego su misión, los muertos que han yacido en sus tumbas se levantarán; algunos, para resurrección de vida, serán tomados para encontrarse con el Señor en el aire; y otros, para que observen la venida de Aquel a quien despreciaron y al que ahora reconocen como Juez de toda la tierra. Las llamas no tocan a ninguno de los justos. Pueden caminar por el fuego como Sadrac, Mesac y Abednego en medio del horno calentado siete veces más de lo que se acostumbraba hacerlo. Los héroes hebreos no pudieron ser consumidos porque la presencia del cuarto, el Hijo de Dios, estaba con ellos. Por consiguiente, en el día del Señor el humo y las llamas no tendrán poder para dañar a los justos. Los que estén unidos al Señor escaparán ilesos. Terremotos, huracanes, fuego e inundaciones no pueden dañar a quienes están preparados para encontrarse con su Salvador en paz. Pero quienes lo rechazaron, azotaron y crucificaron se hallarán entre los que sean levantados de los muertos para contemplar su venida en las nubes de los cielos, asistido por la hueste celestial, diez mil veces diez mil y miles de miles... Esta escena me fue presentada tan plenamente como podía soportar contemplarla. Luego se modificó, y pasaron ante mí manifestaciones de cosas que existen actualmente.—Manuscrito 159, del 4 de septiembre de 1903, “Mensaje a un dirigente médico”.
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A Fin de Conocerle


A Fin de Conocerle
La marcha hacia la victoria, 4 de septiembre Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. 1 Corintios 15:57. https://ift.tt/aSF9AEI La vida cristiana es una vida de lucha, de conflicto constante. Es una batalla y una marcha. Pero cada acto de obediencia a Cristo, cada acto de abnegación por amor a él, cada prueba bien soportada, cada victoria obtenida sobre la tentación, es un paso más en la marcha a la gloria de la victoria final. Si tomamos a Cristo como nuestro Guía, nos conducirá a salvo a lo largo del camino estrecho. El camino puede ser áspero y espinoso; la pendiente puede ser abrupta y peligrosa; puede haber trampas a la derecha y a la izquierda; podemos tener que soportar penalidades en nuestro viaje; cuando estamos cansados, cuando anhelamos descanso, quizá tengamos que seguir adelante; cuando desmayamos, quizá tengamos que luchar; cuando estamos desanimados, quizá se nos pida que confiemos; pero con Cristo como nuestro Guía, no perderemos la senda que lleva a la vida inmortal, no dejaremos de alcanzar finalmente el cielo deseado. Cristo mismo recorrió el áspero camino antes que nosotros, y suavizó el camino para nuestros pies. El camino estrecho de la santidad, el camino destinado para los redimidos del Señor, está iluminado por Aquel que es la Luz del mundo. Al seguir en sus pasos, su luz brillará sobre nosotros; y al reflejar la luz tomada de la gloria de Cristo, el camino se tornará más y más brillante hasta alcanzar la luz del mediodía. Al principio podrá parecernos agradable practicar el orgullo y la ambición mundana; pero su resultado es dolor y tristeza. Los planes egoístas pueden ofrecer promesas halagadoras y dar una esperanza de placer; pero descubriremos que nuestra felicidad está envenenada y nuestra vida acibarada por esperanzas centralizadas en el yo. Estaremos a salvo siguiendo a Cristo, porque él no dejará que los poderes de las tinieblas dañen un solo cabello nuestro.—The Review and Herald, 5 de febrero de 1895.
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¡Maranata: El Senor Viene!


¡Maranata: El Senor Viene!
Promesa de ayuda divina, 4 de septiembre Mas cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar. Mateo 10:19. https://ift.tt/XSILFYD Los siervos de Cristo no deben preparar un dicurso especial para presentarlo cuando sean llevados ante las autoridades por causa de su fe. Su preparación ha de ser hecha día tras día, atesorando en el corazón las preciosas verdades de la Palabra de Dios, alimentándose de las enseñanzas de Cristo, y fortaleciendo su fe por medio de la oración; entonces, cuando sean llevados ante los tribunales, el Espíritu Santo les hará recordar precisamente las verdades que alcanzarán los corazones de los que vinieren para oír. Dios les traerá repentinamente a la memoria el conocimiento que obtuvieron por medio de un diligente escudriñamiento de las Escrituras, precisamente cuando lo necesiten.10Consejos sobre la Obra de la Escuela Sabática, 44. Ahora debéis prepararos para el tiempo de prueba. Ahora debéis saber si vuestros pies están afirmados en la Roca eterna. Debéis tener una experiencia individual, y no depender de otros para vuestra luz. Cuando se os lleve a la prueba, ¿cómo sabréis que no estaréis solos, sin un amigo terrenal a vuestro lado? ¿Seréis entonces capaces de comprender que Cristo es vuestro apoyo? ¿Seréis capaces de recordar la promesa: “He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”? Habrá seres invisibles a vuestro alrededor dedicados a lograr vuestra destrucción. Satanás y sus agentes procurarán de cualquier manera haceros vacilar de vuetra firmeza en Dios y su verdad. Pero si tenéis vuestros ojos limpios para percibir su gloria, no necesitáis preocuparos acerca de cómo testificaréis por su verdad.11The Review and Herald, 26-4-1892. Jóvenes y señoritas, ¿estáis creciendo hasta la plena estatura de hombres y mujeres en Cristo, para que cuando venga la crisis no podáis ser separados de la Fuente de vuestra fortaleza? Si queremos premanecer firmes durante el tiempo de prueba, ahora, en tiempos de paz, debemos obtener una experiencia viva en las cosas de Dios. Ahora debemos aprender a comprender cuál es la profunda obra del Espíritu de Dios. En todas las cosas Cristo debe ser nuestro todo, el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin.12The Review and Herald, 3-5-1892.
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Wednesday, September 04 La gran tribulación Comentarios Elena G.W para las Lecciones de Escuela Sabática https://ift.tt/VkY4BHz El tiempo de angustia cual nunca fue está próximo a caer sobre nosotros; y necesitaremos una experiencia que ahora no tenemos, y que muchos no se preocupan por obtener. A menudo ocurre que la angustia es mayor en la imaginación que en la realidad; pero no será así en la crisis que tenemos por delante. La descripción más vívida no logra dar idea de la magnitud de la prueba… La ira de Satanás aumenta a medida que su tiempo se acorta, y su obra de engaño y destrucción alcanza su culminación durante el tiempo de angustia… Satanás ejercerá su poder sobre todos los que se hayan entregado a su dominio, y sumergirá a los habitantes de la Tierra en una gran angustia final. Cuando los ángeles de Dios dejen de retener los fieros vientos de las pasiones humanas, se desatarán todos los elementos de contienda. El mundo entero se verá envuelto en una ruina más terrible que la que cayó antiguamente sobre Jerusalén. En medio del tiempo de angustia cual nunca hubo desde que fue nación, sus escogidos permanecerán inconmovibles. Satanás, con toda la hueste del mal, no puede destruir al más débil de los santos de Dios (Maranatha, p. 275; parcialmente en Maranata: el Señor viene, p. 238). A medida que se abría delante de mí la condición de la iglesia y del mundo, y a medida que observaba las terribles escenas que se desarrollaban delante de nosotros, me sentí alarmada por las perspectivas. Y noche tras noche, mientras toda la casa dormía, yo redactaba las cosas que me fueron dadas por Dios. Se me mostraron las herejías que se levantarán, los engaños que prevalecerán, el poder milagroso de Satanás —los falsos Cristos que aparecerán— que engañarán a la mayor parte, aun del mundo religioso, inclusive, y que arrastrarán, si es posible, aun a los elegidos (Mensajes selectos, t. 3, p. 129). De la destrucción de Jerusalén, Cristo pasó rápidamente al acontecimiento mayor, el último eslabón de la cadena de la historia de esta tierra la venida del Hijo de Dios en majestad y gloria. Entre estos dos acontecimientos, estaban abiertos a la vista de Cristo largos siglos de tinieblas, siglos que para su iglesia estarían marcados con sangre, lágrimas y agonía. Los discípulos no podían entonces soportar la visión de estas escenas, y Jesús las pasó con una breve mención. “Habrá entonces grande aflicción —dijo—, cual no fue desde el principio del mundo hasta ahora, ni será. Y si aquellos días no fuesen acortados, ninguna carne sería salva; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados”. Durante más de mil años iba a imperar contra los seguidores de Cristo una persecución como el mundo nunca la había conocido antes. Millones y millones de sus fieles testigos iban a ser muertos. Si Dios no hubiese extendido la mano para preservar a su pueblo, todos habrían perecido. “Mas por causa de los escogidos —dijo—, aquellos días serán acortados” (El Deseado de todas las gentes, p. 584).

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Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374