La Maravillosa Gracia de Dios


Contemos el costo, 2 de noviembre https://ift.tt/mjBzNOh Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Filipenses 3:7. Moisés renunció a un reino en perspectiva; Pablo, a las ventajas proporcionadas por la riqueza y el honor entre su pueblo, a cambio de una vida llena de responsabilidades en el servicio de Dios. Para muchos, la vida de estos hombres se presenta como una vida de renunciación y sacrificio. ¿Fue realmente así?... A Moisés le ofrecieron el palacio de los faraones y el trono del monarca, pero en esas cortes reales se practicaban los placeres pecaminosos que hacen que el hombre se olvide de Dios, y él escogió antes “sólidas riquezas, y justicia”. Proverbios 8:18. En vez de ligarse a la grandeza de Egipto, prefirió unir su vida al propósito de Dios. En vez de dictar leyes a Egipto, dictó leyes al mundo, bajo la dirección divina. Llegó a ser instrumento de Dios para dar a los hombres los principios que constituyen la salvaguardia, tanto del hogar, como de la sociedad, que son la piedra angular de la prosperidad de las naciones, principios reconocidos hoy día por los más grandes hombres del mundo como fundamento de todo lo mejor que existe en los gobiernos humanos. La grandeza de Egipto yace en el polvo. Su poder y civilización han pasado. Pero la obra de Moisés nunca podrá perecer. Los grandes principios de justicia para cuyo establecimiento él vivió, son eternos... Compañero de Cristo en la peregrinación por el desierto, compañero de Cristo en el monte de la transfiguración, compañero de Cristo en las cortes celestiales, Moisés llevó una vida que en la tierra bendecía a la par que recibía bendición, y que en el cielo fue honrada. También Pablo, en sus múltiples labores, fue sostenido por el poder sustentador de la presencia de Cristo. “Todo lo puedo—dijo él—en Cristo que me fortalece”. Filipenses 4:13... ¿Quién puede calcular los resultados que tuvo para el mundo la obra de la vida de Pablo?—La Educación, 64-66.

La Fe por la Cual Vivo


El cruel poder del enemigo, 2 de noviembre https://ift.tt/C4plXG5 Someteos pues a Dios; resistid al diablo, y de vosotros huirá. Allegaos a Dios, y él se allegará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros de doblado ánimo, purificad los corazones. Santiago 4:7, 8. “Hay multitudes actualmente que están bajo el poder de los malos espíritus tan ciertamente como lo estaba el endemoniado de Capernaún. Todos los que voluntariamente se apartan de los mandamientos de Dios, se colocan bajo el dominio de Satanás.... Los pecados secretos o una pasión dominante pueden mantenerlos tan cautivos e indefensos como lo estaba el endemoniado.” ...—The Signs of the Times, 29 de enero de 1908. “Satanás es el dios de este mundo; su influencia está encaminada a pervertir los sentidos, dirigir la mente humana hacia el mal y conducir a sus víctimas a la violencia y el crimen. Siembra discordias y entenebrece el intelecto. La obra de Cristo es quebrantar el poder que Satanás ejerce sobre los seres humanos. Sin embargo, cuántos hay que en todos los aspectos de la vida, en el hogar, en las transacciones comerciales y en la iglesia, apartan a Jesús de sus puertas y permiten entrar al odioso monstruo.”—The Signs of the Times, 24 de mayo de 1877. “La senda de Satanás es la más ancha y engañosa. Él la hace aparecer como la más atractiva cuando en realidad es dura, falaz y llena de sinsabores.”—The Review and Herald, 15 de abril de 1880. “El que reconoce su propio peligro está alerta para no contristar al Espíritu Santo y luego alejarse de Dios porque sabe que su curso de acción no es agradable al Señor. Pero mucho mejor y más seguro es acercarse a Dios para que la purísima luz que irradia de su Palabra cure las heridas que el pecado ha causado en su alma.”—The S.D.A. Bible Commentary 7:937.

En los Lugares Celestiales


En los Lugares Celestiales
Combatiendo las tinieblas morales, 2 de noviembre https://ift.tt/Je5XuNr Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria. Isaías 60:2. Esta época presenta un cuadro triste para aquellos cuyos ojos han sido abiertos para discernir los males que prevalecen por doquier. El temor y el amor de Dios casi han abandonado el mundo. Este es el tiempo profetizado por Isaías, cuando “tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones”. Multitudes son desviadas por los engaños de una generación infiel, y están viviendo en las tinieblas del error... El funesto espíritu de incredulidad se halla en todo país, y se está introduciendo en todas las capas de la sociedad. Se enseña libremente en muchas de las universidades, institutos de enseñanza superior y escuelas de enseñanza media, y aparece aun en las lecciones que se enseñan en las escuelas primarias y en el jardín de infantes. Miles que profesan ser cristianos prestan oído a espíritus mentirosos... En la actualidad el mundo está en urgente necesidad de una revelación de Jesucristo en la persona de sus santos. Dios desea que su pueblo se presente ante el mundo como un pueblo santo. ¿Por qué? Porque hay un mundo que ha de ser salvado por la luz de la verdad evangélica; y como el mensaje de verdad que debe llamar a los hombres a salir de las tinieblas a la luz maravillosa de Dios es anunciado por la iglesia, las vidas de sus miembros, santificadas por el Espíritu de verdad, han de testificar de la veracidad de los mensajes proclamados... El mundo necesita una demostración de cristianismo práctico. En vista del hecho de que los que pretenden ser seguidores de Cristo constituyen un espectáculo para el mundo incrédulo, les corresponde estar seguros de que se hallan en una relación correcta con Dios.—The Review and Herald, 31 de marzo de 1910.
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Cada Día con Dios


Lo que hace la oración, 2 de noviembre https://ift.tt/rTIubxK Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe. Hebreos 10:22. No puede haber verdadera oración sin verdadera fe. “Sin fe es imposible agradar a Dios”. Hebreos 11:6. La oración y la fe son los brazos por medio de los cuales el alma se abraza del amor infinito, y se toma de la mano del poder celestial. Dios no acepta hijos mudos, en lo que a su experiencia con respecto a la verdad se refiere. La fe es un poder activo y dinámico. La fe en Cristo, cuando comienza a manifestarse, se revela mediante la oración y la alabanza. La oración es un alivio y un consuelo para el alma perturbada. El alma sincera y humilde que suplica ante el trono de la gracia, puede saber que está en comunión con Dios por medio de los instrumentos divinamente señalados, y tiene el privilegio de comprender qué es Dios para el creyente. Debemos entender cuáles son nuestras necesidades. Debemos tener hambre y sed de la vida en Cristo y por medio de Cristo. Entonces acudiremos a él con humildad y sinceridad, y nos otorgará la fe que obra por el amor y purifica el alma... Cristo se entregó a sí mismo voluntaria y alegremente para cumplir el propósito de Dios “haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”. Filipenses 2:8. En vista de que ha hecho todo esto, ¿nos costará mucho negarnos a nosotros mismos? ¿Evitaremos participar de los sufrimientos de Cristo? Su muerte debiera sacudir cada fibra de nuestro ser, disponiéndonos a consagrar a su obra todo lo que tenemos y somos. Al pensar en lo que ha hecho por nosotros, nuestros corazones se debieran llenar de gratitud y amor, y debiéramos renunciar a todo egoísmo y pecado. ¿Qué deber podría dejar de cumplir el corazón, si toma en cuenta la influencia constrictiva del amor a Dios y a Cristo? “Con Cristo estoy juntamente crucificado y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. Gálatas 2:20. Relacionémonos con Dios mediante una obediencia señalada por la abnegación y el sacrificio. La fe en Cristo siempre conduce a una obediencia voluntaria y alegre. Murió para redimirnos de toda iniquidad, y purificar para sí mismo un pueblo peculiar, celoso de buenas obras. Debe haber perfecta conformidad en pensamientos, palabras y obras, a la voluntad de Dios. El cielo es sólo para los que han purificado su alma mediante la obediencia a la verdad.—Carta 301, del 2 de noviembre de 1904, dirigida al pastor S. N. Haskell y Sra.

Alza tus Ojos


Alza tus Ojos
Bendita seguridad, 2 de noviembre https://ift.tt/s3gwFjS No te desampararé, ni te dejaré. Hebreos 13:5. Tenemos sólo una vida para vivir, y por medio de nuestra comunión diaria con Dios, y por los méritos de nuestro Señor Jesucristo, tenemos apoyo constante al hacer las cosas que representarán a Cristo ante el mundo. Podemos no disponer de todas las comodidades que algunos tienen en cuanto a facilidades y bienes materiales, pero tenemos la bendita seguridad que Cristo dio a sus discípulos... Les dijo: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”. Juan 14:1-3. ¡Benditas palabras! Podemos recibir a Cristo en nuestros corazones, y será para nosotros esperanza, valor y gracia sustentadora. El Señor desea que confiemos completamente en El. Entonces, en la sencillez de nuestra fe, creeremos que Cristo hará por nosotros todo lo que ha prometido. Acudan todos al Salvador con la completa seguridad de que hará todo lo que ha prometido. No hay mejor manera de agradar al Salvador que teniendo fe en sus promesas. Su misericordia puede llegar a ti, y tus oraciones llegarán a El. Nada puede interrumpir esta línea de comunicación. Debemos aprender a llevar todas nuestras perplejidades a Jesucristo, porque El nos ayudará, escuchará nuestros pedidos. Podemos acudir a El, sin ninguna duda, en completa seguridad de fe, porque El es el camino viviente... Cuanto más insistimos en las peticiones que hacemos llegar a su trono, tanto más seguros estamos de recibir constantemente la abundante gracia de nuestro Señor Jesucristo. Tú no fortaleces el camino que recorres por [tener] fe. Pero creces en fuerza y seguridad porque tienes un Guía a tu lado, y puedes pedirle con perfecta fe que guíe rectamente tus pasos. Confía, entonces, en el Señor Jesús para que te guíe paso a paso en el sendero recto. Puedes obtener seguridad y fuerza en cada paso que das, porque puedes tener la seguridad de que tu mano está en la suya. Puedes “correr y no cansarte”, puedes “caminar y no desmayar”, porque puedes ver por fe que tienes tu mano en la de Cristo. No te hundirás en el desaliento, porque a medida que sigas conociendo al Señor, confiando en El, tendrás la seguridad de que Aquel que nunca abandona a quienes confían plenamente en El, es tu constante Ayudador.—Carta 213, del 2 de noviembre de 1905, dirigida a Mabel White, su nieta de 19 años.
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Alza tus Ojos


Bendita seguridad, 2 de noviembre https://ift.tt/s3gwFjS No te desampararé, ni te dejaré. Hebreos 13:5. Tenemos sólo una vida para vivir, y por medio de nuestra comunión diaria con Dios, y por los méritos de nuestro Señor Jesucristo, tenemos apoyo constante al hacer las cosas que representarán a Cristo ante el mundo. Podemos no disponer de todas las comodidades que algunos tienen en cuanto a facilidades y bienes materiales, pero tenemos la bendita seguridad que Cristo dio a sus discípulos... Les dijo: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”. Juan 14:1-3. ¡Benditas palabras! Podemos recibir a Cristo en nuestros corazones, y será para nosotros esperanza, valor y gracia sustentadora. El Señor desea que confiemos completamente en El. Entonces, en la sencillez de nuestra fe, creeremos que Cristo hará por nosotros todo lo que ha prometido. Acudan todos al Salvador con la completa seguridad de que hará todo lo que ha prometido. No hay mejor manera de agradar al Salvador que teniendo fe en sus promesas. Su misericordia puede llegar a ti, y tus oraciones llegarán a El. Nada puede interrumpir esta línea de comunicación. Debemos aprender a llevar todas nuestras perplejidades a Jesucristo, porque El nos ayudará, escuchará nuestros pedidos. Podemos acudir a El, sin ninguna duda, en completa seguridad de fe, porque El es el camino viviente... Cuanto más insistimos en las peticiones que hacemos llegar a su trono, tanto más seguros estamos de recibir constantemente la abundante gracia de nuestro Señor Jesucristo. Tú no fortaleces el camino que recorres por [tener] fe. Pero creces en fuerza y seguridad porque tienes un Guía a tu lado, y puedes pedirle con perfecta fe que guíe rectamente tus pasos. Confía, entonces, en el Señor Jesús para que te guíe paso a paso en el sendero recto. Puedes obtener seguridad y fuerza en cada paso que das, porque puedes tener la seguridad de que tu mano está en la suya. Puedes “correr y no cansarte”, puedes “caminar y no desmayar”, porque puedes ver por fe que tienes tu mano en la de Cristo. No te hundirás en el desaliento, porque a medida que sigas conociendo al Señor, confiando en El, tendrás la seguridad de que Aquel que nunca abandona a quienes confían plenamente en El, es tu constante Ayudador.—Carta 213, del 2 de noviembre de 1905, dirigida a Mabel White, su nieta de 19 años.

A Fin de Conocerle


Un adorno que no se marchita, 2 de noviembre https://ift.tt/pk8EytY Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. 1 Pedro 3:3, 4. Los encantos que consisten únicamente en la apariencia externa son superficiales y cambiantes; no se puede confiar en ellos. El adorno que Cristo concede a sus seguidores jamás se marchitará. Si los jóvenes dedicaran al cultivo del alma la mitad del tiempo que emplean haciéndose atractivos exteriormente, qué diferencia se vería en su comportamiento, palabras y acciones. Los que procuran sinceramente seguir a Cristo deben tener concienzudos escrúpulos respecto de la ropa que llevan; deben esforzarse por satisfacer los requerimientos tan claros que el Señor dio respecto al vestir.—The Youth’s Instructor, 5 de noviembre de 1896. Muchos se visten como la gente del mundo, para tener influencia. Pasan horas estudiando ésta o aquella moda para adornar al pobre cuerpo mortal, y el empleo de ese tiempo es peor que si fuera perdido. Pero con esto cometen un triste y fatal error. Si quieren tener una influencia salvadora, si desean que sus vidas hablen en favor de la verdad, que imiten al humilde Modelo: que muestren su fe haciendo obras justas, y establezcan una distinción bien marcada entre ellos y el mundo. Las palabras, los vestidos y las acciones deberían hablar de Dios. Entonces se ejercerá una santa influencia sobre todos, y todos aprenderán de ellos que han estado con Jesús. Los incrédulos verán que la fe en la venida de Cristo afecta el carácter. La apariencia exterior es un índice del corazón. Cuando los corazones son afectados por la verdad, mueren para el mundo; y los que están muertos para el mundo no se conmoverán por la risa, las bromas o las burlas de los incrédulos. Experimentarán un ansioso deseo de ser como su Maestro, separados del mundo. No imitarán sus modas ni costumbres. Procurarán constantemente glorificar a Dios y obtener la herencia inmortal.—The Review and Herald, 9 de septiembre de 1884.

A Fin de Conocerle


A Fin de Conocerle
Un adorno que no se marchita, 2 de noviembre https://ift.tt/pk8EytY Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. 1 Pedro 3:3, 4. Los encantos que consisten únicamente en la apariencia externa son superficiales y cambiantes; no se puede confiar en ellos. El adorno que Cristo concede a sus seguidores jamás se marchitará. Si los jóvenes dedicaran al cultivo del alma la mitad del tiempo que emplean haciéndose atractivos exteriormente, qué diferencia se vería en su comportamiento, palabras y acciones. Los que procuran sinceramente seguir a Cristo deben tener concienzudos escrúpulos respecto de la ropa que llevan; deben esforzarse por satisfacer los requerimientos tan claros que el Señor dio respecto al vestir.—The Youth’s Instructor, 5 de noviembre de 1896. Muchos se visten como la gente del mundo, para tener influencia. Pasan horas estudiando ésta o aquella moda para adornar al pobre cuerpo mortal, y el empleo de ese tiempo es peor que si fuera perdido. Pero con esto cometen un triste y fatal error. Si quieren tener una influencia salvadora, si desean que sus vidas hablen en favor de la verdad, que imiten al humilde Modelo: que muestren su fe haciendo obras justas, y establezcan una distinción bien marcada entre ellos y el mundo. Las palabras, los vestidos y las acciones deberían hablar de Dios. Entonces se ejercerá una santa influencia sobre todos, y todos aprenderán de ellos que han estado con Jesús. Los incrédulos verán que la fe en la venida de Cristo afecta el carácter. La apariencia exterior es un índice del corazón. Cuando los corazones son afectados por la verdad, mueren para el mundo; y los que están muertos para el mundo no se conmoverán por la risa, las bromas o las burlas de los incrédulos. Experimentarán un ansioso deseo de ser como su Maestro, separados del mundo. No imitarán sus modas ni costumbres. Procurarán constantemente glorificar a Dios y obtener la herencia inmortal.—The Review and Herald, 9 de septiembre de 1884.
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Sabbath School


Sabbath School
Comentarios Elena G.W para la Escuela Sabática https://ift.tt/jP54bVe Confundido, humillado e incapaz de comprender el propósito que tenía Dios al perdonar a Nínive, Jonás había cumplido sin embargo la comisión que se le diera de amonestar aquella gran ciudad; y aun cuando no se cumplió el acontecimiento predicho, el mensaje de advertencia no dejaba de haber procedido de Dios. Cumplió el propósito que Dios tenía al mandarlo. La gloria de su gracia se reveló entre los paganos. Los que habían estado “en tinieblas y sombra de muerte, aprisionados en aflicción y en hierros, ... clamaron a Jehová en su angustia” y “librólos de sus aflicciones. Sacólos de las tinieblas y de la sombra de muerte, y rompió sus prisiones... Envió su palabra, y curólos, y librólos de su ruina.” Salmo 107:10, 13, 14, 20 (Profetas y reyes, pp. 203, 204). Recordemos que aun cuando el trabajo que nos toque hacer no sea tal vez el de nuestra elección, debemos aceptarlo como escogido por Dios para nosotros. Gústenos o no, hemos de cumplir el deber que más a mano tenemos. “Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el sepulcro, adonde tú vas, no hay obra, ni industria, ni ciencia ni sabiduría.” Eclesiastés 9:10. Si el Señor desea que llevemos un mensaje a Nínive, no le agradará que vayamos a Jope o a Capernaum. Razones tiene para enviarnos al punto hacia donde han sido encaminados nuestros pies. Allí mismo puede estar alguien que necesite la ayuda que podemos darle. El que mandó a Felipe al eunuco etíope; que envió a Pedro al centurión romano; y la pequeña israelita en auxilio de Naamán, el capitán sirio, también envía hoy, como representantes suyos, a hombres, mujeres y jóvenes, para que vayan a los que necesitan ayuda y dirección divinas (El ministerio de curación, p. 375). Nuestros planes no son siempre los de Dios. Puede suceder que él vea que lo mejor para nosotros y para su causa consiste en desechar nuestras mejores intenciones, como en el caso de David. Pero podemos estar seguros de que bendecirá y empleará en el adelanto de su causa a quienes se dediquen sinceramente, con todo lo que tienen, a la gloria de Dios. Si él ve que es mejor no acceder a los deseos de sus siervos, compensará su negativa concediéndoles señales de su amor y encomendándoles otro servicio. En su amante cuidado e interés por nosotros, muchas veces Aquel que nos comprende mejor de lo que nos comprendemos a nosotros mismos, se niega a permitirnos que procuremos con egoísmo la satisfacción de nuestra ambición. No permite que pasemos por alto los deberes sencillos pero sagrados que tenemos más a mano. Muchas veces estos deberes entrañan la verdadera preparación indispensable para una obra superior. Muchas veces nuestros planes fracasan para que los de Dios respecto a nosotros tengan éxito. Nunca se nos exige que hagamos un verdadero sacrificio por Dios. Nos pide él que le cedamos muchas cosas; pero al hacerlo no nos despojamos más que de lo que nos impide avanzar hacia el cielo. Aun cuando nos invita a renunciar a cosas que en sí mismas son buenas, podemos estar seguros de que Dios nos prepara algún bien superior (El ministerio de curación, pp. 375, 376).
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¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374