El Cristo Triunfante


Siempre hay luz entre las tinieblas, 3 de octubre https://ift.tt/dtTJ5op “Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella”. Mateo 28:2. Si después de la crucifixión y sepultura, los discípulos, en vez de dar lugar a su dolor, hubieran repasado detenidamente lo que Cristo les había dicho a fin de prepararlos para esta ocasión, habrían visto una luz en medio de las tinieblas. No habrían caído en semejante desfallecimiento y abatimiento. Hubo un gran terremoto antes que nadie llegara al sepulcro. El ángel más poderoso del cielo, el que ocupaba el lugar del cual cayó Satanás, recibió su orden del Padre y, revestido con la panoplia del cielo, quitó las tinieblas de su camino. Su rostro era como un relámpago y sus vestidos blancos como la nieve. Tan pronto como sus pies tocaron la tierra ésta tembló bajo su pisada. Los guardias romanos estaban cumpliendo con su cansadora vigilia cuando sucedió esta maravillosa escena, y se les dio fuerza para que soportaran el espectáculo, pues tenían que dar un mensaje como testigos de la resurrección de Cristo. El ángel se aproximó a la tumba, apartó la piedra como si hubiera sido un guijarro, y se sentó sobre ella. La luz del cielo rodeó la tumba y todo el cielo fue iluminado con la gloria de los ángeles. Entonces se oyó su voz: “Tu Padre te llama; sal fuera”. Y Jesús salió de la tumba con el paso de un Conquistador poderoso. Se produjo entonces un estallido de triunfo, pues la familia celestial lo estaba esperando para recibirlo. Y aquel ángel poderoso, seguido por el ejército del cielo, se inclinó ante él para adorarlo mientras Jesús, como el Monarca del cielo, proclamaba sobre la tumba de José: “Yo soy la resurrección y la vida”. Cuando Cristo en la cruz exclamó: “Consumado es”, se produjo un terremoto que abrió las tumbas de muchos santos y fieles que habían dado testimonio en contra de toda obra malvada y habían enaltecido al Señor Dios de los ejércitos. Ahora, cuando el Dador de la vida salía del sepulcro proclamando: “Yo soy la resurrección y la vida”, convocó a estos santos a salir de sus tumbas. Éstos, mientras vivieron, dieron un testimonio inquebrantable en favor de la verdad. Y ahora, nuevamente, habrían de ser testigos de Aquel que los había levantado de los muertos. El Señor dijo: Éstos ya no serán cautivos de Satanás. Los he redimido y los he sacado de la tumba como los primeros frutos de la manifestación de mi poder; para que estén donde yo estoy y para que nunca experimenten aflicción ni vean más muerte.—Manuscrito 115, 1897.

A Fin de Conocerle


Músculo y fibra espirituales, 3 de octubre https://ift.tt/7gh4Hez Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. Santiago 1:12. En tiempo de tentación, pareciera que perdemos de vista el hecho de que Dios nos prueba para demostrar la calidad de nuestra fe, y para que a la venida de Jesús podamos tributarle alabanza, honor y gloria. El Señor nos coloca en diferentes situaciones para desarrollarnos. Si tenemos defectos de carácter que no conocemos, nos disciplina para que veamos esos defectos y podamos vencerlos. El ha dispuesto que nos encontremos en diferentes circunstancias para que hagamos frente a diversas tentaciones. Cuántas veces, cuando nos encontramos en una situación difícil, pensamos: “Este es un error pasmoso. Cómo quisiera haber quedado donde estaba antes”. ¿Pero por qué no estáis satisfechos? Se debe a que esa circunstancia particular ha servido para mostraros nuevos defectos de vuestro carácter. ... ¿Qué haréis cuando sois probados por designio del Señor? Debéis hacer frente a la emergencia y vencer vuestros defectos de carácter. El contacto con las dificultades os dará músculo y fibra espirituales. Os haréis fuertes en Cristo, si soportáis el proceso probatorio. ... Cuando vengan las pruebas, recordad que sois espectáculo ante los ángeles y los hombres, y que cada vez que fracasáis en soportar la prueba del Señor, estáis perdiendo vuestra fortaleza espiritual. Dejad de lamentaros, llevad vuestra carga a Jesús y abrid toda vuestra alma a su influencia. No confiéis en terceras personas. No pongáis vuestra carga sobre la humanidad. Decid: “No complaceré al enemigo murmurando. Pondré mis preocupaciones a los pies de Jesús. Confiaré en él por fe”. Si lo hacéis así, recibiréis ayuda de arriba y comprenderéis el cumplimiento de la promesa: “Porque está a mi diestra, no seré conmovido”. Salmos 16:8.—The Review and Herald, 6 de agosto de 1889.

¡Maranata: El Senor Viene!


Una ilustración gráfica de la séptima plaga, 3 de octubre https://ift.tt/bH8Ge4n ¿Has visto los tesoros del granizo, que tengo reservados para el tiempo de angustia? Job 38:22, 23. Byron Belden, Sarah Belden y la Hna. May Lacey me acompañaron a la reunión que tuvimos en Prospect [sur de Australia]... Cuando salimos de la casa [donde se había celebrado la reunión] notamos que se acercaba la tormenta... y echamos a correr con nuestros caballos tan rápidamente como podíamos. Cuando estábamos por llegar a casa, la tempestad se desató con toda su furia. Comenzó a caer granizo de gran tamaño... El granizo espantó a la yegua porque la golpeaba con fuerza terrible. Dije entonces: “Byron, desciende pronto... Acércate a la cabeza [de la yegua] y háblale. Los caballos deben saber que no eres tú quien los castiga”. Al oír esto, bajó en seguida. Yo añadí: “May Lacey y Sara, salgan”. Lo hicieron... Yo salí a continuación; May y Sara me ayudaron... El viento soplaba con tal fuerza que nos arrancó los sombreros de la cabeza y se llevó los almohadones del coche. Los pesados cojines del carruaje, los paraguas, y las espesas mantas de viaje cayeron al suelo y volaban en todas las direcciones... ¡Qué escena! La Hna. Belden, May Lacey y yo llegamos a casa sin sombrero... Byron estaba con la pobre potranca aterrorizada... Sólo pudimos elevar nuestro corazón a Dios en procura de ayuda... Este es el incidente más tremendo que he tenido alguna vez en un carruaje en medio de la tormenta... Pensé en el día cuando los juicios de Dios caigan sobre el mundo; cuando la negrura y horribles tinieblas envuelvan los cielos como un saco de cilicio... Mi imaginación preveía lo que será ese momento cuando la poderosa voz del Señor ordene a sus ángeles: “Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios”. Apocalipsis 16:1... El Señor saldrá para castigar a los habitantes de la tierra por su iniquidad, y la tierra descubrirá sus sangres y no ocultará más a sus muertos... Cuando las plagas de Dios caigan sobre la tierra, caerá granizo sobre los impíos del peso de un talento...10Manuscrito 59, 1895.

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Una ilustración gráfica de la séptima plaga, 3 de octubre https://ift.tt/bH8Ge4n ¿Has visto los tesoros del granizo, que tengo reservados para el tiempo de angustia? Job 38:22, 23. Byron Belden, Sarah Belden y la Hna. May Lacey me acompañaron a la reunión que tuvimos en Prospect [sur de Australia]... Cuando salimos de la casa [donde se había celebrado la reunión] notamos que se acercaba la tormenta... y echamos a correr con nuestros caballos tan rápidamente como podíamos. Cuando estábamos por llegar a casa, la tempestad se desató con toda su furia. Comenzó a caer granizo de gran tamaño... El granizo espantó a la yegua porque la golpeaba con fuerza terrible. Dije entonces: “Byron, desciende pronto... Acércate a la cabeza [de la yegua] y háblale. Los caballos deben saber que no eres tú quien los castiga”. Al oír esto, bajó en seguida. Yo añadí: “May Lacey y Sara, salgan”. Lo hicieron... Yo salí a continuación; May y Sara me ayudaron... El viento soplaba con tal fuerza que nos arrancó los sombreros de la cabeza y se llevó los almohadones del coche. Los pesados cojines del carruaje, los paraguas, y las espesas mantas de viaje cayeron al suelo y volaban en todas las direcciones... ¡Qué escena! La Hna. Belden, May Lacey y yo llegamos a casa sin sombrero... Byron estaba con la pobre potranca aterrorizada... Sólo pudimos elevar nuestro corazón a Dios en procura de ayuda... Este es el incidente más tremendo que he tenido alguna vez en un carruaje en medio de la tormenta... Pensé en el día cuando los juicios de Dios caigan sobre el mundo; cuando la negrura y horribles tinieblas envuelvan los cielos como un saco de cilicio... Mi imaginación preveía lo que será ese momento cuando la poderosa voz del Señor ordene a sus ángeles: “Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios”. Apocalipsis 16:1... El Señor saldrá para castigar a los habitantes de la tierra por su iniquidad, y la tierra descubrirá sus sangres y no ocultará más a sus muertos... Cuando las plagas de Dios caigan sobre la tierra, caerá granizo sobre los impíos del peso de un talento...10Manuscrito 59, 1895.
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Sabbath School


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Comentarios Elena G.W para la Escuela Sabática https://ift.tt/7Xy58OZ Desde los días de la eternidad, el Señor Jesucristo era uno con el Padre; era “la imagen de Dios,” la imagen de su grandeza y majestad, “el resplandor de su gloria.” Vino a nuestro mundo para manifestar esta gloria. Vino a esta tierra obscurecida por el pecado para revelar la luz del amor de Dios, para ser “Dios con nosotros.” Por lo tanto, fue profetizado de él: “Y será llamado su nombre Emmanuel”. Al venir a morar con nosotros, Jesús iba a revelar a Dios tanto a los hombres como a los ángeles. Él era la Palabra de Dios: el pensamiento de Dios hecho audible. En su oración por sus discípulos, dice: “Yo les he manifestado tu nombre” —“misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en benignidad y verdad”—, “para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos” (El Deseado de todas las gentes, p. 11). Fue la [de Cristo] una vida de abnegación y preocupación por los demás. Toda alma era preciosa a sus ojos. A la vez que se condujo siempre con dignidad divina, se inclinaba con la más tierna consideración sobre cada uno de los miembros de la familia de Dios. En todos los hombres veía almas caídas a quienes era su misión salvar. Tal fue el carácter que Cristo reveló en su vida. Tal es el carácter de Dios. Del corazón del Padre es de donde manan para todos los hijos de los hombres los ríos de la compasión divina, demostrada por Cristo. Jesús, el tierno y piadoso Salvador, era Dios “manifestado en la carne”. 1 Timothy 3:16… Pero este gran sacrificio [de Cristo] no fue hecho para crear amor en el corazón del Padre hacia el hombre, ni para moverle a salvarnos. ¡No! ¡No! “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito”. Juan 3:16. Si el Padre nos ama no es a causa de la gran propiciación, sino que él proveyó la propiciación porque nos ama. Cristo fue el medio por el cual el Padre pudo derramar su amor infinito sobre un mundo caído. “Dios estaba en Cristo, reconciliando consigo mismo al mundo”. 2 Corintios 5:19. Dios sufrió con su Hijo. En la agonía del Getsemaní, en la muerte del Calvario, el corazón del Amor infinito pagó el precio de nuestra redención (El camino a Cristo, pp. 12-14). Ahora es el momento de ponerse decididamente de parte de la verdad; y siendo que Dios ha dado a cada uno su medida de influencia, es deber de cada uno ejercerla para gloria de Dios y para bien de sus semejantes. Ninguno de los mayordomos de Cristo permanecerá ocioso en un tiempo como el presente, o se contentará simplemente con vivir para sí. Los que están en comunión con Cristo se darán cuenta de que hay almas a cada paso que pueden beneficiarse mediante su ayuda, su ejemplo, y su influencia Se darán cuenta de que pueden ser agentes mediante los cuales Jesús obrará para salvar a aquellos por los que murió (Sons and Daughters of God, p. 269; parcialmente en Hijos e hijas de Dios, p. 271).
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Entrada destacada

¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374