¿Por qué se prolonga el tiempo de prueba?


¿Por qué se prolonga el tiempo de prueba? 25 de marzo

El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. 2 Pedro 3:9. MSV76 90.1
Se me mostró el peligro que enfrentamos, como pueblo, de asemejarnos al mundo en lugar de adquirir la imagen de Cristo. Estamos en los mismos umbrales del mundo eterno, pero es el propósito del adversario de las almas inducirnos a postergar, hasta un futuro remoto, el fin del tiempo. MSV76 90.2
Satanás asaltará de todas las maneras concebibles a los que profesan ser el pueblo de Dios que guarda los mandamientos y que espera la segunda aparición de nuestro Salvador en las nubes del cielo con poder y grande gloria. Inducirá a tantos como pueda a postergar el día malo y asemejarse en espíritu al mundo, al imitar sus costumbres. Me siento alarmada cuando veo que el espíritu del mundo domina los corazones y mentes de muchos cuya profesión de la verdad es descollante. Albergan egoísmo y complacencia propia, pero no cultivan ni la verdadera piedad ni la integridad acrisolada... MSV76 90.3
Al tomar en cuenta el poco tiempo de que disponemos, debiéramos, como pueblo, velar y orar, y no permitir en ningún caso que se nos desvíe de la solemne tarea de prepararnos para el gran acontecimiento que está delante de nosotros. Debido a que el tiempo aparentemente se dilata, muchos se vuelven descuidados e indiferentes con respecto a sus palabras y actos. No comprenden su peligro y no perciben ni entienden la misericordia de Dios al prolongar su período de prueba, de manera de puedan disponer de tiempo a fin de formar caracteres para la vida futura e inmortal. Cada momento es de sumo valor. Se les concede tiempo, no para que lo empleen con el fin de hacer planes para su propio placer y para convertirse en moradores de la tierra, sino para que lo dediquen a la obra de vencer todo defecto en sus propios caracteres y para ayudar a otros, por ejemplo y esfuerzo personal, a percibir la belleza de la santidad. MSV76 90.4
Dios tiene un pueblo sobre la tierra que con fe y santa esperanza escudriña el rollo de la profecía que se está cumpliendo rápidamente, y que trata de purificar su alma mediante la obediencia a la verdad.53Testimonies for the Church 4:306, 307. MSV76 90.5

Revelar el amor de Jesús por medio del habla


Revelar el amor de Jesús por medio del habla, 25 de marzo

Jehová el Señor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado. Isaías 50:4. SSJ 91.1
En derredor nuestro hay almas afligidas. En cualquier parte podemos encontrarlas. Busquémoslas y digámosles una palabra oportuna que las consuele. Seamos siempre canales por donde fluyan las refrigerantes aguas de la compasión. SSJ 91.2
En todas nuestras relaciones hemos de tener presente que en la experiencia ajena hay capítulos sellados en que no penetran las miradas de los mortales. En las páginas del recuerdo hay historias tristes que son inviolables para los ojos ajenos. Hay consignadas allí largas y rudas batallas libradas en circunstancias críticas, tal vez dificultades de familia que día tras día debilitan el ánimo, la confianza y la fe. Los que pelean la batalla de la vida contra fuerzas superiores pueden recibir fortaleza y aliento merced a menudas atenciones que sólo cuestan un esfuerzo de amor. Para ellos, el fuerte apretón de mano de un amigo verdadero vale más que el oro y la plata. Las palabras de bondad son tan bien recibidas como las sonrisas de ángeles. SSJ 91.3
Hay muchedumbres que luchan con la pobreza, obligadas a trabajar arduamente por modestos salarios, que alcanzan apenas a satisfacer las necesidades primarias de la vida. Los afanes y las privaciones, sin esperanza de mejora, hacen muy pesadas sus cargas. Cuando a esto se añaden los dolores y la enfermedad, la carga resulta casi insoportable. Oprimidos y agobiados, no saben dónde buscar alivio. Simpatícese con ellos en sus pruebas, sus congojas y sus desengaños. Esto abrirá camino para ayudarlos. Hábleseles de las promesas de Dios, órese con ellos y por ellos, infúndaseles esperanza... SSJ 91.4
Cooperen con él [el Señor]. Mientras la desconfianza y la desunión llenan el mundo, tócales a los discípulos de Cristo revelar el espíritu que reina en los cielos. Hablen como él hablaría, obren como él obraría. Revelen continuamente la dulzura de su carácter. Revelen aquellos tesoros de amor que son la base de todas sus enseñanzas y de todo su trato con la humanidad. En colaboración con Cristo, los obreros más humildes pueden pulsar cuerdas cuyas vibraciones se percibirán hasta en los confines de la tierra y harán oír sus melodías por los siglos de la eternidad.—El Ministerio de Curación, 115, 116. SSJ 91.5

San Pablo enfatiza la santificación bíblica


San Pablo enfatiza la santificación bíblica, 25 de marzo

Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús; pues la voluntad de Dios es vuestra santificación. 1 Tesalonicenses 4:2, 3. RJ 90.1
En su carta a la iglesia de Efeso, Pablo les presenta el “misterio del evangelio” (Efesios 6:19), “las inescrutables riquezas de Cristo” (cap. 3:8), y entonces les asegura que elevará sus fervientes oraciones por su prosperidad espiritual: RJ 90.2
“Doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo... que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”. Efesios 3:14, 16-19. RJ 90.3
También escribe a sus hermanos corintios, “santificados en Cristo Jesús... Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo”. 1 Corintios 1:2-7. RJ 90.4
Estas palabras son dirigidas no solamente a la iglesia de Corinto, sino a todos los hijos de Dios hasta el fin del tiempo. Todo cristiano debe gozar la bendición de la santificación. RJ 90.5
El apóstol continúa con estas palabras: “Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer”. cap. 1:10. Pablo no les habría pedido que hicieran algo que fuera imposible. La unidad es el resultado seguro de la perfección cristiana... RJ 90.6
El propio apóstol estaba tratando de alcanzar la misma norma de santidad que les presentó a sus hermanos... Pablo no vaciló en destacar, en toda oportunidad apropiada, la importancia de la santificación bíblica. El dice: “Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación”. 1 Tesalonicenses 4:3. “Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia... Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo”. Filipenses 2:12-15.—La edificación del carácter, 86. RJ 90.7

Obediencia


Obediencia, 25 de marzo

Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir. 1 Pedro 1:14, 15. RP 95.1
¿Qué es lo que Dios exige? Perfección, y nada menos que perfección. Pero, si fuéramos perfectos, no deberíamos confiar en nosotros mismos. Diariamente tenemos que entender y recordar que no podemos apoyarnos en el yo. Necesitamos aferrarnos a las promesas de Dios con una fe vigorosa. Con una cabal comprensión de nuestra impotencia debemos pedir el Espíritu Santo. Entonces, cuando el Espíritu actúe no nos atribuyamos la gloria a nosotros mismos. Este Agente divino gratuitamente cuidará de nuestro corazón con el fin de exponerlo a los brillantes rayos del Sol de Justicia. Por intermedio de la fe seremos guardados por el poder de Dios. RP 95.2
Cuando estemos diariamente bajo el control de su Espíritu, seremos el pueblo que guarda los mandamientos. Podremos mostrar al mundo que la obediencia a las órdenes divinas tiene su recompensa ahora, y en la bendita vida futura. A pesar de nuestra profesión de fe, el Señor, que pesa nuestras acciones, nos ve como una imperfecta representación de Cristo. Nos dice que semejante situación no nos permite glorificarlo a él. RP 95.3
Entregar todo el ser a Dios es más que un simple compromiso. Significa que debemos vivir y andar por la fe, sin ánimo de confiar ni de glorificar nuestro propio yo, sino mirando a Jesús, nuestro Abogado, Autor y Consumador de la fe. El Espíritu Santo desea obrar en el corazón del contrito, pero nunca podrá hacer algo en los que se consideran importantes y justos. En su propia sabiduría piensan que podrían reformarse a sí mismos. El Espíritu de Dios puede obrar únicamente si el yo no se interpone. RP 95.4
¿En qué reside nuestra dependencia? ¿Dónde está nuestra ayuda? La Palabra de Dios nos dice: “Más el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”. Juan 14:26. El Espíritu Santo está listo para cooperar con el que está dispuesto a recibirlo y a ser enseñado por él. Todo los que se apoyan en la verdad y son santificados por intermedio de ella, están unidos a Cristo y en condiciones de representarlo en palabra y acción.—Manuscript Releases 12:52, 53. RP 95.5

No somos salvados por apoderado


No somos salvados por apoderado, 25 de marzo

Así que cada uno examine su obra, y entonces tendrá gloria sólo respecto de sí mismo, y no en otro. Gálatas 6:4. NEV 92.1
Nadie puede servir a Dios mediante apoderado. Hay muchos que dan la impresión de que piensan que en este mundo hay alguien más poderoso que Cristo, sobre el cual pueden confiar, y en lugar de ir directamente a Cristo tal como son, y entregarse sin reservas a él, salen en busca de ayuda humana. Dios quiere que tengamos una experiencia individual. ... Yo no puedo forjar un carácter por Ud., y Ud. no puede forjar un carácter por mí.—The General Conference Bulletin, 23 de abril de 1901, 424. NEV 92.2
El Evangelio trata con las personas individualmente. Cada ser humano tiene un alma para salvar o perder. Cada uno tiene una individualidad separada y diferente de la de todos los demás. Cada uno debe convencerse por sí mismo, y convertirse por sí mismo. Debe recibir la verdad, arrepentirse, creer y obedecer por sí mismo. Debe ejercitar su voluntad por sí mismo. ... Cada uno debe entregarse a Dios por un acto de su propia voluntad.—Manuscrito 28, 1898, pp. 2. NEV 92.3
El Señor no quiere que se destruya nuestra individualidad; no es su propósito que dos personas sean exactamente iguales en gustos y disposiciones. Todos tienen características peculiares, y éstas no deben destruirse, sino educarse, moldearse, transformarse a la similitud de Cristo. El Señor convierte las actitudes y las capacidades naturales, en instrumentos provechosos. En el desarrollo de las facultades que Dios ha dado, los talentos y las habilidades crecen, si el instrumento humano reconoce el hecho de que sus facultades le han sido confiadas por Dios, para ser usadas, no con propósitos egoístas, ... sino para la gloria de Dios y el bien de sus semejantes.—Carta 20, 1894, pp. 1. NEV 92.4
A cada hombre, Dios—no el hombre—ha dado su obra. Esta es una obra individual: la formación del carácter según la similitud divina. El lirio no debe tratar de ser como la rosa. Hay diferencia en la formación de las flores y en los frutos, pero las características de cada una derivan de Dios. ... Es el propósito de Dios que aun los hombres mejores no sean todos del mismo carácter. Una vida consagrada al servicio de Dios, se desarrollará y adquirirá hermosura en su individualidad.—Manuscrito 116, 1898, pp.

Venid con humildad y santo temor


Venid con humildad y santo temor, 25 de marzo

Dios temible en la gran congregación de los santos, y formidable sobre todos cuantos están alrededor de él. Salmos 89:7. MGD 92.1
La humildad y la reverencia deben caracterizar el comportamiento de todos los que se allegan a la presencia de Dios. En el nombre de Jesús podemos acercarnos a él con confianza, pero no debemos hacerlo con la osadía de la presunción, como si el Señor estuviese al mismo nivel que nosotros. Algunos se dirigen al Dios grande, todopoderoso y santo, que habita en luz inaccesible, como si se dirigieran a un igual o a un inferior. Hay quienes se comportan en la casa de Dios como no se atreverían a hacerlo en la sala de audiencias de un soberano terrenal. Los tales debieran recordar que están ante la vista de Aquel a quien los serafines adoran, y ante quien los ángeles cubren su rostro. A Dios se le debe reverenciar grandemente; todo el que verdaderamente reconozca su presencia se inclinará humildemente ante él.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 256, 257. MGD 92.2
Algunos piensan que es señal de humildad orar a Dios de una manera común, como si hablasen con un ser humano. Profanan su nombre mezclando innecesaria e irreverentemente con sus oraciones las palabras “Dios Todopoderoso”, palabras solemnes y sagradas, que no debieran salir de los labios a no ser en tonos subyugados y con un sentimiento de reverencia... MGD 92.3
Es la sentida oración de fe la que es oída en el cielo y contestada en la tierra. Dios entiende las necesidades de la humanidad. Él sabe lo que deseamos antes que se lo pidamos. El ve el conflicto del alma con la duda y la tentación. Nota la sinceridad del suplicante. Aceptará la humillación y aflicción del alma. “A aquél miraré que es pobre y humilde de espíritu—declara—, y que tiembla a mi palabra”. Isaías 66:2. MGD 92.4
Es privilegio nuestro orar con confianza, pues el Espíritu formula nuestras peticiones. Con sencillez debemos presentar nuestras necesidades al Señor, y apropiarnos de su promesa... MGD 92.5
Nuestras oraciones deben estar llenas de ternura y amor. Cuando anhelemos sentir de una manera más profunda y más amplia el amor del Salvador, clamaremos a Dios por más sabiduría.—Obreros Evangélicos, 185-187. MGD 92.6

La fe que obra


La fe que obra, 25 de marzo

Empero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es menester que el que a Dios se allega, crea que le hay y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11:6. FV 92.1
“La fe consiste en confiar en Dios, en creer que nos ama y sabe lo que es mejor para nuestro bien. Así, en vez de nuestro camino, nos induce a preferir el suyo. En vez de nuestra ignorancia, acepta su sabiduría; en vez de nuestra debilidad, su fuerza; en vez de nuestro pecado, su justicia. Nuestra vida, nosotros mismos, somos ya suyos; la fe reconoce su derecho de posesión, y acepta su bendición. Se indican la verdad, la integridad y la pureza como secretos del éxito de la vida. La fe es la que nos pone en posesión de estas virtudes. Todo buen impulso o aspiración provienen de Dios; la fe recibe de Dios la vida que es lo único que puede producir crecimiento y eficiencia verdaderos.”—Obreros Evangélicos, 273. FV 92.2
“Cuando hablamos de la fe debemos tener siempre presente una distinción. Hay una clase de creencia enteramente distinta de la fe. La existencia y el poder de Dios, la verdad de su Palabra, son hechos que aun Satanás y sus huestes no pueden negar de corazón. La Biblia dice que ‘los demonios lo creen y tiemblan,’ pero ésta no es fe. Donde no sólo hay una creencia en la Palabra de Dios, sino una sumisión de la voluntad a él; donde se le da a él el corazón, y los afectos se fijan en él, allí hay fe, fe que obra por el amor y purifica el alma. Mediante esta fe el corazón se renueva conforme a la imagen de Dios. Y el corazón que en su estado carnal no se sujetaba a la ley de Dios ni tampoco podía, se deleita después en sus santos preceptos.... Y la justicia de la ley se cumple en nosotros, los que no andamos ‘conforme a la carne, mas conforme al espíritu.’”—El Camino a Cristo, 46, 47. FV 92.3

La conversión de Pedro


La conversión de Pedro, 25 de marzo

Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos. Lucas 22:31, 32. HHD 93.1
La razón por la cual muchos profesos discípulos de Cristo caen víctimas de tentaciones graves es que no tienen un correcto conocimiento de sí mismos. En esto Pedro fue cabalmente zarandeado por el enemigo. Si pudiéramos comprender nuestras propias debilidades, veríamos que hay tanto que hacer por nosotros mismos que humillaríamos nuestro corazón bajo la poderosa mano de Dios. Al vincular nuestras almas indefensas con Cristo, supliremos nuestra ignorancia con su sabiduría, nuestra debilidad con su fortaleza, nuestra fragilidad con su invencible poder. Pedro cayó porque no conocía su propia fragilidad. Creyó que era fuerte... HHD 93.2
Si Pedro hubiera caminado humildemente con Dios, y ocultado el yo en Cristo; si hubiera buscado fervientemente la ayuda divina; si hubiera sido menos confiado en sí mismo; si hubiera recibido la instrucción del Señor y la hubiera puesto en práctica, habría velado en oración, y habría obrado su propia salvación con temor y temblor. Si se hubiera examinado íntimamente a sí mismo, el Señor le habría dado ayuda divina, y no hubiera habido necesidad de que el Señor lo zarandeara... No hay poder en toda la fuerza satánica que pueda incapacitar al alma que confía, en sencilla confianza, en la sabiduría que procede de Dios... HHD 93.3
El cuidado que Cristo manifestó por Pedro fue la causa de su restauración. Satanás no podía hacer nada contra la todopoderosa intercesión de Cristo. Y la oración que Cristo ofreció por Pedro la ofrece por todos los que son humildes y contritos de corazón.—The Youth’s Instructor, 15 de diciembre de 1898. HHD 93.4

Aceptémoslo como nuestro amigo íntimo


Aceptémoslo como nuestro amigo íntimo, 25 de marzo

Ya no os llamaré siervos...; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer. Juan 15:15. EJ 92.1
Actualmente prevalece la iniquidad. Los peligros de los últimos días se vuelven densos alrededor de nosotros, y debido a que la iniquidad abunda, el amor de muchos se ha resfriado. Esto no necesita ser así si todos acuden a Jesús, y confían en él con fe sencilla. Su mansedumbre y humildad atesoradas en el corazón, producirán paz y reposo y le impartirán fuerza moral a cada alma. EJ 92.2
Frecuentemente se alude a la brevedad del tiempo como un incentivo para buscar justicia y hacer de Cristo nuestro Amigo. Para nosotros éste no debería ser el gran motivo, porque tiene sabor a egoísmo. ¿Será necesario que los terrores del día de Dios se tengan que colocar delante de nuestra vista para que nos decidamos a hacer el bien movidos por el temor? Esto no debería ser así. Jesús es atractivo. Está lleno de amor, de misericordia y compasión. El se ha propuesto ser nuestro Amigo, y caminar con nosotros a través de todos los senderos difíciles de la vida. El nos asegura: Yo soy el Señor vuestro Dios; caminad conmigo, y llenaré vuestra senda de luz. Jesús, la majestad del cielo, se propone exaltar a un compañerismo consigo a todos los que acudan a él con sus cargas, sus debilidades y sus preocupaciones. Los considerará hijos suyos, y finalmente les dará una herencia más valiosa que los imperios de los monarcas, y una corona de gloria más rica que la que jamás ha adornado la frente del más exaltado de los reyes terrenales. EJ 92.3
Tenemos el deber de amar a Jesús como nuestro Redentor. El tiene el derecho de exigir nuestro amor, pero en lugar de hacerlo nos invita a que le demos nuestro corazón. Nos llama para que caminemos con él por el sendero de la obediencia humilde y verdadera. La invitación que nos hace es un llamamiento a una vida de pureza, santidad y felicidad—una vida de paz y reposo, de libertad y amor—y a la participación de una rica herencia futura: la vida eterna. ¿Qué elegiremos, la libertad en Cristo o la esclavitud y la tiranía al servicio de Satanás?... Si elegimos vivir con Cristo durante las edades interminables de la eternidad, ¿por qué no escogerlo ahora como nuestro Amigo más amado y de mayor confianza, y nuestro Consejero mejor y más sabio? EJ 92.4
Nosotros tenemos el privilegio de caminar diariamente con Jesús, en una relación reposada, íntima y feliz. No necesitamos alarmarnos si el sendero cruza por conflictos y sufrimientos. Podemos gozar de la paz que sobrepasa todo entendimiento; pero nos costará batallas contra los poderes de las tinieblas, y luchas severas contra el egoísmo y el pecado innato. Las victorias que ganemos diariamente mediante esfuerzos perseverantes e incansables en el bien hacer serán preciosas en Cristo que nos ha amado, “quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras”. Tito 2:14... EJ 92.5
El hijo del Altísimo sufrió la vergüenza de la cruz, para que los pecadores no tuvieran que sufrir vergüenza y desprecio eternos, sino que fueran rescatados y coronados de gloria eterna.—The Signs of the Times, 17 de marzo de 1887. EJ 92.6

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¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374