Exaltad a Jesús


Exaltad a Jesús
Cada iglesia una escuela de entrenamiento, 24 de octubre https://ift.tt/uxZd56r El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos. Lucas 4:18. Cuando en lo antiguo Dios daba luz a su pueblo, no obraba exclusivamente por una sola categoría de individuos. Daniel era príncipe de Judá. Isaías era también de estirpe real. David y Amós eran pastores de ganado; Zacarías era un cautivo vuelto de Babilonia; Eliseo era labrador. El Señor suscitaba como representantes suyos a profetas y príncipes, nobles y plebeyos, y les enseñaba las verdades que debían transmitir al mundo.—El Ministerio de Curación, 106. Cada iglesia debe ser escuela práctica de obreros cristianos. Sus miembros deberían aprender a dar estudios bíblicos, a dirigir y enseñar clases en las escuelas sabáticas, a auxiliar al pobre y cuidar al enfermo, y trabajar en pro de los inconversos. Debería haber escuelas de higiene, clases culinarias y para varios ramos de la obra caritativa cristiana. Debería haber no sólo enseñanza teórica, sino también trabajo práctico bajo la dirección de instructores experimentados. Abran los maestros el camino trabajando entre el pueblo, y otros, al unirse con ellos, aprenderán de su ejemplo. Un ejemplo vale más que muchos preceptos.—El Ministerio de Curación, 107-108. Si aquellos a quienes Dios confió grandes talentos del intelecto los consagran a un uso egoísta, quedarán abandonados a su suerte después de un período de prueba. Dios elegirá a hombres que no parecen tan bien dotados, que no tienen mucha confianza en sí mismos, y fortalecerá a los débiles porque creen que él hará por ellos lo que de suyo no pueden hacer. Dios acepta el servicio prestado de todo corazón, y suplirá las deficiencias... Así como su bendición descendió sobre los cautivos en la corte de Babilonia, otorga hoy sabiduría y conocimiento a los que por él trabajan. Hombres faltos de educación escolar y de humilde situación social, han obtenido, mediante la gracia de Cristo, admirable éxito en la obra de ganar almas para él. El secreto de ese éxito era la confianza que tenían en Dios. Aprendían cada día de Aquel que es admirable en consejo y poderoso en fortaleza. Tales obreros deben recibir aliento. El Señor los relaciona con otros de más capacidad para llenar los claros que otros dejan. La rapidez con que advierten qué debe hacerse, su prontitud en auxiliar a los necesitados, sus amistosas palabras y acciones, les deparan oportunidades de ser útiles, que de otro modo les serían vedadas. Se acercan a los que están en dificultad, y la influencia persuasiva de sus palabras lleva a Dios a muchas almas temerosas. Su obra denota lo que otros miles de personas podrían hacer si quisieran.—El Ministerio de Curación, 108-109.
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El cielo: el verano del cristiano, 24 de octubre https://ift.tt/uMnm7ZL Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. Tito 2:13. Cristo pronto vendrá por segunda vez. De ello deberíamos conversar frecuentemente. Debería ser el pensamiento predominante en nuestras mentes. Vendrá con poder y gran gloria, y todo ojo lo verá. Todos los santos ángeles lo acompañarán. Acerca de esta compañía, Juan escribe: “Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones”. Apocalipsis 5:11. La trompeta aún no ha sonado. Quienes han descendido a la tumba todavía no han exclamado: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?”. 1 Corintios 15:55. Los justos muertos aún no han sido arrebatados con los santos vivos para encontrarse con su Señor en el aire. Pero se aproxima el tiempo en que las palabras pronunciadas por el apóstol Pablo se cumplirán: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”. 1 Tesalonicenses 4:16, 17. Para ser semejantes al Salvador, debemos ser transformados. Véase Filipenses 3:20, 21. Ahora es el tiempo de introducir en nuestra vida diaria las virtudes de la vida de Cristo. No hay tiempo que perder. Si fracasamos en la edificación de nuestro carácter, perderemos la vida eterna. Debemos edificar sobre el verdadero fundamento... Debemos hacer la obra de Cristo y estar constantemente velando y orando. Entonces estaremos preparados para su venida y para recibir la vida eterna. Todos los que deseen pueden ser vencedores. Esforcémonos fervientemente por alcanzar el nivel que se nos indica. Cristo conoce nuestras debilidades, y podemos recurrir a El diariamente en busca de ayuda. No es necesario que obtengamos fortaleza con un mes de anticipación. Hemos de triunfar día a día. Esta tierra es el lugar de preparación para el cielo. El tiempo que pasamos aquí es el invierno del cristiano. Los vientos fríos de la aflicción soplan sobre nosotros, y las olas de los problemas nos arrollan. Pero en un futuro cercano, cuando Cristo venga, las penas y los lamentos habrán desaparecido para siempre. Entonces será el verano del cristiano. Todas las pruebas habrán concluido, y no habrá más enfermedad ni muerte. “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron”. Apocalipsis 21:4.—Manuscrito 28, del 24 de octubre de 1886, “La esperanza puesta ante nosotros”, sermón predicado en Nimes, Francia.

A Fin de Conocerle


Caminos diferentes y separados, 24 de octubre https://ift.tt/dpx6vFj Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. Mateo 7:13, 14. Estos caminos son distintos, separados, y van en dirección opuesta. Uno conduce a la muerte eterna, y el otro a la vida eterna. Uno es ancho y suave y el otro es estrecho y áspero. La gente que viaja por ellos es opuesta en carácter, en vida, en vestido y en conversación. Los que van por el camino estrecho, hablan de la felicidad que tendrán al final del viaje. ... No se visten como los del camino ancho, ni hablan como ellos, ni actúan como ellos. Han recibido un modelo, un Varón de dolores, experimentado en quebranto abrió ese camino para ellos y viajó por él. Sus seguidores ven sus pisadas y se consuelan y alegran. El lo recorrió a salvo, y ellos también pueden sentirse seguros, si van tras sus pasos. En el camino ancho, todos están ocupados consigo mismos, con sus vestidos y placeres. Participan abundantemente de alegría y fiestas, y no piensan en el final del camino, en la ruina que aguarda al final de todo. Cada día se aproximan más a su destrucción y, sin embargo, se apresuran locamente más y más. Una forma de piedad no salvará a nadie. Todos deben tener una experiencia profunda y viva. Solamente esto los salvará en el tiempo de angustia que nos espera. Entonces se probará su obra, de qué clase es. Si es oro, plata y piedras preciosas, estarán ocultos en el pabellón secreto del Señor. Pero si su obra es madera, heno y hojarasca, nada podrá protegerlos del furor de la ira de Jehová. Los que desean realizar cualquier sacrificio por la vida eterna, la conseguirán. Y vale la pena sufrir por ella, vale la pena crucificar el yo por ella, y sacrificar los ídolos por ella.—The Review and Herald, 12 de diciembre de 1882.

Sabbath School


Comentarios Elena G.W para la Escuela Sabática https://ift.tt/0JTcoN6 ¿Están progresando ustedes en el conocimiento de la verdad? ¿Tienen una relación viviente con Jesucristo? Abraham la tuvo, y conversó con los ángeles y les pudo pedir un favor… Nuestra fe y nuestra experiencia carecen del suficiente fervor... Espero que ninguno de ustedes se quede conforme simplemente porque cree en la verdad. Mientras haya un alma que salvar en el mundo, es necesario que acudan a la Fuente de toda luz y todo poder para salvar a esas almas. A ustedes no les importa que su experiencia tenga un molde terrenal y mundano. Hay almas que se pueden salvar o perder, y necesitan asimilar mucho más de Jesús en sus vidas, caracteres y experiencias. Pueden ser de ayuda y bendición mutuas si son fieles donde están, y si sienten que son representantes de Dios en la tierra (Cada día con Dios, p. 93). Las lecciones de Cristo con respecto a la oración deben ser cuidadosamente consideradas. Hay una ciencia divina en la oración, y la ilustración de Cristo presenta un principio que todos necesitamos comprender. Demuestra lo que es el verdadero espíritu de oración, enseña la necesidad de la perseverancia al presentar a Dios nuestras peticiones, y nos asegura que él está dispuesto a escucharnos y a contestar la oración. Nuestras oraciones no han de consistir en peticiones egoístas, meramente para nuestro propio beneficio. Hemos de pedir para poder dar. El principio de la vida de Cristo debe ser el principio de nuestra vida… La misma devoción, la misma abnegación, la misma sujeción a las declaraciones de la Palabra de Dios que se manifestaron en Cristo, deben verse en sus siervos. Nuestra misión en el mundo no es servirnos o agradarnos a nosotros mismos. Hemos de glorificar a Dios cooperando con él para salvar a los pecadores. Debemos pedir bendiciones a Dios para poder comunicarlas a los demás. La capacidad de recibir es preservada únicamente impartiendo. No podemos continuar recibiendo tesoros celestiales sin comunicarlos a aquellos que nos rodean (Palabras de vida del gran Maestro, p. 108). [Cristo] está ahora junto al altar del incienso presentando las oraciones de aquellos que desean su ayuda. A las almas que se vuelven a él en procura de refugio, Jesús las eleva por encima de las acusaciones y contiendas de las lenguas. Ningún hombre ni ángel malo puede acusar a estas almas. Cristo las une a su propia naturaleza divino-humana. Ellas están de pie junto al gran Expiador del pecado, en la luz que procede del trono de Dios. “¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, quien además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros”. Romanos 8:33, 34 (El Deseado de todas las gentes, p. 522).

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374