Exaltad a Jesús


El crecimiento proviene de Dios, exaltad a Jesús como el creador, 25 de febrero https://ift.tt/VLYWChz Serán vivificados como trigo, y florecerán como la vid. Oseas 14:7. En la Escritura se llama nacimiento al cambio de corazón por el cual somos hechos hijos de Dios. También se lo compara con la germinación de la buena semilla sembrada por el labrador. De igual modo se habla de los recién convertidos a Cristo como de “niños recién nacidos”, que deben ir “creciendo” (1 Pedro 2:2; Efesios 4:15) hasta llegar a la estatura de hombres en Cristo Jesús. Como la buena simiente en el campo, tienen que crecer y dar fruto. Isaías dice que serán “llamados árboles de justicia, plantados por Jehová mismo, para que él sea glorificado”. Isaías 61:3. Se sacan así ilustraciones del mundo natural para ayudarnos a entender mejor las verdades misteriosas de la vida espiritual. Toda la sabiduría e inteligencia de los hombres no puede dar vida al objeto más diminuto de la naturaleza. Solamente por la vida que Dios mismo les ha dado pueden vivir las plantas y los animales. Asimismo es sólo mediante la vida de Dios como se engendra la vida espiritual en el corazón de los hombres. Si el hombre no “naciere de nuevo” (Juan 3:3) no puede ser hecho participante de la vida que Cristo vino a dar. Lo que sucede con la vida, sucede con el crecimiento. Dios es el que hace florecer el capullo y fructificar las flores. Su poder es el que hace a la simiente desarrollar “primero hierba, luego espiga, luego grano lleno en la espiga”. Marcos 4:28. El profeta Oseas dice que Israel “echará flores como el lirio”. “Serán revivificados como el trigo, y florecerán como la vid”. Oseas 14:5, 7. Y el Señor Jesús dice: “Considerad los lirios, cómo crecen”. Lucas 12:27. Las plantas y las flores no crecen por su propio cuidado, solicitud o esfuerzo, sino porque reciben lo que Dios proporcionó para favorecer su vida. El niño no puede por su solicitud o poder propio añadir algo a su estatura. Ni vosotros podréis por vuestra solicitud o esfuerzo conseguir el crecimiento espiritual. La planta y el niño crecen al recibir de la atmósfera circundante aquello que sostiene su vida: el aire, el sol y el alimento. Lo que estos dones de la naturaleza son para los animales y las plantas, llega a serlo Cristo para los que en él confían... En el don incomparable de su Hijo, Dios rodeó al mundo entero con una atmósfera de gracia tan real como el aire que circula en derredor del globo. Todos los que decidan respirar esta atmósfera vivificante vivirán y crecerán hasta alcanzar la estatura de hombres y mujeres en Cristo Jesús. Como la flor se vuelve hacia el sol para que los brillantes rayos le ayuden a perfeccionar su belleza y simetría, así debemos volvernos hacia el Sol de justicia, a fin de que la luz celestial brille sobre nosotros y nuestro carácter se transforme a la imagen de Cristo.—El Camino a Cristo, 67-68.

Dios nos Cuida


Dios nos Cuida
La fortaleza de Cristo, 25 de febrero https://ift.tt/MFatSHW ¿O forzará alguien mi fortaleza? Haga conmigo paz; sí, haga paz conmigo. Isaías 27:5. El enemigo no puede vencer al humilde alumno de Cristo, al que ora y anda en presencia del Señor. Cristo se interpone entre ambos como un escudo, un refugio, para desviar los ataques del malo. Se ha prometido lo siguiente: “Porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él”... Se le permitió a Satanás que tentara al confiado Pedro, tal como se le había permitido que tentara a Job; pero una vez terminada su obra, tuvo que retirarse. Si a Satanás se le hubiera permitido cumplir su propósito, no habría habido esperanza para Pedro. Su fe habría naufragado. Pero el enemigo no se atrevió a excederse de la jurisdicción que se le había asignado. No hay poder en todo el ejército satánico que pueda desarmar al alma que confía, con sencilla fe, en la sabiduría que desciende de Dios. Cristo es la torre de nuestra fortaleza, y Satanás no tiene poder sobre el alma que anda con Dios con humildad de espíritu. El dijo: “¿O forzará alguien mi fortaleza? Haga conmigo paz; sí, haga paz conmigo”. En Cristo, el alma tentada encuentra ayuda perfecta y completa. Los peligros acechan en todos los senderos, pero todo el universo celestial se mantiene en actitud de alerta para no permitir que nadie sea tentado más de lo que puede soportar. Algunos tienen rasgos muy fuertes de carácter, que tendrán que ser reprimidos constantemente. Si se los mantiene bajo el dominio del Espíritu de Dios, esas características serán una bendición; en caso contrario, resultarán una maldición... Si nos entregamos generosamente a la tarea, sin desviarnos en lo más mínimo de los principios, el Señor nos circundará con sus brazos eternos, y se revelará como un poderoso ayudador. Si miramos a Jesús como el Ser en quien podemos confiar, jamás nos abandonará en ninguna situación apremiante.
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Cada Día con Dios


Confíe y obedezca, 25 de febrero https://ift.tt/dEa2ROH Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová... Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Jeremías 17:5, 7. Como los judíos de los días de Cristo, muchos hoy escuchan y creen, pero no están dispuestos a subir a la plataforma de la obediencia y aceptar la verdad tal como es en Jesús. Temen perder ciertas ventajas mundanales. Mentalmente están de acuerdo con la verdad, pero la obediencia implica llevar la cruz de la abnegación y el sacrificio, y dejar de confiar en el hombre y poner carne por su brazo; por eso se apartan de la cruz. Podrían sentarse a los pies de Jesús para aprender diariamente de él y saber exactamente qué es la vida eterna, pero no están dispuestos a hacerlo. Toda persona salvada debe someter sus propios planes, sus proyectos ambiciosos, que implican glorificación propia, y debe seguir la dirección de Cristo. Se debe someter la mente a Cristo para que él la limpie, la purifique y la refine. Esto ocurrirá cada vez que se acepten debidamente las enseñanzas del Señor Jesús. Es difícil que el yo muera cada día, aunque la admirable historia de la gracia de Dios se presente con toda la riqueza de su amor, que él revela a las almas necesitadas. ¡Oh, cuánto necesitamos conocer más íntimamente al Señor Jesús! Necesitamos comprender su voluntad y llevar a cabo sus propósitos, diciendo de todo corazón: “Señor, ¿qué quieres que haga?” ¡Cuánto deseo ver nuestras iglesias en una condición diferente de la de ahora, es decir, que agravian al Espíritu Santo cada día con su tibia vida religiosa, que no es ni fría ni caliente! ... ¡Oh, cuánto sería honrado y glorificado Cristo ante los hombres y mujeres irreligiosos y mundanos si sus seguidores fueran lo que pretenden ser, es a saber, verdaderos cristianos a quienes el amor de Cristo los constriña a darlo a conocer ante un mundo idólatra, poniendo de manifiesto el marcado contraste que existe entre los que sirven a Dios y los que no lo sirven!... Tenemos que hablar a otros del amor de Cristo, y para hacerlo debemos saber por experiencia qué significa tener ese amor en el corazón. Todos encontrarían abundantes oportunidades para trabajar, si quisieran aprovechar las oportunidades que se les presentan.—Carta 35, del 25 de febrero de 1903, dirigida a la Hna. L. M. Hall, una fiel obrera y por muchos años jefa de enfermeras del Sanatorio de Battle Creek.

A Fin de Conocerle


Bajo el cuidado del gran maestro, 25 de febrero https://ift.tt/gYe526F De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 2 Corintios 5:17. Cuando el corazón se convierte realmente, eso se manifiesta en una transformación del carácter, pues los convertidos se asemejan a Cristo. El orgullo no mora más en el corazón, el pecado parece abominable. El alma convertida odia las cosas que depravan su sensibilidad moral. Odia lo que crucificó al Señor de la vida y de la gloria. Los que están verdaderamente convertidos crecen en el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, y al aumentar el conocimiento de Cristo, ven más claramente dónde radica su propia debilidad, comprenden la profunda depravación de su naturaleza. Comprenden la fuerza del pecado, y conocen el poder de sus viejos hábitos... Diariamente se dan cuenta de su incapacidad para hacer cualquier cosa sin la ayuda de Jesucristo... Cuando el pecador contempla al Cordero de Dios, ve más claramente lo que ha provisto Dios para quitar los pecados del mundo. Ve la suficiencia y capacidad del Espíritu de gracia para cada conflicto... El verdadero cristiano no rehusará ser abnegado por causa de Cristo. Los que son hijos de Dios son obreros fervientes; no son siervos indolentes. No hay zánganos en la casa de Dios. Cada miembro de la familia de la fe tiene una obra que le ha sido asignada... Si es estudiante en la escuela de Cristo, aprenderá la forma de dar testimonio, cómo orar, cómo ser un testigo viviente para el Maestro... El verdadero cristiano será un estudiante diligente y constante. Comprenderá que le falta sabiduría, fortaleza y experiencia, y colocará su voluntad y todos sus intereses al cuidado del gran Maestro.—Carta 12a, 1893.

¡Maranata: El Senor Viene!


La última campaña de Satanás, 25 de febrero https://ift.tt/tdzZajD Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. 1 Juan 2:18. El enemigo se está preparando para su última campaña contra la iglesia. Está de tal manera oculto de la vista que para muchos es difícil creer que existe, y mucho menos pueden ser convencidos de su asombrosa actividad y poder... El hombre es cautivo de Satanás, y está naturalmente inclinado a seguir sus sugestiones y cumplir sus órdenes. No tiene en sí mismo poder para oponer resistencia eficaz al mal. Únicamente en la medida en que Cristo more en él por la fe viva, influyendo en sus deseos e impartiéndole fuerza de lo alto, puede el hombre atreverse a arrostrar a un enemigo tan terrible. Todo otro medio de defensa es completamente vano. Únicamente por Cristo es limitado el poder de Satanás. Esta es una verdad portentosa que todos debieran entender. Satanás está ocupado en todo momento, yendo de aquí para allá en la tierra, buscando a quien devorar. Pero la ferviente oración de fe frustrará sus esfuerzos más arduos... Satanás espera envolver al pueblo remanente de Dios en la ruina general que está por sobrevenir a la tierra. A medida que la venida de Cristo se acerque, será más resuelto y decidido en sus esfuerzos para vencerlo. Se levantarán hombres y mujeres, profesando tener alguna nueva luz o alguna nueva revelación que tenderá a conmover la fe en los antiguos hitos. Sus doctrinas no soportarán la prueba de la Palabra de Dios, pero habrá almas que serán engañadas. Harán circular falsos informes, y algunos serán prendidos en esta trampa...38Joyas de los Testimonios 2:105-107. Ciertos hombres no tienen un carácter firme. Son como un puñado de masilla que se puede modelar de cualquier manera. Debemos vencer esta debilidad, indecisión e ineficiencia. En el carácter cristiano genuino encontramos una firmeza tal, que no le permite ser modelado o subyugado por las circunstancias adversas. Los hombres deben tener solidez moral, una integridad que no se deje adular, ni sobornar ni asustar.39Testimonies for the Church 5:294-297.

¡Maranata: El Senor Viene!


¡Maranata: El Senor Viene!
La última campaña de Satanás, 25 de febrero https://ift.tt/tdzZajD Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. 1 Juan 2:18. El enemigo se está preparando para su última campaña contra la iglesia. Está de tal manera oculto de la vista que para muchos es difícil creer que existe, y mucho menos pueden ser convencidos de su asombrosa actividad y poder... El hombre es cautivo de Satanás, y está naturalmente inclinado a seguir sus sugestiones y cumplir sus órdenes. No tiene en sí mismo poder para oponer resistencia eficaz al mal. Únicamente en la medida en que Cristo more en él por la fe viva, influyendo en sus deseos e impartiéndole fuerza de lo alto, puede el hombre atreverse a arrostrar a un enemigo tan terrible. Todo otro medio de defensa es completamente vano. Únicamente por Cristo es limitado el poder de Satanás. Esta es una verdad portentosa que todos debieran entender. Satanás está ocupado en todo momento, yendo de aquí para allá en la tierra, buscando a quien devorar. Pero la ferviente oración de fe frustrará sus esfuerzos más arduos... Satanás espera envolver al pueblo remanente de Dios en la ruina general que está por sobrevenir a la tierra. A medida que la venida de Cristo se acerque, será más resuelto y decidido en sus esfuerzos para vencerlo. Se levantarán hombres y mujeres, profesando tener alguna nueva luz o alguna nueva revelación que tenderá a conmover la fe en los antiguos hitos. Sus doctrinas no soportarán la prueba de la Palabra de Dios, pero habrá almas que serán engañadas. Harán circular falsos informes, y algunos serán prendidos en esta trampa...38Joyas de los Testimonios 2:105-107. Ciertos hombres no tienen un carácter firme. Son como un puñado de masilla que se puede modelar de cualquier manera. Debemos vencer esta debilidad, indecisión e ineficiencia. En el carácter cristiano genuino encontramos una firmeza tal, que no le permite ser modelado o subyugado por las circunstancias adversas. Los hombres deben tener solidez moral, una integridad que no se deje adular, ni sobornar ni asustar.39Testimonies for the Church 5:294-297.
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Sabbath School


Comentarios Elena G.W para la Escuela Sabática https://ift.tt/5LHgWhQ De todas las criaturas, la oveja es una de las más tímidas e indefensas, y en el Oriente el cuidado del pastor por su rebaño es incansable e incesante… Mientras el pastor guía su rebaño por sobre las colinas rocosas, a través de los bosques y de las hondonadas desiertas, a los rincones cubiertos de pastos junto a la ribera de los ríos; mientras lo cuida en las montañas durante las noches solitarias, lo protege de los ladrones y con ternura atiende a las enfermizas y débiles, su vida se unifica con la de sus ovejas. Un fuerte lazo de cariño lo une a los objetos de su cuidado. Por grande que sea su rebaño, él conoce cada oveja. Cada una tiene su nombre, al cual responde cuando la llama el pastor. Como un pastor terrenal conoce sus ovejas, así el divino Pastor conoce su rebaño, esparcido por el mundo. “Y vosotras, ovejas mías, ovejas de mi pasto, hombres sois, y yo vuestro Dios, dice el Señor Jehová”. Jesús dice: “Te puse nombre, mío eres tú”. “He aquí que en las palmas te tengo esculpida”. Ezequiel 34:31; Isaías 43:1; 49:16 (El Deseado de todas las gentes, pp. 444, 445). Cristo, en su relación con su pueblo, [se compara] con un pastor. Después de la caída del hombre vio a sus ovejas condenadas a perecer en las sendas tenebrosas del pecado. Para salvar a estas descarriadas, dejó los honores y la gloria de la casa de su Padre. Dice: “Yo buscaré a la perdida y haré volver al redil a la descarriada, vendaré la perniquebrada y fortaleceré a la débil”. “Yo salvaré a mis ovejas y nunca más serán objeto de rapiña”; “ni las fieras del país las devorarán”. Se oye su voz que las llama a su redil: “Y habrá un resguardo de sombra contra el calor del día, y un refugio y escondedero contra la tempestad y el aguacero”. Su cuidado por el rebaño es incansable. Fortalece a las ovejas débiles, libra a las que padecen, reúne los corderos en sus brazos, y los lleva en su seno. Sus ovejas lo aman (Historia de los patriarcas y profetas, p. 189). [C]uando la tormenta de la persecución caiga realmente sobre nosotros, las ovejas fieles escucharán la voz del Pastor verdadero. Se harán esfuerzos desinteresados para salvar a los perdidos, y muchos que han dejado el redil, regresarán para ir en pos del gran Pastor. El pueblo de Dios se unirá y presentará un frente común ante el enemigo. Ante el creciente peligro, cesará la lucha por la supremacía; no habrá más disputas para decidir quién es el más importante. Ninguno de los creyentes fieles dirá: “Yo soy de Pablo; y yo de Apolo; y yo de Pedro”. El testimonio de cada uno será: “Me aferro de Cristo; me gozo en él porque es mi Salvador”… El amor de Cristo, el amor de nuestros hermanos, testificará ante el mundo de que hemos estado con Jesús y aprendido de él (Testimonios para la iglesia, t. 6, pp. 400, 401).

Entrada destacada

¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374