La Fe por la Cual Vivo


Llenos de su justicia, 13 de abril https://ift.tt/uj6dJOW Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia: porque ellos serán hartos. Mateo 5:6. “La justicia es santidad, semejanza a Dios; y ‘Dios es amor.’ Es conformidad a la ley de Dios, porque ‘todos tus mandamientos son justicia;’ y ‘el amor pues es el cumplimiento de la ley.’ La justicia es amor, y el amor es la luz y la vida de Dios. La justicia de Dios se incorpora en Cristo. Al recibirle a él, recibimos la justicia. “No es por conflictos penosos ni por rudo trabajo, ni aun por dones o sacrificios, como se obtiene la justicia; sino que se concede gratuitamente a toda alma que tiene hambre y sed de recibirla. ‘A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad, y comed, ... sin dinero y sin precio.’ ‘Su justicia de por mí, dijo Jehová.’ ‘Este será su nombre que le llamarán: Jehová,Justicia Nuestra.’ “No hay agente humano que pueda facilitar lo que satisfaga el hambre y la sed de justicia. Pero dice Jesús ... ‘Yo soy el pan de vida; el que a mí viene nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.’ ... “Cuanto más conocemos a Dios, tanto más alto será nuestro ideal de carácter, y tanto más ansioso nuestro deseo de reflejar su imagen. Un elemento divino se une con lo humano cuando el alma busca a Dios, y el corazón anheloso puede decir: ‘Alma mía, en Dios solamente reposa; porque de él es mi esperanza.’ “El llamamiento continuo del corazón es, ‘Más de ti,’ y siempre viene la respuesta del Espíritu, ‘Mucho más.’”—El Discurso Maestro de Jesucristo, 23, 24.

Hijos e Hijas de Dios


De lo artificial a lo natural, 13 de abril https://ift.tt/VpZF1I5 Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites? Salmos 8:3, 4. Dios nos insta a contemplar sus obras en el mundo natural. Desea que todos apartemos nuestra mente del estudio de lo artificial para dedicarlo a lo natural. Lo comprenderemos mejor al elevar nuestra mirada a las colinas de Dios, y contemplar las obras que él ha hecho con sus propias manos. Su mano ha modelado las colinas, y las ha puesto en equilibrio en su sitio, a fin de que no se muevan sino a su mandato. El viento, el sol, la lluvia, la nieve y el hielo son servidores que cumplen su voluntad. Para el cristiano, el amor y la benevolencia de Dios pueden verse en cada don de su mano. Las bellezas de la naturaleza son motivo de su contemplación. Al estudiar los encantos naturales que nos rodean, la mente pasa de la naturaleza al Autor de todo lo amable. Todas las obras de Dios hablan a nuestros sentidos, magnificando su poder y exaltando su sabiduría. Cada ser creado tiene en sus encantos aspectos interesantes para el hijo de Dios, y modelan su gusto para contemplar esas preciosas evidencias del amor de Dios por encima de las obras de la pericia humana. Con palabras saturadas de ardiente fervor, el profeta magnifica a Dios en sus obras creadas: “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?”—The Youth’s Instructor, 24 de marzo de 1898.

En los Lugares Celestiales


Cómo obra la fe, 13 de abril https://ift.tt/RACmeNJ Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la circuncisión, sino la fe que obra por el amor. Gálatas 5:6. Cristo ha mostrado su gran amor por nosotros al dar su vida para que no perezcamos en nuestros pecados, para que pueda revestirnos de su salvación. Si alimentamos este divino amor en nuestros corazones, él cimentará y fortalecerá nuestra unión con los que tienen la misma fe. “Y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él”. 1 Juan 4:16. El fortalecer nuestro amor por nuestros hermanos y hermanas fortalecerá nuestro amor por Cristo. Este principio del amor por Dios y por aquellos por los cuales Cristo murió necesita ser avivado por el Espíritu Santo y cimentado por la bondad fraternal, la ternura; necesita ser fortalecido por actos que testifiquen que Dios es amor. Esta unión, que une corazón con corazón, no es resultado del sentimentalismo, sino la obra de un principio saludable. La fe obra por el amor y purifica el alma de todo egoísmo. Así el alma es perfeccionada en el amor. Y habiendo hallado gracia y misericordia mediante la sangre preciosa de Cristo, ¿cómo podemos dejar de ser tiernos y misericordiosos? ... “¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano? Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto: e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia... Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan”. Isaías 58:6-11.—The Review and Herald, 17 de marzo de 1910.

El Cristo Triunfante


La experiencia de Israel nos recuerda la importancia del sábado, 13 de abril https://ift.tt/CtxTQdZ “Mirad que Jehová os dio el día de reposo, y por eso en el sexto día os da pan para dos días. Estése pues, cada uno en su lugar, y nadie salga de él en el séptimo día. Así el pueblo reposó el séptimo día”. Éxodo 16:29, 30. Antes que la ley fuera promulgada desde el Sinaí, Dios operó un milagro cada semana a fin de convencer al pueblo de la santidad del sábado. Hizo llover maná del cielo como alimento y cada día lo recogieron, pero al sexto día debían recolectar una doble porción según las instrucciones de Moisés... “Así comieron los hijos de Israel maná cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada; maná comieron hasta que llegaron a los límites de la tierra de Canaán”. Fue así como por cuarenta años Dios operó un milagro semanal en favor de su pueblo a fin de demostrarle que su sábado era un día sagrado. Dios determinó que debía construirse un tabernáculo donde los israelitas pudieran adorarle durante su peregrinaje por el desierto. Las órdenes del cielo fueron dadas a fin de que el tabernáculo se construyera sin demora. A causa de la santidad del trabajo y la premura con que debía realizarse, algunos arguyeron que la obra en el tabernáculo debía continuarse durante el sábado así como en el resto de los días de la semana. Cristo escuchó estas sugerencias, y vio que su pueblo estaba ante el gran peligro de ser atrapado por un artificioso razonamiento que justificaba el trabajo en sábado para que el tabernáculo pudiera completarse tan pronto como fuera posible. Pronto el mensaje llegó indicando: “Ciertamente guardaréis mis sábados”. Aunque la obra debía llevarse a cabo con prontitud, el sábado no debía emplearse como un día laboral. Aun la obra en la casa de Dios debía dar lugar a la sagrada observancia del descanso en el Día del Señor. Dios honra celosamente el memorial de la creación. El sábado es una señal entre Dios y su pueblo. Es el santo día de Dios, dado por el Creador como día de descanso y de meditación en las cosas sagradas. Dios indicó que debía ser observado en cada época como pacto perpetuo... Al negarnos a trabajar en el séptimo día, testificamos ante al mundo que estamos del lado de Dios y que nos afanamos por vivir en perfecta armonía con sus mandamientos. Así reconocemos como nuestro soberano al Dios que hizo el mundo en seis días y descansó el séptimo... El verdadero sábado ha de ser restablecido a su posición correcta como el día de descanso del Señor.—Manuscrito 77, 1900.

Alza tus Ojos


Tenemos un modelo perfecto, 13 de abril https://ift.tt/OuZkqfg Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles. Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará. Isaías 35:3, 4. ¿Quién se vestirá ahora con el manto de la justicia de Cristo, que no tiene mancha ni arruga, de tal modo que Satanás no pueda señalar con escarnio sus vestimentas sucias? Mantengan el alma limpia y pura. No tienen tiempo para dedicar a los errores de otros. Presten atención a sus propios errores y hagan que los descarriados se sientan avergonzados por el interés amable y lleno de simpatía que ustedes manifiestan por ellos. Un cristiano es muy sensible a las necesidades de otros. Sabe que son propiedad de Cristo y estará siempre atento para encontrar oportunidades de ayudarles. La envidia, las sospechas, las calumnias y las críticas, que no se nombren siquiera entre los discípulos de Cristo. Estos defectos son la causa de la presente debilidad de la iglesia. Tenemos un modelo perfecto, la vida de Cristo. Debe ser nuestro ferviente deseo hacer lo que El hizo, vivir como El vivió, a fin de que otros, al ver nuestras buenas obras, puedan ser inducidos a glorificar a Dios. La bendición del Señor descansará sobre nosotros en la medida en que tratemos de bendecir a otros cumpliendo la obra que Cristo nos enseñó a hacer al venir a este mundo. Dios dio a su Hijo unigénito para que muriera por una raza de rebeldes, a fin de que todo aquel que cree en El no perezca, sino que tenga vida eterna. ¿Por qué no caminamos y obramos en la forma como Dios lo ha señalado? ¿Cómo puede alguno agradar al enemigo destruyendo la obra de otros, utilizando las facultades que Dios le dio para destruir la esperanza y empujar a las almas al desánimo? En cada iglesia hay hombres y mujeres jóvenes que necesitan la ayuda de un fuerte y compasivo apretón de manos; de un interés amante como el de Cristo, que les impedirá irse. Pongan fin a las disputas acerca de las cosas pequeñas. Desaparezcan las declaraciones poco amables, como algo odioso y sin provecho. No pronuncien palabras que no benefician, y acérquense a los que han errado. Aférrense de ellos y atráiganlos a Cristo. Digan a Satanás que no puede tenerlos porque son propiedad del Salvador. No den a Satanás la oportunidad de introducirse en nuestras filas. “No he venido para condenar, sino para salvar”, declaró Cristo. Los ángeles son enviados desde las cortes celestiales no para destruir sino para valorar y proteger a las almas en peligro, para salvar a los perdidos, para traer a los extraviados de nuevo al redil. ¿No tienen, entonces, palabras para los perdidos y extraviados, que surjan de un corazón compasivo? ¿Los dejarán perecer o les extenderán una mano ayudadora? Alrededor de ustedes hay almas que están en peligro de perecer. ¿No trabajarán en favor de ellas y orarán con ellas? ¿No las atraerán al Salvador con cuerdas de amor? Cesen los reproches y pronuncien palabras que inspirarán en ellos la fe y el valor. Que vean en ustedes una vida cristiana consecuente.—Manuscrito 36, del 13 de abril de 1904, “La vida nueva en Cristo”.

A Fin de Conocerle


Cristo, nuestra paz y justicia, 13 de abril https://ift.tt/zFb3SnW A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. Hechos 5:31. Aquel que tiene el manto inmaculado de justicia, tejido en el telar del cielo, en el cual no hay una hebra que pueda reclamar la humanidad pecaminosa, está a la diestra de Dios para revestir a sus hijos creyentes con el perfecto manto de su justicia. Los que estén salvados en el reino de Dios, no tendrán en sí mismos nada de qué jactarse; la alabanza y la gloria se dirigirán a Dios, el Dador de la salvación... La obra del pecador no es hacer paz con Dios sino aceptar a Cristo como a su paz y justicia. Así el hombre se convierte en uno con Cristo y con Dios. No hay otra forma en la cual el corazón pueda ser santificado, a no ser por la fe en Cristo. Sin embargo, algunos piensan que el arrepentimiento es una especie de preparación que los hombres deben originar por sí mismos a fin de que Cristo sea mediador en favor de ellos. Es cierto que debe haber arrepentimiento antes de que haya perdón; pero el pecador debe ir a Cristo antes de que pueda haber arrepentimiento. La virtud de Cristo es la que fortalece y da luz al alma, de modo que el arrepentimiento pueda ser pío y aceptable... El arrepentimiento es tan ciertamente un don de Jesucristo como lo es el perdón de los pecados. No se puede experimentar el arrepentimiento sin Cristo; pues el arrepentimiento del cual él es el Autor es la base sobre la cual podemos pedir nuestro perdón. Mediante la obra del Espíritu Santo, los hombres son inducidos al arrepentimiento. De Cristo proviene la gracia de la contrición, tanto como el don del perdón, y el arrepentimiento así como el perdón de los pecados se consiguen solo mediante la sangre expiatoria de Cristo. Aquellos a quienes Dios perdona, primero hace que se arrepientan.—The Youth’s Instructor, 6 de diciembre de 1894.

A Fin de Conocerle


A Fin de Conocerle
Cristo, nuestra paz y justicia, 13 de abril https://ift.tt/zFb3SnW A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. Hechos 5:31. Aquel que tiene el manto inmaculado de justicia, tejido en el telar del cielo, en el cual no hay una hebra que pueda reclamar la humanidad pecaminosa, está a la diestra de Dios para revestir a sus hijos creyentes con el perfecto manto de su justicia. Los que estén salvados en el reino de Dios, no tendrán en sí mismos nada de qué jactarse; la alabanza y la gloria se dirigirán a Dios, el Dador de la salvación... La obra del pecador no es hacer paz con Dios sino aceptar a Cristo como a su paz y justicia. Así el hombre se convierte en uno con Cristo y con Dios. No hay otra forma en la cual el corazón pueda ser santificado, a no ser por la fe en Cristo. Sin embargo, algunos piensan que el arrepentimiento es una especie de preparación que los hombres deben originar por sí mismos a fin de que Cristo sea mediador en favor de ellos. Es cierto que debe haber arrepentimiento antes de que haya perdón; pero el pecador debe ir a Cristo antes de que pueda haber arrepentimiento. La virtud de Cristo es la que fortalece y da luz al alma, de modo que el arrepentimiento pueda ser pío y aceptable... El arrepentimiento es tan ciertamente un don de Jesucristo como lo es el perdón de los pecados. No se puede experimentar el arrepentimiento sin Cristo; pues el arrepentimiento del cual él es el Autor es la base sobre la cual podemos pedir nuestro perdón. Mediante la obra del Espíritu Santo, los hombres son inducidos al arrepentimiento. De Cristo proviene la gracia de la contrición, tanto como el don del perdón, y el arrepentimiento así como el perdón de los pecados se consiguen solo mediante la sangre expiatoria de Cristo. Aquellos a quienes Dios perdona, primero hace que se arrepientan.—The Youth’s Instructor, 6 de diciembre de 1894.
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¡Maranata: El Senor Viene!


¡Maranata: El Senor Viene!
Socios de Cristo, 13 de abril https://ift.tt/ReJwygf Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. Juan 15:5. ¡El fin está cerca! Dios invita a la iglesia a poner en orden las cosas que quedan. Colaboradores de Dios, estáis facultados por el Señor para llevar a otros al reino. Habéis de ser los agentes vivos de Dios, conductos de luz para el mundo, y en derredor vuestro hay ángeles del cielo, enviados por Cristo para sosteneros y fortaleceros mientras trabajáis por la salvación de las almas... Destacaos como separados y distintos del mundo, como personas que están en el mundo, pero que no son de él, y reflejad los brillantes rayos del Sol de justicia, siendo puros, santos y sin contaminación, y haciendo brillar con fe la luz en todos los caminos y vallados de la tierra. Despiértense las iglesias antes que sea eternamente demasiado tarde. Asuma cada miembro su obra individual y vindique el nombre del Señor, que lleva sobre sí. Que la fe sana y la ferviente piedad reemplacen la pereza y la incredulidad. Cuando la fe eche mano de Cristo, la verdad deleitará el alma y los servicios religiosos no serán áridos ni carentes de interés... Diariamente tendréis una rica experiencia mientras practiquéis el cristianismo que profesáis. Se convertirán los pecadores... ¡Ojalá que todos se despertaran y manifiestasen al mundo que su fe es una fe viva, que aguarda al mundo una crisis vital y que Jesús vendrá pronto! Dejemos ver a los hombres que creemos estar en los límites del mundo eterno. La edificación del reino de Dios queda rezagada o fomentada de acuerdo con la infidelidad o la fidelidad de los agentes humanos. La obra queda estorbada cuando los agentes humanos no cooperan con los agentes divinos. Los hombres pueden orar: “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”. Mateo 6:10; pero si en su vida no actúan de acuerdo con su oración, sus peticiones serán infructuosas. Pero aunque seamos débiles, sujetos a error y pecado, el Señor nos ofrece asociarnos con él. Nos invita a colocarnos bajo la instrucción divina. Uniéndonos con Cristo, podemos realizar las obras de Dios. “Separados de mí—dijo Cristo—nada podéis hacer”.30Joyas de los Testimonios 3:69-71.
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Sabbath School


Comentarios Elena G.W para las Lecciones de Escuela Sabática https://ift.tt/1CakPXh @seguidores Satanás está presentando constantemente incentivos al pueblo escogido de Dios para desviar su atención de la obra solemne de prepararse para las escenas que le esperan en el futuro cercano. Él es, en todo sentido de la palabra, un engañador, un hábil seductor. Cubre sus planes y trampas con mantos de luz sacados del cielo. Tentó a Eva a comer de la fruta prohibida, haciéndole creer que con ello obtendría grandes ventajas… Satanás tiene muchas redes peligrosas de fina trama, que parecen inocentes, pero con las cuales se prepara hábilmente para engañar al pueblo de Dios (Testimonios para la iglesia, t. 1, p. 480). Cuando los hombres, tentados por Satanás, cometen faltas, y sus palabras y comportamiento no son cristianos, tal vez no vean su condición, porque el pecado es engañador, y tiende a amortecer las percepciones morales. Pero mediante el examen de sí mismos, la investigación de las Escrituras y la humilde oración, con la ayuda del Espíritu Santo, serán capacitados para ver su error. Si entonces confiesan sus pecados y los abandonan, el tentador no les parecerá como ángel de luz, sino como un engañador… Los que reciben el reproche y la corrección como de Dios, y así pueden ver y corregir sus errores, están aprendiendo preciosas lecciones aun de sus errores. Su fracaso aparente se vuelve victoria. Se levantan, no confiando en su propia fuerza sino en el poder de Dios. Tienen seriedad, celo y afecto, unidos a la humildad y regulados por los preceptos de la Palabra de Dios. No caminan tambaleantes, sino seguros, por un sendero donde brilla la luz del cielo (That I May Know Him, p. 239; parcialmente en A fin de conocerle, 21 de agosto, p. 238). Y hablóles Jesús otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, mas tendrá la lumbre de la vida. Juan 8:12. Todos aquellos que viajan por el camino al cielo, necesitan un guía seguro. Nosotros no debemos andar en la sabiduría humana. Es nuestro privilegio escuchar a la voz de Cristo hablándonos a medida que realizamos el viaje, y sus palabras son siempre palabras de sabiduría… Satanás está trabajando con gran diligencia para labrar la ruina de las almas de los hombres. Ha descendido con gran poder, sabiendo que le queda poco tiempo. Nuestra única seguridad está en seguir estrechamente junto a Cristo, caminando en su sabiduría y practicando su verdad. Nosotros no siempre podemos detectar rápidamente la obra satánica; no sabemos adónde coloca sus trampas. Pero Jesús comprende las sutiles artes del enemigo, y puede mantener nuestros pies por el camino seguro… “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” (Juan 14:6), declara Cristo (Nuestra elevada vocación, 10 de enero, p. 18).

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Comentarios Elena G.W para las Lecciones de Escuela Sabática https://ift.tt/1CakPXh @seguidores Satanás está presentando constantemente incentivos al pueblo escogido de Dios para desviar su atención de la obra solemne de prepararse para las escenas que le esperan en el futuro cercano. Él es, en todo sentido de la palabra, un engañador, un hábil seductor. Cubre sus planes y trampas con mantos de luz sacados del cielo. Tentó a Eva a comer de la fruta prohibida, haciéndole creer que con ello obtendría grandes ventajas… Satanás tiene muchas redes peligrosas de fina trama, que parecen inocentes, pero con las cuales se prepara hábilmente para engañar al pueblo de Dios (Testimonios para la iglesia, t. 1, p. 480). Cuando los hombres, tentados por Satanás, cometen faltas, y sus palabras y comportamiento no son cristianos, tal vez no vean su condición, porque el pecado es engañador, y tiende a amortecer las percepciones morales. Pero mediante el examen de sí mismos, la investigación de las Escrituras y la humilde oración, con la ayuda del Espíritu Santo, serán capacitados para ver su error. Si entonces confiesan sus pecados y los abandonan, el tentador no les parecerá como ángel de luz, sino como un engañador… Los que reciben el reproche y la corrección como de Dios, y así pueden ver y corregir sus errores, están aprendiendo preciosas lecciones aun de sus errores. Su fracaso aparente se vuelve victoria. Se levantan, no confiando en su propia fuerza sino en el poder de Dios. Tienen seriedad, celo y afecto, unidos a la humildad y regulados por los preceptos de la Palabra de Dios. No caminan tambaleantes, sino seguros, por un sendero donde brilla la luz del cielo (That I May Know Him, p. 239; parcialmente en A fin de conocerle, 21 de agosto, p. 238). Y hablóles Jesús otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, mas tendrá la lumbre de la vida. Juan 8:12. Todos aquellos que viajan por el camino al cielo, necesitan un guía seguro. Nosotros no debemos andar en la sabiduría humana. Es nuestro privilegio escuchar a la voz de Cristo hablándonos a medida que realizamos el viaje, y sus palabras son siempre palabras de sabiduría… Satanás está trabajando con gran diligencia para labrar la ruina de las almas de los hombres. Ha descendido con gran poder, sabiendo que le queda poco tiempo. Nuestra única seguridad está en seguir estrechamente junto a Cristo, caminando en su sabiduría y practicando su verdad. Nosotros no siempre podemos detectar rápidamente la obra satánica; no sabemos adónde coloca sus trampas. Pero Jesús comprende las sutiles artes del enemigo, y puede mantener nuestros pies por el camino seguro… “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” (Juan 14:6), declara Cristo (Nuestra elevada vocación, 10 de enero, p. 18).
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Entrada destacada

¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374