A Fin de Conocerle


La oración modelo, 12 de septiembre https://ift.tt/3wWO5IK Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos, amén. Mateo 6:9-12. Esta mañana oro para que el Señor me conceda su abundante gracia. Nunca comienzo un día sin recibir la evidencia especial de que el Señor Jesús es mi Ayudador, y que tengo la gracia abundante que es mi privilegio recibir. En mis devociones matutinas he considerado un privilegio terminar mi petición con la oración que Cristo enseñó a sus discípulos. Hay tanto que realmente debo tener para satisfacer mis necesidades personales, que a veces temo haber pedido mal; pero cuando ofrezco sinceramente la oración modelo que Cristo dio a sus discípulos, no puedo dejar de sentir que todas mis necesidades están comprendidas en esas pocas palabras. Los escribas y los fariseos a menudo ofrecían sus oraciones en el mercado y en las calles de las ciudades. Cristo los llamó hipócritas. En todos los tiempos hubo hombres que oraron para ser vistos de los hombres. ... Cuando Cristo ve en sus discípulos errores que pueden descarriarlos, siempre los instruye en el camino correcto. No los amonesta sin darles también una lección instructiva para mostrarles cómo deben remediar el error. Después de instruir a sus discípulos para que no usaran “vanas repeticiones” en sus oraciones, con bondad y misericordia les enseñó una corta oración modelo, para que supieran evitar las oraciones de los fariseos. Al darles esta oración, sabía que estaba ayudando la flaqueza humana al poner en palabras lo que abarcaba todas las necesidades humanas.—Manuscrito 146, 1902.

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La oración modelo, 12 de septiembre https://ift.tt/3wWO5IK Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos, amén. Mateo 6:9-12. Esta mañana oro para que el Señor me conceda su abundante gracia. Nunca comienzo un día sin recibir la evidencia especial de que el Señor Jesús es mi Ayudador, y que tengo la gracia abundante que es mi privilegio recibir. En mis devociones matutinas he considerado un privilegio terminar mi petición con la oración que Cristo enseñó a sus discípulos. Hay tanto que realmente debo tener para satisfacer mis necesidades personales, que a veces temo haber pedido mal; pero cuando ofrezco sinceramente la oración modelo que Cristo dio a sus discípulos, no puedo dejar de sentir que todas mis necesidades están comprendidas en esas pocas palabras. Los escribas y los fariseos a menudo ofrecían sus oraciones en el mercado y en las calles de las ciudades. Cristo los llamó hipócritas. En todos los tiempos hubo hombres que oraron para ser vistos de los hombres. ... Cuando Cristo ve en sus discípulos errores que pueden descarriarlos, siempre los instruye en el camino correcto. No los amonesta sin darles también una lección instructiva para mostrarles cómo deben remediar el error. Después de instruir a sus discípulos para que no usaran “vanas repeticiones” en sus oraciones, con bondad y misericordia les enseñó una corta oración modelo, para que supieran evitar las oraciones de los fariseos. Al darles esta oración, sabía que estaba ayudando la flaqueza humana al poner en palabras lo que abarcaba todas las necesidades humanas.—Manuscrito 146, 1902.
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¡Maranata: El Senor Viene!


¡Maranata: El Senor Viene!
Se termina la gracia, 12 de septiembre https://ift.tt/z8PSxeF El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. Apocalipsis 22:11. Cuando el juicio investigador haya acabado su obra, el destino de todo ser humano habrá sido decidido para vida o para muerte. El tiempo de gracia termina un poco antes de la aparición del Señor en las nubes de los cielos.33The Review and Herald, 9-11-1905. Los burladores llamaban la atención a las cosas de la naturaleza—a la sucesión invariable de las estaciones, al cielo azul que nunca había derramado lluvia, a los verdes campos refrescados por el suave rocío de la noche—, y exclamaban: “¿No habla acaso en parábolas?” Con desprecio declaraban que el predicador de la justicia era fanático rematado; y siguieron corriendo tras los placeres y andando en sus malos caminos con más empeño que nunca antes. Pero su incredulidad no impidió la realización del acontecimiento predicho. Dios soportó mucho tiempo su maldad, dándoles amplia oportunidad para arrepentirse, pero a su debido tiempo sus juicios cayeron sobre los que habían rechazado su misericordia. Cristo declara que habrá una incredulidad análoga respecto a su segunda venida. Así como en tiempo de Noé los hombres “no entendieron hasta que vino el diluvio, y los llevó a todos; así”, según las palabras de nuestro Salvador, “será la venida del Hijo del Hombre”. Mateo 24:39 (VM). Cuando los que profesan ser el pueblo de Dios se unan con el mundo, viviendo como él vive y compartiendo sus placeres prohibidos; cuando las campanas repiquen a bodas, y todos cuenten en perspectiva con muchos años de prosperidad mundana, entonces, tan repentinamente como el relámpago cruza el cielo, se desvanecerán sus visiones brillantes y sus falaces esperanzas.34Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 386, 387. Los acontecimientos relacionados con el fin del tiempo de gracia y la preparación para el tiempo de angustia han sido presentados con claridad. Pero hay miles de personas que comprenden estas importantes verdades de modo tan incompleto como si nunca hubiesen sido reveladas. Satanás procura arrebatar toda impresión que podría llevar a los hombres por el camino de la salvación.35Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 652.
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Se termina la gracia, 12 de septiembre https://ift.tt/z8PSxeF El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. Apocalipsis 22:11. Cuando el juicio investigador haya acabado su obra, el destino de todo ser humano habrá sido decidido para vida o para muerte. El tiempo de gracia termina un poco antes de la aparición del Señor en las nubes de los cielos.33The Review and Herald, 9-11-1905. Los burladores llamaban la atención a las cosas de la naturaleza—a la sucesión invariable de las estaciones, al cielo azul que nunca había derramado lluvia, a los verdes campos refrescados por el suave rocío de la noche—, y exclamaban: “¿No habla acaso en parábolas?” Con desprecio declaraban que el predicador de la justicia era fanático rematado; y siguieron corriendo tras los placeres y andando en sus malos caminos con más empeño que nunca antes. Pero su incredulidad no impidió la realización del acontecimiento predicho. Dios soportó mucho tiempo su maldad, dándoles amplia oportunidad para arrepentirse, pero a su debido tiempo sus juicios cayeron sobre los que habían rechazado su misericordia. Cristo declara que habrá una incredulidad análoga respecto a su segunda venida. Así como en tiempo de Noé los hombres “no entendieron hasta que vino el diluvio, y los llevó a todos; así”, según las palabras de nuestro Salvador, “será la venida del Hijo del Hombre”. Mateo 24:39 (VM). Cuando los que profesan ser el pueblo de Dios se unan con el mundo, viviendo como él vive y compartiendo sus placeres prohibidos; cuando las campanas repiquen a bodas, y todos cuenten en perspectiva con muchos años de prosperidad mundana, entonces, tan repentinamente como el relámpago cruza el cielo, se desvanecerán sus visiones brillantes y sus falaces esperanzas.34Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 386, 387. Los acontecimientos relacionados con el fin del tiempo de gracia y la preparación para el tiempo de angustia han sido presentados con claridad. Pero hay miles de personas que comprenden estas importantes verdades de modo tan incompleto como si nunca hubiesen sido reveladas. Satanás procura arrebatar toda impresión que podría llevar a los hombres por el camino de la salvación.35Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 652.

Sabbath School


Thursday, September 12 ¿Quién eres? Comentarios Elena G.W para las Lecciones de Escuela Sabática https://ift.tt/7L5BGnN Pedro siguió a su Señor después de la entrega, pues anhelaba ver lo que iban a hacer con Jesús; pero cuando lo acusaron de ser uno de sus discípulos, temió por su vida y declaró que no conocía al hombre. Se distinguían los discípulos de Jesús por la honestidad de su lenguaje, y para convencer a sus acusadores de que no era discípulo de Cristo, Pedro negó la tercera vez lanzando imprecaciones y juramentos. Jesús, que estaba a alguna distancia de Pedro, le dirigió una mirada triste de reconvención. Entonces el discípulo se acordó de las palabras que le había dirigido Jesús en el cenáculo, y también recordó que él había contestado diciendo: “Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré”. Pedro acababa de negar a su Señor con imprecaciones y juramentos, pero aquella mirada de Jesús conmovió su corazón y lo salvó. Con amargas lágrimas se* arrepintió de su grave pecado, se convirtió y estuvo entonces preparado para confirmar a sus hermanos (Primeros escritos, pp. 169, 170). Jesús se mantenía manso y humilde ante la enfurecida multitud que tan vilmente lo maltrataba. Le escupían en el rostro, aquel rostro del que algún día querrán ocultarse, y que ha de iluminar la ciudad de Dios con mayor refulgencia que el sol. Cristo no echó sobre sus verdugos ni una mirada de cólera. Cubriéndole la cabeza con una vestidura vieja, le vendaron los ojos y, abofeteándole, exclamaban: “Profetiza, ¿quién es el que te golpeó?” Los ángeles se conmovieron; hubieran libertado a Jesús en un momento, pero sus dirigentes los retuvieron (Primeros escritos, p. 170). Me alegro de que nuestros sentimientos no son evidencia de que no seamos hijos de Dios. El enemigo os tentará a pensar que habéis hecho cosas que os han separado de Dios, y que ya no os ama; pero nuestro Señor todavía nos ama, y esto podemos saberlo por las palabras que ha dejado escritas para casos como estos. “Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”. 1 Juan 2:1. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. 1 Juan 1:9… Dios os ama, y el precioso Salvador, que se entregó por vosotros, no os rechazará porque sois tentados, y habéis vencido en vuestra debilidad. Sigue amándoos. Pedro negó a su Señor en la hora de la prueba, pero Jesús no dejó a su pobre discípulo. Aunque Pedro se odiaba a sí mismo, el Señor lo amaba; y después de su resurrección, lo llamó por su nombre, y le envió un amante mensaje. ¡Oh, qué Salvador bondadoso, amante y compasivo tenemos nosotros! Y él nos ama aunque erremos (A fin de conocerle, p. 284). Él os ama; él os cuida. Es una bendición para vosotros, y os dará su paz y su gracia. Os dice: “Tus pecados te son perdonados”. Podéis estar deprimidos a causa de dolencias corporales, pero eso no es una evidencia de que el Señor no esté trabajando cada día por vosotros. Os perdonará con abundancia. Apropiaos de las abundantes promesas de Dios. Jesús es nuestro amigo constante y que no falla, y él quiere que confiéis en él. Apartad la vista de vosotros y mirad la perfección de Cristo (That I May Know Him, p. 285; parcialmente en A fin de conocerle, p. 284).

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Thursday, September 12 ¿Quién eres? Comentarios Elena G.W para las Lecciones de Escuela Sabática https://ift.tt/7L5BGnN Pedro siguió a su Señor después de la entrega, pues anhelaba ver lo que iban a hacer con Jesús; pero cuando lo acusaron de ser uno de sus discípulos, temió por su vida y declaró que no conocía al hombre. Se distinguían los discípulos de Jesús por la honestidad de su lenguaje, y para convencer a sus acusadores de que no era discípulo de Cristo, Pedro negó la tercera vez lanzando imprecaciones y juramentos. Jesús, que estaba a alguna distancia de Pedro, le dirigió una mirada triste de reconvención. Entonces el discípulo se acordó de las palabras que le había dirigido Jesús en el cenáculo, y también recordó que él había contestado diciendo: “Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré”. Pedro acababa de negar a su Señor con imprecaciones y juramentos, pero aquella mirada de Jesús conmovió su corazón y lo salvó. Con amargas lágrimas se* arrepintió de su grave pecado, se convirtió y estuvo entonces preparado para confirmar a sus hermanos (Primeros escritos, pp. 169, 170). Jesús se mantenía manso y humilde ante la enfurecida multitud que tan vilmente lo maltrataba. Le escupían en el rostro, aquel rostro del que algún día querrán ocultarse, y que ha de iluminar la ciudad de Dios con mayor refulgencia que el sol. Cristo no echó sobre sus verdugos ni una mirada de cólera. Cubriéndole la cabeza con una vestidura vieja, le vendaron los ojos y, abofeteándole, exclamaban: “Profetiza, ¿quién es el que te golpeó?” Los ángeles se conmovieron; hubieran libertado a Jesús en un momento, pero sus dirigentes los retuvieron (Primeros escritos, p. 170). Me alegro de que nuestros sentimientos no son evidencia de que no seamos hijos de Dios. El enemigo os tentará a pensar que habéis hecho cosas que os han separado de Dios, y que ya no os ama; pero nuestro Señor todavía nos ama, y esto podemos saberlo por las palabras que ha dejado escritas para casos como estos. “Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”. 1 Juan 2:1. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. 1 Juan 1:9… Dios os ama, y el precioso Salvador, que se entregó por vosotros, no os rechazará porque sois tentados, y habéis vencido en vuestra debilidad. Sigue amándoos. Pedro negó a su Señor en la hora de la prueba, pero Jesús no dejó a su pobre discípulo. Aunque Pedro se odiaba a sí mismo, el Señor lo amaba; y después de su resurrección, lo llamó por su nombre, y le envió un amante mensaje. ¡Oh, qué Salvador bondadoso, amante y compasivo tenemos nosotros! Y él nos ama aunque erremos (A fin de conocerle, p. 284). Él os ama; él os cuida. Es una bendición para vosotros, y os dará su paz y su gracia. Os dice: “Tus pecados te son perdonados”. Podéis estar deprimidos a causa de dolencias corporales, pero eso no es una evidencia de que el Señor no esté trabajando cada día por vosotros. Os perdonará con abundancia. Apropiaos de las abundantes promesas de Dios. Jesús es nuestro amigo constante y que no falla, y él quiere que confiéis en él. Apartad la vista de vosotros y mirad la perfección de Cristo (That I May Know Him, p. 285; parcialmente en A fin de conocerle, p. 284).
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Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374