La Maravillosa Gracia de Dios


La Maravillosa Gracia de Dios
De una sola fuente, 23 de octubre https://ift.tt/YXPUHRM La gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. Juan 1:17. Vuestra fortaleza y vuestro crecimiento en la gracia provienen sólo de una fuente. La victoria es vuestra si os ponéis valientemente del lado de lo correcto cuando sois tentados. Estáis un paso más cerca de la perfección del carácter cristiano. Una santa luz del cielo llena las cámaras de vuestra alma, y quedáis rodeados por una atmósfera pura y fragante.—In Heavenly Places, 231. Es nuestro privilegio que la luz del cielo resplandezca sobre nosotros. De este modo caminó Enoc con Dios. No fue más fácil para Enoc vivir una vida recta que para nosotros vivirla en el momento presente. El mundo de su tiempo no era más favorable al crecimiento en la gracia y la santidad que el actual. Por medio de la oración y la comunión con Dios Enoc pudo evitar la corrupción que está en el mundo por concupiscencia. Vivimos en medio de los peligros de los últimos días, y debemos recibir nuestra fortaleza de la misma fuente. Debemos caminar con Dios. Se requiere de nosotros que nos separemos del mundo, porque no podemos permanecer libres de su contaminación a menos que sigamos el ejemplo del fiel Enoc... Cuántos son tan débiles como el agua y por lo tanto deben contar con una fuente inagotable de fortaleza. El Cielo está listo para impartirnos lo que necesitamos, de manera que seamos poderosos en Dios, y alcancemos la plena estatura de hombres y mujeres en Cristo Jesús. ¿Cuánto habéis aumentado en poder espiritual durante el año pasado? ¿Quiénes entre nosotros hemos obtenido una victoria preciosa tras otra, al punto que la envidia, el orgullo, la malicia, los celos y el egoísmo hayan sido barridos, y únicamente permanezcan las gracias del Espíritu, a saber, humildad, tolerancia, bondad y caridad? Dios nos ayudará si nos aferramos de la ayuda provista.—The Review and Herald, 9 de enero de 1900. Ninguna otra criatura hecha por Dios es capaz de lograr tal mejoramiento, tal refinamiento, tal nobleza como el hombre... El hombre no puede concebir lo que puede ser y lo que puede llegar a ser. Por medio de la gracia de Cristo es capaz de un progreso mental constante.—In Heavenly Places, 195.
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La Fe por la Cual Vivo


La Fe por la Cual Vivo
Todas las veces que comieréis y bebieréis, 23 de octubre https://ift.tt/H8jeA21 Porque todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que venga. 1 Corintios 11:26. “Sólo se obtiene la salvación aplicando continuamente al corazón la sangre purificadora de Cristo. Por lo tanto la cena del Señor no debe observarse sólo ocasionalmente o una vez al año, sino con mayor frecuencia que la pascua anual. Este solemne rito conmemora un evento mucho mayor que el de la liberación de los israelitas de Egipto.”—Spiritual Gifts 3:228. “El rito de la comunión señala la segunda venida de Cristo. Estaba destinado a mantener esta esperanza vívida en la mente de los discípulos. En cualquier oportunidad en que se reuniesen para conmemorar su muerte, relataban cómo él ‘tomando el vaso y hechas gracias. les dio, diciendo: Bebed de él todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, la cual es derramada por muchos para remisión de los pecados. Y os digo, que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid hasta aquel día, cuando lo tengo de beber nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.’ En su tribulación, hallaban consuelo en la esperanza del regreso de su Señor. Les era indeciblemente precioso el pensamiento: ‘Todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que venga.’ ... “Cristo instituyó este rito para que hablase a nuestros sentidos del amor de Dios que se ha expresado en nuestro favor.... Y nada menos que la muerte de Cristo podía hacer eficaz para nosotros este amor.... Su sacrificio es el centro de nuestra esperanza.”—El Deseado de Todas las Gentes, 598.
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Hijos e Hijas de Dios


Recibirán consolación, 22 de octubre Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Mateo 5:4. https://ift.tt/AzinDKe El llanto al que se alude aquí es la verdadera tristeza de corazón por haber pecado... A medida que una persona se siente persuadida a mirar a Cristo levantado en la cruz, percibe la pecaminosidad del ser humano. Comprende que es el pecado lo que azotó y crucificó al Señor de la gloria. Reconoce que, aunque se lo amó con cariño indecible, su vida ha sido un espectáculo continuo de ingratitud y rebelión. Abandonó a su mejor Amigo y abusó del don más precioso del cielo. El mismo crucificó nuevamente al Hijo de Dios y traspasó otra vez su corazón sangrante y agobiado. Lo separa de Dios un abismo ancho, negro y hondo, y llora con corazón quebrantado. Ese llanto recibirá “consolación”. Dios nos revela nuestra culpabilidad para que nos refugiemos en Cristo y para que por él seamos librados de la esclavitud del pecado, a fin de que nos regocijemos en la libertad de los hijos de Dios. Con verdadera contrición, podemos llegar al pie de la cruz y depositar allí nuestras cargas. Hay también en las palabras del Salvador un mensaje de consuelo para los que sufren aflicción o la pérdida de un ser querido. Nuestras tristezas no brotan de la tierra. Dios “no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres”. Cuando él permite que suframos pruebas y aflicciones, es “para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad”. Si la recibimos con fe, la prueba que parece tan amarga y difícil de soportar resultará una bendición. El golpe cruel que marchita los gozos terrenales nos hará dirigir los ojos al cielo. ¡Cuántos son los que nunca habrían conocido a Jesús si la tristeza no los hubiera movido a buscar consuelo en él!—El discurso maestro de Jesucristo, 14.

Exaltad a Jesús


Exaltad a Jesús
¡Unios! ¡Unios! 23 de octubre https://ift.tt/u6LYB4A Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Mateo 24:12-13. Dios ha elegido en estos postreros días un pueblo al que ha hecho depositario de su ley, y este pueblo tendrá siempre tareas desagradables que cumplir. “Yo sé tus obras, y tu trabajo y paciencia; y que tú no puedes sufrir los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado por mi nombre, y no has desfallecido”. Se requerirá mucha diligencia y una lucha continua para mantener el mal apartado de nuestras iglesias. Debe ejercerse una disciplina rígida e imparcial; porque algunos que tienen una apariencia de religión, tratan de minar la fe de los demás y trabajarán para ensalzarse a sí mismos. En el monte de las Olivas, el Señor Jesús declaró categóricamente que “por haberse multiplicado la maldad, la caridad de muchos se resfriará”. Habla de una clase de personas que ha caído de un alto estado de espiritualidad. Penetren en los corazones estas declaraciones con poder solemne y escrutador. ¿Dónde están el fervor y la devoción a Dios que corresponden a la grandeza de la verdad que aseveramos creer? El amor al mundo y a algún pecado favorito desarraigó del corazón el amor a la oración y la meditación en las cosas sagradas. Se sigue cumpliendo una serie de servicios religiosos formales; pero, ¿dónde está el amor de Jesús? La espiritualidad está muriendo. ¿Ha de perpetuarse este sopor, este lamentable deterioro? ¿Ha de vacilar y apagarse en las tinieblas la lámpara de la verdad porque no se la abastece con el aceite de la gracia?... La estima y la suficiencia propias están matando la vida espiritual. Se ensalza el yo y se habla de él. ¡Ojalá muriese el yo! “Cada día muero”, dijo el apóstol Pablo. Cuando esta suficiencia propia, orgullosa y jactanciosa, y esta justicia propia complaciente, compenetran el alma, no hay lugar para Jesús. Se le da un lugar inferior, mientras que el yo crece en importancia y llena todo el templo del alma. Tal es la razón por la cual el Señor puede hacer tan poco por nosotros. Si él obrase con nuestros esfuerzos; el instrumento atribuiría toda la gloria a su propia habilidad, sabiduría y capacidad, y se congratularía como el fariseo: “Ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que poseo”. Cuando el yo se oculte en Cristo, no subirá a la superficie con tanta frecuencia... Es únicamente cuando nos esmeramos por ejecutar las órdenes del Maestro sin dejar sobre la obra nuestra estampa e identidad, cuando trabajamos eficiente y armoniosamente. “Uníos—dijo el ángel—, uníos”.—Joyas de los Testimonios 2:210-211.
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En los Lugares Celestiales


En los Lugares Celestiales
El plan de Dios para sostener su obra, 23 de octubre https://ift.tt/iNa7CRz El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado. Proverbios 11:25. El Señor ha hecho que la proclamación del Evangelio dependa de la consagrada capacidad y de las ofrendas voluntarias de su pueblo. Al paso que ha llamado a hombres para predicar la Palabra, ha convertido en el privilegio de toda la iglesia el participar en la obra por medio de la contribución de sus recursos para su sostén. Y les ha confiado también el cuidado del pobre, como representante suyo. El diezmo de todos nuestros ingresos reclama el Señor como suyo, para que sea consagrado únicamente a sostener a aquellos que se dan a sí mismos para la predicación del Evangelio. Y además de esto nos pide nuestras ofrendas y donaciones para su causa, y también que suplamos las necesidades de los pobres... El Señor está siempre confiriendo sus bendiciones y mercedes sobre los hombres. Si nos quitara estos dones, pereceríamos. Cada momento tiene presente a su familia humana. “Hace salir su sol sobre malos y buenos, y ... hace llover sobre justos e injustos”. Mateo 5:45. Él nos da “lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones”. Hechos 14:17. Es Dios quien da a los hombres el poder para obtener riquezas. El pensamiento ágil y penetrante, la habilidad de planear y ejecutar, son de él. El es quien nos bendice con salud y abre caminos para que obtengamos medios por el diligente uso de nuestras facultades. Y nos dice: Una parte del dinero que he permitido que ganéis es mío. Ponedlo en la tesorería en diezmos, en dádivas y ofrendas, para que haya alimento en mi casa; para que allí pueda servir para sostener a los que llevan el Evangelio de mi gracia al mundo.—The Review and Herald, 9 de mayo de 1893.
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Exaltad a Jesús


¡Unios! ¡Unios! 23 de octubre https://ift.tt/u6LYB4A Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Mateo 24:12-13. Dios ha elegido en estos postreros días un pueblo al que ha hecho depositario de su ley, y este pueblo tendrá siempre tareas desagradables que cumplir. “Yo sé tus obras, y tu trabajo y paciencia; y que tú no puedes sufrir los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado por mi nombre, y no has desfallecido”. Se requerirá mucha diligencia y una lucha continua para mantener el mal apartado de nuestras iglesias. Debe ejercerse una disciplina rígida e imparcial; porque algunos que tienen una apariencia de religión, tratan de minar la fe de los demás y trabajarán para ensalzarse a sí mismos. En el monte de las Olivas, el Señor Jesús declaró categóricamente que “por haberse multiplicado la maldad, la caridad de muchos se resfriará”. Habla de una clase de personas que ha caído de un alto estado de espiritualidad. Penetren en los corazones estas declaraciones con poder solemne y escrutador. ¿Dónde están el fervor y la devoción a Dios que corresponden a la grandeza de la verdad que aseveramos creer? El amor al mundo y a algún pecado favorito desarraigó del corazón el amor a la oración y la meditación en las cosas sagradas. Se sigue cumpliendo una serie de servicios religiosos formales; pero, ¿dónde está el amor de Jesús? La espiritualidad está muriendo. ¿Ha de perpetuarse este sopor, este lamentable deterioro? ¿Ha de vacilar y apagarse en las tinieblas la lámpara de la verdad porque no se la abastece con el aceite de la gracia?... La estima y la suficiencia propias están matando la vida espiritual. Se ensalza el yo y se habla de él. ¡Ojalá muriese el yo! “Cada día muero”, dijo el apóstol Pablo. Cuando esta suficiencia propia, orgullosa y jactanciosa, y esta justicia propia complaciente, compenetran el alma, no hay lugar para Jesús. Se le da un lugar inferior, mientras que el yo crece en importancia y llena todo el templo del alma. Tal es la razón por la cual el Señor puede hacer tan poco por nosotros. Si él obrase con nuestros esfuerzos; el instrumento atribuiría toda la gloria a su propia habilidad, sabiduría y capacidad, y se congratularía como el fariseo: “Ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que poseo”. Cuando el yo se oculte en Cristo, no subirá a la superficie con tanta frecuencia... Es únicamente cuando nos esmeramos por ejecutar las órdenes del Maestro sin dejar sobre la obra nuestra estampa e identidad, cuando trabajamos eficiente y armoniosamente. “Uníos—dijo el ángel—, uníos”.—Joyas de los Testimonios 2:210-211.

En los Lugares Celestiales


El plan de Dios para sostener su obra, 23 de octubre https://ift.tt/iNa7CRz El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado. Proverbios 11:25. El Señor ha hecho que la proclamación del Evangelio dependa de la consagrada capacidad y de las ofrendas voluntarias de su pueblo. Al paso que ha llamado a hombres para predicar la Palabra, ha convertido en el privilegio de toda la iglesia el participar en la obra por medio de la contribución de sus recursos para su sostén. Y les ha confiado también el cuidado del pobre, como representante suyo. El diezmo de todos nuestros ingresos reclama el Señor como suyo, para que sea consagrado únicamente a sostener a aquellos que se dan a sí mismos para la predicación del Evangelio. Y además de esto nos pide nuestras ofrendas y donaciones para su causa, y también que suplamos las necesidades de los pobres... El Señor está siempre confiriendo sus bendiciones y mercedes sobre los hombres. Si nos quitara estos dones, pereceríamos. Cada momento tiene presente a su familia humana. “Hace salir su sol sobre malos y buenos, y ... hace llover sobre justos e injustos”. Mateo 5:45. Él nos da “lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones”. Hechos 14:17. Es Dios quien da a los hombres el poder para obtener riquezas. El pensamiento ágil y penetrante, la habilidad de planear y ejecutar, son de él. El es quien nos bendice con salud y abre caminos para que obtengamos medios por el diligente uso de nuestras facultades. Y nos dice: Una parte del dinero que he permitido que ganéis es mío. Ponedlo en la tesorería en diezmos, en dádivas y ofrendas, para que haya alimento en mi casa; para que allí pueda servir para sostener a los que llevan el Evangelio de mi gracia al mundo.—The Review and Herald, 9 de mayo de 1893.

El Cristo Triunfante


La oposición de los líderes religiosos, 23 de octubre https://ift.tt/UbtnpTl “Hablando ellos al pueblo, vinieron sobre ellos los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo, y los saduceos, resentidos de que enseñasen al pueblo, y anunciasen en Jesús la resurrección de entre los muertos. Y les echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente, porque era ya tarde”. Hechos 4:1-3. Las aseveraciones hechas por los apóstoles de que habían visto a Jesús después de su resurrección y que él había ascendido al cielo, estaban destruyendo los principios fundamentales de la doctrina de los saduceos. Esto no debía permitirse. Los sacerdotes y los príncipes se llenaron de indignación y echaron mano de los apóstoles, y los pusieron en la cárcel común. Los discípulos no se sintieron intimidados o abatidos. Recordaron las palabras que Cristo les había dado en las últimas lecciones: “El que tiene m s mandamientos, y los guarda, aquel es el que me ama; y el que me ama, será amado de mi Padre y yo le amaré, y me manifestaré a él”. “Mas el ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel, y sacándolos, dijo: Id, y estando en el templo, hablad al pueblo todas las palabras de esta vida”. Vemos aquí que los hombres que tienen autoridad no siempre han de ser obedecidos, aun cuando profesen ser maestros de la doctrina bíblica. Hay muchas personas hoy en día que se sienten indignadas y agraviadas de que alguna voz se levante para presentar ideas que difieran de las suyas con respecto a puntos definidos de creencias religiosas. ¿No han defendido ellos por mucho tiempo sus ideas como la verdad? Así, los sacerdotes y rabinos razonaban en los días apostólicos: ¿Qué quieren decir estos hombres que no tienen educación, algunos de ellos meros pescadores, que presentan ideas contrarias a las doctrinas que los sabios sacerdotes y príncipes enseñan al pueblo? No tienen derecho a entrometerse en los principios fundamentales de nuestra fe. Pero vemos que el Dios del cielo a veces comisiona a los hombres a enseñar aquello que es considerado como contrario a las doctrinas establecidas. Debido a que los que una vez eran los depositarios de la verdad se manifestaron infieles a su sagrado cometido, el Señor escogió a otros que habían de recibir los brillantes rayos del Sol de Justicia, y que defenderían verdades que no concordaban con las ideas de los dirigentes religiosos. Y entonces estos conductores, en la ceguera de sus mentes, dan pleno curso a lo que se cree una indignación justa contra los que han puesto a un lado fábulas acariciadas. Pero el Espíritu Santo, de tiempo en tiempo, revelará la verdad por medio de sus propios agentes escogidos; y ningún hombre, ni siquiera un sacerdote o príncipe, tiene el derecho de decir: Ud. no dará publicidad a sus opiniones, porque yo no creo en ellas. Ese maravilloso “yo” puede intentar derribar la enseñanza del Espíritu Santo.—Carta 38, 1896.

Dios nos Cuida


Dios nos Cuida
Ayuda prometida para el conflicto, 23 de octubre https://ift.tt/4Q6HkLP Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Isaías 43:1. Todo obstaculo para la redención del pueblo de Dios ha de ser erradicado abriendo la Palabra de Dios y presentando un simple “Así dice el Señor”. La verdadera luz ha de resplandecer, puesto que tinieblas cubren la tierra y densa oscuridad a los pueblos. La verdad del Dios viviente debe aparecer en marcado contraste con el error. Proclamen las buenas nuevas: Tenemos un Salvador que dio su vida para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Aparecerán trabas para impedir el progreso de la obra del Señor, pero no teman. A la omnipotencia del Rey de reyes, nuestro Dios—observador del pacto—, une la bondad y el cuidado de un tierno pastor. Nada puede obstruir su camino. Su poder es absoluto y es la garantía inamovible del cumplimiento de sus promesas a su pueblo... La iglesia de Cristo es el instrumento de Dios para la proclamación de la verdad. Está autorizada por él para efectuar una labor especial, y si es fiel a Dios y obediente a todos sus mandamientos, morará en ella la excelencia del poder divino. Si honra al Señor Dios de Israel ningún poder podrá oponérsele. Si mantiene su fidelidad, las fuerzas del enemigo ya no podrán subyugarla más de lo que puede la paja resistir al remolino de viento. Se halla ante la iglesia el amanecer de un día glorioso y brillante si se viste con el manto de la justicia de Cristo, apartándose de toda alianza con el mundo. Los miembros de la iglesia necesitan ahora confesar sus errores y unirse. Mis hermanos y hermanas, no permitan que nada se introduzca y los separe entre sí y de Dios. No hablen de diferencias de opiniones sino únanse en el amor de la verdad según es en Cristo Jesús. Acudan a Dios e imploren por la sangre derramada del Salvador como razón para recibir ayuda en la contienda contra el mal. Les aseguro que no suplicarán en vano. A medida que se acerquen a Dios, con sincera contrición y en total certidumbre de fe, el enemigo que procura destruirlos será vencido. Regresen al Señor, prisioneros de la esperanza. Procuren la fortaleza de Dios, del Dios vivo. Muestren una fe humilde y firme en su poder y en su disposición para salvar. De Cristo está fluyendo el torrente viviente de salvación.
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Conflicto y Valor


Conflicto y Valor
El joven rico y Dios, 23 de octubre Lucas 19:1-10. https://ift.tt/l94nBAd Si el impío restituyere la prenda, devolviere lo que hubiere robado, y caminare en los estatutos de la vida, no haciendo iniquidad, vivirá ciertamente y no morirá. Ezequiel 33:15. Tan pronto como Zaqueo se rindió a la influencia del Espíritu Santo, abandonó toda práctica contraria a la integridad. Ningún arrepentimiento que no obre una reforma es genuino. La justicia de Cristo no es un manto para cubrir pecados que no han sido confesados ni abandonados... Toda alma convertida querrá, como Zaqueo, señalar la entrada de Cristo en su corazón mediante el abandono de las prácticas injustas que caracterizaban su vida. A semejanza del príncipe de los publicanos, dará prueba de su sinceridad haciendo restitución... Si hemos perjudicado a otros en cualquier transacción comercial injusta... deberíamos confesar nuestro agravio y hacer restitución en la medida de lo posible. Es justo que devolvamos, no solamente lo que hemos tomado, sino todo lo que se habría ganado con ello si se lo hubiese usado correcta y sabiamente durante el tiempo que haya estado en nuestro poder. El Salvador dijo a Zaqueo: “Hoy ha venido la salvación a esta casa”. No solamente Zaqueo fue bendecido, sino toda su familia con él... Ellos habían sido expulsados de la sinagoga por el desprecio de los rabinos y adoradores; pero ahora su casa era la más favorecida de toda Jericó; acogían bajo su propio techo al divino Maestro y oían por sí mismos las palabras de vida. Cuando Cristo es recibido como Salvador personal, la salvación viene al alma. Zaqueo no había recibido a Jesús meramente como a un forastero, sino como al que moraba en el templo del alma.—El Deseado de Todas las Gentes, 509, 510. Cuando el joven y rico príncipe se había alejado de Jesús, los discípulos se habían maravillado de las palabras de su Maestro: “¡Cuán difícil es entrar en el reino de Dios, los que confían en las riquezas!” Ellos habían exclamado el uno al otro: “¿Y quién podrá salvarse?” Ahora tenían una demostración de la veracidad de las palabras de Cristo: “Lo que es imposible para con los hombres, posible es para Dios”. Vieron cómo, por la gracia de Dios, un rico podría entrar en el reino.—Ibid. 508.
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Cada Día con Dios


Cada Día con Dios
Qué hacer con la depresión, 23 de octubre https://ift.tt/ljaQ5Ad ¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mi? Espera en Dios. Salmos 43:5. En visiones de la noche yo estaba conversando con usted. Le estaba diciendo...: “No ceda a la depresión; en cambio, dé la bienvenida en su corazón a la influencia del Espíritu Santo, que le dará consuelo y paz”. Estoy orando para que el Señor se le manifieste como un Consolador personal. Hay que mantener abiertos los ojos del alma para reconocer las grandes misericordias de nuestro Padre celestial. Jesús es una luz que brilla y resplandece. Permita que sus brillantes rayos iluminen su mente y su corazón. No se olvide de dar gracias. “El que sacrifica alabanza me honrará”. Salmos 50:23. Contemplelo y preséntele todas sus necesidades. ¿Hay algo demasiado difícil para el Señor? Es el gran Médico. Puede curar el alma y el cuerpo, y quiere que usted se aferre de él por fe. Comprende plenamente las necesidades que implica su caso. Es un pronto auxilio en las tribulaciones. Y le agrada que le manifestemos gratitud. Cristo es la luz del mundo. “Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación”. Malaquías 4:2. Resplandezca la luz de su paz en su alma. Se preocupa tiernamente por usted, y debiera alabarlo con el corazón, el alma y la voz. Puede agradarlo manifestando un espíritu alegre. No permita que ni una sola nube de desánimo y desagrado oculte la luz de su presencia. Al reconocer su luz usted va a vencer. Puede aumentar su fe al ejercitar su voz en alabanzas a Dios. Al corazón que lo reconoce, le promete: “Yo soy... la estrella resplandeciente de la mañana”. Apocalipsis 22:16. Si quiere obtener preciosas victorias, contemple la luz que difunde el Sol de justicia. Hable de esperanza, fe y gratitud a Dios. Sea alegre; tenga esperanza en Cristo. Edúquese para alabarlo. Este es el gran remedio para las enfermedades del alma y del cuerpo. “Porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío”. Salmos 42:11; 43:5.—Carta 322, del 23 de octubre de 1906, dirigida a la esposa de un obrero de Australia.
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Cada Día con Dios


Qué hacer con la depresión, 23 de octubre https://ift.tt/ljaQ5Ad ¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mi? Espera en Dios. Salmos 43:5. En visiones de la noche yo estaba conversando con usted. Le estaba diciendo...: “No ceda a la depresión; en cambio, dé la bienvenida en su corazón a la influencia del Espíritu Santo, que le dará consuelo y paz”. Estoy orando para que el Señor se le manifieste como un Consolador personal. Hay que mantener abiertos los ojos del alma para reconocer las grandes misericordias de nuestro Padre celestial. Jesús es una luz que brilla y resplandece. Permita que sus brillantes rayos iluminen su mente y su corazón. No se olvide de dar gracias. “El que sacrifica alabanza me honrará”. Salmos 50:23. Contemplelo y preséntele todas sus necesidades. ¿Hay algo demasiado difícil para el Señor? Es el gran Médico. Puede curar el alma y el cuerpo, y quiere que usted se aferre de él por fe. Comprende plenamente las necesidades que implica su caso. Es un pronto auxilio en las tribulaciones. Y le agrada que le manifestemos gratitud. Cristo es la luz del mundo. “Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación”. Malaquías 4:2. Resplandezca la luz de su paz en su alma. Se preocupa tiernamente por usted, y debiera alabarlo con el corazón, el alma y la voz. Puede agradarlo manifestando un espíritu alegre. No permita que ni una sola nube de desánimo y desagrado oculte la luz de su presencia. Al reconocer su luz usted va a vencer. Puede aumentar su fe al ejercitar su voz en alabanzas a Dios. Al corazón que lo reconoce, le promete: “Yo soy... la estrella resplandeciente de la mañana”. Apocalipsis 22:16. Si quiere obtener preciosas victorias, contemple la luz que difunde el Sol de justicia. Hable de esperanza, fe y gratitud a Dios. Sea alegre; tenga esperanza en Cristo. Edúquese para alabarlo. Este es el gran remedio para las enfermedades del alma y del cuerpo. “Porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío”. Salmos 42:11; 43:5.—Carta 322, del 23 de octubre de 1906, dirigida a la esposa de un obrero de Australia.

Alza tus Ojos


No hay un sendero intermedio al paraíso, 23 de octubre https://ift.tt/mnMfrtW Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré. 2 Corintios 6:17. No hay ningún sendero intermedio al Paraíso restaurado. El mensaje dado al hombre para estos últimos días no debe amalgamarse con los recursos humanos. No debemos confiar en la sagacidad de los abogados mundanos. Debemos ser humildes hombres de oración, no comportándonos como los que están cegados por los agentes de Satanás... La gran luz y bendición que Dios ha otorgado no es un seguro contra la transgresión y la apostasía en estos tiempos finales. Los que han sido honrados por el Señor con altos puestos de confianza pueden volverse de la luz del Cielo a la sabiduría humana. Su luz se transformará entonces en tinieblas; las capacidades que le fueron confiadas por Dios, en una trampa; y su carácter, en una ofensa para Dios. Dios no será burlado. El alejamiento de El ha producido y siempre producirá inexorables resultados. La realización de actos que desagradan a Dios conducirá al impenitente paso a paso al engaño y al pecado abierto, a menos que decididamente se arrepienta y los abandone, en vez de procurar justificarlos. Todos los que quieran poseer un carácter que los haga obreros juntamente con el Altísimo y quieran recibir su encomio, deben separarse de los enemigos de Dios, y sostener la verdad que Cristo mostró a Juan [el Revelador] para que la diera al mundo... La revelación de Jesús a Juan es un mensaje maravilloso, augusto, excelso, solemne. Presentarlo con convicción requiere todos los talentos que el Señor ha concedido a los hombres. Cuando Juan lo recibió, fue preparado por el Espíritu Santo, pues Cristo mismo descendió del cielo y le indicó lo que debía escribir. Los que pretenden ser discípulos de Cristo a menudo manifiestan dureza de corazón y ceguera mental porque no escogen ni ponen en práctica la voluntad de Dios sino la suya propia. Los móviles egoístas se introducen y toman posesión de la mente y el carácter y, en su confianza propia, creen que su camino es sabio. No son cuidadosos en seguir los caminos y las palabras de Dios. Las circunstancias, según dicen, alteran los casos. Las práctican mundanas se introducen y así son tentados y apartados. Se mueven en conformidad con sus propios deseos no santificados, haciendo senderos engañosos para sus propios pies y para los pies de los demás. El cojo y el débil suponen que los tales son guiados por Dios, y por consiguiente piensan que su juicio debe ser correcto. De esa manera muchos siguen sendas falsas que no han sido formadas para que los redimidos del Señor anden por ellas.—Manuscrito 139, del 23 de octubre de 1903, “El mensaje en Apocalipsis”.

A Fin de Conocerle


Llenos de toda plenitud, 23 de octubre https://ift.tt/1MgNTZI Y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. Efesios 3:19. Muchos piensan que es imposible escapar del poder del pecado, pero se nos ha prometido que seremos llenos de toda la plenitud de Dios. Apuntamos demasiado bajo. La meta está mucho más alta. Nuestra mente necesita expandirse para poder comprender el significado de la provisión de Dios. Debemos reflejar los atributos más elevados del carácter de Dios. Deberíamos estar agradecidos porque no se nos ha dejado abandonados a nosotros mismos. La ley de Dios es la norma exaltada que debemos alcanzar. ... No debemos andar según nuestras propias ideas, ... sino debemos seguir en los pasos de Cristo.—The Review and Herald, 12 de julio de 1892. La obra de vencer está en nuestras manos, pero no debemos vencer en nuestro propio nombre o fortaleza, porque no podemos guardar los mandamientos por nuestras propias fuerzas. El Espíritu de Dios debe ayudar nuestras flaquezas. Cristo es nuestro sacrificio y garantía. Se hizo pecado por nosotros, para que nosotros fuéramos hechos justicia de Dios en él. Mediante la fe en su nombre, él nos imputa la justicia y se hace un principio viviente en nuestra vida. ... Cristo nos imputa su carácter sin pecado, y nos presenta delante del Padre en su propia pureza.—Ibid. No podemos proveernos por nuestra cuenta del ropaje de la justicia, porque el profeta dice: “Todas nuestras justicias [son] como trapo de inmundicia”. Isaías 64:6. No hay nada en nosotros con qué cubrir el alma para que no se vea su desnudez. Debemos recibir el ropaje de justicia tejido en el telar del cielo, el ropaje puro de la justicia de Cristo. Debemos decir: El murió por mí. El llevó la desgracia de mi alma para que yo venza en su nombre y sea exaltado hasta su trono.—Ibid. 19 de julio de 1892. Los hijos de Dios tienen el privilegio de estar llenos de toda la plenitud de Dios.—Ibid.

A Fin de Conocerle


A Fin de Conocerle
Llenos de toda plenitud, 23 de octubre https://ift.tt/1MgNTZI Y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. Efesios 3:19. Muchos piensan que es imposible escapar del poder del pecado, pero se nos ha prometido que seremos llenos de toda la plenitud de Dios. Apuntamos demasiado bajo. La meta está mucho más alta. Nuestra mente necesita expandirse para poder comprender el significado de la provisión de Dios. Debemos reflejar los atributos más elevados del carácter de Dios. Deberíamos estar agradecidos porque no se nos ha dejado abandonados a nosotros mismos. La ley de Dios es la norma exaltada que debemos alcanzar. ... No debemos andar según nuestras propias ideas, ... sino debemos seguir en los pasos de Cristo.—The Review and Herald, 12 de julio de 1892. La obra de vencer está en nuestras manos, pero no debemos vencer en nuestro propio nombre o fortaleza, porque no podemos guardar los mandamientos por nuestras propias fuerzas. El Espíritu de Dios debe ayudar nuestras flaquezas. Cristo es nuestro sacrificio y garantía. Se hizo pecado por nosotros, para que nosotros fuéramos hechos justicia de Dios en él. Mediante la fe en su nombre, él nos imputa la justicia y se hace un principio viviente en nuestra vida. ... Cristo nos imputa su carácter sin pecado, y nos presenta delante del Padre en su propia pureza.—Ibid. No podemos proveernos por nuestra cuenta del ropaje de la justicia, porque el profeta dice: “Todas nuestras justicias [son] como trapo de inmundicia”. Isaías 64:6. No hay nada en nosotros con qué cubrir el alma para que no se vea su desnudez. Debemos recibir el ropaje de justicia tejido en el telar del cielo, el ropaje puro de la justicia de Cristo. Debemos decir: El murió por mí. El llevó la desgracia de mi alma para que yo venza en su nombre y sea exaltado hasta su trono.—Ibid. 19 de julio de 1892. Los hijos de Dios tienen el privilegio de estar llenos de toda la plenitud de Dios.—Ibid.
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¡Maranata: El Senor Viene!


¡Maranata: El Senor Viene!
La esperanza bienaventurada, 23 de octubre https://ift.tt/AM9rLyu Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. Tito 2:13. Jesús dijo que iría a preparar mansiones para nosotros, y que podríamos también estar donde él estuviere. Habitaremos siempre con él y gozaremos de la luz de su precioso semblante. Mi corazón salta de gozo ante tan alentadora perspectiva. Estamos casi en el hogar. ¡Cielo, dulce cielo! Es nuestro eterno hogar. Cada instante me regocijo de que Jesús viva, y porque él vive, nosotros también viviremos. Dice mi alma: Alaba al Señor. En Jesús hay plenitud, hay provisión para cada uno, para todos, ¿por qué habríamos de morir por falta de pan?... Tengo hambre y sed de salvación, de una completa armonía con la voluntad de Dios. Tenemos una buena esperanza por medio de Jesús. Es segura y firme y entra hasta dentro del velo. Nos da consuelo en la aflicción y gozo en medio de la angustia; dispersa la lobreguez que nos rodea y nos permite contemplar a través de todo esto la inmortalidad y la vida eterna... Las riquezas terrenales ya no nos atraen, porque tenemos esta esperanza que se eleva por encima de los tesoros de esta tierra y se aferra de la herencia inmortal, los tesoros que son durables, incorruptibles, incontaminados e inmarcesibles... Nuestros cuerpos mortales pueden morir y ser depositados en la tumba. No obstante, la bendita esperanza vive hasta la resurrección, cuando la voz de Jesús llame a los que duermen en el polvo. Gozaremos entonces la plenitud de la bendita y gloriosa esperanza. Sabemos en quién hemos creído. No hemos corrido ni trabajado en vano. Una rica y gloriosa recompensa nos espera; es el premio por el cual corremos, y si perseveramos con valor, ciertamente lo obtendremos... Hay salvación para nosotros, ¿por qué nos quedamos alejados de la fuente? ¿Por qué no vamos y bebemos para que nuestras almas puedan refrescarse, vigorizarse y florecer para Dios? ¿Por qué nos aferramos tanto a la tierra? Hay para nosotros algo mejor que lo terrenal para pensar y hablar. Podemos encontrarnos en un estado de ánimo celestial. ¡Oh, espaciémonos en el carácter amoroso e inmaculado de Jesús, y mediante la contemplación llegaremos a transformarnos a su imagen! Tengamos buen ánimo. Tengamos fe en Dios.64Carta 9, 1856.
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La esperanza bienaventurada, 23 de octubre https://ift.tt/AM9rLyu Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. Tito 2:13. Jesús dijo que iría a preparar mansiones para nosotros, y que podríamos también estar donde él estuviere. Habitaremos siempre con él y gozaremos de la luz de su precioso semblante. Mi corazón salta de gozo ante tan alentadora perspectiva. Estamos casi en el hogar. ¡Cielo, dulce cielo! Es nuestro eterno hogar. Cada instante me regocijo de que Jesús viva, y porque él vive, nosotros también viviremos. Dice mi alma: Alaba al Señor. En Jesús hay plenitud, hay provisión para cada uno, para todos, ¿por qué habríamos de morir por falta de pan?... Tengo hambre y sed de salvación, de una completa armonía con la voluntad de Dios. Tenemos una buena esperanza por medio de Jesús. Es segura y firme y entra hasta dentro del velo. Nos da consuelo en la aflicción y gozo en medio de la angustia; dispersa la lobreguez que nos rodea y nos permite contemplar a través de todo esto la inmortalidad y la vida eterna... Las riquezas terrenales ya no nos atraen, porque tenemos esta esperanza que se eleva por encima de los tesoros de esta tierra y se aferra de la herencia inmortal, los tesoros que son durables, incorruptibles, incontaminados e inmarcesibles... Nuestros cuerpos mortales pueden morir y ser depositados en la tumba. No obstante, la bendita esperanza vive hasta la resurrección, cuando la voz de Jesús llame a los que duermen en el polvo. Gozaremos entonces la plenitud de la bendita y gloriosa esperanza. Sabemos en quién hemos creído. No hemos corrido ni trabajado en vano. Una rica y gloriosa recompensa nos espera; es el premio por el cual corremos, y si perseveramos con valor, ciertamente lo obtendremos... Hay salvación para nosotros, ¿por qué nos quedamos alejados de la fuente? ¿Por qué no vamos y bebemos para que nuestras almas puedan refrescarse, vigorizarse y florecer para Dios? ¿Por qué nos aferramos tanto a la tierra? Hay para nosotros algo mejor que lo terrenal para pensar y hablar. Podemos encontrarnos en un estado de ánimo celestial. ¡Oh, espaciémonos en el carácter amoroso e inmaculado de Jesús, y mediante la contemplación llegaremos a transformarnos a su imagen! Tengamos buen ánimo. Tengamos fe en Dios.64Carta 9, 1856.

Sabbath School


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Comentarios Elena G.W https://ift.tt/vARygNM En el corazón de los que profesan seguirle, se necesita la tierna simpatía de Cristo, un amor más profundo por aquellos a quienes estimó tanto que dio su propia vida para salvarlos. Estas almas son preciosas, infinitamente más preciosas que cualquier otra ofrenda que podamos llevar a Dios. El dedicar toda energía a alguna obra aparentemente grande, mientras descuidamos a los menesterosos y apartamos al extranjero de su derecho, no es un servicio que reciba su aprobación… El amor es la base de la piedad. Cualquiera que sea la 317profesión que se haga, nadie tiene amor puro para con Dios a menos que tenga amor abnegado para con su hermano. Pero nunca podemos entrar en posesión de este espíritu tratando de amar a otros. Lo que se necesita es que esté el amor de Cristo en el corazón. Cuando el yo está sumergido en Cristo, el amor brota espontáneamente. La plenitud del carácter cristiano se alcanza cuando el impulso a ayudar y beneficiar a otros brota constantemente de adentro, cuando la luz del cielo llena el corazón y se revela en el semblante (Palabras de vida del gran Maestro, pp. 316, 317). [Abraham,] el hombre de fe intercedió en favor de los habitantes de Sodoma. Una vez los había salvado mediante su espada, ahora trató de salvarlos por medio de la oración… Con profunda reverencia y humildad rogó... Siendo él mismo pecador, intercedió en favor de los pecadores. Semejante espíritu deben tener todos los que se acercan a Dios. Abraham manifestó la confianza de un niño que suplica a un padre a quien ama. Se aproximó al mensajero celestial, y fervientemente le hizo su petición. El amor hacia las almas a punto de perecer inspiraba la oración de Abraham. Aunque detestaba los pecados de aquella ciudad corrompida, deseaba que los pecadores pudieran salvarse. Su profundo interés por Sodoma demuestra la ansiedad que debemos experimentar por los impíos. Debemos sentir odio hacia el pecado, y compasión y amor hacia el pecador (Conflicto y valor, p. 51). Para convencer a otros del poder de la gracia de Cristo, tenemos que conocer ese poder en nuestro corazón y nuestra vida. El evangelio que presentamos para la salvación de las almas debe ser el evangelio que salva nuestra propia alma. Solo mediante una fe viva en Cristo como Salvador personal nos resulta posible hacer sentir nuestra influencia en un mundo escéptico. Si queremos sacar pecadores de la corriente impetuosa, nuestros pies deben estar afirmados en la Roca: Cristo Jesús. El símbolo del cristianismo no es una señal exterior, ni tampoco una cruz o una corona que se lleven puestas, sino que es aquello que revela la unión del hombre con Dios. Por el poder de la gracia divina manifestada en la transformación del carácter, el mundo ha de convencerse de que Dios envió a su Hijo para que fuese su Redentor. Ninguna otra influencia que pueda rodear al alma humana ejerce tanto poder sobre ella como la de una vida abnegada. El argumento más poderoso en favor del evangelio es un cristiano amante y amable (El ministerio de curación, pp. 372, 373).
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Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374