Ser Semejante a Jesús


Victoria segura para los que obedecen las órdenes de Cristo, 16 de noviembre https://ift.tt/3nhp7QO Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. No apaguéis al Espíritu. No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno. 1 Tesalonicenses 5:16-21. Cristo vino a nuestro mundo como el garante de la humanidad preparando el camino para que todos obtengan la victoria, dándoles poder moral. No es su voluntad que alguien sea colocado en desventaja. No quiere que quienes están luchando para vencer sean intimidados y desanimados por los asaltos astutos de la serpiente. “Confiad”, dice, “yo he vencido al mundo”. Juan 16:33. Con semejante General que nos dirige a la victoria, podemos tener verdaderamente gozo y valor. Él vino como nuestro Campeón. Él considera debidamente la batalla que debemos librar todos los que estamos en enemistad con Satanás. Extiende ante sus seguidores un plan de batalla, señalando sus peculiaridades y severidad, y les advierte que no se unan a su ejército sin primero calcular el costo. Les dice que la vasta confederación del mal está en orden de batalla contra ellos, y les muestra que están luchando por un mundo invisible, y que su ejército no está compuesto solamente por seres humanos. Sus soldados son cooperadores con los seres celestiales, y Uno mayor que los ángeles está en sus filas; porque el Espíritu Santo, el representante de Cristo, está allí. Después Cristo convoca a cada seguidor decidido, a cada verdadero soldado, a luchar por él, asegurando que hay liberación para todos los que obedezcan sus órdenes. Si los soldados de Cristo miran fielmente a su Capitán para recibir sus órdenes, les acompañará el éxito en su lucha contra el enemigo. No importa la manera como puedan ser acosados, al fin serán triunfadores. Sus debilidades pueden ser muchas, sus pecados grandes, su ignorancia aparentemente insuperable; pero si se dan cuenta de su debilidad y acuden a Jesús por ayuda, él será su eficiencia. Él siempre está dispuesto a iluminar su torpeza y a vencer su pecaminosidad. Si se aprovechan de su poder, sus caracteres serán transformados; serán cercados con una atmósfera de luz y santidad. Por medio de sus méritos y del poder que les imparte, serán “más que vencedores”. Les será dada ayuda sobrenatural, capacitándolos en su debilidad para hacer las obras de la omnipotencia. Los que luchan por Cristo están luchando a la vista del universo celestial, y deben ser soldados, no cobardes... Deben mirar por la fe con calma sobre cada enemigo, exclamando: “Luchamos la buena batalla de la fe bajo la orden de un Poder omnipotente. Porque él vive, nosotros también viviremos”.—The Signs of the Times, 27 de mayo de 1897.

Reflejemos a Jesús


Por las dificultades David aprende a gobernar con justicia, 16 de noviembre https://ift.tt/3HskgnJ Y reinó David sobre todo Israel; y David administraba justicia y equidad a todo su pueblo. 2 Samuel 8:15. A pocos kilómetros al sur de Jerusalén, “la ciudad del gran Rey” (Salmos 48:2), está Belén donde nació David, el hijo de Isaí, más de mil años antes que el Niño Jesús hallara su cuna en el establo, y fuera adorado por los magos del oriente. Siglos antes del advenimiento del Salvador, David, en el vigor de la adolescencia, cuidó sus rebaños mientras pacían en las colinas que rodean a Belén. El sencillo pastor entonaba los himnos que él mismo componía y con la música de su arpa acompañaba dulcemente la melodía de su voz fresca y juvenil. El Señor había escogido a David, y lo estaba preparando, en su vida solitaria con sus rebaños, para la obra que se proponía confiarle en los años venideros.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 691. David estuvo en su juventud íntimamente relacionado con Saúl, y su permanencia en la corte y su contacto con los miembros de la casa del rey le permitieron descubrir la naturaleza de los cuidados, las penas y las perplejidades ocultas bajo el brillo y la pompa de la realeza. Vio de cuán poco valor es la gloria humana para dar paz al alma, y sintió alivio y alegría al regresar de la corte del rey para cuidar los rebaños. Cuando, a causa de los celos de Saúl, tuvo que huir al desierto, David, aislado de todo sostén humano, se apoyó más fuertemente en Dios. La incertidumbre y la inquietud de la vida del desierto, su incesante peligro, la necesidad de huir con frecuencia, el carácter de los hombres que se le unieron allí, “todos los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu” (1 Samuel 22:2), hacían más necesaria aún la severa disciplina propia. Estas vicisitudes despertaron y desarrollaron en él la facultad de tratar con los hombres, la simpatía por los oprimidos y el odio a la injusticia. En los años de espera y peligro, David aprendió a buscar en Dios su consuelo, su sostén, su vida. Aprendió que solamente por medio del poder de Dios podría llegar al trono; solamente por medio de la sabiduría divina podría gobernar sabiamente. Mediante la instrucción recibida en la escuela de las dificultades y el dolor, David pudo merecer este juicio, aunque más tarde lo manchara su gran pecado: “Administraba justicia y equidad a todo su pueblo”.—La Educación, 152. El amor que le inspiraba, los dolores que le oprimían, los triunfos que le acompañaban, eran temas para su pensamiento activo; y cuando contemplaba el amor de Dios en todas las providencias de su vida, el corazón le latía con adoración y gratitud más fervientes, su voz resonaba en una melodía más rica y más dulce; su arpa era arrebatada con un gozo más exaltado; y el pastorcillo procedía de fuerza en fuerza, de sabiduría en sabiduría; pues el Espíritu del Señor lo acompañaba.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 695.

Recibiréis Poder


No busquemos originalidad, 16 de noviembre https://ift.tt/30BcRCb Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina. Tito 2:1. Estamos en continuo peligro de ponernos por encima de la sencillez del evangelio. En muchos hay un intenso deseo de sorprender al mundo con algo original, algo que arrebate a la gente a un estado de éxtasis espiritual y cambie el orden actual de lo que se conoce. Hay, sin duda, gran necesidad de un cambio, pues la santidad de la verdad presente no se comprende como es debido; pero lo que necesitamos es una transformación del corazón que sólo se puede obtener buscando individualmente la bendición de Dios, e implorando en busca de su poder y orando fervientemente para que su gracia venga sobre nosotros a fin de que nuestros caracteres puedan ser transformados. Este es el cambio que necesitamos, y para lograr esta experiencia debemos utilizar energía perseverante y manifestar sincero fervor; debemos preguntar con verdadera sinceridad: ¿Qué debo hacer para ser salvo? Tenemos que saber con exactitud qué pasos estamos dando hacia el cielo. Cristo dio a sus discípulos verdades cuya anchura, profundidad y valor poco apreciaban y ni siquiera comprendían; ahora existe la misma condición entre el pueblo de Dios. También hemos fracasado en comprender la grandeza y en percibir la belleza de la verdad que Dios nos ha confiado. Si avanzáramos en conocimiento espiritual, veríamos que la verdad se desarrolla y ensancha en formas que ni siquiera hemos soñado, pero nunca en alguna forma que nos induzca a imaginar que podemos conocer los tiempos y las sazones que el Padre ha puesto en su sola potestad. Vez tras vez he sido amonestada en cuanto a fijar fechas. Nunca más habrá un mensaje para el pueblo de Dios que se base en períodos fijos de tiempo. Tampoco sabremos el tiempo definido para el derramamiento del Espíritu Santo o para la venida de Cristo.—The Review and Herald, 22 de marzo de 1892.

Nuestra Elevada Vocacion


¡Regocijaos! 16 de noviembre https://ift.tt/3cjzfSW Gozaos en el Señor siempre: otra vez digo: Que os gocéis. Por nada estéis afanosos; sino sean notorias vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con hacimiento de gracias. Filipenses 4:4, 6. Puede parecer difícil regocijarse en el Señor cuando se está en dificultad, pero perdemos mucho al entregarnos a un espíritu de queja. Es nuestro privilegio tener en nuestros corazones, en todo tiempo la paz de Cristo. No deberíamos permitir ser fácilmente perturbados. Dios nos hace pasar por pruebas y dificultades para probarnos, y si somos pacientes y confiados bajo su período de prueba él nos purificará de toda escoria, y finalmente nos hará aparecer con triunfo y regocijo. Se reservan grandes bendiciones para aquellos que se someten sin quejarse al yugo que Dios desea que lleven. ... Que la luz de la verdad brille en vuestra vida. Os preguntáis: ¿Cómo puedo hacer que brille? Si antes de aceptar la verdad erais impacientes e irritables, haced que vuestra vida actual demuestre a aquellos que os rodean que la verdad ha tenido una influencia santificadora en vuestro corazón y carácter, y que en lugar de ser irritables e impacientes, ahora estáis gozosos y no os quejáis. Así rebeláis a Cristo al mundo. ... “Dad gracias en todo” (1 Tesalonicenses 5:18) por el poder sustentador de Dios mediante Jesucristo. ... En el momento en que ofrecéis vuestra oración en demanda de ayuda podéis no sentir todo el gozo y la bendición que quisierais experimentar, pero si creéis que Cristo oirá y contestará vuestra petición, la paz de Cristo vendrá. ... Si os aferráis a la fortaleza del poderoso Ayudador, y no argüís con vuestro adversario, y nunca os quejáis de Dios, las promesas se cumplirán. La experiencia que obtengáis hoy confiando en él, os ayudará para hacer frente a las dificultades de mañana. Cada día debéis confiar como niñitos y acercaros más a Jesús y al cielo. Al hacer frente a las pruebas y las dificultades diarias con una confianza inconmovible en Dios, probaréis una vez y otra las promesas del cielo, y cada vez aprenderéis una lección de fe. Así obtendréis fortaleza para resistir la tentación, y cuando os vengan las pruebas más duras, estaréis en condiciones de soportarlas.—Manuscrito 8, 1885, pp. 1-3.

La Maravillosa Gracia de Dios


En deuda, 16 de noviembre https://ift.tt/3kIP221 Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Mateo 6:12. Aquí se solicita una gran bendición en forma condicional. Nosotros mismos establecemos esas condiciones. Pedimos que la misericordia de Dios hacia nosotros sea medida por la misericordia que manifestamos a los demás. Cristo declara que ésta es la regla mediante la cual Dios tratará con nosotros: “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas”. Mateo 6:14, 15. ¡Maravillosos términos! Pero cuán poco comprendidos y practicados son. Uno de los pecados más comunes y que produce los resultados más perniciosos es el sometimiento a un espíritu no perdonador. Cuántos albergan animosidad o deseos de venganza y acto seguido se inclinan delante de Dios para pedirle que los perdone como ellos perdonan. Ciertamente no pueden tener una verdadera comprensión de la importancia de esta oración, pues si así no fuera no se atreverían a pronunciarla. Dependemos de la misericordia perdonadora de Dios cada día y a cada hora. ¿Cómo podemos, entonces, albergar amargura y malignidad hacia nuestros semejantes pecadores?—Testimonies for the Church 5:170. El hecho de que nos encontremos bajo una obligación tan grande hacia Cristo nos enfrenta con la más sagrada obligación hacia aquellos por quienes murió para redimirlos. Debemos manifestar hacia ellos la misma simpatía, la misma tierna compasión y el amor abnegado que Cristo manifestó hacia. nosotros.—;Ibid. El que no perdona suprime el único conducto por el cual puede recibir la misericordia de Dios. No debemos pensar que a menos que confiesen su culpa los que nos han hecho daño, tenemos razón para no perdonarlos. Sin duda, es su deber humillar sus corazones por el arrepentimiento y la confesión; pero hemos de tener un espíritu compasivo hacia los que han pecado contra nosotros, confiesen o no sus faltas. Por mucho que nos hayan ofendido, no debemos pensar de continuo en los agravios que hemos sufrido ni compadecernos de nosotros mismos por los daños. Así como esperamos que Dios nos perdone nuestras ofensas, debemos perdonar a todos los que nos han hecho mal.—El Discurso Maestro de Jesucristo, 92, 93.

La Fe por la Cual Vivo


Reavivamientos genuinos y falsos, 16 de noviembre https://ift.tt/3cifjQe Por su frutos los conoceréis. ¿Cógense uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol lleva buenos frutos; mas el árbol maleado lleva malos frutos. Mateo 7:16, 17. “Antes que los juicios de Dios caigan finalmente sobre la tierra, habrá entre el pueblo del Señor un avivamiento de la piedad primitiva, tal cual no se ha visto nunca desde los tiempos apostólicos. El Espíritu y el poder de Dios serán derramados sobre sus hijos. Entonces muchos se separarán de esas iglesias en las cuales el amor de este mundo ha suplantado al amor de Dios y de su Palabra. Muchos, tanto ministros como laicos, aceptarán gustosamente esas grandes verdades que Dios ha hecho proclamar en este tiempo a fin de preparar un pueblo para la segunda venida del Señor. El enemigo de las almas desea oponerse a esta obra, y antes que llegue el tiempo para que se produzca tal movimiento, tratará de impedirlo introduciendo un falsa imitación. Hará aparecer como que la bendición especial de Dios es derramada sobre las iglesias que pueda colocar bajo su poder seductor.... Dondequiera que los hombres descuiden el testimonio de la Biblia, alejándose de esas verdades claras que sirven para probar el alma y que requieren el desprendimiento de sí mismo y del mundo, podemos estar seguros de que Dios no dispensa allí sus bendiciones.... Un concepto falso del carácter perpetuo y obligatorio de la ley divina ha hecho incurrir en errores respecto a la conversión y santificación, y ha tenido por resultado rebajar el nivel de la piedad en la iglesia. Aquí yace el secreto de la ausencia del Espíritu y poder de Dios en los despertamientos religiosos de nuestros tiempos.”—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 517, 518.

Exaltad a Jesús


No juzguéis, 16 de noviembre https://ift.tt/3Clmm5j No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. Mateo 7:1-2. Yo comprendo cómo trabaja el enemigo, y quisiera decir a cada alma: “No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido”. Mateo 7:1-2. Hay ocasiones cuando tenemos que tomar una posición decidida, pero junto con magnificar al Señor, estén seguros de no condenar ni acusar a otros. Si nuestro pueblo se dividiera todas las potencias del infierno se regocijarían. Se ha estado preparando el camino para que se levanten contiendas y divisiones. Algunos corren el riesgo de caer en la infidelidad. Ahora, estudien ustedes en cuanto a cómo salvar a estas almas que están en peligro. Tengo tristeza, una gran tristeza de corazón, por darme cuenta de que ellos no comprenden la situación en que se encuentran... Hay algo que ustedes pueden hacer. Pueden colocarse en condiciones de arrepentirse. Sus corazones necesitan experimentar la conversión. El fin está cerca; el tiempo es corto. Ruéguenle a Dios; limpien la carretera del Rey; y coloquen en alto el estandarte sobre el cual está inscrito: “Los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”. Al avanzar paso a paso, proclamen: “Aquí están los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”. Moisés declaró: “Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual entráis para tomar posesión de ella. Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: ciertamente pueblo santo y entendido, nación grande es esta... Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos”. Deuteronomio 4:5-6, 9.—Carta 30, 1906. El Salvador dijo claramente: “Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados”... ¿Quién puede comparecer delante de Dios y declarar que posee un carácter intachable y una vida libre de culpa? ¿Cómo, entonces, algunos se atreven a criticar y condenar a sus hermanos? Las mismas personas que aspiran a la salvación únicamente gracias a los méritos de Cristo, que deben buscar el perdón por su sangre, se encuentran bajo la más estricta obligación de ejercer amor, piedad y perdón hacia sus prójimos pecadores... Mientras condenan a otros, el Señor los condena a ustedes... Que el Señor impresione los corazones de los miembros de la iglesia, hasta que en su vida y carácter revelen su gracia transformadora. Entonces, cuando se reúnan, lo harán para conversar acerca de Jesús y de su amor.—The Review and Herald, 30 de noviembre de 1886.

En los Lugares Celestiales


Valor intrépido, 16 de noviembre https://ift.tt/3FkygOO Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, y tome aliento vuestro corazón. Salmos 31:24. Los recursos del Cielo son ilimitados y están todos a nuestra disposición... ¿No se les han presentado a los que siguen a Cristo las más altas virtudes para ser cultivadas, los mayores honores para ser ganados? Dios les pide que participen en una carrera en la que todos pueden ganar. Les pide que se alisten en una guerra en la que cada uno puede ser triunfador. Un manto de justicia y una corona de vida eterna: ésa es la recompensa puesta ante el vencedor. Los habitantes del universo celestial esperan que los seguidores de Cristo brillen como luces en el mundo. Han de manifestar el poder de la gracia concedida a los hombres por la muerte de Cristo. Dios espera que los que profesan ser cristianos revelen en su vida el más alto grado de desarrollo de cristianismo. Han de ser reconocidos como representantes de Cristo. Su obra consiste en mostrar que el cristianismo es una realidad. Han de ser hombres de fe, hombres de crecimiento constante, hombres de valor, hombres íntegros, que sin discutir confíen en Dios y sus promesas. Dios necesita hombres de valor intrépido, hombres llenos de esperanza, fe y confianza, que se regocijen pensando en el triunfo final y rehúsen rendirse ante los obstáculos. Aquel que se adhiere firmemente a los principios de la verdad tiene la certeza de que sus puntos de carácter más débiles pueden transformarse en los más fuertes. Los ángeles del cielo están junto al que lucha para poner su vida en armonía con Dios y su santa ley... Que los que están bajo la bandera ensangrentada del Príncipe Emanuel no hagan nada que haya de deshonrar la causa por la cual están luchando. Cristo espera que sus soldados sean valientes, leales y veraces.—The Review and Herald, 18 de febrero de 1904.

El Cristo Triunfante


Dios revela sus secretos en cada época, 16 de noviembre https://ift.tt/3HuHf1x “Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días”. Daniel 2:28. En tiempos pasados el Señor Dios del cielo reveló sus secretos a sus profetas, y lo sigue haciendo todavía. El presente y el futuro son igualmente claros para él, y muestra a sus siervos la historia futura de lo que habrá de ser. El Omnisciente miró a través de las edades y predijo mediante sus profetas el levantamiento y la caída de reinos, centenares de años antes que ocurrieran los eventos preanunciados. El eco de la voz de Dios se deja escuchar a través de las edades, diciéndole al hombre lo que ha de ocurrir. Reyes y príncipes ocupan sus lugares en el tiempo designado. Ellos piensan que están llevando adelante sus propios propósitos, pero en realidad están cumpliendo la palabra que Dios dio por medio de sus profetas... Los incrédulos e impíos no disciernen las señales de los tiempos. En su ignorancia pueden rehusarse a aceptar el Registro inspirado. Pero cuando los cristianos profesos hablan despectivamente de las formas y medios empleados por el gran Yo Soy para hacer conocer sus caminos y propósitos, se manifiestan ignorantes tanto de las Escrituras como del poder de Dios... El cristiano que acepta la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, observará la historia bíblica en su verdadera perspectiva. El pasado—la historia de la dispensación judaica desde el principio hasta el fin—, en vez de ser calificado despectiva y burlonamente como la “edad oscura”, revelará luz y más luz a medida que se lo estudie. La palabra del hombre fracasa, y quien se aferre de las aserciones del hombre como su fuente de dependencia, bien puede temblar, porque algún día llegará a ser como un barco que naufragó. Pero la Palabra de Dios es infalible y permanece para siempre. Dios vive y reina. Su gloria no se confina a templos hechos de manos. No ha cerrado el cielo a su pueblo. Tanto en la era judaica como en ésta, Dios revela sus secretos a sus siervos los profetas. La imagen que fue mostrada a Nabucodonosor [Daniel 2] en visiones de la noche, representa a los reinos de este mundo. Los metales de la imagen, que simbolizaban los reinos del mundo, llegaron a ser cada vez menos puros y valiosos. La cabeza de la imagen era de oro, el pecho y los brazos de plata, el vientre de bronce, [las piernas de hierro], y los pies y los dedos de los pies eran de hierro mezclado con barro cocido. Así los reinos representaban una escala de deterioro de valores... Si ellos mantenían por siempre el temor del Señor, recibirían sabiduría y poder que los uniría y mantendría vigorosos.—Manuscrito 39, 1899.

Dios nos Cuida


Ser uno como Cristo y el padre son uno, 16 de noviembre https://ift.tt/30vUC0k Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. Juan 17:11. ¿Dónde encontraremos la pureza, la bondad y la santidad a fin de estar seguros? ¿Dónde está el redil al que no entrarán los lobos? Les digo... El Señor tiene un cuerpo organizado mediante el cual obrará. Puede haber más de una veintena de Judas entre ellos; puede haber un impetuoso Pedro, que bajo circunstancias de prueba niegue a su Señor; puede haber personas representadas por Juan, a quien Jesús amaba, pero que tengan un celo que destruiría las vidas de los hombres pidiendo fuego del cielo para vengar un insulto a Cristo y a la verdad. Sin embargo, el gran Maestro busca dar lecciones de instrucción para corregir estos males existentes. Y hoy está haciendo lo mismo con su iglesia. Está señalando sus peligros. Está presentando delante de ellos el mensaje laodicense. El les muestra que todo egoísmo, todo orgullo, toda autoexaltación, todo prejuicio e incredulidad que conduzca a la resistencia a la verdad y aleje de la verdadera luz, son peligrosos, y a menos que medie arrepentimiento, quienes acaricien estas cosas serán dejados en la oscuridad así como lo fue la nación judía. Busque ahora cada alma responder a la oración de Cristo. Cada alma imite esa oración en silencio, en peticiones, en exhortaciones, a fin de que todos puedan ser uno como Cristo es uno con el Padre, y obre según este objetivo. En lugar de volver las armas de combate contra sus propias filas, permitan que sean apuntadas contra los enemigos de Dios y de la verdad. Imiten la oración de Cristo con todo el corazón: “Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros... No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal”. Juan 17:11, 15. La puerta del corazón debe estar abierta al Espíritu Santo, pues él es el santificador, y la verdad es el instrumento. Debe haber una aceptación de la verdad tal como es en Jesús. Esta es la única santificación genuina: “Tu palabra es verdad”. Vers. 17. Oh, lean la oración de Cristo buscando la unidad: “A los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros”. La oración de Cristo no es sólo para quienes eran entonces sus discípulos, sino para todos los que creerían en Cristo gracias a las palabras de sus discípulos, incluso hasta el fin del mundo.

Conflicto y Valor


“Acuérdate de mí”, 16 de noviembre https://ift.tt/3wTkS1a Lucas 23:13-44. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Lucas 23:42. Durante su agonía sobre la cruz, llegó a Jesús un rayo de consuelo. Fue la petición del ladrón arrepentido... Este hombre no era un criminal empedernido. Había sido extraviado por las malas compañías... Había visto y oído a Jesús y se había convencido por su enseñanza, pero había sido desviado de él por los sacerdotes y príncipes. Procurando ahogar su convicción, se había hundido más y más en el pecado, hasta que fue arrestado, juzgado como criminal y condenado a morir en la cruz. En el tribunal y en el camino al Calvario, había estado en compañía de Jesús. Había oído a Pilato declarar: “Ningún crimen hallo en él”. Juan 19:4. Había notado su porte divino y el espíritu compasivo de perdón que manifestaba hacia quienes le atormentaban... Penetró de nuevo en su corazón la convicción de que era el Cristo. Volviéndose hacia su compañero culpable, dijo: “¿Ni aun tú temes a Dios, estando en la misma condenación?” Los ladrones moribundos no tenían ya nada que temer de los hombres. Pero uno de ellos sentía la convicción de que había un Dios a quien temer, un futuro que debía hacerle temblar. Y ahora, así como se hallaba, todo manchado por el pecado, se veía a punto de terminar la historia de su vida... Al ser condenado por su crimen, el ladrón se había llenado de desesperación; pero ahora brotaban en su mente pensamientos extraños, impregnados de ternura. Recordaba todo lo que había oído decir acerca de Jesús... El Espíritu Santo iluminó su mente y poco a poco se fue eslabonando la cadena de la evidencia. En Jesús, magullado, escarnecido y colgado de la cruz, vio al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. La esperanza se mezcló con la angustia en su voz, mientras que su alma desamparada se aferraba de un Salvador moribundo. “Señor, acuérdate de mí—exclamó—cuando vinieres en tu reino”. Prestamente llegó la respuesta. El tono era suave y melodioso, y las palabras. llenas de amor, compasión y poder: De cierto te digo hoy: estarás conmigo en el paraíso... El ladrón arrepentido sintió la perfecta paz de la aceptación por Dios. El Deseado de Todas las Gentes, 697-699.

Cada Día con Dios


Nuestro refugio y fortaleza, 16 de noviembre https://ift.tt/3njXF4U Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones... Jehová de los ejércitos está con nosotros. Salmos 46:1, 11. La fe no es el fundamento de nuestra salvación, sino la gran bendición: el ojo que ve, el oído que escucha, los pies que corren, la mano que se aferra. El medio, no el fin... Se nos asegura que si cada día entregamos nuestra voluntad a Dios, se cumplirá esta promesa: “Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia”. Juan 1:16. Toda revelación de la gracia de Cristo en nuestro favor, es para nosotros. Debemos revelarlo en nuestras vidas, en nuestros pensamientos, palabras y acciones. No perdamos la oportunidad de hablar acerca de Jesucristo, y de actuar de acuerdo con su voluntad. Debemos manifestar la misericordia, el amor y el poder de Cristo, el poder que nos ha dado... Si no fuera por el poder que hemos recibido de Cristo, no tendríamos fuerza. Pero Jesús dispone de toda potestad. “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Mateo 28:18-20. Este es nuestro poder, nuestro consuelo. No tenemos fuerzas por nosotros mismos. Pero él dice: “Yo estoy con vosotros todos los días”, ayudándoles a cumplir sus deberes, guiándolos, consolándolos, santificándolos y sosteniéndolos; dándoles éxito al pronunciar palabras que atraerán la atención de los demás sobre Cristo, y despertando en sus mentes el deseo de comprender la esperanza y el significado de la verdad, para llevarlos de las tinieblas a la luz, y del poder del pecado a Dios. Es maravilloso que los seres humanos puedan comunicar la Palabra de Dios con palabras sencillas de consuelo y ánimo. El Señor empleará los instrumentos más humildes para sembrar la semilla de la verdad, para que broten y den fruto, porque aquellos en cuyo corazón fueron sembradas necesitan ayuda. Un pensamiento bondadoso, una palabra amable, resultan eficaces gracias al que dijo: “He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.—Carta 239, del 16 de noviembre de 1905, dirigida a J. A. Burden, gerente del Sanatorio de Loma Linda.

Alza tus Ojos


Conductores del conflicto invisible, 16 de noviembre https://ift.tt/3qJ14wo Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar. Lucas 10:22. Ningún hombre puede explicar los misterios de Dios. Su gloria está escondida del mundo. ¿De qué valor son, entonces, las conjeturas y especulaciones humanas concernientes a su personalidad?... Cristo es el representante del Padre, “la imagen misma de su sustancia”. La creación nos habla de la capacidad y del poder de Dios. En su bondad, El puso en la tierra hermosas flores y árboles, adaptados maravillosamente a los lugares y al clima donde crecen. Y, aunque el pecado estropeó la forma y la belleza de las cosas de la naturaleza, aunque en ellas se vean señales de la obra del príncipe del poder del aire, aun así hablan de Dios, y todavía revelan algo de la belleza del Edén. En los cielos, en la tierra, en las anchas aguas del océano, vemos la obra de Dios. Toda la creación testifica de su poder, su sabiduría y su amor. Sin embargo, no aprendemos ni de las estrellas, ni del océano, ni de las cataratas, acerca de la personalidad de Dios. Cristo vino a revelar esto... Cristo vino a revelar a la raza caída el amor de Dios. El, la Luz del mundo encubrió el deslumbrante esplendor de su divinidad, y vino a vivir a esta tierra como un hombre entre los hombres, para que ellos, sin ser consumidos, pudieran relacionarse con su Creador. Ningún hombre ha visto a Dios fuera de lo que Cristo ha revelado de El. A causa de sus frecuentes triunfos, Satanás se está tornando más atrevido y desafiante en su rebelión contra Dios. El rápido progreso del mal, la confusión entre las clases trabajadoras, revelan que los hombres están tomando partido con celeridad. Están siendo atados en manojos para ser quemados. Los gremios laborales son incitados rápidamente a la violencia si no se satisfacen sus demandas. Se ve cada vez más claramente que los habitantes del mundo no están en armonía con Dios. Ninguna teoría científica puede explicar la marcha constante de los obradores de maldad bajo el mando de Satanás. En cada tumulto hay ángeles malos que trabajan para excitar a los hombres a cometer actos de violencia... La perversidad y la crueldad de ellos llegará a tal grado que Dios se revelará en toda su majestad. Muy pronto la maldad del mundo habrá llegado a su límite, y como en los días de Noé, Dios derramará sus juicios. Pero aun cuando la maldad llegue a su máxima altura, podemos saber que nuestro Ayudador está a nuestro lado.—Carta 250, del 16 de noviembre de 1903, dirigida a su hijo J. E. White que estaba trabajando entre la gente de color en los estados del sur.

A Fin de Conocerle


El día del ajuste de cuentas, 16 de noviembre https://ift.tt/3chhqE4 Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Mateo 25:29. Si se aprovechan bien los talentos, éstos aumentarán como resultado. “Al que tiene le será dado”. Si los dones concedidos por el Cielo no se aprecian ni aprovechan como un capital concedido por Dios, si se los entierra en mundanalidad y egoísmo, disminuyen estas facultades capaces de bendecir a la humanidad; y como no se busca ni glorifica al Dios del cielo como la fuente de estos preciosos dones, se lo deshonra, y él corta la provisión. A fin de crecer en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, debemos utilizar nuestras facultades físicas e intelectuales.—The Review and Herald, 12 de abril de 1887. Los que ocultan sus talentos hasta que se herrumbran por falta de uso, no deben pensar que esa acción los alivia de responsabilidad, porque Dios nos considera responsables del bien que podríamos hacer si tomamos el yugo con Cristo, levantando sus cargas, aprendiendo cada día más de su mansedumbre y humildad de corazón. El interés de los talentos sepultados sigue acumulándose, y en lugar de disminuir nuestra responsabilidad, la aumenta e intensifica. Que el instrumento humano considere el hecho solemne de que el día del ajuste de cuentas está ante nosotros, y que diariamente estamos decidiendo cuál será nuestro destino eterno. El Maestro examina cada caso individual, y trata personalmente con los talentos que nos ha confiado. Qué solemne es el día del ajuste de cuentas. Ese día hará empalidecer muchos rostros. ... El interés futuro y eterno de cada alma depende de las decisiones que se realicen en aquel día. Tendremos gozo inefable o indecible calamidad y desgracia, los horrores de la desesperación. Cuánto le agradará a Jesús recompensar a cada fiel obrero. Cada deber lealmente realizado recibirá su bendición. Entonces pronunciará las palabras: “Bien hecho”.—Manuscrito 13, 1895.

¡Maranata: El Senor Viene!


Los ciento cuarenta y cuatro mil, 16 de noviembre https://ift.tt/3wY7Hfd Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente. Apocalipsis 14:1. Delante del trono, sobre el mar de cristal—ese mar de vidrio que parece mezclado con fuego por lo mucho que resplandece con la gloria de Dios—, hállase reunido el grupo de los que salieron victoriosos de “la bestia y su imagen, y su marca, y el número de su nombre”. Con el Cordero en el Monte de Sion, “teniendo las arpas de Dios”, están en pie los ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los hombres; se oye una voz, como el estruendo de muchas aguas y como el estruendo de un gran trueno, “una voz... como de arpistas que tocaban sus arpas”. Cantan “un cántico nuevo” delante del trono, un cántico que nadie podía aprender sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil. Es el cántico de Moisés y del Cordero, un cántico de liberación. Ninguno sino los ciento cuarenta y cuatro mil pueden aprender aquel cántico, pues es el cántico de su experiencia—una experiencia que ningún otro grupo ha conocido jamás. “Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va”. Habiendo sido trasladados de la tierra, de entre los vivos, son contados por “primicias para Dios y para el Cordero”. Apocalipsis 15:2, 3; 14:1-5. “Estos son los que han salido de la gran tribulación”; han pasado por el tiempo de angustia cual nunca ha sido desde que ha habido nación; han sentido la angustia del tiempo de la aflicción de Jacob; han estado sin intercesor durante el derramamiento final de los juicios de Dios. Pero han sido librados, pues “han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero”. “En sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mácula” delante de Dios. “Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos”. Apocalipsis 7:14, 15. Han visto la tierra asolada con hambre y pestilencia, el sol que tenía el poder de quemar a los hombres con su intenso calor, y ellos mismos han soportado padecimientos, hambre y sed. Pero “no tendrán hambre, ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno”. Apocalipsis 7:14-16.37Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 706, 707.

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Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374