Cada Día con Dios


Cada Día con Dios
Cómo descubrir cuál es nuestro deber, 7 de agosto Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Apocalipsis 3:17. https://ift.tt/surcBl9 @seguidores ¿En qué consiste la miseria y la desnudez de los que se sienten ricos y enriquecidos? Es la carencia de la justicia de Cristo. Debido a su justicia propia se los representa como cubiertos de andrajos, no obstante lo cual se vanaglorian que están ataviados con la justicia de Cristo. ¿Puede haber un engaño más grande? Tal como los representa el profeta, podrían estar clamando: “Templo de Jehová, templo de Jehová es éste” (Jeremías 7:4), mientras sus corazones están llenos de tráfico impío y comercio injusto. Los atrios del templo del alma pueden ser antros de envidia, orgullo, pasión, malas sospechas, amargura y hueco formalismo. Cristo contempla apesadumbrado a los que profesan ser su pueblo, que se sienten ricos y enriquecidos en el conocimiento de la verdad, no obstante lo cual no manifiestan la verdad en su vida y en su carácter, y son inconscientes de su condición. En su pecado y su incredulidad consideran livianamente las advertencias y los consejos de los siervos de Dios, y tratan a sus embajadores con sarcasmo y desprecio, al mismo tiempo que consideran sus palabras de reprensión como si fueran charlas sin importancia. Parecen haber perdido la facultad de discernir y de distinguir entre la luz que Dios les envía y las tinieblas que proceden del enemigo de sus almas... Cuando Jesús se fue, confió a los hombres su obra en todos sus diversos aspectos, y cada verdadero seguidor de Cristo tiene algo que hacer para él, por lo cual es responsable ante su Maestro, y se espera que lleve a cabo esa obra con toda fidelidad, aguardando la orden y la dirección de su jefe. Somos responsables ante Dios y hemos sido investidos con los bienes del cielo, y deberíamos tener la mira puesta en la gloria del que nos llamó. Por nuestra parte deberíamos cumplir fielmente nuestro deber para llevar a cabo la tarea señalada en la más amplia medida que nos lo permita nuestra capacidad. Ningún ser viviente puede hacer la obra que nosotros debemos hacer. Debemos cumplir nuestra tarea mediante el empleo diligente de la inteligencia que Dios nos ha dado, creciendo en conocimiento y eficiencia a medida que avanzamos en nuestra obra.—The Review and Herald, 7 de agosto de 1894.
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Alza tus Ojos


Alza tus Ojos
Sólo una luz para iluminar la senda, 7 de agosto Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto. Proverbios 4:18. https://ift.tt/26eTK4M @seguidores El amor de Cristo en el corazón, que revela por medio de la vida su maravilloso poder, es el mayor milagro que puede realizarse ante el mundo caído y contencioso. Tratemos de obrar este milagro, no con nuestro propio poder sino en el nombre del Señor Jesucristo, de quien somos y a quien servimos. Llenémonos de Cristo, y el poder milagroso de su gracia será tan plenamente revelado en la transformación del carácter que el mundo se convencerá de que Dios envió a su Hijo al mundo para que los hombres sean como ángeles en carácter y vida. Los que verdaderamente creen en Cristo se sientan junto a El en los lugares celestiales. Aceptemos la insignia del cristianismo. No es un distintivo externo, no es usar una cruz o una corona, sino algo que revela la unión del hombre con Dios. Despojérnonos “del viejo hombre con sus hechos, y... revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno”. Colosenses 3:9, 10. La belleza de la santidad se revela a medida que los cristianos se unen, fusionándose en el amor de Cristo. “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para estimulamos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”. Hebreos 10:19-25. Existe sólo una verdadera religión, sólo un camino al cielo, sólo una luz para iluminar la senda a medida que los peregrinos avanzan de prisa. En tanto prosigamos en el conocimiento del Señor, reconoceremos a cada paso que Cristo es la “Luz del mundo”, que El es “el Camino, la Verdad , y la Vida”; y veremos que la senda por la que nos pide que transitemos es “como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto”. Proverbios 4:18... El Señor es bueno y ha de ser alabado en gran manera... Cuán bendecido, cuán doblemente bendecido es el hogar en el cual el padre, la madre y los hijos están consagrados al servicio de Cristo.—Carta 126, del 7 de agosto de 1902, dirigida a un evangelista en la ciudad de Nueva York.
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Wednesday, August 07 Con la lengua trabada Comentarios Elena G.W para las Lecciones de Escuela Sabática https://ift.tt/8ArnmPY @seguidores @destacar En la región de Decápolis era donde los endemoniados de Gádara habían sido sanados. Allí la gente, alarmada por la destrucción de los cerdos, había obligado a Jesús a apartarse de entre ella. Pero había escuchado a los mensajeros que él dejara atrás, y se había despertado el deseo de verle. Cuando Jesús volvió a esa región, se reunió una muchedumbre en derredor de él y le trajeron a un hombre sordo y tartamudo. Jesús no sanó a ese hombre, como era su costumbre, por una sola palabra. Apartándole de la muchedumbre, puso sus dedos en sus oídos y tocó su lengua; mirando al cielo, suspiró al pensar en los oídos que no querían abrirse a la verdad, en las lenguas que se negaban a reconocer al Redentor. A la orden: “Sé abierto”, le fue devuelta al hombre la facultad de hablar y, violando la recomendación de no contarlo a nadie, publicó por todas partes el relato de su curación (El Deseado de todas las gentes, p. 371). Los siervos de Cristo deben testificar por su Jefe con el poder del Espíritu Santo. El intenso deseo con el cual el Salvador anheló salvar a los pecadores debe caracterizar todos sus esfuerzos. La misericordiosa invitación, hecha primero por el Salvador, debe ser repetida por voces humanas, y resonar en todo el mundo: “Y el que quiere, tome del agua de la vida de balde”. Apocalipsis 22:17. La iglesia debe decir: “Ven”. Todas las energías de la iglesia deben ser movilizadas al servicio de Cristo. Los discípulos de Jesús deben unirse con el fin de realizar un esfuerzo enérgico para llamar la atención del mundo hacia las profecías de la Palabra de Dios, que se están cumpliendo rápidamente. La incredulidad y el espiritismo están adquiriendo sobre el mundo un dominio cada vez mayor. ¿Permanecerán ahora también fríos e incrédulos los que recibieron gran luz? (Testimonios para la iglesia, t. 9, p. 43). Aquel cuyo corazón está resuelto a servir a Dios encontrará oportunidades para testificar en su favor. Las dificultades serán impotentes para detener al que esté resuelto a buscar primero el reino de Dios y su justicia. Por el poder adquirido en la oración y el estudio de la Palabra, buscará la virtud y abandonará el vicio. Mirando a Jesús, el autor y consumador de la fe, quien soportó la contradicción de los pecadores contra sí mismo, el creyente afrontará voluntariamente y con valor el desprecio y el escarnio. Aquel cuya palabra es verdad promete ayuda y gracia suficientes para toda circunstancia. Sus brazos eternos rodean al alma que se vuelve a él en busca de ayuda. Podemos reposar confiadamente en su solicitud, diciendo: “En el día que temo, yo en ti confío”. Salmo 56:3. Dios cumplirá su promesa con todo aquel que deposite su confianza en él. Por su propio ejemplo el Salvador ha demostrado que sus seguidores pueden estar en el mundo y con todo, no ser del mundo. No vino para participar de sus ilusorios placeres… sino para hacer la voluntad de su Padre, para buscar y salvar a los perdidos. Con este propósito, el cristiano puede permanecer sin contaminación en cualquier circunstancia. No importa su situación o condición, sea exaltada o humilde, manifestará el poder de la religión verdadera en el fiel cumplimiento del deber (Los hechos de los apóstoles, pp. 372, 373).

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¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374