¿Gigantes o enanos espirituales?


¿Gigantes o enanos espirituales? 14 de febrero

Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. 2 Corintios 7:1. MSV76 51.1
El Señor reprende y corrige a los que profesan observar su ley. Señala sus pecados y presenta su iniquidad, porque desea separar de ellos todo pecado y perversidad, a fin de que perfeccionen la santidad en su temor, y estén preparados para morir en el Señor, o ser trasladados al cielo. Dios los reprende y corrige, a fin de que sean refinados, santificados, elevados, y finalmente exaltados a su propio trono.18Joyas de los Testimonios 261. MSV76 51.2
Dios no aceptará nada que no sea pureza y santidad; una mancha, una arruga, un defecto de carácter, nos apartarán del cielo para siempre, con todas sus glorias y sus tesoros.19Testimonies for the Church 2:453. MSV76 51.3
La mayoría de los que profesan ser cristianos no tienen idea de la fuerza espiritual que podrían tener si fuesen tan ambiciosos, celosos y perseverantes para alcanzar el conocimiento de las cosas divinas como lo son para obtener las miserables y perecederas cosas de esta vida. Las masas que profesan ser cristianas se satisfacen con su condición de enanos espirituales. No están dispuestas a buscar primeramente el reino de Dios y su justicia; de ahí que la piedad sea para ellas un misterio oculto e incomprensible. No conocen a Cristo por experiencia.20Joyas de los Testimonios 1:242. MSV76 51.4
Se ha hecho amplia provisión para todos los que sincera, ferviente y meditativamente se dedican a la tarea de perfeccionar la santidad en el temor de Dios. Fuerza, gracia y gloria han sido provistas por medio de Cristo, para que los ángeles ministradores las lleven a los herederos de la salvación. Nadie es tan miserable, corrompido y vil, que no pueda encontrar en Jesús, que murió por él, fortaleza, pureza y justicia, si quiere abandonar sus pecados, dejar la senda de la iniquidad y volverse con plena decisión del corazón al Dios viviente. Espera para quitarles sus vestiduras, manchadas y contaminadas por el pecado, para revestirlos de las blancas y resplandecientes túnicas de justicia; y los intima a vivir, no a morir. En él pueden florecer. Sus ramas no se secarán ni serán infructíferas. Si moran en él, podrán extraer savia y nutrición de él, e imbuidos de su espíritu, caminar como él anduvo, vencer como él venció, y ser exaltados a su diestra.21Testimonies for the Church 2:453, 454. MSV76 51.5

La obediencia trae paz y felicidad


La obediencia trae paz y felicidad, 14 de febrero

Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Filipenses 2:8. SSJ 51.1
Ante los creyentes se presenta la maravillosa posibilidad de llegar a ser semejantes a Cristo, obedientes a todos los principios de la ley de Dios. Pero por nosotros mismos somos absolutamente incapaces de alcanzar esas condiciones. Todo lo que es bueno en los seres humanos viene por medio de Cristo. La santidad, que según la Palabra de Dios debemos poseer antes de poder ser salvos, es el resultado del trabajo de la gracia divina sobre los que se someten en obediencia a la disciplina y a las influencias refrenadoras del Espíritu de verdad. SSJ 51.2
La obediencia de la humanidad puede ser hecha perfecta únicamente por medio del incienso de la justicia de Cristo, que llena con fragancia divina cada acto de acatamiento. La parte que le toca a cada cristiano es perseverar en la lucha por vencer cada falta. Constantemente deben orar al Salvador para que sane las dolencias de su alma enferma. No tienen la sabiduría y la fuerza sin la cual los mortales no pueden vencer; ellas vienen del Señor, y él las confiere a los que en humillación y contrición buscan su ayuda... SSJ 51.3
La razón por la que muchos que una vez conocieron y amaron al Salvador están ahora en tinieblas, vagando muy lejos de él, es porque en la confianza de sí mismos y con autosuficiencia han seguido sus propias inclinaciones. No caminaron en el camino del Señor, que es el único camino de paz y felicidad. Por causa de la desobediencia se aislaron del todo de recibir sus bendiciones, cuando por medio de la obediencia podrían haber ido adelante en su fuerza. SSJ 51.4
La evidencia más amplia concedida por Dios de que desea la salvación de todos, será la condenación de los que rechacen el don del Cielo. En el último gran día, cuando todos sean recompensados o castigados de acuerdo con su obediencia o desobediencia, la cruz del Calvario aparecerá claramente ante los que se hallen frente al Juez de toda la tierra para recibir la sentencia eterna. Se los capacitó para que comprendieran algo del amor que Dios ha expresado por los seres humanos caídos. Ven cuán grandemente ha sido deshonrado por los que continuaron en la transgresión, escogiendo ponerse junto a Satanás y manifestando menosprecio por la ley de Jehová. Ven que la obediencia a esa ley les hubiera traído vida y salud, prosperidad y el bien terno.—The Review and Herald, 15 de marzo de 1906. Ver Los Hechos de los Apóstoles, 428. SSJ 51.5

La verdad debe ser practicada en la vida


La verdad debe ser practicada en la vida, 14 de febrero

Nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. 1 Juan 3:7. RJ 51.1
Los que están esperando la revelación de Cristo en las nubes del cielo con poder y gran gloria, como Rey de reyes y Señor de señores, buscarán representarlo ante el mundo en su vida y carácter. “Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo así como él es puro”. 1 Juan 3:3. Odiarán el pecado y la iniquidad, así como Cristo odió al pecado. Guardarán los mandamientos de Dios, como Cristo guardó los mandamientos de su Padre. Serán conscientes de que no es suficiente estar de acuerdo con las doctrinas de verdad, sino que la verdad debe ser aplicada al corazón, practicada en la vida, a fin de que los seguidores de Cristo puedan ser uno con El, y que los hombres puedan ser tan puros en su esfera como Dios lo es en la suya. Ha habido hombres en toda generación que han declarado ser hijos de Dios, que pagaban el diezmo de la menta y el eneldo y el comino, y sin embargo llevaban una vida impía, porque descuidaban los asuntos más importantes de la ley: la misericordia, la justicia y el amor de Dios... RJ 51.2
Los hijos de Dios no serán como los del mundo; porque la verdad recibida en el corazón será el medio de purificar el alma, de transformar el carácter, y de hacer que su receptor sea de una mente semejante a la de Dios. A menos que un hombre llegue a tener una mente semejante a la de Dios, todavía está en su natural depravación. Si Cristo está en el corazón, aparecerá en el hogar, en el taller, en el mercado, en la iglesia. El poder de la verdad será percibido porque elevará y ennoblecerá la mente y suavizará y subyugará el corazón, llevando a todo el ser humano a la armonía con Dios. El que es transformado por la verdad derramará una luz sobre el mundo. El que tiene la esperanza de Cristo se purifica a sí mismo, así como El es puro. La esperanza de la venida de Cristo es una gran esperanza, una esperanza con consecuencias de gran alcance. Es la esperanza de ver el Rey en su hermosura, y de ser hecho semejante a El. RJ 51.3
El que habita en Cristo es perfeccionado en el amor de Dios, y sus propósitos, pensamientos, palabras y acciones están en armonía con la voluntad de Dios expresada en los mandamientos de su ley. No hay nada en el corazón del hombre que habita en Cristo que esté en conflicto con algún precepto de la ley de Dios. Donde el Espíritu de Cristo está en el corazón, se revelará el carácter de Cristo, y allí se manifestará cortesía ante la provocación y paciencia ante la prueba. “Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo”. La justicia puede ser definida sólo por la gran norma moral de Dios, los Diez Mandamientos. No hay otra regla por la cual se pueda medir el carácter.—The Signs of the Times, 20 de junio de 1895. RJ 51.4

Transformación de los gustos


Transformación de los gustos, 14 de febrero

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos. Efesios 4:22. RP 55.1
Juan dijo: “La luz—Cristo—en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella... Mas a todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”. Juan 1:5, 12, 13. La razón por la cual el mundo incrédulo no será salvo está en que no desea ser iluminado. La antigua naturaleza nacida de sangre y de los deseos de la carne, no puede heredar el reino de Dios. La desusada manera de ser, las tendencias heredadas y los hábitos cultivados deben abandonarse, de lo contrario, no seremos objetos de la gracia. El nuevo nacimiento consiste en tener nuevos motivos, otros gustos y tendencias diferentes. RP 55.2
Mediante el Espíritu Santo, todos los que sean engendrados para una nueva vida llegarán a ser participantes de la naturaleza divina, y manifestarán su relación con Cristo en todos sus hábitos y prácticas. El que pretende ser cristiano y mantiene sus propensiones y defectos de carácter, ¿en qué se diferencia de los mundanos? Si no aprecia la verdad que refina y santifica, no ha nacido de nuevo... RP 55.3
Nadie imagine que su manera de ser no necesita un cambio. Los que piensan de este modo, no están en condiciones de incorporarse a la obra de Dios, porque no sienten la necesidad de procurar constantemente alcanzar normas más elevadas y realizar continuos avances. Nadie puede estar seguro, a menos que desconfíe de sí mismo y fije continuamente su atención en la palabra de Dios, estudiándola con un corazón dispuesto a descubrir sus propios errores, y captar cual es la voluntad de Cristo para que ella sea hecha en sí mismo, y por su intermedio, también en otros. Con sus hechos muestran que no confían en sí mismos, sino en Jesús. Sostienen y honran la verdad como sagrado tesoro capaz de santificar y refinar. Se preocupan constantemente de que sus palabras y hechos estén en armonía con esos principios. Su único temor y temblor es que algún resto del yo sea idolatrado y, de este modo, sus defectos sean imitados por otros que confían en ellos. Siempre están buscando subyugar al yo, y alejarse de todo lo que tenga vestigios de egoísmo que pueda desplazar la humildad y mansedumbre de Jesús. Miran a Cristo con el propósito de crecer en él, intentando captar su gracia y luz con el propósito de trasmitirla a otros.—The Review and Herald, 12 de abril de 1892. RP 55.4

Perfectos con la perfección de Cristo


Perfectos con la perfección de Cristo, 14 de febrero

Al que no conoció pecado, hizo pecado por nosotros, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. 2 Corintios 5:21. NEV 53.1
El perdón y la justificación, son una y la misma cosa. Mediante la fe, el creyente pasa de la posición de rebelde, de hijo del pecado y de Satanás, a la condición de súbdito leal de Cristo Jesús, no porque tenga una bondad inherente, sino porque Cristo lo recibe como su hijo, mediante la adopción. El pecador recibe el perdón de sus pecados, porque esos pecados son llevados por su sustituto y garantía. El Señor habla a su Padre celestial, y dice: “Este es mi hijo. Lo libro de la condenación de la muerte, entregándole la póliza de seguro de mi vida—vida eterna—porque yo he tomado su lugar y he sufrido por sus pecados. El es mi hijo amado”. Así el hombre, perdonado y vestido con las hermosas vestiduras de la justicia de Cristo, se presenta perfecto delante de Dios. ... NEV 53.2
Es prerrogativa del Padre perdonar nuestras transgresiones y pecados, porque Cristo ha tomado sobre sí mismo nuestras faltas y nos ha libertado, imputándonos su justicia. Su sacrificio satisface plenamente las exigencias de la justicia.—Manuscrito 21, 1891. NEV 53.3
Muchos sienten que sus faltas de carácter les hacen imposible cumplir las normas que Cristo les ha fijado. Pero todo lo que éstos tienen que hacer, es humillarse a cada paso bajo la poderosa mano de Dios; Cristo no estima al hombre por la cantidad de trabajo que hace, sino por el espíritu con el cual hace ese trabajo. NEV 53.4
Cuando ve a los hombres levantando las cargas, tratando de llevarlas con humildad de mente, desconfiando del yo y confiando en él, añade a su obra su perfección y suficiencia, y es aceptado por el Padre. Somos aceptados por el Hijo amado. Los defectos del pecador son cubiertos por la perfección y la plenitud del Señor, justicia nuestra. Los que son sinceros, y tienen corazón contrito, realizan esfuerzos humildes para vivir según los requerimientos de Dios, y ellos son considerados por el Padre con amor tierno y misericordioso; a los tales los considera hijos obedientes, y les imputa la justicia de Cristo.—Carta 4, 1889.

Hijos de Dios


Hijos de Dios, 14 de febrero

A todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. Juan 1:12. MGD 53.1
Cuando el pecado de Adán hundió a la raza en la miseria y la desesperación, Dios podría haberse separado de los caídos pecadores. Podría haber enviado a sus ángeles para que derramaran sobre nuestro mundo las copas de su ira. Podría haber hecho desaparecer esta oscura mancha del universo. Pero no lo hizo. En lugar de echarlos de su presencia, se acercó más a la raza caída. Dio a su Hijo para que llegara a ser hueso de nuestro hueso y carne de nuestra carne. “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros... lleno de gracia y de verdad”. Juan 1:14. Cristo, mediante su relación con los seres humanos, puso al hombre más cerca de Dios todavía. Revistió su naturaleza divina con el manto de la humanidad, y demostró ante el universo celestial, ante los mundos no caídos, cuánto ama Dios a los hijos de los hombres. MGD 53.2
El don de Dios en favor del hombre excede a todo cálculo. Nada se escatimó. Dios no podía permitir que se dijera que podía haber hecho algo más, que podía revelar a la humanidad un amor mayor. En el don de Cristo, dio todo el cielo.—Hijos e Hijas de Dios, 13. MGD 53.3
La filiación divina no es algo que obtenemos por nosotros mismos. Sólo a los que reciben a Cristo como su Salvador se les da la facultad de llegar a ser hijos e hijas de Dios. El pecador no puede librarse del pecado por ningún poder inherente... Pero la promesa de la filiación se brinda a todos aquellos que “creen en su nombre”. Todo el que venga a Jesús con fe, recibirá perdón.—Ibid. 14. MGD 53.4
Dios se iba a manifestar en Cristo, “reconciliando el mundo a sí”. 2 Corintios 5:19. El hombre se había envilecido tanto por el pecado que le era imposible por sí mismo ponerse en armonía con Aquel cuya naturaleza es bondad y pureza. Pero después de haber redimido al mundo de la condenación de la ley, Cristo podría impartir poder divino al esfuerzo humano. Así, mediante el arrepentimiento ante Dios y la fe en Cristo, los caídos hijos de Adán podrían convertirse nuevamente en “hijos de Dios”. 1 Juan 3:2.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 49. MGD 53.5
Cuando un alma recibe a Cristo, recibe poder para vivir la vida de Cristo.—Palabras de Vida del Gran Maestro, 298. 

La resurrección de Cristo y la nueva vida


La resurrección de Cristo y la nueva vida, 14 de febrero

El ladrón no viene sino para hurtar, y matar, y destruir: yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Juan 10:10. FV 53.1
“Su resurrección es figura y garantía de la resurrección de todos los justos muertos.”—El Deseado de Todas las Gentes, 716. FV 53.2
“El que dijo: ‘Yo pongo mi vida para volverla a tomar,’ salió de la tumba por la vida que había en él. La humanidad murió; la divinidad no muere.”—The S.D.A. Bible Commentary 5:1113. FV 53.3
“Únicamente el que es uno con Dios podía decir: ‘tengo poder para poner mi vida y tengo poder para volverla a tomar.’ En su divinidad, Cristo poseía el poder de quebrar las ligaduras de la muerte.”—El Deseado de Todas las Gentes, 716. FV 53.4
“Está investido con el derecho de dar la inmortalidad. La vida que él depuso en la humanidad, la vuelve a tomar y la da a la humanidad. ‘Yo he venido, dijo, para que tengan vida y para que la tengan en abundancia.’”—Ibid. 717. FV 53.5
Cristo es la vida. El que pasó por la muerte para destruir a aquel que tiene el imperio de la muerte es la fuente de toda vitalidad. Hay bálsamo en Galaad, y médico allí. Cristo soportó una muerte atroz bajo las circunstancias más humillantes, a fin de que tuviésemos vida. dio su preciosa vida para vencer la muerte. Pero se levantó de la tumba, y las miríadas de los ángeles que vinieron a contemplarle mientras recuperaba la vida que había depuesto, oyeron sus palabras de gozo triunfante cuando, de pie sobre la tumba abierta de José, proclamó: ‘Yo soy la resurrección y la vida.’”—Testimonios Selectos 4:320. FV 53.6
“La resurrección y la ascensión de nuestro Señor es una prueba segura del triunfo de los santos sobre la muerte y el sepulcro, y una garantía de que el cielo está abierto para los que lavan su carácter y lo emblanquecen en la sangre del Cordero.”—Testimonies for the Church 9:286. FV 53.7

La creación provee evidencia para la fe, exaltad a Jesús como el creador,


La creación provee evidencia para la fe, exaltad a Jesús como el creador, 14 de febrero

Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre. Deuteronomio 29:29. EJ 53.1
La Palabra de Dios nos ha sido dada para que sirva de lámpara a nuestros pies y de luz para nuestro camino. Las personas que le den la espalda a su Palabra y se esfuercen por descubrir los maravillosos misterios de Jehová mediante su propia filosofía ciega, tropezarán en la oscuridad. A los mortales se les ha concedido una guía por medio de la cual pueden seguir los pasos de Jehová y de su obra tan lejos como sea para su propio bien. La inspiración, al darnos a conocer la historia del diluvio, nos ha explicado misterios prodigiosos que la geología, sin la ayuda de la inspiración, jamás podría haber revelado. EJ 53.2
La obra especial de Satanás ha consistido en inducir al hombre caído a rebelarse contra el gobierno divino, y ha tenido demasiado éxito en sus esfuerzos. Se ha esforzado por oscurecer la ley de Dios, la cual es realmente muy sencilla. Ha manifestado un odio exagerado contra el cuarto mandamiento del Decálogo, porque define cómo es el Dios viviente, el Hacedor de los cielos y la tierra. La gente se aparta de los preceptos más claros de Jehová, para aceptar las fábulas infieles. EJ 53.3
El hombre ha quedado sin excusa. Dios le ha dejado suficientes evidencias sobre las cuales basar su fe, si tiene la voluntad de creer. En los últimos días la tierra se verá casi completamente destituida de la fe verdadera. La Palabra de Dios se considerará indigna de confianza bajo el menor pretexto, mientras que se aceptará el razonamiento humano, aunque éste contradiga directamente las realidades claras de la Escritura. Los hombres se esforzarán por explicar la obra de la creación como resultado de causas naturales, algo que Dios nunca ha revelado. Pero la ciencia humana no puede escudriñar los secretos del Dios del cielo ni explicar las obras estupendas de la creación, que no son sino un milagro del poder del Altísimo, como también son incapaces de explicar cómo llegó Dios a la existencia. EJ 53.4
“Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre”. Deuteronomio 29:29. Los caminos de Dios no son nuestros caminos, ni sus pensamientos nuestros pensamientos. La ciencia humana jamás podrá explicar el portento de sus obras. Dios ordenó que hombres, animales y árboles, varias veces más grandes que los que habitan la tierra en la actualidad, así como otras cosas, quedaran sepultados debajo de la tierra en ocasión del diluvio y fueran así preservados como evidencia para los seres humanos de que los habitantes del mundo perecieron mediante un diluvio. Dios decidió que el descubrimiento de estas cosas en la tierra contribuyera a establecer la fe de los hombres en la historia inspirada. Pero los seres humanos, mediante sus vanos razonamientos, utilizan equivocadamente estas cosas que Dios preparó con el fin de inducirlos a exaltarlo a él.—Spiritual Gifts 3:94-96. EJ 53.5

Vestidos de la justicia de Cristo


Vestidos de la justicia de Cristo, 14 de febrero

Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado. Romanos 4:7, 8. ELC 53.1
Bien pueden nuestros corazones volverse a nuestro Redentor con la más perfecta confianza cuando pensamos en lo que ha hecho por nosotros siendo aún pecadores. Por la fe podemos descansar en su amor. “Al que a mí viene”, él dice, “no le echo fuera”. Juan 6:37. ELC 53.2
Sería algo terrible estar delante de Dios, vestidos de ropa de pecado, con su ojo que escudriña cada secreto de nuestras vidas. Pero mediante la eficacia del sacrificio de Cristo podemos aparecer delante de Dios puros y sin mancha, habiendo sido expiados y perdonados nuestros pecados. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. 1 Juan 1:9. El pecador redimido, ataviado con las vestiduras de la justicia de Cristo, puede estar en la presencia de un Dios que odia el pecado, hecho perfecto por los méritos del Salvador.—The Review and Herald, 5 de mayo de 1910. ELC 53.3
Solamente por la fe en el nombre de Cristo puede ser salvo el pecador... La fe en Cristo no es obra de la naturaleza, sino la obra de Dios en las mentes humanas, realizada en la misma alma por el Espíritu Santo, que revela a Cristo, como Cristo reveló al Padre. La fe es la sustancia de las cosas que se esperan, la evidencia de las cosas que no se ven. Con su poder justificador y santificador, está por encima de lo que los hombres llaman ciencia. Es la ciencia de las realidades eternas. La ciencia humana a menudo es engañosa, pero esta ciencia celestial nunca induce a engaño. Es tan simple que un niño puede entenderla, y sin embargo los hombres más sabios no pueden explicarla. Es inexplicable e inconmensurable, más allá de toda expresión humana.—The Review and Herald, 3 de noviembre de 1904. ELC 53.4

Entrada destacada

¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374