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Ser Semejante a Jesús


Ser Semejante a Jesús
Por Jesús llega la salud y el alivio de las perplejidades, 20 de octubre Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara. Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber? Éxodo 15:23, 24. https://ift.tt/7ESiTNY El Señor tenía una lección para enseñarles a los hijos de Israel. Las aguas de Mara eran una lección objetiva, representando las enfermedades que se acarrearon los seres humanos por causa del pecado. No es misterio que los habitantes de la tierra están sufriendo de enfermedades de toda índole y tipo. Es porque transgreden la ley de Dios. Así hicieron los hijos de Israel. Derribaron las barreras que Dios en su providencia había erigido para preservarlos de la enfermedad, con el fin de que pudieran vivir con salud y santidad y de esa manera aprendiesen obediencia en su caminar por el desierto. Viajaron bajo la dirección especial de Cristo, quien se había dado como sacrificio para preservar a un pueblo que siempre tuviera a Dios en su memoria, a pesar de las magistrales tentaciones de Satanás. Envueltos en la columna de nube guiadora, era el deseo de Cristo guardar bajo sus alas protectoras de cuidado a todos los que hicieran su voluntad. No fue por casualidad que en su viaje los hijos de Israel llegaron a Mara. Antes que dejaran Egipto, el Señor comenzó sus lecciones de instrucción, para poder llevarlos a que se dieran cuenta de que él era su Dios, su Libertador, su Protector. Murmuraron contra Moisés y contra Dios, pero aún así el Señor trató de mostrarles que aliviaría todas sus perplejidades si querían mirarlo a él. Los males que encontraron y por los que pasaron eran parte del gran plan de Dios, por medio de los cuales deseaba probarlos. Cuando llegaron a las aguas de Mara, “el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber? Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó”. Éxodo 15:24, 25. Aunque invisible a los ojos humanos, Dios era el líder de los israelitas, su poderoso Sanador. Él fue quien puso en el árbol las propiedades que endulzaron las aguas. De esa manera deseaba mostrarles que por medio de su poder podía curar los males del corazón humano. Cristo es el gran Médico, no sólo del cuerpo sino del alma. Nos devuelve a nuestro Dios. Dios permitió que su Hijo unigénito fuera magullado, con el fin de que las propiedades curativas pudieran fluir de él para curar todas nuestras enfermedades.—Manuscript Releases, 29-31.
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Reflejemos a Jesús


Reflejemos a Jesús
La transformación del carácter debe producirse aquí, 20 de octubre Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas. Salmos 84:5. https://ift.tt/yxt18wf Ninguno de nosotros es lo que podría ser, lo que Dios quisiera que fuéramos, y lo que su Palabra demanda que seamos. Nuestra incredulidad nos separa de Dios; puesto que en todo momento podemos elevar nuestras almas a El para encontrar gracia y fuerzas. Cuando Cristo venga, nuestros cuerpos viles serán transformados, y hechos semejantes a su cuerpo glorioso; pero el carácter vil no será santificado entonces. La transformación del carácter debe ocurrir antes de su venida. Nuestra naturaleza debe ser pura y santa; debemos tener el sentir de Cristo, para que podamos contemplar con placer su imagen reflejada en nuestras almas. Enoc tuvo un carácter notable, y muchos miran su vida como muy por encima de lo que la generalidad de los mortales puede alguna vez alcanzar. Pero la vida y el carácter de Enoc, que fueron tan santos que pudo ser trasladado al cielo sin ver muerte, representa las vidas y los caracteres de todos los que serán trasladados cuando Cristo venga. Su vida fue lo que puede ser la vida de cada persona que vive cerca de Dios. Debiéramos recordar que Enoc estuvo rodeado de influencias impías. La sociedad que lo rodeaba era tan depravada que Dios trajo el diluvio sobre el mundo para destruir a sus habitantes, a causa de su corrupción. Si Enoc viviera en la tierra hoy, su corazón estaría en armonía con todos los requerimientos de Dios; caminaría con Dios, aunque estuviera rodeado de las influencias más degradantes y malvadas. Las palmeras representan bien la vida de un cristiano. Se mantienen erguidas en medio de las arenas ardientes del desierto, y no mueren; porque obtienen su sustento de las fuentes que están debajo de la superficie. José conservó su integridad cuando estuvo rodeado de idólatras en Egipto, en medio del pecado, la blasfemia e influencias corruptoras. Cuando fue tentado a apartarse de la senda de la virtud su respuesta fue: “¿Cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?” Génesis 39:9. Enoc, José y Daniel dependieron de una fuerza que era infinita; y éste es el único camino seguro para los cristianos de hoy. La vida de estos hombres destacados estaba escondida con Cristo en Dios. Fueron leales a Dios, puros en medio de la depravación, devotos y fervientes cuando fueron puestos en contacto con el ateísmo y la idolatría. Mediante la gracia divina cultivaron sólo aquellas cualidades que fueron favorables para el desarrollo de caracteres puros y santos. Así puede suceder con nosotros. El espíritu que poseyeron Enoc, José y Daniel también podemos tenerlo nosotros; podemos aprovechar la misma fuente de fuerzas, poseer el mismo poder de dominio propio, y las mismas gracias pueden brillar en nuestras vidas.—The Signs of the Times, 11 de noviembre de 1886.
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Recibiréis Poder


Recibiréis Poder
Aceptemos la influencia del espíritu, 20 de octubre Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. 2 Corintios 7:1. https://ift.tt/Pd2mny4 El Señor nos envía advertencias, consejos y reproches para que tengamos oportunidad de corregir nuestros errores antes de que se conviertan en una segunda naturaleza. Pero si rehusamos ser corregidos, Dios no interviene para contrarrestar las tendencias de nuestra propia conducta. No obra un milagro para que no brote y produzca fruto la semilla sembrada. La persona que se muestra temerariamente infiel, o que manifiesta una impasible indiferencia ante la verdad divina, no está más que recogiendo la cosecha que él mismo sembró. Tal ha sido la experiencia de muchos. Escuchan con estoica pasividad las verdades que una vez conmovieron sus corazones. Sembraron descuido, indiferencia y resistencia a la verdad, y tal es la cosecha que ahora obtienen. La frialdad del hielo, la dureza del hierro, la naturaleza impenetrable e inimpresionable de la roca, todo esto encuentra una equivalencia en el carácter de muchos cristianos profesos. Así fue como el Señor endureció el corazón de Faraón. Dios habló al rey egipcio por boca de Moisés, dándole las evidencias más notables del poder divino; pero el monarca tercamente rehusó la luz que lo hubiera conducido al arrepentimiento. Dios no envió un poder sobrenatural para endurecer el corazón del rey rebelde, pero, como resistió a la verdad, el Espíritu Santo se retiró, y el Faraón quedó en las tinieblas y la incredulidad que había elegido. Los hombres se separan de Dios al rehusar la influencia del Espíritu. El Señor no tiene en reserva un agente más poderoso para iluminar sus mentes. Así, ninguna revelación de su voluntad puede alcanzarlos en su incredulidad. Ojalá pudiera guiar a cada profeso seguidor de Cristo a ver este asunto tal cual es. Todos estamos sembrando, ya sea para la carne o para el Espíritu, y segamos la cosecha de la semilla que sembramos. Al elegir nuestros placeres o tareas, sólo debiéramos buscar aquellas cosas que son excelentes. Lo frívolo, lo mundano, lo envilecedor no deberían tener poder para controlar los afectos o la voluntad.—The Review and Herald, 20 de junio de 1882.
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Nuestra Elevada Vocacion


Nuestra Elevada Vocacion
El carácter de los embajadores de Cristo, 20 de octubre Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio nuestro; os rogamos en nombre de Cristo: reconciliaos con Dios. 2 Corintios 5:20. https://ift.tt/s487nlI Todo verdadero cristiano se dará cuenta de que tiene algo que hacer para la salvación de las almas.—The Review and Herald, 29 de mayo de 1900. Cuando os acercáis al extraño, cuando estáis cara a cara con el impenitente, el afligido, el alma necesitada, el Señor está a vuestro lado si en realidad os habéis dado a él. El impresiona el corazón. Pero vosotros podéis ser el instrumento para su obra misericordiosa. ... Los abogados de la verdad deben ocultarse en Jesús; él es su grandeza, su poder y eficacia. Deben amar a las almas así como él los ama a ellos. Deben ser obedientes como él lo fué. Deben ser corteses y llenos de simpatía. Deberían luchar con todo su poder contra el menor defecto de carácter que haya en ellos. Deben representar a Jesús. Dejar que él aparezca en cada acto.—The Review and Herald, 12 de abril de 1892, pp. 225, 226. El que puede leer los corazones de los hombres ... conoce qué atmósfera rodea a cada alma. El sabe cuántas y cuán fieras son las luchas del alma humana por vencer las tendencias naturales y heredadas y los pecados que han llegado a ser comunes a través del hábito de la repetición. ... Miles ... están expuestos a las tentaciones maestras de Satanás, y no tienen conocimiento de Dios y de Jesucristo a quien ha enviado al mundo para salvar a los pecadores más empedernidos. Oh, ¿por qué no discernimos cuál es nuestra parte en la obra del gran plan de redención? ... Cada alma verdaderamente convertida tendrá una simpatía genuina y santificada con los sufrimientos de Cristo, que él soportó para salvar a los pecadores. Si colaboran con Cristo, vencerán el descanso egoísta, la complacencia egoísta, la indulgencia egoísta, y crecerán en cada fibra y músculo espirituales, ejerciendo las facultades que Dios les ha dado para ganar a las almas a Jesucristo. Esta obra asignada por el cielo está calculada para darle amplitud, profundidad y estabilidad a la experiencia y al carácter cristianos, y para reunir a los colaboradores con Dios en una atmósfera más alta y más pura donde su amor por Cristo aumentará constantemente y su amor por sus semejantes abundará más y más.—Manuscrito 41, 1890.
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La Maravillosa Gracia de Dios


La Maravillosa Gracia de Dios
Reflejemos a Jesús, 20 de octubre Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Efesios 4:29. https://ift.tt/EkojX9J Anhelo continuamente que Cristo se forme dentro de mí como la esperanza de gloria. Anhelo ser hermoseada cada día con la humildad y suavidad de Cristo, creciendo en la gracia y el conocimiento de Jesús hasta alcanzar la plena estatura de hombres y mujeres en Cristo Jesús. Individualmente, mediante la gracia que Jesús me ha dado, debo mantener mi propia alma en salud, teniéndola como un canal divino, a través del cual fluyan para el mundo su gracia, su amor, su paciencia, y su humildad. Este es mi deber, y no es menos el deber de cada miembro de iglesia que pretende ser hijo o hija de Dios. El Señor Jesús ha hecho a la iglesia la depositaria de la verdad sagrada. Le ha encomendado la obra de llevar a cabo sus propósitos y sus planes para salvar las almas por las cuales él ha manifestado tal interés, y tal amor inconmensurable. Como el sol en relación con nuestro mundo, él se levanta en medio de las tinieblas morales como el Sol de justicia. El dijo de sí mismo: “Yo soy la luz del mundo”. Juan 8:12. Les dijo a sus seguidores: “Vosotros sois la luz del mundo”. Mateo 5:14... Al reflejar la imagen de Jesucristo mediante la hermosura y la santidad de sus caracteres, por su continua abnegación y su separación de todos los ídolos, grandes o pequeños, revelan que han aprendido en la escuela de Cristo.—Nuestra Elevada Vocación, 249. La Escritura dice de Cristo que la gracia fue derramada en sus labios, para que pudiera “hablar en sazón palabra al cansado”. Isaías 50:4. Y el Señor nos insta: “Sea vuestra palabra siempre con gracia” (Colosenses 4:6), “para que dé gracia a los oyentes”. Al tratar de corregir o reformar a otros, debiéramos cuidar nuestras palabras. Ellas serán un sabor de vida para vida o de muerte para muerte... Todos los que defienden los principios de la verdad necesitan recibir el celestial aceite del amor. En toda circunstancia la reprensión debe ser hecha con amor. Entonces nuestras palabras reformarán, sin exasperar. Cristo proporcionará por medio de su Espíritu Santo la fuerza y el poder. Esta es su obra.—Palabras de Vida del Gran Maestro, 316.
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El Cristo Triunfante


El Cristo Triunfante
Cuando el Espíritu Santo viene como consolador, 20 de octubre “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí”. Juan 15:26. https://ift.tt/GVPZd6X No es justo que dediquemos tiempo, cerebro, hueso y músculo a colectar las cosas de la tierra y dejar fuera las de la eternidad; más bien debiéramos reunir gavillas para el granero del Señor... Dios desea que nos expandamos para crecer, como la simiente que se planta en el suelo, primero el brote, luego la espiga. y después el grano lleno en la espiga... Hay quienes se han preguntado, ¿qué debo hacer para recibir el Espíritu Santo? Pídele a Dios que examine tu alma como bajo la luz de un candil. No hagas nada por satisfacción egoísta... Supongamos que los profesos seguidores de Cristo son sus representantes en la tierra. ¿acaso no verían esto los mundanos y tomarían conocimiento de lo que habrían aprendido de Jesús? ¿No sería esto un poder? Queremos la religión de Cristo. Pero ella debe manifestar los frutos del amor, el gozo y la paz. El deseo del Maestro no es proporcionar un suministro escaso, sino llevar fruto en abundancia. (Juan 15:17-21) Se refiere a la oposición entre Cristo y el mundo y la consecuente persecución sobre Cristo y sus seguidores... Queremos conocer a Cristo quien sabe bien lo que es la vida eterna. En Juan 15 él se refiere a pruebas y conflictos. Se pregunta si podrá soportar el conflicto: luego señala a las realidades eternas y nos muestra que se han enviado miles de ángeles para ministrar en favor de quienes son herederos de la salvación. Aunque nos muestra los ejércitos que se han formado en su contra, también nos dice que no debemos desanimarnos, pues el Capitán de las huestes del cielo está con nosotros así como estuvo con el pueblo de Dios en los tiempos de Josué... Lo que deseamos saber es cómo pelear la batalla. La victoria no está en el ministro ni en el laico, sino en el Capitán de las huestes que libran la batalla por nosotros... No tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra autoridades, contra los gobernantes de las tinieblas en las regiones celestes, y el Señor es con nosotros. No debemos considerar que la capacidad de hombres o mujeres traerá el éxito. Las personas pueden haber alcanzado todo lo que un ser humano pueda llegar a saber y, con todo, estar solos; porque sin Cristo no son nada. ¿Caminar humildemente delante del Señor? ¿Has acariciado algún pecado interior o tienes algún resentimiento contra alguien? ¿Estás buscando a Dios de todo corazón? Podemos separarnos de todo, menos del Espíritu de Dios. Deseamos la inspiración de la cruz, que nos hará caer indefensos, y el Señor nos levantará.—Manuscrito 27, 1891.
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Dios nos Cuida


Dios nos Cuida
Comamos las hojas del árbol de la vida, 20 de octubre En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. Apocalipsis 22:2. https://ift.tt/y7VFmAj ¿Debemos esperar hasta que seamos trasladados para comer de las hojas del árbol de la vida? El que recibe en su corazón las palabras de Cristo sabe qué significa comer de las hojas del árbol de vida... La sabiduría que proviene de Dios es el pan de vida. Son las hojas del árbol de la vida las que se usan para la sanidad de las naciones. La corriente de vida espiritual estremece el alma cuando las palabras de Cristo se creen y se ponen en práctica. Así es como somos hechos uno con Cristo. La experiencia débil y enfermiza se vuelve fuerte. Significa la vida eterna para nosotros, si mantenemos nuestra confianza firme desde el comienzo hasta el final. Toda verdad ha de recibirse como la vida de Jesús. Ella nos purifica de toda impureza y prepara el alma para la presencia de Jesús. Cristo, la esperanza de gloria, se forma en el interior... Es fundamental que los que aseguran guardar los mandamientos de Dios posean un conocimiento inteligente de las Escrituras. De ese modo aprendemos a negar el yo y a ser estrictamente honestos con Dios al usar sus beneficios. A fin de que pudiéramos comprender la voluntad divina, Dios nos dio la Biblia. No podemos obedecer sus mandamientos antes que sepamos que existen. Los padres no tienen excusa si fracasan en obtener una comprensión clara de la voluntad de Dios para poder obedecer las leyes del reino. Sólo así pueden guiar a sus hijos al cielo. Mis hermanos y hermanas, es deber de ustedes conocer los requerimientos de Dios. ¿Cómo pueden educar a sus hijos en las cosas de Dios, a menos que sepan primeramente qué está bien y qué está mal, a menos que se den cuenta de que la obediencia significa vida eterna y la desobediencia muerte eterna? Comprender la voluntad de Dios debe ser la tarea de nuestra vida. Solamente al hacer esto podremos instruir a nuestros hijos correctamente. Cada palabra y acción de ustedes ha de estar de acuerdo con la voluntad del Señor, independientemente de las opiniones y prácticas de quienes rehúsan obedecer a Dios.
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Conflicto y Valor


Conflicto y Valor
¿Qué me falta? 20 de octubre Un hombre principal le preguntó, diciendo: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Lucas 18:18. https://ift.tt/IVGtLKO Al joven que preguntó a Jesús qué debía hacer para poder tener la vida eterna, se le contestó: “Guarda los mandamientos”.—Testimonies for the Church 4:219. El carácter de Dios está expresado en su ley; y para que estés en armonía con Dios, los principios de su ley deben ser la misma fuente de cada acción tuya... A las palabras: “Guarda los mandamientos”, el joven respondió: “¿Cuáles?”... Cristo estaba hablando de la ley dada desde el Sinaí. Mencionó varios mandamientos de la segunda tabla del Decálogo... El joven respondió sin vacilación: “Todo esto guardé desde mi juventud: ¿qué más me falta?” Su concepción de la ley era externa y superficial. Juzgado por una norma humana, él había conservado un carácter intachable. En alto grado, su vida externa había estado libre de culpa; ciertamente pensaba que su obediencia había sido sin defecto. Sin embargo, tenía un secreto temor de que no estuviera todo bien entre su alma y Dios. Esto fue lo que lo indujo a preguntar: “¿Qué más me falta?” “Si quieres ser perfecto—dícele Jesús—, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. Y oyendo el mancebo esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones”. El que se ama a sí mismo es un transgresor de la ley. Jesús deseaba revelarle esto al joven, y le dio una prueba que pondría de manifiesto el egoísmo de su corazón. Le mostró la mancha de su carácter. El joven no deseaba mayor iluminación. Había acariciado un ídolo en el alma; el mundo era su dios. Profesaba haber guardado los mandamientos, pero carecía del principio que es el mismo espíritu y la vida de todos ellos. No tenía un verdadero amor a Dios o al hombre. Esto significaba la carencia de algo que lo calificaría para entrar en el reino de los cielos. En su amor a sí mismo y a las ganancias mundanales estaba en desacuerdo con los principios del cielo. Palabras de Vida del Gran Maestro, 373-375.
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A Fin de Conocerle


A Fin de Conocerle
La ley de Dios en el corazón, 20 de octubre https://ift.tt/dZfSDQK Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y seré a ellos por Dios y ellos me serán a mí por pueblo. Hebreos 8:10. Las bendiciones del nuevo pacto se basan únicamente en la misericordia manifestada en el perdón de la injusticia y el pecado. El Señor especifica: “Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades”. Hebreos 8:12. Todos los que se humillan de corazón, confesando sus pecados, hallarán misericordia, gracia y seguridad. ¿Ha dejado Dios de ser justo al manifestar misericordia con los pecadores? ¿Ha deshonrado su santa ley, y pasará, por lo tanto, por encima de ella? Dios es fiel. No cambia. Las condiciones de la salvación siguen siendo las mismas. La vida, la vida eterna, es para todos los que obedecen la ley de Dios. La perfecta obediencia, manifestada en pensamiento, palabra y obra, es ahora tan esencial como cuando el intérprete de la ley dijo: “Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?” Jesús le contestó: “¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees? ... haz esto y vivirás”. Lucas 10:25-28. Bajo el nuevo pacto, las condiciones por las que se puede obtener la vida eterna son las mismas que bajo el antiguo: una obediencia perfecta. Bajo el antiguo pacto, había muchas ofensas de carácter insolente y atrevido para las que no había un sacrificio especificado por la ley. En el nuevo y mejor pacto, Cristo ha satisfecho la ley en lugar de los transgresores de la ley, si ellos quieren recibirlo por fe como un Salvador personal. ... Misericordia y perdón son las recompensas de todos los que acuden a Cristo confiando en sus méritos para que les quite los pecados. En el mejor pacto, somos limpiados del pecado por la sangre de Cristo. ... El pecador es incapaz de expiar un solo pecado. El poder está en el don gratuito de Cristo, una promesa apreciada únicamente por los que se percatan de sus pecados y los olvidan poniendo su alma desvalida sobre Cristo.—Carta 276, 1904.
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¡Maranata: El Senor Viene!


¡Maranata: El Senor Viene!
Misterios de la resurrección, 20 de octubre Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios; al cual veré por mí mismo, y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mi corazón desfallece dentro de mí. Job 19:25-27. https://ift.tt/zR3JGZM Nuestra identidad personal es preservada en la resurrección, si bien no saldrán de la tumba las mismas partículas de materia. La obra asombrosa de Dios es misterio para el hombre. El espíritu, el carácter del hombre, retorna a Dios donde se lo preserva. En la resurrección cada hombre tendrá su propio carácter. A su debido tiempo Dios llamará a los muertos, dándoles otra vez el aliento de vida, y ordenará a los huesos secos que vivan. Surgirá la misma forma, pero libre de enfermedad y todo defecto. Volverá a vivir llevando sus mismos rasgos individuales, de tal manera que los amigos se reconocerán. No hay ley de Dios en la naturaleza que indique que el Señor va a volver a reunir las mismas partículas de materia que compusieron el cuerpo antes de la muerte. Dios dará a los justos muertos un cuerpo conforme a su beneplácito. Pablo ilustra este hecho con la semilla sembrada en el campo. La semilla plantada muere, pero allí surge una nueva semilla. La sustancia natural del grano que muere nunca más vuelve a surgir como antes, pero Dios le da el cuerpo que él quiere. El cuerpo humano se compondrá entonces del material más escogido, por cuanto es una nueva creación, un nuevo nacimiento. Se siembra un cuerpo natural, resucita un cuerpo espiritual.55The S.D.A. Bible Commentary 6:1093. [El creyente] puede morir, como Cristo murió, pero la vida del Salvador está en él. Su vida está escondida con Cristo en Dios. “Yo he venido para que tengan vida” dijo Jesús, “y para que la tengan en abundancia”. Juan 10:10. El desarrolla el gran proceso mediante el cual los creyentes son hechos uno con él en la vida presente, para que sean uno con él a través de la eternidad... En el día final los resucitará como partes de sí mismo... Cristo llegó a ser uno con nosotros a fin de que nosotros lleguemos a ser uno con él en divinidad.56The Review and Herald, 18-6-1901.
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Sabbath School


Sabbath School
Sunday, October 20 El testimonio de Juan el Bautista Comentarios Elena G.W https://ift.tt/R9vIiNE Había una gran obra designada para el profeta Juan, pero no había ninguna escuela en la tierra a la cual pudiera asistir. Debía adquirir su conocimiento lejos de las ciudades, en el desierto. Las Escrituras del Antiguo Testamento, Dios y la naturaleza que él había creado debían ser sus libros de estudio. Dios estaba capacitando a Juan para su obra de preparar el camino del Señor. Su alimento era simplemente langostas y miel silvestre. Las costumbres y las prácticas de los hombres no debían ser la educación de este hombre. La preocupación por lo mundano no debía afectar en nada la formación de su carácter… Él buscaba el favor de Dios, y el Espíritu Santo descansaba sobre él, y encendió en su corazón un ardiente celo de hacer la gran obra de llamar a la gente al arrepentimiento y a una vida más elevada y más santa. Juan se estaba capacitando mediante las privaciones y las dificultades para disciplinar de tal manera todas sus facultades físicas y mentales, que pudiera sostenerse entre las gentes tan inconmovible frente a las circunstancias como las rocas y montañas del desierto qué lo habían rodeado durante treinta años (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 5, p. 1090). La niñez, juventud y edad adulta de Juan se caracterizaron por la firmeza y la fuerza moral. Cuando su voz se oyó en el desierto diciendo: “Aparejad el camino del Señor, enderezad sus veredas”. Mateo 3:3. Satanás temió por la seguridad de su reino. El carácter pecaminoso del pecado se reveló de tal manera que los hombres temblaron. Quedó quebrantado el poder que Satanás había ejercido sobre muchos que habían estado bajo su dominio. Había sido incansable en sus esfuerzos para apartar al Bautista de una vida de entrega a Dios sin reserva; pero había fracasado. No había logrado vencer a Jesús. En la tentación del desierto, Satanás había sido derrotado, y su ira era grande. Resolvió causar pesar a Cristo hiriendo a Juan. Iba a hacer sufrir a Aquel a quien no podía inducir a pecar (El Deseado de todas las gentes, pp. 195, 196). El testimonio de Juan había sido positivo, había sido dado con poder, en la demostración del Espíritu. Había dado testimonio de lo que sus ojos habían visto, de lo que sus oídos habían oído, de lo que sus manos habían tocado, de la palabra de vida. Jesús dijo: “Otro es el que da testimonio acerca de mí, y sé que el testimonio que da de mí es verdadero”. Los escribas y fariseos habían creído entonces las palabras de Juan, pero el orgullo y la incredulidad obraron en sus corazones según la disposición de Satanás, y se manifestaron la envidia, los celos y el odio franco contra Cristo. Jesús dijo a sus discípulos: “Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado… Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado… Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí” (The Signs of the Times, 13 de noviembre, 1893, párrafo 4).
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Entrada destacada

¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374