Recibiréis Poder

Las visiones: diversas formas de inspiración, 6 de agosto Ciertamente no me conviene gloriarme; pero vendré a las visiones y a las revelaciones del Señor. Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. 2 Corintios 12:1, 2. https://ift.tt/rfOX1sz Puesto que frecuentemente se han hecho preguntas en cuanto al estado en que estoy durante la visión y después de que salgo de ella, diré que cuando el Señor cree oportuno dar una visión, soy llevada a la presencia de Jesús y de los ángeles y estoy completamente perdida en cuanto a las cosas terrenales. No puedo ver más allá de lo que los ángeles me señalan. Mi atención con frecuencia es dirigida a escenas que suceden en la tierra. A veces soy llevada muy lejos en lo futuro, y se me muestra lo que ha de suceder. Luego otra vez se me muestran cosas que han ocurrido en lo pasado. Después de que salgo de la visión, no recuerdo inmediatamente todo lo que he visto y el asunto no es tan claro delante de mí hasta que escribo. Entonces la escena surge delante de mí como fue presentada en visión y puedo escribir con libertad. A veces las cosas que he visto están ocultas de mí después que salgo de la visión y no puedo recordarlas hasta que soy llevada delante de una congregación donde se aplica la visión. Entonces vienen con fuerza a mi mente las cosas que he visto. Dependo del Espíritu del Señor tanto para relatar o escribir una visión como para tenerla. Es imposible que yo recuerde cosas que me han sido mostradas a menos que el Señor las haga surgir delante de mí en el momento que a él le place que yo las relate o escriba... Aunque dependo del Espíritu del Señor tanto para escribir mis visiones como para recibirlas, sin embargo las palabras que empleo para describir lo que he visto son mías, a menos que sean las que me habló un ángel, las que siempre incluyo entre comillas.—Mensajes Selectos 1:41, 42.
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Hijos e Hijas de Dios

Purificados por su sangre, 6 de agosto La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. 1 Juan 1:7. https://ift.tt/QqIRKFz Algunos hablan de la época judaica como un período sin Cristo, sin misericordia ni gracia. A los tales se aplican las palabras que Cristo dirigió a los saduceos: “Erráis ignorando las Escrituras, y el poder de Dios”. Durante el período de la dispensación judaica se manifestó maravillosamente el poder divino. Tan gloriosa era la revelación de su presencia que no podía soportarla el hombre mortal. Moisés, tan exaltadamente favorecido por Dios, llegó a exclamar: “Estoy asombrado y temblando”. Pero Dios lo fortaleció para resistir su excelente gloria, y trajo del monte un reflejo de ella en su rostro, de manera que la gente no podía mirarlo de frente, sino que se veía en la obligación de apartarse de él... Se les prohibía a los israelitas comer la grasa y la sangre... Esta ley se refería no solamente a las bestias o a los animales destinados al sacrificio, sino a cualquier animal que se empleara como alimento. Esta ley debía grabar en ellos el hecho de que si no hubiera existido el pecado, no hubiera habido tampoco derramamiento de sangre... La sangre del Hijo de Dios era simbolizada por la de las víctimas inmoladas, y Dios quería que tuvieran ideas claras y definidas para distinguir entre lo sagrado y lo común. La sangre era sagrada, porque sólo mediante el derramamiento de la del Hijo de Dios podía haber expiación por el pecado. También se empleaba la sangre para purificar el santuario de los pecados del pueblo, para representar de este modo el hecho de que la sangre de Cristo únicamente puede purificar del pecado.—The Signs of the Times, 15 de julio de 1880.
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Dios nos Cuida

Las bendiciones producto de la obediencia, 6 de agosto El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón. Salmos 40:8. https://ift.tt/UPQfCup ¡Qué Dios es el nuestro! El gobierna sobre su reino con diligencia y cuidado; y en derredor de sus súbditos ha erigido una valla: los Diez Mandamientos, para preservarlos de los resultados de la transgresión. Al requerir que se obedezcan las leyes de su reino, Dios da a su pueblo salud y felicidad, paz y gozo. Les enseña que la perfección del carácter que él desea puede alcanzarse únicamente familiarizándose con su Palabra. El verdadero buscador, que lucha para ser semejante a Jesús en palabra, vida y carácter, contemplará a su Redentor y, al observarlo, será transformado a su imagen, porque anhela tener la misma disposición y la misma mente que hubo en Cristo Jesús... Tiene anhelos de Dios. La historia de su Redentor, el inconmensurable sacrificio que él realizó, llega a estar pleno de significado para él. Cristo, la majestad del cielo, se hizo pobre, para que nosotros, por su pobreza, llegáramos a ser ricos; no ricos solamente en dotes, sino ricos en logros. Estas son las riquezas que Cristo fervientemente anhela que sus seguidores posean. Cuando el verdadero buscador de la verdad lee la Palabra y abre su mente para recibir la Palabra, anhela la verdad con todo su corazón. El amor, la piedad, la ternura, la cortesía, la amabilidad cristiana, que serán los elementos característicos de las mansiones celestiales que Cristo ha ido a preparar para los que le aman, toman posesión de su alma. Su propósito es firme. Está determinado a colocarse del lado de la justicia. La verdad se ha abierto camino a su corazón, y está implantada allí por el Espíritu Santo, quien es la verdad. Cuando la verdad toma posesión del corazón, el hombre da una evidencia segura de esto convirtiéndose en un mayordomo de la gracia de Cristo. Cada mayordomo tiene su propia obra específica que debe hacer para promover el reino de Dios... Los talentos del habla, la memoria, la influencia, las propiedades, deben amontonarse para la gloria de Dios y la promoción de su reino. El bendecirá el uso debido de esos dones.
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Cada Día con Dios

Aprendamos de los errores de los demás, 6 de agosto Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. 1 Corintios 10:11. https://ift.tt/QAJ8PKC Dios ha conservado un registro que pone de relieve su trato con su pueblo a través de los siglos, y que muestra también sus errores, su infidelidad, su afán de supremacía, su exaltación propia y la manera como el Señor obró para contrarrestar los peligrosos planes que formulaba. Este registro ha sido conservado cuidadosamente para la admonición, la corrección y la dirección del pueblo de Dios de generación en generación. Su pueblo, que vive en esta época, a quien los fines de los siglos han alcanzado, recibe la amonestación de estar alerta y a arrepentirse. La incerticumbre y lo breve de la vida humana deberían inducirnos a meditar solemne y seriamente. Necesitamos arrepentirnos y convertirnos, necesitamos tener en cuenta la eternidad, poner nuestros afectos en las cosas de arriba, no en las que perecen por el uso, sino buscar las riquezas que duran para siempre, la justicia imperecedera. Dios invita a todos los que pretender estar a su servicio que se aseguren de su vocación y elección. Muchos de nosotros, pronto, vamos a cerrar las cuentas en este mundo. Pero la misericordia y la gracia de Dios para su iglesia durarán para siempre. Como mayordomos de su gracia, trabajemos por las almas como quienes tenemos que dar cuenta. Hay multitudes abandonadas. Multitudes recibirán salvación gracias a la abnegación y el sacrificio propio de los fieles obreros de Dios. Cristo acepta y entra en comunión con los más humildes. Acepta a los hombres, no por sus capacidades o elocuencia, sino porque buscan su rostro y anhelan su ayuda. Su Espíritu, que obra en el corazón, impulsa toda facultad a una acción vigorosa. En esas personas modestas el Señor ve material sumamente precioso, que resistirá las tormentas y las tempestades, el calor y la presión... Hay verdadero honor entre los que albergan el amor de Dios en sus corazones. El propósito de nuestra labor en favor del Maestro debería ser que su nombre fuera glorificado mediante la conversión de los pecadores. Los que trabajan para obtener aplausos no reciben la aprobación de Dios. El Señor espera que sus siervos obren por motivos diferentes...—Carta 109, del 6 de agosto de 1901, dirigida a un presidente de asociación.
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Alza tus Ojos

Escrito para nuestra admonición, 6 de agosto Oíd otra parábola: Hubo un hombre, padre de familia, el cual plantó una viña, la cercó de vallado, cavó en ella un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue lejos. Mateo 21:33. https://ift.tt/ErVPMS0 Esta parábola tiene gran importancia para todos aquellos a quienes se les confían responsabilidades en el servicio del Señor. Dios apartó a un pueblo para que fuese educado por Cristo. Lo llevó al desierto para prepararlo para su obra, y allí le dio el código más elevado de moral; su santa ley. A él le fue encomendado el libro de instrucción de Dios, las Escrituras del Antiguo Testamento. Oculto en la columna de nube, Cristo lo guió en su vagar por el desierto. Por su propio poder transplantó la vid silvestre de Egipto a su viña. Bien podía Dios preguntar: “¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella?”. Isaías 5:4. Es imposible enumerar las ventajas que el Señor preparó para el mundo al hacer a la nación judía depositaria de sus abundantes tesoros de sabiduría. Ellos fueron el objeto de su especial favor. Como pueblo que conocía y respetaba la verdad de Dios, debía comunicar los principios de su reino. Fueron instruidos por el Señor. No les ocultó nada que fuera beneficioso para la formación de caracteres que los haría representantes idóneos de su reino. Sus festividades; la pascua, el pentecostés, la fiesta de los tabernáculos y las ceremonias que se realizaban en esas ocaciones, debían proclamar las verdades que Dios había confiado a su pueblo. En esas reuniones debían mostrar alegría y gozo expresando su agradecimiento por sus privilegios y por el trato misericordioso de su Señor. Así mostrarían a un mundo que no conocía a Dios que el Señor no desampara a los que confían en El. Con voces jubilosas debían cantar: “¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío”. Salmos 43:5... La historia de los hijos de Israel fue escrita para nuestra admonición e instrucción, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. Aquellos que estén firmes en la fe en estos últimos días, y finalmente sean admitidos en la Canaán celestial, deben escuchar las palabras de advertencia pronunciadas por Jesucristo a los israelitas. Estas lecciones fueron otorgadas a la iglesia en el desierto para que el pueblo de Dios las estudiara y les prestara atención a través de sus generaciones, para siempre. La experiencia del pueblo de Dios en aquel desolado paraje será la de su pueblo en estos tiempos. La verdad es una salvaguarda en todas las edades para los que se mantienen firmes en la fe que fue dada una vez a los santos.—Manuscrito 110, del 6 de agosto de 1899, “Los labradores infieles”.
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¡Maranata: El Senor Viene!

La cima de la perfección cristiana, 6 de agosto Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros. Efesios 3:20. https://ift.tt/42DhOle Si hacéis de Dios vuestra fortaleza podréis alcanzar, aun bajo las condiciones más desalentadoras, una altura y una amplitud en la perfección cristiana que ahora os parecen imposibles de lograr. Vuestros pensamientos pueden ennoblecerse; podéis tener aspiraciones dignas, vislumbres claras de la verdad y propósitos de acción que os eleven por sobre toda motivación sórdida. Si deseáis alcanzar la perfección del carácter debéis poner en juego el pensamiento y la acción. Mientras os halléis en contacto con el mundo, debéis cuidaros de no buscar ansiosamente el aplauso de los hombres ni de vivir conformándoos a su opinión. Actuad prudentemente si queréis andar por camino seguro; cultivad la gracia de la humanidad y apoyad vuestra alma desvalida en Cristo. Podéis ser hombres de Dios en todo sentido. En medio de la confusión y la tentación que representa el tumulto mundano, podéis mantener con toda tranquilidad la independencia de vuestra alma. Si tenéis comunión diaria con Dios, aprenderéis a estimar a los hombres en la medida en que él lo hace, y cumpliréis con agrado el deber que tenéis de auxiliar a la humanidad sufriente. No sois dueños de vosotros mismos. El Señor tiene derechos sagrados sobre vuestros más grandes afectos y el servicio supremo de vuestra vida. Tiene derecho de usaros para su honra y gloria hasta el límite máximo de vuestra capacidad física y espiritual. Sea cual fuere la cruz que os toque llevar... debéis aceptarla sin una queja. Muchos viven sin Dios y sin esperanza... Son pecaminosos, corrompidos, degradados y se hallan cautivos de los engaños de Satanás. Pero son precisamente aquellos a quienes Cristo vino a redimir. Son el objeto de su más tierna compasión, simpatía e incansable esfuerzo, pues se hallan al borde de la ruina. Sufren por sus deseos insatisfechos, por sus pasiones desordenadas y por los reproches de su conciencia; se sienten miserables en todo el sentido de la palabra, pues están perdiendo su esperanza para esta vida y no tienen ninguna perspectiva para la vida futura. Tenéis un campo de labor importante. Debéis ser activos y vigilantes y obedecer gozosa e incondicionalmente las demandas del Maestro.14Testimonies for the Church 4:567, 568.
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Entrada destacada

¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374