Reflejemos a Jesús


Estamos completos en Cristo, 3 de marzo https://ift.tt/QW0XYkV Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 1 Juan 1:9. Cuando el pecador capta una visión de los inigualables encantos de Jesús, el pecado ya no le parece atractivo, pues contempla al “Señalado entre diez mil”, “todo él codiciable”. Cantares 5:10, 16. Percibe por experiencia personal el poder del Evangelio, cuya amplitud de designio es sólo igualado por lo precioso de su propósito. Tenemos un Salvador viviente. No está en la tumba de José, pues se ha levantado de los muertos y ha ascendido a las alturas como sustituto y garantía para cada alma creyente... El pecador es justificado mediante los méritos de Jesús, y ese es el reconocimiento divino de la perfección del rescate pagado por el hombre. La obediencia de Cristo hasta la muerte de cruz es una garantía de que el Padre acepta al pecador arrepentido. ¿Nos permitiremos, entonces, tener una experiencia que vacila entre la duda y la confianza, la confianza y la duda? Jesús es la garantía de nuestra aceptación para con Dios. Somos aceptos delante de Dios no por algún mérito propio, sino por nuestra fe en Cristo, nuestra justicia. Jesús está en el lugar santísimo para aparecer en la presencia de Dios por nosotros. Allí no cesa de presentar a su pueblo momento a momento, completo en sí mismo. Pero a causa de que estamos así representados ante el Padre, no hemos de imaginar que podemos presumir de su misericordia y volvernos descuidados, indiferentes e indulgentes. Cristo no ministra en favor del pecado. Estamos completos en El, aceptados en el Amado, sólo al morar en El por fe. Nunca podremos alcanzar la perfección por nuestras propias buenas obras. El alma que contempla a Jesús por fe repudia su propia justicia. Se da cuenta de que es incompleta, de que su arrepentimiento es insuficiente, su mayor fe es debilidad, su sacrificio más costoso es pobre, y se arroja con humildad al pie de la cruz. Pero una voz le habla desde los oráculos de la Palabra de Dios. Con asombro oye este mensaje: “Vosotros estáis completos en él”. Colosenses 2:10. Su alma descansa ahora. Ya no necesita esforzarse para encontrar algo valioso en sí misma, alguna obra meritoria con la cual ganar el favor de Dios. Contemplando al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo encuentra la paz de Cristo; ya que el perdón está escrito frente a su nombre, y acepta la Palabra de Dios: “Vosotros estáis completos en él”. ¡Cuán difícil resulta captar esta gran verdad para la humanidad, por tanto tiempo acostumbrada a acariciar dudas! Pero, ¡qué paz, qué vida plena produce en el alma!—The Signs of the Times, 4 de julio de 1892.

Recibiréis Poder


Amor, 3 de marzo https://ift.tt/G4C7HbV Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. 1 Juan 3:1. Juan dijo: “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios”. Ningún idioma puede expresarlo. Hasta cierto punto es posible describir en forma muy imperfecta ese amor que sobrepasa todo conocimiento. Se necesitó el idioma de lo alto para poder definir ese amor que hizo posible que llegáramos a ser hijos de Dios. Al hacerse cristiano, el hombre no se rebaja. No tiene por qué avergonzarse de estar relacionado con el Dios viviente. Jesús cargó sobre sí la vergüenza y la humillación que le correspondía sufrir a los pecadores. El es la Majestad del cielo, el Rey de gloria, e igual al Padre. Sin embargo, al vestir su divinidad con la humanidad, su humanidad pudo tocar a la humanidad y su divinidad pudo asirse de la divinidad. Si hubiera venido como un ángel, no podría haber participado de nuestros sufrimientos, tampoco podría haber sido tentado en todo como nosotros, ni haber sentido nuestras tristezas. En cambio, al venir vestido de la humanidad, como seguro sustituto del hombre, estuvo en condiciones de vencer, en nuestro lugar, al príncipe de las tinieblas, para que podamos ser victoriosos gracias a sus méritos. Bajo la sombra de la cruz del Calvario, la influencia de su amor llena nuestros corazones. Cuando contemplo al que traspasaron mis transgresiones, la inspiración de lo alto viene sobre mí. La misma experiencia puede tener cada uno que deja actuar al Espíritu Santo. A menos que lo recibamos, nuestro corazón no estará en condiciones de ser depositario del amor divino. Pero mediante una conexión viviente con Cristo, recibimos inspiración que nos imparte amor, celo y buena fe. No somos como un trozo de mármol que, aunque puede reflejar la luz del sol, no tiene el don de la vida. Estamos en condiciones de responder a los brillantes rayos del Sol de Justicia gracias a que Cristo ilumina e imparte luz y vida a todo creyente. Podemos beber del amor de Cristo del mismo modo como el sarmiento se nutre de la vid. Si estamos injertados en Cristo, y si cada fibra está unida a la Vid viviente, lo evidenciaremos gracias a los abundantes y ricos racimos que produciremos.—The Review and Herald, 27 de septiembre de 1892.

Nuestra Elevada Vocacion


Virtud y conocimiento, 3 de marzo https://ift.tt/K3du0p8 Poniendo toda diligencia por esto mismo, mostrad en vuestra fe virtud, y en la virtud ciencia. 2 Pedro 1:5. “Mostrad en vuestra fe virtud”. No se hace ninguna promesa al que retrocede. El apóstol, en su testimonio, está procurando estimular a los creyentes en gracia y santidad. Ya han profesado estar viviendo la verdad, tienen un conocimiento de la preciosa fe, han sido hechos participantes de la naturaleza divina. Pero si se detienen ahí, perderán la gracia que han recibido. Deben seguir adelante. ... Sin poner “toda diligencia” para adelantar paso a paso hacia Dios, subiendo la escalera, no se hace ningún adelanto en la paz, la gracia y la obra de santidad. Jesús dijo: “Porfiad a entrar por la puerta angosta”. Lucas 13:24. La senda del creyente está señalada por Dios, que está por encima de la escalera. Todos sus esfuerzos serán vanos si no posee virtud de carácter, un conocimiento práctico de Cristo, a través de la obediencia a todos sus requerimientos. Aquellos que tienen fe deben ser cuidadosos en mostrar su fe por sus obras. ... “Mostrad en vuestra fe virtud, y en la virtud ciencia”—conocimiento de la verdad, como se encuentra en Jesús, conocimiento del gran plan de salvación. La ignorancia de los mandamientos y de los preceptos divinos no excusará al alma. Nadie se atreverá a decir junto al trono de Dios: “Yo no conocía la verdad. La ignoraba”. El Señor ha dado su Palabra para que sea nuestra guía, nuestra instructora, y con esta iluminación divina no hay excusa por la ignorancia. ... La verdad es un principio activo que impulsa a la acción, moldeando el corazón y la vida para que haya un constante movimiento hacia arriba. ... En cada paso ascendente, la voluntad recibe un nuevo impulso para la acción. El tono moral se hace cada vez más semejante a la mente y el carácter de Cristo. El cristiano que progresa tiene gracia y amor que sobrepasa el conocimiento, porque la contemplación del carácter de Cristo transforma profundamente sus afectos. La gloria de Dios, revelada por encima de la escalera, puede ser apreciada únicamente por el que progresa en la ascensión, quien siempre es atraído más alto, hacia los blancos más nobles que Cristo revela. Todas las facultades de la mente y el cuerpo deben ser empeñadas.—Manuscrito 13, 1884, pp. 3, 4.

Dios nos Cuida


El don de Dios a la raza humana, 3 de marzo https://ift.tt/oJZjy7n Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16. El corazón de Dios suspira por sus hijos terrenales con un amor más fuerte que la muerte. Al dar a su Hijo nos ha vertido todo el cielo en un Don. Es por medio del don de Cristo que recibimos toda bendición. Por medio de este don desciende sobre nosotros día tras día sin interrupcion el raudal de la bondad de Jehová. Todas las flores, con sus delicados tintes y fragancia, nos son dadas para nuestro deleite por medio de este único Don. El sol y la luna fueron hechos por él. No hay una sola estrella que embellezca el cielo que él no haya hecho. Cada gota de lluvia que cae, cada rayo de luz derramado sobre nuestro ingrato mundo, testifica del amor de Dios en Cristo. Todo nos es suministrado por medio del único Don inefable, el unigénito Hijo de Dios. Fue clavado en la cruz para que todas estas mercedes corrieran hacia la creación de Dios. Al tomar nuestra naturaleza, el Salvador se vinculó con la humanidad por un vínculo que nunca se ha de romper. A través de las edades eternas, queda ligado con nosotros... Para asegurarnos los beneficios de su inmutable consejo de paz, Dios dio a su Hijo unigénito para que llegase a ser miembro de la familia humana, y retuviese para siempre su naturaleza humana. Tal es la garantía de que Dios cumplirá su promesa. “Un niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado sobre su hombro”. Dios adoptó la naturaleza humana en la persona de su Hijo, y la llevó al más alto cielo... El cielo está incorporado en la humanidad, y la humanidad envuelta en el seno del Amor Infinito. Cristo se postró en humildad incomparable, para que al ser exaltado al trono de Dios, también pudiese exaltar a aquellos que creen en él a un asiento con él sobre su trono.

Alza tus Ojos


Dios necesita obreros, 3 de marzo https://ift.tt/Io80Dpn En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico. Éxodo 31:13. El Señor habla a los que apartan su pie [para no pisotear] el sábado. Este es el sábado del cual se habla en el (capítulo 31) de Exodo, y que Dios declara que es una señal entre El y su pueblo. Mediante la observancia de este día santo mostramos al mundo que reconocemos que Dios creó la tierra en seis días y reposó el séptimo. En forma ferviente e infatigable debemos llevar el mensaje que se nos ha dado, no sea que el tiempo transcurra y la gente no sea advertida. Se me quebranta el corazón al ver cuánto de lo que debiera hacerse queda sin ser realizado. Los embajadores de Dios deben mantener una conexión viviente con El. Deben agrandar sus tiendas y extender sus estacas. Sus vidas deben ser puras, santas y estar listas para el gran día que pronto sobrevendrá al mundo. Cuando los hijos de Dios estén imbuidos con el espíritu del Maestro, verán en su derredor almas... que están pereciendo en el pecado, y dedicarán todo su esfuerzo para salvar a los que están cerca -aún en sus propios hogares - y a los que están lejos. El esfuerzo ferviente y consagrado que se hace en favor de aquellos que están fuera del redil no deja tiempo para la práctica ni la duda. No debe haber compromiso con el egoísmo, porque éste conduce a la idolatría. Se debe iluminar las mentes que están en tinieblas e ignorancia acerca de las verdades de la Palabra de Dios. La transgresión del cuarto mandamiento abrió una brecha en la Ley de Dios. Se le debe dar al mandamiento del sábado el lugar que le corresponde en la Ley y debe ser presentado ante el mundo por aquellos que perciben y comprenden su importancia. Los que trabajan en forma unida, los que realizan fielmente su parte en levantar los cimientos de generación en generación con esfuerzo paciente y perseverante, serán llamados reparadores de portillos, restauradores de calzadas para habitar. No hay excusa para los que tienen la luz de la verdad presente y dejan de impartir esta luz a otros... Dios llama a obreros. Tenemos una gran obra que hacer, cooperando con El como su mano y su voz ayudadoras. Satanás arroja su sombra infernal en la senda de cada alma, tratando de eclipsar la verdad probatoria para estos últimos días. Debemos hacer oír el mensaje de advertencia a la raza culpable. Debemos presentar a los hombres las demandas que impone la Ley de Dios, de tal manera que cuando Cristo venga no los halle desleales, del lado del apóstata. Debemos preparar ahora el camino del Señor. Debemos allanar en el desierto, el camino para nuestro Dios.—Manuscrito 22, del 3 de marzo de 1901, “Diario”.

A Fin de Conocerle


Humillación máxima, 3 de marzo https://ift.tt/QBcmUAZ Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo. Hebreos 2:14. ¡Maravillosa combinación de hombre y Dios!... Él [Cristo] se humilló hasta la naturaleza del hombre. Lo hizo para que se cumpliera la Escritura, y el Hijo de Dios entró en ese plan conociendo todos los pasos de su humillación... ¡Qué humildad! Maravilló a los ángeles. La lengua no puede describirla; la imaginación no puede abarcarla. ¡El Verbo eterno consintió en volverse carne! ¡Dios hecho hombre! Fue una humildad maravillosa. Pero descendió más todavía; el Hombre debió humillarse como un hombre para soportar insultos, reproches, vergonzosas acusaciones y maltratos. No parecía haber un lugar seguro para él en su propio territorio. Tuvo que huir de lugar en lugar para salvar su vida. Fue traicionado por uno de sus discípulos; fue negado por uno de sus más celosos seguidores. Fue escarnecido. Fue coronado con una corona de espinas. Fue azotado. Fue forzado a llevar la cruz. No fue insensible a ese desprecio e ignominia... Sintió la amargura como ningún otro ser pudo haberla sentido. Era puro, santo e inmaculado, y sin embargo fue tratado como un criminal. El adorable Redentor descendió desde la más elevada excelsitud. Paso a paso se humilló hasta morir, ¡y qué muerte! Era la más vergonzosa, la más cruel: la muerte en la cruz como malhechor. No murió como héroe a los ojos del mundo, cargado de honores, como mueren los hombres en las batallas. Murió como un criminal condenado, suspendido entre los cielos y la tierra: murió una penosa muerte de vergüenza, expuesto a los vituperios e injurias de una multitud degradada, criminal y licenciosa... Toda esta humillación de la Majestad del cielo fue por el hombre culpable y condenado.—The Review and Herald, 4 de septiembre de 1900.

¡Maranata: El Senor Viene!


Vida nueva, 3 de marzo https://ift.tt/5rN6IU4 De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios... Os es necesario nacer de nuevo. Juan 3:5, 7. El que está tratando de alcanzar el cielo por sus propias obras observando la ley, está intentando lo imposible. No hay seguridad para el que tenga sólo una religión legal, sólo una forma de la piedad. La vida del cristiano no es una modificación o mejora de la antigua, sino una transformación de la naturaleza. Se produce una muerte al yo y al pecado, y una vida enteramente nueva. Este cambio puede ser efectuado únicamente por la obra eficaz del Espíritu Santo... Puede ser que una persona no pueda decir exactamente la ocasión ni el lugar en que se convirtió, ni distinguir todas las circunstancias de su conversión; pero esto no significa que no se haya convertido. Mediante un agente tan invisible como el viento, Cristo obra constantemente en el corazón. Poco a poco, tal vez inconscientemente para quien las recibe, se hacen impresiones que tienden a atraer el alma a Cristo... Repentinamente, al presentar el Espíritu un llamamiento más directo, el alma se entrega gozosamente a Jesús. Muchos llaman a esto conversión repentina; pero es el resultado de una larga intercesión del Espíritu de Dios; es una obra paciente y larga. Aunque el viento mismo es invisible, produce efectos que se ven y sienten. Así también la obra del Espíritu en el alma se revelará en toda acción de quien haya sentido su poder salvador. Cuando el Espíritu de Dios se posesiona del corazón, transforma la vida. Los pensamientos pecaminosos son puestos a un lado, las malas acciones son abandonadas; el amor, la humildad y la paz, reemplazan a la ira, la envidia y las contenciones. La alegría reemplaza a la tristeza, y el rostro refleja la luz del cielo. Nadie ve la mano que alza la carga, ni contempla la luz que desciende de los atrios celestiales. La bendición viene cuando por la fe el alma se entrega a Dios. Entonces ese poder que ningún ojo humano puede ver, crea un nuevo ser a la imagen de Dios. Es imposible para las mentes finitas comprender la obra de la redención. Su misterio supera al conocimiento humano; sin embargo, el que pasa de muerte a vida comprende que es una realidad divina.5El Deseado de Todas las Gentes, 143, 144.

¡Maranata: El Senor Viene!


"La bendición viene cuando por la fe el alma se entrega a Dios. Entonces ese poder que ningún ojo humano puede ver, crea un nuevo ser a la imagen de Dios. "

¡Maranata: El Senor Viene!


"Si los que profesan ser cristianos aman más a Jesús que al mundo, se deleitarán al hablar de él como de su mejor amigo, en quien concentran los más caros afectos. El acudió en su auxilio cuando ellos se sintieron perdidos y a punto de perecer. Cuando estaban cansados y agobiados por el pecado, se volvieron hacia él. El quitó su carga de la culpabilidad del pecado... y desvió toda la corriente de sus afectos. Aborrecen ahora las cosas que una vez amaron, y aman las cosas que aborrecían."

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Comentarios Elena G.W para la Escuela Sabática https://ift.tt/qbNfpai “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Hebreos 11:1. ¿No hemos comprobado esto en lo pasado al avanzar por fe para alcanzar las cosas que ahora vemos?… La fe no consiste solamente en mirar hacia adelante, a las cosas que no se ven; se confirma contemplando la experiencia pasada, los resultados tangibles, la verificación de la Palabra de Dios… Rogad: “Señor, aumenta mi fe”. La fe aviva los sentidos y los hace trabajar diligentemente para producir resultados. La fe eleva y ennoblece las facultades del alma, capacitándolas para aferrarse de lo invisible… Contemplando a Jesús, no solamente como nuestro ejemplo sino como el Autor y Consumador de nuestra fe, avancemos, confiando en que él suplirá con su fortaleza todo lo que se necesita para cumplir cada deber (Alza tus ojos, p. 70). La fe es necesaria tanto en los asuntos más pequeños como en los mayores de la vida. En todos nuestros negocios y nuestras ocupaciones diarias, la fuerza sustentadora de Dios llega a ser real para nosotros por medio de una confianza constante… Solamente la sensación de la presencia de Dios puede desvanecer el temor que, para el niño tímido, haría de la vida una carga. Grabe él en su memoria la promesa: “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende” Salmo 34:7. Lea la maravillosa historia de Eliseo cuando estaba en la ciudad de la montaña y había entre él y el ejército de enemigos armados un círculo poderoso de ángeles celestiales. Lea cómo se le apareció el ángel de Dios a Pedro cuando estaba en la prisión, condenado a muerte; cómo lo libertó, pasando por entre los guardianes armados y las macizas puertas de hierro con sus cerrojos y barrotes… Doquiera haya corazones llenos de fe que sirvan de conducto transmisor de su poder, no será menos notable su modo de obrar ahora que entonces (Reflejemos a Jesús, p. 119). “De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna”. Por medio del amado Juan, que escuchó estas palabras, el Espíritu Santo declaró a las iglesias: “Y este es el testimonio: Que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida”.1 Juan 5:11,12 Y Jesús dijo: “Yo le resucitaré en el día postrero”. Cristo se hizo carne con nosotros, a fin de que pudiésemos ser espíritu con él. En virtud de esta unión hemos de salir de la tumba, no simplemente como manifestación del poder de Cristo, sino porque, por la fe, su vida ha llegado a ser nuestra. Los que ven a Cristo en su verdadero carácter, y le reciben en el corazón, tienen vida eterna. Por el Espíritu es como Cristo mora en nosotros; y el Espíritu de Dios, recibido en el corazón por la fe, es el principio de la vida eterna (El Deseado de todas las gentes, p. 352).

Recibiréis Poder


"El que desea recibir diariamente la ayuda divina debe deponer toda vulgaridad, orgullo y mundanalidad. "

Entrada destacada

¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374